San Juan Cotzocón, Oax.- El gusano cogollero (Spodopthera frugiperda) es la principal plaga del cultivo de maíz en la región del Papaloapan del estado de Oaxaca. Si no se controla oportunamente, este insecto es capaz de generar importantes pérdidas. En el cultivo de maíz, por ejemplo, se estima que las pérdidas en rendimiento a causa de los insectos son de alrededor de 30%.
Desde hace más de 40 años los productores de maíz de esta región han hecho un manejo químico de la plaga —usando insecticidas de amplio espectro como malathion, cipermetrina, clorpirifós, clorpirifos etil, permetrina, thiodicarb, e incluso carbofurán, uno de los pesticidas más tóxicos—, ocasionando que cada ciclo agrícola sea más difícil su control y sus poblaciones se incrementen pues los productos empleados han ocasionado una serie de desequilibrio en las poblaciones de insectos, eliminando o diezmando de manera considerable las poblaciones de insectos de control biológico y sometiendo a la plaga a presiones de selección que originan individuos resistentes a los plaguicidas.
En el marco del proyecto MasAgro-Cultivos para México, desde el año 2015 se promueve en la región el Manejo Agroecológico de Plagas (MAP). Después de varios años de difundir esta opción con capacitaciones, días de campo y giras de intercambio, actualmente la tecnología se encuentra en una etapa de escalamiento y su estrategia se puede resumir en seis pasos:
Dejar de usar insecticidas de amplio espectro y de contacto.
Prevenir el ataque de la plaga.
Realizar el muestreo de la plaga para determinar el momento óptimo de control.
Cuando la incidencia de la plaga esté entre el 15 y 20%, y en los primeros estadios de crecimiento, usar productos alternativos tales como caldos minerales y extractos vegetales.
Cuando la incidencia de la plaga sea mayor al 20%, usar insecticidas biorracionales —derivados de fuentes naturales, como extractos de plantas—.
Reconstruir la diversidad funcional (asociación, rotación, plantas con flores, etc.).
Para validar y promover esta práctica, durante el ciclo primavera-verano 2020 la estrategia se implementó en parcelas de maíz del municipio de San Juan Cotzocón, Oaxaca, obteniéndose resultados favorables: en las comunidades El Paraíso y Emiliano Zapata no se aplicó ningún insecticida para controlar la plaga y, aunque en Emiliano Zapata hubo un momento en que la plaga estuvo arriba del umbral de daño económico (UDE), después de algunos días la incidencia bajó. En ambos casos solo se implementaron los primeros tres pasos del MAP y la disminución de la plaga se debió principalmente a tres factores: uso de trampas con feromonas, eliminación de larvas por efecto de la lluvia y control biológico (gráficas 1 y 2).
En otras dos comunidades (San Juan Jaltepec y La Libertad) sí fue necesario realizar dos aplicaciones para controlar al gusano cogollero, una con “agua de vidrio” —sustancia compuesta de agua, cal y ceniza, la cual permitió eliminar el 50% de las larvas de gusano cogollero en sus primeras fases de desarrollo— y la otra con insecticidas biorracionales. Con esas dos aplicaciones fue suficiente para mantener la incidencia de la plaga por debajo del umbral de daño económico (UDE). En estos dos casos fue necesario controlar la plaga debido a que son zonas de mayor infestación de gusano cogollero por el monocultivo que ha desarrollado por muchos años (gráficas 3 y 4).
Ante la variabilidad climática actual —el clima puede ser el factor más importante para desencadenar el crecimiento de las poblaciones de insectos— el Manejo Agroecológico de Plagas es una opción viable y accesible para los productores, permitiéndoles mantener al gusano cogollero por debajo del umbral de daño económico.
Gráfica 1. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en El Paraíso, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.
Gráfica 2. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en Emiliano Zapata, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.
Gráfica 3. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en San Juan Jaltepec de Candayoc, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.
Gráfica 4. Incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el cultivo de maíz en La Libertad, San Juan Cotzocón, Oax., Méx.
El gusano cogollero es una plaga invasora que se alimenta de más de 80 cultivos diferentes, pero tiene especial preferencia por el maíz.
Es originario de América. Su aparición se informó por primera vez en África en 2016, y se extendió rápidamente por todo el continente. Llegó a la India en 2018. Desde entonces se ha notificado en muchos otros países de Asia y el Pacífico, y llegó a Australia en 2020.
Millones de familias en estas regiones dependen en gran medida del maíz para sus ingresos y su sustento. Si el gusano cogollero sigue extendiéndose, tendrá consecuencias desastrosas para ellos.
Los científicos del CIMMYT han trabajado arduamente para encontrar soluciones que ayuden a los agricultores a luchar contra el gusano cogollero. Los investigadores han elaborado manuales para los agricultores, con directrices sobre cómo gestionar esta plaga. También han formado un consorcio internacional de investigación, en el que expertos de diversas instituciones comparten conocimientos y mejores prácticas. Los miembros del consorcio comparten información actualizada sobre los avances en la búsqueda de nuevas formas de afrontar este reto mundial. Los científicos trabajan ahora en el desarrollo de nuevas variedades de maíz resistentes al gusano cogollero.
El gusano cogollero no puede ser erradicado, está aquí para quedarse. El CIMMYT y sus socios de todo el mundo seguirán trabajando en este complejo desafío, para que millones de pequeños agricultores puedan proteger sus cultivos y alimentar a sus familias.
En nuestro mundo hiperconectado, no debería sorprendernos que los últimos años hayan mostrado un aumento importante en la propagación de plagas y enfermedades transfronterizas. Los enfoques integrados han resultado eficaces para gestionar de forma sostenible estas amenazas que traspasan fronteras para los medios de vida y la seguridad alimentaria de los agricultores.
Sin embargo, un enfoque verdaderamente integrado explica no solo la “cura”, sino también cómo se puede incorporar de manera sostenible al sistema agroalimentario y al panorama social. Por ejemplo, ¿cómo sabemos si los agricultores que adoptan semillas resistentes a enfermedades y plagas podrán obtener mejores ingresos? ¿Y cómo nos aseguramos de que los incentivos se alineen con las normas y valores de la comunidad para permitir una mejor adopción de enfoques integrados de manejo de plagas o enfermedades?
Expertos de todo el sistema de investigación del CGIAR y sus socios hablaron sobre este tema en el reciente webinario sobre Manejo integrado de plagas y enfermedades, el tercero de la serie de webinarios del Año Internacional de la Sanidad Vegetal. Los panelistas compartieron valiosas perspectivas sobre la ciencia de los brotes, las dimensiones sociales del control de plagas y enfermedades de los cultivos, el riesgo de enfermedades zoonóticas y cómo las organizaciones nacionales, regionales y mundiales pueden coordinar mejor sus respuestas.
“La combinación de la ciencia, asociaciones globales y conocimiento nos ayuda a todos a estar mejor preparados para evitar las pérdidas que hemos visto. Hoy, observaremos cómo luce esto en la práctica”, dijo Rob Bertram, científico de la Oficina de Resiliencia y Seguridad Alimentaria de USAID, y moderador del evento.
Participantes del webinario sobre manejo integrado de plagas y enfermedades. (Foto: CIMMYT)
Entendiendo las fuentes
El maíz y el trigo, los cultivos clave estudiados en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) no son ajenos a las enfermedades o plagas destructivas, con el gusano cogollero, el brusone de trigo o la necrosis letal del maíz encabezando la lista. Pero otros cultivos básicos y sus respectivas economías también están sufriendo — por las infestaciones de la raya marrón de la yuca, el nematodo del quiste de la papa, el tizón de la hoja de taro, la langosta del desierto o la marchitez por fusarium.
¿Cuáles son las razones de la expansión de estos brotes? B.M. Prasanna, director del Programa Global de Maíz del CIMMYT, explicó que hay varias: «Las semillas o el material de siembra infectados, el movimiento de vectores, la gran capacidad migratoria, el equipo de campo contaminado, las prácticas de comercialización inadecuadas de producción de cultivos y el tráfico aéreo y marítimo mundial» son todas las causas principales.
La prevención y control de enfermedades y plagas requiere una estrategia integral que movilice sinergias de múltiples instituciones. (Gráfico: B.M. Prasanna/CIMMYT)
Siempre es mejor prevenir los brotes que luchar para encontrar una cura, pero como señaló Prasanna, esto requiere una estrategia holística y multiinstitucional que incluya vigilancia y alerta temprana, regulaciones fitosanitarias y de cuarentena, y soluciones tecnológicas. Un mejor acceso a los datos de monitoreo y vigilancia, y equipos de diagnóstico sensibles, fáciles de usar y asequibles son esenciales, al igual que el despliegue proactivo de variedades de cultivos resistentes.
Crear conciencia sobre el manejo integrado de enfermedades y plagas es igualmente importante, dijo a los asistentes. “Debemos recordar que MIP no es solo un Manejo Integrado de Plagas, sino también integrar la mentalidad de las personas’. Ese sigue siendo un gran desafío. Necesitamos pensar más allá de nuestras disciplinas e instituciones limitadas y realmente unirnos para poner soluciones de MIP en los campos de los agricultores”, dijo Prasanna.
No todos los brotes son iguales, pero las lecciones se pueden compartir
Regina Eddy, coordinadora del Grupo de Trabajo del Gusano Cogollero en USAID, trabaja en estrecha colaboración con el complejo tema del escalamiento en lo que respecta a la respuesta a desastres y los roles de las organizaciones nacionales, regionales y globales.
“Necesitamos desarrollar plataformas inclusivas de socios interesados, no diseñadas ‘para ellos’, sino ‘con ellos’”, dijo Eddy. “No podemos abordar solos los problemas de seguridad alimentaria. Punto final».
Cerrando la brecha entre la ciencia social y la biofísica
Nozomi Kawarazuka, antropóloga social del Centro Internacional de la Papa (CIP) explicó cómo los investigadores pueden mejorar la aceptación de su nueva semilla, innovación o práctica agronómica al involucrar a los científicos sociales para que comprendan las normas de género y el panorama social al comienzo del proyecto, en la fase de evaluación inicial.
Kawarazuka destacó cómo la participación de mujeres expertas y extensionistas en sectores que suelen estar dominados por hombres ayuda a reducir los prejuicios y cambia las percepciones.
“En el sur de Asia, las agricultoras dudan en comprometerse con los extensionistas del gobierno”, dijo. “Las mujeres expertas y trabajadoras de extensión reducen esta barrera. La diversidad social y de género en el sector de la sanidad vegetal es un punto de entrada para desarrollar innovaciones que sean aceptables tanto para mujeres como para hombres y ayuda a ampliar la adopción de innovaciones en la comunidad.
Dimensiones sociales y de género del control de plagas y enfermedades: un llamado a la colaboración (Gráfico: Nozomi Kawarazuka/CIP)
El mundo observa la agricultura y la ganadería
Las enfermedades zoonóticas son causadas por patógenos que se propagan entre los animales y las personas. Comprender el riesgo de las enfermedades zoonóticas es un tema esencial y oportuno en la discusión del manejo integrado de plagas. Las malas prácticas de manejo del ganado, la falta de conocimiento general sobre enfermedades y las prácticas de manipulación de alimentos inseguras pero comunes ponen en riesgo a las poblaciones.
“Es especialmente oportuno [tener esta] discusión sobre zoonosis en nuestro planeta plagado de COVID. El mundo entero buscará que los sectores alimentario y agrícola mejoren su rendimiento”, dijo Bertram.
Annet Mulema, científica social y de género del Instituto Internacional de Investigación Ganadera (ILRI), describió los resultados de un estudio que muestra cómo las conversaciones comunitarias transformaron las relaciones de género y el riesgo de enfermedades zoonóticas en las zonas rurales de Etiopía, donde el 80% de la población depende de la agricultura y tiene contacto directo con ganado.
“Hubo cambios notables en la actitud y las prácticas entre hombres y mujeres con respecto al manejo inseguro de los animales y el consumo de alimentos de origen animal”, explicó Mulema. “Las conversaciones comunitarias dan voz a hombres y mujeres involucrados, permite que se expresen y discutan una variedad de ideas, conduce a la propiedad comunitaria de las conclusiones y planes de acción, y abre canales de comunicación entre los proveedores de servicios locales y los miembros de la comunidad”.
Proporción de mujeres y hombres que practican el manejo seguro de ganado y alimentos de origen animal, antes y después de la intervención de conversación comunitaria. (Gráfico: Annet Mulema/ILRI)
De lo local a lo global y de lo global a lo local
Los panelistas coincidieron en que mejorar la capacidad es la forma más poderosa para avanzar en los enfoques de manejo integrado de plagas y sanidad vegetal, mientras que las asociaciones conectadas e inclusivas a lo largo de la cadena de valor hacen que todo el sistema sea más resistente. La cantidad de conocimiento científico sobre las formas de combatir las plagas y enfermedades de las plantas está aumentando, y tenemos nuevas herramientas para conectar lo global con lo local y llevar este conocimiento al nivel de la comunidad.
El cuarto y último webinario del CGIAR sobre sanidad vegetal está programado para el 31 de marzo y se centrará en la salud interseccional de las personas, los animales, las plantas y sus entornos en un enfoque de “One Health”.
Valles Centrales, Oax.- Una de las principales plagas que mayor daño ocasiona al cultivo del maíz es el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda). Si no se maneja adecuadamente, este insecto ocasiona daños significativos que pueden afectar hasta 60% del cultivo (llega a defoliar la hoja, el cogollo, e incluso barrenar el tallo, pero su daño más considerable es en las partes tiernas de la planta).
El gusano cogollero afecta a más de 80 especies de plantas y causa daños a cultivos de importancia económica (además del maíz afecta al frijol, sorgo, arroz, entre otros). Su control convencional se basa en la aplicación de productos químicos, lo que genera un aumento en los costos de producción, incluido el pago del jornal (por lo cual algunos productores prefieren no realizar ninguna acción y dejar que el gusano ataque al cultivo).
En los municipios de Ayoquezco de Aldama, Ocotlán de Morelos, San Bernardo Mixtepec y Ejutla de Crespo, Oaxaca —donde el gusano cogollero ha ocasionado considerables daños—, el equipo técnico de Ricinomex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven el Manejo Agroecológico de Plagas. Actualmente, por ejemplo, se instalan trampas con feromonas para el control y muestreo de la palomilla del gusano cogollero en diversas comunidades de esos municipios.
Los resultados han sido muy favorables para los productores que se han sumado a esta iniciativa, por lo que el objetivo es que más personas puedan conocer la efectividad de las trampas con feromonas (sustancias que replican el aroma de las palomillas hembra, haciendo que las palomillas macho caigan en la trampa, lo cual corta el ciclo reproductivo del gusano cogollero).
Después de haber divulgado la información sobre los resultados de las trampas instaladas, durante este año se ha aumentado 300% la instalación de trampas con feromonas en los municipios citados (con respecto al ciclo anterior). Actualmente se han capturado un promedio de 114.6 palomillas macho por trampa, hecho significativo porque al evitar el apareamiento de la especie (donde la hembra llega a ovipositar entre 100 y 200 huevecillos) se logra mantener la plaga debajo del umbral de daño económico y, además, se hace de una forma responsable con el medioambiente pues se evita el control químico convencional.
Cuando hablamos del impacto de la investigación agrícola, a menudo nos basamos en métricas numéricas: el porcentaje de aumento en el rendimiento, el porcentaje de disminución en la pérdida de cultivos, las tasas de adopción, etcétera. Para los agricultores, sin embargo, el impacto puede ser mucho más difícil de reducir. Escondidas detrás de cada tabla estadística hay historias reales de sueños frustrados o cumplidos, de personas comunes que intentan sobrevivir y prosperar.
Un nuevo video educativo escenifica poderosamente este punto a través de la historia de Jamal Mia y su hija Rupa. Los sueños de Jamal de tener una casa y ver a Rupa en la universidad se ven amenazados cuando su cosecha de maíz es atacada por el gusano cogollero. Un encuentro con un profesional de extensión agrícola pone a Jamal en el camino correcto para abordar la infestación, salvar su cosecha y asegurar el bienestar de su familia.
El video fue desarrollado por el CIMMYT con el apoyo del Departamento de Extensión Agrícola de Bangladesh y el Instituto de Investigación de Trigo y Maíz de Bangladesh (BWMRI, en inglés), como parte de un proyecto titulado «Lucha contra el gusano cogollero en Bangladesh». Con el apoyo de la iniciativa Feed the Future de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y la Universidad Estatal de Michigan, este proyecto liderado por el CIMMYT trabaja en sinergia con la Iniciativa para los Sistemas de Producción de Cereales en el Sur de Asia (CSISA, en inglés) y con socios nacionales para mitigar el impacto de esta plaga invasora en los medios de vida de los pequeños agricultores.
El video fue filmado en el distrito de Dinajpur, Bangladesh, y está disponible en bengalí con subtítulos en inglés.
El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es la principal plaga del cultivo de maíz y puede generar pérdidas económicas considerables; sin embargo, tiene enemigos naturales que la mayoría de las veces pasan desapercibidos por el productor y cuyas poblaciones se reducen por la aplicación de insecticidas altamente tóxicos que no son selectivos (es decir, que matan a insectos plaga e insectos benéficos por igual).
Entre los enemigos naturales del gusano cogollero hay una gran diversidad de insectos entomófagos (que se alimentan de otros insectos); estos pueden ser depredadores o parasitoides (cuyas larvas se alimentan y crecen en el interior o en la superficie de un insecto huésped), en cuyo caso las hembras son las encargadas de depositar sus huevecillos en el huésped, después las larvas se alimentan del insecto parasitado y al final le causan la muerte o forman una pupa o crisálida (una especie de cápsula) al interior o fuera de él para emerger como adulto.
Los enemigos naturales pueden ser usados como control biológico en agricultura de dos maneras: introducción de enemigos naturales por el hombre (denominado control biológico aplicado); y control espontáneo en la naturaleza (control biológico natural), el cual constituye un fenómeno ecológico que es uno de los principales componentes del control natural que mantiene a todas las especies vivientes en un estado de equilibrio.
El uso de insecticidas no selectivos y la pérdida de cierta vegetación que usan como refugio han provocado la pérdida de diversidad de insectos benéficos y un desequilibrio entre los insectos plaga y sus enemigos naturales. Para explorar si en una zona o en una parcela determinada hay enemigos naturales del gusano cogollero se puede hacer un ejercicio, como el desarrollado en la plataforma de investigación de Iguala, Guerrero, (en 2018) gracias a la colaboración entre la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Ambientales de la Universidad Autónoma de Guerrero, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Para el muestreo se colectaron 125 larvas de gusano cogollero (aunque solo 91 fueron útiles para medir el parasitismo), cada una se colocó en vasos individuales transparentes perforados y con tapa (fueron alimentadas con hojas de maíz tiernas cada dos días) y los registros de movilidad y presencia de parásitos se realizaron cada tercer día.
Con 21 larvas de gusano cogollero parasitadas (que representan 23% de parasitismo), los insectos benéficos (parasitoides) detectados fueron la Avispita (Chelonus insularis) y el Cameron (Campoletis sonorensis). Estos dos insectos son de los parasitoides más importantes por su distribución, frecuencia y porcentaje de parasitismo causado en el gusano cogollero; particularmente la Avispita se reporta como la especie con mayor frecuencia ya que se ha identificado en 27 de los 32 estados de México, con un porcentaje de parasitismo de 60%. En el caso del Cameron, este se ha identificado en menos estados (al menos 9), pero su porcentaje de parasitismo ha sido mayor, con 98%.
Cabe mencionar que en las condiciones climáticas de Iguala, Guerrero, se detectaron ocho larvas de gusano cogollero momificadas por los hongosBeauveria bassiana y Metarhizium spp., así como por la bacteria Bacillus thuringiensis. Estos microorganismos actúan de diferente forma a los parasitoides, pero también causan la muerte del gusano cogollero y pueden ser usados como control biológico.
Los enemigos naturales de gusano cogollero están presenten en condiciones climáticas diversas; sin embargo, su frecuencia y parasitismo depende del manejo del cultivo y la aplicación de insecticidas que puedan provocar la muerte tanto del gusano cogollero como del parasitoide.
Por: Fernando Flores Ferino (Universidad Autónoma de Guerrero), Rocío Toledo Aguilar, Fernando Bahena Juárez y David H. Noriega Cantú (INIFAP).
El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) puede disminuir la producción de maíz hasta 50%, por lo que es una de las principales plagas de este cultivo (aunque también se ha detectado que afecta al frijol, cebolla, alfalfa, tomate, pepino, entre otros cultivos). El daño característico de esta plaga consiste en cortaduras en la base de la plántula (justamente arriba del suelo); no obstante, sus hábitos han ido cambiado y actualmente puede barrenar el tallo y alimentarse de las espigas y del elote.
El uso intensivo de ciertos plaguicidas para el control del gusano cogollero puede ocasionar que este se vuelva resistente a esos productos, además de que esta forma de control tiene un impacto ambiental negativo. Por esta razón es fundamental brindar a los productores alternativas que sean adecuadas para el manejo de la plaga y que además sean accesibles económicamente.
Ya que los machos adultos de la plaga (palomillas) se caracterizan porque usan la comunicación química para localizar a la hembra en el proceso de apareamiento (pueden rastrear a la hembra incluso a una distancia de 11 kilómetros), el uso de feromonas sexuales (sustancias que la hembra secreta para atraer al macho) permite manejar de mejor forma las poblaciones de gusano cogollero y minimizar el impacto ambiental.
Las trampas con feromonas son parte del llamado Manejo Agroecológico de Plagas (MAP), el cual no busca exterminar, sino mantener las poblaciones de insectos plaga por debajo del umbral económico de daños. Por esta razón se requiere determinar cuándo hay una mayor población de adultos.
Ya que los picos poblacionales pueden ser distintos para cada región, en la plataforma de investigación Moyoapan Grande, en Coscomatepec, Veracruz, la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han realizado estudios para conocer cómo es el crecimiento poblacional de machos de gusano cogollero empleando trampas con feromonas para su control.
Entre los resultados que se han obtenido destaca que el uso de trampas con feromonas en el cultivo de maíz permitió disminuir la incidencia del gusano cogollero desde la primera fecha de muestreo (figura 1). Asimismo, los estudios han permitido conocer fauna insectil asociada al cultivo de maíz en el área de estudio (zona central del estado de Veracruz), ayudando a determinar el tipo de plagas potenciales para la agricultura local.
Figura 1. Machos de S. frugiperda capturados del 29 de abril al 20 de junio de 2019
Por: Arcimiro Vargas, Pablo Meza, Juan Del Rosario, Otto Raúl Leyva, Miguel Merino, Joaquín Murguía, Miguel Cebada, José Luis Del Rosario, María Elena Galindo, Axel Hernandéz, Ricardo Serna, Carlos Llarena, (Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad Veracruzana), con la colaboración del productor José Antonio Cárdenas.
Los gusanos cogollero, soldado y elotero y la gallina ciega son algunas de las plagas que más han afectado a los productores de la región Huasteca hidalguense. En la mayoría de los casos, el control de estas se hace con plaguicidas como la cipermetrina (que pertenece a un grupo de pesticidas llamados piretroides, potencialmente nocivos para peces y abejas), que —por dosis excesivas o periodos de contacto prolongados— puede afectar la salud de los trabajadores agrícolas.
Como alternativa para disminuir el riesgo ambiental y de salud que representan diversos plaguicidas químicos, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) articulan esfuerzos para promover, en varias partes del país, enfoques agroecológicos para el manejo de plagas.
En Huautla, Hidalgo, por ejemplo, recientemente se realizó un ciclo de actividades de intercambio de experiencias y capacitación en Manejo Agroecológico de Plagas. En esta gira participaron técnicos que colaboran con el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, provenientes de los municipios hidalguenses de Atlapexco, Huazalingo, Huejutla de Reyes, San Felipe Orizatlán, Xochiatipan y Yahualica.
Los técnicos contaron con la asesoría del doctor Fernando Bahena, científico del INIFAP y colaborador de MasAgro, quien es especialista en entomología (el estudio de los insectos). El investigador mencionó que parte de la efectividad en el manejo de plagas es el trabajo de diagnóstico previo para conocer qué tipo de plaga está dañando al cultivo, pues no todas tienen el mismo manejo.
Los sistemas como el Manejo Agroecológico de Plagas, comentó el doctor Bahena, no se enfocan en eliminar las plagas, sino en restituir el equilibrio natural de los ecosistemas para mantener las poblaciones de los insectos considerados plaga en un nivel en el que no causen afectación económica en los cultivos. Además, este manejo favorece a las poblaciones de insectos benéficos (como las abejas) y permite que se produzcan alimentos libres de plaguicidas.
Finalmente, en el recorrido de campo los participantes observaron los detalles del uso de las trampas con feromonas. Estas se basan en el empleo de feromonas sexuales que confunden a los machos de la palomilla del gusano cogollero, atrayéndolos hacia una trampa y evitando que la plaga migre y se propague.
Durango, Dgo.- En la zona Sierra del municipio de Durango, en el estado del mismo nombre, no era muy común realizar Manejo Agroecológico de Plagas, debido —entre otras razones— a la falta de información sobre el tema. No obstante, la incidencia de las plagas ha hecho que los productores locales se interesen en métodos de control más eficientes y de menor riesgo para su salud.
En atención a esta necesidad, en Durango el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha brindado capacitaciones sobre métodos de control biológico —por conservación, aumento o introducción de enemigos naturales de las plagas—, trampeo y monitoreo de plagas.
El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es una plaga particularmente dañina para los cultivos de la región. Para hacer un manejo agroecológico de este se colocaron feromonas sexuales en cuatro trampas por cada módulo demostrativo. Se resaltó además la importancia de cambiar el agua cada tres o cuatro días para mantener limpias las trampas y que el efecto sea duradero durante el mes que estará instalada la trampa.
También se aplicaron productos hechos a partir de agentes entomopatógenos —microorganismos que son capaces de causar enfermedades a los insectos plaga—, como los hongos Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae y la bacteria Bacillus thuringiensis. La aplicación de algunas formulaciones de entomopatógenos crea cristales diminutos en la superficie de las hojas, y cuando el gusano se las come, los cristales rompen su pared celular (además, los filamentos de los hongos colonizan al insecto, causándole la muerte).
Adicionalmente al Manejo Agroecológico de Plagas, es fundamental realizar rotación de cultivos y manejo adecuado de malezas, así como evitar hacer monocultivo y nunca tener un calendario de manejo de productos químicos sin antes conocer el comportamiento de las plagas y los tipos de insectos presentes en el cultivo. En caso de que sea necesaria alguna aplicación de productos químicos, se recomienda usar aquellos que no sean de amplio espectro. Tomando las medidas adecuadas de control, se puede lograr una alimentación sana, suficiente y variada que permita mejorar las condiciones de vida de las familias del campo duranguense y del país en general.
Por: colaborador del Hub Intermedio Grano Pequeño.
Más de 11 000 científicos firmaron un informe reciente que muestra que el planeta Tierra se enfrenta a una emergencia climática y las Naciones Unidas advirtieron que el mundo está en camino a un aumento de 3.2 grados para 2100, incluso si se cumplen los compromisos del Acuerdo de París 2015.
La agricultura, la silvicultura y el cambio en el uso del suelo están implicados en aproximadamente una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
La agricultura también ofrece oportunidades para mitigar el cambio climático y ayudar a los agricultores, en particular a los pequeños productores en las economías en desarrollo y emergentes que han sido los más afectados por el clima cálido y la reducción de las precipitaciones más erráticas.
La mayor parte del trabajo del CIMMYT se relaciona con el cambio climático, lo que ayuda a los agricultores a adaptarse a las crisis mientras satisface la creciente demanda de alimentos y, cuando es posible, reduce las emisiones.
El agricultor familiar Geofrey Kurgat (al centro) con su madre Elice Tole (a la izquierda) y su sobrino Ronny Kiprotich en su campo de trigo de Korongo cerca de Belbur, Nukuru, Kenia. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
Cultivos resistentes al clima y prácticas agrícolas
53 millones de personas se benefician del maíz tolerante a la sequía. Las variedades de maíz tolerantes a la sequía desarrolladas mediante el mejoramiento convencional proporcionan al menos un 25% más de grano que otras variedades en condiciones secas en el África subsahariana — esto representa hasta 1 tonelada por hectárea más de grano en promedio. Estas variedades ahora se cultivan en casi 2.5 millones de hectáreas, beneficiando a unos 6 millones de hogares o 53 millones de personas en el continente. Un estudio muestra que el maíz tolerante a la sequía puede proporcionar a las familias de agricultores de Zimbabue 9 meses adicionales de alimentos sin costo adicional. La mayor productividad se genera cuando estas variedades se desarrollan con labranza reducida o cero y manteniendo residuos de cultivo en el suelo, como se demostró en el sur de África durante la sequía de El Niño de 2015 a 2016. Finalmente, la tolerancia del maíz a las altas temperaturas en combinación con la tolerancia a la sequía tiene un beneficio de al menos el doble que cualquier otro rasgo.
Los rendimientos de trigo aumentan en ambientes difíciles.Casi dos décadas de datos de 740 ubicaciones en más de 60 países muestran que el mejoramiento del CIMMYT está aumentando los rendimientos de trigo en casi un 2% cada año, es decir, unos 38 kilogramos por hectárea más al año durante casi 20 años, en condiciones secas o difíciles. Esto se debe en parte al uso de líneas y cruces tolerantes a la sequía con pastos silvestres que aumentan la resistencia del trigo. Un consorcio internacional está aplicando ciencia de vanguardia para desarrollar trigo resistente al clima. Tres líneas de trigo tolerantes al calor y la sequía de este trabajo están ayudando a los agricultores en Pakistán, una potencia de trigo que enfrenta temperaturas crecientes y condiciones más secas; la línea más popular se cultivó en aproximadamente 40 000 hectáreas en 2018.
Gestión de suelos y fertilizantes climáticamente inteligente. Las rotaciones de arroz y trigo son el sistema agrícola predominante en más de 13 millones de hectáreas en las llanuras indogangéticas del sur de Asia, proporcionando alimentos y medios de subsistencia a cientos de millones de personas. Si los agricultores de la India solo ajustaran las dosis de fertilizantes para cultivos utilizando las tecnologías disponibles, como teléfonos celulares y sensores de fotosíntesis, cada año podrían producir cerca de 14 millones de toneladas más de granos, ahorrar 1.4 millones de toneladas de fertilizantes y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero equivalentes a CO2 en 5.3 millones de toneladas. Los científicos han estudiado y promovido ampliamente tales prácticas, al igual que el uso de la siembra directa sin labranza y manteniendo los residuos de los cultivos en el suelo, métodos de cultivo que ayudan a capturar y retener el carbono y pueden ahorrar hasta una tonelada de emisiones de CO2 por hectárea en cada ciclo de cultivo. Asesorados por investigadores del CIMMYT, los funcionarios estatales de la India que buscan reducir la contaminación estacional en Nueva Delhi y otras ciudades han implementado medidas políticas para frenar la quema en los campos de arroz en el norte de la India mediante el uso generalizado de la labranza cero.
Los agricultores van a casa a desayunar en el distrito de Motoko, Zimbabue. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
Medición de los impactos y ahorros del cambio climático
En un estudio histórico que involucró a fisiólogos del trigo del CIMMYT y subrayó los impactos nutricionales del cambio climático, se descubrió que el aumento del CO2 atmosférico reduce el contenido de proteína del grano de trigo. Dado el papel del trigo como fuente clave de proteínas en las dietas de millones de personas de escasos recursos, los resultados muestran la necesidad de mejoramiento y otras medidas para abordar este efecto.
Los científicos del CIMMYT están ideando enfoques para medir las reservas de carbono orgánico en los suelos. El carbono almacenado mejora la resistencia y la fertilidad del suelo y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Su investigación también proporciona la base para un nuevo sistema global de información del suelo y para evaluar la efectividad de las prácticas de manejo de cultivos que conservan los recursos.
El científico del CIMMYT, Francisco Pinto, opera un dron sobre parcelas de trigo en la estación experimental del CIMMYT en Ciudad Obregón, México. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
Manejo de plagas y enfermedades
El aumento de las temperaturas y el cambio de las precipitaciones están causando la aparición y propagación de nuevas enfermedades mortales de los cultivos y plagas de insectos. Los socios de investigación en todo el mundo están ayudando a los agricultores a ganar ventaja al monitorear y compartir información sobre los movimientos de patógenos y plagas, al difundir medidas de control y fomentar el acceso oportuno a los fungicidas y pesticidas, y al desarrollar variedades de maíz y trigo que presentan resistencia genética a estos organismos.
Los virus y las larvas de la polilla atacan el maíz. La acción rápida y coordinada entre las instituciones públicas y privadas en África subsahariana ha evitado un desastre de seguridad alimentaria al contener la propagación de la necrosis letal del maíz, que apareció en Kenia en 2011 y se trasladó rápidamente a los campos de maíz en toda la región. Las medidas han incluido el desarrollo de capacidades con compañías de semillas, extensionistas y agricultores, y el desarrollo de nuevos híbridos de maíz resistentes a las enfermedades.
El insecto conocido como gusano cogollero llegó a África en 2016, se extendió rápidamente por casi todos los campos de maíz del continente y actualmente se extiende en Asia. Los consorcios regionales e internacionales están combatiendo la plaga con orientación sobre el manejo integrado de plagas, capacitaciones organizadas y videos para apoyar a los pequeños agricultores, al igual que con las variedades de maíz mejorado que pueden resistir, en parte, al gusano cogollero.
Nuevas enfermedades fúngicas amenazan las cosechas mundiales de trigo. La raza Ug99 surgió en África oriental a fines de la década de 1990 y generó 13 nuevas cepas que finalmente aparecieron en 13 países de África y más allá. Además de la adversidad del trigo, una enfermedad devastadora en las Américas conocida como «brusone de trigo» apareció repentinamente en Bangladesh en 2016, causando pérdidas de cosechas de trigo de hasta un 30% en una gran área y amenazando con moverse rápidamente por las vastas tierras de trigo del sur de Asia.
Un voluntario comunitario de una cooperativa agrícola (a la izquierda) utiliza la aplicación para teléfonos inteligentes Plantix para ayudar a un agricultor a diagnosticar plagas en su campo de maíz en el distrito de Bardiya, Nepal. (Foto: Bandana Pradhan/CIMMYT)
Socios y patrocinadores de la investigación climática del CIMMYT
El CIMMYT, líder mundial en investigación de maíz y trigo financiado con fondos públicos y sistemas agrícolas relacionados, es miembro del CGIAR y lidera el Programa de Investigación del CGIAR sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS en inglés).
El CIMMYT recibe apoyo para la investigación relacionada con el cambio climático de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otras agencias públicas y privadas. Los principales financiadores incluyen los Programas y Plataformas de Investigación del CGIAR, la Fundación Bill & Melinda Gates, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), el Centro Australiano para la Investigación Agrícola Internacional (ACIAR), la Universidad de Cornell, Agencia de Cooperación Alemana (GIZ), el Consejo de Investigación de Biotecnología y Ciencias Biológicas del Reino Unido (BBSRC) y los contribuyentes del Fondo del CGIAR.