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Ganadería y Agricultura de Conservación: hacia una simbiosis sustentable

Víctor Peña es un productor que busca hacer de la ganadería una actividad sustentable con la ayuda del rastrojo y la Agricultura de Conservación.
Por: Marco Díaz, Divulgación-CIMMYT.
Julio de 2019.

Ahome, Sin.- Víctor Peña Villalobos es un productor sinaloense que ha implementado la Agricultura de Conservación desde 1993. Para él, es la forma de cuidar y valorar la tierra que sus padres y abuelos trabajaron y que ahora es la fuente de su sustento y el de su familia. Consciente de que los suelos son un recurso finito, cuya fertilidad debe cuidarse, Víctor sostiene que “la sustentabilidad es el uso de los recursos de una manera racional, de tal forma que no se acaben, agoten o desperdicien; que se puedan seguir usando durante muchos años; y que quede para las siguientes generaciones. Y a la vez ir mejorando esos recursos, en vez de agotarlos”.

Una de las prácticas que a don Víctor le ha dado mejores resultados es el aprovechamiento del rastrojo (o paja) como cobertura del suelo. El rastrojo, que en muchas ocasiones es considerado basura que debe quemarse, tiene muchas bondades: como cobertura apoya a disminuir la erosión de los suelos —ya que es una fuente de materia orgánica que favorece su fertilidad—, se puede usar o vender como forraje o como sustrato en invernaderos y también es útil para composteo y para la producción de hongos comestibles, papel, cartón, combustibles y materiales de construcción.

Al respecto, don Víctor comenta: “este año decidimos empacar la paja, la mayor cantidad posible; calculo que sacamos 60 o 70% de la paja, pero no más de eso, pues siempre hay que dejar residuos. Aunque todavía no se ven las plantitas, ya están naciendo entre la paja, porque es una buena cobertura. Mientras más paja dejemos es más rápido el proceso de mejoramiento del suelo. Hay maíces que son altos productores de paja, hasta 10 o 15 toneladas”.

Además de mantener la mayor cantidad de rastrojo posible y tratar el suelo con enfoques agroecológicos —con Manejo Agroecológico de Plagas y uso de compostas y microorganismos—, don Víctor aplica la mínima labranza (otro de los fundamentos de la Agricultura de Conservación). Para ello, ha adaptado su maquinaria para sembrar sobre el rastrojo y ha añadido poco a poco cultivadoras, fertilizadoras y desmenuzadoras, todo “con la finalidad de mover lo menos posible el suelo, y cuando haya que moverlo, hacerlo de manera vertical, no horizontal”.

Como la Agricultura de Conservación le ha permitido hacer más rentable su actividad agrícola, ha aplicado algunos de sus conocimientos sobre este sistema a su actividad ganadera. Así como hace rotación de cultivos, rota su ganado para no agotar los pastos: lo lleva a potreros cercados en el monte durante el verano y al hato ganadero (fincas destinadas a la crianza de ganado) durante el temporal de lluvias, y después lo regresa al rancho. También lo alimenta de manera balanceada, aprovechando los residuos agrícolas.

Así, don Víctor invita a otros productores a no quemar los residuos agrícolas sino a aprovecharlos: “yo pico los machos —la parte polinizadora— del maíz semillero y se los doy al ganado junto con pajas de soya, frijol y garbanzo. Así he logrado tener un buen resultado con el ganado, pues es un alimento bastante barato y nutritivo que lo mantiene en buenas condiciones de salud y, por ende, con un índice de preñez alto”.

En su búsqueda por lograr la simbiosis entre ganadería y Agricultura de Conservación y de hacer más rentable el año de trabajo en campo —para brindar empleo todo el año y tener alternativas ante la variabilidad de los precios de los granos—, señala que mantendrá sus vínculos con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur (AARFS) —de la cual es miembro activo— para promover la Agricultura Sustentable, pues esta —sostiene— permite que su actividad agrícola y ganadera sea más rentable.

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Nutrir a través de las hojas, un complemento de rápida acción

A través del programa MasAgro, productores de Chiapas se capacitan en temas de nutrición integral y manejo de fertilizantes foliares.
Por: Octavio Zarate, formador MasAgro.
Agosto de 2019.

Chiapas.- El estado se caracteriza por dedicar la mayor parte de su territorio al cultivo del maíz. Su producción anual es de 750,000 toneladas, lo que lo posiciona como el sexto estado productor de ese grano en condiciones de temporal. La producción es destinada mayoritariamente al autoconsumo, pero en ocasiones la seguridad alimentaria de las familias de los agricultores se ve amenazada por diversos factores, entre ellos los bajos rendimientos (la superficie agrícola de la mayoría de los productores es de 1 a 3 hectáreas, con un rendimiento promedio de entre 1 y 2 t/ha).

Una de las causas de los bajos rendimientos es la degradación de los suelos. Este fenómeno es favorecido por las cambiantes condiciones climáticas; el relieve irregular, que facilita la erosión de los terrenos; las prácticas convencionales que aún predominan en la entidad, como la roza, tumba y quema; y las limitaciones económicas de los productores de autoconsumo para comprar fertilizantes.

Recuperar la fertilidad de los suelos es un proceso que toma tiempo, pero que es necesario. Por ello, las técnicas y los técnicos del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— desarrollan diversas acciones y promueven alternativas para que los productores de autoconsumo avancen hacia la nutrición integral de sus cultivos de maíz y frijol, obtengan granos de mejor calidad nutricional y logren la seguridad alimentaria de sus familias y sus comunidades.

Una de esas alternativas es la utilización de fertilizantes foliares, es decir, que se aplican directamente sobre las hojas de las plantas. Estos se suministran en distintas etapas del crecimiento de la planta y mejoran la calidad de la producción, aumentándola hasta 20%. La fertilización foliar no sustituye a la fertillización química del suelo, pero sí es un complemento para incrementar —a corto plazo— la disponibilidad de nutrientes en los cultivos.

A través del programa MasAgro, los productores pueden aprender a realizar este tipo de fertilización de forma correcta y segura. Tal es el caso de grupos de productores de los municipios de Chiapilla, Huixtán y Larráinzar, quienes recientemente recibieron capacitación en este tema. Ante los resultados visiblemente favorables en sus parcelas, los productores están organizándose para difundir esta práctica con el resto de los agricultores de la región.

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Milpa y árboles frutales: una gran opción para terrenos de ladera

Cultivar en terrenos de ladera es un verdadero reto para la agricultura, ya que sus suelos superficiales son muy susceptibles a la erosión y el desprendimiento de tierras. Las pendientes dificultan el trabajo y el acceso de maquinaria a las parcelas, y las prácticas convencionales basadas en las quemas agrícolas no favorecen la conservación de los recursos naturales.

Al respecto, Columba Silva Avendaño, representante legal de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL), comentó que “la baja producción de maíz en las regiones de laderas en el estado de Oaxaca se agrava con las prácticas tradicionales de roza, tumba y quema, así como con el descanso por mucho tiempo de los terrenos. Los productores los ocupan por uno o dos años para establecer la milpa; luego los dejan descansar dos o tres años y vuelven a producir”.

Aunque “dejar descansar el monte” para que se regenere solo parece una buena idea inicialmente, trae como consecuencia la apertura de nuevas parcelas. Columba Silva explicó que “el sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) está diseñado principalmente para laderas y es una alternativa que hace posible sedentarizar la milpa. Junto con la Agricultura de Conservación (AC) permite que el mismo terreno se pueda ocupar ciclo con ciclo, y esto evita la apertura de nuevas parcelas (que nuevos lugares sean quemados), pues el mismo lugar se hace eficiente con diversos cultivos”.

Elevar la productividad, sedentarizar la milpa, disminuir la erosión —ya que los árboles actúan como barrera viva que reduce los escurrimientos de suelo— y reducir la contaminación ambiental no son los únicos beneficios del sistema MIAF, pues también incrementa la variedad y la disponibilidad de alimentos para las familias e incide positivamente en su tejido y su economía. “Se fortalecen las interacciones de la familia y se generan ingresos adicionales a la producción de maíz. Obtienen alimento para sus familias, excedente para vender e ingresos por el frutal”, mencionó Columba Silva.

Maíz, frijol, calabaza, durazno, pera, manzana y aguacate son algunos de los alimentos que se siembran en el sistema MIAF. Y aunque fue pensado para lograr la seguridad alimentaria, en la práctica ha permitido afianzar vínculos tradicionales en las comunidades, además de “ayudar a mejorar el medioambiente y conservar el suelo y el agua, porque el productor ya no quema, ya no rotura el suelo frecuentemente; entonces, reduce los jornales y los costos de producción”, puntualizó la representante de la AMDSL.

Sobre la colaboración entre el CIMMYT y la organización que representa, Columba Silva mencionó que “esta vinculación nos ayuda a impulsar el sistema MIAF en las laderas con productores con poco espacio en sus terrenos. Nos está auxiliando a aumentar su producción. Juntos generamos estrategias para utilizar el rastrojo en el terreno, y así no quemamos y hacemos más eficientes los terrenos. En el mismo lugar donde ellos producen su maíz —la milpa— con el sistema MIAF y la AC estamos consiguiendo que vuelvan a sembrar año con año, ciclo con ciclo, sin quemar y utilizando su rastrojo”.

Si te interesó esta información sobre el sistema MIAF, no te pierdas el siguiente número de la revista EnlACe. En él encontrarás información detallada sobre los aspectos técnicos, las investigaciones que permitieron generar el sistema y las personas e instituciones que han aportado para su diseño e implementación en las regiones Mazateca, Cuicateca y Mixe, del estado de Oaxaca.

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Recuperando los suelos de Chenalhó

Productores de la comunidad tsotsil de Chenalhó, Chiapas, participaron en el ‘Taller de fertilidad y uso de mejoradores de suelo para complementar la fertilización’, impartido por especialistas de MasAgro.
Por: Dorian Aguilar Sánchez, formador MasAgro.
3 de julio de 2019.

Chenalhó, Chis.- Enclavada en lo alto de la Sierra Madre de Chiapas, la superficie del municipio de Chenalhó está constituida en 90% por terrenos accidentados con pendientes pronunciadas. Además, llueve abundantemente todo el año. Este característico paisaje montañoso favorece la erosión de los suelos destinados a la actividad agrícola y, consecuentemente, la pérdida de su fertilidad (debido al flujo del agua, que arrastra los mejores suelos de las parcelas).

Para devolverle a la tierra su fertilidad, productores de la comunidad tsotsil de Chenalhó decidieron innovar su sistema de producción: la milpa. Así, con la asesoría de especialistas de MasAgro —programa impulsado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— realizaron una práctica para utilizar mejoradores de suelo, es decir, compuestos que reducen la compactación, permitiendo airear el suelo para que el agua y los nutrientes lleguen más fácilmente a las raíces de las plantas.

La práctica que realizaron los productores fue parte del ‘Taller de fertilidad y uso de mejoradores de suelo para complementar la fertilización’. Además de lo relacionado con los mejoradores, se trataron temas como los macro y microelementos (nutrientes minerales necesarios para el crecimiento) que requiere el cultivo de maíz, como el nitrógeno. Respecto a este, se habló de la importancia de la introducción de leguminosas como el frijol y la canavalia —cuyas raíces profundas ayudan a roturar el suelo y mejorar la infiltración de agua y la oxigenación— para su fijación en el suelo.

El taller, que también forma parte de la vinculación entre MasAgro y Yaxalum Chiapas A.C., proporcionó además información concreta y práctica para que los productores mejoren su sistema de producción de forma sustentable —aprovechando los recursos y evitando la erosión de los suelos— con acciones como sembrar en sentido perpendicular a la pendiente, aplicar fertilización foliar, evitar las quemas agrícolas y dejar la mayor cantidad de rastrojo distribuida sobre la superficie.

Los productores de Chenalhó están conscientes de que recuperar la fertilidad de sus suelos no será algo inmediato, pero con los resultados positivos que han notado en sus parcelas saben que van en la dirección correcta. Con el conocimiento adquirido y las innovaciones adoptadas, estos productores esperan revitalizar el sistema milpa en su región, ya que paulatinamente se ha abandonado, y —a través de esta recuperación de la fertilidad de los suelos— fortalecer también el tejido social de su comunidad.

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Silos herméticos para conservar la salud y las cosechas

Comunidades de la Ribera de Chapala, en Jalisco, iniciaron una acción colectiva para evitar usar sustancias tóxicas para la conservación de granos de consumo familiar.
El CIMMYT, Xochicentli A. C. y una empresa local son aliados clave de las familias que promueven esta acción.
Por: Xochicentli A. C., colaborador del CIMMYT en Jalisco.
29 de julio de 2019.

Chapala, Jal.- A lo largo de la ribera del lago de Chapala se asientan comunidades que practican la agricultura familiar. Producen principalmente maíz y frijol —granos que forman parte de los alimentos básicos de sus familias durante el año—, pero existe la preocupación por la presencia de plagas como el gorgojo de maíz, que —según los productores— puede causar pérdidas de hasta 50% de la producción y el deterioro de los granos después de la cosecha.

Para reducir las pérdidas, los productores utilizan pastillas de fosfuro de aluminio. No obstante, se trata de un fumigante sólido altamente tóxico que puede causar la muerte si su manejo es incorrecto, por lo que una forma de impulsar la adopción de nuevas prácticas —más seguras y sustentables— es mediante los módulos demostrativos poscosecha que el Hub Bajío, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y la asociación civil Xochicentli han instalado en la región de Chapala.

Los módulos demostrativos poscosecha —que se implementan directamente con productores y usuarios potenciales— han contribuido considerablemente a que las familias tomen conciencia sobre los daños a la salud que causa el uso de insecticidas. También han permitido mostrar que las tecnologías herméticas son eficaces para reducir las pérdidas de granos básicos durante el almacenamiento, en ambientes diversos y con diferentes tipos de grano.

Luego de tomar conciencia de los potenciales daños a la salud por causa del uso incorrecto de insecticidas durante el proceso de almacenamiento y de conocer las ventajas de los silos herméticos para conservar los granos destinados al consumo, un grupo de familias de la Ribera de Chapala recurrió a la empresa Herrería y Estructuras Metálicas Fe 26 para adquirir silos herméticos elaborados bajo las especificaciones recomendadas por los especialistas.

Así, durante el primer cuatrimestre del año se realizó la entrega de 10 silos con capacidad de 1 tonelada a las primeras familias solicitantes. Se requiere mucho esfuerzo para reunir los recursos económicos suficientes para la compra del silo, pero el grupo de productores está convencido de que vale la pena la inversión en favor de su salud y seguridad en la disponibilidad de grano para el consumo familiar.

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Cómo sembrar frijol con Agricultura de Conservación

El productor Silvano Gaxiola compartió su experiencia sobre cómo ha establecido el cultivo de frijol bajo los principios de la Agricultura de Conservación.
Mientras muchos productores aseguran que trabajar esta leguminosa sobre la paja es complicado, este productor asegura que sí se puede y da buenos resultados.
Por: Marco Díaz, Divulgación-CIMMYT.
Julio de 2019.

Angostura, Sin.- La agricultura es una actividad que depende de muchos factores, y no hay un manual para cada ciclo agrícola. Por eso, Silvano Gaxiola ha escrito el suyo. Para este productor sinaloense, establecer frijol bajo los principios de Agricultura de Conservación no es algo que esté en el manual del agricultor tradicional, pero su inventiva lo llevó a sembrar esta leguminosa sin mover el suelo y tuvo buenos resultados, los cuales se reflejaron particularmente en el ahorro de combustible y horas de trabajo.

El padre de Silvano, don Silvano Gaxiola Mascareño, es uno de los principales impulsores de la Agricultura Sustentable en Sinaloa, cofundador del Club de Agricultores de Conservación de la Región del Évora y ganador del Premio Cargill-CIMMYT a la Seguridad Alimentaria y la Sustentabilidad 2016. Él fue quien le enseñó los principios de la Agricultura de Conservación: labranza mínima, mantenimiento del rastrojo como cobertura y rotación de cultivos.

Con el maestro en casa, como dice Silvano, hace ocho años tomó la iniciativa de implementar Agricultura de Conservación para disminuir sus costos de producción, pero con un poco de ingenio mexicano (como él lo llama), Silvano fue más lejos. “Trabajar el frijol sobre el rastrojo es complicado, y más si se usa el riego rodado [uno de los sistemas de irrigación más antiguos, que usa canales con pendiente para transportar el agua], pero aprovechando el riego por goteo sí se puede sembrar esta leguminosa sin mover el suelo: se entierra la cinta de riego a 25 centímetros de profundidad, y así, cuando se pasa la cortadora para cosechar el frijol, a la cinta no le pasa nada”, explica.

Además del frijol, Silvano ha introducido otros cultivos (sandía, soya y trigo) para rotarlos con maíz y trabajarlos igualmente con Agricultura de Conservación. Comenta que, si bien el rendimiento en algunos casos o temporadas ha sido similar al de la siembra convencional, el ahorro es siempre notable. Mencionó que se usa menos combustible, se realizan menos labores y se tiene menor desgaste de maquinaria, que —en muchas ocasiones— Silvano y su familia han adaptado para facilitar sus labores y seguir los principios de la Agricultura de Conservación; “es decir, ahorrar y producir lo mismo, o incluso más”, mencionó.

El campo Los Gatones, de la familia Gaxiola, ha fungido por años como un campo experimental particular. El CIMMYT ha brindado acompañamiento técnico a esta familia de productores para fortalecer la adopción de prácticas sustentables en la zona. Allí, Silvano ha aprendido de su padre y también ha innovado. Los buenos resultados, que son visibles en sus parcelas, llaman la atención de muchos productores de la zona, los cuales se acercan para preguntar. De parte de Silvano y su familia siempre hay una respuesta amable, un intercambio de experiencias y una invitación a que, como ellos, mejoren sus cultivos a través de la Agricultura de Conservación.

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Cómo almacenar maíz y frijol por años

Pequeños productores del municipio de Atempan, Puebla, hicieron el levantamiento de un módulo de poscosecha que ellos mismos instalaron meses antes con el apoyo de especialistas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Los productores corroboraron la efectividad de las soluciones herméticas poscosecha en el tratamiento de plagas de almacén, las cuales les generaban pérdidas significativas cada ciclo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de sus familias y sus comunidades.

Las plagas de almacén pueden ocasionar pérdidas considerables. Combatirlas con los insecticidas convencionales incrementa los costos de producción y pone en riesgo la salud humana. Por eso, el Hub Valles Altos, del CIMMYT, promueve entre productores de la región actividades como la instalación de módulos de poscosecha, que consisten en la demostración y aplicación de soluciones basadas en el principio de hermeticidad, es decir, en la ausencia de oxígeno para cortar el ciclo de vida de los insectos.

Entre las soluciones promovidas están los silos metálicos y las bolsas plásticas herméticas, aunque —bajo ciertas condiciones— también se pueden emplear botellas de PET y otros contenedores similares. Para comprobar la efectividad de estas soluciones también se almacena una muestra de granos de la manera convencional (normalmente usando costales). Los granos almacenados tanto de la forma convencional como con las innovaciones herméticas se dejan por un tiempo, y después los contenedores son abiertos.

Así, los productores de Atempan que participaron en esta actividad tomaron muestras de cada contenedor o tratamiento para cuantificar el grado de daño ocasionado por las plagas que se quedaron con el grano durante el almacenamiento, así como el grado de humedad y la temperatura. De acuerdo con los productores, los resultados obtenidos hacen de las soluciones herméticas poscocheca la mejor alternativa de almacenamiento, ya que sin el uso de productos químicos sus granos se mantuvieron secos y en buenas condiciones, con pérdidas mínimas.

Las soluciones herméticas poscosecha tienen costos accesibles para los pequeños productores, permitiéndoles conservar sus granos por mucho tiempo. Con un silo metálico hermético en perfectas condiciones, por ejemplo, los granos de maíz y frijol pueden ser conservados incluso por años sin ningún problema. Por supuesto, existen condiciones básicas que deben cumplirse. Para el caso de los silos metálicos, estas medidas están plasmadas en la Norma Oficial Mexicana ‘NMX-FF-123-SCFI-2014 Silo Metálico Hermético-Proceso de Fabricación-Técnica de Referencia Básica’, en cuya elaboración participaron especialistas en poscosecha del CIMMYT.

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Productores mayas evalúan herramientas para sembrar

Para adoptar las prácticas agrícolas más eficientes y pertinentes, productores mayas de diversos municipios de Campeche y Yucatán, junto con colaboradores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), realizaron una evaluación agrotécnica de implementos manuales de siembra. Este estudio comparativo, que se enmarca en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán, permitirá que los productores elijan las herramientas más adecuadas para mejorar la calidad de sus cultivos y que —con el conocimiento obtenido de esta práctica— puedan replicar el proceso con otras herramientas que quieran evaluar en el futuro.

Aunque un trabajo de siembra rápido no siempre es el mejor, la capacidad y la eficiencia de los instrumentos para sembrar —medidas en hectáreas por hora— son parámetros que impactan directamente sobre la calidad de la siembra, junto con factores como el clima, las condiciones agroecológicas y la homogeneidad de la semilla. Por ello, productores de los municipios de Calkiní y Calakmul, en Campeche, y Nacuché y Chikindzonot, en Yucatán, optaron por evaluar el desempeño del xul (herramienta tradicional que consiste en una vara de madera con punta) y de la sembradora comercial Yufeng, que cuenta con un depósito para semillas, un dosificador, una punta con un compartimiento de precarga y una pala para hacer el orificio en el suelo.

Para realizar la serie de evaluaciones técnicas, los productores fueron asesorados por especialistas del Hub Península de Yucatán y de la Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT. En conjunto, delimitaron las áreas de trabajo y establecieron los criterios para la evaluación agrotécnica (número de líneas de siembra, separación entre líneas, número de golpes, cantidad de semillas por golpe, etcétera), con la finalidad de determinar —en condiciones controladas— la eficacia de los implementos.

Los resultados mostraron que existe una ventaja relativa respecto al tiempo de trabajo al utilizar la sembradora Yufeng, en comparación con el xul. Sin embargo, aún queda esperar la germinación del cultivo de maíz para ver los resultados de la colocación de la semilla y evaluar así la eficacia real de ambas herramientas.

Adicionalmente, se realizó la demostración de un tractor de dos ruedas y de un prototipo de sembradora-fertilizadora para semillas grandes —como maíz y frijol—, desarrollado por el equipo de la Unidad de Mecanización Inteligente del CIMMYT para trabajar en cultivos intercalados y áreas de difícil acceso para maquinaria grande. Aunque estos equipos no se evaluaron, los productores que participaron en la valoración del xul y de la sembradora Yufeng ahora cuentan con los conocimientos para hacerlo posteriormente.

Entre los objetivos están, precisamente, permitir la disponibilidad de maquinaria adecuada y el acceso a esta, desarrollar capacidades y —en el caso específico de este ejercicio de evaluación de instrumentos— mostrar alternativas que permitan aumentar la productividad del trabajo en el sistema milpa en la Península de Yucatán.

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El Manejo Agroecológico de Plagas en Guanajuato, una estrategia interinstitucional

  • El Hub Bajío Guanajuato, del CIMMYT, en colaboración con instituciones académicas y otros actores clave, desarrolla una propuesta para el manejo sustentable de plagas.
  • La red técnica de MasAgro Guanajuato trabajará con los productores para implementar el Manejo Agroecológico de Plagas, una práctica sustentable con soporte científico que permite mantener el equilibrio biológico y reducir los costos de producción.

Por: Paul García Meza, equipo MasAgro Guanajuato.

Junio de 2019.


Guanajuato.- En el marco del programa MasAgro Guanajuato, de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Hub Bajío Guanajuato —en colaboración con diversas instituciones— desarrolla una propuesta de Manejo Agroecológico de Plagas para Guanajuato, a fin de generar soluciones sustentables a los diversos problemas de plagas que se presentan en la entidad.

Entre las plagas que afectan a los productores de Guanajuato están la conchuela del frijol (Epilachna varivestis) en los municipios de Ocampo y San Felipe; la catarina verde (Diabrotica sp.) en Huanímaro, Abasolo, Irapuato y Valle de Santiago; el barrenador de la caña (Diatraea sp.) en Pénjamo; la mosca de los estigmas (Euxesta stigmatias) en Acámbaro; la gallina ciega (Phyllophaga sp.) en Salvatierra; y la secadera (Fusarium sp.) en toda la zona triguera y cebadera del estado.

La propuesta para el manejo de estas plagas está sustentada en estrategias agroecológicas cuyos principios son la reducción del uso de agentes químicos, la restauración del equilibrio biológico y —en general— la creación de ecosistemas agrícolas resilientes, es decir, capaces de seguir produciendo después de haber sido afectados por prácticas agrícolas no sustentables, fenómenos atmosféricos o —en este caso— plagas.

En este esfuerzo conjunto participan las siguientes instituciones: el Hub Bajío-Guanajuato, del CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), a través del doctor Fernando Bahena; el laboratorio de Agroecología de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de la UNAM, Unidad Morelia, con el doctor John Larsen; la SDAyR, a través del doctor Fernando Tamayo, director de Sanidad Vegetal; y el CESAVEG, con el ingeniero Carlos Ramos.

Los retos son grandes, ya que van desde conocer el ciclo de vida y el comportamiento de algunos insectos hasta la evaluación de productos comerciales —tanto químicos como biológicos— que se ofrecen en los mercados.

En esta estrategia interinstitucional los investigadores aportan el soporte científico para el diseño de las estrategias, la red técnica de MasAgro Guanajuato aplica la metodología para la obtención de resultados y los productores ayudan a difundir el mensaje de que el manejo sustentable de las plagas es posible.

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Inician jornadas contra el cambio climático en Oaxaca

  • El Hub Pacífico Sur, del CIMMYT, inició un ciclo de actividades para transferir conocimientos a los productores de la Mixteca de Oaxaca a fin de que implementen prácticas sustentables que les permitan producir en un contexto de suelos erosionados y sequías.
  • Las jornadas iniciaron en el municipio de Yanhuitlán y se replicarán en cuatro municipios más, donde hay plataformas de investigación del CIMMYT o de las instituciones con las que colabora.

Por: Divulgación-CIMMYT.

20 de junio de 2019.


Yanhuitlán, Oax.- Para promover prácticas sustentables que permitan regenerar los suelos y aprovechar y conservar el agua en la Mixteca de Oaxaca, el Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— dio inicio a las actividades de las ‘Jornadas para minimizar el impacto del cambio climático’, una iniciativa orientada a desarrollar en los productores de la región las capacidades que les permitan incrementar su productividad de una manera sustentable y responsable con el medioambiente.

La Mixteca de Oaxaca es considerada una de las zonas más erosionadas del planeta, y la baja productividad agrícola causada por la erosión o las sequías es, en consecuencia, una problemática común en la región. Para sumar esfuerzos que hagan frente a esta situación, las ‘Jornadas para minimizar el impacto del cambio climático’ tienen el objetivo de difundir los beneficios de adoptar innovaciones agrícolas sustentables, como las curvas a nivel (que favorecen la infiltración de agua en terrenos con pendiente) y el aprovechamiento del rastrojo como cobertura (para favorecer la conservación de los suelos).

La primera jornada se realizó el 20 de junio en el municipio de Santo Domingo Yanhuitlán —en el Sitio Experimental Mixteca Oaxaqueña, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP)—, y asistieron productores, estudiantes, técnicos y funcionarios del Gobierno municipal. Las siguientes jornadas se realizarán el 9 de julio en los municipios de Tamazulápam del Espíritu Santo, San Francisco Lachigoló, San Juan Cotzocón y San Miguel Tlacamama, donde el Centro de Aprendizaje Rural en Tecnologías Apropiadas (Cata), de la Universidad Autónoma Chapingo, será la sede de la jornada.

En Yanhuitlán se instalaron tres estaciones para exhibir los efectos de diversas prácticas sustentables:

1) Conociendo mi suelo, donde se trataron temas sobre las características de los suelos y su relación con el crecimiento y la producción de los cultivos.

2) Acondicionamiento de la parcela, en la que se mostraron diversas prácticas para favorecer la captación de agua, como la roturación vertical, las curvas en contorno y el uso de barreras vivas.

3) Presentación de ensayos, donde los asistentes pudieron observar cultivos de maíz y frijol con diferentes tratamientos, tanto con sistema convencional como con prácticas sustentables.

El notorio contraste de los resultados permitió a los asistentes observar los beneficios de la implementación de prácticas agrícolas sustentables y expresar su percepción al respecto durante la plenaria con la que culminó la jornada en Yanhuitlán. Con esta iniciativa, el Hub Pacífico Sur, del CIMMYT, busca que sean los propios productores los que —a partir del conocimiento— tomen las mejores decisiones para mejorar sus sistemas de producción y preservar sus recursos naturales.

Las ‘Jornadas para minimizar el impacto del cambio climático’ se desarrollan en el marco del proyecto Almacenamiento de Granos y Servicios de Información para la Competitividad Agrícola, implementado por el CIMMYT, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).