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Agricultura para la Paz, un mecanismo de cooperación internacional surgido en México

Agricultura para la Paz puede convertirse en un importante mecanismo de cooperación y con ello lograr una verdadera transformación de los sistemas de producción y consumo de alimentos a nivel global”, afirmó Martha Delgado, Subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México mediante un mensaje emitido durante la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules (REC 2022). 

Agricultura para la Paz es una iniciativa del Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Noruega, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversos colaboradores, surgida a raíz de la conmemoración del 50 Aniversario del Premio Nobel de la Paz otorgado en 1970 al doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT— por su trabajos de mejoramiento de trigo con agricultores e investigadores mexicanos, hecho que permitió salvar a millones de personas de la hambruna alrededor del mundo.

Se trata de un llamado a la acción y al impacto para evitar nuevas crisis alimentarias, una propuesta para transformar la agricultura en un instrumento de paz y desarrollo en todo el mundo en un momento en el que los conflictos, el cambio climático y la pandemia han hecho que el número de personas en riesgo de inanición aumente a más de 45 millones y el desplazamiento forzado global haya superado los 82 millones de personas”, expresó el doctor Bram Govaerts, Director General del CIMMYT, en el mensaje que incluyó intervenciones de representantes de las diversas organizaciones que impulsan la iniciativa. 

“El momento de trabajar juntos y de dar prioridad a la agricultura para construir una paz duradera es ahora. Hemos diseñado, ejecutado y afinado, a través de la colaboración entre Agricultura y el CIMMYT, estrategias de desarrollo sostenible con un enfoque sistémico que facilita la participación de los productores en cadenas de valor más integradas y eficientes. El CIMMYT, su vez, ha comenzado a aplicar y adaptar estas experiencias mexicanas en proyectos de desarrollo en otros países de África, Asia y América Latina. México se siente muy orgulloso de contribuir al codesarrollo de esta plataforma de innovación”, comentó el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de Agricultura. 

Un ejemplo del impacto internacional de Agricultura para la Paz son las colaboraciones con la Embajada de México en Kenia ―que fomenta la nixtamalización para reducir de 30 a 60% los niveles de contaminación por aflatoxinas, un problema de consideración en aquel país―, la Embajada de México en Etiopía ―donde el 87% de sus trigos vienen de germoplasma del CIMMYT y donde ahora se aprecian los beneficios del Maíz de Alta Calidad Proteica, desarrollado en México― y diversos proyectos en Malawi, Etiopía y Mozambique, donde se ha incrementado hasta 20% el rendimiento del maíz y hasta 135% el ingreso de los productores gracias a estos rendimientos. 

Destaca también el impacto positivo de Agricultura para la Paz en la relación bilateral México-Estados Unidos, donde el 70% de todas las variedades de trigo proviene del CIMMYT ―considerándose uno de los esfuerzos bilaterales más exitosos entre ambos países―. Además, el modelo de cooperación que se ha construido desde México, estrechamente ligado a la iniciativa, constituye una propuesta viable y pertinente para combatir la migración forzada y los efectos del cambio climático en la región.

Los voceros de Agricultura para la Paz recalcaron que México cuenta con la experiencia y con la excelencia científica de instituciones como el CIMMYT para promover y encabezar en el mundo un movimiento que contribuya a lograr una paz duradera desde la agricultura. Exhortaron a los embajadores y cónsules a convertirse en voceros que pueden compartir y hacer llegar el mensaje de la iniciativa a tomadores de decisión para contribuir invirtiendo en ciencia, conocimiento y acciones colaborativas.

La iniciativa Agricultura para la Paz es valiosa por su mirada transversal, apoyada en las capacidades de todas las personas que pueden y deben actuar con urgencia: desde los pequeños agricultores, mujeres y hombres en el ámbito de la ciencia y la tecnología, hasta los gobiernos en el mundo. México es una voz indispensable en esta lucha. La Agricultura para la Paz cuenta con nosotros, cónsules, embajadoras y embajadores de México, para promover esta visión y generar las condiciones adecuadas para lograr su plena instrumentación y el logro de sus objetivos”, concluyó Ulises Canchola, Embajador de México en Noruega. 

Te invitamos a ver el mensaje completo que Agricultura para la Paz presentó durante la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules, 2022.

 

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Llevar el conocimiento científico a los agricultores

Representan el 49.6% de la población mundial y, sin embargo, en ámbitos como la ciencia a penas alcanzan el 30% de representación. Los factores que contribuyen a que la participación de las mujeres en la ciencia sea aún escasa son muchos, pero en general están asociados a estructuras culturales e ideológicas que necesitan transformarse. 

Como señala Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la ciencia es fundamental para hacer frente a los desafíos actuales —como el cambio climático o la inseguridad alimentaria— y, por ello, el mundo no puede privarse del potencial, la inteligencia y la creatividad de las mujeres. 

De entre los muchos campos donde la ciencia se aplica para dar respuesta a los grandes retos de la humanidad, está la agricultura. Allí, hay mujeres investigando cómo la humanidad podría librarse de los riesgos, siempre latentes, de crisis alimentarias, climáticas y ambientales que podrían, en menos tiempo del que se piensa, poner al mundo en jaque. 

“Hay estudios —de varios investigadores y organizaciones— que han abordado el ciclo de nitrógeno. Uno de estos realizó mediciones de nitratos y amonio en el agua de los drenes, que son pérdidas por escurrimiento. Los resultados muestran que estas aguas, que desembocan en el Golfo de California, están enriquecidas con nitrógeno. Otro de estos estudios evaluó el efecto de estas aguas y se vio que cada vez que hay un riego en el Valle del Yaqui hay un incremento de las algas en el mar —esto está relacionado con zonas de hipoxia (falta de oxígeno) y pérdida de biodiversidad marítima— y esto tiene que ver con la cantidad de nitrógeno que se aplica en la agricultura. Este fenómeno es visible incluso en imágenes de satélite”, comenta María Elena Cárdenas. 

María Elena es biotecnóloga y cuenta con estudios de posgrado en ciencias agropecuarias. Actualmente es parte del equipo de investigación del Hub Pacífico Norte del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), desde donde trabaja para identificar las mejores prácticas sustentables que permitan optimizar el uso de fertilizantes nitrogenados y así lograr que los agricultores de Sinaloa sigan produciendo y, a la vez, se minimice el impacto ambiental de la agricultura. 

“En algún momento me tocó conversar con un productor que tenía una parcela cerca del final del Valle del Yaqui y que tomaba el agua de estos drenes para fertilizar. Me comentaba que no necesitaba fertilizar más sus tierras porque estaban tan ricas de nitrógeno que no necesitaba más nitrógeno que aplicar. Obviamente el uso de estas aguas tiene otros problemas, no es lo ideal utilizarlas, pero es un ejemplo para ilustrar los ricas en nitrógeno que están estas aguas”, continua María Elena. 

“Hace ocho o diez años la dosis máxima que aplicaba un productor en su cultivo de trigo era de aproximadamente 250kg de nitrógeno por hectárea. La forma en la que lo aplicaba era 75% en presiembra y un 25% restante lo aplicaba en el primer riego de auxilio. Bueno, ahora ya no son 250kg de nitrógeno por hectárea, ahora se aplican de 275 a 280kg de nitrógeno en todo el ciclo, se dividen las aplicaciones 55% en presiembra, 30% en el primer riego de auxilio y 15% en el segundo riego de auxilio”.

“Actualmente hemos comprobado que las aplicaciones de presiembra son muy ineficientes. El 30% del nitrógeno que tú aplicas en presiembra ya lo habrás perdido al momento de la siembra. Como no hay planta, estamos dejando el nitrógeno expuesto al ambiente durante 20 días para perderse por lixiviación, por volatilización, por escorrentía o que alguna maleza lo utilice, pero no el cultivo. La propuesta es aplicar 30% a la siembra y el 55% en el primer riego de auxilio. Las aplicaciones cerca de encañe te ayudan a lo que es rendimiento, las aplicaciones cerca del inicio de floración te ayudan a evitar problemas de panza blanca y tener producción de proteína también”. 

Esto no es una idea que se nos ocurrió de la nada, esto está probado: en el Valle del Yaqui se hizo un trabajo en el que se probaron tanto la práctica convencional de aplicación en presiembra como la práctica que proponemos, es decir, evitando las aplicaciones de presiembra y poniendo la mayor cantidad de nitrógeno en el inicio de encañe. Cuando evitamos las aplicaciones de presiembra la proteína en todos los tratamientos se incrementó porque la planta lo esté aprovechando realmente y no se pierde en la medida en que sí ocurre con aplicaciones en presiembra”, enfatiza María Elena. 

Al llevar los resultados de las investigaciones hasta la parcela para compartirlos con los productores, María Elena Cárdenas contribuye a que la ciencia cumpla con su propósito social: mejorar la calidad de vida de la sociedad. Por esta razón, invita a que más niñas y mujeres se interesen en la ciencia para que la humanidad pueda afrontar los grandes retos que tiene delante de sí. 

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Servicios poscosecha para pequeños productores

Coroneo, Gto.- “Es importante que en Guanajuato el manejo poscosecha evolucione para ofrecer, además de tecnologías herméticas para el control de plagas durante el almacenamiento de granos —lo cual es sumamente útil para el caso del autoconsumo—, el servicio de criba y selección, lo cual es indispensable para el grano con fines comerciales”, comenta el ingeniero Mauricio Ortega Vega, especialista en maquinaria del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), quien colabora para MasAgro Guanajuato. 

El Centro de Servicios Poscosecha tiene, entre otros, el propósito de que los productores evalúen los servicios poscosecha como un modelo de negocios, el cual consiste en que los productores renten a otros productores el equipo que se les ha brindado en comodato —figura que establece los términos de un préstamo de uso específico—, con cuotas justas que permitan el mantenimiento del equipo.

Cabe mencionar que, para una mejor operación del equipo y seguimiento del proyecto, los productores recibirán el acompañamiento técnico por parte de especialistas de MasAgro Guanajuato. La idea del recientemente abierto Centro de Servicios Poscosecha es que, en el futuro próximo, los productores puedan asociarse y tener su propio equipo de limpia y criba al servicio público.

Contar con un equipo de servicio poscosecha les permite a los productores seleccionar adecuadamente el grano y determinar cuál se vende, cuál se destina al consumo familiar y cuál para la alimentación del ganado. Contar con grano limpio, seleccionado y cribado, le da al productor mayores elementos de negociación, por ejemplo, con la industria de la masa y la tortilla que exige un grano limpio y homogéneo de acuerdo con sus necesidades.

Con esta primera central de servicios en el estado —con el modelo de negocios descrito—, se amplían las opciones para pequeños productores de temporal y se fortalecen los eslabones de la cadena de valor de granos básicos, sumando la poscosecha —limpia y criba— a los instrumentos de política agrícola usualmente enfocados en la producción de grano y la comercialización. 

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Chilpancingo libre de humo

Chilpancingo, Gro.- El gobierno de Chilpancingo, Guerrero, dio a conocer la campaña #ChilpancingoLibreDeHumo, una iniciativa en favor del medioambiente, la salud y la producción agrícola del municipio. Esto, en virtud de que el número de incendios forestales con repercusiones graves se ha incrementado notablemente en años recientes en la entidad y en Chilpancingo particularmente. 

Guerrero es una de las 10 estados con mayor número de incendios en el país —al año se registran alrededor de 2,800 en promedio, requiriendo de aproximadamente 20 mil personas para controlarlos— y Chilpancingo ha sido uno de los municipios más afectados debido a un triple impacto negativo de los incendios: pérdida de bosques y biodiversidad, incremento de intoxicaciones y enfermedades asociadas, y reducción de la fertilidad de los suelos agrícolas. 

A nivel nacional más del 90% de los incendios son causados por acciones humanas y las quemas agropecuarias no controladas son causantes del 40% de incendios forestales. En este sentido, la campaña —a cargo del gobierno de Chilpancingo con la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la delegación estatal de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural— busca concientizar a la población de que los incendios son una problemática que afecta e implica a todos. 

Por lo anterior, esta campaña pone énfasis en la promoción de sistemas agrícolas sustentables y alternativas al uso del fuego para inhibir las quemas agrícolas. Con estas acciones se busca mejorar los medios de vida de los productores, procurar la salud de la población y preservar los recursos naturales de Chilpancingo. 

Cabe mencionar que en Chilpancingo la roza, tumba y quema sigue siendo una práctica común; sin embargo, se ha documentado que la quema sistemática de los residuos agrícolas disminuye la capacidad del suelo para retener agua y reduce su fertilidad en más de 30%. Por esta razón, a través de la campaña se promueven opciones que reducen la incidencia de incendios y permiten mejorar los suelos agrícolas: al mantener el rastrojo como cobertura del suelo en lugar de quemarlo, por ejemplo, se retiene más humedad, se reduce la incidencia de malezas, se mantiene sano el suelo y los agricultores pueden reducir sus costos de producción sin afectar los rendimientos.

#ChilpancingoLibreDeHumo se desarrolla en sintonía con la iniciativa nacional #MiParcelaNoSeQuema —en la que además participan la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED)— y además de mejorar la producción agrícola, también busca mejorar la salud pública de la población de Chilpancingo —debido a los incendios en el municipio se ha registrado un incremento de las intoxicaciones y padecimientos respiratorios—, prevenir tragedias durante el combate a los siniestros —miles de personas, incluyendo voluntarios, ponen en riesgo su vida año con año para controlar los incendios—, y preservar la biodiversidad y los recursos naturales de la región —los incendios favorecen la contaminación de los cuerpos de agua, afectando la disponibilidad del líquido tanto para uso humano como agropecuario—.

Bajo el lema de Chilpancingo no quema, Chilpancingo saludable, la campaña #ChilpancingoLibreDeHumo busca combatir el fuego y aprovecha la experiencia de organismos como el CIMMYT y sus colaboradores que promueven sistemas agroalimentarios sustentables, resilientes y climáticamente inteligentes frente a fenómenos como el cambio climático que incrementan la probabilidad de sequías e incendios.

Para más información sobre las acciones para evitar quemas agrícolas o referente a la campaña, se puede contactar al Hub Pacífico Centro del CIMMYT o al gobierno de Chilpancingo a través de la Secretaría de Desarrollo Rural (SEDER), la Secretaría de Salud (SALUD) y Dirección de Recursos Naturales y Ecología (DRNyE). 

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Gobierno de la India otorga reconocimiento póstumo a científico mexicano

El Gobierno de la India anunció este 26 de enero la concesión, a título póstumo, del premio Padma —el mayor reconocimiento que ese país otorga a civiles por logros y contribuciones a la sociedad— al científico mexicano de origen indio, el doctor Sanjaya Rajaram, quien fue un destacado investigador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2014. 

Los premios Padma —palabra en sánscrito que significa loto— fueron instituidos en 1954 y son otorgados por el presidente de la India en un acto ceremonial con motivo del Día de la República (26 de enero) cada año. Estos premios tienen un gran reconocimiento social en el país asiático y se otorgan para honrar a quienes han contribuido de forma excepcional a la sociedad de la India en campos como el arte, la educación, la industria, la literatura, el deporte y la ciencia —este año por ejemplo, también fueron reconocidos los científicos que en aquel país contribuyeron al desarrollo de la vacuna anticovid—. 

La decisión de reconocer al doctor Sanjaya Rajaram fue tomada por un comité de selección cuya recomendación fue sometida a la aprobación del Primer Ministro y del Presidente de la India. De común acuerdo, se decidió otorgar la distinción al investigador de forma póstuma por su notable contribución al sector agrícola de aquel país. 

El doctor Rajaram, quien falleció el pasado 26 de febrero de 2021, desarrolló más de 480 variedades mejoradas de trigo que actualmente se cultivan en más de 58 millones de hectáreas en 51 países de todo el mundo. De esta manera logró incrementar la producción global de trigo en 200 millones de toneladas anuales, haciendo mucho más accesible este alimento a la población de bajos recursos del planeta.

Cabe mencionar que en 2001 el gobierno de la India ya le había otorgado al doctor Rajaram un premio Padma Shri, por lo que el premio Padma Bhushan de este año convierte al investigador en una figura excepcional en la historia de estos galardones —los premios se dividen en tres categorías: Padma Vibhushan, otorgado por servicio sobresaliente y distinguido; Padma Bhushan, por servicio distinguido de alta orden; y Padma Shri, por servicio distinguido—.

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La importancia del valor nutricional del maíz para ensilaje

La actual y creciente demanda de alimentos ha causado que los sistemas tanto agrícolas como pecuarios se intensifiquen, esto ha exigido que los cultivos se vuelvan más eficientes, intensivos y sustentables. En el caso del maíz forrajero, se requieren los más altos estándares para mejorar su calidad nutricional, favorecer al ganado y la producción de carne y lácteos.

La generación de forrajes óptimos depende en gran medida tanto de la selección de la semilla adecuada para cultivar, como el proceso de ensilaje, el cual consiste en conservar los forrajes mediante fermentación para mantenerlos en un estado semejante al que poseen cuando están frescos. Estos factores son fundamentales y determinan su valor nutricional. Hay cuatro factores esenciales que deben contemplarse:

  • Energía: un buen maíz para ensilaje va definido por su alto contenido energético y proporciona energía a partir de dos fuentes: el rastrojo, compuesto principalmente por fibra y una energía digestible de entre 40-80%; y la mazorca, compuesta por almidón y con una energía digestible casi al 100%.
  • Almidón: es la fuente principal de energía del maíz y procede exclusivamente del grano. Durante el ensilado sus niveles deben ser de 27-35% y, a partir de eso, se definen la raciones para el ganado.
  • Composición de fibra: la pared de las células de las plantas están formadas por componentes como hemicelulosa, celulosa y lignina, juntas conforman la fibra mediante la cual los rumiantes, como las vacas, obtienen energía adicional. 
  • Digestibilidad de las paredes celulares: solo una parte de la fibra logra ser digerida por el ganado, por eso es importante medir la proporción que puede ser asimilada. Generalmente esto se mide en laboratorio y el valor ideal debe rondar entre 50-60%.

Todas estas características, cuando son vigiladas rigurosamente, se traducen en un mayor éxito y rentabilidad de la producción tanto agrícola como ganadera y, por ende, impacta al crecimiento económico.

Organizaciones como Semillas Ceres cuentan con rigurosos procesos de investigación y mejoramiento para ofrecer insumos que permiten cumplir con las exigencias nutricionales de los establos. Junto con prácticas sustentables como la Agricultura de Conservación —que permite reducir costos de producción sin afectar los rendimientos—, los insumos de calidad contribuyen a mejorar significativamente los sistemas de producción. 

Fuente:

Jiménez, M. C., Bourrillón, A. R., & WingChing-Jones, R. (2009). Valor nutricional del ensilaje de maíz cultivado en asocio con vigna (Vigna radiata). Agronomía costarricense: Revista de ciencias agrícolas33(1), 133-146.

 

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Guanajuato busca lograr cero quemas agrícolas

Las quemas agrícolas deterioran el suelo y reducen (e incluso anulan) la actividad biológica que hay en él. Afortunadamente, en Guanajuato los productores son cada vez más conscientes del daño que la quema de rastrojos hace a sus parcelas. En el año 2021, por ejemplo, se observó una reducción de esta práctica con respecto a 2020: del 63% para el ciclo primavera-verano, y 12% para el ciclo otoño-invierno, aunque, por supuesto, es necesario seguir fomentando alternativas al uso del fuego y, para este propósito, es importante identificar las zonas donde las quemas agrícolas siguen siendo recurrentes.

Para saber con certeza cuáles predios son sometidos a quemas agrícolas, el equipo técnico de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se apoya del Sistema de Alerta temprana de Incendios Forestales de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

El sistema de alerta de la CONABIO usa tecnología satelital para identificar y mostrar en un mapa aquellos lugares con una temperatura considerablemente mayor con respecto a los lugares vecinos. Además, permite hacer una revisión histórica de los puntos de calor y distinguir si es recurrente y si se trata de un incendio forestal, quema agrícola, fábrica, etc.

La tarea del equipo técnico de MasAgro Guanajuato en este punto consiste en identificar aquellas zonas con actividad agrícola que muestren recurrentemente puntos de calor y verificar si las fechas en que son registrados coinciden con el tiempo de preparación del suelo para el ciclo agrícola. Así se definen las zonas que requieren una atención prioritaria y se gestionan los medios necesarios para implementar las diversas estrategias de MasAgro Guanajuato. 

Una de las estrategias que impulsa MasAgro Guanajuato para reducir las quemas agrícolas es #RetoRastrojo, que promueve un manejo adecuado de los residuos agrícolas, usándolos como cobertura del suelo para así incorporarle más rápidamente materia orgánica e incentivar la regeneración de su actividad microbiológica y mejorar sus propiedades fisicoquímicas.

En los lugares donde se ha impulsado #RetoRastrojo se han documentado incrementos en la utilidad de los productores, reducción de horas de trabajo y la recuperación de las propiedades del suelo agrícola, esto debido a que aprovechar el rastrojo como cobertura del suelo en lugar de quemarlo hace que los cultivos se desarrollen mejor y también permite mitigar problemas de erosión, reducir los daños provocados por plagas como la gallina ciega y enfermedades como el Fusarium. 

Aunque el camino para lograr cero quemas agrícolas en el territorio guanajuatense aún es largo y arduo, la suma de voluntades de muchos actores y de herramientas surgidas desde la ciencia está permitiendo acopiar y procesar información para una mejor toma de decisiones. Te invitamos a conocer más sobre #RetoRastrojo en las redes sociales de MasAgro Guanajuato o directamente con el equipo técnico del programa. 

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Calakmul tendrá dos casas de semillas

Para los productores de Calakmul, Campeche, las semillas nativas, o criollas, están en estrecha relación con sus creencias y costumbres. Muchos de ellos, pertenecientes a comunidades mayas, valoran la existencia de estas semillas más allá de la producción. Desafortunadamente, Calakmul carece de un sistema de resguardo y reproducción de semillas nativas que les permita a los agricultores disponer de semilla de calidad, en los volúmenes requeridos y en los tiempos oportunos para la siembra.

Y es que, a pesar de que en Calakmul existe una gran diversidad de semillas nativas de maíz, frijol, calabaza y chile, los diferentes diagnósticos y estudios revelan que las familias tienen dificultades para disponer de ellas. Las consiguen, dicen, “donde pueden y como pueden”, ya sean prestadas o compradas, no importando la variedad y la calidad. Consecuentemente, esto reduce la productividad e implica riesgo de pérdida, degeneración y contaminación de las variedades.

Las casas o bancos de semillas representan una oportunidad para el rescate de la diversidad genética de las semillas nativas, así como para la preservación de los conocimientos y saberes locales, costumbres, gastronomía y otros valores sociales que son importantes para la identidad cultural de los productores de la región. 

En este sentido, durante noviembre y diciembre de 2021, en una acción impulsada por Fondo para la Paz IAP en la que colabora el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), se impartieron talleres que forman parte del acompañamiento para la planificación y puesta en marcha de dos casas de semillas en Calakmul —una en la zona sur y otra en la zona norte del municipio—.

En los talleres participaron productores de diferentes comunidades que han asumido el rol de promotores guía de la iniciativa, así como otros productores interesados en formar parte del proyecto para el establecimiento de las casas de semillas. Por esta razón, la capacitación abarcó aspectos como funciones, procesos administrativos y técnicos para la conservación de la diversidad genética de las semillas nativas —desde la colecta hasta el manejo de los lotes de semilla recolectada—.

Cabe mencionar que a través de un proyecto financiado por Groundswell e implementado por Fondo para la paz IAP, se ha logrado conseguir el equipo básico para la puesta en marcha de los bancos de semillas y, a través del CIMMYT, los productores se están formando para iniciar sus colectas, registrar y acondicionar las colecciones de semillas y establecer parcelas de regeneración. También el CIMMYT ha contribuido a la conformación de las colecciones mediante donaciones de semillas de leguminosas tradicionales y cultivos alternativos. 

Con miras hacia el ciclo agrícola primavera-verano 2022, las casas de semillas tienen la tarea de organizar actividades de intercambio y difusión de las semillas nativas durante los meses de abril y mayo. De igual forma, deberán consensar con los socios los volúmenes a guardar para determinar la disponibilidad de semilla que las casas podrán prestar en dicho ciclo. 

Los esfuerzos para establecer casas o bancos de semillas no solo buscan conservar la diversidad genética existente, también implican valiosas experiencias de organización y esfuerzo colectivo para asegurar la disponibilidad de semilla en cantidad y calidad, mejorar las variedades, desarrollar capacidades en manejo poscosecha, enfoques agroecológicos y otras innovaciones que le permiten a los productores incrementar sus rendimientos y, consecuentemente, mejorar la seguridad alimentaria de sus familias. 

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Buscan mejores variedades de maíz para la Meseta Purépecha

La Meseta Purépecha es una de las cuatro regiones del estado de Michoacán, es una región boscosa,  rica en recursos naturales, con un gran número de especies nativas y extensa biodiversidad. Además, tiene una fuerte presencia de la comunidad purépecha que se dedica principalmente a la agricultura, pero que enfrenta diversas dificultades, como presencia de plagas y bajos rendimientos. 

Para atender las necesidades de los productores de esta región, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en Michoacán han instalado tres módulos, es decir, espacios donde se comparan las prácticas sustentables propuestas y las prácticas convencionales que prevalecen en la región.

Uno de los módulos es también una vitrina de maíces híbridos para Valles Altos —región de la Mesa Central (antes Altiplano Central) situada entre los 2,200 y 2,600 metros sobre el nivel del mar—. Las evaluaciones en este espacio buscan identificar los materiales más adaptables para la zona a fin de obtener mejores rendimientos.

Hasta ahora, y dada la recurrente presencia de siniestros provocados por fenómenos climatológicos como las heladas, estas variedades han mostrado ser susceptibles a plagas y enfermedades, pero cuentan con mucha tolerancia al acame —doblez o inclinación que sufre el tallo de las plantas—. 

En los otros dos módulos restantes —ubicados en Turícuaro, municipio de Nahuatzen y Cheranástico, municipio de Paracho, respectivamente— se sembraron materiales precoces y con adaptación a distintos ambientes bajo condiciones de temporal. La variedad H-40 (gráfica 1), un maíz precoz, tolerante a la sequía, con porte bajo y resistente al acame ha destacado también por sus rendimientos y sería una opción muy viable para hacerle frente a los cambios drásticos de temperatura frecuentes en la región, como las heladas.

Los productores que acudieron a la demostración de resultados en días pasados se mostraron interesados en probar los nuevos materiales y también en la recomendación de acompañar su sistema de producción de granos básicos con la siembra de leguminosas como el frijol, haba, garbanzo y grass pea. 

Lo anterior es importante porque, junto a la simbiosis con algunas bacterias del suelo, las leguminosas pueden transformar el nitrógeno atmosférico en un nitrógeno asimilable para cultivos como el maíz. Además, cumplen un papel importante en el manejo de diversidad funcional, atrayendo insectos benéficos muy necesarios para lograr un manejo agroecológico de plagas. 

Gráfica 1. Rendimientos obtenidos en la vitrina de Uanajchukuni de Turícuaro, municipio de Nahuatzen, Michoacán.

 

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La importancia de invertir en ciencia aplicada al campo

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la fragilidad de los sistemas agroalimentarios puede afectar a un gran número de personas: en la actualidad, 3 mil millones de personas ―un poco más de la población de China e India juntas― no pueden permitirse una dieta saludable de forma regular. Bastaría una pequeña perturbación en el sistema ―como una alteración de los enlaces de transporte― para aumentar esta cifra en corto tiempo. Lamentablemente para la humanidad este planteamiento ya ha sido confirmado por la pandemia de COVID-19.

“Análisis recientes indican que, dados los efectos combinados del cambio climático y el crecimiento de la población, es solo cuestión de tiempo antes de que experimentemos un shock en el sistema alimentario mundial. La probabilidad aumenta con la frecuencia y la gravedad de los desastres naturales —como tormentas, sequías e inundaciones— y aumenta junto con la urbanización, los cambios en los patrones de consumo de alimentos,  recursos y la contaminación”, señala el doctor Bram Govaerts, Director General del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en un artículo recientemente publicado por la Revista Newsweek. 

Una afectación de esta naturaleza al sistema alimentario mundial empeoraría las crisis alimentarias que actualmente se desarrollan en distintos puntos del planeta y también aumentaría el número de personas desplazadas en el mundo. Por esta razón, es fundamental impulsar sistemas agroalimentarios que garanticen que todos sus componentes funcionen bien en el transcurrir del tiempo.

Los científicos están preocupados por posibles “fallas del granero” y, comenta el doctor Bram Govaerts, de acuerdo con una proyección reciente realizada por una organización especializada que modeló el efecto de una fuerte ocurrencia de El Niño en los cultivos básicos en todo el mundo, “una confluencia de fenómenos meteorológicos extremos que afecten a las principales regiones productoras de cereales daría lugar a caídas mundiales de la producción de maíz del 10%, la soja del 11%, el trigo y el arroz del 7%”. 

En el artículo, el Director General del CIMMYT menciona que, si bien es difícil proteger los cultivos de las lluvias torrenciales, sí es posible prevenir o controlar la propagación de plagas y enfermedades que frecuentemente proliferan en los campos inundados. De manera similar, indica, “es posible aumentar gradualmente la tolerancia de un cultivo a la sequía haciendo que las plantas sean más eficientes en el uso del agua y utilizando prácticas agrícolas sustentables (…) Las soluciones que surgen de la inversión en investigación agrícola generan un gran retorno de la inversión”. 

Sin duda, la creación de sistemas agrícolas resilientes requiere incorporar la propia resiliencia en las políticas agroalimentarias, invertir en ciencia aplicada al campo e impulsar una mayor coordinación entre todos los sectores. Le invitamos a leer el artículo aquí referido que está disponible en el siguiente enlace: Agricultural Research Fights Global Food Shocks.