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Premian a sistemas de semillas de maíz de MasAgro–Cultivos para México

Playa del Carmen, Q. Roo.– La Asociación Mexicana de Semilleros (AMSAC) entregó el Premio César Garza 2021 a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en la primera jornada de su convención anual que reúne a representantes de más de 70 compañías semilleras mexicanas e internacionales. 

El prestigiado reconocimiento busca recompensar y estimular los esfuerzos dirigidos a incrementar la producción y adopción de semillas mejoradas de alta calidad en México. 

El proyecto MasAgro se hizo acreedor a la edición 2021 del Premio César Garza, “por establecer un innovador, eficaz y plural sistema de redes de innovación que cada año suma alrededor de 100 sitios de evaluación distribuidos en todo el territorio nacional, desde donde se han generado y diseminado 70 nuevas semillas de maíz híbrido para diferentes agro-ecologías de México”, señaló José Luis Gastelum Careaga, presidente del Consejo Directivo de la AMSAC. 

De acuerdo con el CIMMYT, los híbridos y variedades élite de maíz de MasAgro han demostrado al menos duplicar los promedios actuales de rendimiento de maíz en condiciones de temporal y, en 2020, se sembraron en más de 1 millón de hectáreas en México. 

“MasAgro no es un proyecto del CIMMYT”, comentó Bram Govaerts, director general del CIMMYT, al recibir el Premio. “Es un proyecto de los productores de grano y de semilla, de la sociedad civil organizada, de las instituciones públicas de investigación y educación superior, de la industria, del Gobierno mexicano representado por la SADER pero, sobre todo, del pueblo de México”, agregó el representante del organismo internacional con sede en Texcoco, Estado de México. 

La capacitación para la producción y comercialización de semilla mejorada de alta calidad ha permitido a las empresas productoras de semillas de maíz nacionales que participan en MasAgro incrementar sus ventas 33% en 2020, respecto a 2011, lo que se traduce en una tasa de crecimiento anual de 4.6%

A su vez, el proyecto MasAgro impulsa el codesarrollo de mejores prácticas y tecnologías agrícolas con base en agricultura de conservación para elevar la productividad de los sistemas de maíz, hacer un uso óptimo de los insumos productivos y conservar los recursos naturales del campo mexicano. 

Govaerts advierte que la semilla mejorada y de alta calidad sólo hace la mitad del trabajo: “La otra mitad la hacen los productores que trabajan el campo, quienes resguardan el conocimiento tradicional y, al mismo tiempo, asumen el reto de innovar para mejorar sus sistemas productivos y sus condiciones de vida en forma sostenible”.

En MasAgro participan más de 300 mil productores, particularmente pequeños y medianos agricultores de maíz, trigo y cultivos asociados que producen alimentos en más de 1 millón de hectáreas. 

El directivo del CIMMYT aprovechó el reconocimiento para hacer un llamado a continuar los esfuerzos de investigación, desarrollo, capacitación y extensión de MasAgro para atender la urgente necesidad de asegurar la capacidad de adaptación al cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria del pueblo de México. 

 

Acerca del CIMMYT

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación del CGIAR sobre Maíz y Trigo y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.

 

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¿Qué falta por hacer en materia de sustentabilidad agrícola en Zacatecas?

Después de un mes de actividades que incluyeron cinco mesas de análisis e igual número de recorridos de campo, el Seminario Agricultura Sostenible en Zacatecas concluyó el pasado 22 de octubre. Entre las conclusiones generales destaca la necesidad de formar más capital humano especializado en Agricultura Sustentable, diversificar cultivos de acuerdo con las condiciones climáticas del estado, así como fortalecer las cadenas de valor y las alianzas público-privadas. 

El seminario se desarrolló gracias al esfuerzo conjunto de diversas instituciones ―la Representación de la SADER en Zacatecas, la Secretaría del Campo de Zacatecas; la Universidad Autónoma de Zacatecas; el Centro Regional Universitario Centro Norte de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); y el Hub Intermedio del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― y buscó responder ¿qué se está haciendo?, y ¿qué falta por hacer en materia de agricultura sostenible en Zacatecas?

Con respecto a la primera pregunta destacan varias acciones que se desarrollan actualmente en Zacatecas, como la promoción de enfoques agroecológicos a través del programa Producción para el Bienestar, que implementa la SADER a través de su representación estatal; los programas de capacitación del INCA Rural; la oferta académica con orientación a la Agricultura Sustentable de la Universidad para el Bienestar en Pánfilo Natera; la formación técnica con orientación a la Agricultura de Conservación, así como acciones de recuperación de suelos ácidos y validación de variedades de maíz que realiza el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 137. 

Destacan también las labores de investigación, docencia y la oferta académica orientada a la agricultura sostenible que ofrece la UACh en la entidad; la red de innovación que impulsa el Hub Intermedio del CIMMYT a través de la cual se establecen plataformas de investigación y módulos de exhibición de prácticas sustentables, así como procesos de certificación de técnicos especializados en Agricultura Sustentable y proyectos como Aguas Firmes, que se desarrolla en el centro del estado e incluye la participación de organizaciones como el Grupo Modelo y la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ).

De igual manera sobresalen los esfuerzos de diversos despachos de profesionistas ―como Agrocime, Agroservicios el Palmar y MICI Sombrerete― que promueven en la práctica la diversificación productiva con cultivos alternativos, nuevas variedades mejor adaptadas a las condiciones climáticas del estado, cultivos de ciclo corto para aprovechar las pocas precipitaciones de la entidad, y la implementación de granjas integrales tanto agrícolas, pecuarias y acuícolas.

¿Qué falta por hacer? De acuerdo con las reflexiones de las mesas de trabajo del seminario, en materia de medioambiente es necesario poner énfasis en la restauración forestal, el rescate de la biodiversidad, el uso de energías limpias y la recuperación de la aptitud productiva de los ecosistemas zacatecanos. 

Específicamente sobre el tema del agua, prioritario en Zacatecas donde predominan los ambientes áridos y semiáridos, se consideró que es oportuno reformular el marco normativo que regula la extracción, almacenamiento y uso del agua. Asimismo, es fundamental considerar el manejo integrado de cuencas para la recarga de acuíferos, la inversión en infraestructura para cosechar agua y tecnificar el riego, así como implementar acciones para reducir la huella hídrica en sistemas de producción agropecuaria. 

En lo relacionado con la agrotecnología, los especialistas que participaron en el seminario coincidieron que es necesario transitar hacia sistemas de producción agroecológicos; formar más capital humano y multiplicar las escuelas de campo; así como generalizar la Agricultura de Conservación con mejores prácticas de mecanización, diversificación productiva, cultivos de ciclo corto, manejo integral de plagas y enfermedades.

También es necesario, señalaron los especialistas, desarrollar circuitos cortos de comercialización, impulsar esquemas de economía social, poner énfasis en el trabajo conjunto con agricultores y fomentar la cooperación entre los sectores público, privado, académico y social. 

Con información de Guillermo Libreros González.

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La importancia del acompañamiento técnico 

Huanímaro, Gto.- Los productores agrícolas buscan constantemente mejorar su sistema de producción. Para alcanzar mayores rendimientos y beneficios económicos recurren a los mejores insumos del mercado a su alcance —semillas, fertilizantes, herbicidas, insecticidas, fungicidas; incluso maquinaria, equipos e implementos—. Algunos de ellos consideran que los insumos más costosos son sinónimo de mejor calidad. En algunas ocasiones logran buenos resultados, pero en otras ―la mayoría― la relación beneficio-costo suele ser muy baja ―es decir que el margen de utilidad obtenido por el productor es reducido pese a lograr buenos rendimientos en la producción― y en algunas otras ocasiones el balance resulta completamente negativo.

Hay un elemento que puede hacer que todos los insumos se utilicen eficientemente y se logre el objetivo anhelado por el productor, este elemento es el acompañamiento técnico ―y sus diversas modalidades como servicios de asesoría técnica o extensionismo rural― que, en la actualidad, debe adaptarse a un entorno donde es necesario producir más, con los mismos recursos, y además hacerlo en el marco del cambio climático, lo cual implica que ya no basta con buscar el alto rendimiento a toda costa, sino que es indispensable cuidar también los medios de producción como el suelo, el agua y el aire, es decir: hacer una Agricultura Sustentable.

La adopción de tecnologías o innovaciones sustentables debe hacerse mediante un proceso basado en el respeto y el diálogo y no mediante la imposición de quienes brindan el acompañamiento técnico. En este proceso, los primeros acercamientos del productor con las innovaciones o propuestas de intervención son fundamentales, particularmente cuando son diferentes a las prácticas que ellos realizan o conocen de toda la vida. En estos casos, es importante mostrar la utilidad y ventajas de las prácticas sustentables para que el productor esté de acuerdo en implementarlas al menos en una parte de su terreno de cultivo y, posteriormente a partir de los resultados, en toda su superficie agrícola.

Es en este punto donde cobra mayor relevancia un acompañamiento técnico adecuado, pues de esto depende que el productor tome decisiones informadas y se reduzca la posibilidad de que se presenten dificultades en la implementación de prácticas sustentables. En el caso de los agentes técnicos MasAgro ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― el acompañamiento técnico que brindan se fundamente en una sólida formación apoyada en una infraestructura física y humana que fortalece su intervención.

Las plataformas de investigación ―en las que se validan las prácticas que posteriormente se le proponen al productor―, los módulos demostrativos ―parcelas o vitrinas de exhibición instaladas junto con productores donde se hacen dos prácticas: la convencional de la región y la sustentable propuesta por MasAgro―, y un equipo de especialistas en diversos temas ―como fertilidad integral, Manejo Agroecológico de Plagas, manejo integrado de malezas, comercialización o vinculación a mercado, capacitación, manejo poscosecha, maquinaria especializada, etcétera― son parte de esa infraestructura de apoyo al acompañamiento técnico de MasAgro. 

Además, los agentes técnicos de MasAgro tienen la posibilidad de acercar al productor con actores clave, como autoridades municipales, distribuidores de insumos, organizaciones de productores, empresas fabricantes de productos de uso agrícola y otros. Con esto se busca que el acompañamiento técnico sea integral y que tenga continuidad durante los ciclos agrícolas, lo cual fomenta la confianza en el productor de que al implementar alguna práctica diferente a la convencional tendrá a quién preguntarle cómo.

Esta ha sido la metodología que se ha seguido en el municipio de Huanímaro, Guanajuato, para que los productores con los que actualmente se tiene interacción adopten sistemas sustentables como la Agricultura de Conservación, con la cual se han logrado incrementos en los rendimientos de hasta un 20% y reducciones en los costos de producción de hasta 15% para los cultivos de maíz y trigo en los dos últimos años. 

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Reconocen la innovación agrícola sustentable en Guanajuato

Celaya, Gto.- Este 19 de octubre se realizó la primera entrega de Reconocimientos a la Innovación para una Agricultura Sustentable, otorgados en el marco de ocho años de operación del programa MasAgro Guanajuato —de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, el cual articula los esfuerzos de más de 110 instituciones y organizaciones de los sectores público, privado, social y académico presentes en el estado.

La ceremonia, desarrollada en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Roque, contó con la participación del maestro Manuel de Jesús Quiroz Sicairos, director de esa casa de estudios; el doctor Jelle Van Loon, representante del CIMMYT para América Latina; el ingeniero Erick Ortiz Hernández, gerente del Hub Bajío del CIMMYT; el ingeniero Rito Vargas Varela, subsecretario para el Desarrollo y la Competitividad Agroalimentaria, en representación de Paulo Bañuelos Rosales, titular de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR); así como el ingeniero Rafael Castillo Bermúdez, encargado de la Representación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Guanajuato, y autoridades municipales de Celaya, Valle de Santiago, Tarimoro, Salvatierra y Ocampo.

En palabras del ingeniero Erick Ortiz, “estos ocho años de trabajo conjunto entre el CIMMYT y el gobierno del estado han permitido que MasAgro Guanajuato impacte positivamente en más de 150 mil hectáreas de las 450 mil que se siembran de granos básicos en Guanajuato. En esta superficie ya se implementa alguna de las innovaciones que promovemos de manera conjunta y esto se traduce en mejores rendimientos e ingresos, pero también en un mejor cuidado de los recursos”. 

Por su parte, el ingeniero Rito Vargas comentó que a través de los esfuerzos conjuntos de MasAgro Guanajuato “muchos productores han visto los resultados de hacer una Agricultura Sustentable. Se han logrado incrementar los rendimientos, se ha logrado incrementar la productividad, pero cuidando los suelos, el agua, el entorno”. Dirigiéndose a los productores que han optado por las prácticas sustentables, enfatizó que “son sus testimonios los que motivan a otros productores, y por eso les pido a nombre de la SDAyR que sigamos sumando esfuerzos y sigamos invitando a más productores a que se sumen a estos modelos de Agricultura Sustentable”.

“Para mí es un honor el recibir este reconocimiento por haber adoptado la Agricultura de Conservación, sistema que en lo personal practico desde hace seis años cuando inicié mi participación en MasAgro Guanajuato. Este sistema nos aporta beneficios sociales y económicos porque me han mejorado la eficiencia en la producción, ahorro de tiempo, reducción de costos y mayor producción con menos insumos; también beneficios agronómicos porque se ha mejorado la productividad del suelo, aumentando la materia orgánica y la conservación del agua; beneficios ambientales como reducir la erosión, aumento de la biodiversidad y la retención de carbono. Por ello invito a más productores a que se informen, a que acudan a los eventos de MasAgro Guanajuato”, expresó el productor Roberto Alanís, uno de los productores reconocidos. 

Cabe mencionar que en esta primera edición se otorgaron reconocimientos en las categorías de productores, organizaciones de productores, técnicos y colaboradores, cuyo compromiso y resultados son el testimonio de cómo el menú tecnológico del programa ha permitido que en el más reciente ciclo productivo, por ejemplo, se produjera en promedio 7% más que con prácticas convencionales. Esto se tradujo en un incremento en la utilidad cercano al 14%, es decir, un poco más de dos mil pesos de ingresos adicionales por hectárea para los productores.

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¿Camas anchas o angostas?

Texcoco, Edo. Méx.- La Agricultura de Conservación es un sistema agrícola sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza —que favorece la estructura y propiedades del suelo—, la cobertura del suelo con rastrojos y la diversificación de cultivos. En México, este sistema se ha implementado principalmente bajo un sistema de camas permanentes, es decir, de un conjunto de surcos cuya parte elevada —donde se siembra— no se labra, limitando el movimiento del suelo a la reforma de las camas solo cuando es necesario.

La siembra en camas permanentes ayuda a mejorar el manejo del agua y a reducir la compactación del suelo mediante el tráfico controlado —ya que el tráfico se ve limitado a la parte baja de los surcos—; también permite el uso de métodos mecánicos para el control de malezas y facilita el manejo del rastrojo en el suelo. No obstante estos beneficios, la implementación de camas angostas (0.75–0.80 m de ancho) y anchas (1.50–1.60 m de ancho) se hace comúnmente sin evidencia científica disponible sobre si el ancho de las camas afecta el rendimiento de los cultivos. 

El ancho de las camas permanentes depende principalmente del ancho entre las ruedas del tractor. Para el maíz y los granos pequeños en el centro de México esto suele oscilar entre 0.75 y 0.85 m —en algunas regiones de El Bajío se utilizan lechos anchos, que equivalen a dos lechos estrechos (1.5 a 1.7 m de ancho)—. Generalmente, la distancia entre las líneas de siembra no cambia en camas anchas o estrechas. 

Aunque optar por camas anchas o angostas depende en gran medida de aspectos prácticos 

relacionados con el manejo de la maquinaria, muchos productores y técnicos se preguntan constantemente si el diseño de las camas de siembra puede tener un efecto en la producción del cultivo ya sea por una mayor conservación de la humedad o algún otro factor relacionado con la textura del suelo, el movimiento del agua o los requerimientos del cultivo.

Por lo anterior, un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y de la Universidad de California evaluaron estos dos tipos de camas permanentes en la producción de maíz, trigo y cebada tanto en condiciones de temporal como de riego en Querétaro, Guanajuato, Michoacán y el Estado de México —durante al menos tres ciclos de cultivo consecutivos para cada plataforma de investigación—.

En las plataformas de San Juan del Río I y Cadereyta, los dos sitios con menor precipitación, el rendimiento de maíz fue similar en los dos tipos de camas. En cambio, en la plataforma de Apaseo el Alto hubo una ligera tendencia a mayores rendimientos en camas angostas, pero en Indaparapeo esta tendencia estuvo a favor de las camas anchas. En general, las diferencias encontradas no fueron significativas para señalar que alguno de los diseños agronómicos sea mejor que otro para la agricultura de temporal —en condiciones de riego, solo el rendimiento de maíz fue marginalmente mayor en camas anchas. Aunque el estudio no evaluó la cantidad de agua aplicada en los dos tipos de camas, otros estudios han informado que, en camas anchas, se aplica hasta un 40% menos de agua que en camas angostas—.

Luego de los diversos análisis, los investigadores finalmente observaron que el ancho de las camas no afectó significativamente el rendimiento de los cultivos; por lo tanto, “los agricultores deben utilizar el tipo de cama que mejor se adapte a sus necesidades prácticas. En condiciones de riego superficial o alta precipitación se puede recomendar el uso de camas anchas para condiciones similares a las reportadas en este estudio, excepto para suelos con baja conductividad hidráulica”, señala el artículo. 

En conclusión, no se observaron diferencias significativas en rendimiento entre camas permanentes angostas y anchas; y se ratifica que entre los principales beneficios de utilizar camas permanentes están el tráfico controlado que reduce la compactación del suelo, la facilitación de la siembra mecánica y la mejor distribución del agua. El artículo completo está disponible en https://www.mdpi.com/2077-0472/11/10/930.

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Una flor de colores vivos para recordar a los muertos

Texcoco, Edo. Méx.- Una flor de colores vivos para recordar a los muertos. Esa es la flor de cempasúchil (Tagetes erecta y Tagetes patula), la llamativa flor mexicana que los mexicas utilizaban para “alumbrar” el camino de los difuntos hacia el Mictlán. “Flor de los veinte pétalos” —de acuerdo con su nombre náhuatl, cempoalxochitl, que también podría ser una expresión de un gran número indefinido de pétalos, pues el nombre se usaba en general para referirse a las plantas aromáticas anaranjadas o amarillas—, “flor de muertos” que adorna y perfuma los altares llegado el festejo de Todos Santos. 

Aunque en México está estrechamente relacionada con su uso ritual el Día de Muertos, la flor de cempasúchil, que es comestible, tiene usos muy variados y es una planta de gran interés a nivel internacional: destaca su uso para elaborar saborizantes, aromatizantes y pigmentos, sobre todo para la yema de huevo y pastas —sus flores son ricas en carotenoides—; tiene diversas aplicaciones médicas —además de su uso en medicina tradicional— e industriales; es apreciada como flor de ornato en Estados Unidos, Europa e India, donde es fundamental para muy diversos rituales. De hecho, en India, China y Perú se concentra la producción mundial de cempasúchil, básicamente para la extracción de sus pigmentos.

Otro importante uso del cempasúchil es en la agricultura. Por sus propiedades insecticidas, larvicidas y nematicidas —los nematodos son un tipo de gusanos redondos o cilíndricos que en su mayoría se alimentan de la materia orgánica en descomposición, pero algunos basan su modo de vida en el parasitismo—, la planta es  considerada una alternativa potencial en el manejo de plagas y enfermedades, ya sea a través de la asociación de cultivos —se ha documentado que en rotación con maíz en tierras templadas con antecedentes de gallina ciega, reduce notablemente las poblaciones de ese insecto— o mediante el uso de bioplaguicidas y repelentes hechos a partir de esta emblemática planta. 

Además de ser una barrera contra plagas, el cempasúchil es un abono verde notable. Es decir, que su cultivo ayuda a mejorar las condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo; sirve para romper el ciclo de las plagas y enfermedades de los cultivos principales; brinda refugio a insectos benéficos; ayuda a controlar malezas y protege al suelo de la erosión, ya que funciona como cubierta vegetal.

Con respecto a sus propiedades para el control de plagas, la parte con más propiedades es la raíz. La planta se puede utilizar de diferentes maneras: abonos orgánicos para control de nematodos, extractos acuosos y polvos de diferentes partes de la planta —raíces, tallos, hojas, inflorescencias o toda la planta— para repeler o matar insectos tanto en cultivos en pie como en granos almacenados (si quieres conocer más sobre este enfoque, te recomendamos descargar la edición especial de Manejo Agroecológico de Plagas de la Revista EnlACe, en él encontrarás dos métodos simplificados para elaborar extracto de cempasúchil).

Otro aspecto de interés es que el cultivo de cempasúchil constituye una opción viable para contextos donde hay poca disponibilidad de agua debido a que su requerimiento hídrico es menor que otros cultivos. Además, la venta de flores para la temporada de Día de Muertos puede representar un ingreso adicional para las familias productoras, así como una forma de hacer más rentables sus parcelas gracias a la diversificación de cultivos. Un ejemplo de esto son diversos productores del sur-sureste de México que participan en proyectos de sustentabilidad impulsados por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversos colaboradores quienes están fortaleciendo sus tradiciones con Agricultura Sustentable. Te invitamos a conocer sus historias. 

Fuentes: 

  • Bahena, F., Castolo, E., Escobedo, H., Alvarado, C. (2018). Extractos vegetales para el manejo de insectos plaga. Tagetes patula y Tagetes erecta. EnlACe, 43, 8-10, Año IX, abril – mayo 2018, Edición especial. Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, CIMMYT. 
  • Cruz, M. Á. S., Millán, J. L. S., Pérez, J. S. B., Jiménez, F. A. G., del Villar Martínez, A. A., Ocampo, M. L. A., … & Villar, H. C. G. (2008). Carotenoides y características morfológicas en cabezuelas de muestras mexicanas de Tagetes erecta L. Revista Fitotecnia Mexicana31(3), 67-72.
  • Gómez-Rodríguez, O., & Zavaleta-Mejía, E. (2001). La asociación de cultivos una estrategia más para el manejo de enfermedades, en particular con Tagetes spp. Rev. Mex. Fitopatol19, 94-99.
  • Serrato, M. A. (2014). El recurso genético cempoalxóchitl (Tagetes spp.) de México (diagnóstico). Universidad Autónoma Chapingo-SINAREFI-SNICS-SAGARPA.
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Consideraciones sobre la siembra en seco de trigo duro

Cajeme, Son.- México es el tercer exportador mundial de trigo duro (Triticum durum L.) y su principal zona de producción es el Valle del Yaqui, en Sonora, donde, desde el año 2002, la disponibilidad reducida de agua de riego debido a las escasas lluvias y la recarga de los embalses ―combinada con el aumento de la demanda de otros usuarios― ha resultado en una disminución de la producción. 

La siembra en húmedo ―donde se aplica un riego previo a la siembra― es la práctica más adoptada en el Valle del Yaqui. Aunque permite el control de malezas antes de la siembra, su desventaja es la pérdida improductiva de agua de riego y la reducción de la flexibilidad del tiempo de siembra, ya que las lluvias pueden retrasar el secado del suelo, obligando a posponer la siembra y haciendo que se pierda la ventana óptima para esta actividad.

Lo anterior ha conducido a agricultores e investigadores a explorar prácticas de cultivo que reduzcan el uso de agua de riego y, al mismo tiempo, permitan una mayor flexibilidad de la fecha de siembra. La siembra en seco ―donde el cultivo se siembra directamente en el suelo seco y se riega poco después― es una alternativa que, aunque reduce las opciones para el control de malezas, mejora la eficiencia del uso del agua y la flexibilidad del tiempo de siembra. 

Aunque en otros países con condiciones de cultivo similares a las del Valle del Yaqui se ha estudiado la siembra en seco bajo Agricultura de Conservación ―mostrando en varios cultivos beneficios de rendimiento y ahorro de agua sobre la labranza convencional―, pocos estudios ―sin que haya registro de alguno para el trigo duro― han comparado los regímenes de labranza y las prácticas de siembra o sus interacciones en condiciones de riego.

En este sentido, destaca la reciente publicación de un artículo de investigación de un grupo de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y otras instituciones de Alemania y Estados Unidos, el cual resume 10 años de datos de un experimento en Ciudad Obregón, cuyo objetivo fue determinar los efectos de la siembra seca y húmeda sobre el rendimiento del trigo duro, los componentes del rendimiento y las características de la calidad del grano tanto con Agricultura de Conservación como con labranza convencional. 

El estudio, que también evaluó el efecto de diferentes enfoques de manejo de fertilizantes nitrogenados, señala que la siembra en seco redujo la presencia de plantas en comparación con la siembra húmeda en camas permanentes, más que en camas con labranza convencional. Es decir, que la Agricultura de Conservación combinada con la siembra en seco pareció producir condiciones que inhibieron la germinación, lo que resultó en una emergencia irregular en camas permanentes con siembra en seco. 

Lejos de ser un detractor para que los productores adopten la Agricultura de Conservación ―sistema sustentable cuyos componentes básicos son el mínimo movimiento del suelo, la cobertura del suelo con rastrojos y la diversificación de cultivos―, el estudio aporta información relevante para una mejor implementación de prácticas sustentables. 

Al respecto, la doctora Nele Verhulst, científica del CIMMYT que participó en el estudio, comenta: “Hemos observado una emergencia irregular en campos de trigo irrigados con siembra en seco en el Valle del Yaqui y otras regiones de México. Los agricultores y los técnicos tienden a atribuir este surgimiento irregular a fallas en la maquinaria o baja calidad de la semilla, o al sistema de Agricultura de Conservación en sí mismo, lo que puede llevar a su desaprobación. Por ello es importante estar al tanto de este probable efecto con estas prácticas, para que puedan ser remediadas rápidamente cuando se produzcan. Las opciones para mejorar el estado de las plantas incluyen alternar la siembra húmeda y seca o tratar la semilla con fungicida”. 

Es importante señalar que aún se necesita más investigación para identificar plenamente las causas de este efecto con siembra en seco ―donde además la reducción de plantas no dio lugar a bajos rendimientos en todos los años― y, sobre todo, para identificar los tratamientos de semillas adecuados para abordar la situación. En este sentido, la Agricultura de Conservación para cultivos de regadío se afianza como una de las mejores alternativas para mejorar y estabilizar los rendimientos de trigo, en comparación con el riego por surcos convencional. 

El uso alterno de la siembra húmeda y seca podría ser una solución práctica para que los agricultores mejoren la eficiencia del uso del agua en comparación con la siembra húmeda continua, así como para evitar el desarrollo de resistencia a herbicidas en las malezas al diversificar las opciones de control de malezas en comparación con la siembra continua en seco, señala el estudio. 

Cabe mencionar que este trabajo de investigación es relevante no solo para México, sino para otros lugares clave para la seguridad alimentaria mundial ya que las condiciones del Valle del Yaqui son representativas de varias de las principales regiones productoras de trigo del mundo en desarrollo, incluido el valle del Indo en Pakistán, el valle del Ganges en la India y el valle del Nilo en Egipto. El estudio fue implementado por el CIMMYT como parte de MasAgro-Cultivos para México y del Programa de Investigación de Trigo del CGIAR y se puede consultar en: https://doi.org/10.1016/j.fcr.2021.108310

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Sus suelos se estaban acabando, ahora son un ejemplo de productividad y sustentabilidad

El productor Clemente Mora (derecha) y el técnico Eduardo Gaspar Medellín (izquierda). (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)
El productor Clemente Mora (derecha) y el técnico Eduardo Gaspar Medellín (izquierda). (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)

“Mirábamos que los suelos se nos estaban acabando. Cada año era más gasto porque cada ciclo era «échenle esto, y échenle esto otro», pero el problema era que no teníamos suelos, qué nos ganábamos con echarle cosa y media si no había suelos”, son palabras del señor Clemente Mora para ilustrar el proceso de deterioro de sus tierras debido a años de labranza convencional con continuo movimiento del suelo y considerables cantidades de agroquímicos. 

El señor Clemente Mora y su hijo, Arturo, son productores de maíz de San José, municipio de Ixtlahuacán del Río, Jalisco. Ellos participan en el proyecto Abastecimiento Responsable, competitivo y sustentable de ingredientes de calidad que impulsa Grupo Bimbo con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A través de este proyecto se fomentan prácticas sustentables para regenerar los suelos y conservarlos, dándole valor a la producción sustentable a fin de mejorar las condiciones de vida de los productores.  

El señor Clemente tiene más de 22 años de experiencia como productor y lleva alrededor de 10 años de cultivar haciendo mínima labranza: “A esto llegamos por los costos de producción. Se nos incrementó el diésel y con el ganado y el tipo de labranza se nos acabaron los suelos. Yo aprendí de mi hijo Arturo. Fue por insistencia de él que empezamos con prácticas de conservación. Antes el rastrojo era basura, nos estorbaba, pero ahora ya estamos muy metidos en esto”, comenta el productor. 

“Actualmente estamos trabajando rotación de chía y maíz. La chía se siembra directo, sin disquear ni nada. Y con el maíz estamos usando una desmenuzadora para picar el rastrojo y que quede sobre la superficie, eso ayuda a que cuando llueve el agua no se nos vaya. El otro día aquí nos llovió dos pulgadas, una buena cantidad, y teníamos la sensación de que ahora sí iba a salir agua de la parcela, así que vinimos a ver y ni una gota, ni una gota salió, el suelo retuvo toda el agua. Y son suelos que tienen tres, cuatro años que no se mueven. En cambio, con los vecinos que sí prepararon la tierra, que sí la movieron, ahí está el agua saliendo. El año pasado, de hecho, aunque fue muy malo en lluvias, nosotros tuvimos rendimientos de 12 toneladas por hectárea”. 

Además de conservar suelos y agua, las prácticas sustentables que implementan los productores que participan en el proyecto con Grupo Bimbo y el CIMMYT están orientadas a optimizar todo el sistema de producción: “En cero labranza es donde hemos tenido nuestros mejores rendimientos. La idea de este año es llegar a las 100 toneladas en esta parcela de 7 hectáreas. Estamos comparándola con un retazo de parcela donde sí se mueve el suelo, pero creo que no va a llegar porque los rendimientos con cero labranza andan de igual a un poco más que donde sí se mueve el suelo”, comenta el señor Clemente.  

Otra de las ventajas de producir sustentablemente es que los costos de producción se reducen: “Ahorita estábamos haciendo la cuenta de que un vecino hace tres pasos de rastra de $800 a $900 por paso, más dos paso de subsoleo que sale de $1,000 a $1,200. Hicimos la cuenta de que eran aproximadamente como $5,000 por hectárea. Es una maquila no cara, no barata, sino promedio, pero con esta Agricultura de Conservación que hacemos nada de eso es necesario”, cuenta don Clemente. 

Parcela del productor Clemente Mora. (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)
Parcela del productor Clemente Mora. (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)

Convencido de los beneficios de la producción sustentable, el señor Clemente inició su propia biofábrica de microorganismos con los que complementa su sistema de producción. Su intención, comenta, es apostar por una producción de mayor calidad y con menor impacto ambiental que sirva como ejemplo para otros productores: “Aquí hay productores que siguen cultivando igual que antes, es gente que tiene ganado y dice «yo cómo voy a perder mi rastrojo si tengo mi ganado» y ni siquiera se arriman a ver qué estamos haciendo, pero hay otros que sí preguntan, así ojalá cada vez haya más personas interesadas en este tipo de agricultura”, comenta. 

Don Clemente y su hijo Arturo siguen abiertos a nuevos aprendizajes y, de la mano del continuo acompañamiento técnico que les ofrece el proyecto, siguen optimizando su sistema de producción. Actualmente tienen una población total de 85,500 plantas por hectárea en promedio. El 87% tiene de esas plantas tiene dos mazorcas (efecto de cuateo), lo que es muy bueno y difícil de conseguir. Estos resultados son muy positivos porque los convierte en un referente para otros productores de la zona y, además, se rompe la idea generalizada de que la Agricultura Sustentable no es productiva. 

Con respecto a la comercialización, el productor comenta que antes de participar en el proyecto de Grupo Bimbo y el CIMMYT, “la producción se la entregábamos a una acopiadora, luego a un granjero de por acá que pagaba más o menos, luego se disparó el precio, pero que ya se lo dimos así porque no tenemos donde guardarlo. La “coyoteada” ha sido un gran problema porque en lugar de que te den precio justo tratan de pagarte lo menos. Y este maíz va de muy buena calidad porque las tierras están muy limpias, pero pues eso las acopiadoras no lo ven, incluso si llega un viaje muy malo dicen «échalo ahí con lo que sí está muy bueno porque así todo pasa por bueno». Por eso estamos entusiasmados con este proyecto”. 

Al darle valor a la producción sustentable y al fomentar una cadena de valor más justa, proyectos como este no solo benefician a agricultores como el señor Clemente y su hijo, sino también a toda la sociedad ya que esta puede disponer de productos que, desde su origen, han sido cultivados sustentablemente y con los mayores estándares de calidad. Estos son los beneficios de impulsar una agricultura orientada a la conservación y regeneración de los recursos naturales.

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Innovación y tendencias en favor de la seguridad alimentaria

Ciudad de México.- Para el año 2030 será necesario poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente; poner fin a todas las formas de malnutrición; duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de pequeña escala; asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

La anterior es una síntesis de la metas del Objetivo 2: Hambre Cero, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el cual fue el punto de partida del Foro Kellogg por la seguridad alimentaria dedicado a la Innovación y Tendencias en favor de la Seguridad Alimentaria que se desarrolló con motivo del Día Mundial de la Alimentación.

El foro contó con la participación de Roberto Vázquez, director de Asuntos Corporativos de Kellogg para América Latina; Jelle Van Loon, representante del Centro International de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para América Latina; y Marco Antonio Herrera Oropeza, director de Planeación Agrícola de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, quienes coincidieron en que en la lucha para la erradicación del hambre  y la malnutrición es necesario unir y coordinar esfuerzos entre gobierno, iniciativa privada, academia y centros de investigación.

“El que impulsamos con el CIMMYT es un proyecto de muy alto valor en términos de los resultados tangibles que arroja: nuestro propósito es apoyar a un millón de productores en México y avanzar en un esquema que genere un mayor entorno de bienestar para los agricultores. El programa se llama Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, se desarrolla en diversos puntos del norte del país y de El Bajío. Actualmente está beneficiando a unos 400 agricultores quienes están implementando prácticas de Agricultura Sustentable en más de 6,000 hectáreas de tierra”, comentó Roberto Vázquez

El representante de Kellogg agregó que “al cultivar ese grano de la más alta calidad, que es producto nacional para consumo nacional, se está logrando producir más grano con menos agua, un uso idóneo de los productos para tratamiento de semillas y control de plagas y malezas, y se ha logrado disminuir en un 23% la emisión de CO2 a la atmósfera”. Estas acciones directamente en el campo se suman a otros esfuerzos de la organización con bancos de alimentos y la apuesta por empaques reutilizables, reciclables y compostables, a fin de evitar el desperdicio de alimentos y para brindar alimentos nutritivos y de calidad a la sociedad.

Jelle Van Loon agregó que “esos 400 productores del proyecto con Kellogg lograron, a partir de las prácticas sustentables, tener una rentabilidad del 36%. Se espera que, en la segunda etapa del proyecto que inició este año, se siga por ese camino para impactar en mil familias de productores y cubrir más de 20 mil hectáreas donde se producirán más de 190 toneladas de maíz amarillo de forma sustentable”. Esta producción, dijo, contribuye a que México avance en lograr la seguridad y la autosuficiencia alimentaria. 

Van Loon también comentó que el CIMMYT trabaja con la Secretaría de Agricultura en Cultivos para México, iniciativa que articula esfuerzos de los sectores público, privado, social y académico. El trabajo colaborativo que impulsa el CIMMYT, señaló, impacta en 10 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y agregó que el Banco de Germoplasma que custodia de CIMMYT, el Atlas Molecular del Maíz, las variedades de maíz de alto valor nutricional, así como las tecnologías poscosecha, la mecanización inteligente, la diversificación de cultivos y sobre todo el acompañamiento técnico, son algunas de contribuciones más notables del centro y sus colaboradores para la seguridad alimentaria de la sociedad mexicana. 

En ese sentido, Marco Antonio Herrera Oropeza enfatizó en la importancia de la colaboración entre sectores para lograr la seguridad y la autosuficiencia alimentaria de México. Expuso la diversidad de programas e iniciativas que la Secretaría de Agricultura impulsa y el énfasis que se está dando a los sectores más vulnerables de la población, por lo que los cultivos básicos, como el maíz, dijo, son de particular interés para las políticas y programas públicos, los cuales se han fortalecido con las contribuciones de la ciencia desarrollada en México.

Muchos de los sistemas en los que nos estamos apoyando han sido desarrollados por instituciones de investigación como el CIMMYT. La Agricultura de Conservación, la certificación y desarrollo de semillas resilientes al cambio climático, promover y sensibilizar a los agricultores sobre la necesidad de implementar una agricultura más sostenible”, mencionó, son contribuciones de gran valor para apoyar a todas las instituciones que buscan garantizar la disponibilidad de alimentos sanos, nutritivos e inocuos para todos los mexicanos. 

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México tiene 78 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable

Ciudad de México.- El pasado 7 de octubre de 2021 se graduaron 78 nuevos técnicos certificados en Agricultura Sustentable provenientes de las regiones Bajío, Chiapas, Pacífico Centro, Pacífico Sur, Península de Yucatán y Valles Altos. Con esta graduación el campo mexicano suma 449 de estos profesionistas altamente capacitados, formados en el marco de la iniciativa Cultivos para México que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). 

En la ceremonia de graduación a distancia estuvieron presentes el ingeniero Santiago José Argüello Campos, Director General de Fomento a la Agricultura y Encargado del Despacho de la Coordinación General de Agricultura, en representación del Secretario Víctor Villalobos; el doctor Bram Govaerts, Director General del CIMMYT; Paulo Bañuelos Rosales, titular de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato; Luis Torres Llanes, Secretario de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca de Quintana Roo; Régulo Jiménez Guillén, Director General del CSAEGRO; así como José María Llamas Caballero, José Luis Arizmendi Bahena y Carolina Ojeda Martínez, de las representaciones de Agricultura en Zacatecas, Morelos y Oaxaca, respectivamente.

Durante su intervención, el ingeniero Argüello mencionó que “es un gran logro para México tener gente competente y sensible para ayudar al país y a las familias productoras. Esperamos que ustedes nos ayuden a consolidar los esfuerzos para transitar a una agricultura sustentable y mitigar las desigualdades en el campo mexicano —donde hay zonas de alta productividad con rendimientos por arriba de las 12 toneladas en maíz y zonas donde no se llega ni a una tonelada—. Necesitamos que ustedes nos ayuden a adaptar prácticas y tecnologías a las regiones más rezagadas, con los productores de los pueblos originarios y generar condiciones de igualdad a través de la agricultura sostenible”.

Por su parte, el doctor Govaerts invitó a los egresados a mantener vivo el legado del doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por salvar millones de vidas de la hambruna— para combatir el hambre y “cambiar el mundo desde el surco hasta la mesa”. Agregó que los técnicos certificados “son el instrumento para generar la transformación en el campo y son quienes deberán ayudar a que los productores cuenten con mayores capacidades para gestionar mejor los riesgos y así garantizar que se cubran las necesidades básicas de las familias que forman parte de la actividad agrícola”. 

“Cada sesión nos ayudó a darnos cuenta que nunca se termina de aprender. Los que concluimos podemos considerarnos ganadores, pero no de un premio, sino de un reto que a penas empieza: la sociedad nos espera, los productores no descansan y lo que aprendimos es sin duda una semilla que hay que dispersar”, expresó Elizabeth Cruz Sosa, una de las graduadas, haciendo referencia al proceso formativo compuesto por tres ejes: gestión para la innovación, técnicas agronómicas sustentables y herramientas para la formación y la comunicación.

El curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, que tiene una duración de año y medio, es una estrategia de capacitación desarrollada por Agricultura y el CIMMYT para formar profesionistas especializados en sustentabilidad agrícola al más alto nivel. La estrategia se enfoca en contribuir a la resolución de tres importantes retos en el país: seguridad alimentaria, pobreza y cambio climático. Esto mediante el uso de herramientas y metodologías diseñadas para poner en marcha procesos orientados a mejorar los medios de vida de los productores.

Cabe mencionar que durante la ceremonia de graduación también estuvieron presentes representantes de diversas instituciones de enseñanza e investigación —de Campeche, Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo, Yucatán y Zacatecas— que han colaborado en la formación de los egresados, al igual que numerosos productores quienes han puesto a disposición sus parcelas para que los técnicos certificados puedan aplicar los conocimientos adquiridos. 

Un ejemplo del impacto del curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable es que, de acuerdo con el más reciente estudio de seguimiento, para el 73% de los egresados la certificación ha representado nuevas oportunidades laborales y más de la mitad de las parcelas que asesoran ya trabajan con Agricultura de Conservación, hecho que además pone de relieve el impacto social de estos profesionistas.