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Mujeres, potenciales promotoras de la agricultura sustentable

Mujeres participantes en el taller de inclusión social y género en la agricultura sustentable en Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Mujeres participantes en el taller de inclusión social y género en la agricultura sustentable en Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

En zonas caracterizadas por la degradación del suelo, la falta de acceso a tecnologías agrícolas sustentables y la baja diversificación de cultivos, la capacitación en género e inclusión social cobra una relevancia especial en torno a la seguridad alimentaria, ya que  son las mujeres quienes toman decisiones clave en la producción y selección de alimentos, por lo que tienen el potencial de fomentar prácticas agrícolas sustentables que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de las familias rurales.

Así, en el marco del proyecto Seguridad Alimentaria y Nutricional para Comunidades Rurales del estado de Quintana Roo, especialistas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impartieron una capacitación en el estado de Quintana Roo con el objetivo de reforzar la inclusión social y de género en la agricultura sustentable. Esta formación, dirigida a productoras del municipio de Felipe Carrillo Puerto, subrayó la importancia del rol de las mujeres en la seguridad alimentaria y el bienestar de sus comunidades.

El taller abordó la manera en que las mujeres rurales contribuyen significativamente a la producción y preparación de alimentos en sus hogares derivado de la producción de maíz. “Ustedes deciden qué alimentos se incorporan a la dieta, qué maíz es adecuado para sus tortillas o tamales. Esa es una decisión clave en la seguridad alimentaria de sus familias”, destacó Eugenio Telles, facilitador del taller, al inicio de la jornada. Este enfoque subraya la relevancia de las mujeres en la cadena alimentaria, desde la selección de las semillas hasta la preparación de alimentos.

La capacitación también incluyó una introducción a la agricultura sustentable y sus beneficios para el medio ambiente y la salud de las familias. Se recalcó la necesidad de emplear variedades locales de maíz y otros cultivos adaptados a la región, además de prácticas agroecológicas que contribuyan a la resiliencia comunitaria ante los cambios climáticos. La biofábrica local, donde se producen abonos orgánicos, fue mencionada como un ejemplo exitoso de estas prácticas en la comunidad.

Durante el taller, las productoras participaron activamente en una dinámica que les permitió reflexionar sobre su papel en la toma de decisiones agrícolas. Jesús Núñez, otro de los capacitadores, destacó: “Ustedes, como mujeres rurales, toman decisiones fundamentales en la seguridad alimentaria. A veces, el hombre cosecha, pero ustedes son quienes saben qué maíz se cocina más rápido o cuál es más adecuado para ciertos platos tradicionales”. Estas palabras resonaron entre las asistentes, quienes compartieron sus experiencias y conocimientos sobre las variedades de maíz más utilizadas en la región.

Mujeres participantes en el taller sobre agricultura sustentable e inclusión social. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Mujeres participantes en el taller sobre agricultura sustentable e inclusión social. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

Este esfuerzo del CIMMYT en colaboración con el gobierno estatal no solo fomenta la equidad de género, sino que también refuerza la autosuficiencia alimentaria en las comunidades rurales de la Península de Yucatán. Al reconocer y valorizar el trabajo de las mujeres en la producción y preparación de alimentos, la capacitación busca generar cambios duraderos en las prácticas agrícolas y alimentarias, asegurando una mejor calidad de vida para las familias rurales.

La capacitación contribuyó a que las participantes reafirmaran su papel esencial en la seguridad alimentaria de sus hogares. Como mencionó una de las productoras, doña Justina: “Aunque el trabajo en el campo lo hacen los hombres, nosotras sabemos qué maíz es mejor para cocinar y qué alimentos son los más nutritivos para nuestras familias. Este taller nos hace sentir más seguras de nuestra labor en el campo y su importancia”.

Así, al incorporar a las mujeres en el diseño e implementación de soluciones, proyectos como este fortalecen la resiliencia comunitaria frente a los retos alimentarios y ambientales, promoviendo un impacto positivo y duradero en la región.

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Cadenas de valor inclusivas

Productor de San Miguel Tlanichico, Oaxaca, aplicando aprendizajes en tecnologías herméticas poscosecha para conservar sus excedentes y comercializarlos. (Foto: CIMMYT)
Productor de San Miguel Tlanichico, Oaxaca, aplicando aprendizajes en tecnologías herméticas poscosecha para conservar sus excedentes y comercializarlos. (Foto: CIMMYT)

Desde 2008 en México, CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado un modelo de innovación agrícola que combina investigación a largo plazo con acompañamiento técnico en campo. Este enfoque busca aumentar la productividad y la competitividad del maíz, trigo y cultivos asociados, promoviendo la adopción de soluciones agronómicas sustentables. Este modelo, conocido como Hub o nodo de innovación, facilita la gestión del conocimiento y la cocreación de innovaciones con los actores de la cadena, mejorando la resiliencia del sistema de granos del país.

Una vez consolidado el proceso de adopción de prácticas sustentables, el modelo del Hub se enfoca en crear y fortalecer vínculos entre agricultores y mercados, donde las empresas agroindustriales han visto en el abasto local y sustentable una oportunidad para minimizar riesgos y asegurar la continuidad de sus operaciones en un contexto de cambio climático que en México, por ejemplo, se ha manifestado con fuertes olas de calor y tormentas tropicales inusuales que ponen a prueba los sistemas agroalimentarios y evidencian la urgencia de adoptar prácticas que permitan a los agricultores hacer frente a las nuevas y cambiantes condiciones climáticas.

En este contexto, la adopción de prácticas como la agricultura de conservación es importante para fortalecer los sistemas agroalimentarios y el modelo del Hub ha demostrado ser una estrategia efectiva para vincular a los pequeños productores con los mercados, promoviendo el desarrollo rural y la seguridad alimentaria. A través de intervenciones específicas y la creación de cadenas de valor y modelos de negocio inclusivos, se ha logrado incrementar la productividad y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios en México, beneficiando a productores y empresas por igual.

El desarrollo de cadenas de valor inclusivas es fundamental para incrementar la productividad de los sistemas agroalimentarios en países en vías de desarrollo. Estas cadenas buscan equilibrar los resultados económicos con los beneficios sociales y ambientales, promoviendo relaciones comerciales sostenibles y de largo plazo entre productores y empresas. Los modelos de negocio inclusivos, por su parte, generan valor económico, social y ambiental, mejorando las condiciones de los productores y satisfaciendo la demanda de manera sostenible.

CIMMYT ha desarrollado diversas intervenciones para conectar productores con mercados, utilizando herramientas de diagnóstico y metodologías específicas. Estas intervenciones se centran en fortalecer organizaciones de productores, buscar alianzas con compradores comprometidos con la sostenibilidad y fomentar la inclusión de proveedores de insumos que faciliten el aumento de la productividad.

Desde 2018, CIMMYT ha colaborado con diversas empresas agroindustriales, produciendo con prácticas sustentables cantidades significativas de granos en diversos estados de México. Estas iniciativas con la agroindustria han beneficiado a miles de agricultores, quienes han adoptado prácticas como la agricultura de conservación, logrado una mayor rentabilidad y una mejor utilización de los insumos productivos, estableciendo modelos de negocio sostenibles a largo plazo.

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Enfoque de género, fundamental para el campo

Grupo focal con mujeres en Cuatempan, Puebla. (Foto: Galilea Vicuña / CIMMYT)
Grupo focal con mujeres en Cuatempan, Puebla. (Foto: Galilea Vicuña / CIMMYT)

De acuerdo con el censo agropecuario de 2022, en México hay un poco más de cinco millones de unidades de producción agropecuaria, donde las unidades activas reportan 20.5 millones de superficie sembrada y 5.6 millones de hectáreas no sembradas. De acuerdo con el INEGI, cerca de 3 millones de hectáreas no se siembran “por mal temporal, por falta de crédito, por enfermedad, por falta de dinero o apoyos o porque no hubo quien sembrara” (INEGI, 2022).

“Ya casi no hay trabajadores hombres, se van a trabajar a la ciudad, a veces, si no hay hombres nos organizamos entre nosotras y vamos deshierbando las parcelas entre nosotras. Si le metemos frijol es cuando se requiere más trabajo manual, en cambio sí metemos sólo maíz para matar las hierbas ya hay químicos que venden”, comenta una de las agricultoras que participaron en los grupos focales organizados por la plataforma de investigación Cuautempan.

Aunque las causas son variadas y están relacionadas con situaciones socioeconómicas complejas, el papel de las mujeres y los jóvenes es crucial en lo referente a la situación del campo, donde es fundamental “comprender que la complejidad del manejo de los sistemas agroalimentarios locales se asocia a las dinámicas del contexto social, lo cual incluye los roles de género, la migración y la participación de las mujeres en la conservación, manejo y uso de la agrobiodiversidad local”, comentan los responsables de la plataforma de investigación Cuautempan, Puebla.

En esta plataforma de investigación, que forma parte de la red de plataformas de CIMMYT y sus colaboradores, se están incluyendo metodologías con perspectiva de género en el diseño de la investigación. Esto, porque a pesar de que las estadísticas suelen subrepresentar la participación de las mujeres en el campo —la mano de obra de mujeres en actividades agropecuarias en 2022 fue de 16.2 % (4.4 millones), pero se estima que podría ser de hasta 43% (ONU Mujeres)—, son ellas quienes están trazando nuevos caminos para el campo mexicano.

“Aquí vemos que las matas de chícharo ya están floreando. A mí me gustaría que otras personas también vean estos cultivos y los siembren para que tengamos una mejor producción. Yo en este pueblo de Paraíso Nuevo le he dicho a muchas mujeres; hemos hecho reuniones con las mujeres porque nosotros hemos ido a capacitación a otros lados para impulsar a que las mujeres también participen, a que no nada más se queden en la casa, a que los maridos tomen conciencia y las mujeres salgan al campo a sembrar y a cosechar lo que se siembra”, comenta Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien ha participado en iniciativas de CIMMYT y sus colaboradores en el estado.

Las contribuciones de la mujer al campo son enormes —cultivan la tierra, crían animales de traspatio, procesan y distribuyen diversos productos en el mercado— y, sin embargo, suelen pasar desapercibidas porque gran parte de este trabajo es considerado como ayuda familiar que no siempre es remunerada. Además, realizan trabajo doméstico del hogar, cuidan a niños y personas mayores o enfermas, entre otras labores.

Por lo anterior, es fundamental identificar, desde la investigación científica y hasta la operación en campo, aquellas prácticas y tecnologías que respondan a las necesidades de quienes trabajan la tierra; así mismo, impulsar estrategias que contribuyan al empoderamiento económico de las mujeres porque, como lo señalan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la cantidad de personas con hambre en el mundo se reduciría hasta en 150 millones.

Así, además de la inclusión de la perspectiva de género en el diseño de los objetivos de investigación de sus plataformas, CIMMYT y sus colaboradores impulsan diversas iniciativas para fomentar el acceso de las mujeres a la financiación, donde prácticas sustentables como la diversificación de cultivos está contribuyendo significativamente a avanzar hacia esa meta, aumentando la inclusión de la mujer en los sistemas agrícolas, brindando beneficios ecológicos, y proporcionando cultivos que representan alimentos altamente nutritivos para las personas y/o la ganadería.

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Inclusión de género en proyectos de intensificación sustentable

Por: Víctor López Saavedra. Programa de Intensificación Sustentable, CIMMYT.
7 de marzo de 2017

Edo. de México.- Los procesos inclusivos en general, y la inclusión de género en particular, son intervenciones promovidas por la estrategia de Intensificación Sustentable del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). En lo que se refiere a México, en 2016, más de 7,500 mujeres fueron registradas en la Bitácora Electrónica MasAgro (BEM) como productoras, lo que equivale a 32% del padrón de productores registrados en este sistema de captura, monitoreo, y análisis de datos de sistemas productivos. De esta forma, prácticamente uno de cada tres productores registrados en MasAgro y otros proyectos alineados es una mujer que trabaja en el campo.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en América Latina y el Caribe, entre 8% y 30% de las explotaciones agropecuarias están a cargo de una mujer. En México, la cifra se sitúa en 16% . Esta proporción aumenta progresivamente, lo que dota a las mujeres de mayor autonomía y bienestar. Las mujeres del agro en América Latina y el Caribe producen aproximadamente 45% de los alimentos que son consumidos en el hogar, especialmente granos básicos y hortalizas; no obstante, esta labor se percibe como una extensión del trabajo doméstico y generalmente no es remunerado. Siguen siendo asignaturas pendientes el acceso a la tierra (sobre todo a terrenos de calidad), así como el acceso a crédito, a asistencia técnica y a capacitación. En este contexto, las cifras de cobertura que arroja la BEM son altamente satisfactorias. En lo que se refiere al desarrollo de la estrategia de capacitación para actores clave de MasAgro (incluyendo investigadores, formadores, técnicos y colaboradores varios de los nodos de innovación), alrededor de 25% de los asistentes en 2016 fueron mujeres; de forma similar, en el programa de capacitación más completo de MasAgro, Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, se está dando también una creciente incidencia en lo relativo a la presencia de mujeres.

“Al día de hoy tenemos un avance diferenciado en relación a los esfuerzos de inclusión social que estamos haciendo en diferentes proyectos. Algunos son sensibles a la diversidad social (definida por el género y la edad entre otros) e incluyen a las mujeres cuando juegan un papel importante en las prácticas agrícolas. En dichos proyectos se ha comenzado esfuerzos para medir indicadores que hablen de su participación. En otros, estamos desarrollando estrategias para incluir no sólo a las mujeres, sino también a los jóvenes y a los grupos indígenas de una manera más activa, lo que se traduce en acciones concretas no sólo de participación, sino de toma de decisión y empoderamiento”, expresó la doctora Carolina Camacho, investigadora del Programa de Socioeconomía del CIMMYT, institución que, desde su punto de vista, “influye en las dinámicas sociales a partir de las tecnologías y prácticas que promueve y que debe decidir si direcciona dicha influencia hacia alcanzar la equidad social”. Según Camacho, “MasAgro tiene un papel crucial a la hora de incidir en procesos territoriales de escalamiento, de forma que sean lo más inclusivos posible”.

La desmitificación del concepto de género respecto a una perspectiva de dualidad (hombre/mujer), y la adopción de conceptos que lo aborden desde una visión más integral (como el de “interseccionalidad”), considerando factores como la edad o la etnia, son el resultado de enfoques que buscan entender y promover el rol de la mujer como el actor clave que es en lo que se refiere a seguridad alimentaria, reducción de la pobreza y desarrollo rural.

En el Día Internacional de la Mujer felicitamos a todas las mujeres que dedican su trabajo y esfuerzo a mejorar las condiciones del campo en México.

Guadalupe Mata

Gerente de MasAgro Guanajuato

¿Cuáles son los retos que como mujer enfrentas en tu trabajo?

Justamente, ha sido ganar un lugar dentro de redes que generalmente funcionan con mayoría de hombres. Con los productores también ha sido ganarnos su confianza… Nos ha ayudado nuestro profesionalismo, contar con datos muy concretos, ser coherentes con las propuestas y darles seguimiento. Todo esto nos ha ayudado a posicionarnos.

¿Cómo consideras que MasAgro está promoviendo la inclusión de género?

Creo que MasAgro está trabajando sobre todo en la parte del personal. Cuando empecé a trabajar en el CIMMYT, una de las cosas que me causó alegría durante el primer recorrido de campo que hice, fue ver que la mitad de mis compañeros eran mujeres.

También hemos trabajado un poco con la sensibilización de nuestros colaboradores, técnicos, entre otros, porque a veces nos basamos en nuestros supuestos, como por ejemplo, que si hablamos de un productor o un extensionista, nos referimos a un hombre; también hay mujeres productoras y mujeres extensionistas. Debemos tener cuidado con estos supuestos para evitar sesgos

¿Qué es lo más satisfactorio de tu trabajo?

Pienso que estamos en este proyecto porque creemos que contribuimos a un fin loable, que es la seguridad alimentaria y que los productores sigan siendo competitivos.

Silvia Hernández

Gerente Hub Bajío

¿Cuáles son los retos que como mujer enfrentas en tu trabajo?

Hasta ahora, me siento satisfecha de poder trabajar en un esquema hombres-mujeres. Podría decir que, al principio es difícil trabajar con algunos productores, pero también creo que si demuestras que le das seguimiento a lo que escuchas del productor y hablas con él o ella, poco a poco te vas posicionando.

¿Cómo consideras que MasAgro está promoviendo la inclusión de género?

En mi hub asisten de 25 a 27% de mujeres a los eventos, y siempre estamos muy atentos, porque las señoras sí participan, hablan, preguntan. Por tanto, creo que lo que nosotros debemos hacer es hacer más promoción para que haya más participación de mujeres.

¿Qué es lo más satisfactorio de tu trabajo?

Cuando veo que alguien aprende más y hace las cosas mejor, me da mucho gusto. En esta parte sí creo que los hubs tenemos una política muy clara de promover el desarrollo de capacidades de mujeres, jóvenes o quien desee participar.

Tania Casaya

Gerente Hub Valles Altos

¿Cuáles son los retos que como mujer enfrentas en tu trabajo?

El productor, de primer momento, se sorprende el ver que una mujer está liderando a un equipo (…).  Por lo general, en los productores hombres, ellos se sienten más cómodos siguiendo a otro hombre.

Algo que los convence mucho es que miren que uno no viene a decir cuál es la solución o la píldora mágica, es decir, (…) el estar abierta a escucharlos, el estar abierta a pedirles su opinión, a reconocer ese valor que tienen, en ese momento ya no me ven como la que me viene a mandar, me ven como la que quiere escuchar o saber de mí o yo también quiero saber de sus propuestas.

¿Cómo consideras que MasAgro está promoviendo la inclusión de género?

Yo creo que desde el momento en el que, como institución, somos neutrales (…) es decir, cuando nos toca revisar el historial de las personas que aplican para el curso de Técnico Certificado, entra quien cubre con el perfil y con las capacidades.

Para el tema de técnicos, yo creo que hoy en día en el mercado, las agrónomas y los agrónomos tienen las mismas oportunidades, pero para el tema del trabajo con los productores, sí nos falta un poco.

¿Qué es lo más satisfactorio de tu trabajo?

Lo que más me llena de satisfacción es cuando un productor, cuando voy a una parcela o vienen a visitarnos, me cuenta emocionado algo que le dio resultado de cualquier intervención que hicimos.

Yo creo que en nuestro trabajo o como reto de los hubs está el fortalecer esas redes de vinculación, esa capacidad de cambio, esa capacidad de analizar juntos la problemática. Cuando se reconoce eso, cuando veo que los productores o los técnicos lo reconocieron, eso es muy satisfactorio para mí.

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CIMMYT participa en la iniciativa federal de desarrollo rural e inclusión de género “El Campo en Nuestras Manos”

Por: Carolina Domínguez, Intensificación Sustentable para América Latina.
18 de abril de 2016.

Toluca, Estado de México.- Con la intervención de diversos actores del ramo agropecuario, se llevó a cabo en Toluca, Estado de México, el programa formativo-intensivo para la capacitación de 33 coordinadoras estatales en la estrategia “El Campo en Nuestras Manos”, una iniciativa federal de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), que forma parte integral de la Cruzada Nacional contra el Hambre y del Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA).

“El Campo en Nuestras Manos” ha sido diseñado con el objetivo de fortalecer los programas y componentes enfocados a las mujeres del campo mexicano, promoviendo la inclusión de las mujeres emprendedoras en el desarrollo del sector rural del país. La implementación de este programa estará a cargo de la Dirección General de Desarrollo Territorial y Organización, dirigida por Paulina Escobedo Flores.

El secretario de la Sagarpa, el licenciado José Eduardo Calzada Rovirosa, expresó que “este año se diseñó un esquema de impulso a las productoras rurales que cuenta con recursos por alrededor de los 4,200 millones de pesos”. Asimismo estos recursos instrumentarán diversos mecanismos incluyendo, entre otros, el Programa Fondo para el Apoyo a Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios (FAPPA) y el Programa de Apoyo para la Productividad de la Mujer Emprendedora (Promete).

Del 15 al 18 de abril, coordinadoras estatales de todo el país participaron en este evento de capacitación con la finalidad de recibir información sobre la estructura y los objetivos de la mencionada estrategia. La filosofía de esta iniciativa converge con la visión de inclusión social y desarrollo rural del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), expresó el licenciado Víctor López Saavedra, coordinador de Relaciones-Público Privadas y Líder de MasAgro Productor.

Durante el programa, el licenciado López Saavedra tuvo dos intervenciones sobre el tema del derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria, y destacó que el CIMMYT es y seguirá siendo un importante aliado para las iniciativas de desarrollo en el campo mexicano.

Asimismo señaló que el programa MasAgro, Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional está contribuyendo a generar un cambio de cultura agrícola y prácticas sustentables de producción que puede llegar a ser determinante al momento de asegurar mayores rendimientos y un mejor manejo de las cosechas, tanto en lo que se refiere a su almacenamiento como a la comercialización. “Prevemos una sinergia natural entre “El Campo en Nuestras Manos” y MasAgro, así que trabajaremos para que exista comunicación, colaboración y alineación entre ambas iniciativas”, expresó el licenciado Víctor López, quien agregó que entre las participantes había quienes también conocían el programa de modernización sustentable y observaron que algunos casos de éxito podrían replicarse en otras partes de país.

“El Campo en Nuestras Manos”opera a nivel federal a través de la red conformada por las coordinadoras estatales que impulsarán esta iniciativa en cada una de las delegaciones de la SAGARPA, quien a su vez promoverá, entre las participantes y beneficiarias, acceso a tecnologías y herramientas para lograr un campo más productivo, más competitivo y más justo.