Categorías
Noticias

India, un país estratégico para la investigación

La gastronomía mexicana no sería la misma sin especias como la canela, el clavo, el comino o la pimienta; tampoco la alimentación cotidiana de los mexicanos estaría completa sin legumbres como los garbanzos, las lentejas o las alubias. Todas estas especies vegetales son originarias de Asia y muy populares en la India —líder mundial en la producción de legumbres—, país con el que México tiene profundos vínculos. 

Los lazos comerciales de ambos países han crecido sostenidamente en la última década y actualmente México es el primer socio comercial de la India en América Latina (Banco de México, 2020) y el noveno a nivel global. Además, India ha sido uno de los pocos países que ha cooperado con México en el envío de vacunas contra el COVID-19.

Más allá de las relaciones comerciales, México e India mantienen una amplia colaboración en el área científica, particularmente en investigación agrícola. Los antecedentes de esta colaboración se remontan a la década de los sesenta, cuando el doctor Norman Borlaug utilizó variedades de trigo desarrolladas en México para duplicar la producción en India y así salvar a millones de personas que estaban en riesgo de hambruna —te invitamos a leer más sobre el legado del doctor Norman Borlaug en: https://idp.cimmyt.org/un-dia-como-hoy/ —. 

A través del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), México ha sostenido esa colaboración científica con India. En 2011, en un esfuerzo de cooperación internacional entre el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR) y el CIMMYT, se estableció el Instituto Borlaug para el sur de Asia (BISA), un instituto sin fines de lucro dedicado a incrementar la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida, así como a la rehabilitación ambiental en el sur de Asia, donde se estima que hay más de 300 millones de personas desnutridas. 

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, India es actualmente la sexta economía mundial ―México ocupa la posición 16―, pero también es el segundo país más poblado del planeta solo después de China. Este hecho sigue planteando numerosos retos a la producción agrícola de ese país, pues si bien India ya no depende de la ayuda alimentaria, la degradación de los suelos y los cambios en los patrones climáticos ―igual que en México― representan serios desafíos para la producción de alimentos. 

En la región de Bundelkhand, por ejemplo, las condiciones agroclimáticas son muy particulares: aunque recibe buenas lluvias, sufre frecuentes sequías y escasez de agua. Como resultado, la productividad de los cultivos —predomina el trigo, las legumbres y las oleaginosas— es baja y la cobertura de área también fluctúa de un año a otro. Además, existen otros factores que contribuyen a esta situación, tales como falta de prácticas de conservación de agua de lluvia, bajo uso de insumos, situaciones de créditos y vinculación a mercados y la inadecuada adopción de tecnologías para el mejoramiento de la producción.

Para apoyar a los agricultores de esta amplia región de India, recientemente se presentó una propuesta de proyecto orientado a la sostenibilidad y resiliencia de los cultivos de frijol rojo y trigo, el cual incluye asegurar la disponibilidad de semillas e insumos, así como la vinculación de los productores con el mercado ―en esta iniciativa participan la Universidad Agrícola Central Rani Lakshmi Bai, diversos centros de ciencias agrícolas (Krishi Vigyan Kendra), Bayer Crop Science, las empresas DCM-Shriram Farm Solutions y Corteva Agriscience, así como el CIMMYT―. 

¿Por qué este tipo de proyectos son importantes para los agricultores mexicanos y de otras partes del mundo? Básicamente porque el contexto de cambio climático es común en muchas y amplias regiones del planeta, de manera que la investigación en India contribuye a la búsqueda de soluciones regionales y globales. De hecho, diversos cultivos originarios de aquel país asiático actualmente constituyen opciones agrícolas viables en algunas regiones de México afectadas por la variabilidad climática ―te recomendamos leer Un nuevo cultivo tolerante a las condiciones del desierto ―.

De acuerdo con el doctor Ravi Gopal Singh ―científico del CIMMYT quien participa en esta colaboración internacional―, “un viaje de campo reciente, una consulta con las partes interesadas y una investigación documental revelaron la ocurrencia de severas sequías agrícolas que se acumularon durante las últimas décadas. La región, a pesar de ser rica en recursos naturales, está rezagada en cuanto a ingresos agrícolas suficientes para sostener los medios de vida rurales”, señaló.

Para aprovechar el potencial de los productos agrícolas de la región, el proyecto piloto busca identificar mejores variedades de frijol rojo y trigo, así como buenas prácticas agronómicas ―lo que incluye desarrollar la prestación de servicios para la mecanización que conduzca a la adopción a gran escala de prácticas de intensificación sostenible―. La intención es asegurar la disponibilidad de semillas e insumos para desarrollar un sistema de semillas robusto y a nivel comunitario. 

De igual manera, se busca apoyar en la vinculación con los mercados, por lo que se apoyará que los colectivos de agricultores establezcan vínculos para insumos agrícolas y también venderán productos agrícolas clave, como frijol rojo, maíz, chícharo y trigo. En conjunto, con estas acciones se espera tener una mayor comprensión del sistema agroalimentario de la región, propiciar un mayor y más rápido crecimiento en el volumen de negocios de colectivos de agricultores y desarrollar un modelo de prestación de servicios de mecanización.

 

Categorías
Noticias

Un nuevo cultivo tolerante a las condiciones del desierto

Cuatrociénegas, Coah.- Con sus manantiales que forman auténticos oasis en medio del desierto, su gran biodiversidad y especies endémicas —es decir, que solo se encuentran allí y en ningún otro lugar del mundo—, la reserva de la Biosfera de Cuatrociénegas es el lugar emblemático del municipio del mismo nombre, Cuatrociénegas, en el norte de Coahuila.

En esa región desértica —la Región Centro Desierto conformada también por los municipios de Abasolo, Monclova, Frontera, Castaños, Nadadores y San Buenaventura— se pensaría que no crece nada fuera de los manantiales de Cuatrociénegas y, sin embargo, la agricultura es una actividad relevante. Aunque, por supuesto, no todos los cultivos son adecuados para esas condiciones extremas por lo que es importante encontrar siempre nuevas opciones.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Hub Intermedio del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven en Cuatrociénegas cultivos alternativos que pueden ser opción para los agricultores locales. El frijol guar (Cyamopsis tetragonoloba), por ejemplo, es una leguminosa originaria de las zonas cálidas y secas de la India y Paquistán, por lo que tolera bien las altas temperaturas y crece con poca agua. 

El guar tiene múltiples usos y es demandado por varios mercados ya que sirve tanto para elaborar gomas o espesantes naturales para la industria alimentaria —insumo básico para obtener helados cremosos, por ejemplo—, como para la producción de papeles, para la producción de gas natural en el sector petrolero y en otros procesos de obtención de recursos energéticos. 

En el terreno agronómico, el guar es una planta que aporta una interesante cantidad de nitrógeno al suelo (hasta 30 kilogramos por hectárea) y, al provenir de zonas áridas, resulta una muy buena opción para la rotación de cultivos en esta zona de México. Además, su desarrollo es corto (de 110 a 120 días), lo que permite sembrar en julio y cosechar en noviembre, dejando el espacio listo para comenzar el ciclo otoño-invierno con otro cultivo.

Para aprovechar estar cualidades, durante el ciclo primavera-verano 2021 se estableció guar en una superficie de 1,700 hectáreas en diversos predios de Cuatrociénegas —con la supervisión constante de la empresa que va a acopiar la producción— y, recientemente, durante un recorrido de campo, el equipo técnico del Hub Intermedio del CIMMYT junto con otros especialistas de la SADER y el INIFAP, verificaron la siembra de esta oleaginosa.

Desde el punto de vista comercial, el cultivo de guar es una buena oportunidad para los productores de la región, pero también lo es desde el punto de vista de la sustentabilidad ya que es una opción para la rotación de cultivos con gramíneas como el trigo del ciclo otoño-invierno en el caso de los productores de Cuatrociénegas.

El Hub Intermedio del CIMMYT brindará un seguimiento puntual para analizar el comportamiento y los resultados tanto a nivel agronómico como comercial y técnico del guar, cultivo que ya ha despertado el interés de los productores locales quienes esperan que sea un cultivo viable para esta emblemática región árida de México. 

Fuentes: 

Categorías
Noticias

Conservar el suelo para diversificar posibilidades

San Mateo Yucucui es una localidad del municipio de Santiago Tillo, en la Mixteca Alta de Oaxaca. Los cielos de azul intenso contrastan con los suelos de tonalidades rojas que están fuertemente erosionados. El paisaje combina montañas medianas y valles amplios con laderas tendidas con lomeríos que dan la impresión de estar deslavadas, como arena que escurre. 

En este paraje, emplazado en la Sierra Madre del Sur, hay una peculiar parcela que llama la atención porque dos secciones bien diferenciadas se distinguen a simple vista: en ambas hay frijol, pero en una sección crece raquítico y está descolorido y, en la otra, las matas mantienen colores vivos, con abundantes vainas. 

En esta parcela diversificamos cultivos, en este caso a través de la rotación: en el ciclo anterior tuvimos maíz y ahorita tenemos frijol. Es frijol criollo de la región y el manejo que se le está dando en este lado —la sección donde ha crecido mejor— es con base en la Agricultura de Conservación. La implementación de las diferentes prácticas sustentables nos ha permitido que se forme una mayor rizosfera —zona donde interactúan las raíces y los microorganismos del suelo— y esto permite que el ciclo vegetativo y el rendimiento sean mayores”, comenta Ángel Rodríguez Santiago, Técnico Certificado en Agricultura Sustentable que brinda el acompañamiento técnico a esta parcela. 

“De este otro lado vemos el mismo cultivo, con la misma semilla de frijol, pero con las prácticas convencionales de la zona; como tiene menos nutrientes porque tiene menos materia orgánica, el ciclo vegetativo se vuelve más corto y por lo tanto el rendimiento también es menor”, dice Ángel mientras recorre la parcela y explica las bases científicas y los beneficios de la diversificación de cultivos.

Ángel colabora con el Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a través de la Unión de Ejidos y Comunidades del Valle de Nochixtlán. Comenta que esa parcela “forma parte de un proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT —Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche— cuyo objetivo es mostrar a los productores los beneficios de la diversificación de cultivos”. 

La diversificación de cultivos, explica Ángel, es uno de los tres componentes básicos de la Agricultura de Conservación. Los otros componentes son la cobertura del suelo con rastrojo y el mínimo movimiento del suelo. Juntos, conforman un sistema de producción sustentable que busca conservar los recursos naturales permitiéndole a los productores incrementar sus rendimientos y disminuyendo sus costos de producción. 

“Como parte de la Agricultura de Conservación en esta parcela hemos implementado camas permanentes —surcos elevados que forman largas hileras y que permiten hacer un manejo más eficiente del agua—, que en este caso son de 80 cm entre cama y cama, lo que nos permite tener un tráfico controlado de la maquinaria. Están trazadas con curvas a nivel, permiten retener el agua de lluvia y facilitan la infiltración. Se puede notar la diferencia: donde no hay camas permanentes hay escurrimiento, la lluvia se lleva el suelo, hay una erosión, así como un menor desarrollo del cultivo”, comenta Ángel mientras señala a su alrededor, haciendo más evidente la diferencia entre las secciones de la parcela.

Sin duda, la amplia adopción de estas prácticas agrícolas sustentables podría hacer la diferencia en zonas que, como la Mixteca Alta, están severamente erosionadas: “por las condiciones del suelo, que son suelos erosionados y durante años se han ido empobreciendo, estos terrenos llegaron al punto de que ya no daban nada de rendimiento. Durante tres años a esta parcela se le ha estado incorporando el rastrojo y sus rendimientos han mejorado”, indica Ángel.

“Con el manejo convencional los rendimientos han sido inferiores en comparación con los de la parcela donde se han implementado las innovaciones. Y como se puede ver, en la parcela de innovación la planta aún está viva, lo que permite tener un mejor llenado de grano. Eso es muy importante porque el frijol criollo de la región es la fuente de proteína y la fuente de alimentación primaria de este lugar. Se establece durante el ciclo primavera-verano porque su ciclo de producción es más corto y requiere menos agua, esto es lo que nos ayuda a alcanzar mayor rendimiento en comparación con otros cultivos”.

Como es posible notar, la diversificación de cultivos no se trata solo de cultivar otras especies diferentes a las habituales, sino que implica hacer un complejo análisis del contexto agroclimático y sociocultural de cada lugar. El papel de técnicos como Ángel Rodríguez, por supuesto, es fundamental para esta iniciativa, igual que el establecimiento de parcelas demostrativas como la que está en San Mateo Yucucui, la cual, por cierto, también ha funcionado como punto de entrenamiento para el curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, el cual incorpora a la diversificación de cultivos como elemento clave para el mejoramiento de los sistemas agroalimentarios. 

Categorías
Noticias

Buscando las mejores variedades de frijol para Guanajuato

La legumbre más consumida en México es el frijol y su producción se concentra en Zacatecas, Sinaloa, Durango, Chiapas, Chihuahua, Nayarit, San Luis Potosí y Guanajuato —que, en su mayoría, se caracterizan por ser estados con climas secos y propicios para el cultivo de esta leguminosa—. Tan solo en Guanajuato la producción de frijol corresponde a más del 80% de la superficie agrícola en el municipio de Ocampo y cerca del 50% en el municipio de San Felipe. 

Tanto en Ocampo como en San Felipe, la producción está enfocada al frijol negro del tipo brillante; sin embargo, por el manejo cultural —actividades de mantenimiento y cuidado que se realizan durante toda la producción— se ha disminuido la pureza genética en dichas semillas, situación que constituye una de las principales problemáticas para la producción de esta leguminosa en el altiplano mexicano debido a que esto favorece que los rendimientos bajen y la calidad disminuya. 

Al problema de la calidad genética de la semilla usada se suma la presencia de enfermedades causadas por hongos y bacterias que, de forma directa o indirecta, causan desde la pérdida de la calidad del grano obtenido hasta la pérdida de total o parcial de las cosechas. En Guanajuato, las principales enfermedades que afectan el cultivo de frijol son la antracnosis, la roya o chahuistle, el tizón de halo, el tizón común y las pudriciones de raíz.

Ante esta problemática, en la plataforma de investigación de Ocampo —de MasAgro Guanajuato, programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se evaluaron diferentes variedades de frijol, entre ellas: Flor de junio León, Flor de junio Dalia, San Blas, Negro 8025, Pinto Saltillo, Pinto Raramuri, Pinto Salinas, Negro otomí —que es la semilla del tipo negro brillante usada localmente y tomada como testigo—, así como algunas variedades experimentales.  

La evaluación se realizó durante el ciclo primavera-verano 2019 junto con el doctor Jorge Acosta Gallegos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Los principales aspectos observados fueron el rendimiento de grano y el porcentaje de infestación para antracnosis y tizón común, para lo cual se realizaron monitoreos durante todo el ciclo del cultivo para contabilizar el número de plantas muertas por enfermedades o con daños.

Sobresalieron la variedad San Blas y la línea T11 (una de las variedades experimentales que se evalúan), las cuales presentaron el menor daño por tizón y por antracnosis tanto en follaje como en vaina. En cambio, la variedad de Flor de junio León fue la que presentó los daños más severos por antracnosis en el follaje. 

Con respecto al rendimiento (tabla 1), la variedades con los mejores resultados fueron Pinto Saltillo, Flor de junio León (a pesar de tener mayor daño por enfermedades) y Pinto Salinas, las tres con rendimientos cercanos a las dos toneladas por hectárea (t/ha), lo cual representa un incremento de 560 kilos con respecto al testigo, es decir, la variedad Negro otomí.

Con variedades adecuadas que favorecen el incremento en el rendimiento y la calidad del cultivo, MasAgro Guanajuato busca proporcionar a los agricultores del estado las herramientas que les permitan, a su vez, producir los mejores alimentos para una población creciente. 

Material evaluado Tipo Rendimiento de grano (t/ha) Peso de mil granos (g)
Otomí Negro brillante 1.44 305
T1 1.61 311
T11 1.17 302
T9 1.79 345
T5 1.57 323
T16  1.98 342
T13 1.61 382
Salinas Pinto 1.99 339
Rarámuri 1.66 212
Saltillo 2.16 199
8025 Negro opaco 1.93 319
San Blas 1.48 313
Dalia Flor de junio 1.64 289
León 2.04 303

tr { padding:10px; border:1px solid #ccc; } td {padding:10px; border:1px solid #ccc;}

Tabla 1. Rendimiento de grano y peso de mil granos de los materiales evaluados en la plataforma de investigación de Ocampo, en el ciclo primavera-verano 2019.

 

Categorías
Noticias

Con prácticas sustentables pasan de 800 kilos a 2.5 toneladas de frijol por hectárea

Ocampo es un municipio al norte de Guanajuato donde predomina la agricultura de temporal. En esta zona semiárida se han presentado problemas por falta de lluvias por lo menos los últimos seis años (incluso en junio, julio y agosto, que históricamente habían sido los meses más lluviosos). Además, sus suelos presentan bajo contenido de materia orgánica y sus terrenos de cultivo presentan pendientes de hasta 20% (es decir, que por cada 10 metros que se avanza en horizontal se sube dos).

Los cultivos más importantes en Ocampo son el maíz y el frijol —los rendimientos promedio son de 1.2 toneladas por hectárea (t/ha) en el caso del frijol y 10 t/ha en el caso del maíz (en pastura seca con planta y mazorca)—, cuyo manejo convencional consta de labranza con arados, subsuelos y rastras.

Debido a que la mayoría de los productores barbecha como primera opción de manejo agronómico, y derivado de la escasez de agua para riego en la zona, los productores han tenido problemas de rendimientos y también empiezan a presentar problemas con sus suelos, ya que cada vez es más difícil romper la capa de arado —capa del suelo tan compactada que impide la infiltración del agua y la penetración de las raíces de las plantas— que se forma por el movimiento continuo y excesivo del suelo.

Para brindar alternativas a los productores locales, el equipo técnico de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— analizó los sistemas de producción locales e identificó prácticas y tecnologías adecuadas para mejorar la calidad de los suelos, reducir los costos de producción y mantener o incrementar el rendimiento de los cultivos de una forma sustentable.

Las prácticas identificadas fueron la rotura vertical —una técnica que permite aflojar el suelo, pero sin removerlo— y el trazo de curvas a nivel —o “siembra al contorno” que permite reducir la erosión del suelo—, ambas han sido punta de lanza para la adopción de otras tecnologías, ya que estas permiten un acondicionamiento del suelo para mejorar el aprovechamiento del agua, incrementar la productividad y ahorrar costos de producción. 

Es importante mencionar que estas prácticas agrícolas han sido evaluadas en las plataformas de investigación de MasAgro Guanajuato y en diversos módulos (parcelas demostrativas) que se han establecido con productores locales, mismos que han incrementado sus rendimientos y han pasado, en muchos casos, de  800 kilogramos a dos toneladas y media de frijol por hectárea. 

Categorías
Noticias

Triplican rendimiento del frijol con Agricultura Sustentable

Ocampo, Gto.- Ocampo es un municipio ubicado al norte del estado de Guanajuato donde predomina la agricultura de temporal, siendo el maíz y el frijol sus cultivos principales. Debido al manejo convencional que predomina en la zona (caracterizado por la labranza con arados, subsuelos y rastras) los productores han tenido problemas con los rendimientos que actualmente son de entre 800 kg y 1.2 toneladas por hectárea en frijol y 10 toneladas por hectárea en maíz.

Sin embargo, los rendimientos no son la única preocupación para la agricultura local, ya que derivado del manejo convencional que prevalece en Ocampo ahora los productores empiezan a presentar problemas en sus suelos, siendo cada vez más difícil romper la capa de arado que resulta de barbechar recurrentemente (problema que se acentúa debido a la escasez de agua).

Es importante considerar que, aunque la zona agrícola de Ocampo presenta suelos con texturas aptas para la agricultura, actualmente tienen bajo contenido de materia orgánica; además, la mayoría de los terrenos presenta laderas y pendientes de hasta 20% (por cada 100 metros que se avanza se sube 20 metros) y la precipitación media anual ha disminuido en los últimos seis años, incluso en junio, julio y agosto, meses que solían concentrar la mayor parte de las lluvias.

Para identificar las prácticas agronómicas más adecuadas para Ocampo, el equipo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Guanajuato desarrolla estudios en plataformas de investigación y módulos demostrativos (parcelas donde los productores implementan las prácticas sustentables que ya han sido validadas por los investigadores) orientados a mejorar la calidad del suelo, reducir los costos de producción y mantener o incrementar el rendimiento de los cultivos.

Con base en el análisis de las características agrolimáticas y los sistemas de la región, el equipo técnico del CIMMYT en Guanajuato ha identificado que la rotura vertical y el trazo de curvas a nivel son prácticas pertinentes que permiten un acondicionamiento del suelo para mejorar el aprovechamiento del agua, incrementar la productividad y ahorrar costos de producción. Estas prácticas además han sido punta de lanza para la implementación de otras innovaciones agrícolas.

Como ejemplo de los resultados que se han obtenido, los productores de Ocampo han incrementado el rendimiento del frijol a 2.5 toneladas por hectárea (lo que para muchos productores ha representado triplicar sus rendimientos) . Estos avances son producto de la investigación colaborativa que promueve el CIMMYT para poner la ciencia al servicio del campo a través de programas como MasAgro Guanajuato, impulsado por el organismo internacional y la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) de Guanajuato.

Categorías
Noticias

La investigación sigue en MasAgro Guanajuato

Guanajuato.- Con la siembra de frijol en la plataforma de temporal de Ocampo (realizada del 1 al 3 de julio) concluyó el establecimiento del ciclo primavera-verano 2020 en las plataformas de investigación de MasAgro Guanajuato. Para dicho ciclo fueron diseñados los protocolos de investigación (ensayos, componentes, etc.) de siete plataformas a fin de conocer y buscar soluciones a las principales problemáticas de los productores guanjuatenses.

MasAgro Guanajuato es un programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que busca incrementar la productividad y cuidar los recursos naturales por medio de prácticas sustentables desarrolladas y validadas a través de la investigación científica, por lo que las plataformas son espacios clave para la generación y difusión del conocimiento que se requiere en los sistemas de temporal y riego del estado.

Las plataformas de investigación de MasAgro Guanajuato están orientadas a diversos propósitos: en Acámbaro y Villagrán actualmente se estudian densidades de siembra y arreglos topológicos (distribución de las plantas en el terreno); en Pénjamo (y también en Acámbaro) se estudian cultivos de servicio (aquellos que ayudan en el control de malezas y en la conservación y protección del suelo); en León, Villagrán, Apaseo el Alto e Irapuato I se han establecido vitrinas de maíces híbridos para diversos propósitos; y en Ocampo se estudia la fertilidad del frijol.

La mayoría de los cultivos en las plataformas de investigación actualmente se encuentran en etapa vegetativa (de crecimiento), en la cual es fundamental el control de plagas. Por esta razón en las plataformas de León y Villagrán se están realizando monitoreos para adulto de diabrótica (una especie de escarabajo) y pulgón; en Acámbaro se han aplicado productos de bajo impacto ambiental y se han liberado avispillas trichogramma para control de gusano cogollero; y en Apaseo el Alto se instalaron trampas de feromonas también para gusano cogollero y trampas pegajosas para mosquita blanca.

Además de las actividades de investigación, en las plataformas se han desarrollado actividades de vinculación institucional y académica: en la plataforma Irapuato I, por ejemplo, hace unos meses se recibió al grupo de coordinación para el cambio climático en el sector agropecuario, acuícola y pesquero de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (con la finalidad de conocer en campo innovaciones sustentables que reducen la vulnerabilidad ante el cambio climático) y a estudiantes de la Universidad El Zamorano (de Honduras) y de la Universidad Autónoma Chapingo.

 

Categorías
Noticias

Y cuando la bolsa hermética se abrió, el gorgojo estaba muerto

San Martín Tilcajete, Oax.- El manejo poscosecha hace referencia a las opciones de almacenamiento que se tienen para el grano cosechado, evitando al máximo las pérdidas por plagas como el gorgojo. Dado que en el quehacer cotidiano de los productores estas opciones suelen ser limitadas (básicamente son los silos metálicos herméticos y las pastillas de fosfuro de aluminio), el Hub Pacífico Sur del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en Oaxaca, evalúan y difunden los resultados de otras opciones que disminuyen las pérdidas de grano.

Como resultado de una capacitación sobre manejo poscosecha realizada en octubre de 2019 se instaló un área de extensión poscosecha con frijol de cosecha nueva. A través del análisis inicial que se realizó se supo que la mayoría de los productores de la localidad (San Martín Tilcajete, Oaxaca) vende casi todo el grano al momento de la cosecha para evitar las pérdidas por gorgojo, ya que el tiempo que el frijol dura sin picarse es muy corto.

Como parte de la capacitación se almacenaron 40 kilogramos de grano de frijol negro en una bolsa plástica hermética. Durante los cinco meses que se tuvo almacenado el frijol solo se hacía supervisión visual (sin abrir la bolsa) para monitorear los posibles daños. Finalmente, la bolsa fue abierta el 11 de marzo pasado.

Los resultados obtenidos después de cinco meses fueron favorables: los 40 kilos de frijol estaban limpios, sin daño por gorgojo (los gorgojos que quedaron dentro de la bolsa al momento de cribar el grano estaban muertos debido a la ausencia de oxígeno que caracteriza a las tecnologías herméticas poscosecha). Esta tecnología para la conservación de frijol quedó validada para las condiciones ambientales de San Martín Tilcajete.

Esta nueva opción para los productores de la localidad (económicamente accesible y sin riesgos para la salud, ya que no es necesario aplicar ningún plaguicida) les permitirá que puedan almacenar por un tiempo mayor su cosecha, pudiendo vender cuando el precio sea favorable para ellos (o cuando los mercados locales abran nuevamente como en el caso de la actual pandemia), evitando el uso de productos tóxicos para el control de plagas (como el fosfuro de aluminio) y, lo principal, no tener que recomprar grano para su consumo por el hecho de no tener un manejo poscosecha adecuado.

Estas actividades forman parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ ―impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―, si deseas conocer más sobre el proyecto, suscríbete al boletín EnlACe o busca en redes sociales el hashtag #DiversificaNutreVincula. También puedes conocer más sobre manejo poscosecha y tecnologías herméticas buscando el hashtag #ConservaTuCosecha.

Categorías
Noticias

Para garantizar la rentabilidad, productores de frijol optan por la Agricultura Sustentable

Villa Juárez, Son.- Los Enríquez Corrales son una familia productora de Villa Juárez que desde hace dos años ha elegido cultivar frijol de una manera diferente: con Agricultura de Conservación. La razón de optar por esta innovación es que los precios del grano son muy variables en el mercado (van de los $12,000 a los $30,000 por tonelada), así que para garantizar la rentabilidad del cultivo y obtener ganancias suficientes, buscaron un esquema de costos de producción mínimos y así encontraron la Agricultura de Conservación.

Con el acompañamiento técnico de la red de colaboradores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la familia Enríquez estableció frijol sobre soca (rastrojo o residuos agrícolas) de cártamo durante dos ciclos consecutivos (2017-18 y 2018-19) en una superficie de 10 hectáreas (en el block 2118, en una zona conocida como “el pozo arenero”).

Destaca que se usó una variedad (‘Azufrado Higuera’) adecuada para las características de la zona, se buscaron fechas de siembra óptimas (para reducir el riesgo de afectaciones por heladas) y se realizaron tres riegos de auxilio después de la siembra. Por supuesto, se cubrió el suelo con los residuos del cultivo anterior y se realizó mínima labranza (ambos componentes básicos de la Agricultura de Conservación).

Los rendimientos obtenidos fueron muy similares (2.2 y 2.3 toneladas por hectárea [t/ha], respectivamente) y la calidad y el tamaño del grano fueron buenos, con el color amarillo firme característico de la variedad sembrada y el tamaño requerido en el mercado.

El precio de venta durante el primer ciclo fue de $23,000 por tonelada y en el ciclo posterior fue de $20,000, comprado directamente en el campo, sin cribar, lo cual también significó un ahorro considerable. De esta manera, la familia notó un incremento en su utilidad, ya que si bien los rendimientos en frijol en la zona fueron de alrededor de 2.2 t/ha con labranza convencional, los Enríquez tuvieron la ventaja de reducir sus costos de producción (que con labranza convencional son de alrededor de $3,000 por hectárea debido a las labores de preparación del suelo: rastreos, emparejes, zanjeos, etc.).

La rotación con cártamo y frijol se ha constituido como una buena alternativa para los productores de Villa Juárez. Algunos, al igual que la familia Enríquez Corrales, han comenzado a adoptar la Agricultura de Conservación para reducir costos, optimizar sus fechas de siembra y conservar el suelo (el principal recurso del que disponen para seguir presentes en el mercado de frijol).

Categorías
Noticias

Las leguminosas del pueblo mixe: alimentación, identidad e innovación

El pueblo mixe (ayuukjä’äy) —de Oaxaca— posee una cultura rica y distintiva. Su organización social, sincretismo cultural, música y gastronomía son característicos, así como su lengua (ayuuk) y su milpa, cuyos productos —particularmente el frijol— forman parte de su identidad y sus manifestaciones culturales.

Preparado en tamales, el frijol es el acompañante indispensable del caldo mixe, un aromático y tradicional platillo que se consume en fiestas patronales y ocasiones especiales. También en la alimentación cotidiana es fundamental: con el grano seco se elaboran el “frijol en amarillo”, la pasta de frijol para la infaltable tortilla embarrada y el frijol caldoso (que es uno de los platillos comunes en la zona).

La ingesta de frijol es una forma de completar la calidad proteica de una dieta basada en maíz, ya que su proteína es deficiente en lisina y triptófano y el frijol contiene una cantidad de lisina suficiente para compensar esto.

En la región mixe se cultivan diversos frijoles en el sistema milpa, como el ‘Frijol Gordo’ (Phaseolus dumosus), que posee flores blancas, vainas de color claro (algunas moradas) y granos gruesos de color negro con un “hilo” blanco que resalta en donde sale la raíz; esta variedad se siembra entre febrero y abril, de acuerdo con la altitud del lugar. Este frijol también se aprovecha en ejotes, que son incorporados en diversos guisos.

Otra variedad importante en la región es el ‘Ayocote’ (Phaseolus coccineus), cultivado principalmente para obtener granos secos (morados, cafés, rojos y pintos, según la región), ya que sus ejotes son correosos. A pesar de que contribuye a la fertilización natural del suelo, ya son pocos los productores que lo conservan debido a que se desarrolla como enredadera y tiende a tumbar las plantas de maíz por su abundante follaje.

Además de estos frijoles, hay otra leguminosa que comúnmente se establece en la región mixe: el chícharo. Este se siembra en septiembre como cultivo de invierno porque es resistente a las heladas y se desarrolla bien con la humedad residual; se consume hervido o en guisos, tamales y las típicas empanadas de chícharo de la región.

A pesar de la diversidad de cultivos que hay, los rendimientos no siempre son adecuados: en ocasiones, apenas alcanzan a cubrir el autoconsumo familiar. Existen muchos factores que contribuyen a esta situación, entre ellos que en la zona predominan los terrenos con pendientes pronunciadas, lo cual —junto con la remoción continua del suelo— favorece la erosión por viento o lluvia.

También existen otros factores, como las lluvias irregulares que se han presentado en ciclos recientes —manifestación del cambio climático— y fechas de siembra que no aprovechan todo el potencial de los cultivos (en algunos casos, los terrenos quedan en desuso por meses, y en otros, las milpas se dejan de cultivar por años, pues existe una tendencia al monocultivo de frijol, probablemente porque no demanda tanta mano de obra).

Para que los productores aprovechen todos los beneficios de la diversificación de cultivos, la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas SC (AMDSL) —a través del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, que impulsan Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve innovaciones sustentables que además permiten preservar la agrobiodiversidad del sistema milpa.

Se han establecido barreras vivas (plantas que se colocan perpendiculares a la pendiente) para evitar la pérdida de suelo y se han recorrido las fechas de siembra para aprovechar terrenos en desuso, evitar malezas, utilizar mejor la humedad y brindar cobertura al suelo. También se ha mantenido el rastrojo, evitado la remoción continua del suelo y fortalecido la diversificación de cultivos (Agricultura de Conservación).

Con estas innovaciones, también se fortalece la seguridad alimentaria; se incrementa el rendimiento de los cultivos; se reducen los costos de producción; y se potencian los beneficios de las leguminosas para mejorar los suelos (son un abono verde con grandes aportes de biomasa y la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico) y para que sigan siendo parte de la identidad, alimentación y cultura del pueblo mixe.