El técnico Omar Sánchez verificando el contenido de humedad del maíz, en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
El técnico Omar Sánchez verificando el contenido de humedad del maíz, en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
El hepatocarcinoma, el tipo más frecuente de cáncer de hígado, representa la tercera causa de muerte por cáncer en México (Revista Médica del IMSS, 2018), donde se ha observado un incremento en la incidencia de esta patología desde hace varias décadas.
Si bien este tipo de cáncer comúnmente está asociado a la cirrosis y la hepatitis, otros factores de riesgo incluyen toxicidad por hierro, algunos trastornos metabólicos y exposición a aflatoxinas, que son un tipo de sustancias producidas por ciertos hongos en cultivos como el maíz, el cacahuate, la semilla de algodón y los frutos secos.
La Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, de hecho, considera que uno de los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer primario de hígado es la exposición a aflatoxinas, mismas que describe como venenos producidos por mohos que crecen en cultivos mal almacenados.
De acuerdo con un estudio reciente del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), las estrategias previas y posteriores a la cosecha pueden ayudar a mitigar la contaminación de los granos. Las alternativas que este Centro brinda para un adecuado almacenamiento son particularmente relevantes porque se ha encontrado que el maíz cultivado en México y Centroamérica presenta niveles de micotoxinas hasta 380 veces más altos que los niveles máximos establecidos.
En México, refiere el estudio, el maíz está contaminado principalmente por micotoxinas pertenecientes a los grupos de aflatoxinas y fumonisinas, producidos por los hongos Aspergillus y Fusarium, respectivamente, las cuales son motivo de preocupación para la salud pública.
El estudio revisa las distintas estrategias de gestión de aflatoxinas y fumonisinas, desde el uso de variedades tolerantes de maíz, buenas prácticas de cultivo, control biológico de plagas y enfermedades, estrategias posteriores a la cosecha y los efectos del procesamiento de granos en la reducción de micotoxinas (incluida la cocción, el tostado, la elaboración de palomitas de maíz y la nixtamalización).
La información presentada por los investigadores hace evidente la importancia de buenas prácticas poscosecha, tales como el secado óptimo; la clasificación de granos (práctica que tiene el potencial de reducir los niveles de aflatoxinas y fumonisinas en un 40-95%); el uso de agentes acondicionadores, la gestión de la calidad de los granos, las tecnologías de almacenamiento hermético y la optimización de las condiciones de almacenamiento.
En un contexto donde el riesgo de exposición a las micotoxinas es alto y donde la aplicación de métodos para tratar los granos contaminados es limitada, es importante difundir tecnologías como la nixtamalización, prácticas simples como la limpieza de granos y el uso de tecnologías herméticas como parte de una salud pública integral.
Desde el CIMMYT se promueven campañas como #ConservaTuCosecha que brinda a la sociedad recomendaciones sencillas y prácticas para el adecuado almacenamiento de granos. Además, se continua con investigaciones como la descrita en beneficio de toda la sociedad. Te invitamos a leer el artículo completo en:
Odjo, S., Alakonya, A. E., Rosales-Nolasco, A., Molina, A. L., Muñoz, C., & Palacios-Rojas, N. (2022). Occurrence and postharvest strategies to help mitigate aflatoxins and fumonisins in maize and their co-exposure to consumers in Mexico and Central America. Food Control, 108968. https://doi.org/10.1016/j.foodcont.2022.108968
Alumnos de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, Sede Calkiní, en Yucatán, México. (Foto: Hub Península de Yucatán)
Alumnos de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, Sede Calkiní, en Yucatán, México. (Foto: Hub Península de Yucatán)
Fortalecer las capacidades de resiliencia de los hogares rurales de la región es un objetivo trascendental para el Hub Península de Yucatán del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Incrementar y estabilizar la productividad de las parcelas es determinante para lograr este objetivo y por esta razón la misión principal del Hub se centra en impulsar y consolidar procesos de innovación agrícola (investigación, validación, extensión y escalamiento) con los distintos actores de los sistemas agroalimentarios en la región.
De esta manera los proyectos de alianza y/o colaboración con actores clave que impliquen la generación y uso de infraestructura tecnológica (sitios, parcelas), el desarrollo de capacidades y la vinculación efectiva de actores a la red de innovación, tendrán un alto impacto en favor de la resiliencia de los productores en los distintos sistemas productivos existentes.
Recientemente, la alianza entre el Hub Península de Yucatán y la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, Sede Calkiní, posibilita la formación de futuros agrónomos con un enfoque actual que responde a los retos productivos y económicos de los productores agrícolas de Campeche.
Este proyecto implica el establecimiento y manejo de parcelas de ensayo, entrenamiento y producción de semilla. Infraestructura que no solo posibilita la validación, calibración y extensión de conocimiento, también permite la multiplicación de semilla de cultivos alternativos que se usan para compartir con otros actores de la red de innovación.
Un grupo de estudiantes, próximos para graduarse, por ejemplo, realizan entrenamientos y reciben capacitación en campo y aula sobre las estrategias e innovaciones prioritarias para una agricultura resiliente en la región. Los jóvenes aprenden a planear, diseñar e implementar algunos tratamientos y planes de manejo a partir de un diagnóstico de parcela o protocolos definidos, ejercitan actividades de investigación colectando y analizando datos generados en las parcelas para presentar en sus proyectos escolares. Asimismo, se organizan en equipos para realizar un evento demostrativo con productores, viviendo de esta manera todo lo que implica un proceso de innovación.
Este proceso sistemático de desarrollo de capacidades y uso de infraestructura que dura un año agrícola empodera a los estudiantes con conocimiento tecnológico y habilidades humanas necesarias para su eventual inclusión a la red de innovación que promueve el CIMMYT.
Con un enfoque basado en la Agricultura de Conservación, agroecología y uso de un menú de innovaciones validadas, los estudiantes ponen a prueba principios determinantes para una agricultura resiliente, pudiendo reflexionar, analizar y consecuentemente generar aprendizaje sobre los resultados del proceso de innovación. Esto permite que su formación sea más robusta y amplía las posibilidades para mejorar la competitividad de los futuros técnicos al momento de iniciar su próximo rol profesional.
En 2021 participaron 13 estudiantes de la carrera de Ingeniería en Agricultura Sustentable. Actualmente, son 16 los estudiantes provenientes de comunidades mayas que forman parte del grupo de jóvenes en entrenamiento mediante la vinculación del Hub Península de Yucatán y la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, Sede Calkiní.
Parcela de San Juan Guichicovi, en Oaxaca, México, con cultivos diversificados. (Foto: CIMMYT)
Parcela de San Juan Guichicovi, en Oaxaca, México, con cultivos diversificados. (Foto: CIMMYT)
Simón Martínez López conoció las trampas de feromonas para gusanos cogolleros y otros insectos plaga porque el colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Jonatan Villa Alcántara, las llevó hasta su parcela en la comunidad de El Zapote, en el municipio de San Juan Guichicovi, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Por ser la principal plaga del maíz y la que lo obligaba a utilizar “una gran cantidad de agroquímicos para su combate”, el manejo agroecológico del gusano cogollero fue el punto de partida de la participación de Simón en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el CIMMYT.
El Manejo Agroecológico de Plagas es una de las diversas innovaciones agrícolas que Jonatan le compartió a Simón, en cuyas tierras se facilitó la diversificación de más de diez cultivos en dos hectáreas y media: maíz (nativo o criollo) blanco, girasol, ajonjolí, soya, frijol mungo, chícharo gandul, quinoa, chile habanero, tomate criollo, yuca y camote.
Por ser una zona ganadera, los productores de San Juan Guichicovi acostumbran sembrar sus tierras uno o dos ciclos y después “meter pastos” para que pueda comer el ganado. Cuando entra el ganado, sin embargo “la tierra queda compactada y se va todo el abono”, comenta Simón.
Con la finalidad de nutrir mejor a los animales y evitar que pasten libremente en las parcelas, la diversificación de cultivos también brinda opciones para los productores que tienen ganado. Ampliar el menú de forrajes con especies que además sirven como cobertura verde del suelo, por ejemplo, es una de esas opciones.
Simón, sin embargo, renunció a la ganadería y apostó completamente por la Agricultura Sustentable para evitar lo más posible el deterioro y la compactación de su suelo. Al diversificar cultivos, además de ayudar a la regeneración de la tierra para que la calidad de su producción mejore, el productor también busca mejorar el ingreso y la dieta de su familia.
Así, decidido a seguir cultivando las dos hectáreas y media de tierra en las que ahora evita sembrar solo maíz, Simón está conociendo nuevos cultivos, como el ajonjolí y el girasol, de los cuales está generando semilla para compartir con otros productores a fin de que, como él, también aprendan a utilizarlos como cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno.
Dejar una cubierta vegetal en el suelo ha ayudado a Simón a guardar la humedad y evitar la erosión en suelos que se caracterizan por sus pronunciadas pendientes debido a que se encuentran en pequeños lomeríos donde las lluvias son constantes. “Si dejamos un colchón de residuos de la cosecha anterior, ese colchón evita que el agua arrastre el suelo”, explica el técnico Jonatan.
Con estas innovaciones, Simón ha notado una diferencia en este primer año de trabajo con el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT, pues califica que su siembra estuvo “bonita” porque en vez de quemar el rastrojo lo dejó como abono y el suelo no se ha erosionado por las condiciones climáticas.
De acuerdo con Melchor García Vásquez, líder comunitario en la zona donde está Simón, construir una visión diferente de cómo trabajar el campo impacta positivamente en la comunidad y en las familias de 25 productores que, como Simón, aceptaron la asesoría que brinda el proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT.
Sistema de milpa intercalada con árboles frutales en terrenos de ladera. (Foto: CIMMYT)
Sistema de milpa intercalada con árboles frutales en terrenos de ladera. (Foto: CIMMYT)
Las perturbaciones y tensiones ambientales, demográficas, socioeconómicas, biológicas, e incluso sociopolíticas y jurídicas, afectan los sistemas agroalimentarios. Las perturbaciones —como la pandemia— tienen una repercusión inmediata. Las tensiones —como la migración forzada—, que son procesos más lentos, alteran gradualmente a los sistemas agroalimentarios y disminuyen su capacidad de afrontar los cambios, haciéndolos más vulnerables paulatinamente (Estado Mundial de la Alimentación, 2021).
Cuando las personas del medio rural, particularmente los más jóvenes, no encuentran rentable dedicarse a la agricultura, entonces buscan otras opciones y la dinámica social se trastoca. Tensiones sociales como la migración, e incluso el conflicto o la violencia, se convierten en riesgos latentes y síntomas de sistemas agroalimentarios disfuncionales.
Considérese por ejemplo la región de Los Tuxtlas, en Veracruz —uno de los principales estados expulsores de migrantes hacia otras partes del país o del extranjero—, donde se han estimado pérdidas de suelo de hasta 199 toneladas por hectárea al año que han afectado la producción e ingresos de los pequeños agricultores de granos básicos, principalmente de maíz y frijol (SADER, 2020).
Mientras en los terrenos de ladera de la región, manejados de manera convencional —donde la quema de rastrojos es una práctica común—, se pierden alrededor de 35.5 kg de suelo por cada kilogramo de grano de maíz producido, con la tecnología de terrazas de muro vivo —que fue base para el diseño del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales, o MIAF, en laderas— solamente se pierden 0.40 kg de suelo.
El sistema MIAF consiste en establecer hileras de árboles frutales en la milpa y consta de tres componentes: el primero son los árboles que se establecen en sentido perpendicular a la pendiente; posteriormente la instalación de los cultivos anuales en franjas y, finalmente, el maíz, sembrado en franjas cada dos surcos arriba y debajo de los árboles frutales.
El sistema MIAF también integra componentes tecnológicos de lo que se denomina terraza de muro vivo, tales como la roturación unidireccional del suelo —con tracción animal o mecánica al contorno de la ladera— para favorecer la formación paulatina de una terraza; y el filtro de escurrimientos que se adapta a este sistema, y que consiste en colocar un cordón o camellón con residuos de cosecha de maíz, frijol, o ramas eliminadas en la poda de frutales, en la parte alta de la hilera de frutales.
A pesar de sus amplios beneficios para controlar la erosión del suelo y apoyar la economía de las familias productoras, el sistema MIAF aún es considerado por muchos productores de la región como una tecnología compleja. Se ha observado, además, que demanda acompañamiento técnico constante —al menos los dos primeros años— para que el productor tenga una comprensión adecuada del funcionamiento del sistema.
Para identificar los elementos que permitan hacer más fácilmente adoptable el sistema —y evaluar específicamente su capacidad para disminuir el escurrimiento superficial, controlar la erosión hídrica e incrementar la infiltración de agua— el Consejo de Colonias Populares de Veracruz, en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) estableció una plataforma de investigación del sistema MIAF en el Ejido Ahuacapan, en San Andrés Tuxtla, Veracruz.
La plataforma, instalada en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT— fue establecida en la parcela de un productor que estableció el sistema MIAF desde 2017 y desde donde se busca atender los componentes de mayor dificultad para la adopción del sistema, como es la colocación del filtro de escurrimientos.
Antes del establecimiento del MIAF y de la plataforma de investigación, en la parcela del productor se roturaba el suelo con rastra después de la quema de rastrojos; se sembraba yuca, maíz, frijol y jícama, aunque con bajos rendimientos; y, durante 10 años, antes de establecer el MIAF, se mantuvo el terreno con praderas de pasto, donde el tránsito de maquinaria, el efecto de la lluvia y el pisoteo de los animales compactaron el suelo.
Actualmente en la parcela, que ahora funciona como plataforma de investigación de MasAgro-Cultivos para México, se ha observado la capacidad del sistema MIAF para disminuir el escurrimiento superficial, controlar la erosión hídrica e incrementar la infiltración de agua, lo que ha redundado en un mayor rendimiento del cultivo de maíz.
Con las podas realizadas al limón que se introdujo y su acomodo dentro de la parcela se ha observado también un aumento de la calidad y, con respecto a la adopción del filtro de escurrimiento con rastrojo, este ha favorecido un incremento en la productividad del cultivo.
Los estudios sobre MIAF en esta plataforma aún siguen su curso, pero a la fecha la experiencia ha sido considerada exitosa tanto para el productor, como para los investigadores y técnicos a quienes los datos generados les están ayudando a la adopción de componentes específicos del MIAF entre otros productores, sobre todo porque los avances de esta plataforma se están compartiendo con diversos productores de la región y técnicos de Sembrando Vida, quienes han expresado sorpresa por la productividad que se presenta en esta parcela.
Zacatecas tiene tres nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable y este 28 de abril recibieron su certificación de la mano del ingeniero José María Llamas Caballero, Representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Zacatecas, quien estuvo acompañado por Alberto Cabello, gerente del Hub Intermedio del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT); y de Guillermo Libreros González, Jefe de Programa en la Representación de Agricultura en Zacatecas.
“Una felicitación a Eloy Mireles Hernández, Jorge Luis Ojeda García y Santiago Flores Espino, a quienes la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno de México y el CIMMYT otorgaron esta certificación”, expresó el ingeniero José María Llamas.
El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable es una estrategia de capacitación para formar técnicos especializados en sustentabilidad agrícola al más alto nivel, cuya función es contribuir a la resolución de tres importantes retos en el país: seguridad alimentaria, pobreza y cambio climático.
El curso incluye sesiones teóricas y prácticas a cargo de destacados especialistas para proporcionarle a los participantes diversas herramientas en gestión para la innovación, técnicas agronómicas sustentables y herramientas para la formación y la comunicación que, en conjunto, permiten acelerar la adaptación, adopción y difusión de las tecnologías que responden a los retos actuales que enfrentan los productores y la agroindustria.
“La certificación me ha servido mucho para mis proyectos actuales porque en este momento hago un poco de docencia, soy productor y también doy asistencia técnica. Lo que se aprende en el curso te permite proponer tecnologías sustentables para cada una de las fases del proceso productivo y eso te da muchísimas ventajas con relación a otros técnicos”, comenta Jorge Luis Ojeda, uno de los certificados.
Sobre la importancia de que Zacatecas cuente con técnicos certificados, Jorge comenta: “para nosotros es un compromiso muy grande ya que gran parte de la superficie agrícola del estado tiene suelos muy degradados, pobres en materia orgánica, además de las condiciones climáticas que no son muy favorables debido a las pocas precipitaciones. Este es el gran reto que tenemos que enfrentar y se nos dieron las herramientas para hacerlo”.
Por su parte, Eloy Mireles señala que el curso le ha brindado herramientas importantes para promover cambios en el campo, aunque, considera, “hacer una agricultura diferente es un reto grandísimo, pero en el curso me dieron las herramientas y dentro de los proyectos que he ido haciendo por acá ya he ido implementando cambios en las formas de hacer las cosas. La Agricultura de Conservación, por ejemplo, es una herramienta que nos permite rescatar los suelos deteriorados”.
“Me gusta el contacto con los productores y por eso, en donde estoy, en el territorio en que me muevo, poco a poco vamos sensibilizando esa parte del humano que es tan difícil cambiar: el pensamiento para aceptar los cambios. Es ahí donde uno como técnico certificado tiene que estar al tanto, acompañando al productor para que venza el temor al cambio. Por eso esta ha sido una gran experiencia, un gran curso y sería bueno que se replicara para que después podamos estar hablando de una mejor producción y autosuficiente en todos los cultivos”, enfatiza Eloy.
“El impacto de los técnicos certificados es notable,su enfoque de acompañamiento técnico permite que la adopción de prácticas sustentables sea más rápida, debido a la mejor interacción entre el técnico y el productor, lo que se traduce en un nivel de innovación más alto en el campo”, comenta Alberto Cabello sobre las razones por las que se ha observado un interés creciente por la certificación en la entidad.
El CIMMYT, señala el gerente del Hub Intermedio, tiene la mayor disposición de seguir brindando soporte científico a cualquier iniciativa que fomente la formación de profesionistas especializados en Agricultura Sustentable. “Disponer de más técnicos certificados ayudaría mucho en el crecimiento y escalamiento de las innovaciones agronómicas que se requieren en el estado”, concluye el representante del CIMMYT en Zacatecas.
De izquierda a derecha: Bram Govaerts, Víctor Villalobos y Marcelo Ebrard develan placa en honor a Sanjaya Rajaram. (Foto: CIMMYT)
De izquierda a derecha: Bram Govaerts, Víctor Villalobos y Marcelo Ebrard develan placa en honor a Sanjaya Rajaram. (Foto: CIMMYT)
La colaboración entre instituciones y organismos de investigación ha contribuido en los últimos años a mejorar la producción mundial de granos, en beneficio de miles de agricultores y de la seguridad alimentaria de los países, destacaron autoridades e investigadores durante la ceremonia de Reconocimiento Internacional Norman E. Borlaug y homenaje póstumo a Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de Alimentación 2014.
En el encuentro, celebrado en la Estación Experimental del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Toluca, Estado de México, se informó que este sitio llevará el nombre de Rajaram para rendir tributo y honrar su memoria, como uno de los científicos que más ha contribuido a la seguridad alimentaria, convirtiéndose en enemigo del hambre en el mundo.
El investigador nacido en India y nacionalizado mexicano dejó un gran legado: el desarrollo del trigo que ha alimentado al mundo durante décadasdesde el centro de investigación agrícola sin fines de lucro más importante de México, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
De acuerdo con el director general de CIMMYT, Bram Govaerts, Rajaram fue la tercera persona del CIMMYT en recibir el Premio Mundial de Alimentación y, en su caso, el comité de selección lo escogió por haber desarrollado más de 480 variedades de trigo de alto rendimiento y capacidad de adaptación que se han sembrado en, aproximadamente, 58 millones de hectáreas alrededor del mundo.
“Por este impresionante logro, que parece fácil resumir en una sola frase, Raj se convirtió en un gigante del derecho a la alimentación y en uno de los más feroces enemigos del hambre en el mundo”, señaló Govaerts.
Premios a la cooperación internacional en seguridad alimentaria
El organismo internacional entregó reconocimientos a los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, y de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, por su promoción de la seguridad alimentaria e inclusión social en México y América Latina.
El canciller mexicano agradeció el reconocimiento Norman E. Borlaug -que fue entregado por el director general del Centro, Bram Govaerts- y reafirmó su compromiso de “trabajar en el ámbito internacional como lo hemos hecho, pero ahora tendremos que trabajar más, con mayor intensidad”.
“Pensemos el gran pasado que tenemos en este centro y pongamos manos a la obra para resolver los siguientes problemas,” puntualizó durante el evento.
Expuso que se tiene por delante el peligro de que millones de personas padezcan hambre por primera vez desde la Revolución Verde, debido al cambio climático y el conflicto geopolítico en Europa del Este, por lo que es necesario que el Centro siga adelante y ampliar sus posibilidades y perspectivas tecnológicas.
En ese sentido, Ebrard Casaubón se refirió a la importancia del trabajo de Norman E. Borlaug, fundador del CIMMYT y Premio Nobel de la Paz 1970.
“Con su trabajo (…) hizo posible que sobrevivieran millones de personas, ¿qué número de personas? Difícil estimarlo, pero probablemente estemos hablando de la mayor aportación a la humanidad en el siglo XX (…) Y lo hizo sin afán de lucro, no fue su motivación; su motivación era ayudar a otros.”
“Sobre la relación entre México e India, el canciller refirió que son países que comparten retos comunes, principalmente el hambre y las contradicciones de la riqueza y la pobreza. Somos dos democracias muy grandes, tenemos multiétnicas, recuerden que México tiene 62 lenguas vivas, hoy; la India es un continente; somos de los países más avanzados y que más crecemos en manufactura, en nuevas tecnologías”, anotó.
Un legado duradero
El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, señaló que la contribución de Sanjaya Rajaram significó el desarrollo de 480 variedades de trigo de alto rendimiento y capacidad de adaptación, sembradas en 51 países, que han permitido a los productores de todo el mundo cosechar más de 200 millones de toneladas.
Precisó que las variedades derivadas de la investigación del CIMMYT y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Áridas (ICARDA), ambos pertenecientes a la alianza global CGIAR, se siembran hoy día en más de 100 millones de hectáreas y generan beneficios económicos estimados en tres mil 800 millones de dólares anualmente.
A lo largo de esta administración, dijo, hemos diseñado, ejecutado y afinado, a través de la colaboración entre Agricultura y el CIMMYT, estrategias de desarrollo sostenible con un enfoque sistémico que facilita la participación de los productores en cadenas de valor más integradas y eficientes tanto en México como en otros países.
El titular de Agricultura subrayó que México, América Latina y el CIMMYT juegan un rol importante en la lucha por mejorar las condiciones de los agricultores de pequeña escala y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.
Refirió que hoy en día, más de 300 mil agricultores cultivan maíz, trigo y cultivos asociados con tecnologías sustentables de MasAgro-Cultivos para México, en más de un millón de hectáreas en todo el territorio rural del país.
Aseguró que así como en su momento, Norman Borlaug y Sanjaya Rajaram trabajaron para combatir el hambre a nivel mundial, habrá que retomar el liderazgo del CIMMYT y de los científicos nacionales para trabajar juntos, dar prioridad a la agricultura y construir una paz duradera basada en la seguridad alimentaria mundial.
Villalobos Arámbula destacó que para el presidente Andrés Manuel López Obrador, el maíz es México y México es maíz, por lo que es de fundamental relevancia para el país que la sede del CIMMYT se mantenga en territorio nacional y sus prioridades de investigación y recursos continúen siendo administrados por el propio centro.
Se trata del centro de investigación de mayor envergadura en el mundo en su tipo y es el resultado de uno de los más exitosos y duraderos programas de colaboración internacional, puntualizó.
El embajador de India en México, Pankaj Sharma, destacó que su nación debe una gran parte de su Revolución Verde a la variedad de trigo “Sonora”, que se desarrolló en México, país que es considerado una de las cunas de la agricultura a nivel global, con una tierra arable del 15 por ciento del total de la tierra dedicada a la agricultura en el mundo.
Señaló la importancia del trigo, toda vez que el Banco Mundial ha proyectado que para poder satisfacer la demanda futura en 2050, con nueve mil 600 habitantes, la producción global del cereal se tendrá que incrementar 60 por ciento con respecto al volumen alcanzado en el año 2000.
Informe de resultados de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México
La curadora del banco de germoplasma de trigo y especialista en genotipado del CIMMYT, Carolina Sansaloni, resaltó que MasAgro-Cultivos para México es el principal proyecto de cooperación entre el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Agricultura y el organismo internacional, clasificado como una iniciativa insignia en la aplicación de tecnologías en la agricultura sostenible y una referencia para otras naciones.
Este proyecto lleva más de una década en operación, en 28 estados, con la colaboración de más de 100 aliados nacionales e internacionales, y de instancias del sector privado y público, en 12 regiones que ofrecen infraestructura de investigación y desarrollo de capacitación para prácticas agronómicas sostenibles, explicó.
Informó que los resultados de 40 plataformas, 500 módulos demostrativos y dos mil áreas de extensión tienen impacto en más de un millón de hectáreas y benefician a 300 mil productores de maíz, trigo y frijol, con el uso de variedades de alto rendimiento.
La agricultora de maíz en Amacuzac, en el estado mexicano de Morelos, Rosalinda Muñoz Tafolla, expuso que su iniciativa de producir alimentos sanos la llevó a participar en Cultivos para México, donde el acompañamiento y asesoramiento del CIMMYT le ha permitido obtener resultados de alto impacto productivo.
Detalló que con el sistema de agricultura de conservación aprendió a no quemar el rastrojo y mejorar las condiciones del suelo, sembró una nueva variedad de maíz, y fue apoyada para la comercialización de su cosecha, a buen precio.
Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable de la Península de Yucatán. (Foto: Hub Península de Yucatán/CIMMYT)
Egresados del curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable de la Península de Yucatán. (Foto: Hub Península de Yucatán/CIMMYT)
El pasado 2 de abril en la ciudad de Mérida, Yucatán, se entregaron certificados a los egresados de la segunda generación de Técnicos Certificados en Agricultura Sustentable del Hub Península Yucatán del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), como parte del proceso formativo que promueven la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el citado organismo internacional.
Provenientes de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, los técnicos egresados también participaron en un conversatorio para intercambiar experiencias sobre sus trabajos actuales y cómo han impactado en ellos los conocimientos que adquirieron durante su proceso de certificación. En este sentido, compartieron los retos a los que se han enfrentado como agentes de cambio, sus contribuciones personales así como sus proyectos actuales y futuros.
La aplicación de los conocimientos y experiencia es una actividad fundamental del proceso formativo de los técnicos certificados en Agricultura Sustentable, un programa de vanguardia y de alta exigencia profesional que en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT—busca desarrollar y fortalecer sistemas de producción sustentables y resilientes en beneficio de los productores de las diferentes regiones del país.
Actualmente algunos de los egresados están directamente vinculados y colaboran con el Hub Península de Yucatán del CIMMYT, el cual busca fortalecer y sumar más colaboraciones que contribuyan tanto a los objetivos de los diferentes actores y proyectos que impulsa, como a su estrategia paraincrementar y estabilizar la productividad mediante el uso eficiente de recursos —genéticos, humanos, económicos, naturales y culturales—, fortalecer la resiliencia de los sistemas de producción de maíz y cultivos asociados y contribuir a la seguridad alimentaria a través de la gestión del conocimiento y la integración de innovaciones, el fortalecimiento de la red de actores y el desarrollo de capacidades de las comunidades rurales de la región.
En la entrega de certificados estuvo presente el equipo técnico del Hub Península de Yucatán que participó en la planeación y ejecución del programa de capacitación: Suelen Torres Mota, coordinadora de Capacitación y responsable del seguimiento de los egresados; Carolina Santiago Valenti, asistente administrativa; Eugenio Telles Mejía, coordinador técnico del Hub —quien también es técnico certificado en Agricultura Sustentable y compartió sus experiencias al respecto—; y Eduardo Tovar López, gerente del Hub.
El evento, cargado de emotividad —uno de los egresados, por ejemplo, recitó poesía dedicándola a sus compañeros y a su coordinadora—, dio cuenta de la importante labor que los técnicos certificados realizan en campo, así como de su compromiso por seguirse formando y de la relevancia de seguir vinculados y trabajando con la amplia red de innovación del CIMMYT y con el grupo de técnicos certificados en Agricultura Sustentable egresados a nivel nacional.
Agradecemos la colaboración de todos los investigadores y expertos que contribuyeron como facilitadores del curso, así como a los tutores por su valioso asesoramiento práctico, seguimiento y evaluación de los participantes en todo el proceso formativo: Martín Jerezano Orduña, Milton Carlos Tolosa Poot, Jorge Luis Ucán Chí y German Felipe Galera Albornoz.
Con el objetivo de compartir alternativas para hacer frente al alza en los costos de los insumos, combustibles y particularmente el precio de los fertilizantes —que son recursos clave para la producción— se realizó el sexto Foro regional MasAgro Guanajuato, denominado en esta edición “Estrategia para mejorar la competitividad en la producción de granos básicos en Guanajuato”.
El foro, realizado en Salamanca, Guanajuato, contó con la participación de 350 asistentes, entre ellos más de 230 productores, así como autoridades municipales de Abasolo, Acámbaro, Apaseo El Alto, Apaseo El Grande, Celaya, Comonfort, Huanímaro, Irapuato, León,Ocampo, Salamanca, Salvatierra, San Felipe,San Miguel de Allende, Tarimoro y Valle de Santiago; así como de La Piedad, Numarán y Zamora del vecino estado de Michoacán.
También se contó con la participación de actores clave de la red de innovación que impulsa MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— con quienes se estableció un área comercial. En ella participaron empresas de diversos rubros, proveedores de semillas, fertilizantes foliares, maquinaria, fabricantes de silos herméticos, proveedores de tecnologías herméticas, servicios de fumigación con drones, proveedores de feromonas, etc.
Entre las organizaciones que participaron están: AgroNutrex, AGROSEN, Avex, BIOFOM, BIOKRONE, BREVANT, CESAVEG, Fertilizantes ALDASE , Grain Pro, Grupo Agrícola Servibajio, Icuchem (IQ lab), Innovación Agrícola, Módulo de Riego Valle de Santiago,NOVASEM, Nutrimax, Provivi®, Sembradoras del Bajío, Sembradoras Dobladenses, Semillas La Fuerte, Semillas Majo, Semillas Rica, SEMTEK, ServiBajío, Silos del Norte.
El foro se desarrolló en la parcela del señor Roberto Páramo, un agricultor que, comenta, tenía dudas sobre las tecnologías promovidas por MasAgro Guanajuato. Ahora, sin embargo, cultiva todas sus parcelas con Agricultura de Conservación y, con su testimonio, anima a otros productores a aprovechar el acompañamiento técnico que brinda el programa, el cual está sustentado en resultados de plataformas de investigación, módulos demostrativos y áreas de extensión, donde la participación activa de productores como él, es fundamental.
Las actividades del foro iniciaron con una conferencia dictada por Erick Ortíz Hernández, gerente del Hub Bajío del CIMMYT, denominada: “Estrategias para hacer frente a los retos del ciclo primavera-verano”, compartiendo una serie de recomendaciones técnicas para la implementación de la Agricultura de Conservación con resultados manifiestos en alta competitividad.
El equipo de agentes técnicos de MasAgro Guanajuato diseñó estaciones de trabajo donde los visitantes pudieron conocer de cerca de qué se tratan las estrategias:
#RetoRastrojo. Manejo del rastrojo como cobertura del suelo para reducir los costos en movimiento de suelo y protegerlo, evitar la evaporación del agua y favorecer la actividad microbiana del suelo.
#CosechandoAgua. Diseño de curvas a nivel y rotura vertical para captar la mayor cantidad de agua de lluvia en la parcela y dejar cobertura para disminuir la evaporación y conservar la humedad —a lo que se le llama cosecha de agua—.
#FertilidadIntegral. Aplicar el elemento mineral adecuado en el momento más oportuno es fundamental, pero aplicarlo de forma correcta con el instrumento más recomendado, es estratégico.
En cada una de estas estaciones se desarrolló un diálogo directo con los productores, donde el equipo técnico de MasAgro Guanajuato escuchó las inquietudes y las experiencias de aquellos productores que ya se dieron la oportunidad de poner en marcha las innovaciones propuestas por MasAgro Guanajuato para luego, pasar a una fase práctica con el uso de maquinaria recomendada y pruebas sencillas.
El hecho de que los productores conocieran o fortalecieran sus aprendizajes en el tema, teniendo como escenario una parcela en la que los rendimientos han alcanzado ocho toneladas de trigo por hectárea —cuando los rendimientos con prácticas convencionales en la misma zona solo son de 5.5 toneladas— fue impactante para muchos de ellos.
“¿Entonces sí nace la semilla sobre un suelo cubierto por rastrojo?”, fue una pregunta recurrente. La respuesta es sí, particularmente con el uso de maquinaria adecuada que permite cortar el rastrojo al momento de la siembra porque hacer Agricultura de Conservación, comentaron los técnicos de MasAgro Guanajuato, implica implementar de manera correcta una serie de pasos ordenados para tener los resultados esperados.
Los asistentes al foro pudieron escuchar también la participación de Provivi®, startup de innovación agroecológica que compartió los principios de acción de las feromonas de confusión sexual, un instrumento fundamental para el manejo agroecológico de plagas en las parcelas. Como esta, MasAgro Guanajuato promueve prácticas sustentables en alianza con una gran red de innovación que, en el estado, cuenta con la participación de más de 90 actores clave, entre ellos 21 gobiernos municipales.
Agradecemos la presencia del arquitecto Rodolfo Ponce Ávila, subsecretario de Desarrollo y Competitividad alimentaria de la SDAyR, quien acudió en representación del ingeniero Paulo Bañuelos Rosales, titular de dicha dependencia, y todos quienes hicieron posible este foro.
Representantes del CIMMYT, de la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Évora y Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora (de izquierda a derecha) durante la presentación de la campaña Sinaloa No Quema. (Foto: colaborador del Hub Pacífico Norte/CIMMYT)
Representantes del CIMMYT, de la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Évora y Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora (de izquierda a derecha) durante la presentación de la campaña Sinaloa No Quema. (Foto: colaborador del Hub Pacífico Norte/CIMMYT)
La zona centro norte de Sinaloa unificará esfuerzos para disminuir la quema de rastrojo o soca que se da luego de las cosechas de garbanzo, maíz y trigo, tal como se realizó con éxito durante 2021.
En conferencia de prensa, Carlos Beltrán, presidente de la Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Évora informó que, con esta coordinación, se logró disminuir estas prácticas nocivas en hasta un 96% a través de una campaña de concientización en cuatro municipios: Angostura, Mocorito, Salvador Alvarado y Guasave.
Dijo que la quema de rastrojos afecta la fauna microbiana del suelo, así como a la capa de ozono, favoreciendo al cambio climático. Además, el suelo pierde fertilidad, productividad y nutrientes naturales como nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio, entre otros.
Con presencia de representantes del Comité Estatal de Sanidad Vegetal del Estado de Sinaloa (Cesavesin), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), así como del Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora y la Fundación Produce Sinaloa, Beltrán Astorga señaló que de la misma forma se pretende promover prácticas agrícolas sustentables.
El líder agrícola pidió a la policía ambiental tener criterio en las acciones de los productores, esto con relación a las labores de control de malezas con fuego en regaderas que realizan alrededor de sus predios y, además, señaló que mayormente son pepenadores quienes queman los rastrojos después de las cosechas.
“La tierra es vida, tiene muchos insectos benéficos y al quemar los rastrojos empobrecemos nuestros suelos, el rastrojo representa nutrientes para nuestro suelo y, a medida que lo vayamos integrando, vamos a ir mejorando la calidad del terreno”, concluyó.
En ese sentido, destaca la labor del Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora que, desde hace mas de 30 años en Sinaloa, y principalmente en la región del Évora, promueve prácticas sustentables como el manejo de los rastrojos, la mínima labranza, el uso de abonos orgánicos, entre otras.
En sintonía con la Agricultura Sustentable planteada en esta actividad, destaca la estrategia del CIMMYT para disminuir el uso de fertilizantes sintéticos. Esta se enfoca en dejar los residuos de la cosecha como cobertura, hacer análisis de suelos, diagnosticar las cantidades de nitrógeno que necesita por medio de sensores ópticos y prácticas de manejo de fertilizantes, entre otros.
Leonardo Lugo Gaxiola, representante del CIMMYT en Sinaloa, detalló que dicho organismo contribuye a la campaña de difusión #EnSinaloaElRastrojoVale enfocándose a darle valor al rastrojo, cuyos beneficios lo convierten en un insumo más que un residuo.
Recordó que, al atravesar una crisis por los altos precios de los fertilizantes, el sector agrícola debe integrar el rastrojo a sus tierras debido a la productividad que representa; “si le damos un valor al rastrojo, de un maíz que da 10 o 12 toneladas por hectárea, hablamos de 10 a 15 mil pesos por hectárea, mismos que se estaría ahorrando el productor”, consideró.
Agregó que, ante el alza en el costo de los combustibles, una opción es reducir sus trabajos de campo cuidando y conservando el rastrojo, también evitando afectar el medioambiente y, por último, señaló que con Agricultura de Conservación también es posible conservar y almacenar la humedad de las lluvias y aprovechar de mejor manera la humedad de los riegos.
Primeras hojas del cultivo emergiendo entre el rastrojo. (Foto: CIMMYT)
Primeras hojas del cultivo emergiendo entre el rastrojo. (Foto: CIMMYT)
“La forma convencional en que hacíamos la preparación del terreno implicaba mover mucho la tierra y ahora vemos que eso no es necesario. Usábamos pesticidas que no son, digamos, bondadosos con el suelo. Ahora cada vez tendemos a ser más cuidadosos con el medioambiente y resulta que es más rentable. Hoy, yo ya no me atrevería a usar un pesticida o un producto contaminante que afecte a los seres humanos o al ambiente”, comenta Leopoldo Gutiérrez Arroyo al tiempo que señala los rastrojos que cubren el suelo en su parcela.
Leopoldo es un agricultor de Sinaloa que participa en el proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, de la compañía Kellogg y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Para él, dejar de quemar el rastrojo y aprovecharlo para cubrir el suelo y protegerlo de la erosión representa un cambio de valores y una nueva y mejor forma de hacer agricultura, una agricultura que está contribuyendo a regenerar la Tierra.
Las innovaciones agronómicas que han adoptado los productores que participan en el proyecto con Kellogg, como Leopoldo, promueven una relación más armónica con la naturaleza y buscan consolidar un modelo de abastecimiento responsable que brinde equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras. Esto es, un modelo más sostenible para la producción y el consumo que permita satisfacer las necesidades de alimentación de una población en crecimiento dentro de los límites planetarios.
De seguir con los hábitos de producción y consumo actuales se estima que en menos de 30 años se requeriría lo equivalente a tres planetas Tierra para satisfacer todas nuestras necesidades. La escasez de agua global y la disminución de las tierras cultivables debido al crecimiento urbano y la degradación de los suelos son un recordatorio de que los recursos naturales de este planeta tienen un límite y, también, la razón por la que es importante acelerar la adopción de prácticas sustentables en los sistemas agroalimentarios.
En el marco del Día Internacional de la Madre Tierra (22 de abril), proyectos como Apoyo al Abastecimiento Responsable en México recuerdan la importancia de establecer una nueva relación con la Tierra y, sobre todo, la importancia de reconocer que el planeta y sus ecosistemas son el hogar común de la humanidad. No hacer nada para cuidar este hogar podría conducir muy pronto a nuevas crisis (sanitarias, socioeconómicas y alimentarias) y desde la agricultura se puede hacer mucho en favor este, que es hogar de todos.
Si se considera a nivel global que el sector agropecuario es responsable del 24% de los gases de efecto invernadero (que contribuyen al cambio climático) y del 70% de las as extracciones de agua de ríos, lagos y acuíferos; y que además con cada grado que aumente la temperatura de la Tierra la producción de cereales se reduce 5% aproximadamente, entonces el nuevo modelo de producción y consumo sostenible debe procurar un menor impacto ambiental y una mayor productividad y beneficios al productor al mismo tiempo.
La Agricultura de Conservación que promueve el proyecto de Kellogg y el CIMMYT permite avanzar en ese sentido: en tres años de trabajo en Sinaloa y Guanajuato se ha fomentado la adopción de prácticas agrícolas sostenibles en casi 7 mil hectáreas, aumentando 36% la productividad promedio de maíz. Tan solo en 2021 en esos estados se trabajó con más de 350 agricultores, impactando en más de 2,400 hectáreas y produciendo cerca de 26 mil toneladas de maíz amarillo con prácticas y tecnologías de intensificación sustentable.
En los próximos años, esta iniciativa buscará impactar en cerca de 20 mil hectáreas para producir cerca de 180 mil toneladas de maíz cultivado con una huella de carbono reducida. A la fecha, de hecho, se ha logrado usar menos combustible para la producción de granos, así como un uso más eficiente del riego.
“Nos ahorramos en maquinaria, combustibles, nos ahorramos en agroquímicos, nos ahorramos en fertilizantes. Ahora producimos con mayor calidad y lo hacemos con un menor costo porque hacemos labranza mínima, además nos enseñan a hacer un manejo integrado de las plagas e incluso optimizamos el uso de los fertilizantes”, señala Leopoldo en referencia a este sistema que, además, evita que se hagan quemas agrícolas, una de las principales causas de incendios forestales.
Así, al acercar a los productores la información que necesitan para conocer y contar con las herramientas que les permitan integrar métodos de producción sostenible, se beneficia a la Tierra y a la humanidad en consecuencia.