Categorías
Noticias

La agricultura sustentable en Chiapas y la Península de Yucatán

La agricultura en el sur de México enfrenta desafíos considerables: degradación de suelos, bajos rendimientos, altos costos de producción y la creciente presión ambiental sobre los ecosistemas. Ante este panorama, la ciencia y la investigación aplicada se han convertido en aliados fundamentales para transformar los sistemas productivos, generando soluciones basadas en evidencia y adaptadas a las condiciones locales.

El nuevo libro Avances en agricultura sustentable: Resultados de plataformas de investigación de los hubs Chiapas y Península de Yucatán, editado y publicado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), recopila más de una década de resultados obtenidos en estas plataformas de investigación agronómica de la región, demostrando el poder de la colaboración científica para generar un impacto positivo en la producción agrícola y la seguridad alimentaria.

Desde 2011, el CIMMYT ha trabajado en Chiapas y la Península de Yucatán a través de su red de plataformas de investigación agronómica, un modelo que permite la generación y validación de tecnologías sustentables en condiciones reales de campo. En colaboración con instituciones académicas y productores, estas plataformas han sido espacios clave para experimentar, evaluar e implementar prácticas que permitan aumentar la productividad agrícola sin comprometer el equilibrio ecológico.

El libro recientemente publicado ofrece una síntesis de los hallazgos más relevantes obtenidos en estas plataformas. Entre los temas abordados se incluyen estrategias de manejo del suelo, diversificación de cultivos, reducción del uso de agroquímicos, mejoras en la eficiencia del agua y el impacto de las prácticas sustentables en los ingresos de los productores.

“En la región, el maíz es el cultivo más importante, no solo por su relevancia económica y social, sino por su profunda conexión con la identidad cultural de las comunidades; sin embargo, la producción de este cereal y de otras especies agrícolas enfrenta limitaciones como la degradación del suelo y la dependencia de fertilizantes sintéticos”, señalan los autores de la obra.

En este contexto, señalan los investigadores, “el libro aborda de manera particular la integración de leguminosas en los sistemas de producción de maíz, pues esta práctica ha demostrado ser una estrategia viable para mejorar la fertilidad del suelo y reducir los impactos ambientales negativos”.

Un aspecto central del trabajo del CIMMYT, a través de la red de plataformas que impulsa con colaboradores, es la apropiación social de la ciencia, es decir, la transferencia de conocimientos y tecnologías de manera accesible y aplicable para los productores. A través de estos estudios, el CIMMYT y sus colaboradores han generado datos sólidos que pueden guiar la toma de decisiones de agricultores, técnicos y formuladores de políticas públicas, contribuyendo a una agricultura más resiliente y adaptada a los desafíos climáticos y económicos actuales.

El libro no solo es un testimonio del trabajo colaborativo entre investigadores, técnicos y agricultores, sino también una invitación a seguir explorando y adoptando soluciones basadas en evidencia para mejorar la producción de alimentos de manera sustentable. Te invitamos a leerlo completo. Puedes descargarlo dando clic en imagen de la portada del libro que está a continuación; o bien, en el link de descarga.

Portada del libro Avances en agricultura sustentable: Resultados de plataformas de investigación de los hubs Chiapas y Península de Yucatán.
Portada del libro Avances en agricultura sustentable: Resultados de plataformas de investigación de los hubs Chiapas y Península de Yucatán.

Link de descarga:

Vilchis Ramos, R., & Fonteyne, S. (2024). Avances en agricultura sustentable: Resultados de plataformas de investigación de los hubs Chiapas y Península de Yucatán. México 2016-2023. Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Categorías
Noticias

En el campo, no te mueres de hambre

El agricultor Jaime Varguez en su parcela, mostrando parte de su cosecha de frutales. (Foto: Alexis Eduardo Varguez)
El agricultor Jaime Varguez en su parcela, mostrando parte de su cosecha de frutales. (Foto: Alexis Eduardo Varguez)

«En el campo, no te mueres de hambre», dice Jaime Varguez, un agricultor de la comunidad de Nicolás Bravo, en el municipio de Othón P. Blanco, Quintana Roo. Nos recibe una mañana cálida y húmeda en su parcela, como parte de una visita al programa de seguridad alimentaria que impulsa el gobierno de Quintana Roo junto con el CIMMYT. Este programa busca fortalecer la capacidad de producción local y mejorar la seguridad alimentaria de comunidades rurales a través de técnicas de manejo sustentable y diversificación de cultivos.

Jaime Varguez Canul nos cuenta sobre su vida en el campo y la importancia de esta estrategia. Lo encontramos trabajando en su parcela, un lugar que cuida todos los días desde hace 43 años. “En tiempos de hambruna, mi padre decía que sembrando de todo en la parcela siempre había algo para comer”, recuerda mientras nos muestra su terreno. Uno de los mayores orgullos de don Jaime es el ñame, cuya semilla ha pasado de generación en generación. La sabiduría ancestral es evidente: “Aquí seguimos sembrando como nos enseñaron nuestros abuelos”.

La parcela de don Jaime está ubicada a 18 kilómetros de la comunidad de Nicolás Bravo, en plena selva subtropical. El clima cálido y con lluvias intensas durante el verano exige una planificación cuidadosa de las siembras para aprovechar la humedad del suelo. En un sistema agroforestal, sus plantas de cinco años ya alcanzan entre tres y cinco metros de altura, formando hileras que permiten intercalar hasta tres cultivos entre los surcos.

En su terreno de dos hectáreas y media, don Jaime siembra maíz, frijol, calabaza y ocoro, y ha logrado integrar árboles frutales y maderables. La diversidad de su parcela le garantiza un suministro de alimentos durante todo el año y una fuente de ingresos extra para su familia. Dependiendo de la temporada, vende pepino, calabaza, tomate, chiles, ñame, sandía, yuca, frijol xpelon, elotes, melón, albahaca, camote y más. Esta diversificación es clave para su seguridad alimentaria y económica.

Parcela del señor Jaime Varguez Canul, en Othón P. Blanco, Quintana Roo. (Foto: Alexis Eduardo Varguez)
Parcela del señor Jaime Varguez Canul, en Othón P. Blanco, Quintana Roo. (Foto: Alexis Eduardo Varguez)

Ante los retos actuales de la agricultura, don Jaime comenta que necesita cultivar dos ciclos de maíz: uno rápido, para el consumo familiar, y otro tradicional con el maíz “crema”, una variedad que ha heredado de su padre. “Este año, con el apoyo técnico del programa, planté un maíz híbrido en julio para cosecharlo en noviembre, y así dejar espacio para el maíz crema que siembro cada año”, explica. Por primera vez, también está utilizando un sistema de siembra en hileras, aprovechando el espacio entre sus árboles agroforestales.

Don Jaime enfrenta además el aumento de plagas, como la mosca pinta y el gusano cogollero, que en años anteriores han devastado sus cultivos. “Gracias a las recomendaciones técnicas, logré salvar mi maíz del gusano cogollero; en otros años me ha hecho perder toda la siembra,” comparte. También ha incorporado nuevas prácticas, como el entierro del fertilizante, lo cual ha notado que fortalece sus plantas, que lucen de un verde intenso y saludable. “Estoy emocionado por ver los resultados,” añade, confiado en el equipo técnico que lo asesora y en la planificación adaptada a sus necesidades. “El conocimiento es para compartirse,” dice con orgullo, y asegura que está listo para ayudar a otros agricultores con lo que ha aprendido.

Este proyecto de seguridad alimentaria y nutricional es una colaboración entre el CIMMYT y el gobierno de Quintana Roo, y tiene el objetivo de mejorar la autosuficiencia de las familias rurales a través de prácticas agrícolas sostenibles. Al igual que don Jaime, muchos agricultores en el estado están integrando estas estrategias en sus parcelas para mejorar sus cultivos y obtener una mayor calidad de vida.

Categorías
Noticias

Redes que transforman: Innovación y seguridad alimentaria en la Península de Yucatán

Miguel Ku Balam, durante las mesas de trabajo del Hub Meeting Península de Yucatán. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
Miguel Ku Balam, durante las mesas de trabajo del Hub Meeting Península de Yucatán. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)

Bajo el lema “Redes de Innovación que Transforman Vidas en los Sistemas Agroalimentarios”, expertos, investigadores, productores, representantes del CIMMYT y del gobierno de Quintana Roo se dieron cita en el Holiday Inn Express Mérida Siglo XXI para el Hub Meeting Península de Yucatán 2024, los días 24 y 25 de octubre. Este evento reunió a actores clave de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, todos vinculados al Hub Península de Yucatán, con el objetivo de revitalizar las conexiones entre los distintos sectores y promover una visión conjunta en favor de la seguridad alimentaria.

El primer día, tras el mensaje de bienvenida por autoridades participantes en el evento, Jelle Van Loon, director asociado de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles y Representante Regional para América Latina en CIMMYT, inauguró la jornada con una conferencia magistral sobre los retos y oportunidades en los sistemas agroalimentarios, lo que captó la atención de los asistentes con su análisis del contexto global y sus implicaciones en la región. Posteriormente, una dinámica de consenso permitió que los participantes, incluidos los representantes del gobierno de Quintana Roo, reflexionaran sobre los desafíos locales, lo que abrió un espacio para el diálogo y la construcción de soluciones.

Ignacio Pereira, director general de la Agencia de Seguridad Alimentaria del Estado de Quintana Roo, destacó la relevancia del trabajo en conjunto con el CIMMYT: “El trabajo que se está realizando con CIMMYT es sumamente importante, sobre todo en este proceso agroalimentario y agroecológico, que permite el conocimiento que se está impartiendo, pero también ampliar las metas en un tema tan relevante como la seguridad alimentaria de la población, sobre todo en el Estado de Quintana Roo. La gobernadora lo ha puesto como uno de los temas prioritarios de su gobierno, y nos ayuda a apoyar a las familias de diversas comunidades, especialmente en la zona maya, manteniendo la tecnología y el conocimiento acumulado durante años para incrementar la producción de sus parcelas. Esto no solo mejora la seguridad alimentaria y el autoconsumo de la población, sino que también genera vínculos para la comercialización de excedentes”.

Por su parte Arturo Alonso Medina Pech, facilitador del programa Sembrando Vida en la coordinación territorial de Xpujil, Campeche, compartió su experiencia sobre la colaboración con el CIMMYT, en el marco del Hub de la Península de Yucatán: “Nuestra vinculación con CIMMYT inició en 2020 y 2021, especialmente para la capacitación del personal operativo del programa en diversas rutas de la coordinación territorial de Sembrando Vida”.

En particular, Medina Pech detalló su participación en la coordinación del municipio de Candelaria, donde se ha capacitado al personal técnico de cuatro rutas. Este esfuerzo incluye trabajo de campo en parcelas de aprendizaje e innovación, con prácticas de mejoramiento del suelo, control de plagas y enfermedades. “Los productores están satisfechos con los resultados, y nuestro objetivo es seguir fortaleciendo esta colaboración con el CIMMYT en los próximos años”, añadió.

Bartolomé Durante, productor del ejido Tabi en Yucatán, compartió su experiencia de vida en el campo y su colaboración con el CIMMYT. “Soy productor de nacimiento, tengo 63 años y sigo trabajando en el campo”, comentó. Además, explicó que, en 2019, con el apoyo del CIMMYT comenzó a implementar prácticas de conservación y un módulo de semillas que le ha permitido intercambiar experiencias con otros productores en Yucatán. “Ahora sabemos trabajar con variedad de semillas criollas y conservamos el maíz de una cosecha a la otra”, señaló agradecido por las capacitaciones brindadas por el Hub, que le han permitido mejorar sus prácticas de cultivo y la sustentabilidad de su producción.

En la actividad “La red invisible: descubriendo conexiones”, los asistentes se agruparon en siete mesas temáticas: inclusión de género y social y desarrollo de capacidades, investigación y poscosecha, innovación y extensión, inclusión financiera y asociatividad, sistema semillas, mecanización y políticas publicas. Cada mesa, moderada por expertos, abordó la importancia de la colaboración y mapeó las conexiones entre los actores presentes. Las dinámicas, enriquecidas con carteles y fotografías, incentivaron a los participantes a visualizar sus interacciones y a identificar oportunidades para fortalecer sus vínculos, y contaron con la activa participación de las autoridades quintanarroenses que compartieron sus experiencias en políticas públicas y apoyo al sector agrícola.

Fotografía grupal de los participantes del Hub Meeting de Península de Yucatán. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
Fotografía grupal de los participantes del Hub Meeting de Península de Yucatán. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)

El segundo día comenzó con el taller de innovación colaborativa “Innovando juntos, soluciones para el futuro”. Durante la mañana, se promovió la creatividad en la búsqueda de soluciones a los retos previamente identificados, lo que logró los insumos para desarrollar un plan de acción y un agenda técnica en común. Katharine Schiller, experta en escalamiento de innovaciones, dirigió una dinámica sobre el impacto y la aplicabilidad de estas ideas en el contexto regional.

Antonio Rico Lomelín, subsecretario de Agricultura en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca del gobierno de Quintana Roo, destacó el valor de los foros de colaboración como el Hub Península: “Este espacio permite una red de actores que, en un territorio compartido, interactúan para fortalecer la producción y productividad de actividades rurales, tales como la agricultura, ganadería, pesca y forestería”. Según Lomelín, el Hub es un espacio de riqueza en interacciones y compromisos entre los participantes, lo que genera una complicidad que impulsa los objetivos comunes.

En cuanto a los beneficios de la colaboración, Lomelín mencionó que el trabajo en red facilita la orientación de recursos y esfuerzos hacia un objetivo común. Un ejemplo clave es la política de rescate de maíces nativos en Quintana Roo, un proyecto en el que se busca no solo preservar esta biodiversidad, sino también generar una cadena de valor que lleve estos productos a nichos de mercado.

El evento concluyó con la presentación de propuestas generadas en cada mesa de trabajo, seguido por una emotiva reflexión final bajo el tema “Construyendo puentes, no caminos solitarios”, a cargo del equipo del CIMMYT. La clausura dejó a los asistentes con una renovada motivación y un fuerte compromiso de colaboración para afrontar los desafíos agroalimentarios de la Península de Yucatán.

Categorías
Noticias

Información climática, valiosa herramienta para prevenir plagas en Yucatán

Con el fin de brindar información oportuna y específica a los productores del estado, la Mesa Técnica Agroclimática de Yucatán ha emitido el Boletín Agroclimático Agrícola-Apícola No. 6, correspondiente a los meses de septiembre, octubre y noviembre de 2024. Esta publicación es esencial para la toma de decisiones de agricultores y apicultores, ya que incluye pronósticos sobre el comportamiento del clima en las principales regiones productivas del estado, así como recomendaciones prácticas para el manejo de plagas y cultivos.

Según los pronósticos, en las regiones de Mérida, Tizimín y Valladolid, se espera que durante el mes de octubre la lluvia sea menor al promedio histórico de 1991 a 2020, aunque se anticipa que será superior a lo registrado en el mismo mes de 2023. Para noviembre, la precipitación también se espera ligeramente inferior al promedio y menor que la registrada en noviembre del año pasado. Por su parte, en la región de Ticul, la lluvia acumulada tanto en octubre como en noviembre será inferior a la media histórica y muy similar a la del año anterior.

Adicionalmente, las temperaturas en todo el estado se prevé que sean entre 2 y 3 grados más altas que lo habitual, lo cual podría impactar tanto la productividad de los cultivos como la actividad apícola, que también es sensible a las variaciones en la temperatura.

El Boletín Agroclimático incluye valiosas recomendaciones técnicas para el manejo del gusano cogollero, plaga que puede afectar severamente los cultivos de maíz en la región. Las autoridades de sanidad vegetal sugieren mantener un monitoreo riguroso en las primeras semanas de crecimiento del maíz, revisando la presencia de huevos o larvas en las hojas. Si se detecta daño en más del 20% de las plantas, es momento de actuar. Entre las medidas de control destacan la aplicación de productos biológicos como Trichogramma o Bacillus thuringiensis en las primeras fases de desarrollo del gusano, el uso de métodos culturales como la eliminación de maleza en las parcelas, y la utilización de plaguicidas a base de reguladores de crecimiento en dosis bajas y en las primeras etapas de infestación.

Además del control de plagas, el boletín subraya la importancia de prácticas agrícolas preventivas, como la integración o eliminación de los residuos de cultivos anteriores y malezas para evitar la proliferación de enfermedades y plagas. Se recomienda también optar por el cultivo de hortalizas, ya que estas especies suelen adaptarse mejor a las condiciones actuales de la temporada. El frijol Jamapa es mencionado como una excelente alternativa, debido a su capacidad de aprovechar la humedad residual del suelo, mejorar su estructura y contribuir con nitrógeno, lo que resulta especialmente beneficioso para el manejo de tierras agrícolas en la región.

Este boletín es el resultado de los esfuerzos de colaboración entre diversas instituciones que forman parte de la Mesa Técnica Agroclimática de Yucatán, entre las que se encuentran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el CIMMYT y el Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Yucatán (CESVY), entre otros actores locales. Las Mesas Técnicas Agroclimáticas juegan un rol fundamental al analizar y traducir los pronósticos climáticos en información útil y adaptada a las realidades productivas de los diferentes sectores del estado.

Por último, el boletín también destaca la importancia de continuar con la adecuada disposición de los envases vacíos de agroquímicos a través del Programa Nacional de Recolección de Envases, una estrategia que busca promover un manejo seguro y responsable de estos residuos, en beneficio del medio ambiente y de las comunidades rurales.

Con esta información, los productores de Yucatán podrán enfrentar de manera más eficaz los desafíos climáticos y optimizar sus prácticas agrícolas y apícolas para mejorar su productividad y sostenibilidad. Da clic en la imagen para descargar el boletín completo.

Boletín Agroclimático Agrícola-Apícola de Yucatán No. 6 2024
Boletín Agroclimático Agrícola-Apícola de Yucatán No. 6 2024
Categorías
Noticias

Emiten boletín agroclimático para agricultores y apicultores de Yucatán

De acuerdo con lo observado en los pronósticos en los meses de marzo, abril y mayo, en Yucatán aún no existen las condiciones necesarias para realizar siembras agrícolas. Así lo señala el Boletín Agroclimático Agrícola-Apícola No. 5, correspondiente al trimestre de marzo a mayo de 2024.

El boletín, desarrollado por la Mesa Técnica Agroclimática de Yucatán y emitido recientemente, integra el pronóstico climático para las cuatro regiones del estado (Mérida, Ticul, Tizimín y Valladolid), así como recomendaciones para agricultores y apicultores.

Con respecto al régimen de lluvias y las temperaturas, destaca que la variabilidad climática será notoria con respecto al promedio de 1991 a 2020: las precipitaciones en las regiones de Mérida y Ticul, por ejemplo, serán similares a lo normal en marzo, pero habrá menos lluvias en abril y más lluvias en mayo. En todo el periodo las temperaturas serán más cálidas, sobre todo en la zona noreste de Mérida y en los meses de marzo y abril en Ticul.

Al igual que para las regiones de Mérida y Ticul, en Tizimín y Valladolid se pronostica que habrá más lluvias en el mes de mayo (aunque en el caso de Tizimín, con temperaturas menos cálidas que lo normal). En este sentido, el boletín señala que, aunque “tradicionalmente se ha sembrado la milpa de manera temprana en el mes de mayo, no se recomienda; porque cuando hay bastante humedad se obtienen buenos rendimientos, y aunque pudieran presentarse mayores precipitaciones, aún no se dan las condiciones más apropiadas en este mes con base en los pronósticos”.

De acuerdo con lo anterior, “se espera que la temporada de lluvia se generalice en el mes de junio; por lo que se considera más conveniente esperar a realizar las siembras a partir de la segunda quincena de ese mes para evitar achaparramiento y desperdicio de semillas”, recomiendan los especialistas.

Para los apicultores, el boletín recomienda que estos se coordinen con los productores agrícolas para que en su ciclo productivo, durante la etapa de fumigación se emitan avisos a los productores de miel (Yucatán aporta el 13.9% del valor de producción nacional de miel), para prevenir que los productos utilizados afecten sus colmenas; y así evitar intoxicación de las abejas.

Por lo anterior, se recomienda “ubicar los apiarios donde exista abundante flora y fauna; ya que de ello depende la alimentación de las abejas y la producción de polen y miel. Mantener los apiarios cerca de bebederos de agua limpia, sobre todo en los meses de marzo, abril y mayo con la finalidad de mantener el bienestar de las abejas”, apunta el boletín.

La Mesa Técnica Agroclimática de Yucatán y los boletines que emite son un esfuerzo conjunto la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Gobierno del estado de Yucatán, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Universidad Autónoma de Yucatán (AUDY), el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), CIMMYT y otros centros CGIAR.

Boletín Agroclimático Apícola-Apícola de Yucatán, marzo-mayo 2024. CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR
Boletín Agroclimático Apícola-Apícola de Yucatán, marzo-mayo 2024. CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR
Categorías
Noticias

Mejores milpas sin quemas agrícolas

Tratamiento con rastrojo como cobertura en comparación con quema agrícola. (Foto: Castillo, Vilchis, Santos, Balam, Couoh, Itzá, Escalante)
Tratamiento con rastrojo como cobertura en comparación con quema agrícola. (Foto: Castillo, Vilchis, Santos, Balam, Couoh, Itzá, Escalante)

La roza, tumba y quema es un sistema de cultivo “nómada” que consiste en alternar el uso intensivo de un terreno con periodos de descanso (cada vez menores). Este sistema se da principalmente en el sistema milpa y en regiones como la Península de Yucatán sigue siendo común. Generalmente se empieza tirando la vegetación (incluyendo árboles) para dejar que se seque. Le sigue la tumba y después la quema.

Muchos productores que aún queman consideran que el fuego tiene un efecto positivo: algunos siguen quemando porque creen que así se controlarán las malezas —aunque en realidad muchas especies de malezas se hacen resistentes al fuego—, otros queman porque consideran que es la forma más rápida y económica de preparar el suelo y otros más lo hacen simplemente porque es la forma de trabajar la tierra que aprendieron.

“Nosotros trabajamos como nos enseñaron los abuelos, pero eran tiempos diferentes, las lluvias y las tierras eran diferentes, se lograba la cosecha. Ahora con las sequías que hay tenemos dificultades para sacar la cosecha y lo que hoy vimos en esta plataforma de investigación nos ayudará a mejorar la milpa”, fueron las palabras de uno de los productores que asistieron al recorrido por una de las plataformas de investigación de donde colaboran la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

La roza, tumba y quema es un método actualmente asociado a la deforestación, a la pérdida de biodiversidad y a los incendios forestales. No obstante, también es un método que se ha transformado profundamente con el tiempo, de manera que los periodos de descanso para que los suelos se regeneren y las medidas cautelares para evitar que el fuego se salga de control que estaban asociados originalmente a la práctica han quedado, muchas veces, en el olvido.

Uno de los principales problemas asociados con las continuas quemas agrícolas es la pérdida de la fertilidady de las funciones ecosistémicas del suelo. Para muchas familias de la Península de Yucatán estos efectos se reflejan en la baja produción de los cultivos. Además, existen otros factores que actualmente están afectando el buen funcionamiento de la milpa y por eso es importante evaluar opciones para mejorar su productividad y sostenibilidad.

Así, en la plataforma de investigación de Peto, en Yucatán (donde colaboran investigadores de la UADY y el CIMMYT) se evaluaron los efectos que las quemas agrícolas tienen sobre el rendimiento del maíz, comparándolos con los efectos de la cobertura del suelo con los rastrojos, es decir, aprovechando los residuos de la cosecha anterior que regularmente son objeto de las quemas agrícolas.

Los ocho tratamientos considerados para el experiemento, que inició desde el año 2017, incluyen rotaciones con maíz y mucuna; así como maíz, ibes —una variedad de frijol muy característico de la Península— y calaza, con distintos arreglos topológicos.

De acuerdo con los investigadores responsables de la plataforma de investigación, los factores evaluados hasta el año 2022 (efecto del manejo de rastrojo, tipo de cobertura y arreglo topológico) han presentado, en general, resultados similares en el rendimiento del grano de maíz debido a que las prácticas de agricultura de conservación implementadas (como dejar el rastrojo como cobertura del suelo) se manifiestan en el mediano y largo plazo, por lo que continúan con las investigaciones en la plataforma.

Por supuesto, independientemente de los rendimientos, otros beneficios derivados de la implementación de prácticas sustentables como dejar el rastrojo en lugar de quemarlo son notorios, incluso a simple vista: un mejor desarrollo de las plantas, una mejor calidad del suelo (ya que el rastrojo sobre la superficie del suelo le brinda materia orgánica y protección contra la erosión) y, muy importante para los productores: ahorros significativos en los costos de producción.

Si a estos beneficios por dejar de quemar el rastrojo se suma el hecho de que las prácticas sustentables contribuyen a que el mismo espacio sea más eficiente (con una mejor distribución de las plantas y cultivos diversos), entonces la agricultura sustentable se reafirma como una opción viable y pertinente para revitalizar la milpa, conservando su herencia de cultivo y evitando que se sigan liberando gases de efecto invernadero por las quemas agrícolas que solo degradan los suelos.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

Categorías
Noticias

Maíces nativos, esenciales para la seguridad alimentaria de la humanidad

Maíz nativo de la Península de Yucatán. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Maíz nativo de la Península de Yucatán. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

“En 2020 el grupo de Productores de Maíz Criollo Kantunil, del municipio del mismo nombre en Yucatán, México, solicitó muestras de ocho accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico— de maíz al Banco de Germoplasma que resguarda el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Texcoco, Estado de México”, comenta Edgar Martín Miranda Gamboa, colaborador del Hub Península de Yucatán del CIMMYT y representante del grupo de productores en mención.

“La razón por la que los agricultures de Kantunil solicitaron muestras de esas semillas fue porque se trataba de dos colectas originarias de su municipio, recolectadas ahí hace más de 80 años y la idea era ver nuevamente esas variedades creciendo en sus localidades de origen. Las 250 semillas de cada accesión enviadas por el Banco de Germoplasma del CIMMYT fueron cultivadas en el ciclo primavera-verano 2020 en el sistema milpa tradicional, con la finalidad de evaluar su adaptación y reproducirlas. El resultado de la labor de reproducción se complementó con el Primer Intercambio Cultural y de Semillas Criollas entre los municipios de Dzitás y Kantunil”.

Este relato de Edgar Miranda ejemplifica la importancia de la colección de maíz que se resguarda en el Banco de Germoplasma del CIMMYT, donde se cuenta con 28 mil colecciones únicas de semillas de maíz y más de 150 mil de trigo. La colección de maíz, la más grande e importante del mundo, de hecho, está celebrando 80 años de haber iniciado.

“A 80 años de que se inició la colección la misión del Banco de Germoplasma del CIMMYT es ofrecer accesiones de maíz y trigo con información confiable, con semilla de calidad, sana y viable en términos de germinación para su uso y para mantener a perpetuidad las colecciones vivas y viables para todos”, comenta Cristian Zavala, coordinador del Banco de Germoplasma del CIMMYT.

Con respecto a la biodiversidad que se resguarda y se estudia en el Banco de Germoplasma, Cristian menciona que las variedades nativas son particularmente importantes porque estas “fueron seleccionadas desde hace más de 10 mil años, entonces ellas han pasado por  diferentes cambios climáticos, cambios sociales e incluso han sido adaptadas a los diferentes retos que se les han impuesto por  la actividad social, en donde las presiones por insectos, por hongos, por virus o por bacterias han sido una constante para estas variedades y las han superado todas hasta la fecha”.

Con la riqueza biológica de los maíces nativos “el banco tiene potencialmente las soluciones para enfrentar los retos del futuro: las variedades nativas. Si la respuesta esta ahí adentro, aún no lo sabemos, porque todavía no la necesitamos, pero cuando la necesitemos vamos a tener que venir a buscar dentro de este repositorio de genes para encontrar las respuestas a estos nuevos retos que nos va presentar tanto el cabio climático como todos los movimientos sociales que están ocurriendo”, enfatiza Cristian.

Categorías
Noticias

Cómo los cultivos diversificados contribuyen al empoderamiento de las mujeres

Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien participa en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien participa en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

De acuerdo con el Instituto Tata-Cornell de Agricultura y Nutrición (TCI, por sus siglas en inglés), casi el 90% de las 570 millones de unidades de producción agrícola alrededor del mundo tienen un tamaño menor a dos hectáreas. Esto contribuye a que los pequeños productores tengan serias desventajas para acceder a mercados, créditos, insumos y tecnología.

Una de las alternativas para superar estas desventajas son las organizaciones de productores agrícolas. Cuando estas organizaciones son incluyentes y funcionales, ofrecen diversos beneficios a los pequeños productores, entre ellos: la vinculación con mercados formales, el aprovechamiento de programas de apoyo públicos, el acceso a servicios a un costo reducido, la implementación de nuevos cultivos y el aumento de los niveles de profesionalización de sus integrantes.

Para aumentar la eficiencia de las organizaciones de productores agrícolas, Walmart Foundation promueve en distintos países iniciativas de acceso a mercados para pequeños productores. En México, junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), impulsa el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’.

El Sur y Sureste de México conforman un espacio donde la diversidad cultural y la complejidad socioorganizativa demandan acciones diferenciadas y pertinentes para cada entorno: mientras que en algunos lugares hay fuertes vínculos comunitarios, en otros el tejido social se ha erosionado. ¿Cómo impulsar la asociatividad en estos entornos? Aún más, ¿pueden estas acciones abordar la inequidad de género para apoyar tanto a hombres como mujeres en un contexto donde, históricamente, las mujeres han tenido bajos niveles de afiliación y liderazgo dentro de las organizaciones de productores agrícolas?

La falta de tenencia de la tierra, las limitaciones de tiempo debido a las responsabilidades familiares y otras normas culturales dificultan la participación de las mujeres en las organizaciones de productores agrícolas. Además, la falta de mujeres líderes da como resultado un menor acceso a la información para las mujeres en general y una menor capacidad para influir en las decisiones que afectan sus medios de vida, señala el estudio Sembrando el avance de las mujeres en la agricultura en pequeña escala: conocimientos de la cartera de acceso a los mercados de Walmart Foundation.

El estudio indica que las barreras para acceder a financiamiento son significativamente más altas para las mujeres y también refiere que un equipo multidisciplinario del CIMMYT —el cual ofreció asesoría sobre inclusión financiera a 1,425 agricultores en el Sur-Sureste de México entre 2018 y 2020— encontró que solo seis créditos de 331 préstamos otorgados a participantes de capacitación se ofrecieron a mujeres agricultoras, solo tres mujeres pudieron contratar un seguro agrario y 29 abrieron una cuenta de ahorro después de 30 meses de trabajo de campo, frente a 110 y 171 hombres, respectivamente.

A la par del impulso a la asociatividad, el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT ha trabajado en la diversificación de cultivos como una estrategia para para facilitar el acceso a mercados (si la producción no satisface las necesidades de autoconsumo o se centra en un solo cultivo, dificilmente habrá excendentes o variedad para comercializar), para promover el empoderamiento de las mujeres y mejorar las condiciones del suelo agrícola.

Derivado de los patrones socioculturales y la normatividad que prevalece, la participación de las mujeres en los temas relacionados con las finanzas sigue teniendo barreras: “Las agricultoras se han interesado más en las opciones de almacenamiento poscosecha que en las estrategias de inclusión financiera porque rara vez tienen una garantía para otorgar un préstamo, aunque es menos probable que incumplan”, señala el equipo técnico del CIMMYT que impulsa el proyecto.

La falta de titularidad de las tierras también ha limitado que las mujeres escalen la diversificación de cultivos que podría aumentar la sostenibilidad de las parcelas y ayudar a acceder a los mercados. A pesar de los obstáculos —particularmente de la falta de garantía derivada de los sesgos estructurales que impiden a las mujeres poseer activos o que les exigen que paguen tasas de interés significativamente más altas cuando optan por microfinanciamientos—, los resultados del proyecto indican que la diversificación de cultivos es clave para propiciar cambios positivos.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres son las encargadas de preparar hasta el 90% de las comidas en los hogares de todo el mundo; sin embargo, en tiempos difíciles, las mujeres y las niñas son las primeras en comer menos. Por esta razón ha sido tan importante para Walmart Foundation y el CIMMYT identificar los cultivos alternativos (que además se adapten a las nuevas condiciones climáticas) más pertinentes para contribuir a garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de las familias.

En este sentido, en el marco del proyecto destacan diversos estudios hechos con chícharo gandul, caupí, cacahuate, girasol y frijol mungo, los cuales han tenido buena adaptación y aceptación en la región por constituir alternativas para diversas situaciones, tanto propias del suelo —como la erosión o el control de malezas—, como referentes a la nutrición de las familias, la rentabilidad de las parcelas o la mitigación y adaptación al cambio climático.

Ensayos recientes en Campeche —en los municipios de Calkiní, Calakmul, Champotón y Campeche—, por ejemplo, muestran que el chícharo gandul, de ciclo corto y de ciclo largo, tiene una gran adaptación y potencial productivo tanto como cultivo único como en estrategias de asociación e intercalado. Además, este cultivo tiene un efecto notable en la supresión de malezas durante las etapas de secado de maíz y es una opción valiosa y productiva en suelos afectados por los escurrimientos causados por tormentas tropicales.

Para difundir los cultivos alternativos validados —que además representan un valioso menú de opciones para establecer y consolidar los sistemas agrícolas como la milpa intercalada con árboles frutales (MIAF)— se instalan vitrinas agronómicas con productores y se comparten con ellos semillas de las variedades sobresalientes en los ensayos de validación. También se coordinan esfuerzos con otros programas que han iniciado operación en la zona —como Sembrando Vida—.

Así, ampliando la agrobiodiversidad se amplian también las opciones para solventar las distintas necesidades, intereses y gustos: una variedad de caupí (blanco), por ejemplo, ha sido de particular interés por su sabor. También está el caso del girasol —promovido por mejorar la calidad del suelo, ser tolerante a sequías y ser buena opción de forraje—, el cual ha sido aprovechado por muchos productores, particularmente mujeres, para comercializar como flor de ornato.

La diversidad de cultivos contribuye entonces a aumentar la tasa de participación de las mujeres en la agricultura y, al mismo tiempo, permite aprovechar sinergias que no serían posibles en los sistemas de monocultivo que prevalecen, tal es el caso de la intensificación sustentable de la ganadería de pequeña escala —ovinos y caprinos—, donde una adecuada gestión de este tipo de sistemas permite disponer de un menú de forrajes más amplio —con mezclas de forrajes de gramíneas, oleaginosas y leguminosas como cultivos de relevo— y aprovechar al mismo tiempo el estiércol del ganado para fertilizar el suelo.

Por supuesto, el aprovechamiento de las sinergias entre el suelo y la agrobiodiversidad —y las posibilidades que ofrecen para que los pequeños productores accedan a mercados— serviría de muy poco sin un enfoque de inclusión social. En este sentido, refiere el informe de Walmart Foundation, el modelo de innovación del CIMMYT es prometedor al proporcionar un acceso más equitativo al soporte técnico, tanto en el aspecto agronómico como comercial, para que hombres y mujeres puedan adquirir el conocimiento y las herramientas para aplicar buenas prácticas agrícolas.

“Aquí vemos que las matas de chícharo ya están floreando. A mí me gustaría que otras personas también vean estos cultivos y los siembren para que tengamos una mejor producción. Yo en este pueblo de Paraíso Nuevo le he dicho a muchas mujeres; hemos hecho reuniones con las mujeres porque nosotros hemos ido a capacitación a otros lados para impulsar a que las mujeres también participen, a que no nada más se queden en la casa, a que los maridos tomen conciencia y las mujeres salgan al campo a sembrar y a cosechar lo que se siembra”, comenta Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien participa en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT.

Aquí en este pueblo también trabajamos con borregos. Muchas mujeres ya me han imitado, porque yo les he dicho compren dos tres borreguitos y ya cuando vean tienen 10, 15, 30 borregos y si no hay de donde agarrar dinero, vendemos un borreguito y ya tenemos para pasar la semana. Ahorita ya hay algunas mujeres que se han puesto las pilas y ya tienen sus animales y ya también tienen su pedazo de tierra donde hacen sus cultivos; siembran girasoles, maíz, frijol, chícharo…”, continua la señora Miriam, quien ejemplifica cómo la diversificación de cultivos puede aumentar las tasas de participación y empoderamiento agrícola de las mujeres.

Si bien son necesarios nuevos enfoques para fomentar el acceso de las mujeres a la financiación, el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT muestra que la diversificación de cultivos contribuye significativamente a avanzar hacia esa meta, aumentando la inclusión de la mujer en los sistemas agrícolas, brindando beneficios ecológicos, y proporcionando cultivos que representan alimentos altamente nutritivos para las personas y/o la ganadería.

Categorías
Noticias

Investigan el potencial de la biofertilización en Yucatán

Cosecha de maíz en plataforma Yaxcabá, Yucatán, en noviembre de 2022. (Foto: Castillo, Itzá, Vilchis, Escalante)
Cosecha de maíz en plataforma Yaxcabá, Yucatán, en noviembre de 2022. (Foto: Castillo, Itzá, Vilchis, Escalante)

El sistema milpa en la Península de Yucatán forma parte de una tradición de cultivo milenaria. No obstante, la reducción de los tiempos de barbecho y otras prácticas inadecuadas han derivado en una pérdida de fertilidad de los suelos, lo cual repercute en la caída de los rendimientos en la región. 

Ante la necesidad de evaluar prácticas sostenibles de manejo agrícola, investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) establecieron un experimento en la plataforma de Yaxcabá, Yucatán —espacio donde ambas instituciones colaboran—, orientado a evaluar el efecto de la biofertilización en el rendimiento de maíz, específicamente la evaluación de dos factores de manejo consistentes en el tipo de fertilización y la aplicación de biol, un abono orgánico.

“Todas las labores de cultivo fueron manuales. Se utilizó maíz Nal Xoy amarillo, estiércol de ovino descompuesto, mucuna como cultivo de cobertura, y aplicación foliar de biol de microorganismos de monte elaborado artesanalmente”, mencionan los investigadores de la UADY y el CIMMYT. 

El rendimiento del grano fue similar entre los tratamientos con estiércol y DAP —uno de los fertilizantes fosfatados más usados en la agricultura—, y fue superior con la aplicación del biol de microorganismos de monte. 

Los resultados de la plataforma confirman que el uso de microorganismos para el manejo de la fertilidad del suelo, las coberturas vegetales y el uso de estiércoles son prácticas con potencial que deben seguir siendo investigadas y, como señala Guadalupe Itzá, una de las investigadoras de la UAY que colaboran en la plataforma, deben ser acompañadas de prácticas como “la no quema y mantener el rastrojo en la superficie del suelo”. 

Con respecto a la colaboración entre la UADY y el CIMMYT, la investigadora señala que “las plataformas de investigación son importantes porque permiten encontrar prácticas que sean sostenibles y adecuadas para los productores, tomando en cuenta aspectos socioeconómicos y ambientales”. 

Categorías
Noticias

Milpa maya es designada como patrimonio agrícola mundial

Productora de Yaxunah (Yucatán, México) muestra a técnica del CIMMYT el maíz que lleva a nixtamalizar. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

Productora de Yaxunah (Yucatán, México) muestra a técnica del CIMMYT el maíz que lleva a nixtamalizar. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

La milpa es un ecosistema creado por las sociedades mesoamericanas que ha persistido, muy probablemente, por cerca de 5 mil años. Se trata de un fenómeno cultural y tecnológico dinámico, basado en el cultivo de maíz en conjunto con otras especies (policultivo). Su flexibilidad y eficiencia han inspirado el diseño de sistemas agrícolas más sustentables en todo el mundo.

Recientemente, la milpa maya de la Península de Yucatán ha sido incorporada al Sistema de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM), el cual busca dar visibilidad y preservar las prácticas agrícolas que generan medios de vida en áreas rurales al tiempo que combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes y tradición e innovación de una manera única. 

El SIPAM es una iniciativa de la a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que, a la fecha, ha designado 72 sistemas del patrimonio agrícola en 23 países. México figura en el mapa del SIPAM con dos sistemas designados: la agricultura de chinampas de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta (que recibió el nombramiento en 2018), y más recientemente la milpa maya de la Península de Yucatán o Ich Kool en maya. 

Esta distinción es un reconocimiento a miles de familias agricultoras de la Península de Yucatán que hacen tangible el valor de ese sistema milenario y la importancia de preservar su riqueza biocultural. 

Desde el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se reconoce el esfuerzo de las agricultoras y agricultores que durante el tiempo en que se desarrolló el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, y aún ahora con los aprendizajes obtenidos, han contribuido a la preservación de esta herencia de cultivo. 

Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —esfuerzo conjunto de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, Fomento Social Banamex, el CIMMYT y las familias productoras de la región— benefició de manera directa a más de 2 mil productores con innovaciones tecnológicas en sus sistemas de producción, haciendo de la innovación un impulsor de la tradición. 

Una característica importante del proyecto fue que no solo contribuyó a la seguridad alimentaria de la población rural, sino que trabajó fuertemente por conservar el medioambiente a través de sus actividades. En 2019, de hecho, el proyecto fue reconocido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) como una de las soluciones locales más destacadas e innovadoras para hacer frente al cambio climático y fomentar el desarrollo sustentable de las comunidades rurales e indígenas.

A partir de la experiencia de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán se contribuyó a la reflexión sobre cómo la milpa, su estudio, su protección y su fortalecimiento contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas. De acuerdo con las agricultoras y agricultores participantes, aunque aún quedan desafíos, el proyecto les proporcionó las herramientas, la metodología y la motivación para dar continuidad al mantenimiento de la milpa como estilo de vida y como sistema de producción sostenible.