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Frijol de Puruándiro: del autoconsumo a la búsqueda de mercados

El municipio de Puruándiro se localiza al norte de Michoacán, en la región Bajío. Con una superficie de 12,975 hectáreas destinadas a la producción agrícola —que equivalen a cerca de 18% de la superficie del municipio—, la agricultura es una de las actividades fundamentales del lugar. El maíz se cultiva principalmente bajo riego, con un rendimiento de 8.8 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que en temporal es de 3.5 t/ha (SIAP, 2020). Sin embargo, predomina el monocultivo de maíz y sorgo, hecho que tiene repercusiones en el ecosistema y la producción agrícola.

Las productoras y los productores de la zona manifiestan que hay pocas opciones de cultivos que sean rentables y tengan un mercado disponible. Algunos siembran frijol (principalmente los tipos pintos), pero lo hacen a baja escala y lo destinan principalmente al autoconsumo.

Para ofrecer a los productores opciones de producción con cultivos alternativos, en el marco de la vinculación con el Ayuntamiento de Puruándiro el equipo técnico del Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, con el apoyo del INIFAP, estableció en el ciclo primavera-verano 2019 una vitrina de frijol con diversas variedades.

La variedad a establecer generalmente se determina según el mercado. Aunque en la región se venden principalmente pintos, flor de mayo y flor de junio, existe una ventana de oportunidad para comercializar frijol negro en el mercado del centro y sur del país. Por esta razón, la vitrina incluyó variedades de todos estos tipos de frijol.

En la parcela donde se estableció la vitrina se emplearon herramientas de Manejo Agroecológico de Plagas (como las trampas amarillas con pegamento para monitoreo y captura de insectos plaga). No obstante, no fueron las plagas las que limitaron el rendimiento del cultivo, sino algunos momentos de poca disponibilidad de agua (la variedad ‘Negro Otomí’, además, presentó alta incidencia de mosaico común del frijol).

Cada variedad presentó características sobresalientes que favorecen su adaptación y rendimiento. En cuanto a la producción, el mayor rendimiento se obtuvo con las variedades ‘Pinto Saltillo’ y ‘San Rafael’, con 2.5 y 2.4 t/ha, respectivamente. La variedad ‘Flor de Mayo Eugenia’ destacó por su rendimiento de 2.2 t/ha. Por su parte, ‘Flor de Junio León’ obtuvo 2 t/ha, mientras que ‘San Blas’, de tipo negro, obtuvo 2.1 t/ha.

En seguimiento a estas acciones, la Dirección de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Puruándiro adquirió semilla de las variedades sobresalientes (‘Pinto Saltillo’, ‘San Rafael’, ‘Flor de Junio León’ y ‘Flor de Mayo Eugenia’) para establecer parcelas comerciales durante el ciclo primavera-verano 2020.

Figura 1. Rendimiento y utilidad neta de 12 variedades de frijol en Puruándiro, Michoacán.
Figura 1. Rendimiento y utilidad neta de 12 variedades de frijol en Puruándiro, Michoacán.

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Garban­zo forrajero ­y humedad residual

Cadereyta, Qro.- Querétaro tiene municipios con una importante producción ganadera; Cadereyta es uno de ellos. Ahí, la necesidad de forraje para la alimentación del ganado hace que el rastrojo producido en las parcelas sea muy demandado. Con frecuencia, esto limita la adopción de la Agricultura de Conservación (sistema de producción sustentable que aprovecha el rastrojo como cobertura para retener humedad y mejorar la calidad del suelo y que disminuye la incidencia de plagas y malezas a través de la rotación de cultivos).

Además de la necesidad de forrajes, en Cadereyta ―que se encuentra en la región Semidesierto queretano― hay otros desafíos para la agricultura, como el monocultivo, que sigue siendo una práctica común ―lo que aumenta la incidencia de plagas y malezas y deteriora el suelo― y se suma al escaso temporal y el cambio de los patrones de lluvia en años recientes.

Ante esto, en la plataforma de investigación de Cadereyta de Montes ―donde colaboran el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la asociación Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ)― se han desarrollado diversos estudios sobre algunos cultivos que crecen con humedad residual, los cuales se perfilan como una opción para diversificar cultivos y brindar forrajes de calidad.

En uno de estos estudios ―realizado en colaboración con el doctor Jorge Acosta Gallegos, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP)―, se cultivó garbanzo después de la cosecha de frijol y avena (para aprovechar la humedad residual del suelo), evaluándose tanto el rendimiento en grano como la biomasa de los cultivos.

De las seis variedades de garbanzo evaluadas, las forrajeras (el patrón y san Antonio) fueron las más tolerantes a las bajas temperaturas y tuvieron un desarrollo más adecuado (siendo además las únicas que lograron producir grano). La variedad el patrón, por ejemplo, tuvo una excelente germinación y dio 1.9 toneladas por hectárea de grano. También fue la variedad con la que se obtuvo mayor cantidad de biomasa (3.3 toneladas por hectárea de materia seca).

En suma, el garbanzo es una excelente alternativa para hacer rotación de cultivos en condiciones como la descrita y como cultivo de humedad residual después de la cosecha de cultivos de ciclo corto, como el frijol y la avena. Además de aprovechar el agua disponible, el garbanzo forrajero contribuye a mejorar la fertilidad del suelo (por la biomasa que aporta) y ayuda a bajar la incidencia de malezas. También es una buena opción para generar forraje de alta calidad para la alimentación del ganado cuando inicia la época de estiaje.

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Los beneficios del frijol mucuna

Con el paso del tiempo, el manejo convencional de los cultivos (quemas agrícolas, monocultivo, constante movimiento del suelo, etc.) genera impactos negativos en la fertilidad de los suelos, erosionándolos y volviéndolos cada vez menos productivos (este efecto es particularmente notorio en zonas de lomeríos y laderas). Sin embargo, hay diversas prácticas que ayudan a revertir esta situación; entre ellas está el establecimiento de cultivos de cobertura.

El frijol mucuna (Mucuna pruriens) —también llamado frijol terciopelo (por sus vainas con vellosidad) o frijol nescafé (porque sus semillas tostadas se usan como sustituto de café)— es un cultivo de cobertura que, en rotación o de relevo con el maíz, funciona como un abono verde, debido a la cantidad de follaje que produce. Estas grandes cantidades de biomasa contribuyen a mejorar el suelo, evitar la erosión hídrica, conservar la humedad e impedir la emergencia de malezas.

Gracias a que es una leguminosa, tiene la capacidad de capturar el nitrógeno (elemento esencial para el crecimiento de las plantas) del aire y fijarlo al suelo gracias a las bacterias Rhizobium que se desarrollan en sus raíces. Sus vainas, follaje y semillas se usan en algunos casos para la alimentación animal, mientras que el consumo humano es mucho menos frecuente (no solo porque su cocción toma mucho tiempo, sino porque contiene sustancias que pueden ser tóxicas, como la L-dopa, precursora de la dopamina).

Se trata de una planta que se adapta bien a las regiones tropicales; por eso, productores del municipio de San Felipe Jalapa de Díaz, en Oaxaca, han comenzado a realizar siembras de relevo con esta leguminosa —estableciendo el cultivo cuando el maíz ya se encuentra doblado y listo para cortarse—, obteniendo buenos resultados.

Para los productores de este municipio el cultivo del frijol mucuna es una forma natural de mejorar la fertilidad de sus suelos, y representa además una alternativa para disminuir la inversión realizada en fertilizantes (sobre todo porque la producción en esta zona es de dos ciclos agrícolas). Su apuesta por esta leguminosa, de hecho, se ha comenzado a replicar en parcelas de municipios vecinos.

Es importante mencionar que la sola implementación del cultivo de mucuna no basta para mejorar la calidad y fertilidad del suelo. Para que esta leguminosa haga su trabajo, se deben realizar además otras prácticas sustentables a nivel de parcela, tales como la mínima labranza, la rotación de cultivos, la cobertura del suelo o el Manejo Agroecológico de Plagas.

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Menos agua a los frijoles

Agricultura de Conservación, curvas a nivel, rotura vertical y labranza en banda son algunas de las prácticas para el aprovechamiento del agua en zonas de temporal que más de 250 productores de la región norte de Guanajuato conocieron en la plataforma de investigación Ocampo —ubicada en el municipio del mismo nombre— durante el Encuentro Regional para la Producción Sustentable de Frijol.

Francisco Santoyo, técnico de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) de Guanajuato y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y responsable de la plataforma, explicó que la investigación colaborativa que se desarrolla en la plataforma ha permitido a los productores de la zona tener importantes ahorros en sus costos de producción, alrededor de $1,745 por hectárea.

Con la colaboración de investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y de técnicos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Guanajuato (Cesaveg) y la SDAyR, la investigación desarrollada en la plataforma ha permitido validar prácticas que hacen posible reducir los costos de preparación del terreno (como la implementación de camas permanentes, que permiten aprovechar mejor el agua disponible).

Los productores que asistieron al encuentro —provenientes de la región norte de Guanajuato, así como de Jalisco, Aguascalientes y Querétaro— recorrieron las diversas estaciones establecidas: fertilidad/densidad de siembra, periodo crítico de competencia (malezas) para el cultivo de frijol y evaluación de herbicidas para el cultivo de frijol. Además, conocieron tecnologías para la aplicación de productos fitosanitarios para el cultivo de frijol, la evaluación de insecticidas, la vitrina de variedades de frijol, algunos cultivos forrajeros y un ensayo de trigos y triticales.

Como parte de la estrategia #CosechandoAguaGTO —con la cual se ha impactado positivamente en más de 1,250 hectáreas—, se dieron a conocer los resultados de una intervención técnica en los municipios de Ocampo y San Felipe, donde se implementaron técnicas sustentables, como la rotura vertical, las curvas a nivel, las terrazas de formación sucesiva y el uso de foliares caseros.

Durante el acto protocolario que se realizó en la plataforma de investigación estuvieron presentes María Guadalupe Rodríguez Martínez, presidenta municipal de Ocampo; Francisco Becerra, director de Innovación Tecnológica Agrícola de la SDAyR; Erick Ortiz Hernández, gerente de MasAgro Guanajuato; Juan José García, representante del INIFAP; y Álvaro Francisco Rico, representante del Cesaveg.

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Frijol para México, plan estratégico que ya comienza a construirse

Con la presencia y participación de Miguel García Winder, subsecretario de Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), se desarrolló el Taller de Escenarios 2030 – Frijol para México (FpMex). Allí representantes de organizaciones del sector privado, sector público, centros de investigación y academia, respondieron a la convocatoria hecha por la SADER, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) —en cuya sede se realizó el taller— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Frijol para México está inspirado en la experiencia de Maíz para México, plan estratégico que busca lograr la sustentabilidad, rentabilidad y resiliencia del sistema agroalimentario de este cereal, contribuyendo a la autosuficiencia en maíz, así como a la soberanía y la seguridad alimentaria. Un plan que ya cuenta con el respaldo del gobierno federal para ponerse en marcha y que también está siendo replicado en Sudamérica con Maíz para Colombia.

Estas experiencias tienen su fundamento metodológico en un conjunto de tres preguntas orientadoras (¿dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos? y ¿cómo lograr un futuro mejor?) y el acompañamiento de un panel de expertos, que en el caso de Frijol para México está conformado por Franklin Rodríguez, investigador del INIFAP; Steve Beebe, líder del Programa de Investigación de Frijol del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT); Kai Sonder, responsable de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT; Roberto Rendón, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); y Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultivo de Mercados Agrícolas (GCMA); quienes en su momento compartieron sus perspectivas en relación con los cuatro motores de cambio identificados de manera preliminar: adopción de semilla mejorada; cambio climático; extensionismo y redes de innovación; y vinculación de productores al mercado.

El Taller de Escenarios 2030 – Frijol para México comenzó con cinco oportunidades principales enunciadas por el Subsecretario García Winder:

  1. Mejorar la producción del frijol en relación con la mano de obra, el uso de tierra, utilización de fertilizantes y otros insumos, para aumentar la productividad y competitividad.
  2. Producir frijol teniendo en cuenta las necesidades del consumidor.
  3. Repensar la comercialización para acercar a productores y consumidores finales.
  4. Realizar una gestión integral de riesgos, considerando la construcción para un mercado.
  5. Asegurar una nueva institucionalidad para la cadena del frijol.

En su turno, José Fernando de la Torre, director general de INIFAP, reafirmó el compromiso institucional con las estrategias de la administración actual, entre las que se encuentran aumentar la producción de frijol. Durante su intervención, Bram Govaerts, Director Global de Desarrollo Estratégico y Representante Regional del CIMMYT para las Américas, destacó la importancia de construir Frijol para México como un esfuerzo de país para beneficio de todos, con miras a contar con un plan estratégico para la adopción de nuevas prácticas agrícolas que contribuyan al impulso de la productividad del cultivo del frijol, así como la resiliencia frente al cambio climático, abonando a la autosuficiencia alimentaria del país (con la reducción de importaciones) y a la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.

Por su parte, Arnulfo Soto, representante del Consejo Mexicano del Frijol (Come Frijol), reiteró el compromiso de este organismo con la construcción conjunta de una visión para 2030, en la que se tengan en cuenta recomendaciones como usar semilla mejorada, contar con esquemas de financiamiento, realizar estudios de mercado, fomentar el consumo del cultivo, y realizar un congreso de frijol y leguminosas.

Durante el primer semestre de 2020 se desarrollará un proceso de validación de los motores de cambio y acciones identificadas a corto, mediano y largo plazo, a partir de los resultados documentados en las mesas de trabajo del Taller con los actores representativos del sector de frijol en México.

 

El frijol y México

Por la superficie que ocupa, el frijol (Phaseolus spp.) es el tercer cultivo más relevante en el país –su producción corresponde al 1.9% del producto interno bruto (PIB) agrícola nacional– y la leguminosa más importante para consumo directo en el mundo.  Aunque México cubre 89% de su demanda nacional (SIAP, 2017), desde 2003 se observó una reducción acumulada en la superficie sembrada y de la producción de alrededor de 20%. En otras palabras, paulatinamente México ha reducido su producción y su consumo de frijol, por lo que es oportuno y necesario construir un nuevo modelo productivo de esta leguminosa, uno que además sea incluyente y sustentable.

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Dos por uno: los beneficios de diversificar cultivos

Carmelo Sánchez Caraveo vive en la localidad Paraíso Nuevo, en el municipio de Candelaria, Campeche. Como la mayoría de sus vecinos productores, siembra maíz para mantener a su familia.

En esta zona de Campeche predomina el monocultivo de maíz (aunque eventualmente se incorpora calabaza, la diversificación de cultivos no es común). Debido a esta práctica, la biodiversidad se ha reducido y la incidencia de plagas ha aumentado, afectando ―en consecuencia‒ la rentabilidad de las parcelas de los productores de la zona.

Ante esto, el señor Carmelo consideró que era momento de buscar soluciones. Aunque tenía dudas, decidió implementar las innovaciones agrícolas promovidas por el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, que es impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

En julio se reunió con los técnicos del proyecto para hacer la planeación correspondiente; acordaron dividir en dos su parcela de una hectárea. En una mitad se sembraron maíz y diversas variedades de leguminosas con prácticas agronómicas sustentables (a este espacio se le llamó área de innovación); en la otra mitad, se sembró únicamente maíz, de la misma forma en que convencionalmente se hace en la región (por lo que se le llamó área testigo).

Sobre los resultados, don Carmelo comenta: “nos apoyaron con semillas de girasol, frijol mungo, frijol gandul, cacahuate y garbanzo. Ahorita estamos evaluando cómo se van desarrollando el frijol y el maíz juntos. Yo tenía mis dudas porque pensé que el maíz le iba a hacer sombra al frijol, pero con el diseño de la siembra le da el sol todo el día y ahí están los resultados. Es la misma variedad de maíz, solo que se han hecho cosas diferentes. Las plantas tienen más mazorcas y son más grandes”.

Aunque en este momento en la parcela de don Carmelo no se han implementado todas las innovaciones planeadas (debido a que en ella solían hacerse quemas agrícolas, podría decirse que se está recuperando el terreno), el productor ya nota las diferencias y se alegra porque su parcela será más rentable, pues tendrá dos cultivos en un mismo terreno: dos por uno, como se dice.

Don Carmelo no es el único beneficiado con estos aprendizajes sobre rotación de cultivos. Hay otros 61 productores, vecinos suyos, que han estado pendientes de la parcela de este productor innovador. Participaron en la siembra de las leguminosas y constantemente visitan el terreno. Muchos de ellos también han establecido nuevos cultivos y, recientemente, están aprendiendo a realizar Manejo Agroecológico de Plagas para controlar de una manera más eficiente, sustentable y económica el gusano cogollero, que causa severos daños en la zona.

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Higuerilla intercalada en la milpa, una opción sustentable y rentable

Con el resurgimiento del mercado de higuerilla (Ricinus communis) —proceso en el que ha contribuido la empresa Ricinomex—, los productores de la región Valles Centrales de Oaxaca que han implementado este cultivo intercalado con el sistema milpa (maíz, frijol y calabaza) han logrado aumentar sus ingresos y ahora buscan incrementar sus rendimientos con la adopción de variedades híbridas.

Según los datos registrados, en la comunidad de Ayoquezco de Aldama se han producido —en promedio— 6.3 toneladas de semilla (cantidad obtenida de 13 productores entre los años 2018 y 2019). Durante el presente año, en colaboración con Ricinomex, en esta localidad se comenzaron a implementar algunas innovaciones agrícolas, facilitándoles semilla híbrida a los productores interesados.

Las principales ventajas de las variedades híbridas son su precocidad —es decir, su maduración temprana— y que permiten utilizar densidades de siembra (número de plantas por hectárea) mayores, obteniendo así más rendimientos en menos tiempo.

Se estima que con estas variedades se podrán producir aproximadamente 3 toneladas de higuerilla por hectárea, generando un ingreso estimado de $20,000 directos por productor y obteniendo el doble de rendimiento en comparación con la variedad que hasta el momento se ha empleado en la zona. Además, la empresa Ricinomex se ha comprometido a comprar la totalidad de la cosecha, lo que permite al productor tener una venta segura a un precio justo, ya que la semilla no pasa por intermediarios.

Para evitar que se reduzca la biodiversidad en la zona y que los suelos se degraden por cultivar únicamente higuerilla, la empresa Ricinomex, el Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo— y otras organizaciones colaboradoras en la entidad promueven prácticas sustentables como la diversificación de cultivos.

Al intercalar la higuerilla en la milpa hay beneficios significativos para el productor, principalmente por la resistencia de esta especie a sequías que puedan presentarse en el temporal, en contraste con los otros cultivos cuyo rendimiento se reduce drásticamente por el estrés hídrico.

Por otra parte, la planta de higuerilla —especialmente las hojas impide el impacto directo de la gota de lluvia sobre el suelo, reduciendo así la velocidad de escurrimiento superficial del agua y evitando la erosión. Además, cuando las hojas se secan y caen a la superficie, generan un acolchado natural, favoreciendo la implementación de la Agricultura de Conservación.

Cabe señalar que de la higuerilla no se comercializa únicamente la semilla —de la que se extrae el aceite de ricino—; los tallos procesados son utilizados como madera, esto hace que la higuerilla se considere como cultivo principal y se obtengan ingresos económicos que reintegren los gastos generados en las labores de preparación del terreno.

Con los resultados que se obtengan de las diversas evaluaciones de semilla híbrida que actualmente se desarrollan, se prevé que nuevos productores de la localidad se integren a la siembra de higuerilla como alternativa económica de la región y —posteriormente— destinar mayores superficies a la siembra de higuerilla híbrida, ya que tiene un mayor potencial de rendimiento en menor tiempo.

Por: Ricinomex.

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Con Agricultura Sustentable este productor ha incrementado 300% sus rendimientos

Después de escuchar una plática sobre Agricultura de Conservación en la plataforma de investigación San Juan del Río I (Querétaro), visitar la plataforma Indaparapeo (Michoacán) y escuchar los testimonios de los productores de esos lugares, el señor Miguel Enrique Cruz Corona decidió —hace tres años— comenzar trabajos de Agricultura Sustentable en su parcela de temporal.

Inició con la siembra de variedades adecuadas de maíz, para el tipo de suelo y las condiciones agroclimáticas de su parcela, y un mejor manejo de fertilizantes; después comenzó a dejar el rastrojo como cobertura del suelo —actualmente deja 40% del rastrojo sobre la superficie—; luego emprendió acciones de fertilización con estiércol; y ahora hace rotación de cultivos con frijol y Manejo Agroecológico de Plagas (recientemente ha instalado trampas con feromonas para el control del gusano cogollero).

Sobre los resultados, comenta que “hace años que no se veía un cultivo con ese porte y con rendimientos tan altos” (pasaron de 1 a 3.5 y 4 toneladas por hectárea). Visualmente, los beneficios de implementar innovaciones agrícolas sustentables son notorios. El cambio del sistema convencional al de Agricultura Sustentable aumentó sus rendimientos en más de 300%, abriendo la posibilidad de escalar estas prácticas innovadoras en toda la región.

Los resultados han convencido al señor Miguel de que la Agricultura Sustentable es el camino para obtener producción en condiciones de temporal, particularmente en su zona, donde hay suelos muy degradados y las lluvias son escasas (en el ejido Arcila —San Juan del Río—, donde se ubica la parcela del productor, 90% de los suelos son calcáreos, los cuales son pobres en materia orgánica y nitrógeno; tienen poca profundidad; y están erosionados, en buena medida, por el exceso de laboreo).

Para este productor innovador, una de las prácticas sustentables más útiles en su parcela ha sido el mantenimiento del rastrojo como cobertura del suelo. En lugar de quemarlo, ahora aprovecha el rastrojo para incorporar poco a poco materia orgánica al suelo y ‒sobre todo‒ para conservar la humedad en su parcela (la precipitación en la zona es de 400 a 600 milímetros anuales, aunque en lo que va de 2019 solo han sido 250 milímetros).

Por la disposición de don Miguel para compartir sus aprendizajes y su experiencia con las prácticas innovadoras que el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y sus colaboradores promueven en la región —con campañas como #CultivosSustentablesBajío—, se han realizado dos eventos demostrativos en su parcela, a los que han asistido alrededor de 60 productores de la región.

El productor platica a quienes acuden a ver su parcela que los buenos resultados no son solo cosechas más abundantes y suelos de mejor calidad, sino también alimentos más sanos y nutritivos que, finalmente, benefician tanto la salud propia y de su familia como la de aquellos que consumen los alimentos que él produce. Por esto, invita permanentemente a sus compañeros productores a comenzar con pequeños cambios, como él lo hizo, hasta lograr un sistema de producción rentable y ambientalmente sustentable.

Estas acciones forman parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, del Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. En San Juan del Río, por ejemplo, existe un grupo de nueve productores que han comenzado a adoptar diferentes prácticas sustentables (en 36 hectáreas) con buenos resultados y un potencial de crecimiento en la región; con el apoyo de los ejidos, la cobertura potencial sería de 1,500 hectáreas o más.

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Cacahuates, caupíes y gandules, cultivos alternativos para incrementar la rentabilidad

La agricultura en la región del Papaloapan, en el estado de Oaxaca, se caracteriza por su diversidad de cultivos (como naranja, limón, plátano, caña de azúcar, piña, frijol, maíz y ajonjolí, entre otros), los cuales permiten a los productores de la región diversificar también sus ingresos. Sin embargo, muchos de estos se trabajan como un sistema de monocultivo.

El hecho de dedicar toda la extensión de suelo disponible a una sola planta (monocultivo) contribuye a la degradación de los suelos y a una incidencia de plagas y malezas cada vez mayor. Por esto, miembros del equipo del Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y sus colaboradores realizaron un recorrido de campo por varios municipios de esa región.

Durante el evento se contó con el acompañamiento del doctor Ravi Gopal Singh —científico del CIMMYT especialista en cultivos alternativos y manejo de malezas—, quien compartió con los técnicos y los productores información útil para sembrar algunos cultivos que ayudan a mejorar el suelo y además permiten obtener beneficios económicos y de alimentación para los productores.

Al visitar los cultivos de maíz, frijol, piña, ajonjolí, plátano y yuca, entre otros, el especialista del CIMMYT recalcó la importancia de establecer sistemas en los cuales los cultivos que se integren no compitan entre ellos por luz, agua, nutrientes y espacio —que son los recursos fundamentales para toda especie vegetal— y tampoco contribuyan a la degradación del suelo.

La recomendación para los productores de la zona fue establecer un sistema de asociación de cultivos (siembra simultánea de dos o más cultivos en el mismo terreno) o uno de cultivos en relevo (siembra de dos o más cultivos en el mismo terreno pero en secuencia, es decir, sembrando el segundo antes de la cosecha del primero).

Entre los cultivos alternativos sugeridos están los siguientes:

  • Cacahuate. Comparado con el maíz, este cultivo requiere menor cantidad de nitrógeno y fósforo, por lo que se puede asociar con maíz, piña o plátano. Además, tolera la sombra y —como alimento— es una fuente de energía rápida.
  • Caupí. A este cultivo se le conoce con diferentes nombres: frijol ejotero, frijol tripa o vigna. Se puede asociar o sembrar en relevo con otros cultivos, brinda excelente cobertura al suelo y su ciclo es muy corto (puede iniciar la producción de ejotes a partir de los dos meses).
  • Chícharo gandul. Este es un cultivo semiarbustivo de ciclo largo. Su grano es un alimento apto para el consumo humano, pero también se puede utilizar como forraje para los animales, para establecer barreras en zonas de lomeríos o para brindar cobertura al suelo (ya que además recicla nutrientes de partes inferiores del suelo).
  • Girasol. Este cultivo sirve como forraje, pero también se vende en flor o grano. Tiene la ventaja de poder sembrarse tanto en el ciclo primavera-verano como en el otoño-invierno. Además, es un cultivo muy atractivo para los insectos benéficos, como las abejas.

En suma, la diversificación de cultivos representa una gran oportunidad para que los agricultores mejoren su producción; disminuyan el uso de plaguicidas; reduzcan la degradación de sus suelos; obtengan alimentos más variados; y —adicionalmente— comercialicen los excedentes, apoyando así a la economía de sus familias.

Además de ser uno de los principios de la Agricultura de Conservación, la diversificación de cultivos es también uno de los componentes del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT.

Entre los aspectos que el proyecto promueve están diversas prácticas sustentables para que los productores puedan ser resilientes ante los efectos del cambio climático y se disminuya el riesgo constante de la inseguridad alimentaria en la agricultura familiar y de pequeña escala.

Se trata, en conclusión, de construir vías para que México avance en su camino hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), particularmente el de poner fin al hambre.

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Por: José Rausel Ovando.

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Mijo, una perla de las zonas áridas

Se domesticó hace 4,500 años en los valles de lo que hoy es la República de Malí, África, y puede crecer en zonas áridas donde no prosperan otros cultivos; por su potencial de rendimiento en condiciones de sequía y calor, su cultivo se ha extendido a varias zonas del mundo. Se trata del mijo perla (Pennisetum glaucum), una gramínea que en México aún es poco conocida. Las experiencias que se tienen son —como en otras partes del mundo— en la producción de forrajes, sobre todo en zonas con limitada retención de agua, pues se adapta bien a condiciones extremas de temperatura y a suelos ácidos y poco fértiles con escasa retención de agua.

En general, las estadísticas internacionales que existen sobre el mijo son escasas. En México son pocos los estudios sobre este cultivo (por ejemplo, los de Hernández et al., 2006, y Flores et al., 2018). Por esto, y porque muchos productores en el norte de Guanajuato realizan tanto actividades ganaderas como agrícolas, se desarrolló un experimento para buscar opciones de cultivo que permitan ampliar la oferta de especies forrajeras y dar a conocer entre los productores el potencial de rendimiento del mijo perla.

En el rancho El Morquecho, en el municipio de Ocampo, Guanajuato, se encuentra la plataforma de investigación Ocampo, en la que colaboran el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Allí, recientemente se evaluó maíz (dos variedades), mijo perla y avena de la variedad turquesa (el cultivo más común en la zona).

Para realizar el análisis se observaron y registraron diversos aspectos, desde la siembra hasta la cosecha (humedad, tipo de siembra, cobertura del suelo, arreglo de las parcelas, densidad de la siembra, etapa del grano al momento de la cosecha, etcétera). Se tomaron 10 muestras representativas de cada cultivo y se midieron variables como rendimiento, altura de planta, altura de mazorca y altura de panícula.

Los resultados indican que las dos variedades de maíz (en materia verde y peso seco) tuvieron un rendimiento superior al del mijo perla (en 23.35% y 50.94%, respectivamente) (gráfica 1). Sin embargo, el mijo perla se perfila como una buena alternativa para la producción de forraje verde, superando en 20.53% el rendimiento de la avena turquesa y en 39.01% el de la avena en la región Mesa Central (Altiplano Central), que en los últimos cinco años fue de 9.21 t/ha, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

En suma, los resultados del experimento muestran que tanto el maíz como el mijo perla obtienen mayores rendimientos que la avena turquesa. El mijo perla, al usar eficientemente el agua, ser tolerante a la sequía y la salinidad y tener un ciclo más corto que el maíz, es una opción viable para la producción de forraje en la región. Además, el grano y el forraje tienen un valor nutritivo similar al del maíz, que es adecuado para elaborar tortillas y tamales o como componente de alimentos concentrados para aves y otros animales de corral.

Gráfica 1. Rendimiento de forraje en verde y en materia seca de diferentes especies forrajeras. Plataforma de investigación Ocampo, PV 2017.
Gráfica 1. Rendimiento de forraje en verde y en materia seca de diferentes especies forrajeras. Plataforma de investigación Ocampo, PV 2017.

 

Fuentes:

Flores, H., Santana, S., Rosales, R., Jiménez, R. y Domínguez, P. A. (2018). Alternativa de producción de forraje en Durango: uso del mijo perla (Pennisetum glaucum). Desplegable para productores, 113. Durango, México: Centro de Investigación Regional Norte Centro-Campo Experimental Valle del Guadiana.

Hernández, J. A., Zavala, F., Martínez, M. A., Jasso, C., Ventura, E. y Duran, K. (2006). Potencial de producción del mijo perla en San Luis Potosí. Desplegable para productores, 29. SAGARPA-INIFAP-Cirne. Campo Experimental San Luis.

Olivares, H. S. (1994). Estudio químico y anatómico de dos variedades de mijo perla (Pennisetum americanum L.) en tres etapas de desarrollo bajo dos condiciones de fertilización y riego (Tesis de maestría). Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de ciencias biológicas. Monterrey, Nuevo León. Eprints.uanl.mx/7317/1/1020091381.

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (1997). La economía del sorgo y del mijo en el mundo: hechos, tendencias y perspectivas. Recuperado el 9 de julio de 2019, de http://www.fao.org/3/w1808s0c.htm

Paredes, R. y Mandujano, A. Características del estado de Guanajuato. Guía para la producción de maíz, frijol, trigo y sorgo en Guanajuato. Libro técnico, 4, p. x-xviii.

Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). (2019). Recuperado en junio de 2019, de http:IIwww.siap.gob.mx/

Por: Juan José García Rodríguez, investigador del INIFAP (garcia.juanjose@inifap.gob.mx).