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Maíz, frutas y sustentabilidad: los vínculos entre MasAgro y Sembrando Vida

Las labores agrícolas en los terrenos con pendientes pronunciadas suelen complicarse debido a la inclinación y a que los suelos, normalmente superficiales, son muy susceptibles a la erosión y al desprendimiento de tierras. Chiapas tiene grandes extensiones con relieves de este tipo, y la población que vive en ellas con frecuencia tiene dificultades para lograr cosechas que cubran sus necesidades de alimentación.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), junto con sus colaboradores, promueve diversas prácticas y sistemas orientados a elevar la productividad y conservar los suelos en terrenos de ladera. Uno de estos es la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), desarrollado por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorado por productores que deciden innovar —mediante un proceso de integración de la ciencia y el conocimiento tradicional— a través de programas como MasAgro.

El programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT, brinda soporte técnico y metodológico a diversas estrategias y proyectos en el país. En Chiapas su vinculación con el programa Sembrando Vida (del Gobierno federal) ha permitido desarrollar diversas acciones de capacitación, como el taller ‘El sistema MIAF: manejo agronómico y sustentabilidad’, que recientemente se impartió a técnicos, facilitadores y otros operadores de Sembrando Vida.

La sinergia entre ambos programas es producto de los objetivos que tienen en común, entre los cuales están conservar los suelos, producir sustentablemente y —sobre todo— cuidar el medioambiente. Durante los dos días del taller, se abordaron temas como las alternativas para el manejo de pequeñas unidades de producción en laderas; el sistema MIAF, su diversificación y las experiencias de su adopción en los municipios de Ocosingo y Rayón; el manejo del muro vivo en el sistema MIAF; la dinámica de la formación y las podas del árbol frutal; y los cultivos del sistema MIAF, entre otros.

El taller, realizado en la plataforma Larráinzar, da continuidad al diagnóstico de necesidades de capacitación con facilitadores de Sembrando Vida y se suma a otras capacitaciones impartidas en el marco de la vinculación con MasAgro. Próximamente, se impartirán nuevas capacitaciones en temas como Manejo Agroecológico de Plagas, fitomejoramiento participativo de maíces nativos, Agricultura de Conservación y soluciones herméticas poscosecha.

De acuerdo con los técnicos participantes, este taller les permitirá brindar un mejor acompañamiento a los productores de la región, emitir recomendaciones puntuales a los grupos que tienen a su cargo, alcanzar los objetivos del programa Sembrando Vida y —a través de la implementación de innovaciones agrícolas sustentables derivadas de la investigación científica— mitigar los efectos del cambio climático que tanto han afectado a los productores de Chiapas.

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Nuevos trigos tolerantes a enfermedades podrían potenciar la producción de Guanajuato

Nuevas variedades de trigo desarrolladas por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) fueron presentadas a productores y técnicos del programa MasAgro Guanajuato, de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Las nuevas variedades son tolerantes a enfermedades y tienen ciclos de desarrollo más cortos y mayor potencial de rendimiento, en comparación con las variedades de trigo que se utilizan actualmente en la región triguera del estado.

Además de ser adecuados para un contexto de clima cambiante, como el actual, los nuevos trigos están orientados a obtener materia prima con la calidad que demanda la agroindustria. Faisán S2016, Cisne F2016, Ibis M2016, Elia M2016, Luminaria F2012 y Alondra F2016 son los nombres de las nuevas variedades liberadas recientemente luego de un largo proceso de fitomejoramiento realizado por el doctor Ernesto Solís Moya y su equipo en el Campo Experimental Bajío, en Celaya, Guanajuato.

Para presentar las nuevas variedades se estableció una vitrina de trigo —parcela de exhibición— en una superficie de 2 hectáreas. El acondicionamiento del terreno, la densidad de la siembra (número de kilos por hectárea), el arreglo topológico (distribución de las plantas en la superficie sembrada), los riegos, la fertilización y el manejo de plagas y enfermedades fueron iguales para todas las variedades.

Una vez secado el cultivo, se hizo la estimación del rendimiento de grano de las diferentes variedades cortando las espigas de tres muestras de un metro cuadrado por cada variedad. Los resultados demuestran que las nuevas variedades (como Cisne F2016, Elia M2016 e Ibis M2016) pueden producir rendimientos de hasta casi cuatro toneladas más que la variedad Cortázar S94, la cual se liberó en 1994 y es la variedad más común en la región (gráfica 1).

Lo anterior significa que, con el mismo manejo y costo de producción, es posible producir alrededor de 3 toneladas más de grano por hectárea, con el beneficio adicional de que se trata de variedades tolerantes a enfermedades. Cambiar a nuevas variedades, como estas que están adaptadas a las regiones agroclimáticas de la entidad, puede tener un gran impacto en la utilidad del productor y, consecuentemente, potenciar la producción de trigo en Guanajuato.


Gráfica 1. Rendimiento de las variedades de trigo evaluadas en el Campo Experimental Bajío (Cebaj).

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XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y IV Congreso de Semillas, oportunidades para hacer más sustentable el agro de la región

Por: Andrea Carvajal, CIMMYT.

Junio de 2019.


Colombia.- Del 7 al 10 de octubre de 2019 en Montería, Córdoba, se realizarán la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas. Será un doble evento organizado por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), la Asociación Colombiana de Semillas y Biotecnología (Acosemillas), la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Durante cuatro días, se darán cita representantes de los sectores agrícola, científico, académico y tecnológico, provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, México, Perú y Estados Unidos, y enriquecerán la agenda temática que cuenta con cerca de 30 ponencias especializadas y paneles de interés, para intercambiar experiencias y perspectivas sobre agricultura sostenible, cambio climático y mejoramiento genético.

El cuarto y último día de esta intensa agenda se dedicará a una jornada de campo que permitirá a productores, investigadores, asistentes técnicos, líderes de gremios de la producción, compañías de semillas y demás participantes conocer de primera mano, y en el escenario de exhibiciones didácticas y demostrativas, lo más destacado en materia de avances en maquinaria, insumos y nutrición de cultivo, entre otros.

El CIMMYT, conocimiento al servicio de un campo latinoamericano más sustentable

El Centro, además de ser una de las entidades organizadoras, contribuirá con la agenda académica mediante la participación de cuatro de sus investigadores, los cuales compartirán sus experiencias y perspectivas en temas claves como sistemas agronómicos, sistemas de semillas, aprovechamiento de maíces nativos y estrategias de resiliencia frente al cambio climático.

En lo relacionado con los sistemas agronómicos, se contará con la presencia de Nele Verhulst, científica sénior del Programa de Desarrollo Estratégico del CIMMYT, quien se enfoca en el desarrollo de prácticas de manejo en Agricultura de Conservación y tecnologías poscosecha en América Latina, con énfasis en México y Centroamérica. Ella compartirá con los participantes los resultados alcanzados en los experimentos que desarrolla en equipo con colaboradores de la red de plataformas de investigación, ubicadas en más de 50 localidades en México, enfatizando la importancia del manejo del cultivo de maíz, para que una semilla mejorada exprese su máximo potencial de rendimiento y dé mayor rentabilidad.

Arturo Silva, líder de Sistemas de Semilla para América Latina y África del Programa Global de Maíz del CIMMYT, expondrá sus experiencias en estas dos regiones para fortalecer los sistemas de semillas de maíz y contribuir a acelerar el reemplazo de variedades obsoletas con otras nuevas y mejoradas.

Colombia cuenta con 34 razas de maíz criollo, que están incluidas en las más de 25,000 que conserva el Banco de Germoplasma de Maíz del CIMMYT. Y Terence Molnar, mejorador de maíz del Centro, las ha estudiado para identificar características como tolerancia a calor y sequía, útiles en la generación de nuevas variedades que ayuden a los agricultores a producir más alimentos a pesar de los cada vez más tangibles efectos del cambio climático. Así pues, Terence Molnar compartirá los principales resultados obtenidos en su búsqueda de resistencia natural al complejo de la mancha de asfalto, cuya incidencia es importante en el sur de México, Centroamérica y el norte de América del Sur, donde puede reducir los rendimientos hasta en 50% cuando ataca las parcelas al principio del ciclo de cultivo.

Continuando con el cambio climático, Kai Sonder, jefe de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica (SIG) del CIMMYT, compartirá su experiencia en el uso y análisis de datos espaciales y de agrometeorología en países en desarrollo de África y Asia para aplicarlos en América Latina, sobre todo en lo que tiene que ver con factores relacionados con la producción de maíz, el manejo de recursos naturales y la producción agrícola.

Cabe destacar que el CIMMYT, que está comprometido con el desarrollo de las nuevas generaciones de investigadores, también aprovechará este doble evento para entregar los Premios de Innovación Juvenil de Maíz 2019-América Latina, para galardonar a seis jóvenes emprendedores —menores de 35 años— que estén realizando trabajos de investigación en maíz o promoviendo tecnologías de cambio para incrementar la rentabilidad del cultivo de este grano o jóvenes productores que estén implementando estrategias de innovación en sus cultivos y parcelas. Es requisito que estos jóvenes no estén vinculados laboralmente a un centro del Sistema CGIAR, aunque sí tengan un nexo de colaboración.

La Red Latinoamericana de Maíz y el CIMMYT, una alianza natural

La Red Latinoamericana de Maíz (RLM) nace en los años 60 del siglo XX como respuesta a la necesidad de contar con una plataforma que propiciara el intercambio de experiencias y conocimientos científicos y técnicos entre países de la zona andina de América Latina, con miras a beneficiar el desarrollo del sector maicero. Esta red, que está integrada por un total de 14 instituciones de investigación de la región, dedica buena parte de sus capacidades a la realización —cada dos años— de la Reunión Latinoamericana de Maíz. Evento en el que el CIMMYT, en equipo con los institutos nacionales de investigación, promueve y garantiza la calidad científica de estos encuentros, que a su vez han sido el origen de proyectos regionales.

La RLM se enfoca en temas transversales como recursos fitogenéticos, fitomejoramiento, biotecnología, control de plagas, agronomía y producción, nutrición y salud (biofortificación), comercialización y mercados, agroindustria y cambio climático. Su comité directivo está conformado por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) como presidente, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) de Ecuador como vicepresidente, el CIMMYT como secretario permanente y el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) de Bolivia como vocal.

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Las reservas comunitarias de semillas fomentan procesos inclusivos e innovaciones agrícolas

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Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

Abril de 2019.


Huehuetenango, Guatemala.- Más de 40 productores de Concepción Chiquirichapa viajaron a Quilinco, en Huehuetenango, para conocer el funcionamiento de una reserva comunitaria de semillas (RCS) que desde hace 10 años manejan los agricultores de esa localidad. Durante la visita, recibieron una charla en la que les contaron la historia de la reserva y de qué manera se han organizado para resguardar las semillas y velar por el buen funcionamiento de esta.

“Hoy estuvimos hablando con algunos productores y productoras sobre del uso y manejo de las reservas comunitarias de semillas para que puedan ampliar sus conocimientos e implementarlos en la que se construyó en ese municipio. Compartimos la experiencia de lo que hemos hecho desde hace 10 años”, explicó Esvin López, promotor especializado en fitomejoramiento participativo de la colaboración entre la Fundación para la Innovación Tecnológica Agropecuaria y Forestal (Fundit) y el Proyecto Buena Milpa Guatemala.

La productora Roselia López comentó que la visita fue de mucho aprendizaje, ya que es diferente conocer la reserva y ver cómo funciona a solamente escuchar sobre ella, y que gracias a esta experiencia le será más fácil hacer las prácticas. “Ha sido una visita interesante, y hay que valorar los conocimientos que han adquirido otras organizaciones sobre la conservación de las especies nativas”, manifestó Desiderio Villagrez, productor de Concepción Chiquirichapa. Y destacó la ávida participación de las mujeres en esta actividad, ya que las reservas comunitarias se consolidan como un espacio de confluencia que integra a hombres, mujeres y jóvenes para que conozcan las innovaciones agrícolas y puedan aplicarlas en sus parcelas.

En los próximos días los productores seguirán recibiendo capacitaciones sobre fitomejoramiento participativo y selección masal, para aprender nuevos métodos que les permitan mejorar sus semillas nativas.

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Productores inician procesos para mejorar sus maíces locales

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Concepción Chiquirichapa.- El fitomejoramiento participativo es un proceso que busca mejorar las variedades nativas de maíz en el que participan productores y científicos. Este año productores de Concepción Chiquirichapa están aprendiendo los pasos para realizarlo, pues con él esperan aumentar el rendimiento del maíz en sus parcelas.

“Sembramos en una parcela de adiestramiento, que nos servirá para que los productores aprendan sobre las actividades que conlleva el fitomejoramiento. Utilizamos una variedad nativa, y regresaremos en un mes para aplicarle la primera fertilización al maíz. En la próxima actividad vamos a delimitar las subparcelas para hacer la selección de plantas cuando el cultivo esté en la fase de floración”, contó Moisés Pacheco, técnico encargado de maíz para el occidente en el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA).

También comentó que utilizaron una variedad local, debido a que no es homogénea y está adaptada a las condiciones de suelo y clima. “La idea es que la gente aprenda las técnicas necesarias para hacer el mejoramiento de su maíz local, y el compromiso es que repliquen las técnicas en su parcela para mejorar el maíz de varias localidades de Concepción Chiquirichapa, tanto en aspectos agronómicos como en rendimiento”, resaltó Pacheco.

La productora Leslie Juárez manifestó que ha sido una experiencia bonita, porque ha permitido que ellas —como mujeres trabajadoras del
campo— puedan tener más conocimiento sobre las semillas y sobre cómo cosechar mejores mazorcas.

“En las técnicas que aprendimos hoy hay diferencias con la forma en que nosotras lo hacemos. Por ejemplo, nosotras sembramos siete u ocho semillas por postura; en cambio, acá sólo sembramos seis”, comparte Estela López Cabrera, participante.

Las capacitaciones en fitomejoramiento participativo involucran a varios actores institucionales como el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA); la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch); y el Proyecto de Fitomejoramiento Participativo (PFMP/Fundit), y son financiadas por el Proyecto Buena Milpa Guatemala, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

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Impulsan la conservación de la biodiversidad con una reserva comunitaria de semillas en Concepción Chiquirichapa, Guatemala

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Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación Buena Milpa Guatemala.

Concepción Chiquirichapa, Guatemala.- El 28 de marzo productores de comunidades de Concepción Chiquirichapa recibieron una reserva comunitaria de semillas (RCS) para almacenar granos de maíz, frijol y otras hortalizas y contar con ellos ante alguna calamidad. La RCS estará funcionando en el Centro de Mayoreo de Hortalizas de Concepción Chiquirichapa (Cemacc), y tiene capacidad para almacenar varias libras de diferentes semillas de al menos cien productores locales.

Carlos Sum, coordinador de formación del Proyecto Buena Milpa Guatemala, explicó que este es un trabajo que se realiza en conjunto con organizaciones locales; el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); la sede en Quetzaltenango del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA); y la municipalidad de Concepción Chiquirichapa. “Como parte del seguimiento se darán capacitaciones a los productores en el campo, para que mejoren sus sistemas de producción y puedan organizarse para garantizar el adecuado funcionamiento de la reserva”, dijo Sum.

Dos socios estratégicos con los que colabora el Proyecto Buena Milpa Guatemala ayudarán a fortalecer el trabajo de la reserva comunitaria, ya que ellos desarrollan la metodología con los productores, identifican las características y realizan un proceso de investigación para hacer la selección con base en las necesidades de la comunidad. También se trabaja con el Programa de Fitomejoramiento Participativo para América Latina, de la Fundación para la Innovación Tecnológica, Agropecuaria y Forestal (Fundit), que capacitará a los productores para trabajar el fitomejoramiento participativo y dará acompañamiento para que puedan elegir las mejores características de sus materiales.

“La reserva no es sólo contar con el espacio físico, también implica toda la organización comunitaria para que los productores puedan depositar sus materiales de maíz, frijol y ayotes y tener un lugar donde conservar sus semillas para los siguientes años. Por eso se deben fortalecer sus capacidades, para que puedan hacer el fitomejoramiento y que ellos mismos seleccionen las características que les interesa mejorar, como altura, color, sabor, producción y resistencia a la sequía y el aire. La reserva mantiene la biodiversidad de la región y ayuda y fortalece el mejoramiento con base en las necesidades de los agricultores”, resaltó Luis Fernando Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

Tomas Pichol es un productor de Panimaché, Chichicastenango, que ha trabajado el fitomejoramiento participativo durante varios años y expuso sus mazorcas nativas en la habilitación de la RCS. Según el productor Everardo Juárez López, de Concepción Chiquirichapa, es una grata noticia para la comunidad contar con una reserva de semillas; compartió que anteriormente ya había visitado una en Huehuetenango, y estaba muy interesado en conocer la forma en que la manejan los comunitarios.

En el occidente del país el Proyecto Buena Milpa Guatemala ha financiado la construcción de ocho reservas comunitarias de semillas y la remodelación de otras cuatro con el objetivo de conservar la biodiversidad y ofrecer opciones de almacenamiento a los productores.

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Con tecnología y acompañamiento, productores de bajos recursos diversifican cultivos e incrementan su producción en Guatemala

Gracias a la implementación de las parcelas modelo, los beneficiarios pudieron conocer cómo funcionan las tecnologías agrícolas, favoreciendo la diversificación de fincas y dietas.
Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.
20 de enero de 2019.

Guatemala.- Por medio de la colaboración entre el Proyecto Buena Milpa Guatemala y la Asociación CDRO, se implementaron varias tecnologías agrícolas en parcelas de comunidades de Totonicapán, las cuales beneficiaron a familias agricultoras de bajos recursos.

Con estas tecnologías se busca que los productores puedan diversificar sus cultivos e incrementar su producción para disponer de alimentos y tener una dieta variada.

Olivia Ixchop Chun es una productora de 63 años que enviudó hace 38 y ahora vive con su nieto y una hija. Ella habita en la aldea Chinimabe, Momostenango, y ha sido beneficiada por esta colaboración desde 2016. “Lo que cosecho en el huerto y las minigranjas me ha servido para consumo familiar, así ya no dependo del mercado, y también vendo una parte para contar con un ingreso económico”, comparte Ixchop.

Algunos productores de comunidades de Totonicapán cuentan con parcelas ubicadas en pendientes pronunciadas, por lo que también se les dio acompañamiento para trabajar con terrazas.

“En esta ladera no podíamos sembrar, pero aprendimos sobre la conservación del suelo, hicimos aproximadamente ocho terrazas y ahora sembramos verduras que usamos para alimentarnos, y el excedente lo vendemos en mercados cercanos o con vecinos. De esa manera podemos comprar otras cosas”, cuenta Ricardo Chacaj, productor de Xecajá, Santa María Chiquimula.

Don Ricardo y su esposa, Julia Batz Álvarez, también recibieron un cosechador de agua de lluvia, que les permite regar sus siembras en el verano. Además, les entregaron aves de raza criolla y una abonera que les permite fertilizar su parcela.

Gracias a la implementación de las parcelas modelo, los vecinos de los beneficiarios pudieron conocer cómo funcionan las tecnologías agrícolas y replicarlas. Con esto se favorece la diversificación de las fincas y las dietas, lo que permite avanzar en la erradicación de la malnutrición que tanto afecta al área rural del occidente de Guatemala.

Tecnologías escaladas:

  • Cosechadores de agua de lluvia
  • Conservación de suelos
  • Minigranjas de aves criollas
  • Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF)
  • Sistemas agroforestales
  • Diversificación de cultivos (recuperando la siembra de frijol)
  • Parcelas de fitomejoramiento
  • Manejo poscosecha
  • Huertos de hortalizas y medicinales
  • Sistemas de miniriego
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Agricultores aumentan su producción y diversifican sus dietas con el Proyecto Buena Milpa Guatemala

El 13 de diciembre se realizó la presentación de resultados de las actividades implementadas en el occidente de Guatemala por el Proyecto Buena Milpa, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), las cuales han ayudado a fortalecer la seguridad alimentaria y disminuir la pobreza de las familias del área rural.

El Proyecto Buena Milpa, en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), busca mejorar las condiciones de vida de las familias productoras, aumentando la sostenibilidad y la capacidad de recuperación de los sistemas agrícolas basados en maíz y disminuyendo la degradación ambiental.

En Guatemala el maíz es la base de la alimentación, por lo que el proyecto realizó varias actividades con el fin de conservar las semillas nativas de los productores, incluyendo la selección de los mejores granos de maíz, el manejo poscosecha y la construcción y adaptación de reservas comunitarias de semillas. La adopción de estas prácticas permitió a los productores diversificar sus sistemas agrícolas y contar con dietas más diversas.

Durante la ejecución de este proyecto, se apoyó a más de 13,000 familias agricultoras en los municipios de Huehuetenango, Quetzaltenango, San Marcos, Quiché y Totonicapán. Asimismo, se implementaron tecnologías agrícolas en 2,021 hectáreas de tierra y se capacitó a más de 23,000 productores, agentes de extensión agrícola, científicos y tomadores de decisiones en temas como la conservación y el mejoramiento participativo del maíz, la conservación de agua y suelo, la diversificación agrícola, las redes innovadoras y la inclusión social.

“Para alcanzar los objetivos, la estrategia ha sido trabajar con socios del Gobierno de Guatemala, universidades nacionales y extranjeras, organizaciones no gubernamentales y fundaciones en la transferencia de tecnologías agrícolas para el mejoramiento y la conservación del maíz, la sostenibilidad de suelo y agua y la diversificación de los cultivos, utilizando estrategias de apoyo como la innovación en redes locales para fortalecer los procesos de extensión y la inclusión social”, explica Luis Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa.

La estrategia de sostenibilidad del Proyecto Buena Milpa ha sido fortalecer las organizaciones y sus relaciones para que sigan trabajando con asociaciones de productores y, al mismo tiempo, se coordinen entre ellas para fortificar las cadenas de apoyo institucional que existen y que buscan reducir la pobreza y la desnutrición en Guatemala.

Durante el evento, también se desarrollaron unos foros en los que se abordaron tres temas: el maíz como eje de desarrollo del sistema milpa, la innovación y la inclusión social; las experiencias para la institucionalización; y la productividad y sustentabilidad del sistema milpa para la seguridad alimentaria. Además, hubo una exposición de las tecnologías agrícolas innovadoras que han implementado los socios colaboradores en las comunidades en las que trabajan y que van acordes con los cinco ejes del proyecto.

Los socios fueron los siguientes:

  • Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA).
  • Unidades de extensión de Totonicapán y Quetzaltenango, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
  • Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch).
  • Asociación de Cooperación para el Desarrollo Rural de Occidente (CDRO).
  • Asociación de Desarrollo Integral para el Occidente (Adipo).
  • Fundación Agros.
  • División de Ciencia y Tecnología del Centro Universitario de Occidente (Cunoc), de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).
  • Proyecto de Fitomejoramiento Participativo (Pfmp/Fundit).
  • Asociación Comunitaria para el Desarrollo Serjus.
  • Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM), de la Universidad Autónoma Chapingo.
  • Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (Gira).
  • Cooperativa La Igualdad.
  • La Asociación de Desarrollo
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El fitomejoramiento participativo ayuda a seleccionar semillas nativas con mayor rendimiento en Guatemala

Se reforzaron algunos temas como el origen del maíz y las técnicas de selección masal simple y estratificada.

Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

24 de septiembre de 2018.

Guatemala.- La altura de los terrenos y los cambios de clima son factores que influyen en la productividad del maíz. Hace tres años se empezó a trabajar el fitomejoramiento participativo de maíz en tres municipios de Totonicapán (Santa Lucía La Reforma, Santa María Chiquimula y Momostenango), en donde se recolectaron 38 semillas diferentes, y luego se sembraron en una parcela para encontrar el material preferido por los productores. Ellos evaluaron el desarrollo de las plantas hasta llegar a la cosecha y seleccionaron ocho variedades, cuatro de maíz blanco y cuatro de amarillo, las cuales se sembraron en parcelas locales con el objetivo de encontrar una variedad que tenga buen rendimiento y se adapte a todo el municipio.

Moisés Pacheco, investigador asociado del Programa de Maíz en el Altiplano Occidental del Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), comentó que también entregaron paquetes con tres variedades de semillas que ellos están evaluando en las parcelas, para que las siembren y luego se comparen los resultados, y ver si coinciden las variedades rendidoras. Luis Barrios, del Departamento de Formación y Capacitación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), sede Totonicapán, explicó que están trabajando en comunidades que han sido afectadas por la sequía, y que para ellos es interesante mejorar las semillas porque se trata de comunidades que tienen más problemas para disponer de alimentos.

La productora Regina Sunux dijo que la sequía disminuye sus cultivos hasta en 50%, ya que cuando la cosecha es buena, recogen aproximadamente 7 quintales de maíz por cuerda; mientras que cuando hay sequía, cosechan 3.5 quintales. Ochenta productores de Totonicapán y Quetzaltenango participaron en las capacitaciones en fitomejoramiento participativo, en donde también se reforzaron algunos temas importantes como el origen del maíz y las técnicas de selección masal simple y estratificada, para las cuales se realizan prácticas, ya que el objetivo es que los productores las implementen en sus parcelas.

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Entregan más de 900 colecciones de semillas nativas de Guatemala para conservar la agrobiodiversidad y combatir la desnutrición y la pobreza

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) resguardó alrededor de 700 colecciones de variedades nativas de maíz de Guatemala, las cuales fueron entregadas al Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) y al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).

Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.

7 de septiembre de 2018.

Guatemala.- Hace 68 años, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), ubicado en México, resguardó alrededor de 700 colecciones de variedades nativas de maíz de Guatemala en su Banco de Germoplasma, las cuales fueron repatriadas y entregadas al Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA) y al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).

Los bancos de semillas juegan un papel muy importante en la conservación de la agrobiodiversidad, ya que los desastres naturales pueden impactar de forma drástica en la diversidad fitogenética destruyendo las cosechas, lo que podría provocar la pérdida de variedades de semillas nativas, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria local y mundial.

“El objetivo principal de nuestro Proyecto Buena Milpa ha sido contribuir a la conservación y diseminación de las semillas nativas de maíz, para disminuir el hambre y la pobreza en el occidente de Guatemala, trabajando en colaboración con instituciones gubernamentales, lo que permite que se ponga a disponibilidad de las familias una mejor reserva de las variedades de maíz con altos rendimientos y alto contenido nutricional”, expresó Greg Howell, director de la Oficina de Crecimiento Económico de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).

Además, fueron entregadas 225 colecciones de variedades nativas de maíz por Guardianes de la Biodiversidad, un grupo formado por productores de distintas comunidades de Guatemala. Todas estas colecciones estarán resguardadas en condiciones controladas y óptimas, bajo el cuidado del ICTA.

Mario Fuentes, quien coordina el proyecto de Fitomejoramiento Participativo con el Proyecto Buena Milpa, explicó que la entrega de semillas de los Guardianes de la Biodiversidad es como hacer copias de seguridad para su resguardo, lo que apoya la sostenibilidad para que la semilla no se pierda por los efectos del cambio climático.

Durante el evento, el MAGA y el Ministerio de Cultura y Deportes entregaron reconocimientos a los Guardianes de la Biodiversidad, por conservar las variedades nativas de maíces, y al CIMMYT, USAID y el Fondo de Desarrollo de Noruega, por el apoyo que brindan a productores de maíz y por la promoción de la conservación y mejora del cultivo.

“Es parte de nuestra misión regresar a su país las semillas que hemos conservado por muchos años, le estamos dando el bastón al ICTA para que sigan el proceso de repatriación, y queremos ver rematriación, que significa que las semillas regresen a su madre tierra original”, comentó Denise Costich, directora de la colección de maíz del Banco de Germoplasma del CIMMYT.

Josefina Martínez, oficial de proyectos de USAID, agregó que con el trabajo del Proyecto Buena Milpa se contribuye a disminuir la desnutrición y la pobreza, además de apoyar a los productores para que tengan mejores semillas y mayor productividad.