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Plan de fertilidad de Guanajuato innova y se expande 

Huanímaro, Gto.- Actualmente el estado de Guanajuato es uno de los principales productores de granos básicos del país, destacando en el cultivo de maíz y trigo. El municipio de Huanímaro se ubica en la región más productiva del estado; sin embargo, la producción intensiva del sistema maíz-trigo que se realiza en El Bajío guanajuatense ha generado una erosión muy significativa, propiciando la pérdida de fertilidad de los suelos.

Debido a esta situación es importante desarrollar acciones que impulsen la fertilidad integral y sustentable de los suelos de Huanímaro. A través de la estrategia “Mapeo de fertilidad para un campo sustentable” —que forma parte del programa MasAgro Guanajuato, de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se está conociendo la situación actual de los suelos agrícolas del municipio. 

La estrategia de fertilidad de MasAgro Guanajuato está orientada a generar información y herramientas confiables para elaborar planes de fertilidad considerando: dosis adecuada para el cultivo, fuentes de fertilizante ideal, momento adecuado de aplicación y la forma más adecuada de hacerlo. El objetivo es no sobre dosificar fertilizante, mitigar pérdidas por lixiviación o evaporación (para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero), evitar la contaminación de mantos acuíferos y aumentar la rentabilidad del sistema. 

A través de la estrategia “Mapeo de fertilidad para un campo sustentable” de MasAgro Guanajuato se puede mejorar la calidad física, química y biológica de los suelos mediante enmiendas y prácticas de conservación de los suelos, atendiendo directamente la problemática por alto contenido de sodio, suelos alcalinos, pérdida de materia orgánica, bloqueo de nutrientes, etcétera.

Cabe mencionar que además de los gobiernos municipales, la estrategia involucra a empresas locales (las cuales podrán ofrecer un servicio confiable y de calidad a los agricultores). En Huanímaro el tamaño estimado del área agrícola beneficiada es de 10,319 hectáreas en el corto plazo, en donde haciendo un buen manejo de fertilización la productividad se puede incrementar del 10 al 30% y beneficiar a alrededor de dos mil productores en el mediano plazo.

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El suelo, recurso limitado que debe protegerse

La Joya, Ver.- Como el agua, el suelo es un recurso que aparentemente es abundante en la Tierra, pero en realidad es muy limitado. De los 15,000 millones de hectáreas de la superficie sólida del planeta, únicamente 29% son aptas para la agricultura. Además, cerca del 60% de esas hectáreas no está disponible para cultivarse debido a que están cubiertas por bosque, son zonas protegidas o hay asentamientos humanos, así que solo una porción de esas tierras puede ser empleada efectivamente para la producción agrícola.

Una problemática en el suelo es la degradación. En México algunas causas de degradación de los suelos involucran actividades de diversa índole: actividades agrícolas y pecuarias no sustentables, pérdida de la cubierta vegetal, urbanización, sobreexplotación de la vegetación y actividades industriales. Los principales procesos de degradación de suelos en la superficie nacional son la erosión hídrica y los desgastes químico, físico y eólico.

Comprender cómo son los procesos de degradación y la interacción suelo-planta permitirá avanzar en el camino a la resolución de problemáticas que se presentan en la producción agrícola. Por esta razón, la Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad Veracruzana (UV) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) desarrollaron diversos estudios en una plataforma de investigación que se instaló en La Joya, Chocamán, Veracruz, para desarrollar trabajos de ciencia colaborativa de temporalidad específica (los cuales concluyeron en 2019).

Uno de estos trabajos consistió en evaluar las propiedades físicas del suelo en la plataforma de investigación, con el fin de conocer el grado de compactación y la pérdida de suelo para, en conjunto, determinar el riesgo de erosión. Para este fin, se realizó una práctica de resistencia a la penetración del suelo (con un penetrómetro de impacto) y se cuantificó la pérdida de suelo causada por erosión hídrica (mediante el uso de varillas que se insertaron en el suelo a una profundidad de 30 cm y que se iban midiendo cada mes para, finalmente, hacer el cálculo de la pérdida de suelo con fórmulas matemáticas).

Por último, para complementar la investigación, se realizaron seis lecturas de infiltración de agua durante el tiempo que duró el experimento. La estimación de la resistencia a la penetración del suelo permitió determinar las áreas localizadas que se deben considerar en la etapa previa a la siembra y las etapas posteriores, debido a que una mayor resistencia a la penetración en los primeros 30 cm del suelo dificultaría el crecimiento de las raíces y la retención de agua.

Cabe señalar que con los resultados de pérdida de suelo se pudieron seleccionar las mejores prácticas de conservación de este, principalmente el aprovechamiento del rastrojo para evitar la erosión hídrica y eólica, pues aunque la erosión es un proceso natural, el problema sucede cuando la cantidad de suelo que se pierde por la erosión es mayor de la que se produce.

El suelo es un cuerpo natural que consiste en capas (horizontes del suelo) compuestas de materiales de minerales, materia orgánica, aire y agua. Es el producto final de la influencia del tiempo (millones de años) y el efecto del clima, la topografía y los organismos vivos. Una importante aportación del suelo es que contiene más carbono que el que se encuentra en la vegetación y dos veces más que el de la atmósfera; es decir, al absorber este elemento, reduce uno de los principales gases de efecto invernadero (CO2).

La Agricultura de Conservación (cuyos principios básicos son la cobertura del suelo, la mínima labranza y la diversificación de cultivos) mejora la calidad del suelo y su productividad, aumenta la infiltración de agua, reduce la evaporación y la erosión, aumenta el contenido de materia orgánica y contribuye —en ciertas condiciones— al relleno de acuíferos y a mejorar la calidad del agua.

Por: Liliana Martínez Aguilar, Juan del Rosario Arellano, Víctor Medina Martínez, Otto Raúl Leyva Ovalle, Miguel Merino Valdés, Joaquín Murguía González, Miguel Cebada Merino, José Luis del Rosario Arellano, María Elena Galindo Tovar, Arcimiro Vargas Colohua, Axel Aldahir Hernández Atilano, Ricardo Serna Lagunes y Carlos Llarena Hernández (Facultad de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad Veracruzana), con la colaboración del productor Pablo Andrés Meza.

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Sin fuego, mejor

El estado de Morelos es el segundo más pequeño de México, pero es uno de los más importantes en diversidad biológica, recursos hídricos y diversidad ambiental; además, en el plano agrícola ocupa los primeros lugares de producción en una gran diversidad de cultivos.

Sus bosques son fundamentales para mantener la riqueza biológica y la actividad agropecuaria, pues su función principal es la recarga de los abundantes acuíferos de la entidad y la regulación del clima (sin sus recursos forestales, el estado no podría tener una precipitación promedio anual superior a la media nacional).

Las quemas agrícolas y los incendios forestales ponen en riesgo el equilibrio ecológico de la entidad, ya que uno de los múltiples efectos del fuego sobre los ecosistemas —naturales o agrícolas— es la pérdida de funciones del suelo para regular el clima (o para ser productivo) y la contaminación de los acuíferos (muchas partículas que se generan durante un incendio pueden escurrirse o directamente llegar a los cuerpos de agua y contaminarlos).

En México se estima que el 90% de los incendios se debe a la actividad humana. Las actividades agropecuarias (quemas que se salen de control o que tienen el fin de deforestar áreas de bosque para convertirlas en áreas de pastoreo o de cultivo) representan 30% de las causas de los incendios forestales.

Lamentablemente, en lo que va del año Morelos se ha posicionado como uno de los 10 estados con más incendios, el segundo en incendios forestales y el quinto con más bosques afectados por el fuego. El cambio climático, que en la entidad se manifiesta con disminución de lluvias y aumento de la temperatura, favorece la expansión de los incendios.

La importancia de inhibir los incendios —particularmente las quemas agrícolas— radica no solo en la preservación de los recursos naturales —y en el consecuente aseguramiento de la disponibilidad de agua a mediano y largo plazo—, sino en que al evitarse la quema de los rastrojos (residuos agrícolas que son objeto de las quemas), los productores pueden obtener diversos beneficios y mejorar sustancialmente sus unidades productivas y su economía, impulsando así el desarrollo de todo el estado.

Para apoyar a los productores de Morelos y simultáneamente conservar la riqueza biológica e hídrica de la entidad —evitando tanto la ampliación de la frontera agrícola como los incendios forestales resultado de quemas fuera de control—, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) impulsan la campaña #MejorSinFuego.

La campaña se centra en el desarrollo de capacidades para que los productores aprovechen los múltiples beneficios que representa la conservación de los rastrojos. Estos —que pueden ser empleados o vendidos como forraje— tienen su mayor utilidad como cobertura del suelo, aunque es posible tener sistemas mixtos, dependiendo de las necesidades del productor.

Como cobertura del suelo, los rastrojos aumentan la infiltración de agua en las parcelas y reducen la evaporación, incrementando la cantidad de agua disponible para los cultivos; también protegen al suelo de la erosión y aumentan su actividad biológica (y —por lo tanto— su fertilidad); disminuyen el número de malezas; y regulan la temperatura del suelo, entre otros beneficios.

En comparación con las quemas agrícolas —cuyos beneficios son solo temporales y que a mediano y largo plazo afectan la fertilidad y la productividad de los suelos, así como su capacidad para infiltrar agua y regular la temperatura ambiental—, el manejo adecuado de los rastrojos permite reducir los costos de producción y sostener los beneficios en el tiempo.

Ante un panorama en que el cambio climático impone difíciles retos a la conservación medioambiental y a la producción agropecuaria en Morelos, la Agricultura Sustentable con base científica que la Sedagro, la SDS y el CIMMYT promueven a través de la campaña #SinFuegoMejor constituye una acción para que el campo morelense sea más rentable y contribuya además a evitar la deforestación y minimizar los riesgos ecológicos y climáticos. Conócela y ¡súmate!

Por: Sedagro y SDS.

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#ChiapasNoQuema suma voluntades

Chiapas.- El tiempo de recuperación de los suelos siniestrados por el fuego es muy variable. Hay praderas que recuperan su estructura (aunque no toda su funcionalidad) de una temporada a otra, pero los ecosistemas más complejos, como bosques y selvas, pueden tardar periodos superiores a 500 años en recuperar su equilibrio original (FAO, 2015). Hay efectos —como la reducción de la capacidad de absorción y retención de agua— que se mantienen por años, lo cual dificulta la recuperación del suelo y aumenta significativamente el riesgo de erosión.

En promedio, Chiapas tiene 6,600 incendios cada año. Por lo anterior, es considerada una de las entidades con mayor incidencia en ese rubro (en 2015, 2018 y 2019 Chiapas fue la entidad con más incendios en todo el país) y —en consecuencia— una de las que más contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero y que más cobertura arbórea pierde a causa de los incendios.

El 22 de enero pasado, a través del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se lanzó la campaña #ChiapasNoQuema, impulsada de forma conjunta por el Hub Chiapas —del CIMMYT—; The Nature Conservancy (TNC); Rainforest Alliance; la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas; y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP Chiapas).

El objetivo de la campaña es la reducción de las quemas mediante la prevención y el ofrecimiento a los productores de alternativas como la Agricultura de Conservación, que es un sistema de producción sustentable que aprovecha el rastrojo (residuos agrícolas que son objeto de las quemas) para usarlo como cobertura del suelo. Además de mejorar la estructura y calidad del suelo —y retener humedad—, el aprovechamiento del rastrojo permite a los productores tener ahorros significativos en sus costos de producción.

La quema de residuos, además de contribuir a la liberación de gases de efecto invernadero, tiene un efecto negativo sobre los rendimientos de los cultivos (en la figura 1 se muestran los resultados de una evaluación de la quema en comparación con el rastrojo como cobertura). En cambio, la Agricultura de Conservación permite incrementar los rendimientos, y sus efectos se potencializan con la implementación de otros sistemas integrados, como el Manejo Agroecológico de Plagas y la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (particularmente útil para suelos con pendientes, como gran parte de los de Chiapas).

A poco más de un mes del inicio de la campaña #ChiapasNoQuema, se han sumado nuevos e importantes actores, como los Ayuntamientos de Villaflores, Villa Corzo, Venustiano Carranza y Tuxtla Gutiérrez; técnicos independientes; la Secretaría de Protección Civil; y la Secretaría de Economía del estado. Con estas vinculaciones, en 17 municipios de Chiapas se ha capacitado en temas referentes a la campaña a más de 1,100 personas, de las cuales más de 70% son productores.

Cabe mencionar que en los eventos de capacitación se presentan las ventajas de las siembras con rastrojo y su manejo, con el objetivo de que los productores eviten las quemas agrícolas y sean conscientes de que #ElRastrojoVale más como cobertura del suelo.

Si quieres saber más sobre esta campaña, obtener consejos para el manejo de los rastrojos y conocer los lugares de próximas capacitaciones, síguenos en redes sociales o búscanos con el hashtag #ChiapasNoQuema.

Figura 1. Efecto de la no quema sobre el rendimiento del cultivo de maíz, Ocosingo, Chiapas. Ciclo primavera-verano 2019.
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Prácticas sustentables en el Hub Pacífico Sur: una mirada a las experiencias exitosas en la Mixteca

Desde 2013, la iniciativa MasAgro, a través del Hub Pacífico Sur, y la Sociedad de Producción Rural Ñuu Kuiñi Pueblo de Tigre, han sumado esfuerzos para poner en marcha parcelas trabajadas con técnicas sustentables y adaptadas a las condiciones locales.
Por: Misael Melchor Velasco, técnico Ñuu Kuiñi Pueblo de Tigre SPR de RI.
25 de septiembre de 2017.

Tlaxiaco, Oax.- Diversos estudios realizados en la Mixteca oaxaqueña indican que alrededor de 95% de su superficie presenta erosión en grados moderado, alto y muy alto, a causa del uso agrícola del suelo, el sobrepastoreo y la deforestación. El deterioro de los suelos agrícolas se debe principalmente al impacto destructivo de la lluvia y el viento, y se ha acentuado a causa de las prácticas de manejo agrícola convencional: roturación y surcado del suelo, quema de residuos, uso excesivo de insumos químicos, entre otros.

Con el sistema convencional, los productores hacen el esfuerzo por eliminar el mantillo mediante la remoción del suelo con el arado, la quema de la materia seca o la extracción del rastrojo para alimentar el ganado; su propósito es dejar el terreno lo más limpio posible para facilitar las labores de cultivo. Los suelos son presa fácil de la erosión al quedar expuestos al fuego y al arado, y los microorganismos que ahí habitan y que se alimentan de la materia orgánica quedan totalmente eliminados. Estos daños provocados por la práctica convencional han llevado a una gran preocupación por el modelo actual, y es por ello que se plantea el sistema de Agricultura de Conservación (AC) como una tecnología adecuada para restablecer la fertilidad natural de los suelos y recuperar la generosidad agroecológica de la naturaleza.

La AC es un sistema integral de producción en donde los residuos o rastrojos de cosecha no se queman, sino que se utilizan como cobertura o mantillo sobre la superficie del suelo, lo que contribuye a evitar la erosión, disminuir la presencia de maleza, preservar la humedad e incrementar su fertilidad natural. Con esta tecnología se busca eliminar actividades agrícolas innecesarias que sólo incrementan los costos y exponen el suelo a la erosión (rastreo, surcada, escarda, aplicación excesiva de insumos químicos).

En muchas regiones del país, ya se aplica este sistema en condiciones productivas en distintos cultivos y ambientes. Asimismo, desde 2013, la iniciativa MasAgro, a través del Hub Pacífico Sur, en colaboración con la Sociedad de Producción Rural Ñuu Kuiñi Pueblo de Tigre, han sumado esfuerzos con los productores del municipio de Magdalena Peñasco para poner en marcha parcelas con técnicas adaptadas a las condiciones locales. Esta colaboración ha resultado en el establecimiento de un módulo demostrativo, un espacio en donde se ha puesto en marcha el sistema de Agricultura de Conservación y otras tecnologías adoptadas por el productor. Eduardo Reyes Rojas, productor clave y experimentador, nos comparte las ventajas y desventajas que ha visto después de cuatro años de haber iniciado con el sistema de Agricultura de Conservación. Usar este sistema ha sido un gran reto para la agricultura de la zona y es un ejemplo para muchos otros productores. Don Eduardo, ¿cuáles son las ventajas y desventajas que ha visto al aplicar el sistema de Agricultura de Conservación en su parcela?

Primero, me costó mucho trabajo cuando inicié, ya que pensé que esta tecnología no iba a funcionar; sin embargo, nunca me desanimé y ahora ya veo muchos resultados, pero no es de hoy a mañana, sino hasta después de tres o cuatro años que se empiezan a notar las principales ventajas.

• Se ahorra tiempo. Ahora realizo la siembra y la fertilización con mi esposa, antes contrataba gente para que me ayudara a sembrar y limpiar, y a veces no era nada buena la cosecha.
• Dejar el rastrojo o la hoja de los árboles mejora la fertilidad del suelo. Nuestros suelos son muy pobres y las plantas requieren de nitrógeno, fósforo, potasio y foliares para que tengan un buen desarrollo.
• Controlar la erosión del suelo. Antes, con el barbecho se movía el suelo, lo arrastraba el agua de lluvia.
• Con la cobertura, he visto que se guarda más la humedad. La hortaliza, el frijol y el maíz requieren de humedad, aire y calor para su desarrollo.
• Este sistema me gusta porque puedo sembrar diversos cultivos, no sólo maíz, también se puede sembrar hortaliza.
• En este sistema, la cobertura no permite que germine la maleza; a veces sucede, pero ya no como antes.

El sistema es complejo: hay que realizar las actividades a tiempo y tener mucha paciencia. Al inicio cuesta trabajo y hay que iniciar poco a poco, ya que no contamos con el equipo para agilizar las actividades.

• Se requiere de capacitación, ya que cuesta mucho empezar a trabajar con este sistema. Yo no le creía al técnico, pero me convencí cuando empezó a dar resultado.
• Es muy costoso acondicionar la parcela, ya que no contamos con el equipo necesario, todo lo hacemos manual.
• Se requiere de mucha paciencia para el control de plagas, roedores y enfermedades.
• En los primeros años, algunas actividades exigen mucha mano de obra, ya que no conocemos este sistema.
• El no mover el suelo y dejar la cobertura favorece a algunas plagas y tenemos que generar sustratos para combatirlas.

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Curso Intensivo sobre Agricultura Sustentable en Chiapas

Fue fundamental el curso por el tipo de erosión que existe en los suelos de las áreas de atención de las ADR.
Con información de: Dorian Aguilar Sánchez, Formador MasAgro Productor.
18 de junio 2017.

San Cristóbal de las Casas, Chis.– Con el objetivo de divulgar las prácticas y tecnologías MasAgro, se llevó a cabo un curso intensivo de agricultura sustentable, el cual es fundamental por el tipo de erosión que existe en los suelos de las áreas de atención de las Agencias de Desarrollo Rural (ADR). Por medio de los facilitadores se amplía la visión de los componentes para poder implementar técnicas de Agricultura de Conservación en sus diferentes áreas de trabajo.

El evento se realizó en el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) del estado de Chiapas, el 15 y 16 de junio, con una asistencia de 34 técnicos de la estrategia PESA. El ingeniero Jorge Octavio García Santiago, gerente del Hub Chiapas, y el ingeniero Eloy Martínez Tenorio, director UTN FAO, dijeron unas palabras de bienvenida y los objetivos del curso. Además, durante la sesión se presentaron los resultados de los últimos 5 años con la aplicación de agricultura sustentable de la región selvática del estado, en donde se encuentran los trabajos y los beneficios obtenidos en los sistemas milpa y MIAF.

Los ponentes del curso fueron el ingeniero José Moisés Rodríguez Castellanos, colaborador del Hub Chiapas, el doctor Juan Pablo Torres, consultor, y el ingeniero José Antonio López Castillejos, formador MasAgro Productor. Ellos expusieron la forma de calcular la estimación de erosión en los suelos, así como el cálculo de los requerimientos nutrimentales a partir de un análisis de suelo, y para ello se efectuaron ejercicios prácticos. A su vez, se les planteó a los asistentes cómo recrear un diagnóstico situacional para hacer más eficiente la transmisión de conocimientos.

El curso fue sustancial para los facilitadores, ya que cuenta con poca o nula experiencia en lo que es MasAgro y sus componentes. Para terminar, se acordó el seguimiento a productores innovadores para implementar áreas de extensión y de impacto en todo el territorio chiapaneco.