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La innovación y la conservación de semillas, una alianza ante los retos de la milpa

Almacenamiento de semillas en Chemax, en Yucatán, México. (Foto: Vladimir May/CIMMYT)
Almacenamiento de semillas en Chemax, en Yucatán, México. (Foto: Vladimir May/CIMMYT)

En la Península de Yucatán, en México, una familia requiere en promedio al menos 10 kilogramos de grano de maíz por día; es decir, su demanda anual de maíz es de un poco más de 3,6 toneladas. Por otro lado, el volumen de producción de grano de maíz en la región oscila entre una tonelada y tonelada y media, con rendimientos en promedio de 700 kilogramos por hectárea. Derivado de esto, con frecuencia se tiene que adquirir el volumen faltante, de casi 2,5 toneladas, para satisfacer el consumo anual de una familia.

Entre los principales retos que enfrenta el sistema de producción de maíz en esta región se encuentran la poca profundidad y alta pedregosidad de los suelos, la constante quema de rastrojo, la escasa disponibilidad de otras variedades de semillas y el ataque de fauna silvestre en las temporadas de cosecha, al igual que los efectos de los ciclones tropicales y las sequías.

Esta situación, identificada a través de pláticas y reuniones con productores que participan en el programa Sembrando Vida y Binomio Técnico Social del municipio de Chemax, en el estado de Yucatán, propició la creación de una alianza entre el citado programa federal y el Hub Península de Yucatán del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

La propuesta consiste en tres fases: la primera tiene por objetivo identificar aquellas variedades de maíz y leguminosas que presenten mayor adaptación a las condiciones climáticas, edáficas y de manejo; en la segunda, se plantea fortalecer el manejo agronómico y la aplicación de técnicas de mejoramiento de las variedades sobresalientes de la primera etapa. Por último, la tercera fase consiste en la producción de semilla y transferencia de tecnología.

La primera etapa se inició en el ciclo primavera-verano 2021 con en el establecimiento de cinco vitrinas de semillas nativas y leguminosas en los viveros de las Comunidades de Aprendizaje Campesino de las localidades de Chemax, Checmil, Cocoyol, Hoteoch, y San José Chahuay. Ahí se compararon 12 variedades de maíz de las tres razas existentes en la Península de Yucatán, divididas de acuerdo con el ciclo (precoces, intermedias y tardías), así como por los colores del grano (blanco, amarillo, morado y rojo); para las leguminosas, se compararon tres cultivos de cobertura y cuatro con fines de consumo humano.

En estas parcelas se implementaron prácticas para la conservación de la fertilidad de los suelos, tales como la no quema y dejar el rastrojo; asimismo, se realizó la siembra en hileras para un mejor aprovechamiento del espacio entre plantas y de esta forma disminuir la competencia por efecto de las malezas. Por otro lado, se hizo control de plagas de suelo para proteger la semilla y disminuir el ataque de fauna silvestre en el proceso de germinación y emergencia.

También se instalaron trampas con feromonas para disminuir las poblaciones de gusano cogollero y de esta forma reducir el uso de insecticidas. Al término del ciclo de cultivo se determinó la madurez fisiológica y se realizó la cosecha oportuna para evitar el ataque de fauna silvestre, lo cual permitió mayor cantidad y calidad de grano y semilla.

En la zona se ha identificado que los productores cosechan a partir de febrero y terminan a finales de abril. Se ha visto que entre mayor tiempo permanece la mazorca en campo es más susceptible a ataques de plagas y fauna silvestre (tejón, jabalí, mapache y diversas aves). Por esto se propuso cosechar a finales de noviembre y diciembre para posteriormente seleccionar mazorcas en buenas condiciones y secarlas bajo la sombra. Una vez que se realizó el secado a finales de enero se procedió a medir la humedad del grano (hasta 13% de humedad para maíz y 12% para leguminosas) y después a su almacenamiento en recipientes herméticos, como botellas y garrafones PET.

Durante el ciclo del cultivo se difundieron las prácticas y resultados obtenidos a través de días de campo y de capacitación en donde participaron actores de la zona, tales como ayuntamientos municipales, centros educativos, organizaciones no gubernamentales, técnicos y becarios de los programas federales Sembrando Vida y Producción para el Bienestar, así como productores de otros municipios, lo cual permitió fortalecer la red de innovación.

Además, a través de la participación de los becarios del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro se realizó la colecta de datos y el registro de información en las plataformas digitales para obtener los resultados en términos de rendimiento y costos de producción; con estos datos, se obtuvieron los primeros resultados de esta primera etapa, que demuestran una mejor adaptación en variedades de maíz de ciclo corto e intermedio con rendimientos de hasta 1,4 toneladas por hectárea, es decir, un incremento de hasta el 100% en comparación con el promedio de la zona. Por su parte, las leguminosas que mejor se adaptaron fueron los cultivos de cobertura con rendimientos de hasta 2,6 toneladas por hectárea.

Con estos resultados los productores mostraron gran interés y planean realizar acciones para los ciclos posteriores. Entre ellas conservar las semillas de ciclo corto e intermedio a través de la siembra de una pequeña cantidad en sus parcelas; implementar prácticas para la conservación de la fertilidad de los suelos; realizar el manejo agronómico y poscosecha oportuno; y la administración del riesgo a través de la integración de otros cultivos que permitan mejorar la fertilidad de los suelos y aportar una fuente de proteína a sus familias.

Adicional a estos resultados se logró la consolidación de un espacio para la experimentación, transferencia de tecnología, conservación, producción y distribución de semillas a nivel de localidad, así como la inclusión de jóvenes y mujeres, y el involucramiento de otros actores que tendrán un papel activo en la segunda fase que iniciará en los próximos meses.

Agradecemos a Carlos Cámara Caballero, Cristian Miguel López Arcos, Roque Alejandro Avilés Lizama, a los productores de las Comunidades de Aprendizaje Campesino y a los becarios del programa Jóvenes Construyendo el Futuro por el apoyo para el desarrollo de la primera etapa de la iniciativa aquí descrita. 

 

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Adaptarse al cambio climático, reto de los agricultores en la Sierra Tarahumara

Estudiantes del CBTA 170 realizando el deshierbe manual de los ensayos de evaluación de variedades de maíz en Guachochi, en Chihuahua, México. (Foto: CIMMYT)
Estudiantes del CBTA 170 realizando el deshierbe manual de los ensayos de evaluación de variedades de maíz en Guachochi, en Chihuahua, México. (Foto: CIMMYT)

Guachochi es una localidad de la Sierra Tarahumara —cadena montañosa que forma parte de la Sierra Madre Occidental—, en Chihuahua, México, donde los agricultores han notado cómo la variabilidad climática favorece la aparición de plagas en sus cultivos. Ante este hecho, buscan tanto alternativas para su control como nuevas variedades de maíz resistentes a las condiciones climáticas cada vez más adversas. 

«En los años con sequía más severa las plagas aumentan», comenta Isael Arteaga Flores, del CIDET, «por eso es importante concientizar a la gente sobre los drásticos problemas ocasionados al medioambiente por el uso indiscriminado de pesticidas químicos a los que los productores recurren en estos casos». 

En el marco de MasAgro-Cultivos para México —iniciativa que impulsa la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDET) capacita a agricultores con el fin de desarrollar conocimiento sobre nuevas prácticas de manejo sustentable de plagas. 

En la comunidad de Pahuiranachi, por ejemplo, la capacitación giró en torno al uso y beneficios de las trampas de feromonas para el control del gusano cogollero y otras plagas del maíz. Además de aprender a instalar las trampas, los participantes aprendieron a identificar los daños de las plagas para anticiparse y tomar medidas oportunas para su control. 

Paralelamente, en colaboración con el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 170, en la comunidad La Mesita se estableció un ensayo de diferentes variedades de maíz a fin de identificar las más adecuadas para la zona, donde mayoritariamente se siembran maíces nativos sin ningún mejoramiento. 

Entre los materiales probados hay híbridos comerciales, líneas del CIMMYT y maíces nativos de la región. Aunque es necesario establecer este ensayo por al menos dos años más para tener información más concluyente y de utilidad para los productores, destacó un híbrido comercial (Hermes) con 1 673 kilogramos por hectárea, seguido de un material del CIMMYT (CHLHW12013), con 1 497 kilogramos por hectárea.

Acciones como las que se promueven en Chihuahua contribuyen a que los productores se involucren en los esfuerzos de mitigación y adaptación al cambio climático para que ellos puedan seguir cosechando y la sociedad disponiendo de los alimentos que necesita.

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Se identifican numerosos insectos que combaten al gusano cogollero 

Observaciones en campo de parasitoide de S. frugiperda en el sur de Veracruz: Chelonus insularis (Hymenoptera: Braconidae) parasitando masa de huevecillos. (Foto: Aldrin Quevedo/Tecnología Agropecuaria Aplicada al Campo)
Observaciones en campo de parasitoide de S. frugiperda en el sur de Veracruz: Chelonus insularis (Hymenoptera: Braconidae) parasitando masa de huevecillos. (Foto: Aldrin Quevedo/Tecnología Agropecuaria Aplicada al Campo)

La principal plaga del cultivo de maíz en México es el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), el cual causa pérdidas económicas en el rendimiento superiores al 50% si no es controlado de manera oportuna. 

Para su manejo es muy común el uso de productos de síntesis química de amplio espectro, los cuales generan impactos negativos en los agroecosistemas; uno de estos impactos es que afecta de manera directa la presencia de enemigos naturales de las plagas (depredadores y parasitoides) al disminuir sus poblaciones. 

Los insectos parasitoides, representados principalmente por moscas y avispas, pasan la mayoría de las veces desapercibidos en el campo y no se les da la importancia adecuada como controladores biológicos de esta y muchas plagas agrícolas. Por lo que su identificación en las diversas zonas agroecológicas permite implementar estrategias para su conservación a corto y largo plazo.

Existen alrededor de 263 insectos parasitoides que pueden ayudar al control de esta plaga a nivel mundial, de estas 87 especies se han registrado en México. 

Colectas realizadas en los municipios de Acayucan, Hueyapan de Ocampo y Soteapan del estado mexicano de Veracruz, han permitido detectar la presencia de una gran cantidad de parasitoides del gusano cogollero tales como Archytas marmoratus y Lespesia archippivora (Diptera: Tachinidae); Aleiodes laphygmae, Cotesia marginiventris, Chelonus cautus, Ch. insularis y Meteorus laphygmae (Hymenoptera: Braconidae); Eiphosoma vitticolle, Pristomerus spinator y Ophion flavidus (Hymenoptera: Ichneumonidae); Euplectrus alvarowillei, E. comstockii y E. platyhypenae (Hymenoptera: Eulophidae). 

Al realizar un parasitismo natural en diferentes estadios de desarrollo del gusano cogollero, estas especies identificadas pueden ser de gran utilidad en la regulación poblacional de la plaga, pudiendo además ser insectos benéficos candidatos para generar programas de control biológico por conservación y/o aumento. 

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Diversificar cultivos ha hecho más rentable su parcela

Parcela de San Juan Guichicovi, en Oaxaca, México, con cultivos diversificados. (Foto: CIMMYT)
Parcela de San Juan Guichicovi, en Oaxaca, México, con cultivos diversificados. (Foto: CIMMYT)

Simón Martínez López conoció las trampas de feromonas para gusanos cogolleros y otros insectos plaga porque el colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), Jonatan Villa Alcántara, las llevó hasta su parcela en la comunidad de El Zapote, en el municipio de San Juan Guichicovi, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. 

Por ser la principal plaga del maíz y la que lo obligaba a utilizar “una gran cantidad de agroquímicos para su combate”, el manejo agroecológico del gusano cogollero fue el punto de partida de la participación de Simón en el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, de Walmart Foundation y el CIMMYT.

El Manejo Agroecológico de Plagas es una de las diversas innovaciones agrícolas que Jonatan le compartió a Simón, en cuyas tierras se facilitó la diversificación de más de diez cultivos en dos hectáreas y media: maíz (nativo o criollo) blanco, girasol, ajonjolí, soya, frijol mungo, chícharo gandul, quinoa, chile habanero, tomate criollo, yuca y camote. 

Por ser una zona ganadera, los productores de San Juan Guichicovi acostumbran sembrar sus tierras uno o dos ciclos y después “meter pastos” para que pueda comer el ganado. Cuando entra el ganado, sin embargo “la tierra queda compactada y se va todo el abono”, comenta Simón. 

Con la finalidad de nutrir mejor a los animales y evitar que pasten libremente en las parcelas, la diversificación de cultivos también brinda opciones para los productores que tienen ganado. Ampliar el menú de forrajes con especies que además sirven como cobertura verde del suelo, por ejemplo, es una de esas opciones. 

Simón, sin embargo, renunció a la ganadería y apostó completamente por la Agricultura Sustentable para evitar lo más posible el deterioro y la compactación de su suelo. Al diversificar cultivos, además de ayudar a la regeneración de la tierra para que la calidad de su producción mejore, el productor también busca mejorar el ingreso y la dieta de su familia. 

Así, decidido a seguir cultivando las dos hectáreas y media de tierra en las que ahora evita sembrar solo maíz, Simón está conociendo nuevos cultivos, como el ajonjolí y el girasol, de los cuales está generando semilla para compartir con otros productores a fin de que, como él, también aprendan a utilizarlos como cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno.

Dejar una cubierta vegetal en el suelo ha ayudado a Simón a guardar la humedad y evitar la erosión en suelos que se caracterizan por sus pronunciadas pendientes debido a que se encuentran en pequeños lomeríos donde las lluvias son constantes. “Si dejamos un colchón de residuos de la cosecha anterior, ese colchón evita que el agua arrastre el suelo”, explica el técnico Jonatan.

Con estas innovaciones, Simón ha notado una diferencia en este primer año de trabajo con el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT, pues califica que su siembra estuvo “bonita” porque en vez de quemar el rastrojo lo dejó como abono y el suelo no se ha erosionado por las condiciones climáticas.

De acuerdo con Melchor García Vásquez, líder comunitario en la zona donde está Simón, construir una visión diferente de cómo trabajar el campo impacta positivamente en la comunidad y en las familias de 25 productores que, como Simón, aceptaron la asesoría que brinda el proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT.

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Investigación del CGIAR destacada entre innovaciones climáticas clave para alcanzar las emisiones netas cero

(Imagen: Wondrium.com)

La agricultura es uno de los cinco principales sectores emisores de gases de efecto invernadero en los que se pueden encontrar innovaciones para alcanzar las emisiones netas cero, según el nuevo documental y miniserie de diez partes «Solving for Zero: La búsqueda de la innovación climática«. El documental cuenta las historias de científicos e innovadores que se apresuran a desarrollar soluciones como el cemento bajo en carbono, el transporte mundial con energía eólica, la generación de electricidad por fusión y la arena que disuelve el carbono en los océanos.

Tres científicos del CGIAR aparecen en el documental, hablando de las contribuciones que está haciendo la investigación agrícola.

Mientras que todos los sectores de la economía mundial deben contribuir a lograr las emisiones netas cero en 2050 para evitar los peores efectos del cambio climático, las innovaciones agrícolas son necesarias para los agricultores que están en primera línea del cambio climático.

El mejorador del CIMMYT, Yoseph Beyene, habló con los cineastas sobre el uso del mejoramiento molecular para predecir el potencial de rendimiento. (Imagen: Wondrium.com)

Cultivos climáticamente inteligentes

«El cambio climático ha sido un gran desastre para nosotros. Cada día es peor», afirma Veronica Dungey, una agricultora de maíz de Kenia entrevistada para el documental.

En todo el mundo, 200 millones de personas dependen del maíz para su subsistencia, mientras que el 90% de los agricultores de África son pequeños agricultores que dependen de las lluvias y se enfrentan a sequías, olas de calor, inundaciones, plagas y enfermedades relacionadas con el cambio climático. Según el CGIAR, la agricultura debe proporcionar un 60% más de alimentos para 2050, pero sin nuevas tecnologías, cada 1°C de calentamiento reducirá la producción en un 5%.

«Las semillas son básicas para todo. Toda la familia depende de los productos del campo», explica Yoseph Beyene, Coordinador Regional de Mejoramiento de Maíz para África y Mejorador de Maíz para África Oriental del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Como hijo de una familia de pequeños agricultores sin acceso a semillas mejoradas, Beyene aprendió la importancia de seleccionar la semilla adecuada de año en año. Fue en la escuela secundaria cuando Beyene vio la diferencia entre las variedades mejoradas y las semillas cultivadas localmente, y decidió seguir una carrera como mejorador de cultivos.

Yoseph Beyene examina las líneas mejoradas. (Imagen: Wondrium.com)

En la actualidad, el programa de maíz del CIMMYT ha lanzado 200 variedades de maíz adaptadas a las condiciones de sequía en el África subsahariana, llamadas híbridas porque combinan líneas de maíz seleccionadas para expresar rasgos importantes a lo largo de varias generaciones. Junto con otros centros de investigación del CGIAR, el CIMMYT sigue innovando con enfoques de mejoramiento acelerado para beneficiar a los pequeños agricultores.

«Actualmente utilizamos dos tipos de mejoramiento. Una es la mejora convencional y la otra es el mejoramiento molecular para acelerar el desarrollo de variedades. En el mejoramiento convencional hay que evaluar el híbrido en el campo», dijo Beyene. «Con los marcadores moleculares, en lugar de la evaluación fenotípica en el campo, estamos evaluando el material genético de una línea concreta. Podemos predecir, basándonos en los datos de los marcadores, qué material nuevo es potencialmente bueno para el rendimiento».

Este tipo de innovaciones son necesarias teniendo en cuenta la rapidez y la complejidad de los retos a los que se enfrentan los pequeños agricultores debido al cambio climático, que ahora incluye al gusano cogollero. «El gusano cogollero es una plaga reciente en los trópicos y ha afectado a muchos países», dijo Moses Siambi, Representante Regional del CIMMYT para África. «El aumento de las temperaturas tiene un impacto directo en la producción de maíz debido a la combinación de la temperatura con la humedad, y después tienes estas altas poblaciones de insectos que conducen a un bajo rendimiento».

La resistencia al gusano cogollero se incluye ahora en los nuevos híbridos de maíz del CIMMYT junto con muchos otros rasgos, como el rendimiento, la nutrición y la resistencia a múltiples enfermedades y factores ambientales.

Ana María Loboguerrero, Directora de Investigación de Acción Climática de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, habló sobre el trabajo del CGIAR centrado en el clima de las comunidades. (Imagen: Wondrium.com)

Aprovechar el legado climático del CGIAR

Ana María Loboguerrero, Directora de Investigación de Acción Climática de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), habló a los realizadores sobre el trabajo del CGIAR centrado en el clima de las comunidades, que incluye las Aldeas y Valles Climáticamente Inteligentes. Lanzados en 2009, estos proyectos en curso abarcan el Sur global y tienden un puente eficaz entre la innovación, la investigación y los agricultores que viven la crisis climática a sus puertas.

«Las innovaciones tecnológicas son fundamentales para la transformación del sistema alimentario», dijo Loboguerrero, que fue investigador principal del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS). «Pero si no se tienen en cuenta los contextos locales, incluso las mejores innovaciones pueden fracasar por no responder a las necesidades de los beneficiarios».

El impresionante legado del CCAFS —en cuanto a investigación, influencia en las políticas e información de 3.500 millones de dólares en inversiones climáticamente inteligentes, entre otros muchos logros— está siendo aprovechado ahora por una nueva cartera de iniciativas del CGIAR. Varias iniciativas se centran en la creación de una resiliencia sistémica frente al clima y en la ampliación de la acción climática iniciada por el CCAFS, que contribuirá a un futuro de carbono neto cero.

Loboguerrero señaló otras innovaciones que se adoptaron porque respondían a las necesidades locales y eran culturalmente apropiadas. Entre ellos se encuentra la adopción de nuevas variedades de trigo, maíz, arroz y frijoles desarrolladas por los centros de investigación del CGIAR. El sabor, el color, la textura, el tiempo de cocción y la demanda del mercado son fundamentales para el éxito de las nuevas variedades. No basta con que sean resistentes a la sequía o tolerantes a las inundaciones.

Los Comités Técnicos Agroclimáticos Locales, otra innovación del CCAFS que se está aplicando actualmente en 11 países de América Latina, proporcionan eficazmente información meteorológica en las comunidades agrarias de los trópicos. Los agricultores locales dirigen estos comités para recibir y difundir información meteorológica para planificar mejor cuándo sembrar sus semillas. «Este éxito no habría sido posible si los científicos no hubieran salido de sus laboratorios para colaborar con los productores en el campo», dijo Loboguerrero.

Soluciones de adaptación al clima

En todo el CGIAR, que representa a 13 Centros y Alianzas de Investigación, y una red de socios nacionales y del sector privado, el objetivo es proporcionar soluciones de adaptación al clima a 500 millones de pequeños agricultores de todo el mundo para 2030. Este trabajo también abarca la reducción de las emisiones agrícolas, el impacto medioambiental e incluso la posibilidad de capturar carbono al tiempo que se mejora la salud del suelo.

¿Quiere saber más? El documental «Solving for Zero: La búsqueda de la innovación climática» está disponible en Wondrium.com junto con una miniserie de 10 partes que explora el esfuerzo actual para hacer frente al cambio climático.

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¿Qué es la diatraea y cómo controlarla?

“La diatraea [léase ‘diatrea’] o palomilla del tallo del maíz es un insecto que en su estado adulto es una palomilla parecida a la del gusano cogollero. Pone sus huevecillos en el envés de la hoja —su cara inferior— y estos, al ir eclosionando, caminan y se meten dentro del tallo de la hoja”, explica Armando Jiménez, asesor técnico de Financiera Sakxim. 

El insecto en su estado de larva se propaga hacia abajo por el centro del tallo, comiéndose todo el tejido blando y pudiendo llegar hasta el fondo. Esto provoca que la caña no tenga alimentación y se caiga antes de la cosecha”, menciona el asesor como parte de la colaboración de Financiera Sakxim en acciones de capacitación para la identificación y control de la diatraea que se realizan en el marco de Plan Maíz.

Plan Maíz es una iniciativa de Nestlé y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, entre otros aspectos, busca elevar la cantidad y la calidad del grano que se cultiva en México a través de prácticas respetuosas con el medioambiente, por eso es importante identificar plagas como la diatraea, ver cómo se presenta, qué efectos tiene sobre el cultivo, así como su control. 

Diatraea es una palabra griega que significa taladrar o perforar, y por eso se eligió para designar a este género de insectos barrenadores del tallo que atacan a cultivos de gramíneas, principalmente maíz, caña de azúcar, arroz, sorgo y gramíneas forrajeras.

En México, las especies de diatraea de mayor importancia económica por sus daños a los cultivos de maíz son Diatraea grandiosella, Diatraea saccharalis y Diatraea lineolata. Si bien cada una de estas especies presenta características particulares, en general tienen un comportamiento y ciclo biológico similar —de hecho, algunos autores se refieren a esta plaga como el ‘complejo diatraea’, ya que en términos biológicos un ‘complejo’ es un grupo de especies estrechamente relacionadas donde la distinción entre una y otra suele ser difícil o poco clara—.

Ya que las larvas de diatraea crecen y se desarrollan en el interior del tallo, protegidas del ambiente externo, el control químico suele dificultarse y, muchas veces, solo logra ser efectivo antes de que las larvas penetren al tallo. Por esta razón, una alternativa de control es el uso de enemigos naturales, que incluye el empleo de parasitoides, depredadores y entomopatógenos —microorganismos capaces de causar una enfermedad al insecto plaga—. 

“Una vez que se identifica el problema se tiene que hacer un muestreo. La recomendación es hacerlo en la etapa V6 a V10 —etapas intermedias del desarrollo de la planta—. El control biológico natural se realiza mediante el uso de catarinas, crisopas, tijerillas y también con avispas del género Trichogramma. Si se opta por realizar un control químico se recomienda usar productos de bajo impacto”, puntualiza Juan Carlos Cázares, otro de los asesores técnicos de Financiera Sakxim que está participando en la iniciativa. 

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Una nueva herramienta para reforzar la lucha contra el gusano cogollero en Asia

Junto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y Feed the Future, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE) se complacen en anunciar la publicación de «El gusano cogollero en Asia: Una guía para el manejo integrado de plagas” (en inglés).

La publicación se basa en las respuestas intensivas y de base científica al gusano cogollero en África y Asia.

Fall armyworm in Asia: A guide for integrated pest management

«He encontrado pocas plagas tan alarmantes como el gusano cogollero», escribió el científico de USAID, Rob Bertram, en el prólogo de la guía. «Esta publicación… ofrece a una amplia gama de interesados públicos y privados —incluidos los profesionales nacionales de la protección de las plantas, la investigación y la extensión— enfoques basados en pruebas para gestionar de forma sostenible al gusano cogollero, añade Bertram.

«Socios de una amplia gama de instituciones nacionales e internacionales han contribuido a la gigantesca tarea de formular varios capítulos de la guía», dijo B.M. Prasanna, director del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE). «Aunque la publicación se centra en Asia, proporciona una comprensión actualizada de varios componentes del manejo integrado de plagas del gusano cogollero que también podría beneficiar a las partes interesadas en África.»

En enero de 2018, el CIMMYT y USAID publicaron una guía similar sobre el manejo integrado de plagas de gusano cogollero en África, que llegó a un gran número de partes interesadas a nivel mundial y es ampliamente citada. Prasanna encabezó el desarrollo y la publicación de ambas guías.

La publicación actual también se produce tras el anuncio del CIMMYT de tres híbridos de maíz de élite para el África subsahariana.

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Ahorran dinero y protegen el medioambiente mientras controlan plagas

León, Gto.- Una infestación no controlada de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en un cultivo de maíz puede afectar significativamente la economía de los productores, ya que este insecto plaga afecta a la plántula, daña las hojas —lo que repercute en el desarrollo general de la planta—, o inhibe las inflorescencias durante la floración de la planta adulta.

El gusano cogollero puede disminuir desde 30 hasta 60% el rendimiento del maíz ya a cosecha. Su control convencional implica cuatro aplicaciones de insecticidas químicos que obviamente repercuten en altos costos de producción. Por esta razón en las comunidades Benito Juárez y La Cinta, en el municipio de León, Guanajuato, se promueven enfoques agroecológicos para reducir el uso de productos químicos.

La implementación de la estrategia de Manejo Agroecológico de Plagas que se promueve a través de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— contempla tres acciones principales: la primera son los monitoreos para identificar los insectos presentes en la parcela, determinar cuáles son benéficos y cuáles son plaga; determinar también los porcentajes de daño en el cultivo a través de los umbrales económicos de cada plaga y ver si es necesario o no emprender alguna acción de control. 

El segundo punto es fortalecer el control biológico de las plagas mediante la liberación de algunos insectos benéficos, en el caso de las comunidades Benito Juárez y La Cinta se han liberado avispas del género Trichogramma, las cuales parasitan los huevos de lepidópteros —orden de insectos al que pertenecen las mariposas y las polillas, como la del gusano cogollero en su fase adulta— y también se han liberado chinches del género Geocoris, que se alimentan principalmente de insectos de cuerpo blando —como el gusano cogollero antes de ser polilla—. 

Cabe mencionar que los insectos que se han empleado en esta estrategia proceden del Laboratorio de Reproducción de Organismos Benéficos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Guanajuato (Cesaveg) —su liberación, así como la adquisición de feromonas a bajo costo, ha sido posible con el apoyo del gobierno municipal de León, a través de la Dirección de Desarrollo Rural municipal—. La intención, una vez liberadas, es que se reproduzcan en las parcelas y empiecen a hacer un control biológico de las plagas para reducir su incidencia en las parcelas. 

El tercer punto de la estrategia es el uso de herramientas complementarias, tales como las feromonas de confusión sexual y las trampas con feromonas de atracción que se ponen en los tambos de 10 o 20 litros. Las feromonas de confusión sexual se colocan en un dispensador de fácil instalación y de descarga controlada. La feromona no provoca la muerte del insecto, solo evita que se aparee, lo cual es de suma importancia para evitar la postura de huevecillos que, de otra manera, más tarde se convertirían en un “verdadero dolor de cabeza” para los productores. 

La recomendación técnica es que las trampas con feromonas se instalen inmediatamente después de la siembra —la dosis recomendada es instalar 30 dispensadores por cada hectárea de cultivo—; la razón de esto es para que la feromona se active y forme la nube de aroma que provoca la confusión sexual a la polilla macho del gusano cogollero. Cuando esto se hace antes de que emerja la planta de maíz se protege al cultivo desde la germinación hasta la etapa reproductiva del maíz.

Esta estrategia de Manejo Agroecológico de Plagas recién se ha implementado en el presente ciclo productivo en las citadas comunidades, no obstante, ya se ha notado una disminución en las aplicaciones: de cuatro que se hacían ahora los productores que están participando en MasAgro Guanajuato han hecho una sola aplicación y solo en algunos casos dos aplicaciones. Esto es que se ha reducido en más de 50% la aplicación de insecticidas y, consecuentemente, los beneficios de esta estrategia son directamente para el medioambiente y para la salud de los productores.

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Comunicados de prensa

Alianza estratégica une el legado de dos premios Nobel

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la empresa de innovación agroecológica Provivi® anunciaron hoy una alianza estratégica para promover el uso de innovaciones científicas amigables con el medio ambiente, que contribuirán a una producción más sustentable de maíz y a mejorar la calidad de vida de pequeños productores.

Este anuncio se realizó en el marco de la iniciativa Agricultura para la Paz, parte de la conmemoración del 50 aniversario del Premio Nobel de la Paz que recibió en 1970 Norman Borlaug, fundador del CIMMYT. Provivi® cuenta igualmente con una Premio Nobel entre sus fundadores, ya que Frances Arnold fue laureada en la categoría de Química en 2018.

Durante el evento para la firma del acuerdo de colaboración, ambas instituciones anunciaron las primeras actividades de proyectos acordados y en planeación. Uno de los proyectos contribuirá a controlar la plaga del gusano cogollero, capaz de ocasionar pérdidas de más del 60 por ciento de rendimiento en campos de maíz.

“Los dispensadores de liberación prolongada de feromonas de confusión sexual Provivi FAW® son una herramienta dentro del manejo agroecológico de plagas que permite disminuir el número de aplicaciones para cogollero durante el ciclo del cultivo, reduciendo así la exposición de los seres vivos, del suelo y del agua a químicos nocivos”, señaló el Carlos Uribe Gómez, Director Comercial de Provivi® en México y Estados Unidos.

Para asegurar el uso adecuado de los dispensadores de feromonas de confusión sexual, Provivi® participará en las actividades de investigación y capacitación para la adopción de las prácticas agrícolas sostenibles que promueven el CIMMYT y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de México a través de proyectos de desarrollo integrado de sistemas alimenticios, como Cultivos para México. La nueva alianza contribuye a los esfuerzos fitosanitarios del CGIAR y fortalece la capacidad de respuesta de excelencia del CIMMYT.

“El manejo agroecológico de plagas es un área de investigación aplicada al desarrollo sostenible de los sistemas de maíz, en la que [la Secretaría de] Agricultura [de México] y CIMMYT han tenido mucho éxito, gracias al extenso conocimiento que tienen los productores mexicanos de insectos como el gusano cogollero y a su capacidad de innovación para la mejora continua de sus prácticas productivas”, señaló Bram Govaerts, Director General interino del CIMMYT.

Como parte de esta colaboración, CIMMYT y Provivi® también evaluarán tecnologías para el control de las aflatoxinas del maíz en las plataformas de investigación y módulos demostrativos de las redes de innovación del CIMMYT en México. El organismo internacional de investigación pública sin fines de lucro ha consolidado esta red de innovación con el apoyo del gobierno federal y de decenas de colaboradores de los sectores público, privado y social.

La adopción de prácticas sostenibles y efectivas en la producción de maíz permite disminuir costos y, sobre todo, proteger la calidad de vida de los productores del campo y la calidad de recursos vitales para la agricultura como el agua y el suelo, que frecuentemente se degradan o contaminan por la aplicación excesiva de pesticidas.

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Informes Anuales

Informe anual del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE) 2020

El Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE) se enorgullece de publicar su Informe Anual 2020.

Read the 2020 MAIZE Annual Report

Lea el Informe Anual 2020 del MAIZE

En 2020, frente a los extraordinarios desafíos planteados por la pandemia de COVID-19, MAIZE continuó con su misión de fortalecer los sistemas agroalimentarios basados en el maíz, mejorando al mismo tiempo la seguridad alimentaria y los medios de vida de los más vulnerables, especialmente los pequeños agricultores con recursos limitados y sus familias.

MAIZE y sus socios hicieron grandes avances en el desarrollo de variedades de maíz mejoradas y tolerantes al estrés, en la lucha contra el gusano cogollero (incluido el anuncio de tres híbridos de maíz de primera generación tolerantes al gusano cogollero), probando y promoviendo la agricultura de conservación y la intensificación sustentable, y en la profundización de nuestra comprensión de la mejor manera de empoderar a las mujeres en la búsqueda de la igualdad de género y la inclusión social en los sistemas agroalimentarios basados en el maíz.

Dirigido por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) como principal socio del CGIAR, MAIZE se centra en aumentar la producción de maíz para los 900 millones de consumidores pobres para los que el maíz es un alimento básico en África, Asia meridional y América Latina.