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Guardianas de la diversidad: La labor de Carolina Sansaloni

Carolina Sansaloni, especialista en genotipificación y curadora de trigo, resalta el papel de las mujeres en la ciencia y la conservación agrícola. (Foto: Gabriela Bracamonte/CIMMYT)
Carolina Sansaloni, especialista en genotipificación y curadora de trigo, resalta el papel de las mujeres en la ciencia y la conservación agrícola. (Foto: Gabriela Bracamonte/CIMMYT)

Desde niña, Carolina Sansaloni sintió curiosidad por la naturaleza y la genética. Su deseo por encontrar respuestas la llevó a recorrer un camino desafiante, pero que la condujo a donde está hoy: líder de la Colección de Trigo del Banco de Germoplasma del CIMMYT, una de las más importantes del mundo. Su labor y la de su equipo son fundamentales para la seguridad alimentaria y nutricional, pues garantizan que la diversidad genética del trigo y el maíz permanezca protegida y disponible para enfrentar los retos del cambio climático y la creciente demanda de alimentos.

Para mí, la mayor satisfacción es saber que lo que hacemos en el CIMMYT ayuda a que más personas tengan un plato de comida en la mesa. No es un esfuerzo individual, es un esfuerzo colectivo por un bien mayor”, expresa Sansaloni con convicción.

Pero el impacto del Banco de Germoplasma va más allá de la conservación. Su equipo, conformado por científicas, técnicas, trabajadoras de laboratorio y personal de campo, desempeña un papel crucial en la investigación y en el resguardo de una de las colecciones más valiosas de maíz y trigo a nivel mundial. Desde la recolección y almacenamiento de semillas hasta su caracterización y distribución para programas de mejoramiento genético, cada mujer en este equipo es parte esencial de la misión del CIMMYT: generar ciencia e innovación para un mundo con seguridad alimentaria y nutricional.

El camino de las mujeres en la ciencia no ha sido fácil. Sansaloni reconoce que, aunque ha contado con mentores y apoyo en su carrera, hay retos que muchas mujeres enfrentan en el ámbito científico. “La voz femenina en la ciencia hay que ganarla. Nos enfrentamos a obstáculos, pero con perseverancia, apoyo y determinación, podemos lograrlo”, afirma.

Uno de sus mayores desafíos fue dejar su hogar en Argentina para seguir su vocación. “El mayor desafío fue salir de mi entorno, de mi familia, de mis amigos, pero tenía claro que mi motivación era la ciencia y su capacidad de transformar el mundo”. Hoy, su historia inspira a muchas jóvenes a atreverse a explorar su curiosidad y seguir el camino de la ciencia.

A las niñas que sueñan con la ciencia, les dice: “Exploren, pregunten, descubran. Nada es imposible con esfuerzo y dedicación”.

A los padres y madres, les aconseja: “Fomenten la curiosidad de sus hijas e hijos, permitan que tomen sus propias decisiones y los sorprenderán con su capacidad de innovar”.

En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, celebramos a todas las mujeres del CIMMYT que, con su conocimiento, compromiso y dedicación, son clave para alcanzar un mundo con seguridad alimentaria y nutricional.

Si alguna vez soñaste con cambiar el mundo, la ciencia es un gran lugar para empezar.

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Romper el techo de cristal, la ciencia a través de los ojos de Noemí Valencia Torres

Noemí Valencia, gerente del Laboratorio de Sanidad de Semillas del CIMMYT, analiza semillas para garantizar su calidad y seguridad fitosanitaria. (Foto: Gabriela Bracamonte/CIMMYT)
Noemí Valencia, gerente del Laboratorio de Sanidad de Semillas del CIMMYT, analiza semillas para garantizar su calidad y seguridad fitosanitaria. (Foto: Gabriela Bracamonte/CIMMYT)

En el marco del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, conversamos con Noemí Valencia Torres, gerente del Laboratorio de Sanidad de Semillas del CIMMYT. Su historia es un testimonio de perseverancia, pasión y compromiso con la investigación agrícola.

Desde sus primeros años universitarios, Noemí descubrió su vocación por la agronomía.“Nunca imaginé trabajar en la ciencia hasta que llegué a la universidad”, confiesa. Fue allí donde su interés por la agronomía tomó forma y se orientó hacia la investigación. Su definición como científica llegó con el desarrollo de su tesis de licenciatura, un momento clave en su trayectoria.

Al integrarse al CIMMYT, su entorno fue determinante. “Trabajé con un investigador del programa de trigo en ese momento, pero también estuve rodeada de mujeres que, al igual que yo, desarrollaban sus proyectos de tesis con pasión”, relata. Ver a estas mujeres en acción, tanto en el campo como en el laboratorio, reforzó su convicción de que estaba en el camino correcto. En general su trayectoria en el CIMMYT ha sido entre mujeres apasionadas por la ciencia, que han sido su motivación.

Sin embargo, ser mujer en la ciencia no ha estado exento de desafíos. Uno de los momentos más retadores para Noemí fue trasladarse a Ciudad Obregón, Sonora, para su investigación. “Fue la primera vez que salía sola de casa. La inseguridad y la distancia fueron retos, pero al final, cada obstáculo me llevó a un aprendizaje valioso”, comenta. El escuchar “el trabajo de campo no es para las mujeres”, fue algo que también la hizo valorar y reconocer que cuando hay pasión por lo que haces nada es limitante.

Hoy, su labor en el Laboratorio de Sanidad de Semillas del CIMMYT es fundamental. “Aquí realizamos análisis fitosanitarios de la semilla que el CIMMYT moviliza a nivel global. Nos aseguramos de que no haya riesgos de enfermedades ni patógenos que puedan afectar la producción agrícola”, explica. Con un equipo conformado en su mayoría por mujeres de ciencia, su trabajo es fundamental para garantizar la seguridad alimentaria y el intercambio internacional de semillas.

Para las niñas y mujeres que sueñan con una carrera en ciencia, Noemí tiene un mensaje claro: “No hay limitantes. No tengan miedo de dar el paso, de preguntar y explorar. La ciencia es para todos y necesitamos más mujeres en este camino. Si ya han decidido estudiar ciencias, sigan adelante, abran camino y motiven a más mujeres a sumarse”.

Con historias como la de Noemí Valencia Torres, es claro que la ciencia no tiene género y que cada vez son más las mujeres que, con pasión y esfuerzo, transforman el mundo.

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Creciendo más fuertes en cada estación

El 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia de las Naciones Unidas, pretende conectar a la comunidad internacional con las mujeres y las niñas en la ciencia, reforzando los lazos entre la ciencia, la política y la sociedad para buscar estrategias orientadas a mejorar el futuro de estas.

Los datos muestran que las mujeres reciben menos ayuda en la investigación que sus colegas masculinos, están infrarrepresentadas en campos específicos y representan un porcentaje menor en grados relacionados con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM).

En el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), las mujeres son líderes, mentoras y modelos a seguir en la ciencia y la investigación agrícolas, ayudando a apoyar a la próxima generación. En todos nuestros programas globales, las mujeres marcan la diferencia en la vida de los agricultores y sus comunidades cada día.

Foto de portada: Científicas agrícolas en campos del CIMMYT en México. (Foto: Nayeli Quiche/CIMMYT)