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SEFADER y CIMMYT refuerzan su compromiso para fortalecer el sistema agroalimentario en Oaxaca

Autoridades de la SEFADER y el CIMMYT durante la reunión para delinear nuevas líneas de acción para el proyecto que ambas instituciones impulsan en Oaxaca. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
Autoridades de la SEFADER y el CIMMYT durante la reunión para delinear nuevas líneas de acción para el proyecto que ambas instituciones impulsan en Oaxaca. (Foto: SEFADER / CIMMYT)

La Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han reafirmado su alianza para consolidar la agricultura sustentable en Oaxaca. Este 5 de febrero, en la Ciudad de Oaxaca, Víctor López Leyva, titular de la SEFADER, y Jelle Van Loon, director asociado del Programa de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles del CIMMYT, firmaron una carta de intención que da continuidad al proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario en el Estado de Oaxaca, sentando las bases para una segunda fase con nuevas líneas de acción.

Desde su inicio en 2023, este proyecto ha sido clave para la producción sostenible de maíz, contribuyendo a la seguridad alimentaria y al abastecimiento sustentable de granos en el estado. Además, ha servido como pilar para fortalecer los programas Autosuficiencia Alimentaria y Abasto Seguro de Maíz del gobierno estatal, mediante capacitación especializada y el desarrollo de una red de investigación aplicada.

Los resultados han sido significativos: más de 20 mil hectáreas y 10 mil personas beneficiadas en el marco del programa Autosuficiencia Alimentaria; más de 15 mil hectáreas y 10 mil personas impactadas a través de Abasto Seguro de Maíz; y cerca de 99 mil personas capacitadas en más de 4,500 eventos realizados en las ocho regiones del estado.

En este sentido, el secretario Víctor López Leyva destacó: «En seguimiento al convenio de colaboración con el CIMMYT, se impulsa la agricultura sustentable a través de la implementación de prácticas agroecológicas. Este esfuerzo se centra en la producción de maíz, buscando asegurar la alimentación y el abasto sustentable de granos en el Estado de Oaxaca. Trabajamos en metas multianuales y líneas estratégicas a largo plazo, con el firme objetivo de alcanzar la autosuficiencia del maíz«.

Reunión para la firma de la carta de intención que extiende el alcance del proyecto entre SEFADER y el CIMMYT. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
Reunión para la firma de la carta de intención que extiende el alcance del proyecto entre SEFADER y el CIMMYT. (Foto: SEFADER / CIMMYT)

El impacto del proyecto va más allá de la producción de granos. Con la implementación de módulos, áreas de extensión y una red de seis plataformas de investigación en Valles Centrales, Mixteca, Costa, Sierra Mixe, Sierra Sur e Istmo, se han validado y adaptado tecnologías sustentables a cada región. Estas plataformas han promovido prácticas como el manejo agroecológico de plagas, biofertilizantes, fertilización fraccionada, agricultura de conservación y poscosecha, además de impulsar estrategias clave como la no quema, la conservación de suelos y agua, y el resguardo de la biodiversidad.

Además, la iniciativa sentará las bases para el desarrollo de agronegocios y el fortalecimiento de las cadenas de valor en Oaxaca, impulsando nuevas oportunidades económicas para los productores y mejorando su acceso a mercados más rentables. Esta visión se refuerza con la estrategia Formador de Formadores, que permitirá que técnicos especializados capacitados por el CIMMYT multipliquen el conocimiento entre extensionistas y agricultores, asegurando un acompañamiento técnico eficiente.

Técnica de SEFADER explicando las innovaciones sustentables implementadas a partir de la capacitación con CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Técnica de SEFADER explicando las innovaciones sustentables implementadas a partir de la capacitación con CIMMYT. (Foto: CIMMYT)

Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, señaló: «Se está considerando no solo continuar el proyecto, sino extender su marco de acción incorporando la plataforma digital e-Agrology, desarrollada por el CIMMYT, a más ámbitos del sistema agroalimentario de Oaxaca. La meta es hacer de esta herramienta un recurso versátil para generar información estratégica tanto agrícola como pecuaria y pesquera. Además, buscamos reducir el uso de agroquímicos y hacer más rentable la producción estatal».

Con este esfuerzo, SEFADER y CIMMYT consolidan su compromiso con la agricultura sustentable y los productores oaxaqueños, promoviendo modelos de producción que aseguren la rentabilidad sin comprometer los recursos naturales.

En el evento también estuvieron presentes Flavio Aragón Cuevas, subsecretario de Seguridad Alimentaria; Mario Robles González, subsecretario de Agronegocios; Carolina Cruz Moreno, jefa del departamento de Acuacultura; José Roberto Agustín Francisco, director de Fomento Agrícola; y Enrique Rojas Rojas, jefe de departamento de Salud Animal.

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Suelos y raíces

Raíces de planta de maíz cultivado con prácticas sustentables en parcela San Andrés Andúa, Oaxaca. (Foto: Fernando M Garcilazo / CIMMYT)
Raíces de planta de maíz cultivado con prácticas sustentables en parcela San Andrés Andúa, Oaxaca. (Foto: Fernando M Garcilazo / CIMMYT)

“No es nada más lo que vemos de la planta, sino también la parte que no vemos, los procesos que ocurren dentro del suelo y una raíz fuerte es un buen indicador de la salud del suelo”, dice el equipo técnico del Hub Pacífico Sur mientras muestran las vigorosas raíces de una planta de maíz en una de las parcelas en donde brindan acompañamiento técnico en San Andrés Andúa, Oaxaca.

“En esta parcela estamos evaluando diferentes tecnologías, entre ellas altas densidades, manejo integral y biológico de enfermedades y plagas y, lo principal, estamos haciendo un mejor manejo del suelo implementando labranza vertical, incorporando rastrojo y haciendo fertilización fraccionada. Además, para mejorar sus propiedades, estamos incorporando microorganismos para contribuir a la disponibilidad de nutrientes. La finalidad es que tengamos un equilibrio que nos permita disminuir el uso de pesticidas y aportar también un grano sano para el consumo”, explican.

Para el equipo del Hub Pacífico Sur, el suelo no es solo un recurso más, sino un legado invaluable. “Nuestro suelo es lo único que podemos tomar como una herencia que nos puede durar muchos años, generaciones, si lo cuidamos bien, si hacemos las prácticas correctas”. Este principio guía las acciones en la parcela demostrativa, donde la medición de las propiedades físicas y químicas del suelo permite ajustar una nutrición balanceada según las etapas de desarrollo de las plantas.

El impacto visual de la parcela, con cultivos robustos y suelos saludables, es también un mensaje poderoso para otros agricultores de la región. “El objetivo es poner parcelas demostrativas, es decir, módulos y áreas de extensión en zonas estratégicas para que los productores de alrededor las vean y también se animen a implementar prácticas sustentables que cuiden el suelo”, añaden.

Las prácticas sostenibles no solo mejoran la fertilidad del suelo, sino que también optimizan el uso del agua, un recurso cada vez más escaso. “Al ir incorporando materia orgánica, al mantener una cobertura de rastrojo, estamos aportando nutrición y estamos también haciendo que el uso del agua sea más eficiente. Estos ciclos hemos tenido poca lluvia y, cuando eso ocurre, pues ahí tenemos guardada el agua gracias al buen manejo del suelo y a la cobertura con rastrojo”, señalan. Esta resiliencia también se manifiesta frente a lluvias intensas: “Si nos llueve demasiado, tenemos un suelo sano con un buen proceso de infiltración que nos permite que el cultivo no tenga problemas de asfixia en las raíces”.

La importancia de las raíces no pasa desapercibida en estas parcelas. De acuerdo con los técnicos, las prácticas convencionales, como el barbecho continuo, pueden limitar su desarrollo debido a la compactación del suelo. “Con la labranza vertical roturamos hasta 60 o 70 centímetros para descompactar y propiciar que las raíces alcancen mayor profundidad porque, cuando se desarrollan más, absorben más y de mejor forma los nutrientes”.

El Hub Pacífico Sur, parte de una red nacional de nodos de innovación impulsada por el CIMMYT y sus colaboradores, es un modelo de innovación que conecta ciencia, tecnología y colaboración para transformar la agricultura. A través de plataformas de investigación, parcelas demostrativas, y el acompañamiento técnico de especialistas, los hubs impulsa la adopción de prácticas agrícolas que generan beneficios económicos, ambientales y sociales.

El productor está contento porque “la relación beneficio-costo con prácticas sustentables es mejor, se gana más, se produce más grano por hectárea y se tiene un mejor suelo”, concluyen los técnicos, destacando el impacto tangible de las prácticas sostenibles. Con ejemplos como este, los hubs se posicionan como impulsores de innovación que inspiran a las comunidades rurales hacia una agricultura más resiliente y sustentable.

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Sembrar juntos, una pasión que crece en el corazón del campo

De izquierda a derecha la familia Valor: Linaxi, Jacinto Rafael y Celia. (Foto: Sarah Martínez/CIMMYT)
De izquierda a derecha la familia Valor: Linaxi, Jacinto Rafael y Celia. (Foto: Sarah Martínez/CIMMYT)

Originario de la región de Papaloapan, Oaxaca, Jacinto Rafael Valor nació entre montañas y sembradíos. Desde muy pequeño descubrió que su lugar estaba en el campo, ya que este fue su hogar, su entretenimiento, su escuela y, con el tiempo, su vocación. Como ingeniero agrónomo especializado en fitotecnia, recorrió durante años las comunidades de Oaxaca como extensionista, y se dedicó a enseñar a los campesinos a aprovechar sus tierras y a sembrar con conocimiento. No había en él mayor felicidad que compartir lo que sabía sobre su gran pasión, y, a la par, ayudar a su gente, pero la vida le tenía preparado un reto inesperado.

En 2008, Jacinto notó que su vista comenzó a nublarse. Los médicos le explicaron que era una enfermedad congénita que avanzaba poco a poco. Para él, acostumbrado a ver hasta los últimos detalles de las plantas y las parcelas, fue como perder una parte de sí mismo. Pero Jacinto no estaba solo, su esposa Celia y su hija Linaxi decidieron ayudarlo a seguir adelante. “No tienes que dejar el campo, nosotras te vamos a acompañar para que sigas siendo extensionista”, le dijeron.

Celia, con una fuerza admirable, no solo aprendió a manejar para llevar a Jacinto a sus reuniones, cursos y visitas a las parcelas, sino también se puso a estudiar para entender los apuntes que hacía en las sesiones de sus capacitaciones. Linaxi, entonces en la preparatoria, se sintió tan inspirada que decidió sumarse también. Y lo que empezó como un acto de apoyo familiar se convirtió en una vocación compartida. La hija de Jacinto al finalizar sus estudios de contaduría se inscribió en agronomía, decidida a ser parte del cambio que su padre impulsaba en la región.

Al trabajar junta, la familia se integró en proyectos clave como Sembrando Vida y en diversos proyectos implementados por el Hub Pacífico Sur del CIMMYT. Estos espacios de aprendizaje y colaboración comunitaria les dieron herramientas que fueron más allá del cultivo. Jacinto, Celia y Linaxi participaron en capacitaciones de temas agronómicos y de género, que les ayudaron a entender el trabajo en el campo como algo integral, donde las técnicas agrícolas se combinan con el bienestar social. Cada visita al Hub es una oportunidad para aprender algo nuevo, fortalecer sus lazos familiares y transmitir esos conocimientos a los productores de Papaloapan.

Para Jacinto, las sesiones de trabajo con el Hub, tanto capacitaciones como eventos demostrativos en temas relacionados con prácticas sostenibles, han sido relevadoras. En su curso como técnico certificado, entendió que su trabajo podía tener un respaldo científico que fortaleciera sus recomendaciones. Las reglas de disciplina y puntualidad que aprendió en las capacitaciones del CIMMYT le hicieron aún más consciente de la responsabilidad de su rol como líder rural. De hecho, la puntualidad se convirtió en su sello: nunca llegaba tarde a una reunión y sus colaboradores sabían que podían confiar en él.

Linaxi, quien en un principio se había sentido nerviosa al cambiar de carrera, pronto encontró en el modelo del Hub impulsado por el CIMMYT una fuente de inspiración. Le sorprendió la manera en que el CIMMYT explicaba cada técnica y la claridad con la que mostraban que el campo no era solo sudor y trabajo físico, sino un espacio donde el conocimiento podía transformar vidas. Para ella, su familia ya no era solo su apoyo, sino su equipo y su red de colaboración. En cada capacitación, han logrado aprender conjuntamente, para después llevar esas ideas a los pequeños productores, que ahora ven en ellos una familia comprometida y profesional.

A través de los programas estatales donde participa y al ser parte del Hub PSUR, Jacinto y su familia contribuyen a promover prácticas sostenibles, ayudar a pequeños agricultores a mejorar sus tierras y cultivar una relación cercana con cada productor. Al involucrarse con los miembros de sus familias, comenzaron a abrir puertas en zonas donde tradicionalmente el trabajo agrícola era exclusivo para los hombres. La presencia de Celia y Linaxi en el campo ha inspirado a otras mujeres a unirse y a aprender que la agricultura es una actividad donde todas las personas integrantes de una familia pueden participar.

Asimismo, el hijo menor de Jacinto también se interesó por el campo, en la actualidad estudia en Veracruz y sigue los pasos de su padre y su hermana. Así, la pasión de Jacinto se convirtió en un legado familiar. Cada miembro aporta algo único: Celia con su organización y dedicación, Linaxi con sus conocimientos de contaduría y agronomía, y su hijo con la visión fresca de la nueva generación.

En cada capacitación, en cada encuentro con los campesinos, Jacinto recuerda su primer amor por el campo y se siente orgulloso de ver a su familia trabajar a su lado. Para él, el campo no es solo una profesión, es la base de la vida y del futuro. Y sabe que el modelo del Hub ha permeado su estructura familiar. El enfoque de colaboración y acción participativa de un Hub ha consolidado una nueva visión en su familia, donde las capacidades de cada integrante, al sumarse, favorecen la innovación y el impacto. La familia, en cierta forma, es una analogía para explicar el Hub: todos comparten una visión común y colaboran para lograrla, cada uno aporta sus habilidades y fortalezas. En el caso de la familia de Jacinto, esa visión es regenerar la tierra, transformar la vida de los campesinos de Oaxaca y ayudarlos a ser resilientes ante el cambio climático.

Hoy, la familia Valor es mucho más que un equipo técnico; son una verdadera inspiración para su comunidad. En cada parcela y en cada reunión siembran conocimiento, esperanza y una nueva forma de ver la agricultura: no solo como un medio de subsistencia, sino como un espacio donde la familia, la innovación y el compromiso se entrelazan para dar vida a los anhelos más profundos.

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Ciencia e innovación para la paz: desde la semilla hasta la mesa

Agustín Gregorio Santiago, agricultor de la comunidad de Santa Lucía Ocotán de Morelos, Oaxaca. (Foto: CIMMYT)
Agustín Gregorio Santiago, agricultor de la comunidad de Santa Lucía Ocotán de Morelos, Oaxaca. (Foto: CIMMYT)

La paz y la seguridad alimentaria son inseparables: donde falta el alimento, el tejido social se debilita y aumentan las posibilidades de conflictos. En este sentido, el CIMMYT y sus colaboradores trabajan en transformar los sistemas agroalimentarios hacia prácticas sostenibles que prioricen la soberanía alimentaria, el bienestar rural y la protección del medioambiente.

Esta transformación inicia en el campo, donde la adopción de innovaciones agronómicas sustentables y el fortalecimiento de sistemas tradicionales, como la milpa, permiten a las comunidades ser autosuficientes y resilientes. Contribuir al desarrollo de México, entonces, implica propiciar condiciones para una producción sustentable y diversificada, brindando herramientas para enfrentar el cambio climático y otros desafíos.

Agustín Gregorio Santiago, agricultor de la comunidad de Santa Lucía Ocotán de Morelos, Oaxaca, representa a miles de agricultores mexicanos que, a través de los hubs impulsados por el CIMMYT y sus colaboradores, han encontrado nuevas alternativas para fortalecer su producción y mejorar su calidad de vida. Para don Agustín, por ejemplo, sembrar nuevas variedades de frijol en asociación con maíz y otros cultivos no es solo una práctica agrícola más o una ocurrencia, sino una estrategia que está aprendiendo para mantener vivo el suelo y la economía familiar.

“Nosotros en el campo, pues siempre buscamos los granos que nos mejoren o que nos den un buen resultado para no quedar sin alimento. Y también a veces nos ayuda lo poquito que sale pues se vende y ya de ahí va uno recuperando la inversión”, comenta. Este espíritu de autosuficiencia es la base sobre la cual el CIMMYT y sus colaboradores construyen una agricultura para la paz a través de un acompañamiento técnico puntual.

La investigación y la ciencia aplicada son los pilares de esta transformación. Las plataformas de investigación, instaladas por el CIMMYT y colaboradores de todos los sectores, permiten desarrollar y validar innovaciones agrícolas adaptadas a las condiciones específicas de cada región. Así, en colaboración, el CIMMYT y sus colaboradores introducen cultivos más resistentes a la variabilidad climática, así como técnicas que promueven la salud del suelo y reducen la dependencia de insumos externos.

Sergio Gil Hernández Pinacho, uno de los técnicos vinculados al Hub PacíficoSur, describe cómo trabajan con productores como Agustín para evaluar la adaptabilidad de nuevas variedades. “La parcela del señor Agustín es un módulo de innovación. Es decir, una parcela donde, por un lado, tenemos la innovación, que es frijol caupí, criollo del Itsmo; y por otro lado un frijol delgado, propio de la comunidad. Estamos evaluando desarrollo vegetativo, rendimientos, adaptabilidad en la zona y, muy importante, el efecto de aprovechar el rastrojo en las parcelas para aumentar la materia orgánica y la salud general del suelo,” explica.

Los hubs son el núcleo de la metodología de transferencia del CIMMYT y sus colaboradores. Este modelo permite que la ciencia salga del laboratorio y llegue directamente a los agricultores, quienes, a su vez, adaptan e integran estas innovaciones en sus parcelas. Así, el modelo del hub permite a los productores conocer y experimentar tecnologías sustentables, como la siembra directa, la gestión de rastrojos y el uso de cultivos de cobertura que mejoran la eficiencia en el uso de recursos y la calidad del suelo.

Los hubs funcionan también como espacios de vinculación entre los actores de las cadenas agroalimentarias —el Hub Pacífico Sur, que se integra en el territorio oaxaqueño, por ejemplo, está conformado por instituciones de gobierno, empresas, organizaciones de productores y otros actores clave—. “Don Agustín también es productor de higuerilla y Ricinomex, una biorefinería local, se la compra porque también forma parte del Hub Pacífico Sur y fomenta prácticas sustentables con sus productores”, señala Sergio.

“La sequía nos afectó mucho con la higuerilla el año pasado. Posteriormente, viniendo de la propia iniciativa del productor, empezamos a buscar alternativas de leguminosas porque él tiene una tienda y la gente de la localidad busca frijoles allí”, puntualiza Sergio, quien además señala que las tecnologías proporcionadas al productor le han permitido seguir produciendo pese a un contexto social adverso para la agricultura en general: la escasez de mano de obra. “Sembrábamos rabanitos y la flor de cempasúchil, borla de gallo, pues porque en aquel entonces tenía yo mis hijos que estaban chicos, pero una vez que ellos ya se fueron para la ciudad, a la escuela, pues ya me vi solo y a veces encuentro mozo, a veces no”, comenta don Agustín.

El productor Agustín Gregorio Santiago y el gerente del Hub Pacífico Sur, Jaime Leal, conversan sobre cómo la diversificación de cultivos también permite generar mejores opciones de forraje. (Foto: CIMMYT)
El productor Agustín Gregorio Santiago y el gerente del Hub Pacífico Sur, Jaime Leal, conversan sobre cómo la diversificación de cultivos también permite generar mejores opciones de forraje. (Foto: CIMMYT)

Para agricultores como don Agustín, quien ya no puede dedicar el mismo esfuerzo al trabajo en el campo debido a su edad y a lesiones que recientemente tuvo, las prácticas promovidas por el CIMMYT a través del modelo del hub se adaptan de manera ideal, permitiéndole seguir produciendo sin tener que depender de un esfuerzo físico agotador. Gracias a la innovación aplicada, don Agustín puede experimentar con nuevas variedades de frijol que requieren menos intervención y ofrecen mejor rendimiento. Además, prácticas como la agricultura de conservación no solo le permiten ahorrar tiempo y energía, sino gestionar su terreno de manera más eficiente.

Por otro lado, el uso de técnicas innovadoras y la diversificación de cultivos ayuda a mejorar la economía familiar, y también a fortalecer el tejido social al brindar a la comunidad acceso a alimentos frescos y de calidad, generando un entorno en el que la agricultura sostenible se convierte en una fuente de paz y desarrollo comunitario.

Al consolidar sistemas agroalimentarios sustentables y resilientes, los hubs contribuyen a cimentar una cultura de paz en el campo mexicano. La paz se cultiva cuando las personas tienen la capacidad de acceder a una alimentación adecuada y las herramientas para sostener sus medios de vida, lo que evita la migración forzada y la ruptura del tejido social. Así, en el marco del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, CIMMYT reitera su compromiso de acompañar a los agricultores de México en la búsqueda de un futuro próspero y en paz.

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Capacitación para producir mejor, sin comprometer la tierra

Elsa Mariela Rodríguez Arteaga, técnica de Sefader. (Foto: CIMMYT)
Elsa Mariela Rodríguez Arteaga, técnica de Sefader. (Foto: CIMMYT)

En Oaxaca, la colaboración entre la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el CIMMYT ha dado inicio a un innovador proyecto que, a través de la ciencia colaborativa y la capacitación a la medida, busca fortalecer la autosuficiencia alimentaria de los agricultores y brindarles herramientas para enfrentar los desafíos ambientales y económicos actuales.

Elsa Mariela Rodríguez Arteaga y Carlos Cervantes Solís son dos de las decenas de técnicos que llevan la voz de esta iniciativa a las comunidades rurales. Ellos están al frente de la implementación de un amplio menú de tecnologías sustentables, un conjunto de prácticas de vanguardia que promueven un manejo adecuado del suelo y el uso racional de insumos, adaptado a las condiciones específicas de cada parcela y cada productor.

«Lo que intentamos es que los productores incrementen su producción sin comprometer la tierra», explica Mariela, quien trabaja en las comunidades de San Jerónimo y San Pedro Taviche, atendiendo a más de un centenar de productores. «Hicimos un diagnóstico participativo con ellos para identificar sus problemáticas y fortalezas. Nos dimos cuenta de que muchos suelos estaban degradados y que los altos costos de producción también representaban una barrera. Por eso, una de las primeras acciones fue enseñarles a elaborar abonos orgánicos y bioinsumos, así como a aprovechar los rastrojos para mejorar las propiedades del suelo».

La estructura de esta capacitación tiene un enfoque cascada: técnicos formadores capacitan a Mariela y a otros técnicos, quienes luego llevan estos conocimientos a campo y, mediante parcelas demostrativas, los adaptan y replican en cada comunidad. Este modelo asegura que las prácticas enseñadas realmente funcionen en las condiciones locales. «Esto es importante porque así tenemos la certeza de que nos van a servir al 100% en la localidad«, añade Mariela. Esta capacitación constante permite a los técnicos realizar ajustes y ofrecer recomendaciones prácticas a los productores en cada etapa del cultivo.

Carlos Cervantes Solís, técnico de SEFADER. (Foto: CIMMYT)
Carlos Cervantes Solís, técnico de SEFADER. (Foto: CIMMYT)

Carlos Cervantes, asignado al municipio de Santiago Tlazoyaltepec, enfrenta también retos particulares. “Trabajo con cerca 163 productores de seis localidades, algunos en zonas muy remotas y en situación económica adversa. Muchos de ellos hablan una lengua originaria y a veces necesitamos un traductor», explica. Carlos resalta la importancia de la adaptación cultural y económica en el proceso de capacitación: “Yo en un principio les dije que no venía a enseñarles a sembrar maíz, sino a realizar prácticas que no generen gastos extra y les beneficien. El año pasado, por ejemplo, tuvimos problemas con el gusano cogollero, y este año el programa nos ayudó a implementar trampas con feromonas para controlar esta plaga, lo que minimiza el uso de agroquímicos”.

Este enfoque adaptativo ha permitido que las recomendaciones se ajusten no solo a las características del terreno, sino también a la realidad económica de los productores. “Algunos tienen gallinas, chivos, frutales o flores. Es necesario adecuar las tecnologías a cada agricultor”, comenta Carlos. Los módulos de innovación implementados en diversas regiones de Oaxaca permiten que los productores experimenten y comparen los resultados. Mariela subraya el valor de esta experiencia directa: «Siempre dejamos unos surcos como testigo para que ellos mismos vean la diferencia entre la práctica tradicional y la innovación. Verlo en el campo genera confianza».

La sostenibilidad es otro aspecto clave del proyecto. “Las tecnologías que implementamos están orientadas a recuperar suelos y reducir el uso de agroquímicos. Estamos preocupados por el ambiente y el futuro”, enfatiza Mariela, para quien esta colaboración entre SEFADER y CIMMYT no solo refuerza el conocimiento técnico de los extensionistas, sino que contribuye a la resiliencia de los agricultores. En palabras de Carlos: “Los productores están viendo que los cambios pueden mejorar su producción y reducir costos. Y lo más importante, es que lo están logrando con sus propios recursos y conocimientos, adaptando las tecnologías a su entorno”.

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Capacitar para asegurar el abasto de alimentos

Sandra Basurto Martínez, coordinadora del equipo técnico del programa Autosuficiencia Alimentaria de SEFADER, en la región de los Valles Centrales. (Foto: CIMMYT)
Sandra Basurto Martínez, coordinadora del equipo técnico del programa Autosuficiencia Alimentaria de SEFADER, en la región de los Valles Centrales. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

En el campo oaxaqueño se impulsa una transformación significativa gracias a una colaboración estratégica entre el gobierno del estado de Oaxaca —a través de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER)— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Ambas instituciones han unido fuerzas para implementar diversas acciones en favor de los productores oaxaqueños.

La participación del CIMMYT busca potenciar el impacto de los programas estatales dirigidos al campo, particularmente los de Autosuficiencia Alimentaria y Abasto Seguro de Maíz a través de la estrategia de formador de formadores y con la instalación de plataformas de investigación para validar las innovaciones agronómicas que después son llevadas a los agricultores para que ellos tomen decisiones informadas y adaptadas a las condiciones locales.

La estrategia formador de formadores responde a la necesidad de reforzar las capacidades técnicas de quienes trabajan directamente con productores de pequeña escala. Para muchos técnicos, el apoyo científico de instituciones como el CIMMYT permite que puedan ofrecer soluciones concretas y efectivas a los productores de la región.

Sandra Basurto Martínez, coordinadora del equipo técnico del programa Autosuficiencia Alimentaria de SEFADER, en la región de los Valles Centrales, destaca la relevancia de esta estrategia al indicar que «la participación de los centros de investigación es fundamental, porque ellos proporcionan toda la parte científica y tecnológica para la producción de maíz y frijol, que son la base del programa».

Además, Basurto subraya la importancia de una formación específica y precisa para enfrentar los desafíos actuales del campo. «Necesitan llegar ya con algo certero, algo bien trabajado con los productores, y no llegar a ensayar o probar, y ese es el propósito de capacitar a formadores, así como de las plataformas de investigación», enfatiza.

Los programas de la SEFADER se articulan con el despliegue de cientos de técnicos en el territorio, quienes abarcan un amplio espectro de poblaciones, incluyendo algunas en situación de alta y muy alta marginación. En este sentido, los técnicos desempeñan un papel fundamental en la distribución de insumos agrícolas, la implementación de biofábricas, el manejo de bancos comunitarios de semillas, y la instalación de huertos escolares.

De acuerdo con Basurto, estas acciones benefician no solo a los productores, sino también a grupos específicos como las mujeres rurales, a quienes se les capacita en el manejo de aves de doble propósito para mejorar la producción en sus hogares, y a los niños, quienes reciben educación sobre prácticas agrícolas en sus escuelas.

El esquema formativo impulsado por la SEFADER y el CIMMYT permite entonces que las tecnologías y conocimientos validados a través de la investigación conjunta se compartan de manera continua y accesible. En palabras de Basurto, la estructura de apoyo entre técnicos y formadores ha sido crucial, ya que el equipo de técnicos en campo es muy grande y las condiciones en el campo son muy variables, por lo que la vinculación con instituciones que están dispuestas a compartir su experiencia y experticia, como el CIMMYT, es esencial.

La sinergia entre SEFADER y CIMMYT no solo representa un avance en términos de capacidades técnicas, sino que también refuerza el compromiso con una agricultura sustentable, resiliente y capaz de mejorar las condiciones de vida de las comunidades oaxaqueñas. Con esta colaboración, el estado de Oaxaca apuesta por un futuro en el que la ciencia y el conocimiento compartido sean la base de un desarrollo agrícola inclusivo y sostenible.

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Hub Meeting Pacífico Sur 2024: Innovación y colaboración para el futuro

Apertura del Hub Meeting Pacífico Sur 2024. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)
Apertura del Hub Meeting Pacífico Sur 2024. (Foto: Sarah Martínez / CIMMYT)

El Hub Meeting Pacífico Sur 2024, que se llevó a cabo los días 10 y 11 de octubre, fue un evento que reunió a investigadores, técnicos, productores y autoridades locales con el fin de celebrar más de una década de avances en innovación agrícola. Con sede en la localidad de Yanhuitlán, Oaxaca, el encuentro se enfocó en fortalecer la red de colaboración y mostrar las tecnologías que están revolucionando la agricultura en la región. La misión principal ha sido mejorar la sostenibilidad y productividad de los pequeños productores, y ofrecer soluciones adaptadas a largo plazo.

El primer día del Hub Meeting comenzó con la bienvenida de Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur, y Leodegario Osorio del INIFAP. En sus palabras, destacaron los logros alcanzados en la región y dieron un panorama general de las actividades del evento.

Posteriormente, los participantes asistieron al taller titulado «Tejer el Impacto», dividido en dos partes, donde los expertos de CIMMYT y ABC-CIAT, como Frederic Goulet, Genowefa Blundo y Katharina Schiller, guiaron una discusión sobre cómo maximizar el impacto de las innovaciones agrícolas en las comunidades locales. Este taller permitió a los asistentes identificar los desafíos y oportunidades de adaptación tecnológica, desde la agricultura de conservación hasta la mejora de la fertilidad de los suelos mediante el uso de abonos verdes y cultivos de cobertura.

El día finalizó con una sesión de reflexión a cargo de Jaime Leal, quien enfatizó la importancia de mantener el enfoque en la innovación sostenible para garantizar la seguridad alimentaria de las familias en Oaxaca.

El segundo día del Hub Meeting Pacífico Sur 2024 se centró en mostrar los avances en el campo. Los asistentes participaron en un recorrido por el Sitio Experimental Mixteca de INIFAP, donde pudieron ver de primera mano cómo las innovaciones tecnológicas han impactado los cultivos locales. Esta visita fue una oportunidad para observar la implementación de la agricultura de conservación, el uso de abonos verdes y otras prácticas que han permitido a los productores reducir costos, mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad.

A continuación, las autoridades locales, como representantes de INIFAP, SEFADER y CIMMYT, compartieron una serie de presentaciones que reflejaron los avances logrados en la región a través de la red de innovación. Leodegario Osorio del INIFAP habló sobre la colaboración con el Hub, que ha permitido a los agricultores de la Mixteca adoptar prácticas más sostenibles en cultivos básicos como maíz, frijol y trigo.

Por su parte, Flavio Aragón, subsecretario de Seguridad Alimentaria de SEFADER, destacó la importancia de las seis plataformas de investigación en el estado, que han sido clave para mejorar la autosuficiencia alimentaria de los pequeños productores.

Una de las actividades fue la muestra fotográfica y de carteles, bajo el título «La Innovación en imágenes y ciencia colaborativa». La muestra ofreció un viaje visual por el paisaje agrícola de Oaxaca, con imágenes que capturan la esencia de los esfuerzos colectivos para transformar el campo a lo largo de los años. Las fotografías mostraban desde paisajes rurales hasta las innovaciones implementadas por los productores en sus parcelas.

A la par, la exposición de carteles destacó los resultados de las plataformas de investigación y las áreas de extensión del Hub. Los carteles, elaborados por los colaboradores del Hub Pacífico Sur, mostraron cómo las tecnologías sustentables se han adaptado a las diversas condiciones agroecológicas de la región. Este espacio permitió a los asistentes conocer los avances técnicos, desde el manejo postcosecha hasta las estrategias de conservación de suelo y agua.

El evento cerró con un taller interactivo liderado por Katharina Schiller de CIMMYT, donde se discutieron estrategias para escalar el impacto de las innovaciones tecnológicas en las comunidades rurales. Este espacio permitió a los participantes intercambiar ideas y trazar una hoja de ruta para fortalecer la red de innovación en los próximos años.

Jaime Leal, en su mensaje final, hizo hincapié en la importancia de continuar ampliando el menú de tecnologías del Hub para que los productores puedan mejorar sus prácticas agrícolas y asegurar la sostenibilidad alimentaria de sus familias. «Este es solo el comienzo. La innovación es continua y debemos adaptarnos a las necesidades de los productores locales para seguir avanzando«, afirmó.

El Hub Meeting Pacífico Sur 2024 celebró los logros alcanzados en más de una década de trabajo, asimismo, reafirmó el compromiso de seguir colaborando con las comunidades, productores y autoridades locales para enfrentar los desafíos del futuro. El evento fue un éxito en la promoción de innovaciones que transforman la agricultura y la vida en Oaxaca.

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Innovación y asociatividad: mujeres transforman el agro mixteco

Productoras oaxaqueñas junto a sus silos metálicos herméticos. (Foto: García, Ramírez, Meentzen)
Productoras oaxaqueñas junto a sus silos metálicos herméticos. (Foto: García, Ramírez, Meentzen)

Ellas forman parte de un grupo de mujeres mixtecas que están transformando el campo de San Marcos Monte de León, municipio Villa Chilapa de Díaz, Oaxaca. Se trata de agricultoras que, de la mano del CIMMYT se han formado y capacitado en temas agrícolas. Han conocido el proceso de siembra, control de plagas, poscosecha, manejo de maquinaria adecuada para pequeñas parcelas y otros temas que están impactando positivamente a su comunidad.

“Nos reunimos, nos capacitamos, ahorramos y nos beneficiamos todas”, comenta una de ellas señalando que uno de los temas más relevantes que han trabajado es el de asociatividad.

“Los ingenieros nos compartieron los beneficios de realizar compras consolidadas y de los logros que podemos obtener con el ahorro”. Así, comentan ellas, tomaron al pie de la letra las indicaciones y empezaron a ahorrar semanalmente, junto a otras mujeres de otras localidades hasta que lograron lo suficiente para realizar una compra de 300 silos para almacenar maíz con capacidad de media tonelada.

Uno de estos grupos continuó el ahorro, pero esta vez para comprar una desgranadora eléctrica y no se detuvieron hasta conseguirlo. Ahora la rentan en su misma localidad y con las ganancias compran el combustible y las reparaciones de esta desgranadora que van surgiendo por el uso. Un ejemplo de que juntas se puede lograr más, enfatizan con orgullo.

Este mismo grupo se ha capacitado en temas de agricultura de conservación y han disminuido el movimiento del suelo: “Antes realizábamos barbecho, recruzada, surcado y ahora ya no. Ya solo pasamos la yunta una sola vez. Con eso hemos reducido los costos. Ya no gastamos tanto”, mencionan y detallan cómo han aprendido a realizar siembras directas con ayuda de las sembradoras manuales, conocidas como matraca.

El equipo técnico de CIMMYT que brinda acompañamiento técnico a este grupo comenta que “actualmente solo se reforman los surcos y las mismas señoras establecen el cultivo del maíz, se ahorran el costo de la yunta o los jornaleros para sembrar maíz”.

Para estas agricultoras el aprendizaje de tecnologías sustentables ha sido de mucha utilidad pues les ha permitido realizar la siembra ellas mismas, reduciendo costos. Además, el hecho de que ellas mismas gestionen las actividades de la parcela es particularmente útil porque los esposos de muchas de ellas trabajan fuera de la localidad o han migrado.

“A veces, aunque mi esposo, y sí el surcado ya está listo, pues voy yo a sembrar porque ya sé”, comenta una de ellas y otra señala que con las prácticas de agricultura sustentable que han aprendido “te ahorras tiempo, dinero, y ya no a fuerza tiene que estar el varón”.

Este es un ejemplo de que cuando a las mujeres se les capacita y ellas conocen el manejo de las herramientas y las validan, el conocimiento se convierte en un beneficio directo para ellas y sus familias, ya que disminuyen gastos y tiempo invertido para realizar las actividades del campo.

A través de la iniciativa regional AgriLac Resiliente, del CGIAR, CIMMYT en colaboración con organizaciones locales impulsan la agricultura sustentable con una perspectiva de género e inclusión social como medio para la construcción de comunidades agrícolas resilientes.

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Capacitación e investigación, el futuro de la agricultura sustentable en Oaxaca

Inicio de capacitaciones a técnicos de SEFADER en instalaciones de CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales)
Inicio de capacitaciones a técnicos de SEFADER en instalaciones de CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales)

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) recibió a un grupo de 15 técnicos de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) del estado de Oaxaca para participar en una intensa capacitación de tres días. Esta iniciativa es parte del proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario enfocado en la producción de maíz para la seguridad alimentaria y el abasto sustentable de granos en el estado de Oaxaca.

La capacitación se desarrolló del 25 al 27 de junio en las instalaciones de la sede global de CIMMYT en Texcoco, Estado de México, y es la primera de una serie de sesiones que se extenderán hasta noviembre de 2024, diseñadas para fortalecer las capacidades técnicas y de comunicación de los técnicos de SEFADER, precisó la instancia gubernamental.

Durante esta primera fase de capacitación, los participantes profundizaron en temas cruciales como sustentabilidad, agroecología, agricultura regenerativa, y el modelo del Hub para gestión de la innovación agrícola, así como en el impacto del cambio climático en la agricultura. Las actividades incluyeron visitas al Banco de Germoplasma, el Laboratorio de Calidad de Grano, la Estación de Maquinaria, un ensayo de ganadería y agricultura de conservación, y la Plataforma Experimental D5, que cuenta con más de tres décadas dedicadas a la investigación en prácticas de agricultura sustentable.

El CIMMYT, a través de su estrategia de capacitación “Formador de formadores”, busca empoderar a los técnicos participantes para que transmitan los aprendizajes a más extensionistas y puedan ofrecer acompañamiento y servicios técnicos de alta calidad a los productores de granos básicos de sus programas de «Abasto Seguro» y «Autosuficiencia Alimenticia».

Así, el proyecto impulsado por CIMMYT y Gobierno del Estado de Oaxaca aborda la necesidad de fortalecer el sistema agroalimentario del estado, enfocándose en la producción sustentable de maíz para mejorar la seguridad alimentaria, reducir la dependencia de importaciones y empoderar a las comunidades rurales. Además, se promueven prácticas agrícolas sustentables y la conservación de la biodiversidad para mitigar los efectos del cambio climático.

De manera particular, el proyecto busca fortalecer la red de asesores técnicos; facilitar la mecanización de la producción agrícola estableciendo sitios de mecanización equipados; e impulsar una red de investigación aplicada mediante el establecimiento de plataformas de investigación agronómica orientadas a prácticas agroecológicas y regenerativas.

En este sentido, se está trabajando en el establecimiento una red de investigación con seis plataformas en el estado de Oaxaca y, derivado de ello, en Santo Domingo Tepuxtepec, Sierra Juárez, se está trabajando en el establecimiento de una plataforma de investigación de esta red CIMMYT-SEFADER. Este esfuerzo incluye el trazo, delimitación y muestreo de suelo, así como la implementación de tratamientos de agricultura de conservación y la siembra de semillas locales de maíz serrano mixe color amarillo, así lo precisaron Mariel Guera, coordinador de Investigación del Hub Pacífico Sur de CIMMYT, y Felipe Gutiérrez Vásquez, técnico del programa de «Autosuficiencia Alimentaria», quienes están a cargo de esta plataforma de investigación.

Esta capacitación, la plataforma de investigación y el proyecto en general representan un esfuerzo significativo para mejorar los sistemas de producción de maíz en Oaxaca, beneficiando a los productores locales y contribuyendo a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola en la región.

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Yo decidí estudiar agronomía

Concepción Porras Arango y su papá. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Concepción Porras Arango y su papá. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Dos de de sus hermanos decidieron dedicarse a la música, otro a la construcción y el último se fue a buscar el “sueño americano”. Ella, sin embargo, decidió estudiar agronomía inspirada por una amiga. Cuando su papá se enteró de esta decisión, le dijo a Concepción “pues qué bueno, porque en el campo necesitamos gente que esté realmente interesada en ayudar a los productores. Tú sabes que las cosas van cambiando, el clima va cambiando, todo va cambiando y, ¿por qué no tener una agrónoma aquí en el pueblo que pueda ayudar a quienes trabajamos la tierra?”.

Concepción Porras Arango es una joven de 27 años de Maguey Largo, Oaxaca. A pesar de no haber ingresado a la universidad que inicialmente deseaba, perseveró y se formó como agrónoma y, al día de hoy, ha trabajado en diversos proyectos, impulsando la siembra de maíz con métodos sostenibles. También ha participado en capacitaciones con especialistas de CIMMYT y ha aprendido a calibrar maquinaria para siembra y fertilización, temas de poscosecha y control de plagas.

Su experiencia en el campo le ha enseñado que el acompañamiento continuo a los productores es crucial. “Hacer las cosas con ellos, sembrar, aplicar los productos, pero haciéndolo, no solo dándoles instrucciones”, comenta Concepción. Este enfoque práctico y colaborativo ha sido fundamental para ganar la confianza de las personas dedicadas al campo.

El impacto de Concepción en su comunidad no se limita a la producción agrícola. Ella cree firmemente que trabajar con jóvenes en las escuelas puede motivar a más personas, hombres y mujeres, a interesarse por el campo. “Yo he vivido en el campo, y quiero la libertad de andar en el campo”, afirma. Su pasión por la agricultura y su compromiso con su comunidad la han llevado a emprender proyectos innovadores, como el cultivo de fresas en su parcela, demostrando que las mujeres pueden ser líderes en el sector agrícola.

La historia de Concepción subraya la importancia de integrar la perspectiva de género en la agricultura. Las mujeres en el campo enfrentan barreras significativas, desde el acceso limitado a recursos hasta la falta de reconocimiento de su labor. Al empoderar a las mujeres y promover su participación activa en la agricultura se fortalece la resiliencia y la sostenibilidad de las comunidades rurales.

El trabajo inspirador de mujeres como Concepción Porras Arango demuestra que la inclusión y el empoderamiento son caminos hacia un futuro más equitativo y próspero para las comunidades rurales. Por esta razón, la historia de Concepción es una de las que especialistas en género de la AgriLac Resiliente, de CGIAR, ha documentado para impulsar cambios en amplias regiones de Latinoamérica, desde México hasta Guatemala y Honduras, región donde la agricultura sigue enfrentando desafíos significativos en términos de sostenibilidad y equidad.