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El potencial de los drones en la agricultura

El uso de drones —o vehículos aéreos no tripulados (VANT)— está creciendo continuamente en la agricultura, principalmente en países asiáticos como Corea, Japón y China. De acuerdo con un análisis de Goldman Sachs Research, dedicada a la gestión de inversiones, para el periodo de 2016 a 2020 el sector agrícola fue el segundo mayor usuario de drones en el mundo, solo después de la construcción. 

Los drones son una tecnología desarrollada para fines militares, pero actualmente sus aplicaciones son muy amplias. En el sector agrícola los drones se usan para mapeo de campos; vigilancia y monitoreo de cultivos, plagas y enfermedades; irrigación más eficiente; y aplicación de productos de una forma más segura —por el menor riesgo de contaminación del usuario— y precisa en áreas de difícil acceso. Además, su uso no implica compactación del suelo. 

Si bien los beneficios del uso de drones son amplios, también existen riesgos, como la deriva hacia cultivos no objetivo, cuerpos de agua y transeúntes; contaminación del equipo e interferencia con el control del operador. 

Para minimizar estos riesgos y aprovechar todo el potencial de los drones es fundamental entonces que los pilotos de los drones sean capacitados —y de ser posible certificados—, pero no solo en el uso de la tecnología, sino también —preferentemente— en lo referente al conocimiento y uso responsable de los productos químicos.

Para contribuir a este propósito, en la plataforma de investigación San Pedro, ubicada en la localidad de El Retiro, en San Pedro, Coahuila —donde colaboran la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México—, se desarrolló el evento demostrativo “Herramientas tecnológicas y su influencia en las prácticas agrícolas sustentables” con la puesta en campo de drones. 

Cabe mencionar que el uso de drones brinda la posibilidad de acceder a datos de calidad procesables en tiempo real, lo que facilita la toma de decisiones en el marco de la generación de sistemas agrícolas más sustentables y eficientes. 

En suma, los drones representan una alternativa más dentro de la gama de soluciones tecnológicas para una Agricultura Sustentable, por esta razón es importante que cada vez más productores y técnicos conozcan esta tecnología y la consideren para sus propios sistemas de producción.

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Mensajería digital, herramienta para la formación de líderes comunitarios

Vivimos un proceso de adaptación a nuevas condiciones globales en nuestros medios de vida. La educación, en particular, está evolucionando a entornos virtuales que permiten el acceso a una amplia gama de medios formativos, pero, para que esto sea posible, es necesario generar ambientes accesibles. 

La crisis sanitaria por COVID-19 aceleró además el proceso de incorporación de los esquemas educativos a distancia en diversos ámbitos, incluyendo la capacitación de productores, técnicos y actores clave relacionados con la actividad agrícola. Por esta razón, ha sido necesario generar entornos de aprendizaje basados en sus necesidades.  

Derivado de lo anterior, se han diseñado estrategias formativas mediante el uso de tecnologías multimedia para dar continuidad a los procesos de enseñanza/aprendizaje que brinda el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

Las herramientas y/o recursos educativos que se han elaborado para dar soporte al desarrollo de habilidades y conocimientos de diversos actores son: cursos en línea, videoconferencias, tutoriales en plataformas electrónicas, videos informativos, audios, documentos e infografías electrónicas.

Como parte de una de las estrategias de capacitación a distancia, el CIMMYT y Walmart Foundation impulsaron a través del proyecto Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche la capacitación de 117 líderes comunitarios a través de mensajes instantáneos vía WhatsApp.

El diseño del contenido temático se basó en la agrupación de cinco bloques: Introducción al fortalecimiento de capacidades a líderes comunitarios, Asociatividad, Agricultura Sustentable, Liderazgo y Gestión Comunitaria. Para cada uno de estos se identificaron los recursos didácticos más apropiados a desarrollarse considerando el perfil del participante y el medio en el que se compartiría (imagen 1). 

El proceso de formación se desarrolló en dos fases: la primera consistió en el envío de materiales digitales a los diferentes grupos de WhatsApp (un grupo por estado: Chiapas, Oaxaca y Campeche), así como un reto a desarrollar de acuerdo con el resultado de aprendizaje de cada bloque formativo. La segunda fase radicó en la tutoría y/o acompañamiento de técnicos del CIMMYT para reforzar y evaluar los aprendizajes de los productores participantes. 

Como parte de los resultados alcanzados en el proceso de capacitación destacan los siguientes:

  • 71 productoras y productores culminaron el proceso de formación de manera exitosa.
  • 120 materiales didácticos elaborados y/o adaptados (gran parte de los cuales fueron compartidos en los grupos de WhatsApp). 

El modelo formativo es replicable con más grupos de productores de diferentes regiones del país, pues además permite un mayor alcance de personas a capacitar y propicia la autogestión del tiempo de los participantes. Por esta razón, seguirá siendo fundamental la continuidad de los esquemas de capacitación a distancia utilizando las diferentes tecnologías/plataformas de la comunicación y la información con fines educativos. 

Imagen 1. Proceso de formación de la estrategia de capacitación a líderes comunitarios.

 

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¿Qué es la diatraea y cómo controlarla?

“La diatraea [léase ‘diatrea’] o palomilla del tallo del maíz es un insecto que en su estado adulto es una palomilla parecida a la del gusano cogollero. Pone sus huevecillos en el envés de la hoja —su cara inferior— y estos, al ir eclosionando, caminan y se meten dentro del tallo de la hoja”, explica Armando Jiménez, asesor técnico de Financiera Sakxim. 

El insecto en su estado de larva se propaga hacia abajo por el centro del tallo, comiéndose todo el tejido blando y pudiendo llegar hasta el fondo. Esto provoca que la caña no tenga alimentación y se caiga antes de la cosecha”, menciona el asesor como parte de la colaboración de Financiera Sakxim en acciones de capacitación para la identificación y control de la diatraea que se realizan en el marco de Plan Maíz.

Plan Maíz es una iniciativa de Nestlé y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, entre otros aspectos, busca elevar la cantidad y la calidad del grano que se cultiva en México a través de prácticas respetuosas con el medioambiente, por eso es importante identificar plagas como la diatraea, ver cómo se presenta, qué efectos tiene sobre el cultivo, así como su control. 

Diatraea es una palabra griega que significa taladrar o perforar, y por eso se eligió para designar a este género de insectos barrenadores del tallo que atacan a cultivos de gramíneas, principalmente maíz, caña de azúcar, arroz, sorgo y gramíneas forrajeras.

En México, las especies de diatraea de mayor importancia económica por sus daños a los cultivos de maíz son Diatraea grandiosella, Diatraea saccharalis y Diatraea lineolata. Si bien cada una de estas especies presenta características particulares, en general tienen un comportamiento y ciclo biológico similar —de hecho, algunos autores se refieren a esta plaga como el ‘complejo diatraea’, ya que en términos biológicos un ‘complejo’ es un grupo de especies estrechamente relacionadas donde la distinción entre una y otra suele ser difícil o poco clara—.

Ya que las larvas de diatraea crecen y se desarrollan en el interior del tallo, protegidas del ambiente externo, el control químico suele dificultarse y, muchas veces, solo logra ser efectivo antes de que las larvas penetren al tallo. Por esta razón, una alternativa de control es el uso de enemigos naturales, que incluye el empleo de parasitoides, depredadores y entomopatógenos —microorganismos capaces de causar una enfermedad al insecto plaga—. 

“Una vez que se identifica el problema se tiene que hacer un muestreo. La recomendación es hacerlo en la etapa V6 a V10 —etapas intermedias del desarrollo de la planta—. El control biológico natural se realiza mediante el uso de catarinas, crisopas, tijerillas y también con avispas del género Trichogramma. Si se opta por realizar un control químico se recomienda usar productos de bajo impacto”, puntualiza Juan Carlos Cázares, otro de los asesores técnicos de Financiera Sakxim que está participando en la iniciativa. 

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Prácticas de conservación del suelo suman a la preservación de acuíferos

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los acuíferos sobreexplotados indican el uso no sustentable de las aguas subterráneas y representan un riesgo para el abasto humano y de las actividades agropecuarias e industriales de las regiones en donde se encuentran, pudiendo elevar los costos de extracción del líquido e incluso ocasionar hundimientos del terreno.

El acuífero de Calera, en Zacatecas, está considerado uno de los más sobreexplotados. Reportes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) muestran que tan solo en 2021 de ese acuífero se extrajeron un poco más de 162 mil millones de litros de agua —162.47 hm3 (hectómetros cúbicos)—, pero solo se recargó 56% de esa cantidad —91.1 hm3—.

Para contribuir a la preservación y manejo sustentable del acuífero de Calera, recientemente se puso en marcha el proyecto Aguas Firmes, impulsado por el Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), con la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas. 

En el caso de la iniciativa Aguas Firmes, la Agricultura Sustentable es fundamental para la preservación y manejo de los acuíferos. La razón es muy sencilla: sin suelos sanos el agua de lluvia difícilmente podría infiltrarse y alimentar a los acuíferos. Por esto, el CIMMYT promueve la adopción de prácticas sustentables basadas en Agricultura de Conservación: el ciclo pasado fueron 562 hectáreas en las que se implementaron prácticas sustentables, este ciclo ya son cerca de mil hectáreas y se espera alcanzar las cuatro mil en futuros ciclos. 

¿Qué prácticas y tecnologías son las que se están promoviendo de forma específica? Alberto Cabello —gerente del Hub INGP del CIMMYT— y Julio César González —técnico de Aguas Firmes—, comentan que entre los productores que recién se acercan a la Agricultura Sustentable se están fomentando inicialmente acciones de acondicionamiento del predio y fertilidad integral, con recomendaciones basadas en diagnósticos de suelo. 

Dentro del proyecto incluimos la posibilidad de apoyar agricultores, al menos 120, con el costo del análisis de suelo para hacer un programa de nutrición enfocado a una meta de rendimiento porque muchos fertilizan sin tener una base del por qué toman la decisión de usar determinada cantidad de fertilizante”, señala Alberto Cabello. 

“El elevado costo de los fertilizantes ha sensibilizado al agricultor en la importancia de basar su aplicación en una base técnica. A partir de ahí se han implementado otras prácticas como el manejo agroecológico de plagas —enfoque que ha tenido un efecto positivo en las hortalizas donde ya se presentaban fuertes problemas fitosanitarios que orillaban a los productores a buscar nuevas parcelas constantemente—”, comenta Julio César. 

“También se han promovido mejores arreglos topológicos —la disposición de las plantas en el terreno—. El ciclo pasado se movilizaron unas sembradoras del CIMMYT hacia la zona. Aquí es común que se siembre al voleo —arrojando la semilla a puñados por el aire—, lo que demanda mucha semilla y agua, a diferencia de la siembra en hileras con la cual algunos productores han reducido a la mitad las horas de riego. Eso se refleja además en el pago de la luz —necesaria para la extracción del agua—”, comenta Alberto Cabello.

“El proyecto incluye todo un sistema de nivelación láser para optimizar el riego y el drenaje del terreno. Inicialmente el CIMMYT trasladó dos niveladoras láser. Estas permitieron mostrar a los agricultores cómo funciona la tecnología y, gracias al proyecto, ya fue posible incorporar una niveladora láser adicional”, agrega el gerente del Hub INGP del CIMMYT.

Algunos productores que han decidido explorar más allá han hecho siembra directa —sobre los residuos de cosecha del ciclo anterior—, observando amplios beneficios: “no aplicaban tanta agua y todavía se mantenía húmedo el suelo cuando sembraron sobre rastrojo de cebada”, comenta Alberto Cabello, quien agrega que el proyecto contempla un “programa de manejo de rastrojos, el cual busca construir la fertilidad del suelo además de una nutrición exacta del cultivo para buscar así rendimientos superiores”. 

En esta zona de Zacatecas donde la precipitación pluvial es baja, este tipo de prácticas permite aprovechar al máximo la poca agua disponible. Así, combinando Agricultura de Conservación, tecnificación del riego (riego por goteo) y otras prácticas como las descritas, entonces el ahorro de agua y el aprovechamiento de los recursos es mucho mayor. 

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Conserva tu cosecha

Se estima que cada año se pierde una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo. Una de las estrategias para disminuir las pérdidas de alimentos es un manejo poscosecha adecuado.

Se entiende por poscosecha todos los pasos y operaciones que se realizan después de la producción primaria en campo hasta llegar a la comercialización o el procesamiento del producto. Incluye procesos como la cosecha, el secado, el desgrane, la criba, la limpieza, el almacenamiento y el transporte.

Las pérdidas poscosecha abarcan todos los productos que se pueden comer, pero que no fueron consumidos en toda la cadena de suministro de alimentos, a partir de la cosecha del cultivo hasta su comercialización, procesamiento o consumo. Reducir las pérdidas poscosecha permitiría aumentar la cantidad de alimento disponible para el consumo humano y mejorar la seguridad alimentaria mundial.

En México las pérdidas poscosecha de los granos básicos pueden ser de hasta 50% de la producción en las regiones tropicales. Desarrollar e implementar tecnologías y prácticas adecuadas para la conservación y el almacenamiento de granos es una de las maneras más seguras de reducirlas y contribuir al bienestar de los productores. En este sentido, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) junto con organizaciones de diversos sectores promueven la campaña #ConservaTuCosecha. 

Las prácticas y tecnologías que la campaña promueve tienen un sustento científico. Recientemente, por ejemplo, un grupo de investigadores del CIMMYT desarrolló evaluaciones en diferentes zonas agroecológicas de México en 109 diferentes localidades de 15 estados (Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán) —Puedes saber más sobre esta investigación en ¿Es posible reducir las pérdidas poscosecha en México?—.

La regla de oro de la conservación de los granos dice que un grano fresco, seco y limpio se conserva mejor durante su almacenamiento, que un grano caliente, húmedo o con alta cantidad de impurezas (Mena et al., 2013). Partiendo de esto, la iniciativa #ConservaTuCosecha busca que los productores: 

  • Manejen su cultivo en campo de manera sustentable para prevenir la infestación del grano con insectos y hongos.
  • Cosechen su grano en el momento apropiado y lo sequen adecuadamente con tecnología de bajo costo.
  • Desgranen de manera eficiente y con tecnología accesible, reduciendo el tiempo de trabajo.
  • Almacenen el grano en tecnologías de costo accesible que mantienen la cantidad y calidad de este y no tienen efectos adversos sobre su salud.
  • Tengan acceso a infraestructura de almacenamiento y vinculación con mercados formales de alta demanda a través de la asociatividad y la integración comercial.

Las tecnologías herméticas poscosecha —como los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas—, y los polvos inertes —minerales pulverizados de baja o nula toxicidad para los organismos benéficos y el ser humano, tales como la cal micronizada o la tierra de diatomeas—, son un ejemplo de las alternativas sustentables que se difunden a través de la campaña. Estas, además, son una opción ante los riesgos a la salud humana que representa el uso de tecnologías de almacenamiento convencionales como el costal de polipropileno o las pastillas de fosfuro de aluminio.

Te invitamos a conocer más sobre la campaña #ConservaTuCosecha a través de los canales de ACCIMMYT. 

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Innovaciones en forrajes mejoran la agricultura familiar

En México la parcela y el huerto familiar, donde se desarrollan actividades tanto agrícolas como pecuarias, forman parte esencial de la agricultura familiar. Estos dos sistemas generalmente se complementan, no compiten entre sí, ya que los diferentes procesos de producción (parcela y solar) establecen flujos de productos de uno hacia otro. La producción de ambos espacios se complementa y la familia decide sobre su destino final, ya sea para autoconsumo o para venta. 

En regiones como la Mixe, en Oaxaca, es común complementar la alimentación de los animales de traspatio con rastrojo de maíz o pastos cultivados (Pennisetum purpureum). Ya que el rastrojo aporta mayores beneficios como cobertura del suelo que como forraje, es importante buscar alternativas de manejo y producción de especies forrajeras cultivadas en clima templado frío, para evaluar su adaptabilidad y aceptación por los pequeños productores para la alimentación de sus animales. 

Por lo anterior, en la plataforma de investigación Tamazulápam del Espíritu Santo, en la región Mixe, se continúa con las evaluaciones de una mezcla de forrajes cultivados en temporal —compuesta por el 60% de avena (Avena sativa) y 40% de ebo (Veza sativa)— como alternativa para la alimentación de animales de traspatio. La finalidad de estas evaluaciones es que los productores aprovechen el rastrojo de maíz como cobertura del suelo, amplíen el menú de forrajes para sus animales y mantengan protegido el suelo al mismo tiempo. 

El ebo es una leguminosa anual de ciclo intermedio, es tolerante a enfermedades, propicia la fijación de nitrógeno en el suelo, es una excelente opción para climas templado frío y, por sus propiedades, puede ser usado en mezclas para obtener forraje con alto contenido de proteína y de almidones similar a la de la alfalfa. Además, es una especie que brinda gran cobertura al suelo, por lo que se puede utilizar para su conservación y mejoramiento —la floración del ebo comienza a los 60 días después de la siembra; sin embargo, se sugiere cortar a los 80-100 días después de la siembra para obtener buen rendimiento y forraje con calidad nutritiva para el ganado—. 

Por su parte, el grano de avena es un excelente pienso ―alimento seco para ganado― para bovinos, ovinos, caballos y mulas, aunque la planta también es utilizada en pastoreo. Es un excelente alimento para animales dedicados a la reproducción y animales de trabajo ya que tiene altos niveles de proteína y vitamina E ―para maximizar la cantidad de forraje se recomienda el corte en los estados lechoso y masoso del grano; sin embargo, si el propósito es la calidad, la mejor etapa de corte es el embuche (80 días después de la siembra), ya que se llega a obtener hasta 24% de proteína de la mezcla―. 

Al mezclar ebo con avena ―es decir, una leguminosa con una gramínea― se obtiene una fuente rica en proteína y energía con niveles apropiados de fibra, rica en calcio y de alta palatabilidad —la aceptación o placer que provoca el alimento en el animal—. En esta innovación, la avena funciona como un tutor del ebo y proporciona el complemento de fibra; al mismo tiempo, el ebo ofrece alta proteína y digestibilidad al forraje. Además, en comparación con el rastrojo de maíz, esta mezcla tiene mayor potencial de producción en materia seca. 

De acuerdo con lo observado en la plataforma de investigación, el cultivo de la mezcla forrajera ha requerido de mínimos cuidados ya que no presenta enfermedades ni plagas de relevancia ―más que conejos silvestres que se comen las plantas cuando están en desarrollo―. La planta de avena ha logrado desarrollarse hasta un metro de altura y el ebo, al ser rastrero, se extiende e inhibe el desarrollo de las malezas. 

Con la evaluación de dos periodos de cultivo bajo temporal ―primavera-verano 2020 y primavera-verano 2021― la producción de materia seca en la mezcla de forraje se ha estimado en 8.10 y 8.23 toneladas por hectárea, respectivamente. Si una familia tiene en promedio 12 cabezas de ganado menor y estas consumen 14.4 kg de materia seca por día, entonces en una hectárea de milpa se puede destinar el 10% de la superficie para el forraje, así se podrá producir alrededor de 823 kg de materia seca que alcanzará para alimentar aproximadamente 57 días a la docena de animales de traspatio ―considerando ovinos y caprinos, por ejemplo―. 

Cabe mencionar que esta mezcla forrajera se puede aprovechar verde o conservar en forma de heno y ensilaje para ser suministrada en época seca ―periodo en el cual la producción de alimentos escasea―. Además, es posible cultivar el forraje dos veces al año. Así, para las unidades familiares que tienen animales de traspatio se puede recomendar ampliamente esta mezcla de forraje que, entre otros beneficios, permite aprovechar el rastrojo de maíz como cobertura del suelo.

Fuente:

Flores Nájera, M. D. J., Sánchez Gutiérrez, R. A., Echavarría Cháirez, F. G., Gutiérrez Luna, R., Rosales Nieto, C. A., & Salinas González, H. (2016). Producción y calidad de forraje en mezclas de veza común con cebada, avena y triticale en cuatro etapas fenológicas. Revista mexicana de ciencias pecuarias7(3), 275-291.

 

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Organizados y con prácticas sustentables, logran mejores resultados en el cultivo de limón

“No teníamos el apoyo de nadie. Éramos solo nosotros, buscábamos cómo salir adelante, porque nos unió la fruta. Somos productores de 18 ejidos y nos juntábamos cada mes, y entonces decidimos buscar ayuda (para mejorar la producción y la comercialización), y mientras buscábamos nos visitaron del proyecto para grupos de pequeños productores de Walmart y el CIMMYT, y pues no lo pensamos dos veces y dijimos «¡adelante!», nosotros estamos buscando esto”, comenta Filiberto Santiago García.

Filiberto es un productor de limón persa del ejido Flor de Mayo, municipio de La Trinitaria, Chiapas, y forma parte de la Sociedad Unión Campesina para el Desarrollo Chinkultik —muchos de ellos originarios del municipio de Frontera Comalapa—, cuyos miembros participan en el proyecto Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

En el Ejido Flor de Mayo las plantaciones de limón persa son parte importante de la economía local; sin embargo, la falta de organización y la prevalencia de prácticas agrícolas poco amigables con el ambiente limitaban la producción y la comercialización: “antes vendíamos los precios de nuestras cajas de limones más baratos, y hoy vendemos a un buen precio, tenemos más beneficio familiar. Se hicieron análisis de suelos y eso fue muy importante para nosotros para hacer un cambio en nuestros cultivos y tener una buena producción y más calidad de la fruta”, comenta Marco Antonio Moreno Morales, quien también forma parte de la sociedad de productores. 

Emilio García, encargado de comercialización de la sociedad de productores, comenta sobre la capacitación en temas de asociatividad y Agricultura Sustentable que han recibido como parte del proyecto: “Los beneficios que hemos visto trabajando en sociedad son muy grandes porque, a diferencia de los precios que se manejan aquí con los coyotes o con los intermediarios, nosotros tenemos un promedio de 50, 70% más arriba de los precios que aquí están en la zona”. 

“El proyecto nos ha beneficiado en el sentido de que ahora trabajamos diferente. Las capacitaciones nos han servido mucho, le damos mejor manejo a los árboles de limón y nos han ayudado en la cuestión de la asesoría técnica más que nada”, enfatiza Emilio. 

Porfirio López Hernández, otro de los productores participantes, comenta que “como productores de limón persa sí hemos visto mucha mejoría ante el mercado que tenemos. Damos las gracias por habernos organizado más que nada porque sí nos está yendo bastante bien y por la asesoría más que nada. Ya ve que toda producción necesita asesoría técnica”. 

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Opciones sustentables ante el aumento del costo de los fertilizantes

Purísima del Rincón, Gto.- En meses recientes el costo los fertilizantes ha aumentado por diversos factores. Antes de esto, en El Bajío la fertilización representaba entre el 35 y el 40% del costo total de producción para maíz y cereal de grano pequeño. Hoy en día, la fertilización ocupa hasta el 50% del costo total de producción, señala Francisco Buenrostro, coordinador del área de fertilidad de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—.

Ante este contexto adquieren relevancia los proyectos de escalamiento de fertilidad integral que se desarrollan en el marco del citado programa. El objetivo de estos es que los productores, proveedores de fertilizantes o las sociedades de producción rural dispongan de información confiable —sobre aspectos que permitan mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes, tales como fuente, cantidad, momentos y formas de aplicarlos— para disponer de mezclas de fertilizantes adecuadas para los suelos de una región específica.

En esta estrategia —en la que participan productores, proveedores de fertilizantes, sociedades de producción rural,  investigadores, gobiernos municipales y MasAgro Guanajuato—, el trabajo conjunto de los actores involucrados puede resultar en la implementación gradual de la estrategia de fertilidad integral en nueve municipios en donde ya se desarrollan acciones para optimizar el uso de fertilizantes y, consecuentemente, incrementar la productividad y minimizar los impactos al ambiente. 

La fertilidad integral es un concepto que hace referencia a la administración de los nutrientes mediante un enfoque llamado “las 4Rs” —generado por el Instituto Internacional de Nutrición Vegetal (IPNI)—, es decir, la aplicación de la fuente correcta, en la cantidad, la forma y el momento correctos, ya que este enfoque también se puede abordar desde la respuesta a cuatro preguntas: ¿qué?, ¿cuánto?, ¿cuándo?, y ¿cómo?

Para determinar cuál es la fuente correcta y cuánto, cuándo y cómo es mejor aplicarle, a través de esta iniciativa se realizan análisis de suelos —se capacitan productores y técnicos para tomar muestras de suelo que son enviadas a un laboratorio—, y mapas de fertilidad —científicos del CIMMYT generan mapas de fertilidad que muestran la concentración de nutrientes. Así se identifica qué nutrientes hacen falta (o si hay suficiente o en exceso) y en dónde—. 

Con esta información los proveedores de fertilizantes, con el soporte del CIMMYT, pueden mejorar o adecuar las mezclas para brindar una fuente de fertilización apropiada para cada zona o municipio. Además, junto con el equipo de MasAgro Guanajuato, se generan recomendaciones para corregir y mejorar la fertilidad y, junto con los gobiernos municipales, se capacita a productores y técnicos.

En municipios como Purísima del Rincón y Valle de Santiago se han instalado además parcelas demostrativas en terrenos de productores para validar las recomendaciones . Al comparar el esquema convencional contra la propuesta de fertilidad integral en dichos espacios se ha encontrado que en aquellas parcelas donde se ha implementado la estrategia de fertilidad integral ha habido un incremento de la producción de hasta 15%, lográndose reducir la cantidad de aplicación de fertilizantes entre 30 y 40% por tonelada producida.  

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Diversificar cultivos les permitió pasar del autoconsumo a la comercialización de sus productos

Aceptar sembrar cultivos que antes no había probado ha hecho que Jacobo Tanislado Benítez González sea un productor innovador en su comunidad de San Miguel Tlanichico, municipio de Trinidad Zaachila, Oaxaca, donde combina la siembra de cinco variedades de frijol, girasol de ornato y cuatro variedades de maíz nativo o criollo.

Cuando habla del trabajo con Jacobo, la colaboradora del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Clara Santos Rodríguez —quien le ha brindado acompañamiento técnico al productor—, inevitablemente recuerda la resistencia que anteponía creyendo que los abonos que utilizaba eran suficientes.

Él se resistía mucho, decía que con sus abonos era suficiente. Pusimos un módulo o parcela demostrativa y vio la diferencia, cuánto rendía en forraje cada uno de los cultivos y él empezó a sembrar por su cuenta. Ahora siembra tres variedades de frijol, además de que otro cultivo que le gustó mucho es el girasol”, comenta Clara Santos. 

Diversificar los cultivos en una parcela permite a un productor como Jacobo tener alimento para autoconsumo, forraje para alimentar sus animales de traspatio y un ingreso extra al comercializar flores de ornato y granos que su esposa Francisca Cantón vende los jueves en el mercado de la Villa de Zaachila, a 15.5 kilómetros de la ciudad de Oaxaca.

El cambio es que ya salen más centavitos. Con su operación —de la próstata y luego del apéndice— Jacobo ya no puede trabajar más, nos ayudamos con lo de la flor y el frijol”, dice Francisca, cuya labor no se limita a vender y preparar los alimentos en la casa, pues lo mismo se encarga de la fertilización, de preparar el abono o limpiar el frijol, el cual pasa de un recipiente a otro tantas veces como sea posible —hasta que el viento se lleva toda la basura que se queda de su baya seca— antes de salir de casa a venderlo.

Francisca y Jacobo son adultos mayores, las innovaciones que han incorporado han fortalecido sus aprendizajes sobre la producción en el campo, los cuales se asientan en la labor tradicional —incluyendo el arado “sobre puro caballo”—. Así, después de varios años de dejarse guiar por los conocimientos de la colaboradora del CIMMYT, se sienten orgullosos de cultivar maíz y, también, de hacerlo cuidando suelo y agua.

Como campesinos no nos dábamos cuenta de lo que pasaba con nuestro suelo. Teníamos la costumbre de sacar la hierba y echarle lumbre, ahora la dejamos y sirve como abono”, expresa el productor que ya puede mantenerse de los ingresos por la venta de frijol y, desde hace cuatro años, girasol dólico que en este 2021 logró vender como flor de ornato.

“La flor la estamos vendiendo a $80 o $90 la docena” —cuando el año anterior solo lograba que le pagaran $25 o $30 por docena—. Además de servir para ornato, el girasol le sirve a Jacobo como forraje y, con el maíz, “es mejor, todavía más nutritivo, porque les sirve a los animales”, comenta el productor. 

Los trabajos con Jacobo han servido para que otras personas comiencen también a sembrar el girasol en la Villa de Zaachila y otras comunidades aledañas donde la colaboradora del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, Clara Santos Rodríguez, brinda también acompañamiento técnico.

Tlanichico es una comunidad rural en la que estamos implementando la diversificación de cultivos —uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación—, en este caso mediante la asociación de maíz con girasol, incorporación de leguminosas, semillas mejoradas y fertilización orgánica”,  comenta Clara Santos.

Estas acciones para promover la diversificación de cultivos forman parte del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT. 

Normalmente en el ciclo primavera-verano en Tlanichico solo se cultivaba maíz con calabaza, pero con el proyecto se comenzó a impulsar el cultivo asociado con leguminosas, “para aprovechar al máximo las lluvias y que el productor tenga un poco más de forraje para su ganado”, comenta Clara, quien menciona que también se están utilizando bioinsecticidas elaborados con plantas de la región como el toloache, el chile y la higuerilla.

Así, entre ciclo y ciclo, en Tlanichico ahora se rotan cultivos, se siembran leguminosas que funcionan como abonos verdes o cultivos de cobertura para que el suelo no se quede desprotegido, sino para que se aproveche, fijando además nitrógeno atmosférico a un suelo pobre por encontrarse principalmente en lomeríos, muy susceptibles a la erosión.

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Con prácticas sustentables aumentan la rentabilidad del trigo en El Bajío

“Logramos un ahorro muy grande que me beneficia en la parte económica”, comenta uno de los productores de trigo que participan en el proyecto Agriba Sustentable, una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Que los productores reconozcan los beneficios de las prácticas sustentables enfocadas al aumento de la rentabilidad a través de la alta productividad, pero cuidando el medioambiente, es fundamental para que más productores conozcan y adopten prácticas de Agricultura de Conservación, sistema que se promueve en el marco del proyecto. 

Un punto clave de este sistema de producción es dejar el rastrojo como cobertura del suelo. Esto disminuye de manera muy significativa la emergencia de malezas (y, consecuentemente, la aplicación de herbicidas), el impacto ecológico por el uso de agroquímicos, así como el costo por la adquisición de estos, dando como resultado un efecto en cadena que beneficia al suelo, al ambiente, al productor y, por ende, a los consumidores (además de mejoran la productividad del suelo, a través de aumento de materia orgánica, conservación de agua y mejora la estructura). 

El proyecto contempla el muestreo de suelos y la posterior interpretación de los análisis de suelo a fin de desarrollar una estrategia de fertilidad integral con las fuentes y dosis de fertilizante adecuadas, aplicadas de la forma más adecuada y en el momento más oportuno.

A través de este proyecto, por ejemplo, se fomenta la fertilización enterrada que, en trigo, permite alcanzar hasta un 70% en la eficiencia de aplicación de fertilizantes nitrogenados. Lo anterior es importante porque cultivos como el trigo solo absorben entre 30 y 40% del fertilizante nitrogenado cuando se aplica de manera convencional. El resto se pierde, ocasionando pérdidas económicas y contaminación ambiental. 

Por lo anterior, enterrar el fertilizante con la ayuda de discos cortadores es una de las prácticas que más ha llamado la atención de los productores. Genaro Celedón, uno de ellos, comentó al observar el funcionamiento de los discos cortadores de rastrojo: “yo pensaba que los discos podrían dañar el trigo, pero los discos no le hicieron nada cuando se fertilizó de manera enterrada”. 

Por supuesto, aún hay mucho por hacer: “debido al reciente aumento de los fertilizantes varios productores de la zona optaron por disminuir el número de hectáreas a sembrar en este ciclo y en algunos casos, de plano mejor no sembraron¨ comenta como el productor Luis Cerón. 

Lo anterior pone de relieve la pertinencia del proyecto y cómo este está rompiendo paradigmas del sistema de producción convencional, posicionándose en las comunidades de Cárdenas, La Tinaja y Los Lobos, en Salamanca, Guanajuato, como una opción para que los productores de trigo de la zona incrementen su rentabilidad.