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Agricultura sustentable y sanidad vegetal en Zacatecas

Cultivo de chile en la parcela del productor Rafael Llamas, en Calera, Zacatecas. (Foto: Julio César González)
Cultivo de chile en la parcela del productor Rafael Llamas, en Calera, Zacatecas. (Foto: Julio César González)

Zacatecas es un estado con una producción agrícola importante ―destaca en el cultivo de frijol, chile y tomate rojo― y, de hecho, está posicionado en el noveno puesto en el ranking nacional en cuanto al valor de la producción. No obstante, también es un estado que enfrenta numerosos retos asociados a la agricultura.

De acuerdo con el Seminario Agricultura Sostenible en Zacatecas ―desarrollado en 2021 por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y diversas instituciones académicas―, en la entidad es necesario transitar hacia sistemas de producción más sostenibles que permitan alcanzar una diversificación productiva y un manejo integrado de cuencas para la recarga de acuíferos como una vía para la restauración forestal, el rescate de la biodiversidad, y la recuperación de la aptitud productiva de los ecosistemas.

En este contexto de grandes retos para la producción agrícola zacatecana destaca Aguas Firmes, un proyecto impulsado por Grupo Modelo junto con la Cooperación Técnica Alemana GIZ, por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania, implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

“Algo que ha impactado positivamente, que ha dado buen resultado y que ha derivado del acompañamiento técnico que se proporciona a los agricultores a través de Aguas Firmes es el uso del control biológico en hortalizas, sobre todo chile y ajo,  y eso se ha visto reflejado en mejores producciones de estos cultivos”, comenta Julio  César González, quien forma parte del equipo técnico del proyecto en Zacatecas.

En Calera una parte considerable de la superficie agrícola se siembra con hortalizas. El manejo que prevalece, en general, es uno donde “subsolean, barbechan o voltean y luego rastrean, pasan destorrenadores varias veces y prácticamente mullen el suelo, lo pulverizan completamente”, comenta Julio César, puntualizando que estas prácticas, al deteriorar los suelos, han contribuido a que crezcan los problemas de sanidad vegetal en hortalizas.

“Muchos productores invierten en fungicidas para el control de enfermedades, sobre todo en chiles. Ellos estaban acostumbrados a la aplicación de este tipo de productos y a partir de Aguas Firmes se les hizo la propuesta de hacer unos cambios porque en la zona se observan muchos problemas de sanidad que llevan a que la mayoría trate de “curar” la semilla con un fungicida, pero de todas maneras surgen problemas”, menciona Julio César.

Entre las enfermedades más comunes en la zona de Calera está el damping-off, un consorcio de enfermedades (Pythium, Rhizoctonia, Fusarium spp.) “que el productor conoce como ‘secadera’ o ‘ligamiento’ porque se ligan las plantas, se ahorcan en el tallo, se destruyen los haces vasculares ―tejidos especializados que conducen las sustancias nutritivas en las plantas― y se secan”, señala el técnico.

Cada momento del ciclo productivo tiene además riesgos sanitarios específicos. Cuando llega la canícula, por ejemplo, prolifera la cenicilla polvorienta, un patógeno en las hojas de chile que hace que se empiecen a morir las plantas: “La gente veía este problema como algo común, con resignación decían «ya llego su tiempo y ya se mueren las plantas», y lo decían como algo muy normal, pero no, lo que pasa es que esas plantas están enfermas y se pueden recuperar si se tratan adecuadamente y con anticipación”, enfatiza Julio  César.

Para hacer frente a estas problemáticas “empezamos a recomendar diversas alternativas; en el caso de la secadera productos a base de micorrizas ―asociaciones de hongos y las raíces de la planta―, tratamientos con Trichoderma―un hongo benéfico―, Azospirillum ―un género de bacterias promotoras del crecimiento vegetal― y otros organismos benéficos que han dado muy buena respuesta, se han visto mejoras: mejor calidad de la plántula y una mejor sanidad en general. De hecho, el año pasado ya fue más común ver un mayor uso de esta tecnología entre los productores del proyecto”.

En el caso de la cenicilla se han usado “caldos sulfocálcicos ―una mezcla mineral que actúa como fungicida― y algunos otros productos orgánicos que han permitido controlar el problema. Ahora vemos plantas con mayor vida, mayor llenado de frutos y al final se refleja todo en mejores rendimientos en el cultivo de chile, pero también han servido en el control de la ‘pudrición blanca’ ―una enfermedad que ataca cebollas y ajos―.  Esto ha funcionado y les ha servido, por lo tanto, han tenido mayor rentabilidad”.

Con respecto a los costos, varios de los productos alternativos descritos cuestan alrededor de 800 pesos (800 MXN). Y si bien un fungicida, de los más económicos, cuesta 700 pesos (700 MXN), se requieren “al menos tres o cuatro aplicaciones; además, matas todo, lo malo y lo bueno y, como lo primero en restablecerse son los patógenos, entonces hay que continuar aplicando y por eso la producción se encarece al aplicar fungicidas”.

Experiencias como esta muestran que las prácticas sustentables para la conservación de recursos como suelo y agua, también impactan positivamente en otros aspectos importantes de la producción agrícola, como es la sanidad vegetal, esencial para garantizar la disponibilidad de alimentos, sanos, inocuos y nutritivos para la sociedad. En este sentido, proyectos como Aguas Firmes son relevantes por promover soluciones integrales con impacto positivo más allá de las parcelas.

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es

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El Premio Mundial de la Alimentación 2019 reconoce el impacto las semillas mejoradas a África, Asia y América Latina

Simon N. Groot es el ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2019. Con este premio, los líderes de alimentos y agricultura reconocen su trabajo para aumentar la producción de verduras en más de 60 países, a través del desarrollo de semillas de alta calidad y programas de capacitación para agricultores.

Los esfuerzos de Groot fueron esenciales para llevar a millones de agricultores a convertirse en empresarios de la horticultura, lo que resultó en mejores ingresos y medios de vida, y una mayor disponibilidad de vegetales nutritivos para cientos de millones de consumidores.

Al igual que Norman Borlaug, el agricultor de un pequeño pueblo de Iowa, Groot proviene de un pueblo pequeño de los Países Bajos, donde aprendió el valor de las semillas a una edad temprana. Ambos compartieron la misma visión para alimentar al mundo y tuvieron éxito.

“Creo que nací para ser un hombre de semillas de hortalizas.”
– Simon N. Groot

 

Groot dedicó toda su vida a la industria de semillas y al fitomejoramiento. Después de 20 años en la industria en Europa y América del Norte, Groot viajó al sudeste asiático a la edad de 47 años con la visión de establecer la primera compañía de mejoramiento de semillas de hortalizas de la región. Frustrado por las semillas de baja calidad que encontró y notando una falta total de actividades comerciales de mejoramiento en la región, Groot decidió establecer su propia empresa, utilizando su propio capital se asoció con Benito Domingo, un filipino apasionado por las semillas y las conexiones locales con el comercio tradicional de semillas, la industria agrícola y las universidades.

La compañía, llamada East-West Seed Company, comenzó como una pequeña granja de cinco hectáreas en las afueras de la ciudad de Lipa, Filipinas. Groot llevó fitomejoradores bien entrenados de los Países Bajos para comenzar el fitomejoramiento y ayudar a capacitar a los locales como mejoradores y técnicos. Groot fue el primero en introducir híbridos vegetales comerciales en Asia tropical: variedades de alto rendimiento, crecimiento rápido y resistentes al estrés y a las enfermedades locales. Actualmente, East-West Seed Company tiene más de 973 variedades mejoradas de 60 cultivos de hortalizas utilizadas por más de 20 millones de agricultores en Asia, África y América Latina.

Inspirado por Borlaug

Groot describió el hecho de haber conocido al Dr. Borlaug en una conferencia en Indonesia a fines de la década de 1980 como «un momento crucial» para él y escribió que «su legado ha servido de inspiración para todo lo que he hecho en East-West Seed».

En respuesta a ser galardonado con el Premio Mundial de la Alimentación 2019, Groot escribió: «Lograr la» Revolución Vegetal” será un tributo apropiado al trabajo del Dr. Borlaug».

El Premio Mundial de la Alimentación se conoce como el «Premio Nobel de alimentación y agricultura». Otorgado por la Fundación Mundial de la Alimentación, reconoce a las personas que han avanzado en el desarrollo humano al mejorar la calidad, cantidad o disponibilidad de alimentos en el mundo. Los ganadores reciben 250 000 dólares como premio.

El Premio Mundial de la Alimentación fue fundado en 1986 por Norman Borlaug, galardonado con el Premio Nobel de la Paz de 1970.

El Premio Mundial de la Alimentación tiene una larga asociación con el CIMMYT. Sanjaya Rajaram recibió el Premio Mundial de la Alimentación 2014 por su trabajo dedicado a un gran aumento en la producción mundial de trigo. Evangelina Villegas y Surinder Vasal recibieron el Premio Mundial de la Alimentación 2000 por su trabajo en productividad y contenido nutricional del maíz. Bram Govaerts recibió el Premio Norman Borlaug para la Investigación y Aplicación de Campo en 2014. Como institución, el CIMMYT recibió la Medalla Norman Borlaug en 2014.