Categorías
Noticias

Avena y ebo, una alternativa que brinda servicios al medioambiente

Rebrote del cultivo avena-eso en la plataforma de investigación Acámbaro. (Foto: Mandujano-Ibáñez)
Rebrote del cultivo avena-eso en la plataforma de investigación Acámbaro. (Foto: Mandujano-Ibáñez)

En las áreas de riego de Guanajuato, México, se demanda gran cantidad de forraje, particularmente durante el ciclo otoño-invierno. La alfalfa y la avena son los cultivos forrajeros por excelencia en esta zona —se siembran un poco más de 44 mil hectáreas de alfalfa y cerca de nueve mil de avena (SIAP, 2021)—; no obstante, la alfalfa es perenne —su ciclo es muy largo, pudiendo crecer durante todo el año—, demanda gran cantidad de agua y reduce su producción en otoño-invierno. La avena, por su parte, a pesar de ser buena alternativa forrajera, es más nutritiva para los animales al mezclarse con ebo.

Ante este panorama en que se requieren alternativas de cultivo que puedan rotarse con el maíz y el sorgo producidos en primavera-verano, investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) cultivaron avena y ebo bajo condiciones de riego y mediante agricultura de conservación a fin de validar si dicho cultivo es una opción viable para la producción de forraje en el contexto de la zona.

Con camas anchas permanentes y el 100 % del rastrojo de maíz sobre la superficie, la investigación se desarrolló durante el ciclo otoño-invierno 2020-2021 en la plataforma de investigación Acámbaro, en Guanajuato.

“Cuando el ebo llegó a floración y la avena a llenado de grano se realizó un corte a cuatro centímetros del suelo para inducir el rebrote de estos cultivos. Después del primer corte el rebrote de avena-ebo se utilizó como cultivo de cobertura y la siembra del maíz se realizó sobre el 100 % de dicho rebrote. Todos los datos sobre costos de producción, rentabilidad, producción de forraje y los asociados a los servicios ecosistémicos fueron registrados en una bitácora”, señalan los responsables de la plataforma de investigación.

“El costo total de producción hasta el empacado fue de cerca de 22 mil pesos (22 153 MXN), donde la fertilización y la cosecha corresponden al 42 y 25 %, respectivamente. Con respecto a la producción de forraje, el rendimiento de materia de avena-ebo achicalada con un 30 % de humedad fue de un poco más de 13 mil kilogramos por hectárea (13 089 kg/ha), lo cual, al empacarse en pacas de 40 kilogramos en promedio, resultó en 327 pacas por hectárea”.

Para los productores, la venta de las pacas significaría un beneficio económico, pero más allá de este, “el rebrote de avena-ebo contribuye a lograr la cobertura del suelo, lo cual impide la erosión y la emergencia de malezas. Además, al ser una leguminosa, el ebo ayuda a la fijación de nitrógeno, por lo que para el siguiente ciclo es posible obtener un mayor rendimiento de maíz”.

Cabe mencionar que en el ciclo primavera-verano 2019, en la misma plataforma, se sembró maíz sobre el 100 % de la biomasa de avena-ebo, entonces el rendimiento de maíz en ese tratamiento superó 16 % el rendimiento obtenido en el tratamiento de labranza convencional (15.13 t/ha) y en 1,6 % al tratamiento con agricultura de conservación donde no se realizó la práctica de sembrar sobre el 100 % de la biomasa de avena-ebo.

Por lo anterior, los investigadores de la plataforma concluyen que el cultivo de avena-ebo bajo condiciones de riego y mediante agricultura de conservación es una alternativa viable y rentable para la producción de forraje, siendo una opción de rotación en otoño-invierno con maíz o sorgo en primavera-verano. “De igual manera, la siembra de avena-ebo es una alternativa de cultivo de servicio que sirve como cobertura del suelo, impide la emergencia de maleza y contribuye a la fijación de nitrógeno atmosférico”.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

Categorías
Noticias

Pueblos indígenas, impulsores de la seguridad alimentaria mundial

Maíces nativos de la comunidad maya en Yucatán. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Maíces nativos de la comunidad maya en Yucatán. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

De acuerdo con las Naciones Unidas, en 90 países existen alrededor de 476 millones de personas que pertenecen a algún grupo indígena. Ellos representan un poco más del 5 % de la población mundial y, sin embargo, se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables, representando el 15 % de los más pobres en el mundo.

El 9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas, es una oportunidad para reconocer a estas comunidades, sus aportes y su voz. Para el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) las comunidades indígenas son esenciales para impulsar la sustentabilidad agrícola. Siendo herederos de tradiciones de cultivo tan fundamentales, como la milpa, sus conocimientos son pilares del desarrollo y la seguridad alimentaria de toda la humanidad.

El año pasado, por ejemplo, la milpa maya de la Península de Yucatán fue incorporada al Sistema de Patrimonio Agrícola de Importancia Mundial (SIPAM), el cual busca dar visibilidad y preservar las prácticas agrícolas que generan medios de vida en áreas rurales al tiempo que combinan biodiversidad, ecosistemas resilientes y tradición e innovación de una manera única.

En el marco de esta distinción, destaca la participación de agricultores mayas en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán —esfuerzo conjunto de la Fundación Haciendas del Mundo Maya, Fomento Social Banamex, el CIMMYT y las familias productoras de la región—, el cual benefició de manera directa a más de 2 mil productores con innovaciones tecnológicas en sus sistemas de producción, haciendo de la innovación un impulsor de la tradición.

Actualmente, a través de la red de plataformas de investigación que impulsa el CIMMYT y sus colaboradores en todo el territorio nacional, sobresale la generación de soluciones agronómicas y técnicas adaptativas basadas en la combinación de agricultura de conservación y milpa intercalada con arboles frutales (MIAF), mediante la cual se promueve la diversificación de cultivos como un medio para enriquecer la nutrición de las comunidades y ampliar las posibilidades de acceso a mercados.

El sistema MIAF, cabe señalar, es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano.

Categorías
Noticias

Ante el cambio climático apuestan por agricultura de conservación

Validación de maíz híbrido en parcela experimental. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Validación de maíz híbrido en parcela experimental. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

“Aquí se realiza la comparación entre la labranza convencional y cero labranza; entre monocultivo de maíz y rotación maíz-arvejón; entre dejar el 100 % de los  residuos de cosecha, dejarlos parcialmente y retirarlos por completo; también se compara el efecto que tiene la sola fertilización nitrogenada y el que se logra aportando los tres macroelementos principales para los cultivos (nitrógeno, fósforo y potasio); se comparan los resultados al usar semilla de maíz híbrido y semilla de maíz criollo local; entre otros aspectos relevantes para los agricultores de la zona”, comentan los responsables de la plataforma de investigación Cuautempan, en Puebla, México.

La red de plataformas de investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes. Su intención es generar y validar prácticas y tecnologías sustentables que le permitan a los agricultores del mundo hacer frente a desafíos como los que impone el cambio climático.

Muchos agricultores no lo llaman cambio climático, pero lo reconocen: lluvias torrenciales o fuera de ciclo, inundaciones, sequías más prolongadas, etc. Aquí y allá estos fenómenos ponen en riesgo la seguridad alimentaria de las comunidades, por eso es que para la red de plataformas que impulsa el CIMMYT la investigación colaborativa es esencial. En la plataforma Cuautempan, por ejemplo, colaboran el CIMMYT y la Unión Rural de Productores de Cuautempan y Tetela.

En un año con disminución de lluvia en los primeros cinco meses, como fue en el que se desarrolló el ciclo primavera-verano 2021, la agricultura de conservación confirmó su mejor margen de rendimiento y de utilidad, así como el cultivo invernal y la cobertura de rastrojos”, señalan los investigadores de la plataforma quienes puntualizan que “los tratamientos de agricultura de conservación fueron los que presentaron una mejor rentabilidad. El arvejón, uno de los cultivos de rotación, continúa siendo una alternativa para mejorar la rentabilidad pese a que ha disminuido su producción en la zona”.

Categorías
Noticias

Milpa, frutales y cultivos diversificados en las zonas de ladera de Oaxaca

Sistema milpa intercalada con árboles frutales con cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno 2022 en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)
Sistema milpa intercalada con árboles frutales con cultivos de rotación en el ciclo otoño-invierno 2022 en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, Oaxaca, México. (Foto: AMDSL)

La Sierra de Flores Magón, en el estado mexicano de Oaxaca, se caracteriza por su accidentado relieve. Allí se encuentra la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl, en la cual colaboran la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para identificar y validar las mejores prácticas para los agricultores de la región.

En la plataforma se están generando técnicas adaptativas bajo el sistema de milpa intercalada con arboles frutales (MIAF) y con prácticas agronómicas sustentables mediante la rotación de cultivos de invierno y diversificación de cultivos”, comentan los investigadores responsables de la plataforma.

El sistema MIAF es una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. En la base de este sistema están los saberes tradicionales de agricultores indígenas de Huejotzingo, Puebla, donde ha sido muy útil para la agricultura en laderas de ese estado y de varios más del sur-sureste mexicano, como en el caso de las zonas de ladera de Oaxaca.

“La parcela MIAF consiste en dos subparcelas: una, aguas arriba —para reducir la velocidad de los escurrimientos del agua de lluvia— y, otra, debajo de la línea de árboles. La preparación de suelo se realizó con el sistema roza, tumba y pica, que es una opción a la roza, tumba y quema y la cual consiste en incorporar materia orgánica al suelo en lugar de quemarla”, puntualizan los investigadores.

“Al ser una parcela en rehabilitación después de 10 años de producción, se tiene alto contenido de materia orgánica (5,54%) y muy baja fertilidad del suelo. En estas condiciones se produjeron 680 kilogramos por hectárea (kg/ha) de haba y 590 kg/ha de trigo con un costo de producción de $16 726 (MXN) y $15 150 (MXN), respectivamente”.

Con respecto a la validación de la canola como un cultivo melífero favorable para la producción de miel, los investigadores señalan que “El néctar abundante de la canola tiene un buen perfil de azúcar para la producción de miel, con una producción de 670 kg/ha a un costo de $12 560 (MXN)”.

Así, en la plataforma de investigación San Jerónimo Tecóatl se está generando conocimiento útil que es compartido con las comunidades a través de los distintos proyectos y acciones que impulsa el Hub Pacífico Sur del CIMMYT y sus distintos colaboradores en el estado.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

Categorías
Noticias

Agricultura de conservación para trigo y cártamo

Trigo en plataforma Cajeme II, Sonora, 17 de marzo de 2022. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Trigo en plataforma Cajeme II, Sonora, 17 de marzo de 2022. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

La plataforma de investigación Cajeme II se estableció en 2013 y, desde entonces, en ella se evalúan diferentes prácticas agronómicas dentro de un sistema de producción de trigo en condiciones de riego, atendiendo las necesidades de los productores del Valle del Yaqui y del Valle del Mayo, zonas altamente productivas del estado de Sonora, en el norte de México.

“Entre los aspectos que se estudian en esta plataforma están distintas prácticas de labranza, manejo de rastrojo, número de riegos de auxilio, rotación de cultivos y número de hileras del cultivo de trigo”, puntualizan los investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) responsables de la plataforma.

Al ser una zona altamente productiva, el uso de insumos es elevado y también lo es el costo de la producción y el impacto ambiental. En este sentido, en la plataforma de Cajeme II se buscan opciones que permitan mantener una alta productividad, pero de forma sustentable y rentable.

En el ciclo otoño-invierno 2021/22 se establecieron diversos tratamientos donde “los mayores rendimientos de trigo (promedio de 9.2 t/ha) fueron obtenidos después de cártamo, sea en rotación anual o en primer año después de cártamo en rotación de tres años”, comentan los responsables de la plataforma para ilustrar los beneficios de la diversificación de cultivos (en este caso mediante rotaciones), uno de los componentes básicos de la agricultura de conservación.

“Se entiende por agricultura de conservación al sistema de producción basado en tres componentes básicos: mínima labranza, cobertura permanente del suelo y diversificación de cultivos. En esta plataforma este sistema es evaluado para brindar a los agricultores de la zona las mejores recomendaciones para su implementación y adopción, dados los amplios beneficios que ofrece, particularmente para el manejo y conservación de suelo y agua”, señalan.

“Con cuatro riegos de auxilio el rendimiento de monocultivo de trigo con labranza convencional fue de 7,3 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que con camas permanentes (que permiten la cero o mínima labranza) aumentó 0,3 t/ha. Con tres riegos de auxilio, que es la práctica del agricultor con labranza convencional, tuvo el rendimiento más bajo (6.7 t/ha), mientras que, al convertir a camas permanentes el rendimiento fue mayor (7.1 t/ha)”, puntualizan los responsables de la plataforma.

Para el caso del cártamo los resultados más notables también están asociados a aquellos tratamientos con diversificación de cultivos, lo que suma razones para que los productores opten por la agricultura de conservación como opción viable y pertienente para reducir el impacto ambiental y lograr producciones más sostenibles y rentables.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

Categorías
Noticias

Fortaleciendo el sistema milpa

Estimación de rendimiento de maíz en la plataforma Ocosingo, tras cuatro años de intervención. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)
Estimación de rendimiento de maíz en la plataforma Ocosingo, tras cuatro años de intervención. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)

La región de Ocosingo juega un papel importante para el estado mexicano de Chiapas y, en general, para el sur de México. Ahí se encuentra la Reserva de la Biosfera Montes Azules, la reserva ecológica de selva alta perennifolia —que se caracteriza por tener el tipo de vegetación más exuberante de todos los ecosistemas existentes— que constituye el principal pulmón para la producción de oxígeno de la región.

En el plano cultural la región es rica y diversa: habitan diferentes grupos étnicos, como lacandones, tzeltales, tzotziles, choles y tojolabales, principalmente. Para estos grupos el maíz y la milpa son fundamentales para su alimentación, sin embargo, prevalece la práctica de la roza, tumba y quema con notables efectos, como la degradación de los suelos y la contaminación ambiental.

Un reto adicional para la agricultura en Ocosingo es que el 90 % de los terrenos se ubican en laderas con pendientes mayores a 20 % —es decir que por cada 100 metros que se avanza horizontalmente, se suben 20 metros—, ocasionando erosión por las fuertes lluvias y dejando suelos con baja fertilidad que resultan en bajos rendimientos que, en muchas ocasiones, no cubren las necesidades de alimento para las familias productoras.

Para incrementar la sustentabilidad y contribuir a la seguridad alimentaria de estas familias, en la plataforma de investigación Ocosingo —ubicada en el rancho San José, comunidad de San Miguel El Grande del municipio en mención— se buscan alternativas para fortalecer el sistema milpa. Así, en 2022, y luego de cuatro años de intervención, se evaluó la respuesta de diversos sistemas de producción a través de agricultura de conservación y otras prácticas sustentables.

“La plataforma se diseñó con el enfoque de la milpa biodiversificada —con asociaciones de maíz y leguminosas como dolichos y chícharo gandul de ciclo corto y ciclo largo— bajo el esquema de agricultura de conservación y milpa intercalada con árboles frutales. El diseño experimental incluyó la siembra de monocultivo de maíz, que es la práctica convencional en la región y que funcionó como testigo para ser contrastado con las innovaciones sustentables en donde no se quema, sino que se deja la totalidad del rastrojo”, señalan los investigadores responsables de la plataforma.

Al comparar los rendimientos de cuatro años de ser implementadas, la agricultura de conservación y la milpa intercalada con árboles frutales confirmaron ser “una buena alternativa para fortalecer el sistema milpa, sobre todo para las familias de escasos recursos económicos”, señalan los investigadores quienes puntualizan que el tratamiento con monocultivo de maíz con quema de rastrojos reportó un rendimiento de 1,18 toneladas por hectárea (t/ha), mientras que el tratamiento de maíz en rotación con chícharo gandul de ciclo corto en franjas de doble hilera reportó 3,38 t/ha.

“Los ensayos que se están evaluando nos indican que sí es posible mejorar la producción de alimentos con el sistema milpa, beneficiar la biodiversidad tanto superficial como la del subsuelo, generar ingresos, capturar de carbono y, sobre todo, practicar una agricultura amigable con el medioambiente”, concluyen los investigadores.

La red de plataformas de investigación del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

Categorías
Noticias

Alternativas para mejorar la fertilización agrícola en Jalisco

Recorrido por la plataforma de investigación de Ocotlán. (Foto: Gabriel Escobedo y Ana Becerra)
Recorrido por la plataforma de investigación de Ocotlán. (Foto: Gabriel Escobedo y Ana Becerra)

La Ciénega del lago de Chapala es una región con un clima favorable para la agricultura, haciendo que municipios como Ocotlán (Jalisco, México), que forman parte de la ciénega, tengan una notable producción agrícola. En la zona granera de Jalisco, sin embargo, la rentabilidad ha venido disminuyendo debido al encarecimiento de los insumos agrícolas, a los bajos precios de los granos y a los efectos del cambio climático, aunados a una creciente presión en los años recientes por el desplazamiento que ejercen cultivos como el agave y la caña de azúcar.

Para generar opciones viables que le permitan a los agricultores locales mantener la productividad y la rentabilidad del cultivo de granos, en la plataforma de investigación Ocotlán —establecida en 2017 por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y colaboradores en la zona— se han implementado diversos tratamientos orientados a diseñar recomendaciones que les permitan hacer un manejo agroecológico y más rentable de sus parcelas, sirviendo también como un lugar de encuentro entre productores,  de transferencia de tecnologías y de escalamiento de las mismas.

“La plataforma tiene una superficie de 1,8 hectáreas, en ella se siembra trigo en el ciclo otoño-invierno y maíz en primavera-verano. En el ciclo primavera-verano de 2022 se realizó un experimento para evaluar dos dosis de fertilización nitrogenada —100 % y 75 %—, con y sin la aplicación de inoculantes microbianos —productos que promueven el crecimiento vegetal hechos con base en microorganismos, en este caso hongos del género Glomus y bacterias del género Azospirillum— en un sistema de agricultura de conservación y otro tratamiento con labranza convencional con el 100 % de la fertilización”, mencionan los responsables de la plataforma.

“El uso de inoculantes microbianos incrementó la eficiencia en el aprovechamiento del fertilizante, permitiendo reducir las dosis empleadas usualmente. Con respecto al tipo de labranza, no se obtuvo un beneficio significativo en los tratamientos con labranza convencional —basada en un movimiento continuo del suelo—, de hecho, se obtuvieron rendimientos similares y se tuvo un mayor costo de producción debido al requerimiento de maquinaria”, comentan los especialistas.

Lo anterior confirma que “la agricultura de conservación es un sistema rentable que permite reducir los costos de producción y mantener altos rendimientos, sobre todo con las variación en los temporales de lluvia que se han presentado en los últimos años”, señalan el equipo técnico de la plataforma, enfatizando en que la agricultura de conservación es un sistema ampliamente recomendado para los productores de la zona, en donde, no obstante, es necesario seguir investigando el tema de los inoculantes microbianos para brindar recomendaciones más puntuales.

Cabe mencionar que para el ensayo se sembró adicionalmente “un tratamiento con girasol como cultivo prometedor por su rusticidad, sus bajos costos de producción y como alternativa de rotación para el manejo plantas no deseadas.  Al ser un cultivo de ciclo corto tiene buena respuesta aun en temporales con menor precipitación, teniendo una mayor adaptación que los granos básicos. Los rendimientos obtenidos están sobre la media nacional, por lo que es un cultivo rentable que favorece la rotación de cultivos teniendo bajos costos de producción”, finalizan los investigadores.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

Categorías
Noticias

Excellence in Agronomy fomenta la colaboración científica en Latinoamérica

Localidades registradas con e-Agrology en Chugay, Perú. (Imagen: Centro Internacional de la Papa)
Localidades registradas con e-Agrology en Chugay, Perú. (Imagen: Centro Internacional de la Papa)

“La red de plataformas inició en 2011, pero ahora está entrando en una nueva fase, donde con nuevas iniciativas como AgriLAC Resiliente, Excellence in Agronomy, con proyectos como Cultivando un México Mejor, con Heineken México, o Agriba Sustentable con Pepsico y Grupo Trimex buscamos mejorar los sistema de producción no solo en el país, sino en toda la región”, comenta Simon Fonteyne, coordinador de investigación agronómica para América Latina del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“Las plataformas no son únicamente trabajo del CIMMYT, si no también trabajo de los colaboradores y así se fomenta la colaboración entre muchos actores: gobierno, entidades privadas, otros centros de investigación internacionales”, como el Centro Internacional de la Papa (CIP), menciona el investigador.

En este sentido, David Ramírez, investigador del CIP, comenta que “hemos venido a divulgar lo que hemos estado haciendo en Perú dentro de la iniciativa Excellence in Agronomy. Hemos tenido la dicha de traer al alcalde de Chugay, que es justamente el distrito donde estamos haciendo nuestro estudio de caso. Lo que hacemos básicamente es aplicar metodologías y tecnologías generadas aquí en el CIMMYT, como  e-Agrology, que nos permite registrar los datos agronómicos de las parcelas de nuestros productores, haciendo que nuestras bases de datos sirvan para tomar mejores decisiones”.

“Estoy muy contento por esta invitación ya que hemos venido a capacitarnos para tener estas experiencias que son de mucho beneficio y poder replicarlas en mi distrito. Nos vamos muy nutridos de estas capacitaciones que hemos tenido y poder hacer la réplica en Chugay, distrito que es más conocido como «el rey de la papa», donde estas herramientas nos ayudarán a tener mejores suelos y una mejor producción, en este caso nuestro producto bandera que es la papa”, comenta Sandro Rodríguez Arteaga, alcalde del distrito de Chugay, Perú.

Hemos adaptado e-Agrology, que está diseñada para maíz y trigo, para los sistemas andinos de papa. Es la primera vez que se hace esto, es la primera vez que se incorpora el cultivo de papa a esta herramienta y básicamente lo que hace es una especie de biografía de lo que tienen los agricultores en el campo. Es la primera vez que estamos sistematizando datos de pequeños productores de papa andinos y hacer que esa información sirva para tomar decisiones, enfatiza David Ramírez.

De acuerdo con los investigadores que participaron en el análisis tipológico para la caracterización de pequeños agricultores de papa en Chugay, Perú, un total de 608 pequeños productores de papa fueron registrados durante la campaña agrícola 2021-2022 usando la plataforma digital e-Agrology. Así, se obtuvieron datos de interés sobre el agricultor, eventos de siembra/cosecha, variedades usadas, factores limitantes observados en las parcelas, productividad, entre otros. Con esta información, se realizaron análisis que permitieron identificar aspectos que deberían abordarse en el futuro, como la implementación de un sistema de asesoramiento climático para la optimización de las fechas de siembra y/o reducción del efecto de las heladas; mayor acceso a la información de mercado para orientar la producción de papa en función de la demanda; o el mejoramiento de los sistemas de semillas para permitir el acceso a una mayor diversidad de variedades de papas utilizando semillas limpias.

Excellence in Agronomy  es una iniciativa global. Trabaja en diferentes partes del sur global y una de ellas es Latinoamérica, básicamente lo que buscamos son soluciones agronómicas que sean escalables. La experiencia del CIMMYT con agricultura de conservación, por ejemplo, es muy importante dentro de estas soluciones agronómicas”, señala el investigador del CIP, quien enfatiza que las soluciones contempladas también deben ser pertinentes en plano social y cultural para que puedan ser fácilmente adoptadas por las comunidades.

Categorías
Noticias

¿Qué es Excellence in Agronomy?

Investigadores de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica durante el Simposio Internacional de Plataformas de Investigación 2023. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Investigadores de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica durante el Simposio Internacional de Plataformas de Investigación 2023. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Con 500 millones de pequeñas parcelas en todo el mundo —la mayoría de temporal—proporcionando hasta el 80 % de los alimentos que se consumen en gran parte de los países en desarrollo, es necesario ofrecer alternativas que permitan aumentar la productividad y la calidad de los alimentos generados en estos espacios para millones de hogares de agricultores de pequeña escala. La ciencia aplicada al campo es, en este sentido, fundamental para lograrlo.

“Buscamos que la investigación agronómica realmente sirva a las necesidades de los productores en diferentes zonas del mundo, por eso es que, más que estudiar lo que nos interesa como investigadores, realmente nos enfocamos en las necesidades de los agricultores y qué requieren los sistemas de producción ante fenómenos como el cambio climático”, comenta Nele Verhulst —líder de investigación en sistemas de cultivos para América Latina del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— sobre Excellence in Agronomy.

Excellence in Agronomy es una iniciativa del CGIAR —una alianza global de investigación para un futuro con seguridad alimentaria, la cual está conformada por centros de investigación internacionales— que precisamente busca transformar la ciencia en impacto real en el campo, poniendo énfasis en las mujeres y los jóvenes agricultores, y mostrando un impacto medible en la seguridad alimentaria y nutricional, los ingresos, el uso de los recursos, la salud del suelo y la resiliencia climática.

“Todos vamos a tener que adaptarnos constantemente a este cambio cuyos impactos ya vemos en el campo, por ejemplo, con sequías más prolongadas o heladas que aparecen en tiempos distintos a los que solían ocurrir. Por eso nos corresponde, desde la ciencia, contribuir a la transformación sustentable de los sistemas de producción”, puntualiza Nele Verhulst, señalando que la conexión entre agricultores y científicos regularmente es limitada debido a estrategias convencionales para promover la innovación, por lo que esta nueva iniciativa del CGIAR centra sus esfuerzos en fomentar una comunidad de investigación y desarrollo agronómico ágil y orientada a la demanda.

La iniciativa en mención tiene presencia en tres contenientes: “Nosotros formamos parte de Excellence in Agronomypara América Latina, pero estamos vinculados con los otros dos continentes que son Asia y África. De hecho, la institución que la lidera la iniciativa a nivel global es el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, por sus siglas en inglés) que tiene su base en Nigeria”, señala Nele Verhulst.

Específicamente en América Latina estamos trabajando en México, Colombia y Perú. Estamos trabajando con diferentes cultivos como maíz, frijol y papa. Por esto en la región colaboramos tres centros de investigación del CGIAR: el Centro Internacional de la Papa (CIP) de Perú, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) de Colombia, y el CIMMYT, de México”, puntualiza la investigadora.

El reciente lanzamiento de la Red Latinoamericana de Investigación Agronómica (RedAgAL) pone a la región “a la vanguardia dentro de Excellence in Agronomy  porque esta es la primera red regional establecida formalmente. Recientemente hicimos un análisis de adaptación al cambio climático. Este es el piloto que tenemos hoy en América Latina y que consecutivamente se va a hacer en otras regiones en África y en Asia para integrar los datos globales y hacerlos disponibles para todo el mundo”, menciona Nele Verhulst, poniendo de relieve la importancia de la iniciativa.

Categorías
Noticias

Recomendaciones basadas en evidencia científica

Parcela con diversificación de cultivos en Trinidad Zaachila, Oaxaca, México. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Parcela con diversificación de cultivos en Trinidad Zaachila, Oaxaca, México. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

Con los resultados de seis años de estudios en la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, en Oaxaca, Fermín Martínez ha documentado que no es suficiente dejar los residuos agrícolas sobre las parcelas de la zona, sino también es necesario diversificar los cultivos para que los productores del municipio vean mejores resultados al optar por sembrar con agricultura sustentable.

Fermín es profesor investigador del Centro Regional Universitario Sur de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) y responsable de la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, que está en la costa del estado mexicano de Oaxaca. Allí, en dicha plataforma, colaboran la UACh y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para generar recomendaciones pertinentes, basadas en evidencia científica, para que los agricultores de la zona mejores sus cosechas.

“Trabajamos para agricultores de pequeña escasa, entonces prácticamente lo que ellos buscan es producir alimentos para el autoconsumo, así que nos hemos enfocado en eso, pero cuidando el suelo, con coberturas, con diversificación de cultivos con lo que prácticamente hemos logrado que reduzcan significativamente las quemas agrícolas que prevalecen en el sistema convencional”, señala Fermín.

“Al trabajar en laderas tenemos un fuerte problema que es la erosión, por eso dentro de las prácticas que promovemos están las coberturas para proteger el suelo. Si el suelo está descubierto la lluvia provoca escurrimientos que se llevan el suelo, lo que no ocurre con un suelo cubierto”, enfatiza el investigador.

“Además de las coberturas implementamos fertilización fraccionada —aplicando el fertilizante en los periodos de mayor consumo de nutrientes—, fertilización orgánica, manejo agroecológico de plagas y enfermedades, conservación de granos almacenados con tecnologías herméticas poscosecha y la diversificación de cultivos que tiene diversos beneficios”.

“El hecho de que aparte del maíz los agricultores locales puedan producir otros alimentos como frijoles, ajonjolí o jamaica, ya tiene un impacto positivo en la seguridad alimentaria de las familias, pero también a otros niveles. Un ejemplo: en la región se cultiva ajonjolí y el ajonjolí tenía la problemática de una  enfermedad causada por hongos que ellos le llaman “pata negra” y, bueno, a través de la colaboración en esta plataforma encontramos soluciones”, relata Fermín.

Sobre el papel de las plataformas de investigación, señala: “Es fundamental que la investigación que se hace en estos espacios responda a las problemáticas de los agricultores locales porque, si bien es cierto que en ocasiones esas problemáticas nos llegan de manera directa a través de los técnicos, nosotros debemos buscar las soluciones tanto para los técnicos como para los agricultores. Entonces, ahí precisamente radica la importancia de estos espacios porque son un puente entre la ciencia y los productores”, concluye Fermín.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.