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El suelo, recurso limitado que debe protegerse

La Joya, Ver.- Como el agua, el suelo es un recurso que aparentemente es abundante en la Tierra, pero en realidad es muy limitado. De los 15,000 millones de hectáreas de la superficie sólida del planeta, únicamente 29% son aptas para la agricultura. Además, cerca del 60% de esas hectáreas no está disponible para cultivarse debido a que están cubiertas por bosque, son zonas protegidas o hay asentamientos humanos, así que solo una porción de esas tierras puede ser empleada efectivamente para la producción agrícola.

Una problemática en el suelo es la degradación. En México algunas causas de degradación de los suelos involucran actividades de diversa índole: actividades agrícolas y pecuarias no sustentables, pérdida de la cubierta vegetal, urbanización, sobreexplotación de la vegetación y actividades industriales. Los principales procesos de degradación de suelos en la superficie nacional son la erosión hídrica y los desgastes químico, físico y eólico.

Comprender cómo son los procesos de degradación y la interacción suelo-planta permitirá avanzar en el camino a la resolución de problemáticas que se presentan en la producción agrícola. Por esta razón, la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana (UV) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) desarrollaron diversos estudios en una plataforma de investigación que se instaló en La Joya, Chocamán, Veracruz, para desarrollar trabajos de ciencia colaborativa de temporalidad específica (los cuales concluyeron en 2019).

Uno de estos trabajos consistió en evaluar las propiedades físicas del suelo en la plataforma de investigación, con el fin de conocer el grado de compactación y la pérdida de suelo para, en conjunto, determinar el riesgo de erosión. Para este fin, se realizó una práctica de resistencia a la penetración del suelo (con un penetrómetro de impacto) y se cuantificó la pérdida de suelo causada por erosión hídrica (mediante el uso de varillas que se insertaron en el suelo a una profundidad de 30 cm y que se iban midiendo cada mes para, finalmente, hacer el cálculo de la pérdida de suelo con fórmulas matemáticas).

Por último, para complementar la investigación, se realizaron seis lecturas de infiltración de agua durante el tiempo que duró el experimento. La estimación de la resistencia a la penetración del suelo permitió determinar las áreas localizadas que se deben considerar en la etapa previa a la siembra y las etapas posteriores, debido a que una mayor resistencia a la penetración en los primeros 30 cm del suelo dificultaría el crecimiento de las raíces y la retención de agua.

Cabe señalar que con los resultados de pérdida de suelo se pudieron seleccionar las mejores prácticas de conservación de este, principalmente el aprovechamiento del rastrojo para evitar la erosión hídrica y eólica, pues aunque la erosión es un proceso natural, el problema sucede cuando la cantidad de suelo que se pierde por la erosión es mayor de la que se produce.

El suelo es un cuerpo natural que consiste en capas (horizontes del suelo) compuestas de materiales de minerales, materia orgánica, aire y agua. Es el producto final de la influencia del tiempo (millones de años) y el efecto del clima, la topografía y los organismos vivos. Una importante aportación del suelo es que contiene más carbono que el que se encuentra en la vegetación y dos veces más que el de la atmósfera; es decir, al absorber este elemento, reduce uno de los principales gases de efecto invernadero (CO2).

La Agricultura de Conservación (cuyos principios básicos son la cobertura del suelo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos) mejora la calidad del suelo y su productividad, aumenta la infiltración de agua, reduce la evaporación y la erosión, aumenta el contenido de materia orgánica y contribuye —en ciertas condiciones— al relleno de acuíferos y a mejorar la calidad del agua.

Por: Liliana Martínez Aguilar, Juan del Rosario Arellano, Víctor Medina Martínez, Otto Raúl Leyva Ovalle, Miguel Merino Valdés, Joaquín Murguía González, Miguel Cebada Merino, José Luis del Rosario Arellano, María Elena Galindo Tovar, Arcimiro Vargas Colohua, Axel Aldahir Hernández Atilano, Ricardo Serna Lagunes y Carlos Llarena Hernández (Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad Veracruzana), con la colaboración del productor Pablo Andrés Meza.

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Totomoxtle con calidad de exportación

Veracruz.- Para las poblaciones o las familias que viven de lo que producen, lograr la sustentabilidad para el autoconsumo no es una meta más, pues implica la necesidad de desarrollar capacidades y oportunidades productivas. Para los productores totonacos y huastecos del norte de Veracruz, la hoja de maíz —o totomoxtle— es un subproducto del maíz que les proporciona ingresos económicos debido a la importancia que tiene en el mercado nacional y al interés que ha adquirido en el internacional (productores de esta región han logrado exportar a ciudades como Houston, San Diego o Chicago).

En algunos casos, es la hoja —y no el grano— la fuente principal de ingreso para los productores: en la zona, la retribución económica del grano oscila entre $3,000 y $3,500 por hectárea, mientras que el recurso obtenido por la hoja de maíz (si se consigue una producción de calidad) puede alcanzar los $9,500.

Para apoyar a estas comunidades (de los municipios de Tihuatlán, Álamo, Tuxpan y Papantla) a fin de que produzcan maíz de calidad —tanto para el autoconsumo como para la obtención de derivados con potencial económico— y conserven sus recursos naturales, la cooperativa Citricultores Tihuatecos Asociados y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran en la zona mediante una plataforma de investigación.

En esta se estudian, validan y promueven prácticas agronómicas que favorecen una mayor producción y calidad de maíz, como la diversificación de cultivos, el movimiento mínimo de suelo, la incorporación del rastrojo del ciclo anterior al suelo (para conservar humedad), el Manejo Agroecológico de Plagas y la fertilización fraccionada.

Cabe destacar que a través de la plataforma se brinda capacitación a los productores en la implementación de las prácticas antes mencionadas. Estas, además, les han permitido mitigar los efectos del cambio climático que año con año se presentan en la región en forma de lluvias erráticas, periodos de sequía más prolongados, etcétera (motivos adicionales por los que es muy importante para ellos lograr una producción de calidad, pues de ello depende la obtención de ingresos adicionales para sus familias).

Para los productores totonacos y huastecos de la región, implementar prácticas de Agricultura Sustentable ha sido una experiencia satisfactoria y ha contribuido a generar conciencia en la comunidad sobre la importancia de este tipo de prácticas para hacer de la agricultura de autoconsumo una alternativa económica.

Así, con la colaboración de la cooperativa Citricultores Tihuatecos Asociados y el CIMMYT, la agricultura de autoconsumo en la zona norte del estado de Veracruz está encontrando alternativas y también oportunidades productivas que fortalecen el desarrollo social y económico de una región donde el cultivo del maíz no es solo eso, sino que también reúne historia e identidad que, además, se comparten con el mundo.

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El desarrollo humano en el campo

Boca del Río, Ver.- En el marco del XLI Encuentro Nacional Educampo, de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural A.C., Gisela Noble ―directora de la Fundación Walmart de México y Centroamérica― y Víctor López ―gerente de Alianzas para Acceso a Mercados del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)― compartieron con productores de Veracruz las experiencias de ambas organizaciones en la formación y desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables, resilientes y pertinentes.

Para Educampo, el aumento de la productividad agrícola no puede estar desvinculado del desarrollo humano. Por esto, promueve programas como Educampo Granos, con el cual se acompaña a productores para que fortalezcan sus competencias, adopten tecnologías adecuadas y sustentables y se organicen y mejoren sus habilidades de comercialización.

En ese sentido, los representantes de la Fundación Walmart y del CIMMYT expusieron con base en sus experiencias cómo apoyar al desarrollo de pequeños productores a través de procesos de asociatividad y vinculación comercial. La Fundación Walmart México abordó el tema de la innovación en el ecosistema de la comercialización, cubriendo aspectos de acceso a finanzas y contracción de la cadena de intermediarios; desde el CIMMYT se expuso el tema de desarrollo de sistemas agroalimentarios sustentables en México y el mundo con especiales referencias a procesos de intensificación sustentable y de vinculación con mercados.

Actualmente, la Walmart Foundation y el CIMMYT impulsan el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche; con él se promueven prácticas de Agricultura Sustentable para que los productores diversifiquen sus cultivos y, consecuentemente, sus ingresos. Además de contribuir a la seguridad alimentaria de las familias productoras, el proyecto tiene un importante componente orientado a la vinculación a mercados, así como elementos de trazabilidad, diversificación productiva o reducción de pérdidas poscosecha.

Las tres organizaciones comparten la visión de que el desarrollo de capacidades es clave para mejorar las condiciones de vida en el ámbito rural. Por lo anterior, para Educampo, la Fundación Walmart y el CIMMYT son aliados estratégicos del sector empresarial y de investigación, respectivamente.

En el encuentro estuvieron presentes Eduardo Cadena Cerón, titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa); Salvador Fernández Rivera, encargado del despacho de la Subsecretaría de Desarrollo Rural de la SADER; y consejeros de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, A.C. (Educampo).

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La ciencia de los insectos, de gira por Veracruz

Las plagas son un problema que afecta a toda la sociedad. Además de las pérdidas millonarias que pueden causar en el sector agrícola, ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las comunidades (de acuerdo con la FAO, estas hacen que se pierda 40% de los cultivos, mientras que investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) estiman que en la entidad estas pérdidas son de hasta 50%).

Debido a la variabilidad climática y los monocultivos, en años recientes la incidencia de las plagas se ha agudizado en diversas regiones de Veracruz, por lo que el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve diversas prácticas sustentables para manejar plagas mediante enfoques agroecológicos.

La difusión de estas prácticas, además, se realiza de forma directa, principalmente a través del acompañamiento que brindan los técnicos de MasAgro, pero también mediante la interacción entre científicos y productores. Recientemente, por ejemplo, el doctor Fernando Bahena ―investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y colaborador del CIMMYT— sostuvo reuniones e impartió conferencias a productores, técnicos y estudiantes de las regiones Alta Montaña y Huasteca en Veracruz.

El doctor Bahena es un científico especializado en Manejo Agroecológico de Plagas, un sistema integrado por diversas prácticas que no buscan exterminar a las plagas, sino mantener sus poblaciones en niveles tales que no causen afectaciones económicas. Para lograr este efecto, los enfoques agroecológicos recurren a la conservación, el incremento o la introducción de enemigos naturales de las plagas y se apoyan en la rotación de cultivos (como normalmente cada plaga se alimenta de plantas diferentes, esta práctica ayuda a romper su ciclo de vida).

Además, el Manejo Agroecológico de Plagas permite que las poblaciones de insectos benéficos se fortalezcan y se cree un equilibrio natural durante el desarrollo de los cultivos (su implementación parte de la identificación de las causas que dan origen a la presencia de las plagas), lo cual contribuye a incrementar la biodiversidad y a minimizar el uso de plaguicidas químicos, sobre todo de aquellos que afectan la salud de los productores (esto impacta en la disponibilidad de alimentos más sanos para los consumidores).

En total, con estas actividades en campo se lograron difundir el Manejo Agroecológico de Plagas y otras prácticas sustentables entre más de 250 participantes. Para generar este impacto, se contó con la colaboración de la Universidad Veracruzana (campus Peñuela) y la Asociación de Citricultores Tihuatecos. Ambas instituciones —que contribuyen con el Hub Golfo Centro, del CIMMYT— desarrollan proyectos de investigación afines al tema.

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En Veracruz se suman esfuerzos para apoyar a productores de bajos ingresos

De acuerdo con el Índice de Riesgo Climático Global 2020 de la organización Germanwatch, entre 1999 y 2018 murieron 495,000 personas como consecuencia directa de más de 12,000 fenómenos meteorológicos extremos. En el caso de Veracruz, los riesgos climáticos son potenciados debido a que su amplio litoral está expuesto a los ciclones tropicales, los cuales han aumentado su número e intensidad debido al cambio climático.

El reporte de riesgos indica también que las regiones más pobres son las más vulnerables a los riesgos climáticos, viendo amenazada incluso su seguridad alimentaria. En los ciclos agrícolas recientes, por ejemplo, los productores de Cotaxtla —donde 66.4% de la población está en situación de pobreza— han tenido pérdidas económicas considerables debido a la variabilidad climática (sequías más prolongadas y lluvias más intensas y fuera de ciclo).

Para mitigar los efectos del cambio climático en Cotaxtla, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la asociación civil Educampo sumaron esfuerzos, conocimientos y experiencias para apoyar a los productores de ese municipio. Y durante el último bimestre de 2019 el CIMMYT brindó una capacitación a productores que subsisten bajo condiciones de alta marginación y que participan con Educampo.

El objetivo central de la capacitación —impartida por un técnico certificado en Agricultura Sustentable— fue mostrar a los productores las herramientas necesarias para conocer los principales problemas que enfrentan en sus sistemas de producción, para así identificar las innovaciones agronómicas que pueden resolverlos o controlarlos.

Debido al cambio climático, es fundamental que los productores adopten prácticas agronómicas y variedades vegetales tolerantes al calor y el estrés hídrico (falta de agua). Por esto, entre las opciones brindadas por el CIMMYT destaca el cultivo de leguminosas —como canavalia, mucuna, crotalaria y soya, entre otras— para mejorar las condiciones del suelo y mitigar el aumento de la temperatura, que es uno de los principales efectos del cambio climático.

La suma de esfuerzos de organizaciones como el CIMMYT y Educampo, así como la disposición de los productores para adoptar innovaciones agronómicas que les permitan adaptarse a la variabilidad climática, brinda la posibilidad de que las comunidades reduzcan los riesgos inherentes del clima actual y futuro, asegurando la alimentación de sus familias, sus ingresos y sus recursos naturales.

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Monocultivo, pérdida de biodiversidad y cambio climático

En la región de Tierra Blanca, Veracruz, el monocultivo —sistema que dedica toda la extensión disponible al cultivo de una sola planta— es una práctica común. Este sistema tiene muchas consecuencias, entre ellas el aumento de la incidencia de plagas y malezas, lo que hace que los productores vean reducidas sus ganancias, pues tienen que utilizar una mayor cantidad de insumos para controlarlas.

Además del incremento en los costos de producción, los monocultivos hacen que los suelos y la biodiversidad se pierdan. Debido a que capturan mucho menos carbono que los bosques y los sistemas de producción con cultivos diversificados, los monocultivos favorecen el calentamiento global, reducen la materia orgánica y —consecuentemente— disminuyen la rentabilidad de las parcelas.

Ante este panorama, el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve alternativas para que los productores ya no recurran al monocultivo, incrementen su rentabilidad y —al mismo tiempo— mitiguen o se adapten a los efectos del cambio climático.

En el caso de Tierra Blanca se observan grandes extensiones de monocultivo de caña de azúcar y pastizales, y en años recientes se ha incrementado sustancialmente la superficie sembrada con limón. Sin embargo, la extensión de terreno que los productores poseen —ya sea ejidal o pequeña propiedad— les permite cultivar maíz tanto en el ciclo primavera-verano como en el otoño-invierno.

Además, la incorporación de maíz favorece la dinámica de las familias (en su mayoría dedican el traspatio o solar a la producción de aves y cerdos), pues complementa sus ingresos y su alimentación. En el plano agronómico, la diversificación y rotación de cultivos permite disminuir la incidencia de plagas y malezas, y —dependiendo de los cultivos introducidos— es posible mejorar la fertilidad y la disponibilidad de nutrientes en el suelo.

Para evitar afectaciones importantes en los casos en que el temporal es errático y las precipitaciones bajas —consecuencia del cambio climático—, el programa MasAgro promueve en la zona prácticas diversas, como el Manejo Agroecológico de Plagas, la rotación de cultivos, la introducción de leguminosas de cobertura y la siembra de cultivos asociados (todo bajo los principios de la Agricultura de Conservación).

Por: Integración y Desarrollo CESUR SC.

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Cultivos para aprovechar cada gota de agua

Durante el reciente ciclo agrícola, el estado de Veracruz resintió los efectos de un prolongado periodo de sequía que afectó severamente los cultivos de maíz. Por esta razón, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en la entidad estudian diferentes cultivos con valor alimenticio —y económico— que prosperen en estas condiciones.

Para tal efecto, en el municipio de Tierra Blanca se establecieron dos módulos de innovación (parcelas en las que se exhiben nuevas prácticas agrícolas sustentables o, como en este caso, cultivos alternativos) donde se validaron diferentes leguminosas y otras especies vegetales que, además de su valor nutricional o comercial, tienen el potencial de mejorar las condiciones del suelo.

Con esta acción se busca dar los primeros pasos para que los productores de la región (quienes mayoritariamente manejan monocultivo de maíz) observen directamente los beneficios de asociar y rotar cultivos y —con base en el conocimiento compartido— puedan tomar las mejores decisiones para sus sistemas de producción.

La rotación de cultivos, además de mejorar las propiedades del suelo, permite disminuir la presencia de plagas y malezas, proporcionar forraje, brindar mayor variedad de alimentos y conservar —y aprovechar— la humedad durante los periodos de sequía. Esto último es particularmente útil si se considera que, debido al cambio climático, los periodos de sequía serán más prolongados.

Las leguminosas de cobertura son uno de los cultivos que permiten conservar la humedad durante los periodos de sequía (favorecen también el control de las malezas) y uno de los que ha causado más interés entre los productores de la zona, los cuales han solicitado semilla para sembrarla en sus propias parcelas.

Además de leguminosas (canavalia, mucuna y chícharo gandul o chícharo palo), en los módulos también se sembraron calabaza y yuca. Adicionalmente, esta diversificación de cultivos permite a las familias productoras tener una mayor variedad de alimentos, opciones para forraje y más ingresos económicos por la venta de excedentes.

Por: Integración y Desarrollo CESUR SC.

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Jornadas para minimizar el impacto del cambio climático

Ante las proyecciones del crecimiento poblacional y la reducción de la producción agrícola por efectos del cambio climático, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del Hub Pacífico y el Hub Golfo Centro— realizó en Oaxaca y Veracruz las Jornadas para Minimizar el Impacto del Cambio Climático, una serie de acciones de promoción y difusión de prácticas agrícolas sustentables derivadas de la Agricultura de Conservación. Las jornadas se realizaron en el marco del programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT, en colaboración con diversas instituciones y organizaciones de ambos estados.

Se estima que en 2030 la temperatura del planeta podría incrementar 2 °C, situación que haría inhabitables muchas regiones del mundo, pues quedarían cubiertas por el mar o se volverían desiertos. Este aumento de la temperatura global es causado, principalmente, por las emisiones de gases de efecto invernadero. La agricultura, que contribuye con 24% de estas emisiones y ocasiona la pérdida de suelos de manera más acelerada que de forma natural, es una de las actividades más afectadas por el cambio climático.

En México el pronóstico para el año 2050 de los efectos por las aceleradas variaciones climatológicas es una reducción de la producción agrícola de hasta 57%; en Oaxaca este impacto puede llegar a ser de 14% para las áreas de temporal y de 11% para las de riego, mientras que para Veracruz se estima en una reducción de 30% para las áreas de temporal y 7.5% para las de riego. Esto significa que la producción agroalimenticia no sería suficiente para satisfacer las necesidades de la población mexicana, que pasaría —de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo)— de 125.3 a 148.2 millones de habitantes.

Ante este panorama, el Hub Pacífico y el Hub Golfo Centro —del CIMMYT— organizaron las Jornadas para Minimizar el Impacto del Cambio Climático. Su estrategia es ofrecer directamente a los productores, a través del diálogo y el intercambio de conocimientos, un menú de prácticas sustentables cuya implementación les permitirá —a mediano plazo— tener sistemas productivos resilientes y rentables ante las nuevas condiciones climáticas. Entre las prácticas promovidas se encuentran la fertilidad fraccionada; el Manejo Agroecológico de Plagas; el uso de semillas adecuadas —nativas, mejoradas e híbridas—; la rotación de cultivos; el aprovechamiento del rastrojo, en lugar de quemarlo; y el uso de abonos verdes, entre otras.

El menú de innovaciones agrícolas ofrecido durante las jornadas se deriva de la Agricultura de Conservación, un sistema que se ha adaptado a diferentes condiciones agroecológicas y se ha probado en muchas plataformas de investigación a lo largo del país. Algunas de estas plataformas, de hecho, fueron la sede de las jornadas realizadas en los municipios de Santo Domingo Yanhuitlán, San Miguel Tlacamama, Tamazulapam del Espíritu Santo, San Francisco Lachigoló y San Juan Cotzocón, en Oaxaca; y Tierra Blanca, Tihuatlán y San Andrés Tuxtla, en Veracruz.

En total, a las jornadas asistieron cerca de 750 personas —entre productores, técnicos, estudiantes, docentes, investigadores y funcionarios de los Gobiernos locales—, que además de mostrar interés particular en los temas de acondicionamiento de suelo reflexionaron sobre la importancia de realizar, desde la agricultura, acciones que —aunque parecen pequeñas— impactan positivamente a todo el planeta y la humanidad.

Las Jornadas para Minimizar el Impacto del Cambio Climático son una inicativa del Hub Pacífico y el Hub Golfo Centro —del CIMMYT—, y su realización contó con el apoyo de organizaciones como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); el Centro de Aprendizaje en Tecnologías Apropiadas (CATA); el Centro Regional Universitario Sur (CRUS), de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); la Unión de Productores Agrícolas y Pecuarios de Cotzocón (UPAPC); FPP; IBI; Pueblo del Tigre; Unión de Ejidos; LOZANO; Ricino Mex; TAAC; Citricultores Tihuatecos; Odeco; Gente Sustentable; e Integración y Desarrollo CESUR, en coordinación con la SADER.

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Desarrollo de sistemas de manejo agronómico con AC en la plataforma de investigación de Tabasco

Como parte del proceso de trabajo implementado en la plataforma de investigación establecida en el estado de Tabasco, se realizaron acciones agronómicas buscando cumplir con el objetivo de promover procesos de innovación que generen alternativas de desarrollo sostenibles y contribuyan a conservar y valorar los recursos naturales y a mejorar la eficiencia productiva del maíz al comparar el rendimiento y la rentabilidad con base en el sistema de Agricultura de Conservación (AC).

En esta dinámica, se estableció una parcela para implementar actividades que buscan promover paulatinamente prácticas que den cumplimiento al objetivo planteado. Se diseñó la parcela formando bloques completos al azar con dos repeticiones con seis tratamientos cada uno, donde se ejecutó un manejo agronómico basado en un paquete técnico innovador y lo que se practica actualmente en la región.

Actividad técnica con innovación Labranza convencional
Sistema de siembra Camas permanentes anchas. Preparación previa con paso de subsuelo de cinceles y dos pasos de rastra para la formación de camas a una altura promedio de 20 cm en siembra manual. Labranza convencional. Dos pasos de rastra a 15 cm de profundidad y siembra de forma manual a fondo de raya.
Manejo de rastrojo Se deja 100% del rastrojo producido en el ciclo anterior como cobertura del suelo. Se retira todo el rastrojo producido el ciclo anterior inmediatamente después de la cosecha.
Rotación de cultivos Siembra de maíz en relevo con frijol. Siembra de maíz en sistema de monocultivo.
Arreglo de siembra Distancia de 0.80 m entre hileras y 0.50 m entre matas, con dos semillas por mata. Distancia de 0.90 m entre hileras y 0.60 m entre matas, con tres semillas por mata.
Fertilización Se realiza la primera aplicación al momento de la siembra de forma manual y en condición enterrada y la segunda de 30 a 35 días después de la siembra. Aplicación de fertilización foliar. Una aplicación 40 días después de la siembra.

 

Manejo Agroecológico de Plagas Se realiza manejo agroecológico para el control de larvas de gusano cogollero empleando trampas con feromonas sexuales para atrapar las palomillas macho. También se realiza un control químico empleando spinetoram (Palgus). Se aplica un producto elaborado a base de cipermetrina.

Al realizar la siembra y cultivar el maíz con este enfoque, se pretende investigar la posibilidad de incrementar los rendimientos en la región, poniendo la Agricultura de Conservación como base para recuperar la tradición de sembrar, ya sea para autoconsumo o con énfasis comercial, contando con información recabada en la zona e intervención formativa con los productores.

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Usan la selección masal para mejorar el rendimiento y la tolerancia a efectos climáticos en Veracruz

Maltrata, Ver.- La comunidad de Magueyes, municipio de Maltrata, Veracruz, se encuentra situada en la Sierra Central del estado, a una altitud de 2,170 msnm, con una temperatura promedio de 17°C y un clima templado subhúmedo. En esta región se siembran maíces criollos originarios de la zona, los cuales tienen las siguientes características:

  • Altura de 3.5 a 4 metros
  • Susceptibilidad al acame
  • Susceptibilidad a periodos de sequía
  • Bajos rendimientos

Tomando en cuenta las características fisiológicas arriba mencionadas, es que se propuso, mediante la colaboración de MasAgro y Tecnología Agropecuaria Aplicada al Campo (TAAC), realizar una selección masal dirigida buscando mejorar los maíces criollos locales, para lo cual se seleccionaron las plantas de manera individual con base en su fenotipo y su respuesta física a las condiciones climáticas adversas que se presentaron en lo que va del ciclo agrícola PV 2018.

Así mismo, se eligió realizar la selección masal porque es un método sencillo en cuanto a su aplicación, ya que únicamente se seleccionarán aquellas plantas que tengan las características físicas deseadas por el productor; además, es barato y cada productor puede llevarlo a cabo en su parcela (no requiere mano de obra especializada).

Las características fisiológicas y físicas que se tomaron en cuenta al momento de la selección de las plantas dentro de la parcela fueron las siguientes:

  • Altura menor a 3.5 metros
  • Tamaño de mazorca
  • Resistencia a sequía y acame
  • Vigor
  • Sanidad

Este proceso de selección masal inició en el ciclo PV 2018 y se efectuará continuamente en los siguientes ciclos, buscando siempre plantas con las características arriba mencionadas. Se sabe que su realización es tardada, pero se espera que mediante este proceso de selección se obtengan plantas con portes más bajos, mayor rendimiento y más tolerancia a las inclemencias climáticas presentes en la zona y, sobre todo, que de manera general nos permitan un mejor manejo agronómico.