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La utilidad de un menú de tecnologías validadas

Colaboradores de CIMMYT analizando el menú tecnológico en las oficinas del Hub Pacífico Sur. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Colaboradores de CIMMYT analizando el menú tecnológico en las oficinas del Hub Pacífico Sur. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

Oaxaca presenta una gran variedad de zonas agroecológicas con diferentes potenciales de producción agrícola determinados por factores como el clima y el tipo de suelo. La mayoría de las regiones del estado, sin embargo, se caracteriza por el incremento de la deforestación, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los suelos.

Para transitar, de manera efectiva, de prácticas agrícolas que agravan esos problemas a prácticas agrícolas sustentables, es necesario realizar estudios locales de evaluación y validación de las prácticas a ser promovidas. “Por eso los colaboradores de CIMMYT establecieron plataformas de investigación, módulos y áreas de extensión en varias regiones del estado”, señala la coordinación de plataformas del Hub Pacífico Sur de CIMMYT.

En las plataformas de investigación se han estudiado por años diversas prácticas a fin de identificar las más útiles y viables para atender las necesidades de los productores de la región. Así, los resultados de las plataformas conforman el menú de tecnologías validadas que fue presentado recientemente a los colaboradores del Hub Pacífico Sur.

“En el taller organizado para este propósito se exploraron opciones para mejorar el menú tecnológico y hacer que la información científica esté disponible para los productores de la manera más útil y práctica posible. También, se expusieron los desafíos que se han tenido que superar para integrar el documento, así como el impacto positivo del menú en territorio oaxaqueño”, enfatiza la coordinación de plataformas del Hub Pacífico Sur.

Y es que integrar un menú de tecnologías validadas científicamente no es una tarea sencilla. “Uno de los principales desafíos es la continuidad en la investigación. El tema de que podamos validar en un mediano y largo plazo la tecnología para dar resultados más confiables hacia los productores es un gran desafío”, señala Jonatan Villa Alcántara, colaborador responsable de la plataforma de investigación San Juan Cotzocón.

“Otro de los desafíos ha sido cómo coordinarnos los diferentes investigadores en Oaxaca para tener un documento en común. Coordinar la investigación e integrar un solo documento solamente nosotros sería algo complicado por las diferentes actividades que tenemos, pero ahí entra la labor del hub, ayudándonos para que superemos ese desafío y tener un documento que integre las diferentes tecnologías validadas para los ambientes de Oaxaca”, enfatiza Jonatan.

Un ejemplo de cómo este menú de tecnologías ha contribuido a generar cambios positivos está en el Itsmo, una zona donde se ocupa mucha maquinaria para la preparación del suelo: el arado, las rastras, el surcado.

“Una de las cosas que se detectó en el Itsmo fue la compactación del suelo. Ahí, en colaboración con el gobierno del estado, se ha capacitado a los técnicos sobre diferentes innovaciones tecnológicas, una de ellas la labranza vertical para eliminar zonas compactadas en predios que han sido manejados con maquinaria durante muchos años”.

Ante el problema de la compactación, “se sugirió a los técnicos que aplicaran la labranza vertical; y con resultados muy positivos en la productividad: hay predios de Zapalote Chico que en promedio tenían una tonelada, tonelada y media, y a través de esta práctica de labranza vertical tienen ahora rendimientos de dos y media hasta tres y media toneladas por hectárea”, concluye Jonatan.

La labranza vertical forma parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultar el documento completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Plataforma de investigación en Puebla, referente en agricultura sustentable con perspectiva de género

Grupo de mujeres conversando sobre su participación en las actividades y toma de decisiones agrícolas del sistema de producción de maíz en Cuautempan, Puebla el 20 de marzo de 2024. (Foto: CIMMYT)
Grupo de mujeres conversando sobre su participación en las actividades y toma de decisiones agrícolas del sistema de producción de maíz en Cuautempan, Puebla el 20 de marzo de 2024. (Foto: CIMMYT)

Del 19 al 21 de marzo de 2024 en el CIMMYT se desarrolló el taller regional sobre género y sanidad vegetal: El poder de la investigación interdisciplinaria, en el marco de la iniciativa Plant Health —iniciativa del CGIAR para reducir las pérdidas de cultivos causadas por plagas y enfermedades utilizando enfoques ecológicos— con el objetivo de compartir experiencias y planes de trabajo que consideren intervenciones con enfoque de género que deriven en soluciones científicas y técnicas más equitativas e inclusivas.

El taller, que contó con la participación de científicos de Perú, México, Ecuador, Colombia, Vietnam y China, incluyó una visita a la plataforma de investigación de Cuautempan, Puebla, para implementar una herramienta que visibiliza la participación de las mujeres en el sistema de producción y conservación de maíz, particularmente en el control de las plagas. Además de un recorrido por la plataforma para mostrar los avances del proceso de investigación participativa que el CIMMYT desarrolla en conjunto con actores locales.

“Se visitó esta plataforma porque ahí se ha trabajado integrando la opinión de agricultoras y agricultores en los temas investigados.  Este proceso de inclusión participativa de actores clave fue detonado porque en la región norte de Puebla el objetivo principal de la agricultura es cubrir las necesidades de autoconsumo de las familias, donde las mujeres son actores clave para la producción agrícola y el desarrollo de las comunidades”, mencionaron los responsables de la plataforma.

Cuautempan, donde se encuentra la plataforma, está la Sierra Norte de Puebla, en una región con un relieve abrupto y una población conformada, mayoritariamente, por indígenas nahuas, siendo la agricultura su principal actividad económica (misma que se realiza de forma manual, con la participación familiar y contrato de jornales para actividades específicas) y el maíz nativo su cultivo más importante. No obstante, y aunque se le suele asociar con una gran diversidad de cultivos, los rendimientos del maíz son bajos (de alrededor de una tonelada por hectárea).

Entre las principales problemáticas que limitan la producción en Cuatempan están el efecto de sequía, las plagas (gallina ciega, gusano cogollero) y la falta de una mecanización adecuada que ayude a bajar los costos por jornales. Estas problemáticas son el principal objeto de la investigación de la plataforma de Cuautempan, donde el CIMMYT ha planeado y diseñado la investigación en la plataforma con perspectiva de género, pues esto influye en el potencial de impacto en el sistema agroalimentario local.

“Tengo la impresión de que las mujeres que forman parte de esta plataforma participan en las labores del maíz, quizá más que en el caso de la papa. Por ello tener tecnologías que incrementen el rendimiento puede ayudar para su consumo, pero también ingresos por la comercialización y por ello se debe incluir otros actores de la cadena de valor”, señaló uno de los participantes provenientes de Perú luego de conocer el trabajo de la plataforma.

“Aprendí que es necesario cambiar el foco hacia los agricultores porque es para ellos que nosotros trabajamos. La forma en que nosotros nos acercamos a los agricultores también es determinante”, comentó otro investigador peruano, seguido de otro compatriota suyo quien enfatizó: “Coincido en el sentido que la plataforma se haya instalado con base a la priorización de problemas que los propios agricultores definieron, tanto hombres como mujeres. Eso es importante para nosotros los investigadores porque obliga a tener una visión de lo que quieren los agricultores y no decidir con base en lo que quiere el investigador”.

“Estoy sorprendido de cómo la plataforma está abordando el tema de género para atender las necesidades tanto de hombres como de mujeres. Estoy sorprendido porque varias prácticas que se han implementado en la plataforma han surgido de esta forma de atender las necesidades, de ser inclusivos y tomar en cuenta las opiniones de todos”, comentó un investigador mexicano.

A pesar de los avances, en América Latina hay una amplia diversidad cultural y los contextos conllevan retos específicos, de manera que aún falta revisar cómo se puede implementar el enfoque de género en algunas regiones donde aún se considera que las mujeres no tienen roles en el sistema de producción de cultivos. En este sentido, señaló un investigador colombiano, es que “necesitamos el soporte de los científicos sociales para integrar en los proyectos el componente de género, porque demanda más tiempo y recursos económicos y de personas”.

El enfoque sobre género, coincidieron todos los participantes, debe ser considerado en todos los proyectos porque forma parte de una visión integral de mejorar los sistemas agroalimentarios más allá de solo incrementar la producción y la rentabilidad. En este sentido, la plataforma de Cuautempan, Puebla, lidereada por Fidelia González, responsable científica local, se ha convertido en un referente de los procesos para implementar acciones de investigación con enfoque sobre perspectiva de género.

Por supuesto, aún se requiere más investigación para evidenciar los impactos en el empoderamiento de las mujeres y asegurar que se contribuye en la mejora del sistema agroalimentario local. Es por ello por lo que el CIMMYT sigue colaborando en esta plataforma a través de los recursos de la iniciativa Excelencia en Agronomía donde el impacto y beneficios tienen énfasis en la participación de mujeres y jóvenes agricultores.

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Interés creciente por los hubs de México

Recorrido por módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)
Recorrido por módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT. (Foto: Hub Pacífico Sur-CIMMYT)

“Estamos conociendo lo que CIMMYT ha hecho en los hubs de México. Estamos tratando de entender cómo funciona esta metodología, qué sucede en las plataformas de investigación, qué sucede en las parcelas, la relación entre estos espacios, los menús tecnológicos y cómo se hace llegar ese menú a los agricultores”, comenta Emmanuel Ekom, del equipo de Ernst and Young, organización que en el marco de Excelencia en Agronomía —una iniciativa de CGIAR— estudia cómo escalar la innovación en agricultura.

“Entendemos que en México CIMMYT ha podido crear un enfoque de innovación que prioriza al agricultor. Yo vine desde Nigeria con mi equipo y estamos profundizando en ese enfoque para comprender cómo funciona, para comprender cómo podemos replicar estas brillantes ideas en varios países del sur global en todo el mundo. Así que visitamos muchos hubs interesantes en todo México”, comenta Emmanuel.

“Una de las cosas más interesantes que pude ver en uno de estos hubs fue que el alcalde de uno de los pueblos fue capacitado por el trabajo del CIMMYT. El alcalde entendió la agricultura de conservación y contribuyó a difundir ese conocimiento a todo el pueblo”, menciona Emmanuel, quien destaca la inclusión de instituciones públicas, privadas y académicas en la operación de los hubs.

Pude ver las caras de los agricultores, la emoción que tenían, especialmente las mujeres cuando hablaron de cuánto tiempo habían podido ahorrar al utilizar tecnologías desarrolladas por el CIMMYT y sus colaboradores. (Esta metodología) no solo está impulsando el aumento de los ingresos de las mujeres, sino también ayudando a hacer la vida más fácil y ayudando a las mujeres a ahorrar más tiempo para dedicarlo a otras situaciones que tienen que afrontar. Pude ver cómo funciona el enfoque de género en lo que CIMMYT está haciendo y eso me pareció muy, muy impactante”, menciona Emmanuel.

“Pude ver de primera mano cómo el trabajo realizado por los hubs ha impactado directamente a estos agricultores, y donde es realmente interesante que los gerentes de los  hubs tienen muy buenas relaciones con los agricultores. Cada vez que íbamos a una parcela, inicialmente planeábamos visitar solo a un agricultor, pero a veces nos encontramos como a 10 o 15, y el gerente del hub tiene una relación tan excelente con ellos. Y yo creo que eso es realmente asombroso”, enfatiza Emmanuel, para quien la experiencia de los hubs en México permitirá trazar el camino para replicar la metodología en otras latitudes.

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Manejo de residuos agrícolas. Opciones para Oaxaca

Manejo de residuos en laderas. (Foto: AMDSL)
Manejo de residuos en laderas. (Foto: AMDSL)

Uno de los aspectos esenciales de la agricultura de conservación es el aprovechamiento de los residuos agrícolas (rastrojos). Al momento de implementar este sistema de producción sustentable, sin embargo, una de las preguntas más frecuentes entre los agricultores es cómo manejar dichos residuos que, de forma convencional, suelen ser quemados o removidos y empacados.

Las opciones de manejo de residuos son variadas y elegir la más conveniente depende de las particularidades del sistema de producción. En Oaxaca, por ejemplo, existen diversas zonas agroecológicas con tipos de suelo, climas y tradiciones de cultivo igualmente diversas. Para cada una, el Hub Pacífico Sur de CIMMYT y sus colaboradores han integrado un menú de tecnologías validadas con opciones de manejo de residuos. Todas estas muestran la conveniencia de retener los rastrojos sobre la superficie de la parcela.

«Resultados de investigaciones iniciadas en 2017 muestran que la retención del rastrojo generó un incremento en el rendimiento promedio del maíz de 140 kilos por hectárea (kg/ha)», señalan los responsables de la plataforma de investigación San Miguel Tlacamama, en la región Costa de Oaxaca.

Los investigadores puntualizan que la asociación de cultivos fue fundamental para lograr estos resultados: «en maíz asociado con frijol, la retención de residuos incrementó el rendimiento promedio de maíz en 686 kg/ha, con 319 kg/ha de frijol. Esto significa que dejar rastrojo en la asociación maíz-frijol permitió obtener mejores utilidades que los monocultivos, independientemente del manejo de rastrojo en esos últimos».

En la región del Papaloapan, los investigadores de la plataforma San Juan Cotzocón señalan que «la cero labranza con rastrojo presentó mayores rendimientos que la cero labranza sin rastrojo en cuatro de los seis años de evaluación».

En esa plataforma «el rendimiento promedio de maíz en camas permanentes fue de 5.4 t/ha, el cual fue mayor que los rendimientos promedios de la labranza convencional (5.1 t/ha) y la cero labranza (4.7 t/ha). La mayor diferencia en rendimiento se observó en 2017, cuando posterior a la siembra se presentaron fuertes precipitaciones afectando la germinación en labranza convencional».

En la plataforma San Francisco Lachigolo, en la región de Valles Centrales, «se evaluaron dos tipos de labranzas (camas permanentes y labranza vertical, ambos con retención de rastrojo) como alternativas a la labranza convencional con remoción de rastrojo. En promedio, la labranza vertical tuvo un rendimiento de maíz de 3.4 t/ha, superior a los de las camas permanentes y la labranza convencional que fueron 2.8 t/ha y 2.0 t/ha, respectivamente», indican los responsables de dicho espacio de investigación.

Por su parte, en la plataforma de Tamazulapam del Espíritu Santo, ubicada en la región Sierra Norte, «se compararon la cero labranza (con 50% de residuos retenidos) y la labranza convencional (preparación del suelo con azadón + remoción de todos los residuos). En todos los años de evaluación, desde el 2015, el rendimiento de maíz fue mayor en cero labranza, en promedio con 0.5 t/ha. Además, los costos de producción fueron menores con cero labranza por la menor carga de trabajo para preparar el terreno».

Estos resultados forman parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Uso eficiente de agua en Sonora

Trigo cultivado con agricultura de conservación en Sonora, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)
Trigo cultivado con agricultura de conservación en Sonora, México. (Foto: Hub Pacífico Norte-CIMMYT)

México enfrenta desafíos significativos en términos de disponibilidad y calidad del agua. Además, de acuerdo con el Índice de Estrés Hídrico Global, México se encuentra entre los países con mayor estrés hídrico (cuando la demanda de una región excede la cantidad de agua disponible durante un período de tiempo específico), lo que indica presiones significativas sobre los recursos hídricos disponibles.

El uso del agua en México es diverso, abarcando desde el consumo humano hasta la agricultura y la industria. De acuerdo con CONAGUA, el 76% del agua se destina a la agricultura, el 13% a usos urbanos y el 11% a la industria.

Por lo anterior, es fundamental que los agricultores conozcan y adopten prácticas que les permitan aprovechar, cuidar y optimizar el agua disponible, particularmente en un contexto de variabilidad climática, donde las lluvias se vuelven erráticas, los periodos de sequía se prolongan y, en general, hay incertidumbre sobre si habrá agua o no para cultivar.

Para apoyar a los agricultores en esta tarea, CIMMYT y sus colaboradores han establecido plataformas de investigación donde se ponen a prueba distintas prácticas que pueden ser de utilidad en el campo. En la plataforma de investigación Cajeme II, en Sonora, por ejemplo, entre los temas que se estudian está el efecto de riego reducido.

Desde el ciclo otoño-invierno de 2013 en que se ha establecido y documentado la práctica, señalan los responsables de la plataforma, “el cuarto riego de auxilio ha aumentado el rendimiento del trigo en una tonelada por hectárea (t/ha) empleando camas permanentes (con rastrojo en la superficie) y 0.3 t/ha en labranza convencional”, lo que confirma los beneficios de la agricultura de conservación para la optimización del uso del agua.

En la plataforma de investigación Navojoa, el efecto del riego reducido se ha monitoreado desde el ciclo otoño-invierno 2011-12 (reportándose que los mejores rendimientos con un riego antes de la siembra y dos o tres riegos de auxilio, han sido con camas permanentes), sumando evidencia de que el uso de camas permanentes contribuye notablemente al cuidado del recurso hídrico.

Evidencia como la generada en estas plataformas sonorenses confirman entonces la pertinencia de distintas prácticas de agricultura de conservación para el cuidado del agua. Por esta razón, este enfoque para el uso eficiente del recurso hídrico forma parte del Menú de tecnologías validadas – Trigo de riego en Sonora. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Rotación con triticale, una buena alternativa para los agricultores de Huichapan

Cultivo de maíz híbrido bajo agricultura de conservación (izquierda); cultivo de triticale+ebo como rotación después de maíz (derecha), en la plataforma de investigación Huichapan. (Foto: Raúl Olvera)
Cultivo de maíz híbrido bajo agricultura de conservación (izquierda); cultivo de triticale+ebo como rotación después de maíz (derecha), en la plataforma de investigación Huichapan. (Foto: Raúl Olvera)

Huichapan es un pueblo mágico del estado de Hidalgo, México, con pinturas rupestres y construcciones virreinales, pero también con una importante actividad agrícola —la agricultura es principalmente de temporal (80%) y de autoconsumo— que, en años recientes, se ha tenido que enfrentar a grandes desafíos como los altos costos de producción y la incertidumbre que genera la variabilidad climática actual, la cual se manifiesta en la zona con lluvias fuera de ciclo, sequías prolongadas, heladas, etcétera.

Para brindar alternativas que permitan a los agricultores locales enfrentar dichos desafíos, en la plataforma de investigación Huichapan —donde colaboran el Instituto Tecnológico Superior de Huichapan y CIMMYT desde el año 2016, cuando se instaló la plataforma— se evalúan distintas prácticas agrícolas a fin de identificar, entre otros aspectos, alternativas de manejo agrícola y forraje para animales, de manera que ahí se evalúa la siembra de maíz criollo e híbrido y triticale.

“El rendimiento de maíz híbrido y maíz criollo fue similar entre rotación con triticale en camas permanentes —las cuales ayudan a reducir o minimizar la labranza, mejorar el manejo del agua y a disminuir la compactación del suelo mediante el tráfico controlado— que el monocultivo en labranza convencional. Sin embargo, al tener parcelas diversificadas en rotación con triticale el productor podrá compensar el bajo rendimiento del maíz con forraje de triticale en los ciclos de sequía o heladas, lo que implica reducir el riesgo de perder el total de su cosecha y el alimento para el ganado”, señalan los responsables de la plataforma.

Adicionalmente, “cuando se siembra sobre camas permanentes, los costos de producción se reducen al evitar el barbecho (1 400 MXN/ha), subsuelo (1 100 MXN/ha) y rastra (700 MXN/ha) y solo hacer la formación de camas (700 MXN/ha) y manejo de rastrojo (750 MXN/ha)”, puntualizan los investigadores, enfatizando que el mayor rendimiento y menor costo de producción con agricultura de conservación puede permitir al productor tener mayor disponibilidad de alimentos e ingresos.

En general, en Huichapan la cosecha de grano de maíz es para la alimentación de la familia y el rastrojo para forraje del ganado —vacas, puercos, cabras, gallinas, borregos, conejos y caballos—. La poca biomasa, sumada a los bajos rendimientos, disminuye la disponibilidad de alimentos e ingresos.

En este sentido, los resultados de la plataforma de investigación son relevantes porque indican la pertinencia de diversificar las parcelas para reducir el riesgo de perder el total de la cosecha si solo se hace monocultivo de maíz. Además, “el rendimiento de biomasa de triticale en el primer año fue similar (9.3 t/ha) entre dejar y retirar parcialmente el rastrojo y, en 2018, fue mayor cuando se dejó el rastrojo”, enfatizan los responsables de la plataforma, evidenciando la pertinencia de aprovechar los rastrojos.

Estos resultados forman parte de los Avances en agricultura sustentable: resultados de plataformas de investigación de los Hubs Valles Altos y Pacífico Centro, México, 2012-2021 —en el marco de la iniciativa Excelencia en Agronomía—, te invitamos a consultarlos.

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Tecnologías agrícolas para la Mixteca oaxaqueña

Efecto de la sequía en maíz bajo dos sistemas de labranza en temporal. Labranza convencional sin residuos (Izquierda), labranza mínima con residuos (Derecha). Yanhuitlán, Oax. PV-2019. (Foto: Leodegario Osorio)
Efecto de la sequía en maíz bajo dos sistemas de labranza en temporal. Labranza convencional sin residuos (Izquierda), labranza mínima con residuos (Derecha). Yanhuitlán, Oax. PV-2019. (Foto: Leodegario Osorio)

Aprendida por generaciones, la práctica de prender fuego a los residuos de cosecha sigue siendo una estampa común en el campo oaxaqueño. Sin embargo, esta práctica contribuye a la degradación de los suelos agrícolas, a la pérdida de fertilidad de los mismos y, consecuentemente, a una disminución de la productividad.

Una mejor alternativa es aprovechar los rastrojos como cobertura del suelo: “la retención de residuos en labranza mínima incrementó el rendimiento de maíz criollo en 208 kilos por hectárea (kg/ha) en promedio, comparado con la labranza convencional de la zona —que consta de un barbecho a 30 cm de profundidad y un paso rastra a 10 cm— sin residuos, lo cual indica que es una alternativa viable para la región de la Mixteca”, señalan los responsables de la plataforma de Santo Domingo Yanhuitlán, donde colaboran investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y CIMMYT.

La de Yanhuitlán forma parte de una extensa red de plataformas de investigación que CIMMYT —centro de investigación internacional que promueve sistemas agrícolas sustentables y resilientes— y sus colaboradores impulsan en todo el territorio nacional y que más recientemente se ha extendido a nivel Latinoamérica. Muchas de estas plataformas tienen más de una década investigando diversas prácticas agrícolas a fin de identificar las más pertinentes para cada región y cada tipo de agricultor.

“Uno de los beneficios más notables de esta labranza mínima es mantener más humedad disponible para el cultivo, y este beneficio se expresa más en tiempos de sequía, como en 2019 en el que el rendimiento fue de 2.2 t/ha en labranza mínima contra 680 kg/ha en labranza convencional”, enfatizan los investigadores que han registrado puntualmente el comportamiento de estos dos tipos de labranza desde el año 2013.

Con respecto a la parte económica, “el costo de producción con labranza mínima fue 800 pesos por hectárea (800 MXN/ha) menor que la labranza convencional”, puntualizan los investigadores, señalando que la inclusión del rastrojo —cuyo valor está estimado en 3  500 MXN/ha en la región de la Mixteca—, “incrementaría la utilidad neta promedio de la labranza convencional a $14,346 MXN/ha”.

En las plataformas de Santa María Teopoxco, en la región Cañada; San Miguel Tlacamama, en la Costa; San Francisco Lachigoló, en Valles Centrales; y Tamazulapam del Espíritu Santo, en la Sierra Norte, los resultados de años de investigación también confirman que el rastrojo es un elemento importante para los sistemas agrícolas de la región, por lo que los investigadores hacen una invitación a los productores para que se acerquen a cualquiera de estas plataformas o con colaboradores de CIMMYT para conocer más sobre cómo un adecuado manejo de los residuos de cosecha puede impulsar grandes cambios en la agricultura.

Esta práctica forma parte del Menú de tecnologías validadas – Maíz en Oaxaca. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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Manejo de residuos, un enfoque hacia la conservación del suelo

Manejo de residuos en cultivo de trigo. (Foto: CIMMYT)
Manejo de residuos en cultivo de trigo. (Foto: CIMMYT)

La agricultura sustentable se ha convertido en un imperativo global para garantizar la seguridad alimentaria y preservar el medioambiente. En este contexto, el manejo adecuado de los rastrojos, los residuos de cosecha que suelen ser pasados por alto, desempeña un papel crucial en la promoción de prácticas agrícolas respetuosas con el entorno.

Los rastrojos o socas son los residuos de cultivos que quedan en el campo después de la cosecha. Estos pueden incluir tallos, hojas y otros restos vegetales. Aunque la quema de rastrojos ha sido una práctica común, esta contribuye al cambio climático y afecta negativamente a los organismos microscópicos en el suelo. Esto es relevante porque la vida microscópica, incluyendo bacterias y hongos, desempeña un papel crucial en la degradación de la materia orgánica y en los ciclos de elementos esenciales para la fertilidad del suelo.

En este sentido, conservar los rastrojos ayuda a mantener la vida microbiana del suelo y contribuye a mejorar su estructura física: por un lado, dejar los rastrojos en la superficie del suelo actúa como una barrera natural que previene la erosión. Esto es fundamental para mantener la salud del suelo y la sostenibilidad a largo plazo de la tierra de cultivo. Además, durante la descomposición de los rastrojos se liberan nutrientes esenciales en el suelo, como nitrógeno, fósforo, potasio y calcio, reduciendo así la dependencia de fertilizantes inorgánicos.

Aprovechar los rastrojos como cobertura del suelo no solo reduce el impacto ambiental de las quemas agrícolas, sino que también tiene un valor económico, por lo que esta práctica es una alternativa viable y rentable que ayuda a mejorar la fertilidad y la productividad del suelo.

En Sonora, en la plataforma de investigación Cajeme I, por ejemplo, se ha investigado el uso de residuos como cobertura en camas permanentes desde el año 2006, confirmándose que “los rendimientos de camas permanentes con retención total o parcial de rastrojo tienen mayor valor —promedio de 7.4 toneladas por hectárea (t/ha)— que cuando el rastrojo es quemado o incorporado con la labranza, esto lo vemos en rotación con cultivo de maíz en verano”, señalan los responsables de la plataforma.

“Por su parte, en la plataforma Cajeme II la siembra en camas permanentes con cobertura con rastrojo ha tenido, desde el ciclo otoño-invierno 2014-15, un mayor rendimiento que las camas permanentes sin cobertura, con una diferencia promedio de 0.3 t/ha”, apuntan los investigadores de esta plataforma.

Evidencia como la generada en estas plataformas sonorenses confirman entonces la pertinencia de aprovechar los rastrojos. Por esta razón, este enfoque para el manejo de residuos forma parte del Menú de tecnologías validadas – Trigo de riego en Sonora. Te invitamos a consultarlo completo y a seguir el hashtag #MenúTecnológicoSustentable en nuestras redes sociales para más información sobre tecnologías validadas.

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México, un laboratorio donde se generan soluciones para los retos de la alimentación global

Directivos de la iniciativa Excelencia en Agronomía visitando plataformas y módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
Directivos de la iniciativa Excelencia en Agronomía visitando plataformas y módulos del Hub Pacífico Sur de CIMMYT en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)

“Fue muy impactante para mí conocer la operación de un hub y ver a agricultores interactuado directamente con los técnicos en campo, aplicando los principios de la agricultura de conservación. Recuerdo a una señora en Oaxaca contándonos cuánto tiempo ha podido ahorrar y cuánto mayor rendimiento está empezando a obtener usando la matraca, esta sembradora-fertilizadora manual que es una tecnología muy simple”, comenta Mandla Nkomo sobre su reciente visita a la Mixteca oaxaqueña, en México.

Mandla es director de Crecimiento de la iniciativa Excelencia en Agronomía (EiA), la cual “reúne a más de 10 centros CGIAR cuya tarea es crear soluciones a los problemas que enfrentan los agricultores en todo el mundo. Nuestro enfoque es comenzar desde una base impulsada por la demanda, para saber cuáles son los desafíos que enfrentan los agricultores y crear un sistema de desarrollo de la innovación que sea capaz de atender esos desafíos, desarrollar soluciones, probarlas, validarlas y escalarlas”, sostiene.

La búsqueda de ese sistema para detonar y difundir la innovación es parte de lo que motivó a Mandla a visitar México. “Estoy aquí porque quería aprender un poco más sobre esto —los hubs y los proyectos basados en esta metodología que el CIMMYT y sus colaboradores han desarrollado en territorio nacional—, porque una de las cosas que consideramos en EiA es cómo hacemos la transición de los casos de uso individuales a soluciones dentro de una red de socios”.

“Lo que hemos visto aquí es el trabajo de nuestros colegas de CIMMYT —uno de los centros de investigación que integran el CGIAR— que, durante la última década, han creado estos hubs o centros de innovación que se establecen en todo México en diferentes zonas agroecológicas. Y lo realmente único de esto es que estos hubs están creando un ecosistema que hace lo que creo que es la excelencia en agronomía”, enfatiza Mandla.

Los hubs son una metodología de gestión de la innovación que se desarrolló en México gracias a iniciativas como MasAgro-Cultivos para México y que, por su gran impacto, hoy está siendo replicada en África, Asia y otros países de América Latina; además de formar parte fundamental del enfoque de iniciativas como EiA.

Sobre esta metodología, Mandla comenta que quienes participan en ella “intentan comprender realmente los desafíos que enfrentan los agricultores; luego crean una plataforma donde se hace investigación adecuada que responde a sus problemáticas; posteriormente, prueban esa investigación en módulos que permiten demostrar el impacto que están teniendo esas soluciones en comparación con lo que los agricultores hacen de forma convencional. Finalmente, trasladan esas soluciones a las llamadas áreas de extensión, desde donde se implementan las innovaciones a mayor escala”.

Durante su visita a la plataforma de investigación de Santo Domingo Yanhuitlán y a módulos de innovación, áreas de extensión, casa de semillas, módulos poscosecha y puntos de maquinaria en distintos municipios de esa zona de Oaxaca, Mandla Nkomo y otros visitantes de EiA tuvieron la oportunidad no solo de conocer la operación del Hub Pacífico Sur de CIMMYT, sino de atestiguar como esta metodología de la gestión de la innovación es social y culturalmente pertinente para una de las regiones más diversas del país.

“Creo que estos días han sido realmente fantásticos para darnos una perspectiva y una imagen de lo que es posible hacer y de lo que es posible escalar porque, afortunadamente, México es un país muy diverso con diferentes agroecologías. Entonces, este enfoque se puede trasladar a cualquier otro lugar del mundo, por eso estoy muy emocionado con lo que hemos visto y porque el país que nos dio al maíz ahora también está dando al mundo soluciones que tendrán un gran impacto en la seguridad alimentaria global, así que ahora es mi tarea, y la del resto del equipo de EiA, ver cómo podemos transmitir esto a otras latitudes”.

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Plataforma de Mixquiahuala, un referente de la agricultura sustentable en Hidalgo

Técnica de campo identificando la incidencia de carbón de la espiga en maíces híbridos cultivados en la plataforma de investigación Mixquiahuala, Hidalgo. (Foto: CIMMYT)
Técnica de campo identificando la incidencia de carbón de la espiga en maíces híbridos cultivados en la plataforma de investigación Mixquiahuala, Hidalgo. (Foto: CIMMYT)

La plataforma de investigación Mixquiahuala de Juárez, Hidalgo, se encuentra en el Valle del Mezquital, región semiárida del estado de Hidalgo donde se practica la agricultura mecanizada y hay disponibilidad de riego con las aguas residuales del Valle de México.

En la región, la agricultura en general es una actividad altamente tecnificada. Además, los cultivos pueden lograr altos rendimientos —en maíz más de 10 toneladas por hectárea (t/ha) (SIAP, 2021)— por la disponibilidad de aguas negras para el riego fuera de la estación de lluvias, con un gran potencial de aprovechamiento de nutrientes y de bajo costo—; sin embargo, tal práctica representa también un importante riesgo de salud pública, por ejemplo, de infecciones intestinales.

Como este aspecto sanitario, la agricultura en el Valle de Mezquital enfrenta varios retos, de manera que, a través de la plataforma, se buscan soluciones viables para los principales desafíos que enfrentan los agricultores locales, tales como los suelos degradados, el uso de variedades adecuadas —a las condiciones climáticas de la zona y para comercialización— y la identificación de prácticas y tecnologías para bajar los costos de producción.

A partir de este panorama se evalúan innovaciones agronómicas como: 1) arreglo topológico de alfalfa en agricultura de conservación, 2) ensayos de híbridos de maíz, 3) uso de mejoradores de suelo, biofertilizantes y fertilizantes sintéticos, 4) evaluación de cultivos alternativos y 5) reducción de labranza con el uso del striptill (labranza en líneas de siembra).

La plataforma de investigación, además de validar tecnologías sensibles a las necesidades de los productores de la región, constituye un punto de encuentro de la red de actores para el intercambio de experiencias y alianzas estratégicas entre productores, técnicos, funcionarios, investigadores, estudiantes, empresas de transformación y proveedores de insumos.

Así, durante eventos demostrativos y de capacitación se ha compartido con los productores temas de su interés; que incluye saber sobre el manejo de diversos cultivos en el sistema de agricultura de conservación, uso de drones, agricultura por contrato, e incluso manejo de picudo en agave.

En los siete años recientes se ha contado con una asistencia registrada de 7,492 personas que visitaron la plataforma, lo cual la hace una de las más visitadas de la red nacional de plataformas.

La plataforma cuenta con un padrón de 55 colaboradores, entre empresas semilleras, empresas de agroquímicos, empresas comercializadoras de maíz, trigo y girasol. Además, se ha generado colaboración con organizaciones públicas y privadas, particularmente con instituciones académicas como el Colegio de Postgraduados, la Universidad Autónoma Chapingo, la Universidad Politécnica de Pachuca, la Universidad Politécnica de Francisco I. Madero (UPFIM), el Instituto Tecnológico Superior del Occidente del Estado de Hidalgo, la Universidad Tecnológica Tula Tepeji (UTTT) Plantel Tepetitlán, la Universidad Tecnológica de la Zona Metropolitana del Valle de México, así como el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No.179.

La vinculación con los actores y la alta asistencia de productores en los eventos ha generado un impacto considerable de la plataforma en la región, haciendo de ella un punto clave para la difusión y adopción de innovaciones agrícolas fundamentales para la zona. Te invitamos a conocer los resultados de las distintas evaluaciones hechas en esta plataforma en: Avances en agricultura sustentable: resultados de plataformas de investigación de los Hubs Valles Altos y Pacífico Centro, México, 2012-202.