Categorías
Noticias

Impulsando la innovación en Comitán

Fidel Ochoa Rosales es el representante legal de ADEC (Asistencia y Desarrollo Especializado para el Campo), una empresa que lleva innovaciones y transfiere tecnologías sustentables a productores de Comitán de Domínguez, Chiapas, que participan el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Desde hace dos años ADEC acompaña a los productores de Comitán mediante consultorías, capacitaciones, instalación de módulos demostrativos —parcelas de productores donde se comparan las innovaciones agronómicas con las prácticas convencionales— y áreas de extensión —parcelas donde los productores deciden adoptar las innovaciones vistas en los módulos—. 

Además de la Agricultura de Conservación y el cultivo de leguminosas, ADEC brinda a los productores diversas alternativas de acuerdo con sus propias necesidades y expectativas, “desde el manejo agronómico hasta llegar al punto de la poscosecha, es decir, cómo manejar el grano una vez que ya se ha cosechado”, comenta Fidel. 

Como proveedor en una región donde las oportunidades para disponer de insumos son escasas, organizaciones como ADEC tienen una labor muy importante para acercar tecnologías sustentables a los productores: “como proveedor de alguna manera los resultados han sido positivos, la gente nos conoció ya como técnicos, desarrollando tecnología, innovación, capacitándolos”, refiere Fidel. 

Actualmente, en varios municipios de la región de la Meseta Comiteca ADEC promueve tecnologías herméticas poscosecha: “Las tecnologías que se han implementado son los silos herméticos con capacidades que van de los 200 a los 1,000 kilos, dependiendo de lo que almacena cada productor, eso les ha favorecido mucho ya que no usan pastillas de fosfuro de aluminio y comen más sano”, menciona el proveedor. 

Adicionalmente, en el marco del proyecto con Walmart y el CIMMYT, también están enseñando y capacitando sobre diversas formas de tener un negocio mejor manejado en finanzas, redes sociales, ventas y administración, por lo que Fidel Ochoa concluye que este proyecto no solo está ayudando a los pequeños productores, sino también “nos esta ayudando a nosotros a crecer como negocio y como proveedores”. 

Categorías
Noticias

Cosechando a tiempo 

Si bien el rendimiento del maíz (y en general de todos los cultivos) ya no se altera una vez que la planta alcanzó su madurez fisiológica, es necesario sacar la producción del campo oportunamente para mantenerla hasta su consumo o comercialización. No hacerlo significa un deterioro en la cantidad y calidad del grano. Por esta razón, la cosecha es muy importante.

La cosecha es el proceso que permite separar las mazorcas de la planta. Se recomienda que los granos se cosechen tan pronto como lleguen a su madurez fisiológica (cuando el grano llega a su máximo contenido de materia seca) y que se apliquen métodos de secado porque en ese momento los granos siguen estando demasiado húmedos (alrededor de 35% en el caso del maíz) y requieren alcanzar niveles seguros de humedad para ser almacenados.

Además, dejar los granos en el campo durante mucho tiempo los hace más vulnerables a las pérdidas por plagas, daños causados por aves u otros animales, lluvias inesperadas que favorecen el desarrollo de hongos, e incluso pérdidas por robo. 

Se debe tomar en cuenta que las plantas deben permanecer el mayor tiempo posible en el campo antes de cosecharlas (de tal modo que se produzca un secado natural del grano a través de una pérdida gradual y uniforme de humedad), pero considerando que la cosecha debe hacerse antes de que los granos se sequen demasiado y haya pérdidas por desgrane. Si cosechan demasiado tiempo después de la madurez fisiológica los granos estarán más secos, pero tendrán muchos daños causados por insectos, aves, hongos, roedores, etc. 

Por lo anterior, es importante identificar la madurez fisiológica de los granos. En el caso del maíz, se puede observar que ha llegado a su madurez fisiológica porque la planta se vuelve color paja (marrón claro) y las hojas que cubren la mazorca se secan. También se puede identificar este momento porque algunas de las mazorcas se caen y en la base de los granos (donde se conectan con el olote) se forma una capa negra.

El trigo llega a su madurez cuando la planta cambia su color verde por el blanquecino o amarillento, hay una pérdida completa del color verde de las glumas (hojitas que rodean las espiguillas) y el grano es duro, firme y no es posible partirlo transversalmente con la uña. En el caso del frijol, este llega a la madurez fisiológica cuando el color de la planta cambia de verde a amarillo; las vainas se vuelven amarillas, quebradizas y las hojas inferiores empiezan a caerse. 

Otras recomendaciones son cosechar en un momento soleado, colocar las mazorcas y las vainas de frijol sobre lonas limpias o directamente en costales (para evitar la absorción de humedad del suelo, la generación de manchas o el crecimiento de hongos) y doblar las plantas de maíz para evitar la entrada de agua en las mazorcas en caso de que la cosecha se retrase por la lluvia (aunque es muy importante no dejar las plantas en esta condición durante mucho tiempo y cosechar lo más pronto posible después de la lluvia).

Categorías
Noticias

Ellas envasan los sabores de la montaña

La apuesta que 18 mujeres han hecho por el trabajo en equipo para la elaboración de conservas se ha vuelto un ejemplo de cómo en la comunidad mazateca de Santa Catarina, en San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, los productos frescos que antes se desperdiciaban pueden ser una fuente de empleo.

Alejandrina Dávila Cid es una de las integrantes de la sociedad cooperativa Sabores Mazatecos, la cual nació en 2012 porque, como ella, otras mujeres veían cómo “se echaba a perder” el durazno que crecía en el huerto que trabajaba su esposo.

La primera idea fue elaborar duraznos en almíbar y mermelada, pero entre todas han logrado tantos apoyos que ahora procesan dos toneladas y media de este fruto, al igual que de guayaba, pera, manzana, dulce de capulín y chile canario en escabeche con zanahoria y cebolla.

En 2021 aceptaron ser parte del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Alejandrina García Dávila, colaboradora del CIMMYT que se encarga de dar asesoría a las integrantes de Sabores Mazatecos, destaca que el objetivo es fortalecer sus actividades con la comercialización y construir una cartera de negocios.

En temporada de guayaba, entre finales de octubre y todavía parte de enero, en la sede de la cooperativa procesan de 30 a 60 kilos al día que se convierten en 300 frascos de medio kilo o un kilo de mermelada.

Entre abril y mayo envasan hasta 500 frascos de un litro de duraznos en dulce. No necesitan agregar conservadores ni ningún tipo de químico para que cada frasco de conserva que elaboran en Sabores Mazatecos tiene una vida en anaquel de tres a cinco meses.

La asesoría de Walmart Foundation cobran más relevancia en un año en que imperaron las restricciones sanitarias por la COVID-19. Graciela García Reyes, vicepresidenta de Sabores Mazatecos, sabe que el propósito en común es generar más empleos que no sean solo para las integrantes de la cooperativa, sobre todo porque en esta comunidad rural las oportunidades laborales son muy escasas.

Magnolia Araceli García Reyes, quien también es parte de Sabores Mazatecos, puede vender la producción familiar de su parcela conformada por dos hectáreas con árboles de durazno. Recuerda que en 2020 logró que la producción fuera mucha, 70 kilos por cada una de las 3 cosechas, pero el siguiente año dejó “descansar las ramas”.

Vienen ya productores de Teopoxco, Huejuetan, Cerro Verde y en total ocho municipios cercanos que ofrecen su producto”, dice con la satisfacción de que el proyecto se ha fortalecido con el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT. 

Categorías
Noticias

Acciones frente a la escasez de agua

La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente si no se adoptan medidas urgentes. En México, aunque la cobertura nacional de agua potable es de 96.1% (CONAGUA, 2021), cada vez más comunidades experimentan una disminución en el abasto y, de hecho, se estima que cerca del 30% de los que sí reciben el líquido no lo tienen en calidad ni cantidad suficiente (UNAM, 2019). 

De acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés), México es uno de los 25 países del mundo que enfrenta un mayor estrés hídrico, situación que pone en el centro del debate al sector agropecuario porque a la vez que es uno de los más afectados por la escasez de agua, también es el que más utiliza el agua extraída de los ríos, lagos y acuíferos (a nivel global el 70% del agua extraída se usa para riego. En México este porcentaje se estima entre 76 y 78%).

Ante este contexto, proyectos como Cultivando un México Mejor, impulsado por HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), contribuyen a la gestión sostenible del agua en la agricultura gracias a prácticas como la Agricultura de Conservación (sistema donde, a grandes rasgos, se hace mínima labranza y el suelo se cubre con rastrojo) y el riego por goteo. 

Con estas prácticas sustentables, durante 2020 (año particularmente seco de acuerdo con los registros históricos de CONAGUA) se notó un ahorro de más de un millón doscientos mil litros de agua (1,205 m³) en el volumen total aplicado por hectárea mediante riego en el cultivo de cebada. Esto representa un ahorro de un poco más de 20% en el consumo de agua en comparación con la agricultura convencional.

El potencial de las prácticas promovidas; sin embargo, puede ser todavía mayor: al comparar el uso de agua y el rendimiento de grano en la agricultura convencional y la Agricultura de Conservación promovida por el proyecto (tanto con riego por surcos como por goteo) se observó que, si bien los rendimientos no difirieron significativamente entre los sistemas de producción, el uso del agua de riego sí fue significativamente menor con prácticas sustentables. 

En promedio, el experimento de campo de cebada-maíz (desarrollado de 2016 a 2020 con comparaciones en paralelo en parcelas de agricultores) mostró que el uso del agua de riego fue 17% menor con Agricultura de Conservación que con labranza convencional; aproximadamente 36% menor con el riego por goteo que con el riego por surcos en la labranza convencional; y 40% menor con riego por goteo y Agricultura de Conservación combinados en comparación con la agricultura convencional con riego por surcos.

En un contexto de escasez de agua a nivel global, cada gota cuenta y proyectos como este, que acercan el conocimiento científico a los productores mediante prácticas simples y efectivas, contribuyen a cuidar los valiosos recursos naturales de los que depende la subsistencia de las sociedades. 

Categorías
Noticias

Desde su parcela está ayudando a que los acuíferos no se sequen

Aquí ha habido años de mucha sequía, una sequía bastante extrema; es decir, puede no llover muchos años seguidos. De 2018 a 2020, por ejemplo, prácticamente no llovió nada, fueron lluvias muy aisladas, muy precarias, pero el año pasado cayó muchísima agua, en un solo año cayó lo que no había caído en quince años dijeron los expertos, y eso fue muy perjudicial porque a parte hubo granizadas, muy atípicas para esta zona; y esas lluvias pues dañaron bastante los cultivos y el granizo devastó también superficies muy grandes y eso vino a acabar con la economía de muchos productores”. 

Con estas palabras, José Luis Muro Rodarte, productor agrícola de Calera, Zacatecas, expresa cómo viven muchos productores mexicanos el cambio climático. Sus palabras también ilustran la importancia que tienen los acuíferos pues, ante la sequía y los temporales erráticos, el agua subterránea se vuelve indispensable para muchas zonas agrícolas y, de hecho, se estima que alrededor del 70% del agua que se utiliza en las ciudades y el agua de riego que se usa en un poco más de la tercera parte de la superficie agrícola del país proviene de los acuíferos.  

Después de los mantos de hielo en los polos, los acuíferos subterráneos albergan la mayor cantidad de agua dulce del planeta, manteniendo el flujo de muchos ríos incluso cuando la sequía disminuye sus caudales. Lamentablemente, la extracción de esos embalses subterráneos está conduciendo a una desecación lenta de muchos ecosistemas. Tan solo en México, 105 de los 653 acuíferos existentes se encuentran sobreexplotados, siendo el de Calera, Zacatecas, uno de los más afectados.

Los suelos y la cobertura vegetal influyen en la captación de agua y son determinantes para la recarga de los acuíferos, por eso es fundamental contar con suelos sanos. “Los mantos freáticos no están recargados. Se supone que este año se debieron haber recargado, pero en la práctica no es así porque las tierras están duras, están muy compactadas y eso no permite la filtración del agua. El hecho de que llueva no garantiza que los mantos freáticos se recarguen o que ya vaya a haber más agua en los pozos, (si no hay buenos suelos) el agua solo se va por los arroyos”, comenta José Luis. 

Ante este panorama, Grupo Modelo, la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas están uniendo esfuerzos a través del proyecto Aguas Firmes para mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo.

“La primera propuesta que me hicieron por parte del proyecto fue comenzar con los análisis de suelo. Ese fue el primer paso. Y para mí fue el primer choque porque dije «pues para qué hacer eso si yo ya sé lo que tengo que poner». Pero accedí y me ayudó porque esos análisis de suelo me guiaron a lo que la tierra realmente necesitaba. El segundo paso fue la propuesta de poner una parcela de un cultivo alternativo que era el girasol. Y yo el girasol en algún momento lo había visto sobre la carretera, pero como algo panorámico, que se veía bonito, pero no me imaginaba el beneficio que podía tener tanto económico como agronómico”, comenta el productor. 

José Luis es un productor que también cultiva chile, ajo, maíz, frijol, avena y, desde hace seis años, cebada maltera para el Grupo Modelo. “Desde que comencé con el cultivo de la cebada, al momento de cosecharla yo veía que daba mucha materia orgánica y al voltear la tierra veía que quedaba muy “esponjosa”. Y el siguiente cultivo yo veía que la filtración de agua era mejor que en donde no había esos residuos de rastrojo. Y así me fui fijando que eso era muy benéfico para la tierra y para las plantas”. 

“Ahora que he recibido capacitación por parte del proyecto me he dado cuenta de que hay más cultivos que ayudan a que la tierra no se compacte (como el girasol, que además requiere menos agua), a que haya mejor fijación de nitrógeno y otros beneficios.  Aquí se cultiva sobre todo el ajo, el chile y el frijol también, pero el precio ha decaído mucho y por eso necesitamos romper un poco eso de seguir con un solo cultivo; falta esa concientización de que se necesita un cambio porque las tierras también están muy agotadas, muy explotadas por estos cultivos. Necesitamos regenerarlas”. 

Esto de la Agricultura de Conservación que promueve Aguas Firmes nos viene muy bien para regenerar las tierras. Sobre todo ahora que como agricultores estamos entrando en una etapa económicamente difícil por el aumento bastante considerable de los insumos, fertilizantes, agroquímicos y también de materiales como la cintilla para riego, el acolchado, las tuberías que conducen el agua al campo”, enfatiza José Luis. 

Para José Luis el cambio de prácticas convencionales a innovaciones sustentables se vuelve más urgente cada vez: “Aquí todavía la práctica cotidiana es voltear la tierra con un arado, arrastrarla varias veces hasta que queda hecha polvo. Aquí en el mes de febrero, marzo, hace mucho aire y es cuando se preparan las parcelas y es cuando el aire se lleva toda la tierra. No nos hemos puesto a pensar si habrá alguna otra opción, o por qué nuestros suelos están ya más delgados. No hemos tenido esa cultura de dejar materia orgánica, pero en los talleres nos llevan a parcelas donde ya se está haciendo Agricultura de Conservación y vemos la diferencia y que realmente es cierto”. 

Todo esto que he aprendido me ha llevado a reducir costos. Ahora ya no volteo la tierra, es una mínima labranza la que se da y así ya no hay que hacer todo ese gasto de diésel. Otro son los insumos. Con el análisis de suelo ya no pongo la cantidad de fertilizante que ponía, ahora compro solo lo que realmente se requiere, reduzco costos y mucha mano de obra también”. 

En cuanto a la conservación del agua y suelo, yo con estas prácticas utilizo menos agua y puedo regar más. Además, estoy asegurando más años de seguir trabajando, de que la tierra siga siendo productiva porque a como veo las cosas en cinco o 10 años las tierras posiblemente lleguen a ser inservibles porque de seguir con la labranza convencional la capa arable va a disminuir y disminuir hasta que lleguemos a un momento que sea, como decimos en Zacatecas, que sea puro caliche, que lleguemos a una parte que ya no sea fértil”, concluye el productor.  

Categorías
Noticias

Comunidad académica internacional reconoce la agricultura sustentable y generadora de paz desarrollada en México

La Universidad Cornell, una de las mejor posicionadas a nivel global por su excelencia académica ―entre sus docentes y egresados figura una lista de 56 laureados con el Premio Nobel―, recibió esta semana al doctor Bram Govaerts, Director General del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), institución científica a través de la cual México ha aportado materiales de cultivo de los que se derivan el 70% de las semillas de trigo y más del 50% del maíz sembrado en todo el mundo. 

Por sus contribuciones al desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables en México y el mundo, el doctor Govaerts fue distinguido como Professor-at-Large por la Universidad de Cornell. En el marco de este reconocimiento, la visita del doctor Govaerts contempló una serie de actividades para nutrir la vida académica de dicha institución y, de acuerdo con el representante del CIMMYT, para posicionar entre la comunidad académica internacional el mensaje de lo urgente que es transitar hacia una Agricultura Sustentable como medio para lograr sociedades más prósperas, resilientes y pacíficas. 

“Quiero agradecer a la Universidad de Cornell por haberme dado esta gran distinción que, más que ser un reconocimiento de mi trayectoria o de mi trabajo, es un reconocimiento al trabajo desarrollado por los colaboradores en México y los países donde el CIMMYT tiene presencia”, comentó el doctor Bram Govaerts. 

El doctor Govaerts, nacido y formado en Bélgica, se ha desarrollado profesionalmente en países como Etiopía, India, el norte de África y más recientemente en México donde impulsa la iniciativa MasAgro-Cultivos para México, considerada a nivel internacional una gran innovación en el movimiento de la agro sostenibilidad al centrarse en el desarrollo de capacidades de los agricultores e integrar las prácticas modernas con el conocimiento y los esfuerzos tradicionales. 

Govaerts es impulsor de la excelencia en ciencia para el impacto y es pionero en la promoción del desarrollo agrícola sostenible mediante equipos multidisciplinarios, estrategias intersectoriales y de múltiples partes interesadas: “Su liderazgo en iniciativas científicas y de desarrollo ha inspirado colaboraciones novedosas y ha dado como resultado una mejor nutrición, conservación de la naturaleza y resiliencia y seguridad alimentaria nacionales e internacionales”, destacó la Universidad Cornell.

“Este reconocimiento también es un reto para hacer aún más en el futuro. Ese reto ha crecido con la crisis que se está viviendo entre Rusia y Ucrania, conflicto que puede generar pobreza y falta de alimento a millones de personas, no solo en la zona de conflicto, sino también en países del norte de África y el Medio Oriente que utilizan el grano producido en Uzbekistán y Rusia; o en Centroamérica y el Sur de Asia, donde el alza de precios afecta a los más pobres”, señaló el doctor Govaerts quien, en este sentido, dictó la conferencia pública Seguridad Alimentaria: un legado convertido en un desafío futuro de paz, prosperidad y empoderamiento.  

Así, frente a los grandes desafíos de la actualidad, el doctor Govaerts hizo un llamado a la comunidad internacional para mantener la investigación científica en agricultura: “Necesitamos mantener la investigación del CIMMYT, que es una investigación que ha permitido que los sistemas de maíz y trigo sigan funcionando pese al cambio climático, pese a los impactos de enfermedades y la falta de agua. Juntos podemos hacer más, necesitamos transitar a sistemas eficientes, a sistemas resilientes a partir de las inversiones en planes estratégicos, tácticos y operativos”. 

A propósito de inversión en ciencia y partir de la metodología colaborativa desarrollada en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México ―que se ha replicado con éxito en otros países―, recientemente el CIMMYT bajo la dirección del doctor Govaerts ha iniciado el desarrollo de nuevos proyectos mediante alianzas con instituciones y organizaciones de países como Bangladés, Turquía y Zimbabue, así como diversos países de Asia y América Latina. 

Los nuevos proyectos que México impulsa a través del CIMMYT contribuirán a transformar el modo en que se ejecuta la investigación y extensión agronómica y, además, contribuyen para seguir posicionando al país como ejemplo para integrar la adopción de prácticas y tecnologías de Agricultura Sustentable y de Conservación, el avance de los sistemas de semillas, y las actividades de transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades. 

Como señala el doctor Bram Govaerts a partir de una visión inspirada en el lema «Llévelo al agricultor» del Premio Nobel de la Paz Norman Borlaug ―uno de los fundadores del CIMMYT―, la sociedad y los gobiernos deben tomar conciencia de que los alimentos llegan a las mesas del mundo gracias al trabajo de miles de agricultores y, por esa razón, más que nunca, se les debe apoyar impulsando sistemas agroalimentarios sustentables, resilientes y generadores de paz social. 

Categorías
Noticias

Métodos de secado

El secado es una operación muy costosa en energía y se puede necesitar una gran inversión de dinero para tener un sistema de secado, lo que la mayoría de los productores de pequeña escala no pueden pagar. Sin embargo, tomando los factores que influyen en el secado, hay métodos que requieren poca inversión y que se pueden usar para alcanzar un contenido de humedad en el grano segura para el almacenamiento.

El secado natural en campo es el método más usado por los pequeños productores. Este tipo de secado se realiza directamente en la planta. En algunos lugares se colocan las plantas en montones (mogotes). Aunque este método es muy simple y no necesita inversión, se sugiere monitorear (cada semana) los granos en campo y cosecharlos tan pronto sea posible si se nota una infestación importante para evitar pérdidas, por lo que se sugiere complementar el secado natural en el campo con los siguientes métodos:

  • Secado en patio (piso de secado). Se puede usar un piso de ladrillos, de concreto o de tierra muy compactada para secar más rápidamente los granos. Este método natural de secado se realiza con la acción del viento y del Sol y consiste en esparcir el producto sobre un piso, en capas generalmente de menos de 2-4 centímetros de espesor. Su manejo es muy simple y se pueden secar productos a granel, espigas o mazorcas. Se necesita mezclar los productos regularmente para que el secado sea uniforme. Las condiciones climáticas tienen un gran impacto en la efectividad de este método, pero puede ser una buena alternativa especialmente en lugares soleados. Además, al momento de las lluvias, se necesita cubrir la cosecha con una lona o recoger rápidamente para evitar que se moje.
  • Secado en lona de plástico. Una alternativa al secado en patio que funciona con el mismo principio es el uso de una lona grande de plástico, varias lonas pequeñas o bolsas de plástico que se pueden superponer para obtener una gran área cubierta. Este método tiene la ventaja de recoger rápidamente los granos en el caso de lluvia. Se recomienda usar una lona negra para obtener un secado más rápido.
  • Secado en caseta de madera. Se puede usar casetas de madera para secar apropiadamente los granos de maíz y otros cultivos. Las casetas son construcciones que se pueden realizar cerca de una vivienda, construido a favor del viento predominante y utilizando materiales de recuperación para promover el secado. Las casetas recomendadas para secar son largas y estrechas, con tablillas de madera, lados de malla de gallinero que permiten una ventilación libre y un techo que protege contra la lluvia. Las patas de la caseta se manejan mejor con campanas que mantienen alejados a los roedores.

Después del secado se necesita saber cuándo los granos están suficientemente secos para un almacenamiento. Con experiencia, se puede identificar con el sonido si el grano está seco para el almacenamiento. Sin embargo, hay métodos más objetivos y fácil de implementar que se puede usar sin duda para saber si los granos tienen una humedad adecuada para el almacenamiento: el método de la sal y el método del Sol. Aquí te compartimos un video sobre este método.

 

 

Categorías
Noticias

La investigación actual en calidad del trigo, parte del legado de Norman Borlaug

Actualmente el 70% de los trigos a nivel global provienen de las investigaciones hechas en México desde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Esta contribución a la seguridad alimentaria mundial es parte del legado del doctor Norman Borlaug (nacido el 25 de marzo de 1914), científico reconocido por haber ganado el Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus trabajos de mejoramiento de trigo que permitieron incrementar la producción mundial de este cereal y evitar que más de mil millones de personas murieran a causa del hambre.

El doctor Norman Borlaug consideraba que para lograr la seguridad alimentaria de la humanidad se requiere contar con personas capacitadas para el mejoramiento de la agricultura. Por esta razón fomentó la creación de los primeros institutos de investigación y capacitación internacionales —entre ellos el CIMMYT— y apoyó decididamente la formación de nuevos científicos, a quienes solía decir que “la medida por la cual juzgaremos nuestro trabajo será el impacto en los campos de los agricultores y no las publicaciones científicas”. De esa forma instaba a los investigadores a luchar, desde sus campos de acción, en contra del hambre y la pobreza. 

María Itria Ibba es parte de una nueva generación de científicos del CIMMYT que continúan con el legado del doctor Norman Borlaug. De origen italiano, la doctora Itria se especializó en ciencias de cultivos y actualmente dirige los trabajos del Laboratorio de Calidad del Trigo del CIMMYT, ubicado en Texcoco, Estado de México, el cual es parte del programa de mejoramiento de trigo harinero y cristalino del CIMMYT, y desde donde se desarrollan trigos para las diferentes partes del mundo.

“Nuestro trabajo es importante para los productores mexicanos porque todas las líneas que se desarrollan, analizan y seleccionan aquí en el CIMMYT después se proporcionan a los investigadores (de instituciones como el INIFAP) o a otros productores y desarrolladores de líneas y variedades mexicanas que utilizan esta información para seleccionarlas y desarrollar al final variedades que sean mejores para la producción en diferentes lugares del país”, comenta la doctora Itria. 

A partir de las investigaciones del CIMMYT se han desarrollado muchas variedades de trigo, comenta la doctora Itria. Una de estas es la variedad Borlaug, llamada así precisamente en honor al doctor Norman Borlaug y que, de acuerdo con productores del norte de México, se trata de una semilla con excelente características agronómicas, calidad y reacción a enfermedades. “Es una variedad de trigo harinero muy común aquí en México y es básicamente una línea que desarrollamos nosotros y que fue liberada por el INIFAP y el Gobierno de México”, puntualiza la doctora Itria. 

Nosotros trabajamos mucho en la selección, en el mejoramiento de la calidad productiva, de la calidad de las proteínas, en el mejoramiento de la calidad panadera, de la calidad nutritiva del grano. Actualmente, por ejemplo, estamos trabajando mucho en el desarrollo e identificación de variedades que tengan un mayor contenido de fibra, así como en el desarrollo de líneas de trigo que tengan un mayor contenido de micronutrientes como hierro y zinc, fundamentales para el completo y apto desarrollo de nuestro sistema inmunológico, de nuestro sistema nervioso y de nuestra salud en general. De hecho, una variedad que tenía una mayor capacidad de acumular zinc en la semilla se liberó recientemente aquí en México”.

Como era la perspectiva del doctor Borlaug, “con el trabajo de este laboratorio se busca disminuir la pobreza y el hambre, aumentar la producción de cereales y de cultivos que sean amigables con el medioambiente. Este es un trabajo gradual, no es un trabajo que se obtiene de un día para otro, se requieren años en investigación, en la selección, desarrollo y al final liberación de estas variedades. Por eso, mi responsabilidad es seguir haciendo buena ciencia, seguir haciendo un buen trabajo que tenga un efecto en los productores y en la sociedad”, concluye la investigadora. 

Categorías
Noticias

El efecto de las tecnologías de almacenamiento en la calidad del grano

Independientemente de los métodos o tecnologías de almacenamiento de granos que usen, regularmente las familias productoras seleccionan cuidadosamente el grano que consumen, eligiendo aquel sin daño aparente, es decir, el mejor grano en función de aspectos visuales, descartando aquellos con daños visibles de insectos, hongos o roedores.

Se sabe que las tecnologías de almacenamiento tienen efectos sobre la viabilidad de las semillas o los atributos de calidad visibles, pero, más allá de estos, ¿podrían las tecnologías de almacenamiento tener efectos sobre aquellas cualidades que no se ven, pero que influyen directamente en su calidad y propiedades nutricionales?

Para responder a esta pregunta, durante dos años un grupo de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) realizó experimentos de almacenamiento en seis sitios con distintas condiciones agroclimáticas, analizando muestras de grano que había sido almacenado ―sin daño aparente― con diferentes tecnologías de almacenamiento. 

Las tecnologías de almacenamiento comparadas fueron las que convencionalmente usan los productores —costal de polipropileno y costal de polipropileno con una pastilla de fosfuro de aluminio por cada 50 kg— y las siguientes innovaciones de almacenamiento: 

  • Tecnologías herméticas: silos metálicos herméticos, bolsa plástica hermética con sistema de amarre y bolsa hermética con sistema de cierre tipo zipper.
  • Polvos inertes: cal estándar y cal micronizada combinadas con costales de polipropileno.
  • Tecnologías herméticas alternativas: botellas y garrafones de plástico (PET) y bolsas de plástico para ensilaje.

Después de seis meses de almacenamiento se recogieron muestras, libres de plagas, provenientes de Texcoco, Estado de México; San Juan Cotzocón, San Pedro Pochutla y Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca; Zacualtipán de Ángeles, Hidalgo; y Peto, Yucatán ―sitios que van de los 36 a los 2,282 metros sobre el nivel del mar (msnm) y de condiciones templadas a sabanas tropicales y tropicales húmedas―. 

Las muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Calidad de Maíz “Evangelina Villegas” del CIMMYT, en Texcoco, Estado de México, para determinar, entre otros aspectos, la composición del grano, algunos parámetros fisicoquímicos, densidad, color y germinación. En este sentido, se trata del primer estudio que recopila datos sobre la pérdida de calidad de grano y semilla de maíz en diferentes agroecosistemas mexicanos para prácticas de almacenamiento.

El doctor Sylvanus Odjo, investigador del CIMMYT, comenta que el estudio muestra cómo “las tecnologías de almacenamiento asociadas con la pérdida poscosecha —como el costal de polipropileno— también pueden reducir la calidad de los granos aparentemente intactos almacenados en las mismas condiciones, aumentando la acidez de las grasas y el índice de flotación y reduciendo la densidad del grano y la capacidad de germinación de las semillas”. 

El índice de flotación es un parámetro indirecto de la dureza del grano y se utiliza en México como indicador de la calidad de la nixtamalización. Así, las muestras con un alto índice de flotación tienden a tener rendimientos de tortilla más bajos. Por su parte, la acidez de las grasas refleja cambios bioquímicos durante el almacenamiento y su aumento indica hidrólisis de triglicéridos ―proceso asociado al enranciamiento de ciertos alimentos― como resultado de malas condiciones de almacenamiento. 

De acuerdo con el estudio, los costales de polipropileno con o sin insecticida o cal dieron como resultado una pérdida de hasta el 95% de la germinación de las semillas ―particularmente por debajo de los 500 msnm―, así como una reducción de la calidad del grano. Por el contrario, las tecnologías herméticas —incluidos las botellas de plástico recicladas— mantuvieron la calidad de la semilla y minimizaron las pérdidas de calidad del grano, independientemente de las condiciones de almacenamiento. 

Este estudio aporta evidencia adicional de la efectividad de las tecnologías de almacenamiento hermético para minimizar las pérdidas cuantitativas y cualitativas en los sistemas agrícolas de productores de pequeña escala. Te invitamos a leerlo completo en:

Odjo, S., Palacios, N., Burgueño, J., Corrado, M., Ortner, T., & Verhulst, N. (2022). Hermetic storage technologies preserve maize seed quality and minimize grain quality loss in smallholder farming systems in Mexico. Journal of Stored Products Research96, 101954.

https://doi.org/10.1016/j.jspr.2022.101954

Categorías
Noticias

Mujeres, agricultura y pandemia

Para una gran parte de la humanidad —y a través de la historia—, la hora de los alimentos está íntimamente ligada a la presencia y acción de las mujeres. Ellas alimentan al mundo en más de un sentido. No solo preparan los alimentos, los cultivan: de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuatro de cada 10 personas que trabajan en el campo en todo el mundo, e incluso siete de cada 10 en algunos países, son mujeres. 

El papel de la mujer, sin embargo, frecuentemente ha estado mermado por las brechas de género. Se pensaba que el hombre, por su complexión física, era quien debía ejercer y asumir los papeles más demandantes o pesados, pero la mujer ha tenido y tiene un papel fundamental en la agricultura y su trabajo debe ser reconocido. 

Por diversas circunstancias, socialmente se sabe poco de los trabajos de las mujeres dentro de la Agricultura. Además, persisten condiciones que las ponen en clara desventaja, tales  como el poco acceso a créditos y a cadenas productivas de alto valor, así como la falta de titularidad de las tierras —lo que ha contribuido a un subregistro en las estadísticas disponibles: de acuerdo con cifras al tercer trimestre del 2021 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), por ejemplo, el promedio de mujeres ocupadas en agricultura es del 10%, ya que su trabajo en el campo con frecuencia no es remunerado—.

La pandemia por COVID-19 y sus efectos durante y después de ella son un buen ejemplo para reflexionar en torno al papel y a la situación de las mujeres, tanto en el campo o en relación con aspectos vinculados con la alimentación, tales como la seguridad alimentaria o la carga de trabajo asociada a la preparación de la comida y a la alimentación de las familias —se estima que la brecha entre mujeres y hombres con respecto al tiempo que dedican a la manipulación y preparación de alimentos y comidas es de 12 puntos porcentuales—.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la pandemia representa un retroceso en materia de derechos de las mujeres, pero también una oportunidad de reacomodo donde los pactos de género permitan trastocar a la sociedad y hacer que la nueva normalidad sea la igualdad

A raíz de la pandemia, en México 70.1% de hombres y 76.2% de mujeres vieron disminuidos sus ingresos (ingresos de un trabajo remunerado); 43.1% de hombres y 40.5% de mujeres experimentaron dificultad para acceder a productos alimenticios o víveres; y 44.1% de hombres y 48.3% de mujeres vieron un aumento en el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado —como enseñar a los niños o ayudar con las tareas escolares; ayudar a personas adultas mayores, enfermos o con discapacidad—.

Los efectos diferenciados por género a causa de la pandemia en el desarrollo sostenible apoyan la observación general de que la pandemia ha evidenciado los numerosos sistemas quebrantados en el mundo, donde las personas más vulnerables —por edad, pobreza, raza o género— se vuelven exponencialmente más vulnerables.

Así, en este periodo de pandemia las mujeres en general han enfrentado la agudización de la sobrecarga de trabajo —en especial el trabajo no remunerado que está vinculado con la pobreza de tiempo de las mujeres—, la precariedad económica, el incremento de la pobreza y el incremento de la violencia de género. 

En el ámbito rural, las mujeres se han enfrentado a una serie de obstáculos adicionales asociados a las interrupciones de las cadenas de valor agroalimentarias. Las productoras que vendían sus excedentes en mercados locales para captar ingresos que les permitieran complementar la dieta fueron particularmente afectadas.

Uno de los grandes retos entonces es consolidar e intensificar acciones para el empoderamiento económico de las mujeres, impulsar su autonomía económica y dar visibilidad a sus aportes a la economía familiar (y en general): en la agricultura de traspatio, por ejemplo, tienen un papel protagónico en el cultivo de verduras, legumbres y frutas, así como en la producción animal de pequeñas especies. Y esto no es una tarea menor, porque muchas veces constituye el principal soporte económico de las familias rurales. 

Ante este contexto, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores, desarrollan proyectos que impulsan el empoderamiento económico de las mujeres mediante, por ejemplo, la incorporación de cultivos alternativos:

“El cultivo del girasol es un gran apoyo a la economía para la mujer. Varias lo están vendiendo como flor de corte y a otras nos ha permitido desarrollar un oficio, porque con esto podemos tener un mercado para la comercialización de jabones, champús, cremas, tinturas de propoleo, polen, jarabes para la tos y otros productos”.

Te invitamos a conocer a Juana Gómez Ramírez, una de las protagonistas de esta historia dando clic aquí.

Fuentes:

  • ONU Mujeres (2020). Efectos diferenciados por género de COVID-19 en el desarrollo sostenible. Análisis comparativo de las encuestas de evaluación rápida de género en Chile, Colombia y México. ONU Mujeres- Oficina Regional para América Latina y el Caribe.
  • Mora, A. y Anderson H. (2020). Las mujeres rurales, la agricultura y el desarrollo sostenible en las Américas en tiempos de COVID-19. Organización de los Estados Americanos- Comisión Interamericana de Mujeres.