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Las minisembradoras aumentan el suministro de alimentos y los beneficios de los cultivadores de maíz de Nepal, según un nuevo estudio

El uso de minisembradoras ligeras de entre 5 y 9 caballos de potencia por parte de los pequeños agricultores de las medianías de Nepal redujo los costos de labranza e incrementó el rendimiento del maíz al facilitar su cultivo en el momento oportuno, mejorando así la autosuficiencia alimentaria y los beneficios agrícolas y reduciendo la pobreza rural, según muestra un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de científicos.

El estudio, publicado en el Journal of Economics and Development, recoge los resultados de una encuesta realizada en granjas agrícolas en las que participaron más de 1.000 hogares representativos de 6 distritos de la zona media de las colinas, una región de terreno escarpado donde el maíz de secano es un cultivo básico, la emigración de los habitantes en edad de trabajar hace que la mano de obra agrícola sea escasa y costosa, y los agricultores de pequeñas propiedades fragmentadas suelen labrar las parcelas a mano o con arados tirados por bueyes.

«Los tractores convencionales de dos o cuatro ruedas son difíciles de manejar en la accidentada topografía de las medianías», afirma Gokul P. Paudel, investigador que colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Universidad Leibniz de Hannover (Alemania), y autor principal del estudio. «Las granjas son pequeñas y las minisembradoras encajan bien. Las granjas muy pequeñas —las que tienen menos de 0.4 hectáreas de tierra y normalmente no disponen de mano de obra contratada ni de maquinaria más grande— son las que más se beneficiaron de la adopción de la minisembradora.»

El documento es el primero que proporciona vínculos empíricos entre la mecanización de las granjas agrícolas a pequeña escala y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, en particular el de Fin de la pobreza (ODS-1) y el de Hambre Cero (ODS-2).

«Dada su pobreza rural y la consiguiente emigración de las zonas agrícolas a las ciudades y a otros países, Nepal se ha convertido cada vez más en un país exportador de mano de obra», explicó Paudel, que colaboró en este estudio con investigadores del Instituto del Banco Asiático de Desarrollo y de la Universidad de Cornell. «Nuestra investigación puede ayudar a orientar las inversiones de Nepal y otros países en desarrollo en la mecanización agrícola adecuada a la escala, apoyando a quienes desean permanecer en las granjas rurales y salir adelante.»

Maquinistas poniendo en marcha la minisembradora en el distrito de Kavrepalanchok, en las montañas medias de Nepal. (Foto: CIMMYT)

Según Tim Krupnik, agrónomo de sistemas del CIMMYT y coautor del estudio, el equipo científico descubrió que el tamaño de las granjas, la escasez de mano de obra, la escasez de animales de tiro y la proximidad del mercado son factores importantes que facilitan la adopción de una mecanización adecuada en Nepal.

«Las pequeñas granjas dominan más de dos tercios de los sistemas agrícolas a nivel mundial», dijo Krupnik. «El interés por la mecanización agrícola adaptada a la escala está creciendo rápidamente, sobre todo entre donantes y gobiernos, y es crucial disponer de medidas empíricas prácticas de su impacto». Las conclusiones del último estudio colman esta laguna de conocimientos y aportan pruebas suficientes para dar prioridad a la difusión de tecnologías apropiadas entre los pequeños agricultores.

Krupnik señaló que, a través de su oficina en Nepal y de sólidas actividades compartidas de investigación y desarrollo de capacidades, el CIMMYT ha trabajado durante casi cuatro décadas con científicos nepalíes y socios para el desarrollo, incluidos el Consejo de Investigación Agrícola de Nepal (NARC) y el Ministerio de Desarrollo Agrícola y Ganadero (MoALD), para aumentar la productividad y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas basados en el maíz y el trigo del país.

Además de las sólidas alianzas gubernamentales, el CIMMYT trabaja estrechamente en Nepal con diversas organizaciones no gubernamentales y, lo que es más importante, mano a mano con fabricantes, minoristas y mecánicos privados de maquinaria agrícola.

Lea el estudio completo aquí.

Foto de portada: En el distrito de Palpa, en las montañas de Nepal, una agricultora labra la tierra para sembrar maíz. (Foto: Gokul Paudel/CIMMYT)

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Abriendo Camino: Velu Govindan incorpora zinc en el trigo para combatir el hambre oculta

Velu Govindan recuerda a su padre pidiéndole que no desperdiciara su comida. “Solía decir que el arroz y el trigo eran productos muy caros, que la mayoría de las personas podían permitirse comerlo una vez por semana durante su juventud”, recuerda el mejorador de trigo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Como en muchas partes del mundo, la Revolución Verde tuvo un impacto significativo en la producción agrícola y dietas del sur de la India, donde creció el padre de Govindan, y a finales de la década de 1960, todos los agricultores de la zona habían oído hablar del ‘científico’ de Estados Unidos. “La influencia de Borlaug en la India es muy grande ya que esas variedades de alto rendimiento alimentaron a millones de personas, incluyéndome a mí”.

Pero alimentar a millones era solo una parte de la batalla.

Actualmente, cerca de dos mil millones de personas en todo el mundo padecen deficiencia de micronutrientes, caracterizada por la anemia por deficiencia de hierro, la falta de vitamina A y la deficiencia de zinc.

Govindan trabaja en colaboración con HarvestPlus para mejorar la calidad nutricional en los cereales, además de rasgos importantes como el potencial del rendimiento, la resistencia a las enfermedades y la tolerancia al clima. Su área de enfoque es el sur de Asia, donde el trigo es un alimento básico importante y muchos pequeños agricultores no tienen acceso a dietas diversificadas que incluyan fruta, verduras o productos animales, los cuales brindan altas cantidades de micronutrientes como el hierro y el zinc.

“Es importante que las personas no solo tengan acceso a los alimentos, sino también acceso a una dieta saludable”, dice Govindan. “La idea es mejorar los alimentos básicos como el arroz, el maíz y el trigo para que las personas que consumen estas variedades biofortificadas obtengan mayores beneficios al satisfacer sus necesidades de alimentación diaria y para combatir el hambre oculta.”

El desafió, explica Govindan, es que el mejoramiento de la calidad nutricional a menudo se realiza a expensas del rendimiento. Pero las variedades necesitan un alto potencial de rendimiento para tener éxito en el mercado ya que los agricultores en los países en vías de desarrollo no obtendrán un precio superior simplemente por tener un alto contenido de micronutrientes en sus granos.

Las enfermedades del trigo que evolucionan de manera rápida son otro problema que se debe enfrentar. “Si liberas una variedad resistente a enfermedades hoy, en tan solo tres o cuatro años será susceptible porque la roya continúa mutando. Es una batalla continua, pero de eso se trata el fitomejoramiento.”

Velu Govindan speaks at International Wheat Conference in 2015. (Photo: Julie Mollins/CIMMYT)
Velu Govindan habla en la Conferencia Internacional de Trigo en 2015. (Photo: Julie Mollins/CIMMYT)

La incorporación del zinc

Cuando se trata de mejorar, el mejoramiento es la primera parte del proceso, explica Govindan. “Podemos hacer un buen trabajo en el laboratorio, pero si nuestras variedades no son llevadas a los agricultores no servirán de nada.”

Govindan y su equipo trabajan en colaboración con un numero de organizaciones del sector público y privado para promover nuevas variedades, asociarse con el sistema nacional de investigación agrícola (NARS, en inglés) e institutos de investigación avanzada para llegar a los agricultores en la India, Nepal y Paquistán. Como resultado, se han comercializado y distribuido con éxito variedades adicionales con alto contenido de zinc en el sur de Asia, así como las líneas biofortificadas nuevas que se prueban actualmente en el África subsahariana para su posible liberación y cultivo por parte de los agricultores.

Sus esfuerzos dieron frutos con el desarrollo y lanzamiento de más de media docena de variedades competitivas con alto contenido de zinc, incluida la línea Zinc-Shakthi, cuyo grano contiene 40% más de zinc que las variedades convencionales y su rendimiento es alto, tiene buena resistencia a la roya y madura una semana antes que las variedades populares, lo que permite a los agricultores aumentar su intensidad de cultivo. Hasta la fecha, estas variedades de trigo biofortificado con alto contenido de zinc han llegado a casi un millón de productores en las regiones objetivo del sur de Asia y se espera que se extienda más en los próximos años.

El siguiente paso será apoyar la integración del zinc, de modo que se convierta en una parte integral de los programas de mejoramiento en lugar de una adición opcional. “Esperamos que, en diez años, la mayor parte del trigo que consumimos cuente con estos beneficios adicionales.”

Puede que el camino sea largo, pero Govindan se mantiene optimista ante la tarea que tiene por delante.

Velu Govindan examines wheat in the field.
Velu Govindan examina trigo en el campo.

Nacido en una familia de agricultores, tiene buenos recuerdos de una infancia en la que paso ayudando a su padre en los campos, con tardes y vacaciones escolares dedicadas al cultivo de arroz, algodón y otros cultivos en la parcela familiar.

La región ha experimentado cambios significantes desde entonces, y ahora, los agricultores se enfrentan al aumento de las temperaturas y a las precipitaciones impredecibles. La motivación para ayudar a los agricultores más pobres a adaptarse al cambio climático y mejorar la producción de alimentos fue lo que llevó a Govindan a dedicarse al mejoramiento.

Han pasado casi diez años desde que Govindan se unió al equipo del Programa de Trigo de Primavera del CIMMYT, y se siente honrado de formar parte de un programa con un legado tan significativo. “Norman Borlaug, Sanjay Rajaram y mi supervisor, Ravi Singh, son personas legendarias,” explica. “Afortunadamente, no comenzamos desde cero. Estas personas hicieron la vida más fácil, y solo necesitamos seguir avanzando para lograr ganancia genética continua para seguir mejorando la seguridad alimentaria y nutricional.”

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Innovación agrícola para combatir el hambre oculta

El maíz proporciona del 15 al 16 % de la ingesta total de calorías en Asia, América Latina y el África subsahariana, mientras que el trigo proporciona el 18 % de nuestras calorías totales disponibles. El hambre oculta ocurre cuando estas calorías no proporcionan los micronutrientes esenciales, como el hierro, el zinc y la vitamina A, necesarios para el crecimiento saludable y la prevención de enfermedades.

En el Día Mundial de la Salud, compartimos cinco historias que muestran cómo el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) está combatiendo el hambre oculta y cómo la investigación y la innovación agrícola conducen a familias más saludables, mejores medios de vida y un planeta más saludable.

El impacto del cambio climático y la adaptación para la proteína de trigo

A menudo, el trabajo sobre la adaptación al cambio climático en la agricultura se enfoca en la productividad en lugar de la nutrición de los cultivos. Si no se abordan las implicaciones nutricionales del cambio climático, habrá consecuencias devastadoras para la salud y los medios de vida de las personas marginadas que dependen del trigo como una fuente de proteínas.

Un nuevo estudio examina por qué constantemente se pasa por alto la concentración de proteínas del grano de trigo en relación con la mejora de la producción mundial de cultivos ante los desafíos del cambio climático y concluye que no todas las adaptaciones al cambio climático tienen impactos positivos en la nutrición humana.

An improved wheat variety grows in the field in Islamabad, Pakistan. (Photo: A. Yaqub/CIMMYT)
Una variedad mejorada de trigo crece en el campo en Islamabad, Pakistán. (Foto: A. Yaqub/CIMMYT)

Maíz nutritivo con vitamina A mejora la salud y ingresos en Zimbabue

En Zimbabue, la desnutrición infantil alcanzó su punto máximo por encima de los umbrales internacionales para la respuesta de emergencia. La deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera prevenible en niños y puede aumentar el riesgo de sarampión, diarrea e infecciones respiratorias. Sin embargo, la biofortificación del maíz es una solución sostenible para mejorar la salud y la nutrición en la región.

El CIMMYT y Harvest Plus trabajaron juntos para producir maíz con mayores cantidades de vitamina A nutritiva y están trabajando con agricultores, compañías de semillas, procesadores de alimentos y molineros para hacer que este maíz sea parte del sistema alimentario en Zimbabue.

Orange maize conventionally bred to contain high amounts of vitamin A is fighting child malnutrition in Zimbabwe. (Photo: Matthew O'Leary/ CIMMYT)
El maíz naranja que contiene altas cantidades de vitamina A fue mejorado convencionalmente y ahora está contrarrestando la malnutrición infantil en Zimbabue. (Foto: Matthew O’Leary/CIMMYT)

La renovación de las semillas de trigo de Pakistán: variedades más productivas y resistentes para miles de agricultores

En Pakistán, el CIMMYT está trabajando para desarrollar y difundir mejores sistemas de producción de trigo, al reemplazar las semillas obsoletas y susceptibles a la enfermedad, por nuevas variedades. Estas nuevas variedades también traen consigo un beneficio para la salud – el zinc.

Según una encuesta de nutrición de 2011, el 39 % de los niños en Pakistán y el 48 % de las mujeres embarazadas sufren de deficiencia de zinc, lo que lleva a tasas de retraso del crecimiento de más del 40 % y una alta tasa de mortalidad infantil. Estas nuevas semillas aumentarán el contenido nutricional del trigo, el cultivo alimentario número uno de Pakistán, y también resistirán enfermedades como la roya del trigo.

Mejor juntos: Alianza en torno al maíz enriquecido con zinc mejora la nutrición en Guatemala

Más del 46 % de los niños menores de cinco años en Guatemala sufren de desnutrición crónica. Más del 40 % de la población rural del país es deficiente en zinc, un micronutriente esencial que desempeña un papel fundamental en el desarrollo prenatal y posnatal y es clave para mantener un sistema inmunológico saludable.

El CIMMYT, HarvestPlus y Semilla Nueva están trabajando juntos para cambiar esto, a través del desarrollo e implementación del primer maíz biofortificado enriquecido con zinc del mundo. Llamado Fortaleza 3 por Semilla Nueva, lucha contra el hambre oculta, contiene 6-12 ppm más de zinc y 2.5 veces más proteína de calidad en comparación con las variedades de maíz convencionales.

“Con el ingreso extra que he recibido desde que me cambié a F3, he podido pagar para que mi hija vaya a la escuela. Fortaleza F3 no solo me dio una buena cosecha, sino también la capacidad de apoyar la educación de mi hija”, dijo Rómulo González, un agricultor de la costa sur de Guatemala.

Rómulo González’s daughter holds a corncob. (Photo: Sarah Caroline Mueller)
La hija de Rómulo González sostiene una mazorca. (Foto: Sarah Caroline Mueller)

El papel de los agricultores para cumplir con las recomendaciones del informe EAT-Lancet en México

El informe de la Comisión EAT-Lancet tiene como objetivo responder a la pregunta: ¿podemos alimentar a una futura población de 10 mil millones de personas con una dieta saludable dentro de los límites planetarios? El informe propone una «dieta de salud planetaria» que equilibra la nutrición con la producción sostenible de alimentos.

El CIMMYT participó en el lanzamiento del informe en México. “Si alguien es capaz de administrar los sistemas complejos que producirán de manera sostenible el volumen de alimentos nutritivos que el mundo necesita, es el agricultor”, dijo Bram Govaerts, Director Global de Innovación Estratégica y representante regional de las Américas en el CIMMYT. “En México, más de 500 mil agricultores ya innovan cada día y cultivan maíz, trigo y cultivos relacionados bajo prácticas de intensificación sostenible que el CIMMYT y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural promueven con MasAgro”.

Estas innovaciones mencionadas crean familias más sanas y un planeta más saludable.

CIMMYT's director of innovative business strategies, Bram Govaerts (left), explained that three changes are needed to reduce the environmental impact of food systems in Mexico: innovation in production practices, reduction of food waste, and change of diets. (Photo: CIMMYT)
Bram Govaerts, Director de Innovación Estratégica del CIMMYT (a la izquierda), explicó que se necesitan tres cambios para reducir el impacto ambiental en los sistemas alimentarios en México: la innovación en las prácticas de producción, la reducción del desperdicio de alimentos y el cambio en las dietas. (Foto: CIMMYT)