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Retos y oportunidades para la mecanización orientada a productores de baja escala

Oaxaca.- El maíz es el cultivo más importante en México, no solo por la superficie productiva que ocupa (que es cercana al 39% de la superficie sembrada), sino porque, además, es fuente del 30% de la proteína y 40% de la energía en la dieta de los mexicanos, siendo el cultivo con mayor base social y arraigo entre la población indígena. 

Por diversas circunstancias sociopolíticas, en el devenir histórico de México los productores en condiciones más desfavorables para la producción (muchos de ellos indígenas) fueron quedando en desventaja con respecto a los grandes productores de granos. Ante esta circunstancia, hoy es prioritario que las políticas públicas incluyan la transición del sistema de producción a un sistema sostenible y resiliente como medio para beneficiar a toda la sociedad y particularmente a las familias más vulnerables. 

Actualmente los productores de maíz de pequeña escala enfrentan serios problemas de productividad, altos costos de producción, pérdida de fertilidad de los suelos y riesgos de salud por el uso de agroquímicos altamente tóxicos. 

En los sistemas de autoconsumo en el Bajo Mixe del estado de Oaxaca, por ejemplo, se estima que las actividades manuales llegan a representar hasta 90% de los costos de producción y, al revisar cada proceso, se puede identificar que la cosecha, la preparación del terreno y la siembra representan el 95% de los costos, siendo la cosecha el proceso más costoso en este tipo de sistemas de producción (Agrotecnia Campo y Desarrollo, 2018).

Existen entonces amplias oportunidades para disminuir los costos de producción en las actividades de cosecha y siembra; sin embargo, cuando se revisan de manera detallada las condiciones de producción de estos productores, las opciones de mecanización se van reduciendo de manera importante. Con respecto a la cosecha (que en el caso referido en esta nota incluye hasta el desgrane), por ejemplo, existen opciones para que los productores inviertan menos tiempo en el desgrane de su producción, empleando el tiempo ahorrado en otras actividades productivas (Gráfica 1). 

Existen innovaciones que los productores han generado para optimizar su tiempo como el uso de desgranadoras de olote o grapas y requieren una inversión mínima para su construcción. Hay otras opciones que ya están disponibles en el mercado como las desgranadoras manuales; sin embargo, por la dispersión de estas comunidades no está disponible ni accesible a sus posibilidades económicas.

Con respecto al proceso de siembra existen alternativas como el uso de sembradoras manuales; aunque se ha encontrado que este tipo de alternativas son viables en terrenos laboreados y superficies menores a media hectárea. El uso de sembradoras de tiro animal también es una buena alternativa, pero particularmente para terrenos con pendientes menores al 15% (es decir, que al recorrer 100 metros se suben 15 metros o menos) y donde la población tenga arraigo al uso de animales de tiro. 

La mecanización es un proceso que debe prestar atención a muchas variables para que cada productor encuentre una opción pertinente a sus propias condiciones. En este sentido, instituciones como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en los estados continuan investigando y desarrollando tecnología apropiada para productores de pequeña escala que siembran en terrenos con pendientes muy pronunciadas, es decir, mayores al 15%.

Gráfica 1. Eficiencia de desgrane de algunas desgranadoras en el Bajo Mixe, Oax., Méx.

Nota: esta texto forma parte de las ponencias impartidas durante el simposio Diálogos para una Agricultura Sustentable, desarrollado en noviembre de 2020 por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y que se puede ver completo aquí: https://www.youtube.com/watch?v=qUgXKoAwtqs

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Inclusión financiera para productores de pequeña escala

Texcoco, Edo. Méx.- En el sector rural existen muchas limitaciones crediticias. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2017, menos del 10% de las unidades de producción en el país recibió financiamiento. Sobre el seguro agrícola, la encuesta establece que solo el 5.8% de las unidades de producción rural recibieron algún tipo de seguro agropecuario.

Debido a estas circunstancias, Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han desarrollado una estrategia de inclusión financiera que busca atender las necesidades de financiamiento de productores en Oaxaca, Campeche y Chiapas, estados donde prevalecen diversas circunstancias que limitan a los productores en esta materia, tal es el caso de las superficies de cultivo fraccionadas —un productor, por ejemplo, puede tener una hectárea para su trabajo agrícola, pero dividida en cinco o hasta más parcelas—. 

A través del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, Walmart Foundation y el CIMMYT facilitan a los productores el acceso a financiamiento inclusivo a través de un modelo de asistencia técnico crediticio —en conjunto con intermediarios financieros como FIRA, Financiera Nacional de Desarrollo, e intermediarios financieros rurales privados, etcétera—. El objetivo es que los productores cuenten con recursos para financiar sus actividades agrícolas, eleven su productividad y reduzcan costos de producción.

De acuerdo con Christian Bustos Rojas, consultor en Inclusión Financiera en el CIMMYT, dentro de la estrategia se fomentan los seguros agrícolas, se mitigan riesgos climatológicos y financieros en beneficio de los productores y se busca fomentar la cultura del ahorro en estos productores, además de la obtención de un financiamiento (crédito para el desarrollo de sus actividades): “desarrollamos capacidades administrativas, gerenciales y de educación financiera para ir madurando estos grupos de productores para que puedan llegar a un tema de financiamiento o crédito. La inclusión financiera, la asociatividad y el acceso a mercados son tres componentes fundamentales para el proyecto”. 

Además del tema financiero, el proyecto contempla un continuo acompañamiento técnico para la adopción de prácticas sustentables —particularmente la diversificación de cultivos— que están impactando positivamente en el mantenimiento a largo plazo de los recursos productivos y en la mitigación y adaptación frente a los efectos climáticos. Este esquema permite minimizar riesgos productivos y apoyar a los productores en la generación de un retorno positivo de inversión.

La estrategia está dando resultados: para varios productores la asociatividad ha sido una forma de reducir costos (Se asocian para comprar más barato: https://idp.cimmyt.org/se-asocian-para-comprar-mas-barato/), para otros una oportunidad de fortalecer el tejido social de sus comunidades (Asociatividad en el medio rural, más que solo compras consolidadas: https://idp.cimmyt.org/asociatividad-en-el-medio-rural-mas-que-solo-compras-consolidadas/), e incluso una manera de rescatar prácticas organizativas tradicionales como el tequio (Rescatan prácticas organizativas para aumentar la rentabilidad agrícola: https://idp.cimmyt.org/rescatan-practicas-organizativas-para-aumentar-la-rentabilidad-agricola/). 

A través de la capacitación y el acompañamiento directo por parte de consultores se busca que los productores tengan una escala productiva, económica y organizativa que les permita acceder al crédito. Para el proyecto, este elemento es clave ya que permite la integración de un grupo de productores que, eventualmente, podrán apoyarse, tener mayor capacidad productiva y organizativa para que puedan en conjunto solicitar un crédito para desarrollar o expandir sus actividades. 

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La importancia de la rotación de cultivos en la calidad del rastrojo

San Miguel Tlacamama, Oax.- La producción constante de un solo cultivo en un mismo terreno disminuye la capacidad productiva del suelo en el corto tiempo. De igual manera, en terrenos de ladera la capa fértil se pierde si no se implementan medidas de protección. ¿Qué medidas pueden ayudar a la conservación y la de fertilidad de los suelos en laderas para mantener una buena producción por mucho tiempo?

Hay algunas prácticas que aportan beneficios en la protección y fertilidad de los suelos. El rastrojo, por ejemplo, al dejarse sobre la superficie del suelo tiene la función de una capa protectora contra el efecto erosivo de la lluvia, conserva la humedad, brinda protección a los microorganismos y al descomponerse libera nutrimentos. Sin embargo, para lograr una buena salud del suelo —caracterizada por contener una gran diversidad de microorganismos, una buena estructura y producir buenos rendimientos—, es necesario conocer la cantidad y calidad adecuada del rastrojo.

La calidad del rastrojo está determinada en un primer momento por la relación carbono-nitrógeno (C:N), la cual puede tener un efecto significativo en la descomposición de los rastrojos, la cobertura del suelo y el ciclo de nutrimentos (predominantemente nitrógeno). 

¿Por qué es importante esta relación? Porque se trata de los dos elementos esenciales para la nutrición de cualquier organismo, pero su disponibilidad y proceso de degradación en el suelo es algo complejo. Si los residuos son ricos en carbono y pobres en nitrógeno, por ejemplo, la fermentación podría ser lenta y el carbono se podría perder en forma de CO2. O en el caso contrario, si las concentraciones de nitrógeno son altas este se podría transformar en amoníaco, afectando la adecuada actividad biológica.

Así, materiales como el rastrojo de maíz tienen una relación de carbono y nitrógeno (C:N) de 60 a 1 (60:1), en cambio, el follaje verde de leguminosas como el frijol mucuna tienen una relación de 15 a 1 (15:1). Esto significa que la descomposición de materiales ricos en carbono, como el rastrojo del maíz y otros cereales, será lenta, lo cual conlleva a una inmovilización del nitrógeno y para evitar que haya competencia por este elemento entre los microorganismos y la planta, será necesario la aportación de fertilizantes nitrogenados. 

Por el contrario, cuando se incorporan materiales ricos en nitrógeno, la descomposición será rápida, provocando la mineralización del nitrógeno. Lo ideal es lograr una relación de carbono y nitrógeno (C:N) de 30 a 1 (30:1), para que los microorganismos residentes puedan descomponer fácilmente los rastrojos y dejen nutrimentos para las plantas.

En terrenos de ladera, por la función múltiple del rastrojo, se requiere de materiales con una relación de carbono y nitrógeno (C:N) mayor de 30 a 1 (30:1), pues es esencial que esos rastrojos se descompongan para liberar los nutrimentos, formar la materia orgánica y mantener cubierto el suelo por alrededor de 60 días, mientras los cultivos establecidos producen cobertura viva.

En cuanto a la cantidad, es un factor que está en función del tipo de rastrojo (cultivo). Lo ideal es dejar el 100% de rastrojo para lograr la mayor cobertura del suelo; sin embargo, en muchas unidades de producción parte del rastrojo se destina para los animales. Para evitar competencia por los residuos entre el suelo y los animales, se puede optar por establecer cultivos forrajeros. 

Con los resultados de cuatro años de investigación en la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, en Oaxaca, se ha observado que no es suficiente dejar los residuos, sino también diversificar los cultivos. En la figura 1, por ejemplo, se muestra el comportamiento del rendimiento del maíz Tuxpeño amarillo, establecido en monocultivo continuo y en rotación con ajonjolí, calabaza y diferentes abonos verdes.  

Comparación del rendimiento de maíz
Figura 1. Comparación del rendimiento de maíz en grano en rotación vs monocultivo continuo, durante cuatro años de evaluación en La Catalina, San Miguel Tlacamama, Oax.

En los cuatro años de evaluación, el maíz en rotación supera el rendimiento del maíz en monocultivo, de igual manera se observa la disminución paulatina del rendimiento en el monocultivo. Se puede considerar que la rotación o el dejar rastrojos de diferentes cultivos favorecen la calidad del rastrojo, lo cual influye en el rendimiento. En síntesis, es importante poner atención a la calidad y cantidad de material dejado sobre el terreno, las asociaciones aportarán una cantidad mayor de biomasa y las rotaciones, calidad; sin olvidar que un ciclo del plan de rotación debe ser con una leguminosa.

Nota: esta texto forma parte de las ponencias impartidas durante el simposio Diálogos para una Agricultura Sustentable, desarrollado en noviembre de 2020 por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y que se puede ver completo aquí.



 

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Análisis de parcela, preguntas y respuestas

Durante la primera sesión de la capacitación sobre Análisis de Parcela, impartida por especialistas del Hub Golfo Centro y del Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), hubo preguntas que por falta de tiempo quedaron sin responder. Aquí compartimos las respuestas en espera de que sean de utilidad para quienes las formularon y para todos aquellos interesados en el análisis de parcela como elemento clave de una Agricultura Sustentable. 

¿Cuántas muestras se requieren y cómo se toman para que sean representativas?, ¿cuántas se deben tomar por cada hectárea?, ¿se divide el terreno en parcelas? (Matilde Barreto, desde Perú, Vía Facebook; Nataly Gualavisi, desde Ecuador, vía Facebook; y Ugarte Briones Isidora Eva, vía YouTube)

El número de muestras individuales que deben componer una muestra compuesta varía entre 15 y 40, dependiendo de la heterogeneidad y tamaño de la unidad de muestreo, aunque el número de submuestras es independiente del tamaño de la población.

Cuando la unidad de muestreo alcance una extensión entre dos y ocho hectáreas se podrán colectar entre 10 y 25 submuestras, conservando precisión.  De manera práctica se ha calculado que la máxima precisión en el muestreo se puede alcanzar al colectar hasta 40 submuestras por muestra compuesta.

Si por dividir en parcelas se refiere al muestreo de suelos para llevar a análisis de laboratorio, lo que nos define como dividirlas son varios factores, como la pendiente del terreno, la homogeneidad en el color del suelo, los cultivos establecidos, las fuentes y la cantidad de fertilizante aplicado. Si el terreno es muy homogéneo y se establecerá un mismo cultivo, no es necesario dividirlo, basta con tomar suficientes muestras de suelo, por ejemplo 40, después mezclarlas bien todas ellas y obtener una muestra compuesta para llevarla al laboratorio, esta puede ser de 1 kg.

¿La hierba que se corta, también aporta materia orgánica? (Noé M Valerio, vía Facebook)

Sí, podrían considerarse dos etapas importantes para cortarlas y dejarlas como cobertura: la primera es durante el ciclo de cultivo, no se debe permitir que las hierbas compitan mucho con el cultivo; en el caso del maíz, es importante no dejar que estas crezcan mucho durante los primeros 40 o 45 días. La hierba que aún crezca se puede cortar antes de que emitan flor para disminuir la diseminación de la semilla.

¿Cómo calcular la aplicación entre estiércoles y abonos tipo bocashi o compostas? (Tere Cano, desde Puebla, vía Facebook)

Ya hay fórmulas que consideran el nivel inicial de materia orgánica del suelo y hasta cuanto queremos aumentar, así como un porcentaje de carbono que aporta el abono que vamos a aplicar. Una fórmula que se puede ocupar es la siguiente: 

MF = (S x p x Da x %Mo) / (%ms x k1)

Los tres primeros valores nos dan a conocer la masa de suelo sobre la que vamos a realizar la labor. La parcela tiene una superficie (S) de una hectárea (10,000 m2), nuestra profundidad (p) será de 20 cm, que expresamos en metros (0.2 m). También sabemos que la densidad (Da) de la mayoría de los suelos tiene un valor de alrededor de 1.35.

Seguidamente conocemos que el porcentaje de materia orgánica (% Mo) que vamos a agregar es del 0.5% (queremos llegar al 1.2% y partimos del 0.7%), que a efecto de la fórmula sería: 0.5%=0.5/100=0.005. Esta cantidad la vamos a aportar a la masa de suelo arriba considerada.

Finalmente, para conocer los dos últimos valores que son el porcentaje de materia seca (% ms) y el coeficiente isohúmico (K1), empleamos la siguiente tabla, donde las cifras para estiércol bien hecho son 25% (0.25) y 0.45 respectivamente. La tabla ha sido muy simplificada para obtener unos datos de referencia orientativos de forma sencilla.

Tabla 1: Coeficiente isohúmico (K1) de diversos productos empleados como abono.

Si se aplica estiércol de borrego, ¿cuanto se debe aplicar por hectárea? (Bulmaro Alcocer, vía Facebook)

Se puede calcular de la misma manera que en la pregunta anterior, pero si la cantidad que se debe aplicar es mucha, lo ideal es ir aplicando ciclo tras ciclo cierta cantidad, dependiendo de las condiciones del terreno, de la disponibilidad de maquinaria o implementos para aplicar este abono, de la mano de obra disponible, etc. Una tonelada por ciclo puede funcionar bien.

Considerando el beneficio y el costo, ¿qué sería más recomendable?, ¿lixiviados o abonos de origen animal? (Antelmo Zarate, desde Oaxaca, vía Facebook)

Los lixiviados son buenos, pero es importante realizar un análisis de nutrientes, así como salinidad y pH. Si estos datos son muy altos, dependiendo de la cantidad que se aplique pueden llegar a provocar algunos efectos negativos a mediano plazo, claro está que por su forma de aplicación pueden ser menos costosos que aplicar abonos de animal, sobre todo porque estos normalmente se requieren aplicar por toneladas. También hay que considerar que para los lixiviados se requiere tener cierta infraestructura que permita obtenerlos, después de una primera extracción podemos humedecer la composta con este mismo lixiviado para dar más tiempo a que se estabilicen mejor algunos nutrientes.

¿Es correcto aplicar ácidos húmicos y microorganismos mineralizados para favorecer la descomposición de materia orgánica en el cultivo de trigo? (Julissa Muñoz, vía Facebook)

No hemos encontrado efectos consistentes de la aplicación de estas sustancias. Si dejamos materia orgánica como rastrojo de manera regular, va aumentando la biomasa microbiana del suelo sin necesidad de que agreguemos microorganismos externos. Por lo regular no es necesario aumentar la descomposición de manera artificial. Si hay cantidades muy grandes de rastrojo y tienen problemas para manejarlo, se puede considerar empacar una parte, pero por lo regular con adaptaciones a la maquinaria se pueden llevar a cabo las operaciones necesarias. 

¿En que condición de humedad del suelo se debe utilizar el penétrometro? ¿Qué tan importante es la determinación de la infiltración en el diagnóstico de parcela? (Juan Martinez Medina, vía YouTube)

Se puede tomar en un rango de humedad del suelo entre capacidad de campo y punto de marchitez permanente. Actualmente existen algunos instrumentos electrónicos que nos permiten medir la humedad actual del suelo directamente en campo. En el rango de humedad indicado anteriormente es cuando las raíces absorben mejor el agua y los nutrientes, de igual forma, favorece el crecimiento de las raíces. Cuando el suelo está muy seco se puede utilizar el penetrómetro para identificar zonas más duras o compactadas, que también nos puede dar una idea de cómo algunos cultivos, a pesar de estar en dichas condiciones, se mantienen verdes y siguen produciendo follaje, flores o frutos.

Con respecto a la determinación de la infiltración, está es muy importante pues esta propiedad nos indica que tan rápido o lento penetra el agua en el suelo, y con esto podemos estimar cuánto realmente se puede quedar en el suelo y cuánto se escurre. O si se trata de riego, podemos ver cada cuanto debemos regar.

¿Es recomendable dejar descansar la tierra? (Ugarte Briones Isidora Eva, vía YouTube)

Nosotros recomendamos realizar un descanso mejorado, sembrando un cultivo que pueda tener diferentes beneficios, por ejemplo: rábano largo, que ayuda a descompactar el suelo, genera biomasa para incorporar materia orgánica del suelo, etc. O sembrar una leguminosa que ayude a controlar algunas hierbas, fijar nitrógeno, etc. 

Para el caso de frutales que ya están en etapa de fructificación, ¿el análisis de suelo se tiene que realizar antes de entrar las lluvias o al final de el ciclo de producción? (Paco FA, desde Michoacán, vía Facebook)

Es importante realizarlo en la época más seca pues algunos nutrientes se mueven mucho con la humedad del suelo y eso puede llevar a sobre o subestimar alguno de ellos, en el caso de frutales se recomienda hacer los análisis a dos profundidades, de 0-30 cm y de 30-60 cm.

Fuentes:

  • Labrador, J. (2003), La materia orgánica en los sistemas agrícolas. Manejo y utilización. Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario: Madrid.
  • Guzmán, K.E., Azero, A.M., Sánchez, J.  (2011).  Estimación del coeficiente isohúmico de residuos de maíz en Inceptisoles de Pairumani, Vinto, Cochabamba.  Revista Boliviana de la Ciencia del Suelo, Vol. 1, N° 1, pp. 24-36.
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Un suelo sano, el mejor aliado del productor

Texcoco, Edo. Méx.- En México, se estima que hay 5.8 millones de personas dedicadas al trabajo agrícola. Esto significa que, en términos generales, uno de cada 20 mexicanos se dedica al campo. Independientemente de su papel específico dentro de la amplia gama del trabajo agrícola, el suelo es su recurso fundamental y por ello es importante brindarles alternativas para que logren una agricultura sustentable y rentable. 

De todos los factores de la producción agrícola, el suelo es el más importante (y muchas veces también el más olvidado), pues solo con un suelo sano es posible que la agricultura sea efectivamente sustentable y rentable. Un suelo sano funciona como un ecosistema vivo que mantiene la productividad biológica, la calidad de aire y agua y promueve la salud de plantas, animales y humanos. Un suelo sano aporta gran cantidad de los nutrientes que las plantas necesitan, protege a la planta contra condiciones adversas como sequía, plagas o enfermedades y asegura la producción de alimentos.

Para lograr que los suelos estén sanos es importante asegurar que el sistema con que se manejan no los degrade (como  ocurre con muchos sistemas convencionales). Hay varias maneras de lograr un suelo sano, pero lo más importante es asegurar que el suelo tenga un alto contenido de materia orgánica pues así tendrá un buena estructura, buena infiltración, buena aireación, buena capacidad de almacenar agua, tendrá biodiversidad y tendrá un alto contenido de nutrientes. 

La materia orgánica se puede incrementar al añadir abonos orgánicos o al tener grandes cantidades de raíces vivas en el suelo; sin embargo, es muy fácil perderla por erosión, labranza excesiva, mala fertilización y otras prácticas agronómicas inadecuadas. ¿Cómo pueden entonces los agricultores mejorar la salud de sus suelos?, ¿qué prácticas pueden funcionar mejor en sus propias condiciones?

Para compartir con los agricultores las mejores prácticas el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha instalado, en colaboración con muchas instituciones a lo largo del país, plataformas de investigación y módulos de innovación para comprobar prácticas agrícolas sustentables y generar los datos sobre su competitividad y sustentabilidad en comparación con los sistemas convencionales. 

Gracias a esta experiencia de trabajar de forma conjunta con técnicos y productores de diversas zonas se ha comprobado que la Agricultura de Conservación es un camino efectivo para generar suelos sanos. La Agricultura de Conservación tiene tres componentes básicos: 

  1. reducir la labranza al mínimo para evitar erosión, compactación, pérdida de materia orgánica y costos excesivos por el laboreo; 
  2. cobertura permanente del suelo para protegerlo del viento, lluvia, Sol y para impedir evaporación y germinación de malezas y 
  3. diversificación de cultivos para aumentar la biodiversidad y reducir la incidencia de malezas, plagas y enfermedades. 

Estos tres compontes son bastante amplios y se tienen que adaptar a las necesidades de los productores y las realidades de los agroecosistemas. No son una receta, más bien una guía para el diseño de un sistema productivo sustentable. En otras palabras, la Agricultura de Conservación no es un remedio mágico, ni es la única solución para mejorar la salud del suelo, pero si es una alternativa comprobada para avanzar en esa vía. De hecho, se le pueden sumar otras prácticas (como el Manejo Agroecológico de Plagas, la fertilización integral, el diseño del riego, etcétera) para generar un sistema más integral y adecuado a cada necesidad (todo bajo un pensamiento sistémico en vez de un enfoque de tecnología por tecnología). 

En el Día del Trabajador Agrícola en México (15 de mayo), el CIMMYT y sus colaboradores extienen un amplio reconocimiento y agradecimiento a todos los agricultores que día día se esfuerzan para mantener productivo el campo mexicano. Las plataformas de investigación y módulos de innovación tienen el propósito de apoyarlos permanentemente. En todos esos espacios o a través de nuestros medios de contacto, siempre tienen las puertas abiertas. 

Nota: esta texto forma parte de las ponencias impartidas durante el simposio Diálogos para una Agricultura Sustentable, desarrollado en noviembre de 2020 por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y que se puede ver completo aquí.



Efecto de un suelo sano en la producción de maíz bajo condiciones adversas. La parcela de la izquierda se maneja bajo Agricultura de Conservación y la parcela de la derecha se manejo bajo agricultura convencional. Todos los otros factores son iguales, la diferencia es que el suelo sano de la izquierda almacena agua y permite que la planta sobreviva a fenómenos como la canícula, mientras que el suelo degradado de la derecha le genera estrés.

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¿Cómo enfrentar la sequía?

Santo Domingo Yanhuitlán, Oax.- En días recientes las noticias sobre la sequía que afecta a la mayor parte del territorio nacional y sobre la gran cantidad de inciendios forestales activos han ocupado amplios espacios de los medios de comunicación. Ante esta situación, es necesario brindar alternativas que construyan posibles soluciones si no para eliminar, al menos para reducir el número de incendios. 

De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), 18% de los incendios ocurridos en lo que va de la temporada se deben a las quemas agrícolas. La sequía atípica ha brindado las condiciones para que esas quemas se salgan de control. ¿Qué alternativas tienen los productores para evitar las quemas agrícolas?, ¿qué alternativas tienen para hacer frente a la sequía?

Estas dos situaciones comparten una respuesta: manetener los rastrojos como cobertura del suelo. Esta alternativa cada día suma más evidencias de su efectividad: en la plataforma de investigación Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca —donde colaboran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, por ejemplo, se desarrolla una investigación a largo plazo donde se evalúan diversas prácticas que permiten, entre otras cosas, que los cultivos prosperen en condiciones de sequía.

La investigación se centra en maíces y frijoles nativos y busca promover su conservación y mejoramiento, también se trabaja con variedades mejoradas de trigo y con diversas leguminosas con la finalidad de mejorar de manera natural la fertilidad del suelo. Varias de las prácticas evaluadas han dado buenos resultados para mejorar el suelo, conservar la humedad y favorecer la producción de la materia orgánica. Además, se tiene evidencia de que la diversificación de cultivos favorece el aumento de la producción con productores de autoconsumo y pequeños productores. Esto deriva en una alimentación más sana y en parcelas más productivas, por lo que no es necesario hacer quemas para establecer nuevas áreas de cultivo.

De acuerdo con algunos resultados de la investigación, en condiciones de temporal limitado (y limitante), se ha observado consistentemente que la roturación del suelo con arado de cinceles de 3 ganchos a una profundidad de 45 cm, además de 100% de cobertura del suelo con residuos de maíz del ciclo anterior, permite conservar más humedad en el suelo durante el desarrollo del maíz (figura 1), en comparación con los sistemas convencionales. Con esta práctica se reduce el efecto de la sequía en ambientes de temporal e incide directamente en un mayor rendimiento de los cultivos.

En un año muy seco como el 2019, por ejemplo, el manejo del suelo y de las coberturas fue determinante: el maíz nativo en el sistema convencional solo produjo 0.68 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que con mínimo movimiento del suelo y cobertura alcanzó a producir 2.3 t/ha, pero donde hubo una rotación con leguminosa en camas permanentes el maíz produjo 2.5 t/ha. El frijol y trigo por su menor ciclo vegetativo obtuvieron excelentes resultados, esto refleja la importancia de la diversificación de cultivos de diferente ciclo biológico para reducir el impacto de la sequía.

Además, los residuos de cosecha reducen la pérdida de agua de lluvia por efecto de la evaporación (lo que se refleja en un mejor desarrollo y menor estrés hídrico en los cultivos), así como la pérdida de suelo por efecto de la erosión.  La cosecha de agua de lluvia en ambientes de temporal, aunado con la presencia de residuos de cosecha, puede ser una alternativa viable para minimizar el impacto de la sequía. Esta tecnología puede ser utilizada por pequeños y medianos productores para la producción de maíz, frijol y trigo, cultivos de mayor importancia económica en la Mixteca de Oaxaca.

Finalmente, la rotación de cultivos es una importante alternativa para reducir el efecto adverso del clima, mejorar la fertilidad del suelo de manera natural, romper el ciclo de plagas y enfermedades, pero además se promueve el consumo de leguminosas para una alimentación más sana y nutritiva entre los productores.  

Contenido de humedad
Figura 1. Contenido de humedad en el suelo en dos sistemas de labranza y manejo de residuos. Yanhuitlán, Oax. PV-2019.

 

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Cómo reducir el efecto de la sequía y mejorar la rentabilidad del maíz

Santo Domingo Yanhuitlán, Oax.- En Oaxaca, 90% de la superficie de maíz se cultiva en temporal y se utilizan variedades nativas de diferentes razas, colores, texturas y ciclos de cultivo. El rendimiento promedio, sin embargo, es de a penas 2.2 toneladas por hectárea en promedio (SIAP, 2017). La baja producción está relacionada con efectos de la variabilidad climática (sequía), baja fertilidad de los suelos, presencia de plagas y deficiente control de malezas, principalmente. 

Además de los bajos rendimientos, los costos de producción son elevados y contribuyen a que la siembra de maíz no sea rentable o que no satisfaga las necesidades de alimentación de las familias productoras. Por esta razón, en la plataforma de investigación de Santo Domingo Yanhuitlán —donde colaboran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se evalúan diversas prácticas para reducir el riesgo de pérdidas por la sequía. 

La investigación inició en 2013 y consideró diversos tratamientos: desde donde no se movió el suelo en absoluto y se dejó todo el rastrojo, hasta donde se hizo movimiento continuo (barbecho y rastreo) y los residuos fueron retirados (tratamiento con labranza convencional que funcionó como área testigo), pasando por un sistema de mínima labranza (solo con roturación del suelo). Cabe mencionar que estos tratamientos permanecieron fijos en espacio y tiempo, es decir, que no se cambiaron de lugar de 2013 a 2017. 

Después de cinco ciclos se observó que el maíz nativo evaluado en el sistema de labranza mínima con 100% de residuos como cobertura logró obtener un rendimiento 18.3% superior al registrado en el testigo (labranza convencional con residuos retirados). Si se considera que la media de producción regional de maíz es de alrededor de1.1 t/ha, significa que haciendo mínimo movimiento del suelo y cubriendo el suelo con rastrojo en condiciones de temporal fue posible producir cuatro veces más grano por hectárea —con maíz híbrido se observó la misma tendencia—. 

Es importante destacar que al dejar el 100% del rastrojo como cobertura, el contenido de materia orgánica del suelo (en el nivel 0-5 cm de profundidad) fue de 1.99%, mientras que con labranza convencional sin residuos fue de 1.36%. Esto, debido a que las prácticas de Agricultura de Conservación promuevan una mayor cantidad de carbono en el suelo y permiten aumentar la actividad microbiana y mejorar el uso de micronutrientes.   

La diferencia en el rendimiento a favor de la labranza mínima y cobertura se relaciona con los efectos favorables en la descomposición de los residuos para la formación de materia orgánica, hecho que ayuda a conservar más humedad y a favorecer el desarrollo de las raíces. Este efecto también puede estar relacionado con la textura del suelo (arcillosa en el caso de la zona) que afecta la porosidad y el desarrollo radicular. Así, con la roturación se propician mejores condiciones de desarrollo de la planta y mayor producción de grano. 

Derivado de este estudio es posible recomendar que, bajo condiciones de temporal crítico como los que se presentan en la Mixteca, es mejor opción sembrar los maíces nativos que están plenamente adaptados a las condiciones de suelo y clima, pero es fundamental el manejo del suelo, la cobertura, así como la densidad de población, fertilización balanceada, control de malezas y plagas; es decir, para que favorezca una mayor producción de los maíces nativos sin necesidad de cambiar de variedades es necesario optar por prácticas de cultivo más sustentables. 

Fuentes:

  • Aragón-Cuevas, F.; S. Taba, J.M. Hernández Casillas, J. de D. Figueroa C., V. Serrano Altamirano y F.H. Castro García. 2006. Catálogo de maíces Criollos de Oaxaca. INIFAP-SAGARPA. Libro Técnico Núm. 6. Oaxaca, Oaxaca, México. 344 p.
  • González-Cossío F. 2006. Efecto de la estructura del suelo sobre el desarrollo radical del maíz con dos sistemas de labranza. Agrociencia 40: 27-38.
  • Ohep C., Marcano F., Pudzzar S. y Colmenares C. 2002. Efectos de la labranza conservacionista en los atributos físicos del suelo que influyen sobre el rendimiento del maíz. Bioagro 14(1):37-45.
  • Osuna-Cejeda E. S., Figueroa-Sandoval B., Oleschko K., Flores Delgadillo M. de L., Martínez – Menes M., y
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Conservar el suelo para diversificar posibilidades

San Mateo Yucucui es una localidad del municipio de Santiago Tillo, en la Mixteca Alta de Oaxaca. Los cielos de azul intenso contrastan con los suelos de tonalidades rojas que están fuertemente erosionados. El paisaje combina montañas medianas y valles amplios con laderas tendidas con lomeríos que dan la impresión de estar deslavadas, como arena que escurre. 

En este paraje, emplazado en la Sierra Madre del Sur, hay una peculiar parcela que llama la atención porque dos secciones bien diferenciadas se distinguen a simple vista: en ambas hay frijol, pero en una sección crece raquítico y está descolorido y, en la otra, las matas mantienen colores vivos, con abundantes vainas. 

En esta parcela diversificamos cultivos, en este caso a través de la rotación: en el ciclo anterior tuvimos maíz y ahorita tenemos frijol. Es frijol criollo de la región y el manejo que se le está dando en este lado —la sección donde ha crecido mejor— es con base en la Agricultura de Conservación. La implementación de las diferentes prácticas sustentables nos ha permitido que se forme una mayor rizosfera —zona donde interactúan las raíces y los microorganismos del suelo— y esto permite que el ciclo vegetativo y el rendimiento sean mayores”, comenta Ángel Rodríguez Santiago, Técnico Certificado en Agricultura Sustentable que brinda el acompañamiento técnico a esta parcela. 

“De este otro lado vemos el mismo cultivo, con la misma semilla de frijol, pero con las prácticas convencionales de la zona; como tiene menos nutrientes porque tiene menos materia orgánica, el ciclo vegetativo se vuelve más corto y por lo tanto el rendimiento también es menor”, dice Ángel mientras recorre la parcela y explica las bases científicas y los beneficios de la diversificación de cultivos.

Ángel colabora con el Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a través de la Unión de Ejidos y Comunidades del Valle de Nochixtlán. Comenta que esa parcela “forma parte de un proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT —Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche— cuyo objetivo es mostrar a los productores los beneficios de la diversificación de cultivos”. 

La diversificación de cultivos, explica Ángel, es uno de los tres componentes básicos de la Agricultura de Conservación. Los otros componentes son la cobertura del suelo con rastrojo y el mínimo movimiento del suelo. Juntos, conforman un sistema de producción sustentable que busca conservar los recursos naturales permitiéndole a los productores incrementar sus rendimientos y disminuyendo sus costos de producción. 

“Como parte de la Agricultura de Conservación en esta parcela hemos implementado camas permanentes —surcos elevados que forman largas hileras y que permiten hacer un manejo más eficiente del agua—, que en este caso son de 80 cm entre cama y cama, lo que nos permite tener un tráfico controlado de la maquinaria. Están trazadas con curvas a nivel, permiten retener el agua de lluvia y facilitan la infiltración. Se puede notar la diferencia: donde no hay camas permanentes hay escurrimiento, la lluvia se lleva el suelo, hay una erosión, así como un menor desarrollo del cultivo”, comenta Ángel mientras señala a su alrededor, haciendo más evidente la diferencia entre las secciones de la parcela.

Sin duda, la amplia adopción de estas prácticas agrícolas sustentables podría hacer la diferencia en zonas que, como la Mixteca Alta, están severamente erosionadas: “por las condiciones del suelo, que son suelos erosionados y durante años se han ido empobreciendo, estos terrenos llegaron al punto de que ya no daban nada de rendimiento. Durante tres años a esta parcela se le ha estado incorporando el rastrojo y sus rendimientos han mejorado”, indica Ángel.

“Con el manejo convencional los rendimientos han sido inferiores en comparación con los de la parcela donde se han implementado las innovaciones. Y como se puede ver, en la parcela de innovación la planta aún está viva, lo que permite tener un mejor llenado de grano. Eso es muy importante porque el frijol criollo de la región es la fuente de proteína y la fuente de alimentación primaria de este lugar. Se establece durante el ciclo primavera-verano porque su ciclo de producción es más corto y requiere menos agua, esto es lo que nos ayuda a alcanzar mayor rendimiento en comparación con otros cultivos”.

Como es posible notar, la diversificación de cultivos no se trata solo de cultivar otras especies diferentes a las habituales, sino que implica hacer un complejo análisis del contexto agroclimático y sociocultural de cada lugar. El papel de técnicos como Ángel Rodríguez, por supuesto, es fundamental para esta iniciativa, igual que el establecimiento de parcelas demostrativas como la que está en San Mateo Yucucui, la cual, por cierto, también ha funcionado como punto de entrenamiento para el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, el cual incorpora a la diversificación de cultivos como elemento clave para el mejoramiento de los sistemas agroalimentarios. 

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Cultivos diversificados hacen florecer a Guelatao de Juárez

“Este lugar histórico vio nacer al presidente Benito Juárez García. Hoy buscamos no solo dar a conocer su vida y obra, sino también aprovechar la naturaleza con la que contamos para que el turista permanezca más tiempo en esta comunidad. Organizamos recorridos, hay un espacio cultural para dar a conocer la obra plástica de la sierra, un cine comunitario, los museos, la réplica de la casa donde vivió Benito Juárez, la Laguna Encantada donde pastoreaba; hay también un mirador de cristal al costado del río Shoo-Betoó y el nuevo atractivo de la comunidad son los cultivos diversificados, el sembradío de girasoles del señor Nahúm Isaac y su esposa Itandehuatl”, comenta Estanislao García García, secretario del Comité de Turismo Alternativo del municipio de Guelatao de Juárez, Oaxaca.

En voz de Malinalli Yuma García, artista indígena originaria de Guelato, quien promueve el arte local desde el Espacio Cultural Tao —el cual es producto de un movimiento cultural y de defensa de los recursos naturales y la biodiversidad—, “es importante que otros proyectos se sumen para impulsar la economía local desde el arte o la agricultura, como por ejemplo, el de diversificación de cultivos. Nosotros hemos visto cómo ahora que se están sembrando campos de girasoles llega más turismo y eso ha ayudado también a generar ingresos para toda la comunidad”.

Al respecto, Itandehuatl García Díaz y su esposo Nahúm Isaac Ramón Martínez —los productores cuya parcela con cultivos diversificados se ha convertido en un atractivo turístico de Guelatao— comentan que “estamos muy contentos porque esto ha sido un impulso para la comunidad, sumando a su historia y a sus atractivos. La floración de los girasoles es en marzo, pero estamos trabajando para ofrecerle a los visitantes este espectáculo natural durante todo el año. Queremos que más personas se interesen en cultivarlos, para que cuando nosotros no tengamos, tenga alguien más, a efecto de que nunca nos falten flores, porque incluso ahora son el sustento de algunas personas en la comunidad vecina, Ixtlán, desde donde vienen por girasol para comercializar”. 

Su parcela se llama “Ita Girasoles” y es trabajada exclusivamente por el matrimonio y sus dos hijos. En ella “ahora hay agaves, girasoles, lenteja y quinoa, pero esta tierra había estado más de 20 años sin ser sembrada. Fue cuando conocimos al ingeniero Carlos Barragán, quien nos ha estado asesorando. Y es por él que se nos ha despertado el interés por la agricultura. De hecho, todo empezó porque en Facebook vi una publicación del ingeniero Barragán que invitaba a un curso de siembra de girasol. Nosotros no nos dedicábamos al campo, pero el curso fue muy práctico y fácil; el ingeniero nos fue asesorando y así fue como surgió el amor por sembrar y reactivar en familia este lugar en el que ya no se cultivaba nada”, comentan. 

De acuerdo con Carlos Barragán García, colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Oaxaca, “esta parcela es representativa porque más del 70% del territorio de Oaxaca se encuentra en condiciones de ladera, como esta. Así que es un ejemplo de que a través de la diversificación de cultivos podemos tener un suelo productivo, un suelo cubierto que cada vez más vaya recuperando su fertilidad natural (por eso) alrededor del agave se sembró lenteja, para fijar un poco de nitrógeno y controlar malezas. A los 80 centímetros se metieron dos surcos de girasol y, como pueden observar, el suelo se ve libre de malezas gracias al efecto de las propias plantas”, comenta. 

“En 2019 establecimos vitrinas de cultivos alternativos con fondos del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, que impulsan Walmart Foundation y el CIMMYT. Evaluamos 14 cultivos para identificar los de mejor adaptación a condiciones de sequía y altas temperaturas. El girasol fue uno de los mejor evaluados, teniendo además un buen rendimiento en grano y en forraje”, señala Carlos Barragán. 

Finalmente, los productores comentan que “estamos fomentando el agroturismo, buscamos que la gente se interese en nuevos cultivos para que también ellos los siembren, para que la gente regrese a cultivar sus tierras, que se interesen por sembrar nuevamente porque si ven la gente ya no siembra, gran parte de los terrenos están abandonados, por eso queremos motivarlos, porque además es muy notorio que el número de abejas y otros insectos que no habíamos visto se ha incrementado considerablemente, así que este es nuestro granito de arena para conservar el medioambiente”. 

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Mínima labranza aumentó el rendimiento del maíz en Oaxaca

En México, se estima que la degradación del suelo podría estar afectando a cerca del 70% del territorio nacional. Entre los factores que la provocan se encuentra el uso persistente de prácticas agrícolas convencionales con base en la labranza excesiva, especialmente cuando se combinan con el retiro o quema de los residuos del cultivo. También se ha estimado que la actividad humana es responsable de la pérdida de 26 mil millones de toneladas de la capa superficial del suelo por año, lo cual es 2.6 veces superior a la tasa natural de degradación del suelo. 

La plataforma de investigación San Juan Cotzocón —donde colaboran la Unión de Productores Agrícolas y Pecuarios de Cotzocón y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se estableció en el año 2014 en la localidad de San Felipe Zihualtepec, municipio de San Juan Cotzocón, Oaxaca. El predio donde se ubica se dedica a la siembra de maíz y también tiene actividad ganadera, de manera que allí se evalúan prácticas de Agricultura de Conservación que permitan reducir la degradación del suelo.

El equipo técnico de esta plataforma tomó datos de cinco años y evaluó los siguientes componentes: tipos de labranza (camas permanentes angostas, cero labranza y labranza convencional), manejo del rastrojo (dejar, retirar y dejar más pastoreo), fertilidad (aplicación de cal en 2014, fertilización regional, fertilización integral). Los sistemas de siembra en camas permanentes angostas con una fertilización integral son los que tuvieron mejores rendimientos de maíz (hasta 7.2 toneladas por hectárea). El menor rendimiento (3.55 toneladas por hectárea) se obtuvo en la siembra directa en plano, con retiro de rastrojo y fertilización regional (figura 1). 

Las camas permanentes son una forma de facilitar la mínima labranza y reducir el riesgo de erosión, ya que ayudan a controlar el agua y el paso de maquinaria. De acuerdo con lo observado en esta plataforma, esta forma de cultivar ofrece una oportunidad de mejora en el rendimiento comparado con siembras en plano. Así, el tratamiento de maíz en relevo con mucuna, camas permanentes y cobertura con rastrojo es el que mejor se ha comportado en los ciclos agrícolas evaluados.

Se ha documentado que la Agricultura de Conservación muestra mejores impactos en climas secos o cuando se presentan periodos de sequía en el desarrollo del cultivo. Sin embargo, los resultados de la plataforma de San Juan Cotzocón demuestran que al adaptar los componentes de la Agricultura de Conservación a las condiciones locales, este sistema de labranza también puede aumentar los rendimientos en sistemas de producción con alta precipitación, como la cuenca de Papaloapan donde está ubicada la plataforma

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Figura 1. Rendimiento del cultivo de maíz en 5 ciclos agrícolas en la plataforma de investigación San Juan Cotzocón, Oaxaca.
Abreviaturas:
M=Maíz, Mu=Mucuna, F=Frijol, LC=Labranza Convencional, CL=Cero Labranza, CP=Camas Permanentes Angostas, DP=Dejar residuo y Pastorear, R=Remover residuos, D=Dejar residuos.
Notas:
* En el tratamiento T8 y T9, durante el ciclo PV-2014, se aplicó cal dolomita con una dosis de 2 t / ha
1 Practica convencional en la región. Aclaratoria: Durante el ciclo PV se siembra el maíz, para la rotación se siembra en OI.

Fuentes

Cameron M. Pittelkow, Xinqiang Liang, Bruce A. Linquist, Kees Jan van Groenigen, Juhwan Lee, Natasja van Gestel, Johan Six, Rodney T. Venterea, Chris van Kessel, Mark E. Lundy. 2014. Productivity limits and potentials of the principles of conservation agricultura. doi: 10.1038/nature13809. 6 pages.

Verhulst, N., Govaerts, B., Verachtert, E., Castellanos-Navarrete, A., Mezzalama, M., Wall, P., Deckers, J., Sayre, K.D., 2010. Conservation agriculture, improving soil quality for sustainable production systems?, in: Lal, R., Stewart, B.A. (Eds.), Advances in Soil Science: Food Security and Soil Quality. CRC Press, Boca Raton, FL, USA, pp. 137–208.