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Alianzas que transforman el campo

Reynaldo Góngora, productor de Hopelchén, Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Reynaldo Góngora, productor de Hopelchén, Campeche. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

En México, la agricultura enfrenta retos diversos que varían de acuerdo con las características agroecológicas y socioeconómicas de cada región. Para abordar estas diferencias de manera efectiva, el CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado una metodología que fomenta la colaboración entre múltiples actores: los hubs o nodos de innovación. Estos espacios integran a productores, agroindustria, organizaciones locales, investigadores y autoridades para impulsar soluciones adaptadas a las necesidades de cada región, fortaleciendo los sistemas agroalimentarios y promoviendo prácticas sustentables.

En regiones agrícolas como Sinaloa, los hubs han permitido establecer alianzas estratégicas que vinculan a la agroindustria con la agricultura sostenible. Un ejemplo destacado es la colaboración entre SAFINSA, Grupo Bimbo y el CIMMYT, quienes trabajan para fomentar un abastecimiento responsable de trigo mediante la adopción de prácticas sustentables que garantizan la conservación de recursos naturales y el bienestar de los productores. Estas sinergias no solo impulsan la producción sostenible, sino que también consolidan cadenas de valor más justas y resilientes.

De forma similar, el Hub Bajío se ha convertido en un catalizador de iniciativas que impulsan la alta productividad con sustentabilidad. Proyectos como Abastecimiento Responsable con Kellanova y Cultivando un México Mejor con HEINEKEN México ilustran esta articulación de esfuerzos, cuyo impacto se mide no solo en términos de productividad, sino también en la capacidad de los productores para acceder a mercados que valoran las prácticas responsables, una transformación que refuerza el liderazgo de México en la producción agroindustrial sostenible.

En el sursureste del país, donde predominan los sistemas agrícolas de autoconsumo y los desafíos socioeconómicos son más marcados, los hubs han centrado su labor en promover la autosuficiencia alimentaria y reducir pérdidas poscosecha. El Hub Pacífico Sur, por ejemplo, ha entablado alianza con la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) para capacitar a técnicos que están llevando innovaciones sustentables a las comunidades a fin de garantizar la seguridad alimentaria y un abasto seguro de maíz.

En el otro extremo del país, el Hub Península de Yucatán trabaja en conjunto con el Gobierno de Quintana Roo para impulsar un enfoque integral de la producción de maíz y vitalización del sistema de la milpa maya, con atención para inclusión financiera y un enfoque de género.

También en el sursureste destaca un ejemplo emblemático de los frutos de las alianzas estratégicas que se incuban con los hubs. Se trata de la red de herreros que fabrica y distribuye silos metálicos herméticos diseñados por el CIMMYT y colaboradores, los cuales permiten a las comunidades conservar sus granos por más tiempo sin necesidad de sustancias químicas, minimizando las pérdidas y mejorando la seguridad alimentaria.

Reynaldo Góngora, productor de Hopelchén, Campeche, comparte su experiencia al ser uno de los agricultores vinculados al Hub Península de Yucatán: “Antes cosechábamos 700 u 800 kilos por hectárea. Ahora estamos obteniendo entre dos y dos toneladas y media porque aprendimos a manejar el rastrojo, fertilizantes orgánicos, controlar plagas con trampas y conservar la cosecha en silos herméticos. Al principio era el único en mi comunidad que participaba, pero ahora más compañeros se han sumado al ver los resultados”.

Además, Reynaldo enfatiza cómo el trabajo con el Hub ha cambiado su visión sobre el cultivo y manejo de alimentos: “Llegué al Hub por Promaya, una organización que colabora con el Hub. Me invitaron a un taller sobre el manejo de semillas, y participé en varias prácticas y ahorita ya somos más los que nos hemos sumado”.

La articulación entre actores locales como Promaya, extensionistas y el CIMMYT ha sido clave para multiplicar estos impactos, mostrando cómo la innovación tecnológica puede mejorar vidas y fortalecer comunidades. Como dice Reynaldo, la unión hace la fuerza.

De acuerdo con Bram Govaerts, director general del CIMMYT, la metodología del hub permite conectar el conocimiento científico con las necesidades reales de los productores. Al respecto, destaca: “Los hubs aseguran que no exista una desconexión entre la ciencia y el extensionismo, creando redes de conocimiento que garantizan que la innovación llegue al productor. Además, utilizamos la retroalimentación de los productores para mejorar continuamente nuestras propuestas”.

Desde el norte hasta el sur del país, esta metodología fomenta la interacción entre agroindustria, organizaciones locales y productores, articulando esfuerzos en favor de sistemas agroalimentarios más sostenibles. Ya sea promoviendo cadenas de valor responsables o garantizando la seguridad alimentaria, los hubs son una herramienta transformadora que permite a México enfrentar los retos del presente con miras a un futuro más resiliente.

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Hubs, una metodología que inspira

Acompañamiento técnico en áreas de extensión en Oaxaca, México, brindado por el equipo del Hub Pacífico Sur del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Acompañamiento técnico en áreas de extensión en Oaxaca, México, brindado por el equipo del Hub Pacífico Sur del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

“Estoy aquí con mi equipo para estudiar la metodología del hub que CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado en México. Estamos tratando de desarrollar un manual para guiar la aceleración de la ciencia agronómica en el Sur Global y nuestra experiencia aquí nos ha dado nuevas perspectivas”, comenta Henry Okonkwo, de Ernst & Young, organización que en el marco de Excelencia en Agronomía —una iniciativa de CGIAR— estudia cómo escalar en otras partes del mundo la innovación en agricultura.

En medio del creciente interés global por la agricultura sustentable, los hubs agrícolas, desarrollados y consolidados en México por CIMMYT y sus colaboradores, se han convertido en un punto focal para la innovación y el cambio.

Así, luego de visitar el Hub Pacífico Sur y el Hub Bajío de CIMMYT, Henry, quien viene desde Nigeria, comparte sus impresiones sobre esta metodología: “Mi experiencia aquí ha sido reveladora y he observado tres aspectos fundamentales: primero la estructura del hub, que es una estructura colaborativa. Segundo, la interacción entre el hub y las partes interesadas, que es participativa. Y por último está el impacto del hub que ha sido muy significativo entre los productores”.

Henry, describe la estructura del hub como «una estructura colaborativa», destacando cómo esta característica tiene un impacto adicional: “Cuando miro la estructura del hub, veo que es algo integral y esto atrae e inspira confianza entre todas las partes interesadas que conforman el hub”, señala.

Con respecto a la interacción entre el centro y las partes interesadas, Henry señala que esa interacción permite que las partes interesadas, gobierno, alcaldes y la comunidad “trabajen todos juntos. Vimos a algunas ONG asociarse con CIMMYT, organizaciones del sector privado, y todos trabajando juntos para impulsar el impacto de la agricultura sustentable en la comunidad”, enfatizando que esta colaboración integral se traduce en un mayor alcance y efectividad de las soluciones implementadas.

Finalmente, sobre el impacto de los hubs en las comunidades, Henry comenta: “Vimos a ancianas, vimos a jóvenes participando y el testimonio de todos sobre el impacto que el hub ha tenido en ellos se manifiesta de muchas formas, desde ahorro de tiempo hasta nuevos aprendizajes sobre prácticas agronómicas. Creo que el hub, en términos de estructura, de interacción e impacto en la comunidad es asombroso”.

La experiencia de Henry y su equipo en los hubs agrícolas de México demuestra el impacto positivo y la eficacia de esta metodología en el impulso de la agricultura sustentable y el desarrollo comunitario, no solo en México, sino en muchos otros lugares alrededor del mundo.

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Interés creciente por los hubs de México

Recorrido por módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Recorrido por módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

“Estamos conociendo lo que CIMMYT ha hecho en los hubs de México. Estamos tratando de entender cómo funciona esta metodología, qué sucede en las plataformas de investigación, qué sucede en las parcelas, la relación entre estos espacios, los menús tecnológicos y cómo se hace llegar ese menú a los agricultores”, comenta Emmanuel Ekom, del equipo de Ernst and Young, organización que en el marco de Excelencia en Agronomía —una iniciativa de CGIAR— estudia cómo escalar la innovación en agricultura.

“Entendemos que en México CIMMYT ha podido crear un enfoque de innovación que prioriza al agricultor. Yo vine desde Nigeria con mi equipo y estamos profundizando en ese enfoque para comprender cómo funciona, para comprender cómo podemos replicar estas brillantes ideas en varios países del sur global en todo el mundo. Así que visitamos muchos hubs interesantes en todo México”, comenta Emmanuel.

“Una de las cosas más interesantes que pude ver en uno de estos hubs fue que el alcalde de uno de los pueblos fue capacitado por el trabajo del CIMMYT. El alcalde entendió la agricultura de conservación y contribuyó a difundir ese conocimiento a todo el pueblo”, menciona Emmanuel, quien destaca la inclusión de instituciones públicas, privadas y académicas en la operación de los hubs.

Pude ver las caras de los agricultores, la emoción que tenían, especialmente las mujeres cuando hablaron de cuánto tiempo habían podido ahorrar al utilizar tecnologías desarrolladas por el CIMMYT y sus colaboradores. (Esta metodología) no solo está impulsando el aumento de los ingresos de las mujeres, sino también ayudando a hacer la vida más fácil y ayudando a las mujeres a ahorrar más tiempo para dedicarlo a otras situaciones que tienen que afrontar. Pude ver cómo funciona el enfoque de género en lo que CIMMYT está haciendo y eso me pareció muy, muy impactante”, menciona Emmanuel.

“Pude ver de primera mano cómo el trabajo realizado por los hubs ha impactado directamente a estos agricultores, y donde es realmente interesante que los gerentes de los  hubs tienen muy buenas relaciones con los agricultores. Cada vez que íbamos a una parcela, inicialmente planeábamos visitar solo a un agricultor, pero a veces nos encontramos como a 10 o 15, y el gerente del hub tiene una relación tan excelente con ellos. Y yo creo que eso es realmente asombroso”, enfatiza Emmanuel, para quien la experiencia de los hubs en México permitirá trazar el camino para replicar la metodología en otras latitudes.

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México, un laboratorio donde se generan soluciones para los retos de la alimentación global

Directivos de la iniciativa Excelencia en Agronomía visitando plataformas y módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
Directivos de la iniciativa Excelencia en Agronomía visitando plataformas y módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)

“Fue muy impactante para mí conocer la operación de un hub y ver a agricultores interactuado directamente con los técnicos en campo, aplicando los principios de la agricultura de conservación. Recuerdo a una señora en Oaxaca contándonos cuánto tiempo ha podido ahorrar y cuánto mayor rendimiento está empezando a obtener usando la matraca, esta sembradora-fertilizadora manual que es una tecnología muy simple”, comenta Mandla Nkomo sobre su reciente visita a la Mixteca oaxaqueña, en México.

Mandla es director de Crecimiento de la iniciativa Excelencia en Agronomía (EiA), la cual “reúne a más de 10 centros CGIAR cuya tarea es crear soluciones a los problemas que enfrentan los agricultores en todo el mundo. Nuestro enfoque es comenzar desde una base impulsada por la demanda, para saber cuáles son los desafíos que enfrentan los agricultores y crear un sistema de desarrollo de la innovación que sea capaz de atender esos desafíos, desarrollar soluciones, probarlas, validarlas y escalarlas”, sostiene.

La búsqueda de ese sistema para detonar y difundir la innovación es parte de lo que motivó a Mandla a visitar México. “Estoy aquí porque quería aprender un poco más sobre esto —los hubs y los proyectos basados en esta metodología que el CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado en territorio nacional—, porque una de las cosas que consideramos en EiA es cómo hacemos la transición de los casos de uso individuales a soluciones dentro de una red de socios”.

“Lo que hemos visto aquí es el trabajo de nuestros colegas de CIMMYT —uno de los centros de investigación que integran el CGIAR— que, durante la última década, han creado estos hubs o centros de innovación que se establecen en todo México en diferentes zonas agroecológicas. Y lo realmente único de esto es que estos hubs están creando un ecosistema que hace lo que creo que es la excelencia en agronomía”, enfatiza Mandla.

Los hubs son una metodología de gestión de la innovación que se desarrolló en México gracias a iniciativas como MasAgro-Cultivos para México y que, por su gran impacto, hoy está siendo replicada en África, Asia y otros países de América Latina; además de formar parte fundamental del enfoque de iniciativas como EiA.

Sobre esta metodología, Mandla comenta que quienes participan en ella “intentan comprender realmente los desafíos que enfrentan los agricultores; luego crean una plataforma donde se hace investigación adecuada que responde a sus problemáticas; posteriormente, prueban esa investigación en módulos que permiten demostrar el impacto que están teniendo esas soluciones en comparación con lo que los agricultores hacen de forma convencional. Finalmente, trasladan esas soluciones a las llamadas áreas de extensión, desde donde se implementan las innovaciones a mayor escala”.

Durante su visita a la plataforma de investigación de Santo Domingo Yanhuitlán y a módulos de innovación, áreas de extensión, casa de semillas, módulos poscosecha y puntos de maquinaria en distintos municipios de esa zona de Oaxaca, Mandla Nkomo y otros visitantes de EiA tuvieron la oportunidad no solo de conocer la operación del Hub Pacífico Sur de CIMMYT, sino de atestiguar como esta metodología de la gestión de la innovación es social y culturalmente pertinente para una de las regiones más diversas del país.

“Creo que estos días han sido realmente fantásticos para darnos una perspectiva y una imagen de lo que es posible hacer y de lo que es posible escalar porque, afortunadamente, México es un país muy diverso con diferentes agroecologías. Entonces, este enfoque se puede trasladar a cualquier otro lugar del mundo, por eso estoy muy emocionado con lo que hemos visto y porque el país que nos dio al maíz ahora también está dando al mundo soluciones que tendrán un gran impacto en la seguridad alimentaria global, así que ahora es mi tarea, y la del resto del equipo de EiA, ver cómo podemos transmitir esto a otras latitudes”.

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Con modelo de innovación agrícola desarrollado en México buscan mejorar el campo latinoamericano

Taller de planeación del Innova Hub Oriente de Honduras. (Foto: CIMMYT)
Taller de planeación del Innova Hub Oriente de Honduras. (Foto: CIMMYT)

AgriLAC Resiliente es una iniciativa del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales del cual forma parte el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— que busca transformar los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región. 

En el marco de su implementación en Guatemala y Honduras, un equipo de técnicos e investigadores de México que colaboran con el CIMMYT están compartiendo la experiencia con distintos proyectos desarrollados en territorio nacional a fin de integrar y hacer más sólidas las redes de colaboradores que estarán promoviendo innovaciones agrícolas en estos países de Centroamérica en el marco de esta iniciativa.

Una de las experiencias más exitosas gestada y desarrollada en México por el CIMMYT y diversos colaboradores de todos los sectores es el Hub o nodo de innovación. Este modelo o sistema de innovación agrícola ha permitido, por ejemplo, que más de 300 mil agricultores que cultivan maíz, trigo y cultivos asociados ahora lo hagan con tecnologías sustentables de MasAgro —hoy Cultivos para México—, en más de un millón de hectáreas en todo el territorio rural del país con las más diversas condiciones agroecológicas. 

Durante el desarrollo de los talleres para la integración e implementación de los primeros hubs en los citados países, o Innova Hubs, como se les ha denominado en el marco de esta iniciativa, el equipo del CIMMYT que trabaja en la iniciativa explica que el modelo del Hub va más allá de una estructura física compuesta por plataformas de investigación agrícola, módulos de innovación —parcelas de productores donde se comparan las prácticas convencionales y las innovaciones— y áreas de extensión —parcelas de productores que deciden innovar y reciben acompañamiento técnico para hacerlo—. 

“Lo que busca un hub es la mejor manera de adaptar y adoptar las innovaciones agrícolas que se han identificado como las más pertinentes para cada lugar, pero al mismo tiempo aporta una metodología útil y práctica para gestionar el conocimiento; es decir, ayuda a articular los esfuerzos de los distintas organizaciones o actores para llevar el conocimiento científico a más personas, buscando que ese conocimiento o evidencia científica se ocupado de manera práctica, de manera muy operativa por los integrantes de un territorio para su beneficio”, señala Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del CIMMYT.  

Así, ASOCUCH, CEDRO y ASORECH, en Guatemala; y CASM y ARSAGRO en Honduras, son las organizaciones anfitrionas que han colaborado con el CIMMYT en la organización de los talleres para el establecimiento oficial de cuatro Innova Hubs, dos en cada país. En los talleres han participado muchos otros actores y organizaciones locales que, gracias a su amplia trayectoria en sus propios países, han ayudado a identificar los principales retos o puntos críticos retos que deben abordarse para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles. 

En Guatemala, por ejemplo, la falta de investigación, la falta de recursos financieros y de desarrollo de capacidades locales fueron los aspectos que se identificaron como prioritarios para lograr sistemas agroalimentarios resilientes y sostenibles. También se identificaron retos adicionales, como el alto costo de insumos para producción, la falta de formación en interpretación de información agroclimática, la falta de gestión de riesgo e incertidumbre, brechas de género y falta de pertinencia cultural de algunas intervenciones previas o existentes. 

Además de estos retos, los representantes de las organizaciones que participaron en los talleres en Guatemala —Mercy Corps, IARNA-URL, MAGA, ICC, Popoyán, USAID, PMA, UICN, USAC, IFAD, ICTA, entre otras— identificaron que las áreas más críticas de frente a la suma de esfuerzos en el marco de la iniciativa son el cambio climático, la seguridad alimentaria y la migración.

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Agricultura familiar, retos y avances

Cerca del 80 % de los alimentos del mundo son producidos por familias agricultoras. La agricultura familiar, en este sentido, brinda grandes oportunidades para la seguridad alimentaria global al ser un potencial motor para preservar alimentos tradicionales, salvaguardar la diversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales, crear oportunidades económicas para las comunidades y fomentar sistemas alimentarios diversificados; sin embargo, las familias agricultoras enfrentan muchas dificultades, entre ellas el acceso a los mercados y el cambio climático. 

Dada la relevancia del tema, y en el marco de tres años del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028), la revista EnlACe del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) dedica su edición número 61 a la agricultura familiar y a los distintos proyectos que impulsa este centro de investigación científica y diversos colaboradores para apoyar a los agricultores familiares.

En el marco de la temática abordada, esta edición de EnlACe incluye contenidos sobre el proyecto CLCA —impulsado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) e implementado por el CIMMYT y diversos colaboradores en la Mixteca Alta de Oaxaca, México y en el Altiplano Sur de Bolivia— para integrar la agricultura y ganadería zonas áridas y semiáridas; también se aborda el tema de la asociatividad con productores de pequeña escala, fomentada en el marco de un proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT. 

La revista presenta también algunos resultados de las plataformas de Teopoxco y Tamazulápam en Oaxaca, donde investigadores del CIMMYT y la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas han estudiado la integración de agricultura de conservación y Milpa Intercalada con Árboles Frutales, sistemas que brindan amplios beneficios para las familias agricultoras de zonas de laderas. 

Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60.
Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

Entre otros contenidos, se destaca la actualización de los procedimientos del CIMMYT para la distribución de semillas, información sobre proyectos para el mejoramiento de variedades y distribución de semillas en África, implementación de hubs o nodos de innovación en Guatemala, entre otros contenidos están ya disponibles de forma gratuita en EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

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Abriendo Camino: Erick Ortiz Hernández innova soluciones regionales para generar un mayor impacto

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) opera las actividades de 11 hubs —nodos de innovación— en México respaldados por una cartera de proyectos incluyendo MasAgro. Estos hubs están perfectamente definidos por las condiciones agroecológicas del territorio en el que se encuentran y su objetivo principal es la gestión de la innovación enfocada en sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.

El Hub Bajío —que comprende los estados de Guanajuato, Michoacán y Querétaro— es dirigido por Erick Ortiz Hernández, quien, a través de la gestión integrada, busca mejorar la calidad de vida de los agricultores trabajando mano a mano con una gran red de actores promoviendo y validando tecnologías sustentables y escalables.

En 2010, Ortiz Hernández se unió al CIMMYT como colaborador en el estado de Michoacán, donde trabajaba como instructor de capacitaciones y certificaciones para técnicos, y en la gestión de módulos y plataformas del proyecto MasAgro. Esa experiencia le permitió convertirse en el gerente del Hub de la Península de Yucatán en 2015, y después de trabajar durante tres años en estado de Guanajuato, recientemente tomó el puesto de gerente del Hub Bajío.

Originario de una comunidad rural de menos de mil habitantes en el estado de Puebla, Ortiz Hernández estuvo en constante contacto con la agricultura desde temprana edad. Sin embargo, considera que la decisión de dedicar su carrera al sector agrícola no fue algo planeado, ya que al ingresar a la ingeniería en agronomía de la Universidad Autónoma Chapingo —la máxima casa de estudios agrícolas en México— notó lo identificado e interesado que estaba en la fitotecnia, eligiéndola como su especialidad.

«Como estudiante de Chapingo, sabes que el CIMMYT es una de las instituciones de investigación más importantes no solo en México, sino a nivel internacional,” comenta Ortiz Hernández. “La realidad es que, cuando yo recién egresé de la universidad, nunca me hubiera imaginado que podría ser parte de este gran equipo.”

Sostenibilidad a la medida

Actualmente, Ortiz Hernández coordina y gestiona la operación de distintos proyectos en el Hub Bajío, tanto en el sector público, como privado. Todos estos proyectos operan bajo los mismos objetivos: monitorear y atender las actividades en la cadena de valor para mejorar los sistemas de producción, producir más con menos mediante prácticas de agricultura de conservación y de precisión, y lograr una vinculación exitosa con el mercado.

Uno de estos proyectos es Cultivando un México Mejor de HEINEKEN México, en el cual, a través de la investigación generada por el CIMMYT y la implementación de mejores prácticas de manejo, se exploran los requerimientos para el cuidado del agua empleada en los procesos diarios de cultivo.

Estas acciones son de suma importancia, ya que cada año se desgastan los mantos freáticos de la región debido al uso desmedido del agua donde aproximadamente el 80% del consumo de este recurso natural es destinado a las actividades agrícolas.

Ortiz Hernández explica que la producción de un kilo de trigo en la región requiere en promedio 1,500 litros de agua. No obstante, él y su equipo han demostrado que pueden reducir el consumo de agua de un 30 a 50% implementando prácticas que permiten el ahorro del agua sin disminuir los rendimientos e idealmente, con costos de producción bajos.

Ortiz Hernández en un cultivo de cebada en el que se implementan practicas sostenibles y climáticamente inteligentes en Guanajuato, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

Vinculación para el éxito

El Hub Bajío también gestiona MasAgro Guanajuato, el programa de colaboración entre el gobierno de Guanajuato y el CIMMYT, cuyo objetivo es apoyar el mejoramiento tecnológico de la producción agroalimentaria tradicional para implementar acciones de diagnóstico, diseño, validación, demostración e inducción al uso de innovaciones tecnológicas sostenibles.

Una de las situaciones actuales que enfrenta este programa es que los productores de la zona realizan la fertilización en los cultivos al voleo o dejan el fertilizante sobre la superficie, lo que resulta en un aprovechamiento ineficiente del suelo. El equipo técnico de MasAgro Guanajuato identificó este problema y la posibilidad de mitigarlo, creando vínculos de colaboración con empresas líderes en la fabricación de maquinaria agrícola en el estado, para diseñar y producir una herramienta que cumple con este propósito.

“Trabajando desde lo local, logramos que los actores aporten lo que se necesita para que los agricultores tengan acceso a la tecnología adecuada,” explica Ortiz Hernández. “Lo que esperamos con este tipo de proyectos no es beneficiar a los 500 o 1000 productores con los que trabajamos directamente, sino que, a través de la asociación, podamos escalar y multiplicar esos números generando un impacto en la región.”

Ortiz Hernández ve su rol gerencial como un rol estratégico en el que tiene la libertad de innovar trabajando en equipo para generar modelos, procesos y herramientas, y que además tiene la oportunidad de proponer y gestionar con los actores de la región para sumar esfuerzos y alinear objetivos en común.

“Tal vez no hay momento más satisfactorio que cuando estas con un productor en la cosecha y ves su cara felicidad debido a los buenos resultados. Cuando sabes que contribuiste, aunque sea con poco, te sientes bien y llegas a casa contento,” dice Ortiz Hernández.

Una de sus metas personales, y algo que intenta incorporar en cualquier proyecto, es concientizar a la sociedad respecto a la importancia de los agricultores en la seguridad alimentaria global. “Tenemos que ver a los agricultores como lo que son: las personas que aseguran que la comida llegue a nuestras mesas y quienes garantizan la cantidad y la calidad de los alimentos. Es importante reconocer sus esfuerzos diarios.”