Categorías
Noticias

El grano de la humanidad y su conservación

Maíz nativo de la Península de Yucatán cultivado con agricultura de conservación. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Maíz nativo de la Península de Yucatán cultivado con agricultura de conservación. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Habiéndolo estudiado gran parte de su vida, el botánico y genetista Walton C. Galinat (1923-2010) lo llamó “el grano de la humanidad”. Para los mexicanos, este que es su cultivo insignia forma parte de su cultura y es la base de su dieta, registrándose cerca de 700 maneras de prepararlo.

Aunque en México su uso para consumo humano es común, esta planta es una importante fuente de productos industriales, por lo que en muchos países se le destina a la fabricación de una gran variedad de ellos, desde cosméticos y farmacéuticos hasta biocombustibles. Por esta razón, hoy es la planta más cultivada en el mundo.

Ya sea en la dieta, en la salud o en la industria, esta planta que se cultiva en cerca del 85 % de los países es sin duda un pilar de las sociedades contemporáneas. Su nombre científico es Zea mays, pero el mundo lo conoce simplemente como maíz —de forma predominante esta es la voz que más se ha extendido, aunque por supuesto existen variantes y algunos casos excepcionales en que se le nombra de forma completamente distinta—.

En México el maíz se fue adaptando a distintos climas, altitudes, características ambientales y gustos de los pobladores. Así, a través del tiempo se generaron nuevas y numerosas razas, subrazas y variedades; por ejemplo, las razas Nal-tel y Chapalote adaptadas a regiones tropicales; o las razas Palomero Toluqueño y Arrocillo Amarillo adaptadas a regiones templadas o frías.

En México, actualmente se considera que existen 64 razas, 59 nativas y cinco más procedentes del Caribe que se introdujeron vía Centroamérica. En todo el continente americano se han contabilizado alrededor de 300 razas de maíz.

Aunque los registros actuales se han integrado a partir de una gran variedad de fuentes de información, la diversidad del maíz podría ser mayor de lo estimado ya que, siendo una planta que ha evolucionado y evoluciona constantemente de la mano del hombre, no solo es altamente probable que en el futuro se puedan generar nuevas razas, sino también es seguro que muchas otras se han quedado en el camino.

En el Banco de Germoplasma del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), donde está la colección de maíz más grande e importante del mundo con más de 28 mil muestras únicas de maíz, por ejemplo, se han identificado cerca de 400 razas, pero, como precisa Cristian Zavala —coordinador del Banco de Germoplasma del CIMMYT—, “esto no quiere decir que continúen sembrándose en el campo, pues más del 50 % ya se perdió. En un reporte actualizado de razas nativas sembradas en campo se encuentran únicamente cerca de 200”.

Incluso la cantidad de maíces mexicanos podría ser mayor a lo considerado actualmente, pero hace falta una gran labor de documentación para precisar este dato, de ahí la importancia de espacios como el Banco de Germplasma del CIMMYT, el cual resguarda un valioso recurso genético patrimonio de los mexicanos y la humanidad.

“Actualmente, a 80 años de que se inició la colección de maíz, la misión del banco de germoplasma del CIMMYT es básicamente ofrecer accesiones de maíz y trigo con información confiable, con semilla de calidad, sana y viable en términos de germinación”, precisa Zavala.

Este patrimonio de México y el mundo es clave para el logro de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus metas, entre ellas las relacionadas con mantener la diversidad genética de semillas, plantas cultivadas y animales de granja y domesticados y sus especies silvestres relacionadas.

“Aquí se resguarda material de todas las razas nativas en México. Es germoplasma que no ha sido modificado, que tiene una pureza muy alta. Tenemos bastantes razas con una pureza de nueve, que es lo más alto que se puede encontrar en maíz. Además, se resguarda una colección de Teocintle y Tripsacum, parientes silvestres del maíz”, señala el coordinador del Banco de Germoplasma del CIMMYT.

Categorías
Noticias

Del campo a la mesa: en busca de una producción cada vez más sustentable

Ciudad de México.- El cambio climático es un tema que cada vez resuena más en nuestras mentes y que genera más focos rojos entre organismos nacionales e internacionales. Hoy nos encontramos frente a un momento decisivo para contrarrestarlo y, aunque para algunos incluso no se considera como un problema real, una de las soluciones más cercanas se encuentra en nuestra mesa, en lo que comemos y en la forma en la que consumimos. 

Se estima que el 22 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero proviene del sector de la alimentación —mismo que representa alrededor del 30 % del consumo total de energía en el mundo y uno de los mayores responsables de las extracciones de agua—, así que producir y consumir cualquier alimento no solo tiene un impacto en la salud de quien lo consume, sino también en la del planeta.

Sin embargo, dejar de producir alimentos no es la solución; por el contrario, es necesario producir cada vez más porque no solo la población sigue creciendo en todo el mundo, sino porque los suelos cada vez están más degradados y las áreas productivas disminuyen debido a esto y a la expansión urbana. Se estima que, si la población mundial continúa creciendo como hasta ahora, en menos de 30 años se necesitarían los recursos de tres planetas para mantener los hábitos de consumo y estilo de vida actual.

Hoy, en el Día Nacional del Maíz, es importante recordar que este grano es el principal cultivo de México y del mundo. Anualmente consumimos más de mil millones de toneladas cada año, por lo que su producción sustentable es clave para sumar esfuerzos en el camino de la mitigación del cambio climático, el hambre y la pobreza.

“En Kellogg somos conscientes de las problemáticas que enfrentamos; por lo que, como empresa socialmente responsable dedicada a producir cereales nutritivos y saludables para las familias mexicanas, sabemos que es importante cuidar hasta el más mínimo detalle en la producción de nuestros alimentos desde el campo hasta la mesa, para que nuestra cadena de valor se mantenga en las mejores condiciones” aseguró Víctor Marroquín presidente y director de Kellogg México.

Por esta razón, Kellogg brinda acompañamiento técnico a través del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), para apoyar a productores de maíz amarillo en las regiones de Sinaloa y Guanajuato, donde hasta el cierre del ciclo primavera-verano 2020, sumaron 6,812 hectáreas impactadas con prácticas sustentables, con la participación de 388 productoras y productores. Durante todo el ciclo de siembra, se les asesora en cuanto a la adquisición y precio de las semillas, maquinaria, manejo de suelo, fertilización y otras capacitaciones impartidas por expertos; como la técnica de mínima labranza.

Contar con una ruta de abastecimiento responsable es cada vez más primordial, pues también ayuda a evitar el desperdicio de alimentos. Gracias al programa en conjunto con CIMMYT “Apoyo al Abastecimiento Responsable en México”, Kellogg genera un entorno propicio para la producción y comercialización de maíz amarillo, para contribuir al desarrollo del campo mexicano con prácticas de producción sustentables, aumentando la rentabilidad de su actividad. 

“Nuestro compromiso por llevar Mejores Días a las familias mexicanas es constante, pero tenemos fechas importantes cada año para refrendar el compromiso, una de ellas es el Día Nacional del Maíz. Además, nuestra cadena de valor tiene un sinfín de eslabones, cada uno nos ayuda a fortalecer la misión de la compañía, que ha crecido a lo largo de 115 años con el apoyo de nuestros colaboradores, productores y la gran Familia Kellogg, quienes mantenemos y seguiremos manteniendo el firme el legado de nuestro fundador W.K. Kellogg” finalizó Marroquín.

###

Acerca de Kellogg Company: En Kellogg Company (NYSE: K), nuestra visión es un mundo bueno y justo en el que las personas no solo sean alimentadas sino realizadas. Estamos creando mejores días y un lugar en la mesa para todos a través de nuestras marcas de alimentos de confianza. Nuestras queridas marcas incluyen Pringles®, Cheez-It®, Special K®, Kellogg’s Frosted Flakes®, Pop-Tarts®, Kellogg’s Corn Flakes®, Rice Krispies®, Eggo®, Mini-Wheats®, Kashi®, RXBAR®, MorningStar Farms®, entre otras. Las ventas netas en 2020 fueron de aproximadamente $ 13.8 mil millones, compuestas principalmente por bocadillos y alimentos preparados como cereales, alimentos congelados y fideos. Como parte de nuestra plataforma de propósitos de Kellogg’s® Mejores Días, estamos ayudando a terminar con el hambre y estamos comprometidos a crear Mejores Días para 3 mil millones de personas para fines de 2030. Visite www.KelloggCompany.com o www.OpenforBreakfast.com  

Para más información visita: https://www.hablandoconkelloggs.com/es_MX/home.html

FB: KelloggsLatinoamerica / TW: @KelloggsLATAM / IG: kelloggslatam_

Contacto de prensa:

Isa Flores | Porter Novelli Tel: + 55 5010 3324 | isa.flores@porternovelli.com

Categorías
Noticias

Milpa, una cuna para el maíz y para la seguridad alimentaria

Texcoco, Edo. Méx.- El 29 de septiembre se celebra en México el Día Nacional del Maíz. No es extraño que se haya elegido este mes para dicha conmemoración ya que la historia de México, condensada en el llamado mes patrio, conecta inevitablemente con el paladar que exige, a su vez, alguna de las 700 formas de comer maíz que existen en México.  

En la actualidad el maíz es uno de los cultivos más importantes del mundo. Su principal uso a nivel global es la alimentación animal, pero en México, Guatemala —donde el Día del Maíz se celebra el 13 de agosto—, otros países latinoamericanos y algunas regiones de África, el maíz es la principal fuente de alimentación de la población —uno de los aspectos que históricamente influyó para esta situación es que durante el proceso de dispersión del maíz en el mundo, este no fue acompañado en todos los casos por una tecnología clave para su consumo por los humanos: la nixtamalización. Para saber más al respecto, te invitamos a leer Promueven la nixtamalización para mejorar la nutrición y la salud—.

En México y otros países de Latinoamérica, el maíz, además de ser un alimento fundamental, forma parte de un entramado cultural rico y diverso. De hecho, el maíz se desarrolló en un sistema agrícola y cultural único en el mundo: la milpa, o más precisamente las milpas, ya que, desde el punto de vista cultural, este sistema de policultivo está encarnado en la cosmovisión propia de cada comunidad, por lo que al sistema de maíz-frijol-calabaza —las llamadas tres hermanas— se le agregan otros cultivos —como chile, maguey, chilacayote, café, etcétera— además de sus respectivas tradiciones, mitos y ritos.  

La milpa surgió en Mesoamérica y, por diversos procesos históricos y socioeconómicos, en los países que comprendía esta antigua zona cultural —gran parte de México y hasta Costa Rica— se ha ido perdiendo para dar paso a los monocultivos. Para contrarrestar esta situación, actualmente diversas organizaciones y gobiernos impulsan la revitalización de la milpa porque este sistema es, potencialmente, una de las mejores vías para lograr la seguridad alimentaria y nutricional en la región. 

El sistema milpa es un ejemplo de un sistema eficiente de cultivos múltiples/mixtos que tiende a ser más productivo y eficiente en el uso de luz, nutrientes y agua que los sistemas de monocultivo, dada su dinámica interna de complementariedad, competencia y facilitación”, refiere un estudio desarrollado y publicado este año por un grupo de investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El estudio refiere que, en condiciones específicas, la milpa de maíz-frijol-calabaza puede ser entre 60 y 90% más productiva que un monocultivo de maíz. Para el caso de análisis del estudio —desarrollado en milpas de Guatemala—, detallan, los sistemas de milpa produjeron significativamente más otros nutrientes esenciales, de manera que las asociaciones maíz-frijol-faba, maíz-papa y maíz-frijol-papa proporcionaron la mayor cantidad de carbohidratos, proteínas, zinc, hierro, calcio, potasio, ácido fólico, tiamina, riboflavina, vitamina B6, niacina y vitamina C.

“Nuestros resultados muestran que una hectárea de las diferentes combinaciones de cultivos puede proporcionar suficiente proteína para satisfacer las necesidades de entre 5.5 y 9.8 varones adultos durante un año, mientras que para el hierro estos valores oscilan entre 11.7 y 21.1”, señala el artículo que es producto del trabajo del proyecto BuenaMilpa —que se desarrolló en Guatemala impulsado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y el CIMMYT— y describe la importancia y la gran diversidad de los sistemas de cultivos intercalados de maíz.

En este mes en que en nuestro país se celebra al maíz es importante reconocer cómo este cultivo, originario de México, se inserta en la historia, en la cultura, la cocina y la economía de las diversas sociedades donde se ha arraigado. Al ser cultivado en más de un centenar de países —y en aumento—, probablemente en algún punto de la historia de la humanidad el Día del Maíz llegue a ser una celebración que trascienda el ámbito nacional. 

Fuente: 

López-Ridaura, S., Barba-Escoto, L., Reyna-Ramírez, CA et al. Cultivo intercalado de maíz en el sistema de milpa. Diversidad, extensión e importancia para la seguridad nutricional en el Altiplano Occidental de Guatemala. Sci Rep 11, 3696 (2021). https://doi.org/10.1038/s41598-021-82784-2