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AMEXCID, Noruega y el CIMMYT impulsarán la innovación agrícola en el sur de México y Centroamérica

La alianza celebrada entre el Gobierno de México, a través de la AMEXCID, el CIMMYT y el Reino de Noruega, busca construir paz y prosperidad a través del desarrollo agrícola sostenible en países de Centroamérica y el sur de México.

Lee la historia completa aquí.

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Reportajes

El CIMMYT anuncia Estrategia 2030

Los sistemas alimentarios del mundo están amenazados por la escalada de los conflictos armados, el estancamiento económico y los efectos de la crisis climática y la degradación de los recursos naturales. En este contexto, los próximos siete años son cruciales para enfrentar los desafíos de mantener alimentada y segura a la creciente población mundial.

Reconociendo que seguir como hasta ahora no será suficiente, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se ha embarcado en un viaje para enfrentar proactivamente los nuevos desafíos del siglo XXI. Este enfoque novedoso de los sistemas agroalimentarios es el núcleo de la Estrategia 2030 del CIMMYT, que tiene el potencial de dar forma al futuro de la agricultura.

Cultivo de maíz de Ethiopian Seed Enterprise para multiplicar plántulas de maíz DT. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

“Entendemos que los desafíos que enfrenta la seguridad alimentaria son complejos, variados y cambian rápidamente. Por ejemplo, los efectos del COVID-19 y el conflicto entre Ucrania y Rusia en los sistemas alimentarios todavía se viven hoy. Con eso en mente, nos dispusimos a desarrollar una estrategia que fuera robusta y ágil. La mejor manera de crear una estrategia sostenible e inclusiva era interactuar directamente con los científicos y el personal del CIMMYT, las personas que están al frente de este esfuerzo por brindar seguridad alimentaria y nutrición al mundo”, dijo el Director General del CIMMYT, Bram Govaerts.

Un vistazo al pasado para mejorar el futuro

El primer paso en la elaboración de la Estrategia 2030 fue ver dónde quiere el Centro que esté el mundo en 2100. Al responder a esta pregunta, el Centro elaboró una visión a largo plazo de cómo quiere participar en un mundo cambiante y lograr la transformación a un mundo con seguridad alimentaria y nutrición, que satisfaga las necesidades dentro de los límites del planeta. Hemos integrado el uso de la previsión y, específicamente, un conjunto de escenarios de alimentación y agricultura para 2030 para explorar cambios potenciales en nuestras áreas de intervención (donde trabajamos) durante el período estratégico y ayudarnos a prepararnos para participar en diferentes contextos en todo el mundo. Estos escenarios son una herramienta para la toma de decisiones que ha sustentado el desarrollo de la estrategia para garantizar que esté impulsada por el contexto y centrada en los desafíos más apremiantes que enfrenta el sistema agroalimentario en el que opera el CIMMYT.

Desde el futuro miramos hacia atrás en la historia del CIMMYT y examinamos cómo ha evolucionado su negocio principal a lo largo de los años para satisfacer de manera proactiva las necesidades en constante cambio en todo el mundo.

En cada etapa de la evolución del CIMMYT, ha tomado sus fortalezas y las habilidades que ha desarrollado y las ha agregado a su experiencia, y ha ampliado lo que ofrece mientras mantiene las fortalezas centrales.

Norman Borlaug enseñando a aprendices (Foto: CIMMYT)

En los primeros días del CIMMYT, la misión se enfocaba en desarrollar y mejorar el germoplasma y las prácticas agronómicas, luego el CIMMYT comenzó a trabajar más de cerca con los agricultores (década de 1980), amplió el énfasis en las mejoras genéticas (2000), se embarcó en proyectos multidisciplinarios sostenibles (década de 2010) y, más recientemente, avances tecnológicos en sistemas de innovación participativos (2015-2022). Todo conduce a la misión codificada en la Estrategia 2030: acelerar la transformación de los sistemas alimentarios mediante el uso del poder de la acción colectiva.

Ahora, en 2023, el avance del CIMMYT está determinado por la declaración de la misión del CGIAR: “Ofrecer ciencia e innovación que promuevan la transformación de los sistemas de alimentos, tierra y agua en una crisis climática”.

Desarrollo de la Estrategia

Para definir la Estrategia 2030, el CIMMYT respondió a las siguientes preguntas centrales:

  • ¿Cómo es el éxito?
  • ¿Dónde puede el CIMMYT ofrecer el mayor valor?
  • ¿Cómo puede el CIMMYT generar valor para las comunidades?

“Como organización, nos hemos concentrado en estrategias que fomentan la colaboración y las adaptamos para una organización internacional sin fines de lucro cuya visión no es crecer como institución sino brindar mayor valor a las comunidades a las que sirven, innovar para los usuarios finales de sus productos y garantizar un mejor futuro para nuestra comunidad global”, dijo Govaerts.

Las herramientas utilizadas para desarrollar los elementos de este plan estratégico se basaron en el marco provisto en la Estrategia de Investigación e Innovación del CGIAR para guiar el proceso. El personal de todo el Centro participó en un proceso consultivo para desarrollar los objetivos de los siguientes componentes estratégicos: Excelencia en Ciencia e Innovación, Excelencia en Operaciones, Gestión de Talento, Movilización de Recursos, Alianzas e Influencia.

El desarrollo del componente Excelencia en Ciencia e Innovación sirve como ejemplo de este enfoque colaborativo de abajo hacia arriba (ascendente). La planificación estuvo a cargo del Grupo de Líderes de Pensamiento Emergente, compuesto por 24 científicos de carrera temprana y media en toda la cartera global y de programas del CIMMYT. El grupo trabajó en colaboración con los investigadores y el personal del CIMMYT para delinear primero los desafíos que enfrentan los sistemas agroalimentarios y luego trabajaron en soluciones que ahora sirven como base de la Estrategia 2030.

Participantes en el taller estudian muestras de semillas en el Laboratorio de Sanidad de las Semillas del CIMMYT. (Foto: Xochiquetzal Fonseca/CIMMYT)

“Cada componente complementa a los demás”, dijo Govaerts. “Esta es nuestra respuesta a las preguntas centrales. Solo trabajando de manera conjunta podemos dar inicio a soluciones sostenibles que lleguen a todos”.

Juntos, los componentes crean una red para respaldar los tres pilares del CIMMYT: Discovery (investigación e innovación), SystemDev (trabajar en colaboración para innovar los sistemas fundamentales) e Inc. (incubar nuevas empresas y nuevas formas de hacer negocios en el espacio del sistema agroalimentario) .

El CIMMYT está a la vanguardia en la configuración de un paisaje agrícola sostenible y próspero

El objetivo de facilitar la seguridad alimentaria donde la agricultura sostenible es parte de la solución a la crisis climática y la agricultura proporciona una vía para desarrollar la resiliencia de los hogares y permite a las comunidades salir de la pobreza requiere el uso estratégico de los recursos. La Estrategia 2030 del CIMMYT, construida de abajo hacia arriba (ascendente) sobre una base de más de 50 años de experiencia y la pericia de científicos, personal y agricultores, maximiza los recursos, mejora las alianzas dinámicas y retiene y recluta personal de clase mundial en un mundo de desafíos crecientes a la seguridad alimentaria.

Leer la Estrategia 2030 en inglés: Science and Innovation for a Food and Nutrition Secure World: CIMMYT’s 2030 Strategy 

Próximamente también disponible en español.

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Debajo de la punta del iceberg

Hace dos años, escribimos un artículo en NextBillion sobre por qué tantas innovaciones prometedoras son tan difíciles de escalar a un nivel de impacto significativo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Propusimos estrategias para desarrollar un enfoque más sistémico y basado en problemas para escalar iniciativas exitosas, pero también reconocimos que la aplicación generalizada de tales enfoques era una excepción más que una regla.

Desde entonces, hemos observado un aumento en el uso de palabras como «pensamiento sistémico» y «transformación» en el sector del desarrollo. Por ejemplo, en nuestra línea de trabajo en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), hablamos menos de “agricultura” y más de “sistemas agroalimentarios”, en los que la producción y el consumo están conectados y limitados a nuestros límites planetarios. Al explorar las implicaciones de esta nueva forma de pensar, nos preguntamos qué implica realmente el “cambio de sistemas agroalimentarios” y qué significa en el proceso de escalar innovaciones en un contexto de sistemas.

Para ayudar a guiar este trabajo, aplicamos una herramienta emblemática del pensamiento sistémico (el modelo iceberg) al caso de las prácticas de restauración de tierras en Centroamérica. Se trata de prácticas que frenan la erosión y mejoran la estructura y la fertilidad del suelo para permitir una mayor productividad agrícola y mejorar la seguridad hídrica y alimentaria.

El modelo del iceberg nos ayudó a reconocer las causas fundamentales sistémicas de la degradación de la tierra y a identificar lo que se necesita para restaurar las tierras a escala.

Lea el artículo completo: Debajo de la punta del iceberg: Por qué el enfoque de cambio de sistemas es clave para escalar innovaciones y resolver los desafíos del desarrollo (en inglés) donde exploramos este modelo y discutimos cómo nuestros esfuerzos han impactado la restauración de tierras y mejorado los sistemas agroalimentarios.

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Comunicados de prensa

El CIMMYT y el CNA establecen un acuerdo por el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria

Ciudad de México, 29 de abril de 2021.- El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) celebraron un convenio marco de colaboración para impulsar la producción sostenible, el abasto y la rentabilidad de los sistemas agroalimentarios en México.

El objetivo de ambos organismos es sentar las bases para lograr una mayor coordinación sectorial a través de actividades o proyectos, desarrollo de capacidades y transferencia de tecnologías que contribuyan a incrementar la productividad, rentabilidad y sostenibilidad de los productores en las diferentes regiones del país.

“Con la firma de este acuerdo, el CNA cumple con uno de sus principales objetivos al facilitar los procesos de innovación, generación y transferencia de mejores prácticas y tecnologías para hacer que las actividades productivas en las cadenas agroalimentarias y agroindustriales sean más eficientes, pero, sobre todo, sostenibles”, señaló Juan Cortina Gallardo, Presidente del CNA.

El representante del organismo sectorial consideró una gran ventaja que México sea la sede global del centro de investigación agrícola sin fines de lucro que ha desarrollado más de la mitad de las variedades de maíz y la mayoría de las variedades de trigo que se siembran en todo el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo, además de las prácticas y tecnologías que hacen más sostenibles los sistemas de producción de ambos granos.

“CIMMYT cuenta con su sede orgullosamente en México. La intención es fortalecer la capacidad de respuesta de CIMMYT, este importante centro de innovación, investigación y desarrollo y de México ante cualquier situación adversa en materia agroalimentaria”, agregó Cortina Gallardo.

“Desde hace más de 50 años, México ha sido la cuna de la innovación agrícola para combatir el hambre y alimentar al mundo”, subrayó Bram Govarts, Chief Operating Officer y Director Global de Desarrollo Estratégico del CIMMYT. “Ahora es necesario redoblar esfuerzos y colaborar estrechamente con los productores, asociaciones, empresarios e industriales representados en el CNA para dar una respuesta transformacional a la crisis actual para que la agricultura sea, una vez más, el motor de la recuperación y del desarrollo sostenible de México y de México para el mundo.  ¡Juntos podemos lograr una evolución verde!”, agregó el representante del organismo internacional.

La Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier Carrillo, fungió como testigo de honor en la celebración del acuerdo a través del cual ambas instituciones se comprometieron a emprender proyectos de colaboración específicos para incrementar los rendimientos y disminuir los costos de producción del maíz y del trigo, además de conservar los recursos naturales y proteger los ecosistemas de México.

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Comunicados de prensa

Acuerdan CONCAMIN y el CIMMYT colaborar para el desarrollo agrícola sostenible y la seguridad alimentaria de México

La Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron hoy un Convenio Marco de Colaboración para incentivar la participación de diversos sectores industriales en el desarrollo de los productores de granos básicos del país.

“El objetivo de este acuerdo es establecer un marco de colaboración formal entre industriales, investigadores y productores para diseñar, desarrollar y ejecutar proyectos o iniciativas que fortalezcan la contribución de la industria al desarrollo sostenible de los productores de maíz y de trigo, así como a fortalecer la seguridad alimentaria de todos los mexicanos”, señaló Francisco Cervantes Díaz, Presidente de CONCAMIN.

Las compañías del sector agroalimentario son clave para el desarrollo sostenible e integración de las cadenas de valor del maíz y el trigo, pues desempeñan una función tractora fundamental al abastecerse de las materias primas que produce el sector agropecuario nacional que, posteriormente, transforman en alimentos y bienes de consumo para toda la población.

“En el CIMMYT trabajamos del lado del productor para codesarrollar y validar las prácticas y tecnologías agrícolas sostenibles que impulsan la producción de granos básicos nutritivos y de alta calidad de procesamiento que pueden satisfacer la demanda de la industria mexicana”, explicó Bram Govaerts, Chief Operating Officer y Director General Adjunto de Investigación y de Desarrollo Estratégico del CIMMYT.

El trabajo de investigación aplicada al desarrollo de sistemas de cereales y granos básicos más productivos, rentables y sostenibles ha facilitado la inclusión de productores de granos básicos del país en programas de abastecimiento local responsable en los que participan compañías agroalimentarias líderes en México y el mundo.

“El CIMMYT cuenta desde hace más de 60 años con su sede orgullosamente en México. Desde CONCAMIN, hemos hecho lo necesario para mantener este importante centro de innovación, investigación y desarrollo en el país. Este compromiso se fortalece el día de hoy a través de este convenio, ya que nos permitirá fortalecer la capacidad de respuesta del CIMMYT y México ante la crisis económica global que se avecina”, comentó Cervantes Díaz.

El Convenio Marco de Colaboración entre CONCAMIN y el CIMMYT busca multiplicar la participación de los pequeños y medianos productores en las cadenas de valor y desarrollar alianzas público – privadas para que más sectores industriales participen en el sector agropecuario.

“Existen oportunidades de colaboración en proveeduría de servicios digitales o tecnologías de la información y la comunicación para hacer un uso más eficiente de recursos naturales e insumos productivos, así como en el desarrollo de infraestructura para incrementar la participación y competitividad de los pequeños y medianos productores en el mercado nacional”, observó Cervantes Díaz.

En lo inmediato, el principal objetivo del convenio celebrado es facilitar la producción y abasto de alimentos en México para mitigar los efectos de la pandemia por COVID-19 y fortalecer la seguridad alimentaria de los mexicanos.

“Con estas acciones, sentamos las bases para que la industria participe activamente en una recuperación verde que revigorice al campo mexicano y fortalezca su contribución al desarrollo económico y a la seguridad alimentaria de todos los mexicanos”, concluyó Govaerts.

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El blog del Director General

Afuera lo viejo y adentro lo nuevo

A shop attendant displays drought-tolerant maize seed at the Dryland Seed Company shop in Machakos, Kenya. (Photo: Florence Sipalla/CIMMYT)
Una asistente muestra semillas de maíz resistentes a la sequía en la tienda de Dryland Seed Company en Machakos, Kenia. (Foto: Florence Sipalla/CIMMYT)

Durante varias décadas, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) ha trabajado con socios y agricultores para mejorar las variedades de maíz y trigo. Repletas de ‘mejoras’ tales como la tolerancia al estrés ambiental, enfermedades y plagas, el aumento del contenido de nutrientes, mayor potencial de rendimiento y capacidad de almacenamiento, y mayor eficiencia en el uso de agua y fertilizantes, estas semillas son lanzadas por el CIMMYT y sus socios para crear nuevas oportunidades para una vida mejor y más fácil para los agricultores.

En conjunto con socios de investigación nacionales, agricultores, gobiernos locales y empresas de semillas, el trabajo del CIMMYT en sistemas de semillas ha cosechado resultados. Los expertos están ansiosos por poner esta experiencia en acción mientras el CGIAR se embarca en los próximos diez años de su trayectoria para transformar los sistemas de alimentos, tierra y agua bajo el contexto de la crisis climática. Las inversiones en investigación del CGIAR —principalmente a través de sus contribuciones para mejorar los rendimientos de los cultivos alimentarios básicos— han devuelto diez veces más beneficios y retribuciones para las personas de bajos recursos en términos de mayor abundancia y precios más bajos de los alimentos, reducción de la inseguridad alimentaria y la pobreza, y reducción de la huella geográfica de la agricultura. Gran parte de este impacto es el resultado de los esfuerzos diarios del CIMMYT por crear un mundo mejor.

A Bangladeshi woman cuts up feed for her family's livestock. They did not previously have animals, but were able to buy them after her husband, Gopal Mohanta, attended a farmer training from CIMMYT and its partners, which gave him access to better seed, technologies, and practices. Mohanta planted a wider range of crops, and in 2005 he planted maize for the first time, using improved seed based on CIMMYT materials. (Photo: S. Mojumder/Drik/CIMMYT)
Una mujer de Bangladesh corta el forraje para el ganado de su familia. Antes no tenían animales, pero pudieron comprarlos después de que su marido, Gopal Mohanta, asistiera a una formación para agricultores impartida por el CIMMYT y sus socios, esta oportunidad le dio acceso a mejores semillas, tecnologías y prácticas. Mohanta plantó una gama más amplia de cultivos y en 2005 plantó maíz por primera vez utilizando semillas mejoradas basadas en los materiales del CIMMYT. (Foto: S. Mojumder/Drik/CIMMYT)

Reemplazar variedades antiguas no es tan fácil como parece

La lenta renovación de las variedades —de más de diez años— hace que los agricultores sean vulnerables a riesgos como el cambio climático y las nuevas amenazas bióticas. Por otro lado, la plantación de variedades mejoradas que se adaptan a las necesidades de los agricultores y la geografía en la que trabajan, puede aumentar la productividad y mejorar el estado nutricional de los pequeños agricultores y sus familias. Esto, a su vez, contribuye a incrementar los ingresos familiares. De forma indirecta, los beneficios pueden llegar a la comunidad circundante al brindar mayores oportunidades de empleo, aumentos salariales y acceso asequible a alimentos.

A pesar de sus enormes beneficios, la renovación de variedades no es una hazaña menor.

Cuando se trata de semillas, una investigación multidisciplinaria detallada está detrás de cada nueva variedad y su implementación entre los agricultores. Así como la producción de un nuevo bocadillo, una bebida o un automóvil requiere un estudio en profundidad de lo que quiere el cliente, los sistemas de semillas también deben estar impulsados por la demanda.

Los socioeconomistas tienen que trabajar mano a mano con los mejoradores y especialistas en sistemas de semillas para comprender los factores impulsores y los cuellos de botella para mejorar la adopción de variedades, las necesidades del mercado y la inclusión social y de género en la entrega de semillas. Entre los cuellos de botella se encuentra la falta de acceso de los agricultores —especialmente los excluidos socialmente y de escasos recursos— a información fiable sobre las ventajas de las nuevas variedades. Incluso si los agricultores conocen las nuevas variedades, es posible que las semillas no estén disponibles para la venta en el lugar donde viven o que sean demasiado caras.

Posiblemente, la razón más compleja de la lenta renovación de variedades es la vulnerabilidad al riesgo: algunos agricultores simplemente no pueden permitirse el lujo de correr el riesgo de invertir en algo que podría ser bueno pero que también podría decepcionar. Al mismo tiempo, las empresas de semillas también perciben un riesgo: es posible que no estén interesadas en adquirir una variedad mejorada que supere a las variedades de semillas más antiguas pero más populares que tienen en stock. La construcción y comercialización de una nueva marca de semillas requiere una inversión significativa para una empresa de semillas.

Agricultural seed on sale by a vendor near Islamabad, Pakistan. For improved crop varieties to reach farmers, they usually must first reach local vendors like these, who form an essential link in the chain between researchers, seed producers and farmers. (Photo: M. DeFreese/CIMMYT)
Semillas a la venta en una zona cerca de Islamabad, Pakistán. Para que las variedades de cultivo mejoradas lleguen a los agricultores, normalmente deben llegar primero a los vendedores locales como éstos, quienes son considerados como elementos clave en la cadena entre los investigadores, los productores de semillas y los agricultores. (Foto: M. DeFreese/CIMMYT)

Los nuevos enfoques están dando resultados

A pesar de la complejidad del desafío, el CIMMYT ha avanzado, especialmente en África, donde la lenta renovación de variedades está creando obstáculos para una mayor seguridad alimentaria y el alivio de la pobreza.

Un análisis reciente de la edad promedio ponderada de las variedades mejoradas de maíz relacionadas con el CIMMYT en 8 países de África oriental y meridional revela que la edad promedio ponderada general ha disminuido de 14.6 años en 2013 a 10.2 años en 2020. Los notables avances en la aceleración del ritmo de renovación de variedades y el despliegue de la genética mejorada —con resistencia al clima, mejora nutricional y rendimiento del grano— están beneficiando a más de ocho millones de pequeños agricultores en África.

En Etiopía, el trabajo del CIMMYT, el Instituto Etíope de Investigación Agrícola (EIAR) y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en Zonas Áridas (ICARDA) condujo a la adopción de variedades mejoradas resistentes a la roya, los correspondientes aumentos de productividad y los beneficios económicos que, además de la urgente necesidad de luchar contra la dañina epidemia de la roya, dependían de una combinación de factores favorables: la multiplicación de semillas antes de su liberación, las políticas proactivas y las campañas de concienciación sobre la roya. La ganancia de ingresos estimada que los agricultores disfrutaron debido a la adopción de variedades posteriores a 2010 en 2016/2017 alcanzó los 48 millones de dólares. Para Etiopía, la adopción de estas variedades podría ahorrar 65 millones de dólares que de otra manera se gastarían en importaciones de trigo

Bill Gates habla de esto en el Capítulo 9 de su nuevo libro sobre el clima, How to Avoid a Climate Disaster, cuando describe el trabajo del CIMMYT y el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA) con el maíz tolerante a la sequía: “[…] los expertos del CGIAR desarrollaron docenas de nuevas variedades de semillas de maíz que podrían soportar condiciones de sequía, cada una adaptada para crecer en regiones específicas de África. Al principio, muchos pequeños agricultores tenían miedo de probar nuevas variedades de cultivos. Es comprensible. Si una persona se gana la vida a duras penas, no estará dispuesta a arriesgarse con semillas que nunca ha plantado, porque si se mueren, no tiene nada a lo que recurrir. Sin embargo, a medida que los expertos trabajaron con los agricultores locales y los distribuidores de semillas para explicar los beneficios de estas nuevas variedades, más y más personas las adoptaron».

Bidasem director general María Ester Rivas (center) stands for a photo with her seed processing team. Bidasem is a small seed company based in the city of Celaya in the central Mexican plains region known as the Bajío. Despite their small size, Bidasem and similar companies play an important role in reaching small farmers with improved seed that offers them better livelihoods. (Photo: X. Fonseca/CIMMYT)
La directora general de Bidasem, María Ester Rivas (centro) con su equipo de procesamiento de semillas. Bidasem es una pequeña empresa de semillas con sede en la ciudad de Celaya, Guanajuato, México. A pesar de su tamaño, Bidasem y otras empresas similares desempeñan un importante papel a la hora de llegar a los pequeños agricultores con semillas mejoradas que les ofrecen mejores medios de vida. (Foto: X. Fonseca/CIMMYT)

Se necesita una acción holística si queremos llegar a los agricultores con innovaciones genéticas

Ahora más que nunca, con el aumento de la frecuencia y la intensificación de los fenómenos meteorológicos erráticos que se suman a las complicaciones de la pandemia del COVID-19, el éxito de los sistemas de semillas requiere inversiones adecuadas, asociaciones, esfuerzos entre disciplinas y políticas propicias.

Los sistemas de liberación y diseminación de variedades dependen en gran medida de las políticas gubernamentales apropiadas y de la adopción de leyes y regulaciones de semillas. El compromiso del CGIAR con los agricultores y el éxito de los sistemas nacionales de semillas se describe en la estrategia de diez años recientemente lanzada: “El CGIAR apoyará los sistemas de semillas eficaces ayudando a los gobiernos nacionales y las empresas y reguladores del sector privado a desarrollar sus capacidades para desempeñar sus funciones con éxito. Se diseñarán conjuntamente nuevas iniciativas a lo largo de la cadena de distribución de semillas, incluyendo el registro regional de semillas, los procedimientos de importación y exportación, los ensayos nacionales eficientes, el registro y la liberación de nuevas variedades, y la promoción de la calidad de las semillas a través de la certificación de aptitud para el uso.”

De acuerdo con los ambiciosos objetivos del CGIAR, para brindar a los agricultores un mejor servicio, las empresas de semillas pequeñas y medianas también deben fortalecerse para que se vuelvan más dinámicas y orientadas al mercado. Según el SPIA, ayudar a los distribuidores de semillas privados locales a conocer la nueva tecnología aumenta la adopción en el campo en más de un 50% en comparación con el enfoque más utilizado, en el que los agentes de extensión agrícola del sector público proporcionan información sobre las nuevas semillas a los agricultores de contacto seleccionados.

Los expertos en socioeconomía y mercado del CIMMYT están poniendo esto en práctica trabajando con los distribuidores agrícolas para desarrollar estrategias de venta al por menor, como materiales de marketing específicos, suministro de apoyo a la decisión sobre las semillas a la venta e incentivos de precios, para ayudar a los agricultores y agricultoras a conseguir los insumos que funcionan mejor.

Dentro del nuevo CGIAR, los científicos del CIMMYT continuarán trabajando con sus socios para mejorar considerablemente el rendimiento del maíz y el trigo en los campos de los pequeños agricultores. Los esfuerzos concertados de todos los actores que conforman todo el sistema de semillas son esenciales para lograr nuestra visión: transformar los sistemas alimentarios para lograr dietas asequibles, suficientes y saludables producidas dentro de los límites planetarios. Los sistemas de semillas de maíz y trigo constituirán la base para cumplir esa visión y proporcionarán un plan probado para otros cultivos, como las legumbres, las hortalizas y las frutas. Juntos podemos estar al tanto de las necesidades de los agricultores y crear dietas saludables para un futuro mejor desde cero.

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No olvidemos el impacto del COVID-19 en la población rural de bajos recursos y en la seguridad alimentaria

A woman sells maize at the market in Sidameika Tura, Arsi Negele, Ethiopia. (Photo: Peter Lowe/CIMMYT)
Una mujer vende maíz en el mercado de Sidameika Tura, Arsi Negele, Etiopía. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

Disclaimer: Las opiniones expresadas en este artículo son las de los autores y no reflejan necesariamente la política oficial o la posición del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Si bien todos los ojos están puestos en Lombardía, Madrid, Nueva York y Wuhan, ¿qué sabemos sobre el impacto del COVID-19 en las personas de bajos recursos en áreas rurales y en la seguridad alimentaria en los países en vías de desarrollo? ¿Cómo se puede moderar el impacto de la crisis? ¿Qué avances positivos podría provocar este choque para llevarnos a una “nueva normalidad” mejorada? ¿Qué pueden hacer los donantes y las organizaciones para apoyar a los países de bajos y medianos recursos durante y después de esta crisis?

Los miembros del grupo de trabajo de Agricultura y Desarrollo Rural de la comunidad de escalamiento Scaling Up celebraron una reunión virtual para discutir estas preguntas y cómo las innovaciones del escalamiento podrían ayudar a la recuperación de la crisis actual y mitigar las futuras.

Las comunidades rurales de bajos recursos son particularmente vulnerables

Cuando se trata de una enfermedad altamente contagiosa, estar en una zona rural suena mejor que estar en una ciudad, pero esa es una impresión engañosa. Los pequeños agricultores a menudo son personas mayores que el promedio y, por lo tanto, son más vulnerables al virus y tienen menos acceso a los servicios de salud.

También dependen de los trabajadores de campo que no pueden viajar desde las comunidades circundantes para ayudarlos a plantar, deshierbar y cosechar. Para procesar los cultivos, los pequeños agricultores necesitan transportar los cultivos a los centros de procesamiento, que pueden estar cerrados, al igual que los mercados donde obtienen insumos o venden productos agrícolas. Las grandes empresas internacionales de agronegocios, que suministran insumos y compran productos locales de los agricultores, pueden retirarse, al menos temporalmente, de las economías rurales. Ya hay informes de agricultores que alimentan al ganado con fresas y brócoli en India, ya que no pueden llevar sus productos al mercado.

La mayoría de los agricultores también dependen de actividades no agrícolas para su sustento, ya que pueden ser trabajadores de campo para otros agricultores, trabajar en la industria del procesamiento o en la construcción. La interrupción del transporte y los cierres plantean serios desafíos para mantener la continuidad segura del negocio en toda la economía rural. El riesgo no es solo que la producción rural inmediata, las entregas de alimentos, las exportaciones, el empleo y los ingresos colapsen, sino también que la siembra para las cosechas del próximo año se verá interrumpida.

Es clave diferenciar entre las cadenas de suministro globales y locales, que sufrirán de diferentes maneras. Por ejemplo, en Uganda, los supermercados están abiertos, pero son pequeños, los mercados informales están cerrados. En crisis pasadas, los gobiernos se han centrado en la supervivencia de las cadenas de valor globales sobre las locales. Las pequeñas empresas rurales tienen más probabilidades de cerrar permanentemente en comparación con las empresas internacionales grandes.

A nivel mundial, el apoyo internacional para la agricultura y el desarrollo rural se ha retrasado en los últimos años. Hoy en día, el apoyo internacional de las agencias de ayuda y las ONG está siendo interrumpido, ya que los viajes están restringidos y las reuniones comunitarias están prohibidas. Con una mayor atención de los donantes a una crisis de salud nacional e internacional, la ayuda para las comunidades rurales puede caer precipitadamente.

Men transport wheat straw on donkey karts in Ethiopia’s Dodula district. (Photo: Peter Lowe/CIMMYT)
Hombres transportan paja de trigo en el distrito Dodula de Etiopía. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)

Oportunidades para una “nueva normalidad” mejorada a medida que respondemos a la crisis

La respuesta a corto plazo para ayudar a minimizar el impacto de la crisis del COVID-19 en la población rural de escasos recursos es crítica, pero también debemos apoyar la formación de una “nueva normalidad” en la que los sistemas alimentarios rurales sean resilientes, rentables e inclusivos para la población rural de escasos recursos. Los miembros de la comunidad de escalamiento Scaling Up exploraron varias ideas.

En primer lugar, la pandemia del COVID-19 podría presentar oportunidades para romper silos y mostrar cuán estrechamente relacionados están la salud y la agricultura.

“El COVID-19 atraviesa sectores y jurisdicciones de manera que las organizaciones individuales y las estructuras de gobierno establecidas están mal equipadas para adaptarse”, dijo Larry Cooley, experto en escalamiento y fundador y presidente emérito de Management Systems International (MSI).

Por ejemplo, las redes de extensión agrícola rural podrían usarse para difundir información sobre la concientización y educación en salud en torno al COVID-19 y recopilar datos sobre los impactos locales. Esto puede causar y proporcionar alivio a corto plazo, pero también puede brindar oportunidades de colaboración a largo plazo.

“Nuestras redes agrícolas se adentran en las áreas rurales y estamos capacitando a nuestros empresarios agrícolas en la India para difundir mensajes, productos y servicios de salud para ayudar a abordar el COVID-19”, dijo Simon Winter, Director Ejecutivo de la Fundación Syngenta.

“En el Banco Africano de Desarrollo estamos brindando financiamiento de ayuda de emergencia y cambiando el propósito de los fondos para tener un vínculo con el COVID-19”, dijo Atsuko Toda, Director de Finanzas Agrícolas y Desarrollo Rural del banco.

En segundo lugar, una “nueva normalidad” también podría significar una independencia aún más fuerte de los proyectos, soluciones financiadas con fondos externos para una mayor propiedad local y experiencia en áreas rurales, algo que la comunidad de escalamiento Scaling Up ha estado promoviendo fuertemente. Podríamos ayudar a apoyar una mayor autonomía del agricultor, un mercado local fuerte y el escalamiento de las cadenas de valor locales. Fortalecer la capacidad de las pequeñas y medianas empresas que vinculan a los agricultores con los mercados urbanos podría ayudar a garantizar la estabilidad en los futuros choques económicos.

Los proyectos liderados por los gobiernos y los donantes analizaron demasiado las cadenas de valor globales y de exportación. Veo grandes oportunidades para ampliar las cadenas de valor de entrada y salida locales y regionales que benefician a los agricultores locales y las pequeñas y medianas empresas”, dijo Margret Will, experta en cadenas de valor.

En tercer lugar, la pandemia del COVID-19 presenta una oportunidad para acelerar la ampliación de las innovaciones.

“La falta de acceso a la mano de obra podría interrumpir la cosecha y la siembra en nuestros países Feed the Future, acelerando una tendencia ya predominante de migración, especialmente entre los jóvenes, a las áreas urbanas. Vemos una inminente necesidad de mecanización de granjas, utilizando maquinaria pequeña para arar, sembradoras, cosechadoras y otros equipos que ahorran tiempo y mano de obra”, dijo Mark Huisenga, Gerente Sénior de Programas de la Oficina de Resiliencia y Seguridad Alimentaria de USAID.

Masimba Mawire collects bare maize cobs after removing the grain using a mechanized maize sheller in Zimbabwe. (Photo: Matthew O’Leary/CIMMYT)
Masimba Mawire recolecta mazorcas de maíz después de quitar el grano usando un descascarador de maíz mecánico en Zimbabue. (Foto: Matthew O’Leary/CIMMYT)

Las comunidades rurales que usan prácticas más ecológicas intensivas, como la agricultura de conservación y la agricultura de empuje o las prácticas de almacenamiento seguro dependen menos de insumos externos y mano de obra.

La crisis actual nos obliga a usar sistemas de comunicación digital, reemplazar el trabajo humano con herramientas digitales siempre que sea posible y usar tecnología para ayudar a dirigir las intervenciones. Tanto el sector público como el privado podrían aprovechar esta oportunidad para invertir en un mayor acceso a internet, electricidad y otros recursos digitales, incluso en áreas empobrecidas. Todas estas innovaciones tecnológicas pueden ayudar a los agricultores a enfrentar mejor las limitaciones provocadas por el COVID-19 y cualquier crisis o estrés futuro para el sistema alimentario, al tiempo que la agricultura se vuelve más productiva y más atractiva para los jóvenes.

“La pandemia crea una oportunidad para acelerar el uso de las tecnologías digitales en la agricultura a pequeña escala, no solo para brindar asesoramiento de extensión sino también para obtener información sobre los impactos del COVID-19”, dijo Julie Howard, asesora principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).

Por último, el COVID-19 cambiará nuestro sistema de gobernanza global, y el sector agrícola, de investigación y desarrollo tiene un papel que desempeñar en esta transformación. Un cambio de sistemas debe centrarse en la diversidad y la seguridad alimentaria, prestando atención a la población rural de escasos recursos de los países de bajos y medianos ingresos. Podemos trabajar juntos para escalar plataformas intersectoriales para construir redes sólidas e innovaciones de escalamiento para fortalecer sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.

Los sistemas cambian más allá del sector agrícola, la sostenibilidad a través de la propiedad local y la adopción de innovaciones que apoyan actividades agrícolas y relacionadas con la agricultura rentables y resilientes son componentes clave de cómo la comunidad de escalamiento Scaling Up se acerca al escalamiento. Un cambio de sistemas es inminente, y es importante apoyar una transformación en una dirección en la que los mercados locales, el trabajo rural y las economías regionales se fortalezcan a largo plazo. Esto requiere visión, experiencia, movilización de recursos, intercambio de información y liderazgo de crowdsourcing, y la red de expertos en escalamiento puede contribuir a esto.

El grupo de trabajo de Agricultura y Desarrollo Rural de la comunidad de escalamiento Scaling Up está compuesto por más de 100 donantes oficiales, fundaciones, grupos de expertos, organizaciones de investigación y desarrollo unidos por su interés en aumentar el impacto de las innovaciones en la seguridad alimentaria y la pobreza rural. Las áreas de particular interés para el grupo incluyen el diseño para el escalamiento, el uso de marcos de escalamiento, el aprendizaje sobre el escalamiento, el escalamiento responsable, la sostenibilidad y el pensamiento sistemático. Los miembros del grupo de trabajo incluyen profesionales con vasta experiencia en el campo, y el grupo intenta explícitamente aprender de la aplicación de conceptos complejos tales como sostenibilidad, cambio de sistemas y escalamiento en entornos del mundo real por parte de actores locales. Además de las reuniones virtuales trimestrales, el grupo de trabajo fomenta y apoya los intercambios entre sus miembros sobre una variedad de temas. La participación y la gestión del grupo de trabajo de Agricultura y Desarrollo Rural se realiza de forma puramente voluntaria.

Sobre los autores:

Lennart Woltering — Catalizador de escalamiento en el CIMMYT y presidente del grupo de trabajo de Agricultura y Desarrollo Rural.

Johannes Linn — Miembro principal no residente de Brookings y ex vicepresidente del Banco Mundial.

Maria Boa — Coordinadora de escalamiento en el CIMMYT y secretaria del grupo de trabajo de Agricultura y Desarrollo Rural.

Mary Donovan — Consultora de comunicaciones en el CIMMYT.