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La voz de los agricultores de pequeña escala llega al G20

Carmelo Sánchez, productor de maíz y leguminosas de Candelaria, Campeche, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Carmelo Sánchez, productor de maíz y leguminosas de Candelaria, Campeche, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

En el marco del G20 (Grupo de los 20), el pasado 18 de abril se desarrolló en India el Encuentro con los principales científicos agrícolas (#G20MACS) a fin de identificar las prioridades en investigación que permitan acelerar el desarrollo agrícola global. El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en México, estuvo representado por su director general, el doctor Bram Govaerts. 

En un mundo donde el cambio climático ha reducido la seguridad alimentaria y donde los pequeños agricultores son quienes están experimentando los peores impactos de ese fenómeno, “La visión del CIMMYT busca construir una línea de soluciones nuevas y mejoradas para brindar beneficios a nivel local a los productores de pequeña escala en un mundo cambiado y cambiante”, sostuvo el científico y representante del CIMMYT.

El trabajo del CIMMYT para construir un mundo con sistemas agroalimentarios resilientes y proteger la biodiversidad tiene un impacto global: 70% del trigo y más del 50% del maíz sembrado en el mundo derivan de materiales genéticos del CIMMYT, centro de investigación científica sin fines de lucro que tiene presencia en más de 50 países y cuyas prácticas y tecnologías desarrolladas y promovidas han beneficiado a más de 18 millones de agricultores en todo el mundo. 

“El enfoque del CIMMYT está orientado hacia una investigación amplia sobre adaptación y mitigación del cambio climático; esto es una investigación centrada en el clima para ayudar a los pequeños agricultores a adaptarse a los choques climáticos y aumentar y mantener los rendimientos de forma rentable y sostenible mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con prácticas como la agricultura de conservación”, mencionó Govaerts. 

La agricultura sustentable que se ha desarrollado en México con el soporte científico de instituciones como el CIMMYT y sus colaboradores, posiciona al país como una de las voces más relevantes del G20 en torno al tema agrícola. 

Experiencias exitosas como Cultivos para México —iniciativa impulsada junto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural— han sentado las bases para que esos aprendizajes actualmente se estén replicando en países de África, Asia y América Latina con el liderazgo del CIMMYT y una amplia participación de actores locales.  

La conservación de la biodiversidad —el centro custodia más de 140 mil muestras de semillas de trigo y más de 28 mil muestras de semillas de maíz—, el estudio y la promoción de dietas saludables y asequibles, el desarrollo local inclusivo y la promoción de sistemas de abastecimiento responsable, así como la consolidación de sistemas de semillas que contribuyan a la soberanía alimentaria de los países, son algunas de las líneas de investigación estratégica que, desde el CIMMYT, se han puesto en la mesa de discusión del que es el principal foro para la cooperación económica internacional.

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Un ejemplo de buenas prácticas

Un agricultor apoyado por MasAgro en México sostiene una selección de variedades de maíz. (Foto: CIMMYT)
Un agricultor apoyado por MasAgro en México sostiene una selección de variedades de maíz. (Foto: CIMMYT)

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) está contribuyendo a que la agricultura de México sea más productiva, sostenible y resiliente, según un nuevo informe de The Economist Intelligence Unit y la Fundación Barilla.

El estudio se centra en la pérdida y el desperdicio de alimentos, la agricultura sostenible y los desafíos nutricionales para evaluar qué tan sostenibles y resilientes son los sistemas alimentarios de las 20 economías más grandes y avanzadas del mundo, que podrían liderar el camino para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030.

«Fixing Food 2021: Una oportunidad para que los países del G20 lideren el camino» sostiene que los sistemas alimentarios mundiales son fundamentales para cumplir todos los ODS, y trata de responder si los países del G20 están haciendo de la sostenibilidad alimentaria una prioridad y de qué manera.

Los autores analizan las complejidades entre los sistemas alimentarios nacionales y el progreso hacia los ODS como una cuestión transversal: «El reto para los sectores agrícolas de los países del G20 es hacer más eficientes sus procesos de producción de manera que cultiven suficientes alimentos para sus poblaciones y sus exportadores, pero haciéndolo de una manera que se desvincule del uso de recursos, repare el daño que ya se ha hecho al planeta, ayude a elevar los estándares nutricionales y, tras la pandemia, reconstruya nuestra resiliencia ante la aparición de enfermedades.”

En este contexto, los sistemas de datos del proyecto MasAgro del CIMMYT se identifican como una innovación o mejor práctica que ayuda a reducir la huella de carbono de la agricultura en México. A través de MasAgro, el CIMMYT monitorea a más de 150 mil agricultores y más de 500 variables del ciclo de cultivo por parcela agrícola.

«Los agricultores pueden acceder al análisis de los datos a través de una app que les proporciona una serie de información para ayudarles a mejorar la productividad, utilizar prácticas más sostenibles y acceder a los mercados», señala el informe.

Mujeres agricultoras de México asisten a un día de campo de MasAgro. (Foto: CIMMYT)
Mujeres agricultoras de México asisten a un día de campo de MasAgro. (Foto: CIMMYT)

Los autores concluyen que los líderes del G20 todavía tienen una estrecha oportunidad de adoptar un enfoque sistémico para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, mitigar el impacto de la producción de alimentos en el medio ambiente y aumentar el contenido nutricional de las dietas mundiales para alcanzar los ODS en 2030.

Sin embargo, las respuestas políticas necesarias para desencadenar un cambio transformador en los sistemas alimentarios mundiales requieren voluntad política y liderazgo. «Involucrar a las diferentes partes interesadas en la mejora de la sostenibilidad de la agricultura es clave, según Bram Govaerts, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)», se lee en el informe.