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Esto es lo que debes saber sobre la humedad del grano si piensas comercializar maíz

Chiapas.- En muchas zonas de Chiapas están por iniciar las cosechas y surgen preguntas como: ¿cuál es el mejor momento de cosechar?, ¿qué grado de humedad debe tener el grano para ser comercializado?, ¿cómo puedo saber cuánta humedad tiene mi grano? 

El Hub Chiapas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) recomienda cosechar temprano para garantizar el máximo rendimiento de grano y para reducir pérdidas debido a daños por humedad, altas temperaturas o plagas (insectos, roedores, pájaros, entre otros). 

La humedad máxima en el grano de maíz para la comercialización es de 14% y se puede determinar desde campo empleando equipos portátiles, pero es necesario que estos equipos estén debidamente calibrados para tener datos que le permitan a los productores y técnicos tomar la decisión del momento oportuno para poder cosechar.

SEGALMEX, por ejemplo, recibe granos con un contenido máximo de 13.5% de humedad sin que esto represente deducciones; sin embargo, por cada décima (0.1) en el porcentaje de humedad que supere a este valor se realiza un descuento en el pago equivalente a 1.6 kg de grano por tonelada (factor de deducción). Entonces, si se entrega grano con el 14% de humedad (valor máximo aceptado), el productor tiene una deducción o descuento de $32.530, equivalente a 5.8 kg por tonelada de grano entregado con este contenido de humedad. 

Por su parte, MASECA recibe el grano con un máximo de humedad del 14% sin que este represente una deducción. En caso de que la humedad contenida en el grano que se comercializa fuera mayor a este valor, se realiza un descuento equivalente a 2 kg de grano por tonelada. Es decir, que si el grano que se recibe contuviera un 15% de humedad, el descuento equivaldría a 20 kg por tonelada. 

Considerando estos aspectos, el equipo del hub Chiapas del CIMMYT se dio a la tarea de calibrar los equipos portátiles de medición de humedad en granos. Esto, a través de la vinculación GRUMA-CIMMYT que permitió realizar la gestión y desarrollar esta actividad el 28 de noviembre pasado en las instalaciones de MASECA en Ocozocoautla, Chiapas. 

Con la calibración de los equipos de medición de humedad, los datos que se tomen en campo serán más precisos y permitirán que los productores cosechen con la certeza de que su grano no será rechazado por un alto contenido de humedad.

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Mejorando el rendimiento de los maíces nativos

Venustiano Carranza, Chis.- México es el centro de origen del maíz. La diversidad climática del país favoreció la diferenciación de las variedades y el surgimiento de razas. El estudio científico no solo ha confirmado que la evolución del maíz inició hace cerca de 10 mil años (mediante la selección artificial por parte de los antiguos mexicanos), sino que este proceso evolutivo continua hasta nuestros días.

En otras palabras, las razas de maíz no son estáticas, siguen cambiando debido a las múltiples interacciones entre el medioambiente y las prácticas agronómicas a las que son sometidas. Las razas que actualmente conocemos no siempre han existido, sino que son el resultado de un complejo proceso de evolución biocultural. De hecho, en los últimos 500 años (es decir, desde los aztecas) el maíz ha evolucionado principalmente por la cruza entre razas.

Actualmente se estima que en alrededor del 80% de la superficie cultivada en el país se trabaja alguna variedad de maíz nativo. Estos cultivos se encuentran principalmente en condiciones de temporal y, dependiendo de muy diversos factores, brindan rendimientos muy variables a los productores, por lo que es fundamental continuar investigando tanto sus características genéticas como las prácticas agronómicas que más les favorecen.

En Chiapas se calcula que el 75% de la superficie cultivada es de maíces nativos (18 razas) y de generaciones avanzadas de variedades mejoradas (variedades “acriolladas”, como dicen algunos productores). En la región de los Llanos la mayoría de los productores cultivan maíz nativo bajo condiciones de temporal, pero sus rendimientos no superan las 1.5 toneladas por hectárea.

Para ofrecer a los productores locales información útil para el mejor aprovechamiento de sus maíces, en la plataforma de investigación Venustiano Carranza, Chiapas, se desarrolló un estudio (durante el ciclo agrícola primavera-verano 2017) a través del cual se evaluó la respuesta a diferentes dosis de fertilización de cinco maíces nativos que sobresalen por sus rendimientos y adaptabilidad en la región de los Llanos de Chiapas.

Los genotipos que obtuvieron los rendimientos más altos (5.4 y 5.3 toneladas por hectárea, respectivamente) fueron San Gregorio y Zapatista con solo una fertilización (el resto de variedades no superó la media de 4 toneladas por hectárea). Aunque se alcanzaron rendimientos favorables similares a los de un maíz híbrido, aun es necesario seguir investigando la eficiencia en el uso de los fertilizantes en maíces nativos así como las efectos de otras prácticas agronómicas a fin de encontrar soluciones a las problemáticas locales que enfrentan los productores con sus propios materiales nativos.

Si bien las variedades nativas sobresalen por su adaptabilidad a condiciones adversas y por sus características particulares de color, sabor, textura, tamaño, etc., es necesario brindar opciones sustentables para incrementar los rendimientos de estos maíces, ya que muchos productores al observar bajos rendimientos deciden ya no seguir cultivándolos. De ahí la importancia de investigaciones como esta que realiza el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en los estados.

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Chiapas firma convenio de Agricultura Sustentable para acelerar su reactivación económica

La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) del estado de Chiapas y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron un convenio de colaboración por medio del cual en los próximos cuatro años las productoras y los productores de ese estado aprenderán e implementarán prácticas sustentables para incrementar su productividad y conservar sus recursos naturales.

El acto formal (a través de una sesión virtual) estuvo presidido por la maestra Zaynia Andrea Gil Vázquez ―titular de la SAGyP de Chiapas― y el doctor Bram Govaerts ―director global del Programa de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del CIMMYT―, quienes estuvieron acompañados por los siguientes funcionarios de la SAGyP: Laura Guillén, jefa de la Unidad de Planeación; Gabriela Orantes, directora de Reconversión Productiva Agrosustentable; y Carlos Eulalio Morales, director de Agricultura Protegida, Vinculación e Innovación Tecnológica. En representación del CIMMYT, también estuvieron presentes Jorge Octavio García, gerente del Hub Chiapas; Daniela Vega, enlace del Programa de Desarrollo Estratégico; y José Guadalupe Flores, coordinador de Escalamiento.

Gracias al programa MasAgro, en Chiapas actualmente existen cinco plataformas de investigación (este año se instalará la sexta) y 57 módulos demostrativos, con lo que se ha logrado que 19,000 áreas de impacto en 28 municipios ―ubicadas en 13 de las 15 regiones del estado― adopten prácticas sustentables. Para las familias productoras que trabajan el sistema milpa, esto ha representado pasar de 900 a 1,500 kilogramos de maíz por hectárea al año (que es un incremento en el rendimiento de alrededor de 70%). Con respecto a las zonas comerciales, con las prácticas sustentables que se promueven se ha pasado de 3.5 a 5.5 toneladas por hectárea al año.

En el marco de la colaboración previa entre la SAGyP y el CIMMYT ―junto con otras organizaciones con las que se ha hecho sinergia―, destaca la campaña Chiapas No Quema, con la que se logró reducir 38% la cantidad de incendios en su primer año de operación en seis municipios chiapanecos. Asimismo, con la Mesa Técnica Agroclimática ―instalada en noviembre de 2019 con la participación de más de 15 instituciones académicas y de investigación, despachos, grupos de productores y otros actores estratégicos― se ha generado información útil para que las mujeres y los hombres dedicados al campo tomen decisiones oportunas con respecto a los fenómenos climatológicos, particularmente los derivados del cambio climático.

Durante su intervención, el doctor Bram Govaerts destacó el apoyo del Gobierno del estado de Chiapas para promover la Agricultura Sustentable: “gracias a la SAGyP hemos podido acelerar el impacto y Chiapas comienza a ser un estado líder en la generación de políticas públicas orientadas a la creación de sistemas agroalimentarios sustentables, no solo en maíz y trigo, sino también en otros cultivos. Esto es muy importante porque, ante la situación actual, es posible que venga una segunda pandemia: la del hambre. Afortunadamente, la vacuna para esta pandemia está en el campo, y será a través de sinergias como esta que se podrá superar”.

Al hacer uso de la palabra, la maestra Zaina Andrea Gil Vázquez subrayó que “lo que piden los productores es asistencia técnica que les permita aprender a producir mejor: aprender a utilizar las bondades de la tierra, como el rastrojo. En los foros en los que nos presentamos, promovemos una frase del CIMMYT que indica que «el rastrojo vale» y que «la agricultura sigue», porque eso es lo que ha pasado en esta pandemia, de manera que todos los esfuerzos científicos, tecnológicos y de innovación deben articularse. MasAgro es un programa esencial en este sentido, y en esta ocasión estaremos trabajando en un tema que no se había tratado antes: las cuencas”.

Finalmente, la titular de la SAGyP de Chiapas manifestó que incluso sin convenio se ha trabajado de una forma muy eficaz e importante con el CIMMYT, por lo que esta alianza potenciará el esfuerzo de ambas instituciones y permitirá beneficiar directamente a aquellos que mueven el campo chiapaneco.

 

 

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Elaboran boletín agroclimático para Chiapas

El pronóstico de lluvia para junio y julio indica que en la mayor parte de Chiapas se esperan lluvias por debajo del promedio; así lo señala el primer boletín agroclimático emitido por la Mesa Técnica Agroclimática (MTA) de Chiapas, un espacio de diálogo y análisis entre actores locales, nacionales e internacionales que busca comprender el posible comportamiento del clima a partir de información científica y el conocimiento empírico. Su finalidad es generar recomendaciones para que los diversos actores del sector agropecuario, particularmente los productores, dispongan de información oportuna y confiable para disminuir los riesgos asociados a la variabilidad climática.

En su más reciente reunión, celebrada el pasado 8 de mayo de forma virtual, se presentó la perspectiva climática del trimestre mayo-junio-julio para el estado de Chiapas. Con base en esta información, se discutieron impactos y recomendaciones para el sector agrícola, particularmente en el contexto del COVID-19.

Además de fechas de siembra y consideraciones generales (sobre manejo de plagas y enfermedades; canícula; asociación de cultivos; variedades de maíz, frijol y cacahuate; etc.), el boletín recopila recomendaciones puntuales para mitigar los efectos de la probable baja de lluvias en los próximos meses (entre las que destaca la cobertura de suelos).

Asimismo, se emiten algunas recomendaciones en el contexto del COVID-19: que los productores acudan a los bancos de semilla en caso de no disponer de material suficiente y buscar los mecanismos para que los productores, extensionistas y tomadores de decisión política puedan transferir la información actualizada de manera oportuna (como la de chats de WhatsApp, redes sociales, radios locales o llamadas telefónicas).

En la MTA participan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) de Chiapas; la Comisión Nacional del Agua (Conagua); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA); Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND); la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach); y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cual —a través del programa de investigación Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS, por sus siglas en inglés), del CGIAR— también vincula al Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en alianza con Bioversity International.

  • Si alguna institución u organización quiere formar parte de la MTA, puede contactar a Jorge García, gerente del Hub Chiapas, del CIMMYT: j.o.garcia@cgiar.org
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Rastrojo, el héroe en los años secos

Comitán de Domínguez, Chis.- El cambio climático es una realidad y se manifiesta de diversas formas en los estados. En Chiapas no hay un patrón predominante, pero sobresalen los casos en que ha habido un incremento notable en las lluvias (como en Altamirano, Tonalá y Motozintla) y aquellos en los que, por el contrario, han disminuido significativamente (como en Tapachula y Malpaso). Esto significa cambios importantes en los regímenes pluviales, es decir, lluvias mucho más torrenciales combinadas con periodos de sequía.

Ya que la agricultura es uno de los sectores más afectados por la variabilidad climática, en la plataforma de investigación Comitán —donde colaboran el Instituto Tecnológico de Comitán y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se estudian y validan diversas prácticas agrícolas que permiten mitigar los efectos del cambio climático.

Situada en Comitán de Domínguez, Chiapas, la plataforma de investigación se estableció en 2014 (en ese año el objetivo del maíz cultivado fue producir rastrojo para cubrir el suelo) y desde 2015 inició el estudio de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación: mínimo movimiento del suelo, cobertura con rastrojo y diversificación de cultivos.

En la zona donde se ubica la plataforma los cultivos principales son maíz y frijol, con poca diversificación con otras especies. Predominan la labranza convencional con barbecho (25 cm de profundidad) y un paso de rastra (15 cm de profundidad), la utilización de grandes cantidades de herbicidas y plaguicidas, la poca o nula fertilización y la quema de rastrojos.

Con suelos descubiertos, los efectos negativos del cambio climático son mayores y más visibles. Muchos productores de la zona tuvieron una baja significativa en su producción debido al cambio en el régimen de lluvias: durante los años 2015, 2016 y 2018 las lluvias que se presentaron en la región fueron atípicas —iniciaron en mayo, pero disminuyeron en junio, julio y agosto y tuvieron una distribución errática durante esos meses—; y en 2017 se presentaron de manera típica.

No obstante, las parcelas trabajadas con Agricultura de Conservación que se establecieron en la plataforma de investigación Comitán brindan esperanza a los productores locales: los tratamientos en los que se ha dejado el rastrojo no disminuyen su rendimiento; por el contrario, junto con la diversificación de cultivos han permitido obtener los mejores resultados en los años más secos (figura 1), en buena medida porque al mantener el rastrojo como cobertura, se retiene mayor humedad en el suelo.

Debido a la irregularidad de la precipitación pluvial que se está presentando en la región, los responsables de la plataforma de investigación señalan que es necesario continuar evaluando los factores de labranza, el manejo de rastrojo, los cultivos alternativos para rotación o asociación que presenten tolerancia a sequía y otras prácticas de conservación de humedad con el fin de atenuar la falta de agua. Sin embargo, este estudio iniciado en 2015 pone de manifiesto la importancia de no quemar el rastrojo y mejor aprovecharlo como cobertura del suelo.

Figura 1. Comparación de medias (Tukey α=0.05) de rendimiento de grano (kg/ha) de maíz por efecto de tratamientos. Medias con la misma letra son estadísticamente iguales. Abreviaciones: M = maíz,
Cn = canavalia, CC = camas angostas con labranza convencional, CP = camas permanentes angostas, R = remoción del rastrojo,D = dejar rastrojo, d1 = 62,500 semillas/ha, d2 = 46,875 semillas/ha y d3 = 31,250 semillas/ha.
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#ChiapasNoQuema suma voluntades

Chiapas.- El tiempo de recuperación de los suelos siniestrados por el fuego es muy variable. Hay praderas que recuperan su estructura (aunque no toda su funcionalidad) de una temporada a otra, pero los ecosistemas más complejos, como bosques y selvas, pueden tardar periodos superiores a 500 años en recuperar su equilibrio original (FAO, 2015). Hay efectos —como la reducción de la capacidad de absorción y retención de agua— que se mantienen por años, lo cual dificulta la recuperación del suelo y aumenta significativamente el riesgo de erosión.

En promedio, Chiapas tiene 6,600 incendios cada año. Por lo anterior, es considerada una de las entidades con mayor incidencia en ese rubro (en 2015, 2018 y 2019 Chiapas fue la entidad con más incendios en todo el país) y —en consecuencia— una de las que más contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y que más cobertura arbórea pierde a causa de los incendios.

El 22 de enero pasado, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se lanzó la campaña #ChiapasNoQuema, impulsada de forma conjunta por el Hub Chiapas —del CIMMYT—; The Nature Conservancy (TNC); Rainforest Alliance; la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas; y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP Chiapas).

El objetivo de la campaña es la reducción de las quemas mediante la prevención y el ofrecimiento a los productores de alternativas como la Agricultura de Conservación, que es un sistema de producción sustentable que aprovecha el rastrojo (residuos agrícolas que son objeto de las quemas) para usarlo como cobertura del suelo. Además de mejorar la estructura y calidad del suelo —y retener humedad—, el aprovechamiento del rastrojo permite a los productores tener ahorros significativos en sus costos de producción.

La quema de residuos, además de contribuir a la liberación de gases de efecto invernadero, tiene un efecto negativo sobre los rendimientos de los cultivos (en la figura 1 se muestran los resultados de una evaluación de la quema en comparación con el rastrojo como cobertura). En cambio, la Agricultura de Conservación permite incrementar los rendimientos, y sus efectos se potencializan con la implementación de otros sistemas integrados, como el Manejo Agroecológico de Plagas y la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (particularmente útil para suelos con pendientes, como gran parte de los de Chiapas).

A poco más de un mes del inicio de la campaña #ChiapasNoQuema, se han sumado nuevos e importantes actores, como los Ayuntamientos de Villaflores, Villa Corzo, Venustiano Carranza y Tuxtla Gutiérrez; técnicos independientes; la Secretaría de Protección Civil; y la Secretaría de Economía del estado. Con estas vinculaciones, en 17 municipios de Chiapas se ha capacitado en temas referentes a la campaña a más de 1,100 personas, de las cuales más de 70% son productores.

Cabe mencionar que en los eventos de capacitación se presentan las ventajas de las siembras con rastrojo y su manejo, con el objetivo de que los productores eviten las quemas agrícolas y sean conscientes de que #ElRastrojoVale más como cobertura del suelo.

Si quieres saber más sobre esta campaña, obtener consejos para el manejo de los rastrojos y conocer los lugares de próximas capacitaciones, síguenos en redes sociales o búscanos con el hashtag #ChiapasNoQuema.

Figura 1. Efecto de la no quema sobre el rendimiento del cultivo de maíz, Ocosingo, Chiapas. Ciclo primavera-verano 2019.
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Chiapas combate el fuego del cambio climático

El planeta ha padecido recientemente el embate de diversos incendios de gran magnitud. En Australia estos afectaron 10 millones de hectáreas (aproximadamente la superficie del estado de Oaxaca), y en agosto del año pasado, en el Amazonas se perdieron 2.5 millones de hectáreas de selva. De acuerdo con el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM, por sus siglas en portugués), el desastre en aquella región se debió —además de a la variabilidad climática— a las quemas provocadas para deforestar áreas de selva a fin de convertirlas en áreas de pastoreo o de cultivo.

Este hecho hace inevitable pensar en la situación de México, particularmente en la de Chiapas, por ser el segundo estado con más bosques en el país y la entidad que más incendios registró en 2019, 2018 y 2015 —con un promedio de 6,600 al año—, en su mayoría causados por quemas agrícolas. Esto es preocupante porque 57% de las emisiones de gases de efecto invernadero son producto de la degradación y la deforestación, seguido de las actividades agropecuarias (la ganadería y el uso de fertilizantes agrícolas aportan 19%).

En Chiapas, además, se encuentra la Selva Lacandona, uno de los últimos grandes bosques tropicales del hemisferio norte (es el hogar de alrededor de 3,500 especies de plantas y más de 1,600 especies de animales, algunas endémicas y muchas en peligro de extinción, como el quetzal y el jaguar). De hecho, es la entidad con mayor superficie de bosque mesófilo de montaña (bosque nublado), ecosistema que ha funcionado como refugio para algunas especies durante los cambios climáticos de los últimos miles de años.

Sin embargo, la cobertura forestal en el estado ha disminuido notablemente. De acuerdo con la organización internacional The Nature Conservancy (TNC), ha perdido 55% de sus bosques, principalmente por deforestación para realizar actividades agropecuarias (la producción de café y maíz y la ganadería ocupan un tercio de su superficie).

La ampliación de la frontera agrícola en la entidad incrementa el riesgo climático en todo el país y aumenta la vulnerabilidad de amplias áreas de bosque tropical. Tan solo la Selva Lacandona ha perdido cerca de 73% de su extensión original (tenía una superficie de un millón 800,000 hectáreas, pero hoy solo tiene 500,000). La mayor parte de la deforestación en esta selva sucede en sus bordes, y avanza hacia su interior por la apertura de nuevas parcelas o áreas de pastoreo.

Este tipo de agricultura que le arrebata terreno a los bosques tiene una peculiaridad —además de estar basado en el sistema de roza, tumba y quema—, y es que, a falta de recursos o mecanismos para contrarrestar el agotamiento natural del suelo, en pocos ciclos abandona las parcelas que se vuelven improductivas e infértiles. Esto —además de incentivar la apertura de nuevas parcelas a través de la deforestación— favorece el empobrecimiento de la población (76.4% de los chiapanecos vive en pobreza extrema).

Los niveles de producción de esta agricultura migratoria muchas veces son tan bajos que apenas proporciona alimento al productor y su familia. De acuerdo con el Coneval, 52.2% de la población de Chiapas está en alguna situación de inseguridad alimentaria, por lo que es importante promover acciones para reducir el riesgo climático desde la agricultura, ya que los riesgos por la variabilidad climática y la inseguridad alimentaria forman parte de una misma problemática.

Gran parte de los suelos de cobertura forestal que fueron convertidos en tierras para la actividad agrícola y ganadera presentan un alto nivel de degradación. Un ejemplo de esta afectación es la zona de la Frailesca, donde diversos estudios muestran que sus suelos están gravemente deteriorados —presentan compactación y pérdida total de materia orgánica—, lo que ha tenido por consecuencia una significativa disminución de la producción de granos básicos.

La implementación de sistemas integrados de prácticas sustentables como la Agricultura de Conservación —la cual aprovecha el rastrojo, en lugar de quemarlo, para mejorar la estructura y calidad del suelo— o la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —particularmente útil para evitar la erosión en terrenos de ladera, como los que hay en gran parte de Chiapas— es un ejemplo de acciones que, desde la agricultura, reducen el riesgo climático y contribuyen a lograr la seguridad alimentaria de las comunidades.

Los escenarios de cambio climático para Chiapas indican que los periodos de sequía más severos y extensos serán más recurrentes en toda la entidad, por lo que es conveniente promover prácticas sustentables y reducir así el riesgo de fenómenos catastróficos, especialmente en aquellos municipios donde se registra mayor número de incendios (como Venustiano Carranza, Ocosingo y Villa Corzo).

#ChiapasNoQuema es una acción en favor del medioambiente de ese estado y, por consecuencia, del planeta. Se trata de una iniciativa conjunta del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del Hub Chiapas—; The Nature Conservancy (TNC); Rainforest Alliance; la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas; y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), que a través de MasAgro —programa que impulsa junto con el CIMMYT— ha hecho posible que en el país un poco más de 200,000 hectáreas que antes se quemaban ya no sean objeto de esa práctica.

Sigue de cerca esta campaña y súmate a las acciones que promueve para que —con prácticas sustentables— el campo de Chiapas sea más rentable y ya no sea necesario ampliar la frontera agrícola (lo cual contribuye a la deforestación y el aumento de riesgos climáticos).

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La sustentabilidad agrega valor a los productos del campo

Recientemente, fue inaugurado un punto de venta de productores agropecuarios de Chiapas dedicados al cultivo de maíz, café y hortalizas; la producción de miel; y la elaboración de artesanías de ámbar. Durante el acto inaugural, se resaltó que las prácticas sustentables —como las que promueven el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) a través del programa MasAgro— pueden agregar valor a los productos del campo.

Los dirigentes de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) —organización a la que están vinculados los productores— hablaron sobre las condiciones y los procesos de transformación de los productos comercializados en la tienda Incusa. A través de este punto de venta, se busca que las familias productoras de alimentos y artesanías puedan comercializar de una manera más directa y justa.

Con más de 34,000 agremiados, la CIOAC es una de las organizaciones con mayor presencia en Chiapas. Impulsa diversos proyectos para la producción, industrialización y comercialización de miel, maíz, café, hortalizas y productos derivados, por lo que está en constante búsqueda de vinculaciones y prácticas que permitan a sus productores mejorar sus procesos y sus condiciones de vida.

Federico Ovalle, secretario nacional de la CIOAC, resaltó la importancia de la vinculación con instituciones dedicadas a la investigación y la transferencia de prácticas sustentables para la producción agrícola, como el CIMMYT. Para él, la información científica y el fortalecimiento de las capacidades de su personal técnico y sus agremiados son una vía para mejorar tanto la producción y la comercialización de maíz y frijol como las condiciones de vida y la economía de las familias productoras.

Actualmente, el consumo nacional e internacional está cambiando. Los compradores demandan, cada vez más, alimentos producidos de manera sustentable (sin agotar los recursos o perjudicar el medioambiente), por lo que —en un futuro próximo— las tiendas como Incusa y los productores que adopten prácticas sustentables incrementarán sus posibilidades de posicionarse en el mercado.

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Pequeña pero muy perjudicial: la mosca blanca que ataca al cultivo de frijol

Venustiano Carranza, Chis.- Chiapas es uno de los principales productores de grano de frijol (en condiciones de temporal) a nivel nacional. Las plagas y enfermedades, sin embargo, son un factor que pone en riesgo la producción agrícola de ese cultivo en la entidad, pues disminuyen su calidad y rendimiento. El frijol, particularmente, puede ser atacado por diversos insectos y varias especies de ácaros y moluscos. Los daños pueden ocurrir desde la siembra hasta después de la cosecha; por eso es fundamental tomar medidas preventivas y disponer de soluciones eficaces y sustentables.

El acompañamiento técnico a los productores locales es una de las acciones que se desarrollan en el marco del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— para que los productores de Chiapas puedan hacer un manejo adecuado de las plagas, particularmente de la mosquita blanca (Bemisia tabaci), que causa severos daños al cultivo de frijol.

La mosquita blanca es un insecto chupador que se alimenta de la savia de la planta. Al igual que otros insectos, como las chicharritas —o lorito verde— y los pulgones (áfidos), puede transmitir diversos virus. En esto radica su potencial peligrosidad, pues el daño físico que causa a los cultivos no es de importancia económica, pero el virus del mosaico dorado del frijol que transmite sí causa grandes pérdidas.

La aplicación de los insecticidas adecuados (en el tiempo, la forma y la cantidad precisos) permite hacer un manejo de plagas más eficaz y minimizar el impacto ambiental. En el caso de la mosquita blanca que afecta a los cultivos de frijol en Chiapas, además de estos productos, se recomienda hacer rotación de cultivos e implementar prácticas agroecológicas.

En conjunto, estas prácticas agrícolas permiten a los productores obtener granos de calidad para el autoconsumo y para lograr la seguridad alimentaria de sus familias. Además, el programa MasAgro promueve otras prácticas sustentables, como las soluciones herméticas poscosecha, con las cuales se combaten otras plagas que —al igual que la mosquita blanca, pero en distinta etapa— ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las familias.

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Maíz, frutas y sustentabilidad: los vínculos entre MasAgro y Sembrando Vida

Las labores agrícolas en los terrenos con pendientes pronunciadas suelen complicarse debido a la inclinación y a que los suelos, normalmente superficiales, son muy susceptibles a la erosión y al desprendimiento de tierras. Chiapas tiene grandes extensiones con relieves de este tipo, y la población que vive en ellas con frecuencia tiene dificultades para lograr cosechas que cubran sus necesidades de alimentación.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), junto con sus colaboradores, promueve diversas prácticas y sistemas orientados a elevar la productividad y conservar los suelos en terrenos de ladera. Uno de estos es la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), desarrollado por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorado por productores que deciden innovar —mediante un proceso de integración de la ciencia y el conocimiento tradicional— a través de programas como MasAgro.

El programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT, brinda soporte técnico y metodológico a diversas estrategias y proyectos en el país. En Chiapas su vinculación con el programa Sembrando Vida (del Gobierno federal) ha permitido desarrollar diversas acciones de capacitación, como el taller ‘El sistema MIAF: manejo agronómico y sustentabilidad’, que recientemente se impartió a técnicos, facilitadores y otros operadores de Sembrando Vida.

La sinergia entre ambos programas es producto de los objetivos que tienen en común, entre los cuales están conservar los suelos, producir sustentablemente y —sobre todo— cuidar el medioambiente. Durante los dos días del taller, se abordaron temas como las alternativas para el manejo de pequeñas unidades de producción en laderas; el sistema MIAF, su diversificación y las experiencias de su adopción en los municipios de Ocosingo y Rayón; el manejo del muro vivo en el sistema MIAF; la dinámica de la formación y las podas del árbol frutal; y los cultivos del sistema MIAF, entre otros.

El taller, realizado en la plataforma Larráinzar, da continuidad al diagnóstico de necesidades de capacitación con facilitadores de Sembrando Vida y se suma a otras capacitaciones impartidas en el marco de la vinculación con MasAgro. Próximamente, se impartirán nuevas capacitaciones en temas como Manejo Agroecológico de Plagas, fitomejoramiento participativo de maíces nativos, Agricultura de Conservación y soluciones herméticas poscosecha.

De acuerdo con los técnicos participantes, este taller les permitirá brindar un mejor acompañamiento a los productores de la región, emitir recomendaciones puntuales a los grupos que tienen a su cargo, alcanzar los objetivos del programa Sembrando Vida y —a través de la implementación de innovaciones agrícolas sustentables derivadas de la investigación científica— mitigar los efectos del cambio climático que tanto han afectado a los productores de Chiapas.