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Comparó y optó por la Agricultura de Conservación

Valle del Yaqui, Son.- En el sur de Sonora la producción de trigo se sigue realizando, predominantemente, mediante un sistema convencional, con excesivos pasos de maquinaria que incrementan los costos de producción hasta el grado de reducir la rentabilidad de los cultivos. 

En ciclos agrícolas recientes algunos productores del Valle del Yaqui han implementado Agricultura de Conservación —un sistema de producción sustentable que permite reducir costos de producción y cuidar los recursos suelo y agua, primordialmente—, obteniendo notables beneficios, entre ellos el ahorro económico por la reducción de pasos de maquinaria y del tiempo de siembra. 

Después de tres ciclos agrícolas, el productor José Karam Amado —quien cultiva en el Block 1107 del Valle del Yaqui— amplió su superficie sembrada con este sistema sustentable porque, refiere, ha obtenido buenos resultados en rendimientos. Este hecho, además, lo ha motivado a que la siembra y la fertilización se realice con equipo especializado para Agricultura de Conservación. 

Para ilustrar los beneficios que le ha aportado la Agricultura de Conservación, el productor comenta que en una superficie de 150 hectáreas sembró trigo —el 23 de noviembre de 2020— sobre rastrojo de trigo y suelo seco para comparar los resultados de la cosecha con los de la agricultura convencional que se estableció en un predio al lado como testigo. 

Entre los detalles técnicos de la superficie establecida con Agricultura de Conservación, el productor comenta que sembró con una densidad de 180 kg de semilla por hectárea, la fertilización se realizó con 500 kg de urea por hectárea —empleando la misma sembradora especializada para Agricultura de Conservación de la que dispone—, hizo una sola aplicación para control de malezas a los 46 días de haber emergido el cultivo y sumó un total de cuatro riegos de auxilio —días antes del primero fertilizó con 200 kg de urea por hectárea y antes del segundo aplicó 50 kg de amoniaco (NH3) en el agua de riego—.

Cabe mencionar que en ambos tratamientos —Agricultura de Conservación y labranza convencional— el productor realizó una aspersión aérea para controlar el pulgón del follaje, agregando en la misma mezcla un fungicida para prevenir una infección de roya de la hoja en trigo. 

Finalmente con la cosecha, que se realizó el 8 de mayo del 2021, el productor confirmó que con Agricultura de Conservación tuvo un ahorro de $3,400 por hectárea, obteniendo un rendimiento de 9.4 toneladas por hectárea (t/ha) contra 8.6 t/ha con labranza convencional. Esto significa un 26% más de utilidad con Agricultura de Conservación. 

Con estos resultados, el productor planea extender la superficie bajo Agricultura de Conservación, sistema particularmente útil ahora que los costos de producción son más altos cada año y afectan de manera negativa los recursos naturales, comenta el productor. 

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Grandes cambios con cuatro años practicando Agricultura Sustentable

Purísima del Rincón, Gto.- En el año 2017, durante el ciclo otoño-invierno, el productor Ramón Ramírez Aguilar recibió la propuesta de implementar un módulo “lado a lado” de una hectárea. Es decir, debía destinar esa porción de sus tierras de cultivo para implementar nuevas prácticas sustentables en una mitad y en la otra seguir cultivando de la forma acostumbrada, a manera de testigo. 

Ramón aceptó la propuesta del equipo técnico de MasAgro Guanajuato ―programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)―, contando con el apoyo de su tío y socio, Rodolfo Aguilar Hurtado. 

En el lado destinado a implementar las innovaciones propuestas por Masagro Guanajuato se trabajó con Agricultura de Conservación —un sistema de producción sustentable cuyos componentes básicos son la mínima labranza, la cobertura del suelo con rastrojo y la diversificación de cultivos—, fertilidad integral, siembra en hileras, variedades mejoradas, inoculación de semilla con tricodermas ―hongos del género Trichoderma que ayudan a reducir los efectos de algunas enfermedades del suelo―, fertilización enterrada y Manejo Agroecológico de Plagas. 

Ramón, de 34 años, ya conocía los componentes básicos de la Agricultura de Conservación, pero solo los ponía en práctica en el ciclo primavera-verano para la producción de maíz y no así en otoño-invierno para trigo. Con el acompañamiento técnico de MasAgro Guanajuato, sin embargo, obtuvo resultados que lo convencieron de establecer esas mismas prácticas en el resto de la superficie a su cargo (junto a su familia, suma 106 hectáreas dedicadas todas a la producción de granos básicos), en ambos ciclos productivos.

Desde entonces, Ramón y su familia producen sustentablemente ―su esposa María de los Ángeles y sus hijos Hania, Rodrigo y Andrea están involucrados en las actividades junto con él―. Sus rendimientos por hectárea son de al menos 8.3 toneladas de trigo con menores costos de producción. Así, con cuatro años sin perturbar el suelo de su parcela y dejando el 100% de los rastrojos en los dos ciclos, Ramón se ha convertido en un productor referente en la zona y un aliado de MasAgro Guanajuato para establecer y difundir la amplia gama de innovaciones sustentables que ofrece el programa.

Con respecto al módulo de innovación implementado, eventualmente este se ha convertido en un espacio para demostraciones, capacitaciones y recorridos en campo en los que se puede escuchar a Ramón compartiendo su experiencia con otros productores: “Creo que uno de los grandes problemas que tenemos es que los productores a veces no nos dejamos ayudar mucho, algunos no cambian sus métodos, no quieren cambiar sus prácticas. Yo lo veo con los compañeros de mi comunidad”, comenta al tiempo que enfatiza en que por eso el módulo de innovación que implementó junto con MasAgro Guanajuato está abierto para que otros productores lo visten y vean que las innovaciones sí funcionan.

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Fertilización a la medida

Salamanca, Gto.- La fertilización representa hasta el 65% de los costos de producción de granos. Esta cifra es preocupante para el sector agrícola de Salamanca, Guanajuato, municipio donde gracias a la suma de esfuerzos entre organizaciones de todos los sectores se está implementando un proyecto de fertilidad integral con buenos resultados. 

En el marco de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizaron 172 análisis de suelo cuyos resultados permitieron construir una serie de mapas del municipio con los que será posible identificar cuáles son los nutrientes presentes y faltantes en las tierras de cultivo.  

Con estos datos de ubicación y condición, los productores podrán solicitar a los proveedores la mezcla de fertilizantes a la medida de las necesidades de su parcela en función del rendimiento esperado. Para lograr este cometido ha sido necesario el esfuerzo conjunto de diversas organizaciones, particularmente de las autoridades municipales de Salamanca, quienes accedieron a escuchar el planteamiento de MasAgro Guanajuato.

El plan integral de fertilidad para Salamanca incluyó la obtención de muestras de suelo con la cooperación de al menos 300 productores, la reunión con proveedores de fertilizantes con presencia en el territorio municipal (para hacer de su conocimiento el propósito del plan y la importancia de su participación), el análisis de los resultados con la colaboración de investigadores del CIMMYT, la construcción del mapa de fertilidad del municipio y la difusión de los resultados entre los proveedores (actualmente participan dos) para que elaboren las mezclas adecuadas para los productores de Salamanca.

Aunque la pandemia por COVID-19 ha sido un factor limitante para el avance del plan, al menos 38,298 hectáreas de tierras de cultivo en Salamanca ya podrán hacer uso de los datos obtenidos.

Contar con un plan integral de fertilidad es solo el principio de las acciones conjuntas pues la aplicación de la mezcla recomendada, el momento de la aplicación y la fuente del fertilizante son otros factores que el productor debe considerar para que la fertilización sea adecuada. Si algún productor tuviera dudas sobre el plan o quisiera obtener mayor información sobre prácticas agrícolas adecuadas que mejoren la fertilidad de sus suelos, puede establecer contacto con el equipo técnico de MasAgro Guanajuato presente en la región. 

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Antes de fertilizar, conoce tu suelo

Ixtacuixtla de Mariano Arista, Tlax.- Los suelos son el recurso fundamental para la producción de los alimentos de la humanidad, por esto es esencial que los suelos también sean nutridos; sin embargo, uno de los principales desafíos es el manejo de los nutrientes, pues conlleva riesgos: por un lado la contaminación del aire, suelo y agua causada por el excesivo o indebido uso de fertilizantes y, por otro, los bajos rendimientos relacionados con el uso insuficiente de estos productos. 

En la comunidad de La Caridad Cuaxonacayo, perteneciente al muncicipio de Ixtacuixtla de Mariano Arista, Tlaxcala, recientemente el equipo técnico del Hub Valles Altos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) realizó una actividad demostrativa sobre fertilidad y pH del suelo (febrero de 2021). Esto, debido a que entre los productores de la zona prevalece un manejo de fertilizantes químicos sin tomar en cuenta las necesidades y características del suelo, lo cual ha provocado la pérdida de materia orgánica e incluso la infertilidad de las tierras de cultivo.

La actividad, desarrollada en la parcela “La Iglesia” del productor Miguel Ángel Pérez, estuvo dirigida a asesores técnicos, productores de la región, empresas, organizaciones y dependencias de gobierno del estado de Tlaxcala. Entre los temas abordados destacan los relacionados con las necesidades de fertilizantes, los  componentes del suelo agrícola, la textura del suelo y  su pH —que es la medida de qué tan ácido o alcalino es el suelo, lo cual está relacionado con la disponibilidad de nutrientes—.

Cabe destacar que la actividad incluyó una práctica de visualización de  pH del suelo con el objetivo de dar a conocer los beneficios de tener un suelo fértil y que los productores tengan en cuenta cómo distribuir los fertilizantes (nutrientes) y cómo aplicarlos de acuerdo con el tipo de suelo y su nivel de pH.   

Al conocer las características y la capacidad productiva del suelo es posible diagnosticar y planear una estrategia de fertilización adecuada para cada tipo de suelo y sus particulares necesidades de nutrientes. Esto es muy útil para aumentar los rendimientos, pero conservando la fertilidad del suelo. 

En Tlaxcala, el Hub Valles Altos del CIMMYT brinda asesoría y acompañamiento técnico a productores que están interesados en adoptar este tipo de prácticas sustentables. Actualmente se proyecta desarrollar más acciones para promover  la fertilización integral, incluyendo la aplicación de fertilizantes orgánicos y enmiendas agrícolas de acuerdo al pH del suelo. Con estas acciones se suman esfuerzos para lograr la Neutralidad de la Degradación de las Tierras (que tiene como objetivo mantener o aumentar la cantidad y la calidad de los recursos de la tierra que respaldan las funciones y servicios ecosistémicos) en concordancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

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Las prácticas de manejo del nitrógeno en el campo tienen repercusiones globales

La pequeña agricultora Sita Kumari con fertilizante en sus manos. (Foto: C. de Bode/CGIAR)
La pequeña agricultora Sita Kumari con fertilizante en sus manos. (Foto: C. de Bode/CGIAR)

Un equipo internacional de científicos ha fortalecido nuestra comprensión de cómo una mejor gestión de los fertilizantes podría ayudar a minimizar las emisiones de óxido nitroso (N2O) y, al mismo tiempo, lograr altos rendimientos de los cultivos en la nueva publicación: Metaestudio de rendimiento y resultados de óxido nitroso para la gestión del nitrógeno en la agricultura. Esta investigación se realizó mediante un metanálisis, donde se combinaron estadísticamente los resultados de múltiples estudios científicos.

Para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos, los agricultores necesitan un suelo fértil. El nitrógeno, un elemento esencial en los fertilizantes para plantas, puede tener efectos extremadamente perjudiciales sobre el medio ambiente cuando no se maneja de manera efectiva. Numerosos estudios han confirmado que mejorar el uso de nitrógeno en la agricultura es clave para asegurar un futuro con seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.

«La sociedad necesita estrategias matizadas basadas en enfoques de gestión de nutrientes personalizados que mantengan los balances de nitrógeno dentro de límites seguros», dijo Tai M Maaz, investigador de la Universidad de Hawái en Manoa y autor principal del estudio.

Cuando los agricultores aplican fertilizante nitrogenado a sus cultivos, normalmente solo el 30-40% es absorbido por la planta y el resto se pierde en el medio ambiente. Un subproducto es el óxido nitroso (N2O), uno de los gases de efecto invernadero más potentes de la atmósfera. La agricultura mundial es uno de los principales contribuyentes de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente los derivados de las emisiones de óxido nitroso.

Aunque ahora se les dice a los agricultores que practiquen la reducción de la tasa de fertilizantes, o simplemente, que apliquen menos fertilizantes, hay casos en los que esa estrategia no es posible o no es aconsejable.

Predictores alternativos de emisiones

El estudio encontró que los indicadores de producción, como el balance de nitrógeno parcial (PNB), un indicador de la cantidad de nitrógeno propenso a la pérdida, y la productividad del factor parcial (PFP), una medida de la eficiencia del uso de insumos, predecían las emisiones de óxido nitroso y mejor que la tasa de aplicación sola. Esto significa que en algunos casos, donde la reducción de la tasa de nitrógeno no es posible, la emisión de óxido nitroso aún puede reducirse aumentando el rendimiento mediante la implementación de prácticas mejoradas de manejo de fertilizantes, como las «4R:» fuente, dosis, momento y lugar correctos.

Tek B Sapkota, científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y coautor del estudio, enfatizó que “la reducción de la tasa sigue siendo importante en los sistemas de cultivo donde el nivel actual de aplicación de nitrógeno es excesivamente alto. Pero, al comparar los sistemas con las mismas tasas de aplicación de nitrógeno, la emisión de óxido nitroso se puede reducir aumentando el rendimiento”.

“Las prácticas de gestión de nutrientes de las 4R deben adaptarse a regiones específicas para ayudar a cerrar las brechas de rendimiento y mantener la sostenibilidad ambiental: el escenario en el que todos ganan. El futuro requerirá que las instituciones públicas y privadas trabajen juntas para difundir dicha información de manejo de nutrientes para sistemas de cultivo específicos en geografías específicas”, dijo Sapkota, quien también es editor de revisión del sexto informe de evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

El artículo fue un esfuerzo de colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Universidad de Hawái, el Fondo de Defensa Ambiental, Nutrición Vegetal de Canadá y el Instituto Africano de Nutrición Vegetal. Fue financiado por el Programa de Investigación del CGIAR sobre Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS).

Lea el estudio completo aquí.


 

PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN O PARA PROGRAMAR ENTREVISTAS, CONTACTE A:

Marcia MacNeil, Oficial de Comunicaciones, Gerente del Programa de Investigación de Trigo del CGIAR (WHEAT), CIMMYT. M.macneil@cgiar.org

Acerca del CIMMYT

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación de Maíz y Trigo del CGIAR y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.

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Sustituyen fertilizantes químicos con estiércol de bovino

San Pedro, Coah.- La Comarca Lagunera (Coahuila y Durango) es considerada la cuenca lechera más importante del norte de México, cuenta con alrededor de 450 mil cabezas de ganado bovino que demandan una alta cantidad de granos y forraje para su alimentación y que a su vez producen anualmente cerca de un millón de toneladas de estiércol. Con estas cifras, ¿cómo es posible hacer que en esta región la producción de forrajes sea sostenible?

La Agricultura de Conservación —sistema sustentable basado en el mínimo movimiento del suelo, la cobertura con rastrojo y la diversificación de cultivos— y el uso de residuos orgánicos (estiércol) como fuente de fertilización son una opción viable y mediata para implementarse en la Comarca Lagunera y lograr que producción de forrajes sea efectivamente sostenible. La aplicación de estiércol en tierras de cultivo proporciona un beneficio ecológico al depositar nutrientes como nitrógeno y fósforo en el suelo (el nitrógeno del estiércol se encuentra principalmente en forma de amoniaco y las plantas lo usan como nutriente).  

Para evaluar este sistema de labranza y compararlo con la labranza convencional de la región —basada en un continuo movimiento del suelo que favorece la erosión—, investigadores de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) y del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que colaboran en la plataforma de investigación San Pedro, Coahuila, establecieron un experimento con maíz forrajero antes de establecer el sistema de Agricultura de Conservación, evaluando dos sistemas de labranza (labranza reducida y labranza convencional) y dos fuentes de fertilización (inorgánica y estiércol) —el acondicionamiento en labranza reducida se preparo con rastreo doble y la labranza convencional se realizo subsuelo, barbecho y rastreo doble—.

En las parcelas con fertilización orgánica se aplicaron 90 toneladas por hectárea de estiércol bovino previo a la siembra de maíz (incorporándose al suelo con dos pasos de rastra). En las parcelas con fertilización química se aplicaron 300 kg de nitrógeno por hectárea (utilizando al sulfato de amonio como fuente). Luego de la cosecha, se evaluó el rendimiento de forraje.

Si bien la siembra de agricultura convencional y de labranza reducida con fertilización inorgánica dieron los mayores rendimientos de materia seca, los rendimientos con fertilización orgánica fueron aceptables para ambos sistemas. La literatura existente reporta que es posible aportar todo el requerimiento de nitrógeno para los cultivos con la aplicación de estiércol, lográndose rendimientos similares o mayores que con el uso de fertilizantes inorgánicos. Por lo que, en el caso del sistema de Agricultura de Conservación y fertilización con estiércol bovino, es necesario aplicaciones adicionales de fertilizantes inorgánicos durante los primeros tres años para ayudar a la liberación del nitrógeno contenido en los residuos de cosechas. 

La reducción de labranza es una necesidad para minimizar la erosión del suelo; sin embargo, se requiere la incorporación de materia orgánica para reducir la compactación. La aplicación de estiércol como fuente de nutrientes y como mejorador de suelo por la aportación de materia orgánica es una opción para el aprovechamiento de los residuos de la industria lechera en la Comarca Lagunera. Además, esto  ayuda a mitigar la contaminación por estos desechos. A pesar de que los rendimientos fueron menores que con las fuentes inorgánicas, la mineralización del estiércol es un proceso relativamente lento por lo que los mejores efectos se esperan a mediano y largo plazo.

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La rotación de cultivos es clave para mejorar el rendimiento del maíz

En el municipio de Indaparapeo, Michoacán, se siembran más de 5,700 hectáreas de maíz, principalmente bajo riego. Sin embargo, con rendimientos menores a cuatro toneladas por hectárea (t/ha), los productores de temporal son los más vulnerables ante las dinámicas del mercado y ante fenómenos como el cambio climático que, en la zona, es notable por las lluvias que se presentan de forma cada vez más irregular, disminuyendo los rendimientos año tras año.

Para ofrecer alternativas que permitan a los productores de temporal de Indaparapeo y alrededores incrementar sus rendimientos y hacer más rentable su actividad agrícola, la plataforma de investigación Indaparapeo —donde colaboran Red_innovAC, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) — promueve el desarrollo y adaptación de la Agricultura de Conservación y otras prácticas sustentables. 

La labranza convencional que predomina en la zona se basa en prácticas que no favorecen la salud de los suelos, tales como su movimiento excesivo (mediante barbecho y rastra), la fertilización con base en criterios empíricos, el uso excesivo de agroquímicos para controlar plagas y malezas, la “siembra en plano” (que tiene un menor rendimiento) y el monocultivo de maíz. Por esto, desde 2013 que fue instalada la plataforma, se han evaluado prácticas y tecnologías como las camas permanentes, la rotación de cultivos y cultivos alternativos, variedades adecuadas, así como la fertilización balanceada.  

De entre las prácticas sustentables implementadas destacan la siembra en camas permanentes y la rotación de cultivos, la cual tiene un efecto positivo en el rendimiento del maíz. La rotación no es una práctica común en la región (incluso el frijol que sí es cultivado se siembra en baja proporción), por lo que ha sido necesario identificar cultivos que puedan ser buenas opciones para los productores y, sobre todo, sensibilizarlos sobre la importancia de esta práctica (que además de beneficiar el cultivo de maíz ayuda a romper los ciclos reproductivos de diversas plagas).

De entre los cultivos identificados que se adaptan a las condiciones locales están la linaza, la chía, la soya y el girasol, los cuales muestran una buena respuesta a las condiciones agroecológicas de la región y tienen buen potencial productivo, aunque la falta de mercado y maquinaria para su cosecha limitan su implementación.

Una opción para lograr la rotación de cultivos es incentivar el cultivo del frijol, el cual además tiene un mercado asegurado con buen precio. Aunque una limitante de este cultivo en la zona es que la cosecha se realiza de forma manual y demanda mucha mano de obra, en tres años de evaluación la rotación de maíz con frijol produjo en promedio 0.7 t/ha más que el monocultivo de maíz. 

En Indaparapeo y sus alrededores, la elección de la variedad es determinada principalmente por la demanda en el mercado. Los estudios hechos en la plataforma de investigación de Indaparapeo muestran que la variedad Pinto Saltillo se adapta bien a las condiciones de la región y su rendimiento es más estable, por lo que es una buena alternativa para temporal. 

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Mejorando el rendimiento de los maíces nativos

Venustiano Carranza, Chis.- México es el centro de origen del maíz. La diversidad climática del país favoreció la diferenciación de las variedades y el surgimiento de razas. El estudio científico no solo ha confirmado que la evolución del maíz inició hace cerca de 10 mil años (mediante la selección artificial por parte de los antiguos mexicanos), sino que este proceso evolutivo continua hasta nuestros días.

En otras palabras, las razas de maíz no son estáticas, siguen cambiando debido a las múltiples interacciones entre el medioambiente y las prácticas agronómicas a las que son sometidas. Las razas que actualmente conocemos no siempre han existido, sino que son el resultado de un complejo proceso de evolución biocultural. De hecho, en los últimos 500 años (es decir, desde los aztecas) el maíz ha evolucionado principalmente por la cruza entre razas.

Actualmente se estima que en alrededor del 80% de la superficie cultivada en el país se trabaja alguna variedad de maíz nativo. Estos cultivos se encuentran principalmente en condiciones de temporal y, dependiendo de muy diversos factores, brindan rendimientos muy variables a los productores, por lo que es fundamental continuar investigando tanto sus características genéticas como las prácticas agronómicas que más les favorecen.

En Chiapas se calcula que el 75% de la superficie cultivada es de maíces nativos (18 razas) y de generaciones avanzadas de variedades mejoradas (variedades “acriolladas”, como dicen algunos productores). En la región de los Llanos la mayoría de los productores cultivan maíz nativo bajo condiciones de temporal, pero sus rendimientos no superan las 1.5 toneladas por hectárea.

Para ofrecer a los productores locales información útil para el mejor aprovechamiento de sus maíces, en la plataforma de investigación Venustiano Carranza, Chiapas, se desarrolló un estudio (durante el ciclo agrícola primavera-verano 2017) a través del cual se evaluó la respuesta a diferentes dosis de fertilización de cinco maíces nativos que sobresalen por sus rendimientos y adaptabilidad en la región de los Llanos de Chiapas.

Los genotipos que obtuvieron los rendimientos más altos (5.4 y 5.3 toneladas por hectárea, respectivamente) fueron San Gregorio y Zapatista con solo una fertilización (el resto de variedades no superó la media de 4 toneladas por hectárea). Aunque se alcanzaron rendimientos favorables similares a los de un maíz híbrido, aun es necesario seguir investigando la eficiencia en el uso de los fertilizantes en maíces nativos así como las efectos de otras prácticas agronómicas a fin de encontrar soluciones a las problemáticas locales que enfrentan los productores con sus propios materiales nativos.

Si bien las variedades nativas sobresalen por su adaptabilidad a condiciones adversas y por sus características particulares de color, sabor, textura, tamaño, etc., es necesario brindar opciones sustentables para incrementar los rendimientos de estos maíces, ya que muchos productores al observar bajos rendimientos deciden ya no seguir cultivándolos. De ahí la importancia de investigaciones como esta que realiza el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en los estados.

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La dosis correcta: MasAgro Guanajuato y su estrategia de fertilización

Guanajuato.- La estrategia de manejo integral en la fertilización de cultivos que impulsa MasAgro Guanajuato con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —y que tiene como propósito ayudar a optimizar el uso de fertilizantes— escaló ya a tres municipios del estado: Purísima del Rincón, Valle de Santiago y Coroneo, donde gracias a esta estrategia, los productores ya hacen uso de las mezclas adecuadas generadas para cada región.

Con el apoyo de los Gobiernos municipales que se suman a esta estrategia, MasAgro Guanajuato ofrece alternativas para solucionar dos de los principales problemas que aquejan a los productores guanajuatenses: los altos costos de preparación de los suelos y diversas situaciones relacionadas con la aplicación de los fertilizantes y su eficacia en el suelo.

Ya que los diferentes tipos de suelo tienen características y necesidades diversas, en 2018 —con la colaboración de Productores Unidos Puricam SPR de RL— se realizó un muestreo sistemático de suelos utilizando técnicas de análisis bioestadístico para generar mapas de fertilidad, los cuales sirven para identificar los nutrientes que se requieren, las cantidades necesarias de estos para satisfacer las metas de producción y las fuentes de fertilización adecuadas.

Los estudios en Valle de Santiago revelaron que en 43% de las parcelas de ese municipio se sobrefertiliza, en 40% se subfertiliza y solo en 17% se fertiliza adecuadamente con fósforo. En consecuencia, los suelos agrícolas de dicho municipio presentan deficiencias de zinc (65%), manganeso (62%) y hierro (34%), así como una saturación de sodio y boro, lo que en conjunto perjudica sus propiedades físicas y químicas, limitando que alcancen una productividad óptima.

Con estos y otros estudios complementarios, se desarrollaron guías de fertilización y se sentaron las bases de la estrategia de fertilización integral de MasAgro Guanajuato, con la cual se busca que los productores de las sociedades de producción rural que cultivan maíz y granos pequeños optimicen el uso de fertilizantes, y así reduzcan sus costos de producción y minimicen el impacto ambiental.

Como parte de las primeras acciones de la estrategia, en el módulo de riego local se pusieron a disposición de los productores las mezclas físicas de fertilizantes acordes a la región (las cuales pudieron ser elaboradas gracias al estudio realizado). También se han brindado capacitaciones a fin de que los productores y técnicos de la zona adopten prácticas sustentables que les permitan hacer un uso adecuado y eficiente del fertilizante, el cual es uno de los insumos más caros dentro de los costos de producción (se estima que cerca de 40% de los costos para maíz y trigo se destina a fertilizantes).

De igual manera, en el municipio de Coroneo, en el marco de la entrega de fertilizantes a productores por parte del Gobierno municipal, el equipo técnico de MasAgro Guanajuato brindó una capacitación y presentó esta innovadora estrategia que busca hacer una distribución georreferenciada de nutrientes adecuados para los suelos de la región.

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La insospechada importancia de un disco cortador

Guanajuato.- Se estima que la adopción de la Agricultura de Conservación en el Bajío guanajuatense ha sido en más de 30% de su superficie, ¿pero por qué aún no se adopta en el 100%? La respuesta tiene muchos aspectos, pero existe una razón técnica: la eficiencia de los fertilizantes nitrogenados. De forma convencional, los productores realizan la fertilización al voleo o dejan el fertilizante sobre la superficie, lo cual es totalmente ineficiente porque el suelo no lo aprovecha.

La historia de la agricultura en Guanajuato es vasta. En los años ochenta —cuando la entidad comenzó a ser llamada “el granero de México”— se introdujeron diversos elementos de labranza de conservación a través de instituciones de investigación científica, como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Entre esos elementos, destaca el disco cortador, pieza clave para el corte de los rastrojos, la siembra directa, evitar el barbecho y —ahora— hacer más eficiente la fertilización nitrogenada.

Debido a que durante su operación estos discos abren un pequeño surco en el suelo —cuya anchura y profundidad varía dependiendo de la forma del disco y su diámetro, el tipo de suelo y su humedad, etc.—, son potencialmente útiles para optimizar el uso del nitrógeno. Este insumo es uno de los principales nutrientes que requieren los cultivos, pero —debido a sus características— no solo puede elevar significativamente los costos de producción, sino que además es común que, si no es aplicado debidamente, se pierda gran cantidad durante su aplicación (por volatilización o escurrimientos, por ejemplo), impactando negativamente en el medioambiente.

Para mitigar el problema, a través de la red de innovación de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el CIMMYT— se establecieron relaciones de coproducción con empresas de fabricación de maquinaria agrícola, como Sembradoras del Bajío y Sembradoras Dobladenses. Con el respaldo técnico y científico del CIMMYT, esta colaboración generó un prototipo de disco cortador, con el cual se pretende aumentar 30% la eficiencia al inyectar el fertilizante nitrogenado en el suelo.

A través de la Agricultura de Conservación —sistema sustentable basado en la mínima labranza, la cobertura del suelo con rastrojos y la rotación de cultivos—, en Guanajuato se promueve una agricultura climáticamente inteligente que, con las máquinas y herramientas adecuadas, permite optimizar la fertilización nitrogenada y, consecuentemente, mejorar la calidad de los cultivos y de los recursos naturales.