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Ahorran dinero y protegen el medioambiente mientras controlan plagas

León, Gto.- Una infestación no controlada de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en un cultivo de maíz puede afectar significativamente la economía de los productores, ya que este insecto plaga afecta a la plántula, daña las hojas —lo que repercute en el desarrollo general de la planta—, o inhibe las inflorescencias durante la floración de la planta adulta.

El gusano cogollero puede disminuir desde 30 hasta 60% el rendimiento del maíz ya a cosecha. Su control convencional implica cuatro aplicaciones de insecticidas químicos que obviamente repercuten en altos costos de producción. Por esta razón en las comunidades Benito Juárez y La Cinta, en el municipio de León, Guanajuato, se promueven enfoques agroecológicos para reducir el uso de productos químicos.

La implementación de la estrategia de Manejo Agroecológico de Plagas que se promueve a través de MasAgro Guanajuato —programa de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— contempla tres acciones principales: la primera son los monitoreos para identificar los insectos presentes en la parcela, determinar cuáles son benéficos y cuáles son plaga; determinar también los porcentajes de daño en el cultivo a través de los umbrales económicos de cada plaga y ver si es necesario o no emprender alguna acción de control. 

El segundo punto es fortalecer el control biológico de las plagas mediante la liberación de algunos insectos benéficos, en el caso de las comunidades Benito Juárez y La Cinta se han liberado avispas del género Trichogramma, las cuales parasitan los huevos de lepidópteros —orden de insectos al que pertenecen las mariposas y las polillas, como la del gusano cogollero en su fase adulta— y también se han liberado chinches del género Geocoris, que se alimentan principalmente de insectos de cuerpo blando —como el gusano cogollero antes de ser polilla—. 

Cabe mencionar que los insectos que se han empleado en esta estrategia proceden del Laboratorio de Reproducción de Organismos Benéficos del Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Guanajuato (Cesaveg) —su liberación, así como la adquisición de feromonas a bajo costo, ha sido posible con el apoyo del gobierno municipal de León, a través de la Dirección de Desarrollo Rural municipal—. La intención, una vez liberadas, es que se reproduzcan en las parcelas y empiecen a hacer un control biológico de las plagas para reducir su incidencia en las parcelas. 

El tercer punto de la estrategia es el uso de herramientas complementarias, tales como las feromonas de confusión sexual y las trampas con feromonas de atracción que se ponen en los tambos de 10 o 20 litros. Las feromonas de confusión sexual se colocan en un dispensador de fácil instalación y de descarga controlada. La feromona no provoca la muerte del insecto, solo evita que se aparee, lo cual es de suma importancia para evitar la postura de huevecillos que, de otra manera, más tarde se convertirían en un “verdadero dolor de cabeza” para los productores. 

La recomendación técnica es que las trampas con feromonas se instalen inmediatamente después de la siembra —la dosis recomendada es instalar 30 dispensadores por cada hectárea de cultivo—; la razón de esto es para que la feromona se active y forme la nube de aroma que provoca la confusión sexual a la polilla macho del gusano cogollero. Cuando esto se hace antes de que emerja la planta de maíz se protege al cultivo desde la germinación hasta la etapa reproductiva del maíz.

Esta estrategia de Manejo Agroecológico de Plagas recién se ha implementado en el presente ciclo productivo en las citadas comunidades, no obstante, ya se ha notado una disminución en las aplicaciones: de cuatro que se hacían ahora los productores que están participando en MasAgro Guanajuato han hecho una sola aplicación y solo en algunos casos dos aplicaciones. Esto es que se ha reducido en más de 50% la aplicación de insecticidas y, consecuentemente, los beneficios de esta estrategia son directamente para el medioambiente y para la salud de los productores.

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Sustitución de plaguicidas altamente peligrosos

Texcoco, Edo. Méx.- Los plaguicidas altamente peligrosos son aquellos que presentan una o más de las características intrínsecas de peligrosidad, como toxicidad aguda alta —que causa daños a corto plazo— y toxicidad crónica con efectos a largo plazo —que pueden derivar en cáncer o alteraciones hormonales en humanos, por ejemplo— o con efectos ambientales sobre organismos acuáticos y en polinizadores. Sin duda, esto representa un grave riesgo a la salud humana y al medioambiente. 

Actualmente en México hay alrededor de 140 productos con registro sanitario vigente —incluidos herbicidas, insecticidas, fungicidas y fumigantes— que figuran entre los productos prohibidos o no autorizados en otros países por considerarse plaguicidas altamente peligrosos. 

Para muchos productores que desde hace mucho tiempo han usado estos productos, la pregunta importante ahora es con qué sustituirlos. En conjunto, instituciones como el Instituto nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven el Manejo Agroecológico de Plagas como una vía y guía para realizar la sustitución de plaguicidas altamente peligrosos. 

El proceso de sustitución requiere en un principio que se pueda contar con un diagnóstico sobre cómo ha sido el uso de plaguicidas en una región a fin de identificar aquellos productos que deben ser sustituidos de cualquier estrategia de manejo de plagas que se quiera proponer. Se trata, por supuesto, de un proceso gradual que debe implementarse cuidadosamente para evitar exponer a pérdidas mayores que pudieran causar desánimo entre los agricultores. 

Entre los criterios —simples, pero altamente efectivos— a seguir esta la recomendación de que la mejor efectividad de los productos alternativos es durante los primeros estados de desarrollo de la plaga que se pretende manejar, es decir, los estados de desarrollo más susceptibles o vulnerables en cuanto a su desarrollo o ciclo de vida. 

También es fundamental no aumentar la dosis indicada para cada plaguicida, no hacer ni aplicar mezclas de productos —particularmente aquellas donde las mezclas sean con productos de diferente grupo toxicológico— y, para alargar la vida útil de un buen plaguicida, es recomendable no repetir constantemente el uso de un producto, aunque este siga siendo muy efectivo en campo —evitar un máximo de tres aplicaciones continuas con un mismo producto—.

El diagnóstico regional y la información de los grupos toxicológicos, así́ como el listado de plaguicidas altamente peligrosos, son las tres herramientas básicas para hacer la sustitución. Si se busca que esta se haga de forma inmediata es posible recurrir a alternativas orientadas para que la implementación del Manejo Agroecológico de Plagas tenga mayor probabilidad de éxito —la selección de la alternativa a usar dependerá́ del tipo de plaga y cultivo y en la mayoría de los casos se trata de alternativas completamente complementarias—. 

Las opciones para la sustitución inmediata de plaguicidas altamente peligrosos pueden ser de los siguientes cuatro tipos de productos: 1) productos de extractos vegetales; 2) biorracionales (productos minerales, jabones, etc.); 3) bioplaguicidas (bacterias, hongos, virus, etc.); y 4) plaguicidas sintéticos de bajo impacto ambiental. 

Si quieres conocer los detalles de estas cuatro alternativas no te pierdas el Número 57 de la Revista EnlACe, donde podrás leer este artículo completo. También puedes suscribirte a este boletín y recibir el nuevo número de la revista directamente en tu correo.

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Mejor prevenir que lamentar

“En años recientes se ven más plagas. Antes era poco común que los cultivos sufrieran tanto daño, y ahora vemos que en los años en que la sequía se hace presente, las plagas aumentan”, es uno de los comentarios de los productores del municipio de Guachochi, Chihuahua, que participó en uno de los talleres de identificación y manejo de plagas de maíz impartidos durante 2020 por el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDET), en el marco del programa MasAgro.

MasAgro es un programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, entre diversas prácticas sustentables, promueve el Manejo Agroecológico de Plagas como una alternativa para que los productores cuiden su salud (al minimizar el uso de sustancias potencialmente dañinas), tengan ahorros en sus costos de producción y, adicionalmente, se adapten a las nuevas circunstancias climáticas que están favoreciendo la incidencia de plagas. 

Con la guía de los especialistas del CIDET y mediante el uso de memoramas y recorridos en campo, los productores de Guachochi conocieron la amplia variedad de plagas del maíz que existen. En las parcelas visitadas, el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) resultó la plaga más frecuente del maíz pues, además de larvas, se observaron varias plantas con daños causados por este insecto. 

El gusano cogollero es una especie originaria de América, pero que accidentalmente llegó a África en 2016, a Asia en 2019 y más recientemente a Australia. En suma, se trata de una plaga de gran importancia a nivel global pues una infestación no controlada llega a ocasionar reducciones del rendimiento de hasta 60% (Inecol, 2020).  

Para evitar daños económicos debido a esta plaga, Reginaldo Loya Moreno, especialista del CIDET, compartió con los productores algunas formas sustentables para mantenerla por debajo del umbral de daño económico, como el uso de extractos vegetales y la instalación de trampas con feromonas que han demostrado ser una herramienta de gran utilidad para el control del gusano cogollero. 

Si deseas saber cómo funcionan y cómo instalar este tipo de trampas, te compartimos este breve manual: Manejo agroecológico de gusano cogollero: feromonas.

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Con enfoques agroecológicos, rarámuris hacen frente al cambio climático en Chihuahua

El cambio climático es una realidad preocupante para Chihuahua. Desde hace una década, diversos análisis han mostrado que hay una tendencia significativa de la disminución de frío en el periodo invernal, es decir, que la temperatura en diversas zonas del estado se ha elevado consistentemente (INIFAP, 2011). 

En años recientes el cambio climático ha afectado drásticamente los cultivos de temporal en la Sierra de Chihuahua: las precipitaciones, que han sido muy escasas e irregulares, han provocado una tendencia a la baja en los rendimientos de los cultivos y, al mismo tiempo, ha favorecido las condiciones para la incidencia de plagas en los cultivos, sobre todo en el maíz —el aumento de la temperatura favorece el crecimiento y la distribución de muchas especies de plagas—.

Para promover acciones que le permitan a los productores locales adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, durante el año pasado se establecieron módulos o parcelas demostrativas en diferentes comunidades de la Sierra de Chihuahua. En el municipio de Guachochi, por ejemplo, se instalaron trampas con feromonas para monitorear al gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) y así evitar el uso de productos agresivos con el medioambiente.

Durante 90 días se monitoreó cada uno de los módulos instalados. La captura máxima durante ese periodo fue de 458 palomillas y  la mínima de 276. Las variedades de maíz sembradas en los módulos fueron maíces nativos como Amarillo, Cristalino de Chihuahua y maíz Blanco, variedad en la que se observó la mayor cantidad de palomillas capturadas.

Ante los resultados, las familias de la comunidad rarámuri que participaron en la instalación y monitoreo de los módulos mostraron gran interés en seguir implementando estas prácticas sustentables, mencionando que “así se puede evitar, desde que el maíz está pequeño, que la plaga ataque los cultivos, sobre todo en los años más secos que es cuando mayor problema dan”. 

Además, para estas familias, los enfoques agroecológicos que promueve el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDET) en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) evitan que se usen productos potencialmente dañinos para la salud humana (son más costosos) y para el medioambiente. 

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Efecto feromona

Valles Centrales, Oax.- Una de las principales plagas que mayor daño ocasiona al cultivo del maíz es el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda). Si no se maneja adecuadamente, este insecto ocasiona daños significativos que pueden afectar hasta 60% del cultivo (llega a defoliar la hoja, el cogollo, e incluso barrenar el tallo, pero su daño más considerable es en las partes tiernas de la planta). 

El gusano cogollero afecta a más de 80 especies de plantas y causa daños a cultivos de importancia económica (además del maíz afecta al frijol, sorgo, arroz, entre otros). Su control convencional se basa en la aplicación de productos químicos, lo que genera un aumento en los costos de producción, incluido el pago del jornal (por lo cual algunos productores prefieren no realizar ninguna acción y dejar que el gusano ataque al cultivo). 

En los municipios de Ayoquezco de Aldama, Ocotlán de Morelos, San Bernardo Mixtepec y Ejutla de Crespo, Oaxaca —donde el gusano cogollero ha ocasionado considerables daños—, el equipo técnico de Ricinomex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven el Manejo Agroecológico de Plagas. Actualmente, por ejemplo, se instalan trampas con feromonas para el control y muestreo de la palomilla del gusano cogollero en diversas comunidades de esos municipios.

Los resultados han sido muy favorables para los productores que se han sumado a esta iniciativa, por lo que el objetivo es que más personas puedan conocer la efectividad de las trampas con feromonas (sustancias que replican el aroma de las palomillas hembra, haciendo que las palomillas macho caigan en la trampa, lo cual corta el ciclo reproductivo del gusano cogollero). 

Después de haber divulgado la información sobre los resultados de las trampas instaladas, durante este año se ha aumentado 300% la instalación de trampas con feromonas en los municipios citados (con respecto al ciclo anterior). Actualmente se han capturado un promedio de 114.6 palomillas macho por trampa, hecho significativo porque al evitar el apareamiento de la especie (donde la hembra llega a ovipositar entre 100 y 200 huevecillos) se logra mantener la plaga debajo del umbral de daño económico y, además, se hace de una forma responsable con el medioambiente pues se evita el control químico convencional. 

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Ayudan a prevenir desastres desde sus parcelas

Cecilia Guadalupe Nepamuceno, revisando las trampas con feromonas para el monitoreo del Agrotis ipsilon en Turicuaro, Mpio., de Nahuatzen Michoacán. (Foto: José Isidro Nepamuceno Reyes)
Cecilia Guadalupe Nepamuceno, revisando las trampas con feromonas para el monitoreo del Agrotis ipsilon en Turicuaro, Mpio., de Nahuatzen Michoacán. (Foto: José Isidro Nepamuceno Reyes)

Michoacán.- El 13 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres. La pandemia por COVID-19 hace que esta fecha adquiera particular relevancia y que la sociedad se encuentre más sensibilizada sobre la necesidad de implementar estrategias basadas en evidencia científica que incluyan acciones en áreas como el uso de la tierra, la salud, la educación, la sustentabilidad medioambiental, la energía, la adaptación al cambio climático y, por supuesto, la agricultura.

¿Por qué es importante prevenir riesgos desde la agricultura? Como ejemplo se pueden mencionar casos recientes (2016) en los que, tras su paso por los cultivos de Benín, Camerún, República Democrática del Congo, Etiopía, Ghana, Malawi, Mozambique, Nigeria, Uganda, Tanzania, Zambia y Zimbabue, un pequeño insecto ocasionó pérdidas estimadas entre 2.5 y 6.2 mil millones de dólares, dejando a las comunidades de estos países en grave riesgo de padecer hambre por la pérdida de los cultivos.

Ese pequeño, pero devastador insecto, es el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda). Aunque es una plaga que ataca principalmente al maíz, se puede alimentar de más de 80 especies de plantas, por lo que es crucial controlarlo desde que es detectado en las parcelas. Además, es importante hacerlo mediante prácticas de bajo impacto ambiental, pues el uso excesivo e inadecuado de pesticidas tiene diversas consecuencias, entre ellas la contaminación de cuerpos de agua.

En la Meseta Purépecha, en Michoacán —por ejemplo—, se ha identificado que muchos productores de maíz tienen bajos rendimientos debido a la incidencia de plagas, pero la mayoría de ellos desconoce los posibles daños a la salud a los que están expuestos de forma inmediata o a largo plazo debido al mal uso y manejo de los plaguicidas.

Para prevenir desastres locales y a gran escala, el Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven el Manejo Agroecológico de Plagas, capacitando a técnicos y productores con una visión integral de todo el agroecosistema para no generar desequilibrios al erradicar al gusano cogollero (y otras plagas), sino usar la biodiversidad funcional para controlar la población de ese insecto y que así no cause daños económicos.

La Meseta Purépecha es una región boscosa con gran número de especies nativas. Sin embargo, la modernización de la región y la intrusión del comercio ilegal de madera han provocado, entre otras cosas, la desaparición de los bosques y consigo la diversidad de insectos y plantas. Para evitar que los productores locales apliquen pesticidas potencialmente tóxicos se han hecho demostraciones en campo sobre el uso de feromonas sexuales para el gusano cogollero y el gusano cortador (Agrotis ipsilon).

Compartiendo estos conocimientos con los productores (y sus familias, particularmente niños y jóvenes) de la Meseta Purépecha se busca que esta zona se mantenga libre de pesticidas tóxicos. Además, se ha promovido el uso de plantas para controlar plagas, como el chicalote (Argemone mexicana), la higuerilla (Riccinus communis), el “paraíso” (Melia azedarach), la ortiga (Urtica L.), el toloache (Datura ferox), entre otras (algunas endémicas de la región).

También se promueve la diversificación de cultivos como una alternativa tanto para mejorar suelos erosionados, como para atraer insectos benéficos (parasitoides y depredadores que son enemigos naturales del gusano cogollero y otras plagas). Algunos de ellos son ebo, girasol, canola, garbanzo, grass pea, lenteja y haba.

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Engañando al gusano cogollero

El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) puede disminuir la producción de maíz hasta 50%, por lo que es una de las principales plagas de este cultivo (aunque también se ha detectado que afecta al frijol, cebolla, alfalfa, tomate, pepino, entre otros cultivos). El daño característico de esta plaga consiste en cortaduras en la base de la plántula (justamente arriba del suelo); no obstante, sus hábitos han ido cambiado y actualmente puede barrenar el tallo y alimentarse de las espigas y del elote.

El uso intensivo de ciertos plaguicidas para el control del gusano cogollero puede ocasionar que este se vuelva resistente a esos productos, además de que esta forma de control tiene un impacto ambiental negativo. Por esta razón es fundamental brindar a los productores alternativas que sean adecuadas para el manejo de la plaga y que además sean accesibles económicamente.

Ya que los machos adultos de la plaga (palomillas) se caracterizan porque usan la comunicación química para localizar a la hembra en el proceso de apareamiento (pueden rastrear a la hembra incluso a una distancia de 11 kilómetros), el uso de feromonas sexuales (sustancias que la hembra secreta para atraer al macho) permite manejar de mejor forma las poblaciones de gusano cogollero y minimizar el impacto ambiental.

Las trampas con feromonas son parte del llamado Manejo Agroecológico de Plagas (MAP), el cual no busca exterminar, sino mantener las poblaciones de insectos plaga por debajo del umbral económico de daños. Por esta razón se requiere determinar cuándo hay una mayor población de adultos.

Ya que los picos poblacionales pueden ser distintos para cada región, en la plataforma de investigación Moyoapan Grande, en Coscomatepec, Veracruz, la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han realizado estudios para conocer cómo es el crecimiento poblacional de machos de gusano cogollero empleando trampas con feromonas para su control.

Entre los resultados que se han obtenido destaca que el uso de trampas con feromonas en el cultivo de maíz permitió disminuir la incidencia del gusano cogollero desde la primera fecha de muestreo (figura 1). Asimismo, los estudios han permitido conocer fauna insectil asociada al cultivo de maíz en el área de estudio (zona central del estado de Veracruz), ayudando a determinar el tipo de plagas potenciales para la agricultura local.

 

Figura 1. Machos de S. frugiperda capturados del 29 de abril al 20 de junio de 2019

Por: Arcimiro Vargas, Pablo Meza, Juan Del Rosario, Otto Raúl Leyva, Miguel Merino, Joaquín Murguía, Miguel Cebada, José Luis Del Rosario, María Elena Galindo, Axel Hernandéz, Ricardo Serna, Carlos Llarena, (Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad Veracruzana), con la colaboración del productor José Antonio Cárdenas.

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Hacia un enfoque agroecológico

Los gusanos cogollero, soldado y elotero y la gallina ciega son algunas de las plagas que más han afectado a los productores de la región Huasteca hidalguense. En la mayoría de los casos, el control de estas se hace con plaguicidas como la cipermetrina (que pertenece a un grupo de pesticidas llamados piretroides, potencialmente nocivos para peces y abejas), que —por dosis excesivas o periodos de contacto prolongados— puede afectar la salud de los trabajadores agrícolas.

Como alternativa para disminuir el riesgo ambiental y de salud que representan diversos plaguicidas químicos, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) articulan esfuerzos para promover, en varias partes del país, enfoques agroecológicos para el manejo de plagas.

En Huautla, Hidalgo, por ejemplo, recientemente se realizó un ciclo de actividades de intercambio de experiencias y capacitación en Manejo Agroecológico de Plagas. En esta gira participaron técnicos que colaboran con el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, provenientes de los municipios hidalguenses de Atlapexco, Huazalingo, Huejutla de Reyes, San Felipe Orizatlán, Xochiatipan y Yahualica.

Los técnicos contaron con la asesoría del doctor Fernando Bahena, científico del INIFAP y colaborador de MasAgro, quien es especialista en entomología (el estudio de los insectos). El investigador mencionó que parte de la efectividad en el manejo de plagas es el trabajo de diagnóstico previo para conocer qué tipo de plaga está dañando al cultivo, pues no todas tienen el mismo manejo.

Los sistemas como el Manejo Agroecológico de Plagas, comentó el doctor Bahena, no se enfocan en eliminar las plagas, sino en restituir el equilibrio natural de los ecosistemas para mantener las poblaciones de los insectos considerados plaga en un nivel en el que no causen afectación económica en los cultivos. Además, este manejo favorece a las poblaciones de insectos benéficos (como las abejas) y permite que se produzcan alimentos libres de plaguicidas.

Finalmente, en el recorrido de campo los participantes observaron los detalles del uso de las trampas con feromonas. Estas se basan en el empleo de feromonas sexuales que confunden a los machos de la palomilla del gusano cogollero, atrayéndolos hacia una trampa y evitando que la plaga migre y se propague.

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Hongos, bacterias y feromonas para controlar el gusano cogollero

Durango, Dgo.- En la zona Sierra del municipio de Durango, en el estado del mismo nombre, no era muy común realizar Manejo Agroecológico de Plagas, debido —entre otras razones— a la falta de información sobre el tema. No obstante, la incidencia de las plagas ha hecho que los productores locales se interesen en métodos de control más eficientes y de menor riesgo para su salud.

En atención a esta necesidad, en Durango el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— ha brindado capacitaciones sobre métodos de control biológico —por conservación, aumento o introducción de enemigos naturales de las plagas—, trampeo y monitoreo de plagas.

El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es una plaga particularmente dañina para los cultivos de la región. Para hacer un manejo agroecológico de este se colocaron feromonas sexuales en cuatro trampas por cada módulo demostrativo. Se resaltó además la importancia de cambiar el agua cada tres o cuatro días para mantener limpias las trampas y que el efecto sea duradero durante el mes que estará instalada la trampa.

También se aplicaron productos hechos a partir de agentes entomopatógenos —microorganismos que son capaces de causar enfermedades a los insectos plaga—, como los hongos Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae y la bacteria Bacillus thuringiensis. La aplicación de algunas formulaciones de entomopatógenos crea cristales diminutos en la superficie de las hojas, y cuando el gusano se las come, los cristales rompen su pared celular (además, los filamentos de los hongos colonizan al insecto, causándole la muerte).

Adicionalmente al Manejo Agroecológico de Plagas, es fundamental realizar rotación de cultivos y manejo adecuado de malezas, así como evitar hacer monocultivo y nunca tener un calendario de manejo de productos químicos sin antes conocer el comportamiento de las plagas y los tipos de insectos presentes en el cultivo. En caso de que sea necesaria alguna aplicación de productos químicos, se recomienda usar aquellos que no sean de amplio espectro. Tomando las medidas adecuadas de control, se puede lograr una alimentación sana, suficiente y variada que permita mejorar las condiciones de vida de las familias del campo duranguense y del país en general.

Por: colaborador del Hub Intermedio Grano Pequeño.

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Con Agricultura Sustentable este productor ha incrementado 300% sus rendimientos

Después de escuchar una plática sobre Agricultura de Conservación en la plataforma de investigación San Juan del Río I (Querétaro), visitar la plataforma Indaparapeo (Michoacán) y escuchar los testimonios de los productores de esos lugares, el señor Miguel Enrique Cruz Corona decidió —hace tres años— comenzar trabajos de Agricultura Sustentable en su parcela de temporal.

Inició con la siembra de variedades adecuadas de maíz, para el tipo de suelo y las condiciones agroclimáticas de su parcela, y un mejor manejo de fertilizantes; después comenzó a dejar el rastrojo como cobertura del suelo —actualmente deja 40% del rastrojo sobre la superficie—; luego emprendió acciones de fertilización con estiércol; y ahora hace rotación de cultivos con frijol y Manejo Agroecológico de Plagas (recientemente ha instalado trampas con feromonas para el control del gusano cogollero).

Sobre los resultados, comenta que “hace años que no se veía un cultivo con ese porte y con rendimientos tan altos” (pasaron de 1 a 3.5 y 4 toneladas por hectárea). Visualmente, los beneficios de implementar innovaciones agrícolas sustentables son notorios. El cambio del sistema convencional al de Agricultura Sustentable aumentó sus rendimientos en más de 300%, abriendo la posibilidad de escalar estas prácticas innovadoras en toda la región.

Los resultados han convencido al señor Miguel de que la Agricultura Sustentable es el camino para obtener producción en condiciones de temporal, particularmente en su zona, donde hay suelos muy degradados y las lluvias son escasas (en el ejido Arcila —San Juan del Río—, donde se ubica la parcela del productor, 90% de los suelos son calcáreos, los cuales son pobres en materia orgánica y nitrógeno; tienen poca profundidad; y están erosionados, en buena medida, por el exceso de laboreo).

Para este productor innovador, una de las prácticas sustentables más útiles en su parcela ha sido el mantenimiento del rastrojo como cobertura del suelo. En lugar de quemarlo, ahora aprovecha el rastrojo para incorporar poco a poco materia orgánica al suelo y ‒sobre todo‒ para conservar la humedad en su parcela (la precipitación en la zona es de 400 a 600 milímetros anuales, aunque en lo que va de 2019 solo han sido 250 milímetros).

Por la disposición de don Miguel para compartir sus aprendizajes y su experiencia con las prácticas innovadoras que el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y sus colaboradores promueven en la región —con campañas como #CultivosSustentablesBajío—, se han realizado dos eventos demostrativos en su parcela, a los que han asistido alrededor de 60 productores de la región.

El productor platica a quienes acuden a ver su parcela que los buenos resultados no son solo cosechas más abundantes y suelos de mejor calidad, sino también alimentos más sanos y nutritivos que, finalmente, benefician tanto la salud propia y de su familia como la de aquellos que consumen los alimentos que él produce. Por esto, invita permanentemente a sus compañeros productores a comenzar con pequeños cambios, como él lo hizo, hasta lograr un sistema de producción rentable y ambientalmente sustentable.

Estas acciones forman parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, del Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. En San Juan del Río, por ejemplo, existe un grupo de nueve productores que han comenzado a adoptar diferentes prácticas sustentables (en 36 hectáreas) con buenos resultados y un potencial de crecimiento en la región; con el apoyo de los ejidos, la cobertura potencial sería de 1,500 hectáreas o más.