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Establecen alianza para reducir el consumo de agua en la agricultura

El Consejo Consultivo del Agua (CCA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron un convenio de colaboración para promover actividades de investigación, desarrollo y capacitación para hacer un uso óptimo del agua en la agricultura mexicana.

Se estima que en México 76% del consumo de agua se destina a fines agropecuarios, mientras que la actividad industrial consume entre 3.5% y 5% del agua disponible cada año en el país, por lo que esta alianza puede tener un impacto positivo en los diferentes sectores económicos, así como en las comunidades rurales y urbanas del país. 

 El acuerdo también contribuirá a impulsar proyectos productivos que pueden transformar los sistemas agroalimentarios y mejorar los medios de vida de las y los productores mexicanos.

Raúl Rodríguez Márquez, Presidente del CCA, indicó que más actores sociales, empresariales y gubernamentales deberían conocer y aprovechar el trabajo del CIMMYT, especialmente ahora que el mundo enfrenta conflictos globales que agravan las crisis alimentarias.

También se comprometió a vincular a los miembros del Consejo con el CIMMYT y, de esta forma, facilitar el impulso de alianzas estratégicas que incrementen y hagan más sostenible la producción de granos básicos para fortalecer la seguridad alimentaria, autosuficiencia y resiliencia de México.

Bram Govaerts, director general del CIMMYT, expresó que este organismo internacional de investigación de excelencia sin fines de lucro siempre está abierto a colaborar con más actores del agro mexicano para llevar innovaciones sustentables al productor.

Destacó que una gran ventana de oportunidad para colaborar con los miembros del CCA es la producción de más cultivos por gota de agua.

Podemos ayudar a las empresas a reducir el consumo de agua en su servicio de proveeduría”, aseguró el representante del organismo internacional.

Precisó que CIMMYT tiene presencia en diversos países y que forma parte de un consorcio internacional de investigación. Por ello, eventualmente se podría involucrar a especialistas que trabajan en más cultivos, además del maíz y el trigo.

La firma del convenio tuvo como testigo de honor a Neal Gutterson, integrante del Consejo Directivo del CIMMYT.

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¿Se puede implementar Agricultura de Conservación en la producción de nuez?

Chihuahua es el principal productor de nuez a nivel nacional. En las huertas nogaleras del estado se cultiva el llamado “oro café” que brinda el nogal, árbol que tarda entre cinco y ocho años en brindar sus primeros frutos y alcanza su máximo rendimiento entre los 15 y 25 años. 

La sobreexplotación de los mantos freáticos, sin embargo, ha hecho que la producción de nuez en diversas zonas del estado decaiga, haciendo que muchos productores busquen alternativas para seguir siendo productivos ante esta crisis del agua. 

¿Es posible desarrollar un sistema de producción sustentable en las huertas nogaleras?, ¿sistemas como la Agricultura de Conservación son viables para la producción de otros cultivos que no sean los granos básicos?

Raymundo Soto es un productor del municipio de Rosales Chihuahua y, recientemente, en el marco de la iniciativa MasAgro Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, recibió a otros productores para mostrarles cómo ha implementado los componentes básicos de la Agricultura de Conservación en su huerta nogalera, con resultados satisfactorios.

En las 65 hectáreas de la huerta, comenta Raymundo, hay un pozo profundo; sin embargo, la cantidad de sales de esa agua no la hacen conveniente para la producción de nuez, así que la huerta se riega con agua de la presa Las Vírgenes, que se usa principalmente para cultivos del ciclo primavera-verano. 

Lo anterior significa que esta huerta nogalera se ha manejado con las condiciones de riego de los cultivos anuales, hecho de particular interés para el estudio y seguimiento de la rentabilidad de un cultivo perenne como el nogal, cuya vida productiva puede ser de 50 años e incluso extenderse hasta los 100 años. 

De acuerdo con Raymundo, sus nogales han tenido un buen desempeño al adaptar la Agricultura de Conservación a sus propias condiciones: primero, no mueve el suelo (no lo ha movido por siete años) y deja sobre la superficie las tres toneladas de rastrojo que produce la hierba y el zacate que se encuentran en las calles de la huerta. Esto lo hace cinco veces al año, cumpliendo con los dos primeros componentes básicos de la Agricultura de Conservación: mínimo movimiento del suelo y su cobertura con residuos de cosecha. 

Con respecto al tercer componente de la Agricultura de Conservación, Raymundo comenta que, aunque aparentemente no hay una diversificación de cultivos como tal, “la biodiversidad de la huerta no se circunscribe únicamente a los árboles de nogal”, así que mediante el zacate y otras hierbas el suelo nunca está descubierto y, de hecho, ha observado una importante actividad microbiana con la presencia de micorrizas, lombrices y diversos insectos benéficos.

Ante estos efectos positivos, Raymundo decidió no volver a aplicar insecticidas ya que la biodiversidad que mantiene la huerta le ha permitido reducir significativamente la necesidad de otro tipo de control.

Con respecto al tema del agua, el productor comenta que ha instalado un sistema de riego por aspersión que le ha representado, en términos generales, un ahorro de más del 50% en el uso del agua. Esto es un ahorro muy importante que le permite hacer mucho más rentable su actividad, por lo que invita a otros productores, independientemente del cultivo que tengan, a conocer y adoptar sistemas sustentables como la Agricultura de Conservación. 

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Mecanización apropiada para un mejor aprovechamiento del agua de los acuíferos

Durante el ciclo otoño-invierno alrededor de mil hectáreas en Calera, Zacatecas, implementaron prácticas de Agricultura Sustentable para disminuir el impacto que la agricultura ha tenido en el acuífero que abastece a la región. 

En este ciclo primavera-verano, que en la zona ya comenzó con el establecimiento del cultivo de chile, se están sumando más hectáreas y más productores. La meta para este ciclo es impactar positivamente en dos mil hectáreas y, aunque aun falta que se establezcan los frijoles, los girasoles, más el maíz de ciclo corto —porque ya se establecieron variedades de ciclo largo— y algunos otros granos, prácticamente ya está por cumplirse la meta, lo cual refleja la pertinencia de las prácticas promovidas por el proyecto Aguas Firmes, del que se desprenden estas acciones. 

Aguas Firmes es un proyecto del Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la Agricultura Sustentable como uno de sus pilares. 

En este sentido, cultivos como la cebada, el trigo, el maíz, el frijol y el girasol son de particular interés en esta zona de Zacatecas porque facilitan la siembra directa, es decir, la siembra sobre el rastrojo cuya cobertura permite además conservar la humedad en el suelo, optimizando así el agua de riego —que en este caso es con agua subterránea—. Independientemente de esto, al proyecto se han sumado productores de diversos cultivos, incluyendo las hortalizas que son de gran importancia económica en la zona. 

La maquinaria especializada en Agricultura de Conservación, cuyo uso forma parte de los beneficios para los productores que deciden sumarse al proyecto, ha sido pieza clave para la promoción y adopción de prácticas sustentables: “Precisamente ayer dimos un recorrido utilizando la maquinaria que se obtuvo por medio de Aguas Firmes. Tenemos tres sembradoras neumáticas de precisión de cuatro surcos que, mediante un concepto multiuso-multicultivo, son capaces de sembrar y fertilizar una hilera por surco de semillas grandes y tres hileras por surco de semillas pequeñas. Esas son las máquinas que ahorita andan trabajando en la siembra del maíz”, comenta el biólogo Carmen Martínez García, colaborador del CIMMYT para el proyecto Aguas Firmes.  

Con respecto a cómo los productores participantes se están organizando para hacer uso de las máquinas, el técnico comenta que hay una programación y que los mismos productores se están encargando de rotar la maquinaria: “si alguien quiere usar la sembradora tiene que ir al rancho donde se ocupó y llevarla a donde se usará. Todo esto lo están haciendo directamente los productores, además están muy contentos porque ahorita que ya nació el maíz se ve muy parejito. Como son equipos de precisión, van sembrando a la misma distancia, van echando la semilla de una en una, cuando anteriormente con las máquinas convencionales que tienen los productores pues se van de dos, de tres, unas quedan a dos centímetros otras, a siete, era muy irregular”.

Con la maquinaria para Agricultura de Conservación de Aguas Firmes los productores de Calera “se han dando cuenta de lo importante que es esto, porque disminuye también el costo de semilla. Con una sembradora mecánica la dosificación es menos precisa, el cultivo te puede quedar muy ralo o te puede quedar muy cargado, y si queda muy cargado de plantas pues obviamente se gasta más en semillas. Así que esa es la ventaja de los equipos de precisión, que se puede dosificar bien la cantidad exacta de semillas y también se puede controlar la cantidad de fertilizante”, señala Carmen Martínez.

“Dentro del paquete que se adquirió como parte del proyecto Aguas Firmes, además de las tres sembradoras neumáticas de precisión para semilla grande y semilla pequeña, hay una niveladora láser, dos fertilizadoras y dos aspersoras para aplicar insecticidas foliares y productos de bajo impacto ambiental; de igual forma se trajeron dos roturadores que permiten realizar una labranza dirigida para tener una siembra más homogénea y mejor filtración de agua”, puntualiza el técnico de Aguas Firmes. 

Con información de Carmen Martínez García.

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La ciencia puede ayudar a superar los retos de la seguridad alimentaria

Este 7 de junio Víctor Villalobos, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, y Tatiana Clouthier, titular de la Secretaría de Economía, inauguraron el Foro Nacional sobre Seguridad Alimentaria y Cambio Climático que tuvo como finalidad analizar y proponer vías para la producción sostenible de alimentos sanos y accesibles en un entorno donde los conflictos y el cambio climático son una realidad.

Para reflexionar sobre el tema, en el marco del Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos, el foro convocó a especialistas del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) México, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

Durante su intervención, Bram Govaerts, director general del CIMMYT, destacó que la actual crisis en Ucrania subraya la necesidad de contar con soluciones a largo plazo para la seguridad alimentaria mundial. Expuso que el conflicto bélico ha trastocado el mercado global de trigo, afectando primeramente a los países de Medio Oriente y África que dependen del trigo cultivado en Rusia y Ucrania, pero también ha exacerbado la migración internacional como consecuencia del incremento de los precios de los alimentos en muchas regiones del mundo, incluyendo América Latina. 

Govaerts también señaló que siendo Rusia uno de los más importantes productores de fertilizantes a nivel global, para el siguiente ciclo será esencial “difundir urgentemente las prácticas que generan más grano por unidad de fertilizante, lo cual incluye el uso de sensores ópticos, el desarrollo de mapas de fertilidad, la optimización de la fertilización en zonas que usan grandes cantidades de estos insumos —para permitir la disponibilidad en otras zonas—, el uso de fertilizantes orgánicos, entre otras prácticas”.

Además de los conflictos, enfatizó el director general del CIMMYT, el cambio climático está afectando a la agricultura a través de fenómenos meteorológicos más extremos, como sequías e inundaciones: “El aumento de la temperatura reduce los rendimientos globales de los principales cultivos. Sin una agricultura adaptada a estos cambios, cada grado que aumente la temperatura media global estaría reduciendo los rendimientos de trigo en un 6% y de maíz en un 7.4% en promedio”.

Para responder a estos retos, Govaerts comentó que México cuenta con la experiencia para desarrollar sistemas agroalimentarios sustentables —iniciativas como MasAgro-Cultivos para México son un ejemplo de ello—, hecho que resalta la importancia de invertir en investigación científica: “el 70% de semillas de trigo y más del 50% de semillas de maíz sembradas en el mundo derivan de la investigación en mejoramiento que se realiza en México desde el CIMMYT y una amplía red de colaboradores”. 

A través del CIMMYT, México hace alrededor de 1,500 envíos de semillas anuales a diferentes países y varias de esas semillas son de variedades resistentes a sequía. “Nuestro llamado es a que la intervención humanitaria incluya semilla resistente a sequía para las zonas susceptibles a este fenómeno y así generar resiliencia global hacia el futuro”, enfatizó el directivo del CIMMYT. 

En este mismo sentido, durante su intervención en el bloque orientado a abordar los desafíos para la adopción de mejores prácticas en sistemas de producción agrícola, Jelle Van Loon, científico del CIMMYT, mencionó que el organismo internacional con sede en México y sus colaboradores también están “impulsando AgriLAC Resiliente, un proyecto muy amplio en América Latina construido sobre el concepto de Hub, o nodo de innovación, que caracteriza a programas como MasAgro-Cultivos para México y proyectos de Abastecimiento Responsable, con los que conectamos con el mercado a los productores a quienes apoyamos a desarrollar capacidades en temas de Agricultura Sustentable”.

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Mujeres rurales, una visión desde la fotografía

Coordinación General de Comunicación Social, Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. Foto: Juan Pablo Zamora

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las mujeres representan el 43% de la mano de obra agrícola en el mundo. En México, el INEGI reporta que 13.9 millones de mujeres viven en localidades rurales y, de ellas, 938 mil trabajan en este sector. 

¿Cómo es la vida de estas mujeres más allá de las cifras sobre sus condiciones?, ¿cuál es su relación con el campo y cómo su trabajo diario se vincula con los alimentos que, día a día, la sociedad consume sin muchas veces reflexionar sobre su origen?

Con estas preguntas como guía, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural —a través de su Coordinación General de Comunicación Social— integró la exposición Mujeres Rurales (Día Internacional de la Mujer Rural), del fotógrafo Juan Pablo Zamora. 

Luego de haberse expuesto en las instalaciones de la Secretaría de Agricultura en la Ciudad de México, la muestra fotográfica llegó al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en su sede en Texcoco, Estado de México, donde pudo ser apreciada por la comunidad de dicho centro de investigación. 

En entrevista, Juan Pablo Zamora comentó que la exposición fue integrada con imágenes capturadas, en su mayoría, durante el periodo de resguardo social a causa de la pandemia por COVID-19 durante 2020, hecho que adicionalmente ilustra que el campo nunca se detuvo y que las mujeres fueron fundamentales para que la sociedad dispusiera de alimentos en esos momentos críticos. 

Sobre la exposición, el fotógrafo comentó: “Cada una de las mujeres que están ahí tiene una historia. El campo es más allá de lo que vemos. Cuando compramos cualquier producto del campo, generalmente no conocemos su historia, y la exposición busca difundir esas historias. Para mí eso fue algo fundamental porque estas personas dicen con orgullo «yo soy de campo, yo trabajo el campo y el campo es mi vida» y esas palabras te mueven porque pensamos que las cosas en el campo son sencillas, pero implican mucho más”. 

Como ejemplo, Juan Pablo menciona la historia de Jennifer, “una joven productora de Oaxaca que me impactó mucho. Ella es madre soltera, se dedica al campo, prepara comida para vender y a parte está estudiando Agronomía porque nos comentaba que ella quiere superarse. Ella aprendió lo referente al campo de su papá, que es agricultor, pero tuvo un accidente y ella quedó con toda la responsabilidad y actualmente se hace cargo de sus papás y de su pequeño”. 

Después de su exhibición en el CIMMYT, la exposición viajará a otros recintos para presentar las 32 imágenes que la conforman como 32 historias de mujeres rurales mexicanas que, desde muchos ángulos, simbolizan a la madre tierra que alimenta a la humanidad. 

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Colaboran para transformar el campo de Sinaloa

La investigación científica y la colaboración son determinantes para impulsar la transición hacia una agricultura más sustentable. En el norte del país, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y SAFINSA (Servicios Agro Financieros del Norte), una empresa clave para la cadena de valor del trigo en la región, colaboran para promover mejores prácticas agrícolas. 

SAFINSA y el CIMMYT han estado trabajando ya desde hace varios años con una plataforma de investigación ubicada en Poblado Cinco, en Ahome, Sinaloa. “Allí se han evaluado cuáles son las prácticas más sustentables para producir trigo y maíz en la región; a partir de esto los técnicos de SAFINSA se han capacitado continuamente para ayudar a que los productores de la zona adopten con mayor facilidad estas prácticas. Actualmente técnicos de esta organización desarrollan sus capacidades en el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable que ofrece el CIMMYT. Hemos hecho buen equipo para este tipo de proyectos”, comenta Carolina Cortez, coordinadora técnica del Hub Pacífico Norte del CIMMYT.

“Tanto con Safinsa, como con Grupo Bimbo, hemos impulsado la Agricultura de Conservación en la región. Encontramos en SAFINSA una empresa que ha apoyado todo lo que implica este sistema de Agricultura Sustentable. Aquí, por ejemplo —señala las parcelas de productores que trabajan con dicho sistema— vemos sus tres componentes básicos: el primero es dejar el residuo en la parcela. Lo que se busca es que el suelo quede cubierto por el rastrojo del cultivo anterior, evitar erosiones, aumentar la mayor captación de agua en el suelo, no practicando las quemas de rastrojo, evitando que toda esta materia orgánica que se pierda”. 

“Otro componente básico de la Agricultura de Conservación es la rotación de cultivos —que en la zona ha sido con ajonjolí y soya en el ciclo de temporal en verano—. Precisamente, el ajonjolí cosechado en estas parcelas tiene en Bimbo un comprador seguro, con lo cual se fortalece la cadena y los productores capitalizan los beneficios de producir bajo este sistema sustentable”, señala la coordinadora del Hub. 

“Como tercer componente se tiene el mínimo movimiento del suelo. Aquí se utilizaron sembradoras para Agricultura de Conservación, teniendo el apoyo de las centrales de maquinaria instaladas en el Valle del Carrizo para Agricultura de Conservación por parte de Fundación Produce y el Gobierno del estado. Una de las ventajas de usar este tipo de instrumentos es que tanto la fertilización como la siembra son puntuales, es decir, no se tiene tanto desperdicio de fertilizantes”, refiere Carolina Cortez. 

“Usar la voladora aumenta las dosis de fertilizante o densidad de semilla, lo cual no siempre es lo más eficiente, mientras que con la sembradora de Agricultura de Conservación el aprovechamiento de los recursos semilla-fertilizante es mejor, añadiendo el beneficio de ahorrar pasos de maquinaria. Siendo una de las funciones principales en la adaptación de la maquinaria para Agricultura de Conservación el cortar la paja (rastrojo), evitando que el suelo quede desnudo, erosionándose por el exceso de pasos de maquinaria que también implica un exceso de gastos porque ahora con el tema del incremento en el precio de los combustibles y los fertilizantes, es un tema importante para el productor”. 

A partir de estas colaboraciones, en la región también se promueve el uso de sensores ópticos para optimizar la fertilización nitrogenada: “se ha trabajado en la concientización para utilizar sensores, dosis de fertilizantes adecuadas y densidades de semilla óptimas. A partir de los trabajos de la plataforma de investigación se ha demostrado que las densidades altas no implican un mayor rendimiento. Y esa es una de las prácticas que se han trabajado junto con los técnicos de SAFINSA en predios de productores que han optado por implementar las innovaciones”, concluye la coordinadora técnica del Hub. 

El hecho de que empresas como SAFINSA sean promotores activos de la Agricultura Sustentable es un ejemplo para muchas otras regiones del país en las que se necesita que los agricultores tengan a la mano estrategias que les ayuden a manejar mejor sus riesgos productivos. Esta manera de entender la agricultura es fundamental, ya que contribuye a hacer a los sistemas agrícolas y las cadenas de valor más resilientes.

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Contribuciones de México a la inocuidad de los alimentos global

El maíz es un alimento básico en México, pero también en distintos países de África y América Central donde el consumo por persona es alrededor de 103 kilogramos por año, aportando el 31% de las calorías y el 28% del suministro de proteínas. 

El maíz fue introducido en África por los marineros portugueses en el siglo XVI. Debido a su amplia adaptación a diversos ambientes, la baja incidencia de daños por pájaros (a diferencia del sorgo y el mijo), y su relativa facilidad de cultivo, almacenamiento y procesamiento, el maíz de grano blanco reemplazó rápidamente a otros cereales locales en los campos y en la dieta. 

Por distintas circunstancias sociohistóricas, México exportó semilla de maíz a África pero no las tecnologías para su aprovechamiento (mientras que los mexicanos tienen más de 600 productos del maíz, los países africanos tienen menos de cincuenta), como la nixtamalización, de la cual se derivan más de 300 productos alimenticios de consumo común en México.

La nixtamalización brinda beneficios nutricionales que incluyen la reducción del riesgo de pelagra —enfermedad causada por la deficiencia de la vitamina B3 (niacina) y caracterizada por diarreas, dermatitis e incluso demencia—; el aumento de la ingesta de calcio; el suministro de fibra dietética y la reducción significativa de micotoxinas —te recomendamos leer Buenas prácticas poscosecha, aliadas en la prevención del cáncer―.

Actualmente, científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran con instituciones nacionales y africanas para impulsar la transferencia de la técnica de la nixtamalización en África como una herramienta fundamental para la nutrición, la salud y la seguridad alimentaria de las familias de ese continente. 

Desde México, también se impulsan prácticas poscosecha adecuadas para asegurar la calidad del grano de maíz, la cual no solo depende de las características propias del maíz, sino de las condiciones ambientales en las que se produce el grano, su manejo agronómico ―fecha de siembra, fertilización, disponibilidad de agua, densidad de siembra, control de plagas y enfermedades, etc.— y, particularmente, el manejo del grano durante el almacenamiento —te recomendamos leer El efecto de las tecnologías de almacenamiento en la calidad del grano―.

Constantemente, en México y países de África y Asia, el CIMMYT imparte capacitaciones sobre calidad e inocuidad de grano y poscosecha, abordando temas como las condiciones óptimas para el almacenamiento de grano o la construcción de silos metálicos herméticos. Esto es la suma de diferentes acciones desde el campo hasta el procesamiento, que contribuye a asegurar grano inocuo y de calidad para comercialización, procesamiento y consumo. Como recomienda la Organización Mundial de la Salud en el Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos: si no es inocuo, no es alimento.

Con información del manual Lime cooking process: nixtamalization from Mexico to the world, del CIMMYT.

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Cultivos alternativos en la sierra de Chihuahua

La diversificación de cultivos es uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación y una práctica con amplios beneficios para las tierras de cultivo, la nutrición de las familias productoras y también para la economía familiar. 

En la localidad de Hueleyvo, municipio de Guachochi, Chihuahua, y con la participación de productores de diversas comunidades serranas, se dieron a conocer los resultados obtenidos del establecimiento de cultivos alternativos en el ciclo primavera-verano 2021, mismos que forman parte de un esfuerzo para promover la diversificación de cultivos. 

Reginaldo Loya Moreno, del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDET) —organización que colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas sustentables en Chihuahua— expuso el beneficio para el suelo que representa el establecimiento de cultivos como el ayocote y el girasol de grano.

Este tipo de plantas permiten hacer una rotación de cultivos y romper el ciclo biológico de las plagas, aminorando la incidencia de estas sobre todo en el cultivo de maíz. En el caso de este ensayo, refirió el técnico de CIDET, se intercaló maíz nativo de la región con girasol y ayocote en temporal, colocando el ayocote en la orilla como barrera para retención de plagas.

El año anterior, refirió el técnico, también se habían hecho este tipo de arreglo en algunas parcelas; sin embargo, el temporal no favoreció. Por el contario, en el ciclo primavera-verano 2021 se logró una producción de 400 kilos por hectárea (kg/ha) de ayocote y 1,428 kg/ha de girasol, precisando que el ayocote tuvo algunas afectaciones por el hielo, lo que disminuyó un poco su rendimiento total.

Aunque este tipo de ensayos continúan para identificar las mejores variedades, prácticas y condiciones para la diversificación de cultivos en las zonas serranas de Chihuahua, los productores conocieron la importancia de esta práctica para mejorar sus suelos. Finalmente, se les compartieron algunas semillas para que puedan ir estableciendo pequeñas parcelas e ir generando su propia semilla, comprometiéndose a seguir capacitándose en temas de Agricultura Sustentable. 

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Emprenden en Sinaloa campaña para darle valor al rastrojo

Sinaloa NO QUEMA #EnSinaloaElRastrojoVale, es una campaña de concientización orientada a prevenir las quemas agrícolas y dar valor a los restos de cultivo (llamados rastrojos o socas). Promovida por un amplio conjunto de organizaciones, actualmente la campaña se desarrolla en los municipios sinaloenses de Angostura, Guasave, Mocorito, y Salvador Alvarado. 

Rosalinda Cruz Huitrón, coordinadora de Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento de Salvador Alvarado, refiere que la campaña tiene la finalidad de hacer conciencia entre la población sobre las consecuencias de las quemas agrícolas y, sobre todo, la afectación que tienen las tierras de cultivo con estas prácticas. En este sentido, comenta que la intención es que los productores entiendan que lo mejor es aprovechar el rastrojo, ya que eso genera bondades para sus tierras y las hace más fértiles y productivas.

Si bien la quema de restos de cultivo ha sido una práctica común en Sinaloa, esta altera el medioambiente local y provoca problemas de salud en los humanos. Una mejor opción es aprovechar las socas en lugar de quemarlas. 

Al incorporar las socas al suelo se incrementa su contenido de materia orgánica, mejora su estructura física, se reducen costos de aplicación de fertilizantes químicos, se evita la contaminación ambiental y se mejora la actividad biológica del suelo. Es decir, al no quemar se conservan los microorganismos del suelo y su amplios beneficios. 

¿Por qué es importante la vida microscópica del suelo? Porque numerosos tipos de organismos microscópicos que conviven en el suelo, como bacterias y hongos, pueden ofrecer grandes beneficios a los agricultores ya que, al participar en la degradación de la materia orgánica y en los ciclos de elementos (como el carbono, nitrógeno, oxígeno, azufre, fósforo, hierro, y otras sustancias que aportan a la fertilidad del suelo), también contribuyen a la formación del suelo. 

Se estima que en un centímetro cúbico de suelo sano hay cerca de 600 millones de organismos vivos y en una hectárea de suelo puede haber hasta 1.5 millones de lombrices. Además, muchos de los microorganismos del suelo viven alrededor de las raíces de las plantas e influyen en su crecimiento pues les ayudan a absorber nutrientes y las protegen o evitan el ataque de microorganismos patógenos. 

Sinaloa NO QUEMA es una campaña impulsada por SADER, SENASICA, CESAVESIN, SAyG, CIMMYT, AARC, AARFS, AARSP, SAFINSA, Club de Agricultores de Conservación del Valle del Évora, Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle de Culiacán, Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Évora, Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Fuerte, Junta Local de Sanidad Vegetal del Valle del Carrizo y otras organizaciones que se unen a este esfuerzo para hacer que la agricultura de Sinaloa sea más rentable, productiva y sustentable. ¡Súmate!

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Construcción de silos metálicos herméticos, un gran emprendimiento

A sus 24 años Ricardo Aguirre San Juan ya lidera un equipo de unos doce técnicos en hojalatería que en un solo día pueden producir cien silos metálicos con capacidad para almacenar 500 kilogramos de grano cada uno.

Su taller de herrería, que incluye un espacio para la exhibición y venta de silos “Agrolaminados y Equipos Agrícolas Agrogan” (Agrogan), se ubica en San Juan Bautista Tuxtepec, en la Cuenca de Papaloapan y, a través de un proyecto que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), han recibido capacitación para optimizar el proceso de producción e impulsar su vinculación con posibles consumidores.

“Agradezco a este proyecto la vinculación y capacitación brindada en la fabricación de silos bajo la norma oficial mexicana vigente. Los conocimientos que yo he adquirido los he podido compartir con mis demás compañeros, de igual manera los modelos de agronegocios que nos han ofertado nos han ayudado mucho”, afirma Ricardo.

La vinculación que le ha ofrecido el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche ha incluido a Agrogan en una red de productores a nivel nacional, lo que permite que los silos que producen lleguen a productores de diversos estados como Chihuahua, Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Puebla, Estado de México, Veracruz, Chiapas, Campeche, Quintana Roo y, por supuesto, Oaxaca.

De manera manual, con un mínimo de maquinaria, el equipo de Ricardo Aguirre corta con precisión láminas de aluminio inoxidable y con soldadura y martillo dan forma a un cilindro con una cúpula que en la parte superior tiene una entrada que se sella con una tapa de bronce.

En la parte inferior del silo hay una segunda perforación que conforma una salida, también cerrada con una tapa de bronce que el productor puede manipular para extraer el grano fresco y limpio, ya que está es una tecnología hermética que facilita el tratamiento poscosecha y permite que las familias dispongan de grano sano e inocuo.

Dependiendo de la demanda, la producción de este taller en la región de la Cuenca de Papaloapan, en Oaxaca, varía y de requerirse acuden a las comunidades a ensamblar el material para construir silos de mayor capacidad que permitan a los productores un almacenamiento efectivo que no necesita ningún tipo de plaguicidas para que las semillas se conserven por largo tiempo y garantice el autoconsumo.

“Estoy satisfecho por la colaboración con el proyecto, por divulgarnos y hacer una cadena de trabajo que genera mayor bienestar para colaboradores y productores que adquieren los silos”, expresa este fabricante que por tres años ha recibido capacitación para fortalecer su pequeña empresa.