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Nuevas variedades de trigo resistentes a enfermedades para el Bajío

En las regiones más productivas de Michoacán y Jalisco predomina el monocultivo de gramíneas (principalmente maíz y trigo). Esto, sumado al manejo intensivo de los cultivos, repercute en la estabilidad de los ecosistemas. Por ejemplo, un problema que se presenta cada vez con más intensidad es la incidencia de enfermedades causadas por Fusarium spp.

Fusarium es un género de hongo del suelo que afecta a una amplia variedad de cultivos. Las semillas infectadas por este hongo no germinan bien y las plántulas se mueren, afectando la producción del cultivo. Fusarium puede causar marchitamiento vascular (una de las enfermedades más difíciles de controlar en plantas), pobre desarrollo del sistema de raíces, pudriciones del tallo, lesiones de las hojas, pudrición de la espiga en cereales y contaminación del grano con micotoxinas (compuestos tóxicos que representan un riesgo para la salud humana y de los animales).

Se propaga muy fácilmente a través del agua y los implementos agrícolas contaminados; incluso, su inóculo (fragmento de hongo destinado a generar la infección) puede hospedarse en los rastrojos. En atención a esta problemática, el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y su red de colaboradores establecieron parcelas demostrativas en las que se han cultivado nuevas variedades de trigo —con un mayor amacollamiento, mejor desarrollo de las raíces y mayor altura—, y se han empleado productos a base de agentes de control biológico y otros microorganismos benéficos para hacer un manejo adecuado del Fusarium.

Además de las nuevas variedades y el control biológico, en las parcelas se ha implementado la Agricultura de Conservación. Los beneficios de este conjunto de prácticas son notables, y para difundirlas se organizan recorridos de campo a través de los cuales los productores pueden ver directamente las diferencias (de adaptación y desarrollo) de las nuevas variedades de trigo. Esto permite que ellos puedan elegir el material genético más adecuado a sus condiciones de producción, con la ventaja de que poseen características sobresalientes, entre ellas la resistencia a enfermedades.

Estas acciones son parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

Por: Hub Bajío.

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Cuatro maneras de reducir las pérdidas poscosecha

Epitacio Huerta, Mich.- En México las pérdidas poscosecha pueden ser de hasta 40%, dependiendo de la región y el ciclo agrícola. Este porcentaje puede disminuirse con infraestructuras de almacenamiento más tecnificadas (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FA0], 2016) y, en el caso de los pequeños productores, la implementación de soluciones herméticas poscosecha o el uso de agentes protectores.

Entre otros factores, las pérdidas poscosecha se deben a la presencia de plagas de almacén, como algunos insectos, hongos, roedores e ―incluso― aves (Vázquez y Moreno, 2016). Por esto, el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y sus colaboradores en Michoacán difunden prácticas poscosecha adecuadas para cada región (a fin de incrementar su adopción).

Recientemente, por ejemplo, se instaló un módulo poscosecha en la comunidad de Santa Cruz Ojo de Agua, en el municipio Epitacio Huerta, Michoacán. Ahí se implementaron dos soluciones herméticas poscosecha (silo metálico hermético y bolsa plástica hermética de ziploc) y se emplearon dos agentes protectores. Para comparar su efectividad, se mantuvo un testigo (práctica convencional), que consistió en almacenar en un costal de polipropileno, sin ningún tratamiento.

Después de 153 días de haberse almacenado, los productores y los técnicos que participaron en el establecimiento del módulo se reunieron nuevamente para supervisar el estado del grano. Los resultados en este módulo mostraron que —al tener la menor pérdida en el peso del grano (0.4%) y daños mínimos por hongos e insectos— las soluciones herméticas poscosecha constituyen la mejor opción de almacenamiento.

Los materiales inertes —es decir, que no son organismos vivos— que se utilizaron como agentes protectores fueron la tierra de diatomeas y la cal micronizada. Estos hicieron un buen control de los insectos, sin dañar granos durante la evaluación de la muestra y con una pérdida del peso inicial mínima —de 0.4 a 0.6%—, debido a la pérdida de humedad.

Con respecto al testigo, este aumentó de manera considerable la humedad y la temperatura (debido a que el costal de polipropileno permitió la interacción con el entorno), propiciando el ambiente idóneo para la proliferación de hongos e insectos. Por lo anterior, fue la opción con mayor pérdida de grano (ver cuadro 1), lo cual fue evidente al hacer el muestreo de daños durante el levantamiento del módulo poscosecha.

Un aspecto importante de la implementación de estos módulos es la participación de los productores y técnicos locales en la determinación de los parámetros a observar (como peso, temperatura, humedad y daño por insectos) y en el llenado y la apertura de los recipientes (para constatar el efecto de los tratamientos implementados).

Las cuatro alternativas evaluadas (silo metálico hermético, bolsa plástica hermética de ziploc, cal micronizada y tierra de diatomeas) mantuvieron el grano con menor daño, comparado con el testigo, por lo que la mejor práctica poscosecha para el productor de la región oriente del estado de Michoacán es la que se adapte a sus posibilidades económicas, los programas sociales o la disponibilidad de estas en el mercado.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

Variable evaluada Recipiente
SMH BPHZ BP+CAL BP+TD COS
Humedad del grano (%), promedio 9.2 9.5 8.8 8.5 11.1
Temperatura del grano (°C), promedio 24 24.9 23.2 24.2 24.2
Peso inicial del grano en recipiente (kg) 50 25 25 25 25
Peso final del grano en recipiente (kg) 49.8 25.1 24.85 24.9 25.9
Peso de granos sin daños en muestra (g) 478 476 485 480.5 426
Peso de impurezas en muestra (g) 1 1 2 2 3
Peso de granos con daños por insectos en muestra (g) 1 0 1 1 23
Peso de granos con daños por hongos en muestra (g) 11 15 10 16 10

Cuadro 1. Resultados de la implementación de tecnologías de almacenamiento de maíz en Epitacio Huerta, Michoacán.

* Tecnologías evaluadas: silo metálico hermético (SMH); bolsa plástica hermética de ziploc (BPHZ); bolsa plástica con cal micronizada (BP+CAL); bolsa plástica con tierra de diatomeas (BP+TD); y costal de polipropileno (COS), el testigo.

 

Foto 1. Taller de establecimiento del módulo poscosecha Santa Cruz Ojo de Agua, Epitacio Huerta, Michoacán, 30 de abril de 2019.

Foto 2. Levantamiento del módulo de poscosecha, toma de peso final. Santa Cruz Ojo de Agua, Epitacio Huerta, Michoacán, 1 de octubre de 2019.

Referencias:

  • Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (2016). Boletín trimestral de la seguridad alimentaria y nutricional. Oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
  • Vázquez, M. E. y Moreno, E. (2016). Almacenamiento en México. Claridades Agropecuarias, (271), 3.

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El rastrojo, una oportunidad para recuperar la fertilidad de los suelos

Jalisco.- En la región Ciénega, en Jalisco, es poco común que el rastrojo (residuo que queda en la parcela después de la cosecha) de maíz sea incorporado con intención de mejorar el suelo; generalmente, se empaca y destina a la alimentación del ganado, sobre todo en épocas de estiaje. Por otro lado, los residuos del trigo comúnmente se queman para iniciar la preparación de la tierra del siguiente ciclo agrícola, lo que además de ocasionar pérdida de organismos benéficos, materia orgánica y nutrientes del suelo, contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero.

Como parte de la colaboración entre Xochicentli AC y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del Hub Bajío—, se promueve la Agricultura de Conservación (sistema en que el manejo de los rastrojos juega un papel importante) como alternativa para evitar prácticas de la agricultura convencional que degradan los suelos.

Se estima que los cereales son los cultivos que generan la mayor cantidad de rastrojos. El cultivo de maíz, en particular, genera grandes volúmenes.

En Agricultura de Conservación los rastrojos se emplean como mejoradores de suelo al dejarlos como cobertura. Esta práctica disminuye el efecto de la erosión, conserva la humedad del suelo y contribuye a controlar malezas. Y también brinda a las personas dedicadas a la producción agrícola la oportunidad de incrementar a mediano plazo el contenido de materia orgánica del suelo y hacerlo más fértil (al devolverle parte de los elementos que son extraídos por los cultivos). Por esto, la recomendación es dejar al menos 30% de los residuos de cosecha como cobertura.

Gracias al manejo de rastrojos y la difusión de diversas prácticas sustentables —a través de la infraestructura del Hub Bajío en la región—, las productoras y los productores pueden observar cambios positivos tanto en el suelo como en los cultivos. Asimismo, concuerdan en que el sistema genera ahorros por evitar los pasos de maquinaria (necesarios en el sistema convencional) y por la disminución de herbicidas (de tres a una sola aplicación), además de los beneficios que esto conlleva para la salud y el ambiente.

En el caso del trigo, también se observa una disminución en el volumen de agua y el tiempo invertido en el riego: para regar 1.5 hectáreas se tardan aproximadamente dos días bajo el sistema convencional, pero este tiempo se ha reducido a un solo día con Agricultura de Conservación. Además, comentan que —debido a la presencia del rastrojo— se conserva la humedad por más tiempo en la parcela.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

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Control biológico de Fusarium, el diminuto enemigo de los cultivos

Fusarium spp. es un género de hongos que vive en el suelo y se desarrolla en asociación con las plantas. Está distribuido por todo el mundo, y varias de sus especies producen enfermedades en una amplia gama de cultivos, incluyendo cereales básicos como maíz y trigo. Estas enfermedades afectan el rendimiento y la calidad de los granos, debido a pérdidas del valor nutrimental y a la frecuente contaminación con micotoxinas (compuestos tóxicos producidos por el hongo durante la infección) causantes de enfermedades en humanos y animales.

Todas las especies de Fusarium que infectan cereales son capaces de sobrevivir alimentándose de los rastrojos, los cuales sirven como sustrato —medio en el que se desarrolla una planta o animal— para que el hongo sobreviva en ausencia del hospedante principal (los cultivos). Los rastrojos son considerados el principal medio para hospedar al inóculo de Fusarium —es decir, el fragmento de hongo destinado a generar la infección—, por lo que la rotación de maíz-trigo provee abundante cantidad de rastrojos sobre los cuales se puede producir el inóculo.

Una de las formas más utilizadas para reducir el efecto de las enfermedades causadas por estos hongos es el uso de variedades resistentes. Sin embargo, no existen variedades inmunes a las enfermedades causadas por Fusarium, y los mecanismos de resistencia pueden perderse o modificarse a medida que los organismos evolucionan.

Diversos estudios se han enfocado en el desarrollo de herramientas para el control biológico de dichas enfermedades, lo cual involucra el uso de organismos benéficos —sus genes o productos— que reducen el efecto negativo de dichos hongos y promueven una serie de respuestas en la planta. En algunas ocasiones, sin embargo, el uso de estos organismos no es suficiente; su falta de adaptación al sistema en el cual son introducidos es común y —ya que no pueden incrementar su población en suelos a los que no se han adaptado— sus efectos benéficos son inconsistentes cuando se evalúan en condiciones de campo.

Por lo anterior, es necesario implementar estrategias complementarias para un manejo adecuado de las enfermedades causadas por Fusarium. Como parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío —que impulsa el Hub Bajío, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se promueven y difunden diversas alternativas para el control de estas enfermedades. Una de ellas es una forma de control biológico que se focaliza en el manejo de las estructuras de reproducción del Fusarium. Esta forma de inhibir al hongo funciona cuando se practica el laboreo reducido o la labranza mínima —como en la Agricultura de Conservación—, ya que así se promueve el incremento de materia orgánica y, por lo tanto, una comunidad microbiana más estable y activa.

Actualmente, existen en el mercado una amplia oferta de formulaciones comerciales con agentes de control biológico y otros microorganismos promotores del crecimiento vegetal (ver tabla 1). Para asegurar su eficacia, los técnicos y productores que opten por este tipo de control deben estar atentos al control de calidad y el manejo de los productos, ya que se trata de organismo vivos (se recomiendan aplicaciones como tratamiento a la semilla y en drench, con buena humedad en el suelo). Para su almacenamiento, se aconseja mantenerlos en ambientes frescos y no exponerlos al sol de forma directa. Lo ideal es que sean usados en el menor tiempo posible después de adquirirse.

Finalmente, para controlar mejor la enfermedad es preferible usar combinaciones de múltiples organismos de control biológico, en lugar de organismos individuales. Es mejor usarlos en grupo, pues así se multiplican los mecanismos de acción, se genera una comunidad microbiológica más estable en la zona que rodea a las raíces y se tiene mayor eficacia en una amplia gama de condiciones ambientales.

Tabla 1. Agentes de control biológico disponibles en el mercado y sus mecanismos de acción

Agente de control biológico Mecanismos de acción descritos
Trichoderma harzianum, T. viride, T. astroviridae, T. koningii, T. asperellum y T. hamatum. Competencia, micoparasitismo, inducción de resistencia, promoción del crecimiento y antibiosis.
Pseudomonas putida y Pseudomonas fluorescens. Antibiosis, solubilización del fósforo, producción de fitohormonas, competencia por el hierro e inducción de resistencia.
Bacillus subtilis, Bacillus amyloliquefaciens y Bacillus megaterium. Competencia, inducción de resistencia, promoción del crecimiento y antibiosis.
Azotobacter. Fijación del nitrógeno y antibiosis.
Gliocladium. Competencia y antibiosis.
Streptomyces. Antibiosis e inducción de resistencia.
Rhizobium (Rhizobium, Mesorhizobium, Bradyrhizobium, Azorhizobium, Allorhizobium y Sinorhizobium). Fijación de nitrógeno e inducción de resistencia.

Fotografía: Pupa de lepidóptero afectada por un hongo entomopatógeno en un sistema de Agricultura de Conservación. San Juan del Río, Querétaro.

Por: Hub Bajío.

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Girasol, el cultivo que va bien y promete

Ocotlán, Jal.- En la región Ciénega de Jalisco alrededor de 90% de la superficie agrícola de temporal se siembra con maíz; 8%, con sorgo; y el resto, con otros cultivos (SIAP, 2019). Si bien las condiciones agroecológicas son propicias para la producción de cereales, las grandes extensiones dedicadas al monocultivo pueden presentar (y representar) problemas a largo plazo: pérdida de la biodiversidad y la fertilidad de suelo; mayor susceptibilidad de los cultivos a las plagas, enfermedades y malezas; y, por lo tanto, mayor consumo de agroquímicos con efectos negativos en la salud y el ambiente.

Una medida para prevenir estas consecuencias negativas es la rotación de cultivos, práctica sustentable que, por sus amplios beneficios, constituye uno de los principios de la Agricultura de Conservación. La rotación de cultivos mejora el balance de nutrientes y permite aumentar la materia orgánica en los suelos; ayuda a aprovechar mejor el agua; y tiene un efecto regulatorio sobre las poblaciones de plagas, malezas y enfermedades.

El girasol (Helianthus annuus) representa una buena opción para la rotación. Al ser un cultivo de ciclo corto, tiene buena respuesta a condiciones limitadas de lluvias y mayor tolerancia a la sequía que los cultivos básicos. Además de que puede usarse como forraje en la alimentación animal, es muy apreciado por la industria aceitera y tiene gran potencial, ya que actualmente la producción nacional solo satisface alrededor de 15% de los requerimientos del país (Gómez et al., 2013).

Durante el ciclo primavera-verano 2019, en la plataforma de investigación Ocotlán —donde colaboran Xochicentli y el Hub Bajío, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, se evalúo el girasol como cultivo alternativo para rotación en condiciones de temporal, obteniendo buenos resultados. El rendimiento promedio fue de 3.4 toneladas por hectárea (con un costo de producción de $9,000 por hectárea), alcanzando una relación beneficio-costo de 1.22. En otras palabras, se trata de un cultivo rentable.

Si bien estos son los resultados de un primer ciclo (debiéndose evaluar aún durante más ciclos agrícolas), el girasol se perfila como una buena opción para la región Ciénega de Jalisco. Esta especie, además de los beneficios para la rentabilidad de las parcelas, ayuda también a mantener la biodiversidad: al producir grandes cantidades de néctar, atrae a numerosos polinizadores, como las abejas.

Este estudio es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

 

Referencias:

Gómez, R., Hernández, M., Gómez, R., Martínez, E., Zarazúa, M. A. y Ramos, F. (2013). Tecnología para la producción de girasol en el estado de Hidalgo. Folleto Técnico, 5. INIFAP.

SAGARPA. Oleaginosas (canola, cártamo, girasol y soya) mexicanas. Planeación agrícola nacional 2017-2030.

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Con Agricultura Sustentable este productor ha incrementado 300% sus rendimientos

Después de escuchar una plática sobre Agricultura de Conservación en la plataforma de investigación San Juan del Río I (Querétaro), visitar la plataforma Indaparapeo (Michoacán) y escuchar los testimonios de los productores de esos lugares, el señor Miguel Enrique Cruz Corona decidió —hace tres años— comenzar trabajos de Agricultura Sustentable en su parcela de temporal.

Inició con la siembra de variedades adecuadas de maíz, para el tipo de suelo y las condiciones agroclimáticas de su parcela, y un mejor manejo de fertilizantes; después comenzó a dejar el rastrojo como cobertura del suelo —actualmente deja 40% del rastrojo sobre la superficie—; luego emprendió acciones de fertilización con estiércol; y ahora hace rotación de cultivos con frijol y Manejo Agroecológico de Plagas (recientemente ha instalado trampas con feromonas para el control del gusano cogollero).

Sobre los resultados, comenta que “hace años que no se veía un cultivo con ese porte y con rendimientos tan altos” (pasaron de 1 a 3.5 y 4 toneladas por hectárea). Visualmente, los beneficios de implementar innovaciones agrícolas sustentables son notorios. El cambio del sistema convencional al de Agricultura Sustentable aumentó sus rendimientos en más de 300%, abriendo la posibilidad de escalar estas prácticas innovadoras en toda la región.

Los resultados han convencido al señor Miguel de que la Agricultura Sustentable es el camino para obtener producción en condiciones de temporal, particularmente en su zona, donde hay suelos muy degradados y las lluvias son escasas (en el ejido Arcila —San Juan del Río—, donde se ubica la parcela del productor, 90% de los suelos son calcáreos, los cuales son pobres en materia orgánica y nitrógeno; tienen poca profundidad; y están erosionados, en buena medida, por el exceso de laboreo).

Para este productor innovador, una de las prácticas sustentables más útiles en su parcela ha sido el mantenimiento del rastrojo como cobertura del suelo. En lugar de quemarlo, ahora aprovecha el rastrojo para incorporar poco a poco materia orgánica al suelo y ‒sobre todo‒ para conservar la humedad en su parcela (la precipitación en la zona es de 400 a 600 milímetros anuales, aunque en lo que va de 2019 solo han sido 250 milímetros).

Por la disposición de don Miguel para compartir sus aprendizajes y su experiencia con las prácticas innovadoras que el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y sus colaboradores promueven en la región —con campañas como #CultivosSustentablesBajío—, se han realizado dos eventos demostrativos en su parcela, a los que han asistido alrededor de 60 productores de la región.

El productor platica a quienes acuden a ver su parcela que los buenos resultados no son solo cosechas más abundantes y suelos de mejor calidad, sino también alimentos más sanos y nutritivos que, finalmente, benefician tanto la salud propia y de su familia como la de aquellos que consumen los alimentos que él produce. Por esto, invita permanentemente a sus compañeros productores a comenzar con pequeños cambios, como él lo hizo, hasta lograr un sistema de producción rentable y ambientalmente sustentable.

Estas acciones forman parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, del Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. En San Juan del Río, por ejemplo, existe un grupo de nueve productores que han comenzado a adoptar diferentes prácticas sustentables (en 36 hectáreas) con buenos resultados y un potencial de crecimiento en la región; con el apoyo de los ejidos, la cobertura potencial sería de 1,500 hectáreas o más.

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Mejoramiento participativo de maíces nativos, un camino para preservar la diversidad biocultural

Los municipios de Huimilpan y Amealco, en el estado de Querétaro, forman parte de la región Valles Altos. Ahí, los maíces nativos tienen una fuerte presencia y la diversidad de las variedades que se cultivan es amplia. El estudio de estos maíces es fundamental para conservar el material genético milenario que forma parte de la cultura y las tradiciones de la región.

En Amealco, por ejemplo, se siembran alrededor de 20,000 hectáreas de maíz cada año, y se estima que más de la mitad son de maíces nativos. Sin embargo, no se cuenta con la información precisa de las razas y sus características, por lo que es primordial hacer una cuantificación y clasificación de los maíces nativos de la región, así como promover el mejoramiento a través de procesos participativos.

Para conservar y proteger el maíz nativo de Amealco, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del Hub Bajío y Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro (SAQ) y de manera conjunta con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedea) del estado; y la Dirección de Desarrollo Agropecuario del Municipio de Amealco— ha desarrollado actividades de mejoramiento participativo de maíz nativo.

A la fecha se han impartido cuatro talleres sobre rescate, conservación y mejoramiento de maíces nativos, los cuales se han replicado en las zonas de Amealco donde se sabe que los maíces nativos siguen predominando.

Estos talleres parten de un enfoque de inclusión social y de integración de la ciencia y el conocimiento tradicional. En ellos han participado 80 productores de Amealco; muchos son de la comunidad otomí que por décadas ha sido custodia de la diversidad biológica de los maíces nativos de la región. Precisamente, una de las prácticas que se difundieron en los talleres fue la selección masal estratificada in situ (“en el sitio” en latín), la cual deriva de las prácticas de mejoramiento desarrolladas por las sociedades mesoamericanas durante la época prehispánica.

La selección masal estratificada in situ es una modificación de la selección masal simple (el método de mejoramiento más antiguo y sencillo, que consiste en la selección de aquellas plantas que —por sus características físicas visibles— son consideradas adecuadas para la siembra en el siguiente ciclo). Permite obtener resultados superiores en el mejoramiento y, en combinación con otras prácticas agronómicas —como mejor densidad de siembra y manejo de plagas—, es particularmente útil para aumentar los rendimientos.

Estos esfuerzos del CIMMYT y las instituciones con las que colabora —que se realizan desde hace años— coinciden además con lo establecido en la recién aprobada Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición, los ODS señalan que es necesario “mantener la diversidad genética de las semillas y las plantas cultivadas […] y promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”.

El mejoramiento participativo de los maíces nativos en Amealco es precisamente una vía hacia esa meta, pero también es una forma de reforzar la identidad cultural de las comunidades originarias y de trabajar de manera conjunta entre investigadores, técnicos y productores. Como dice un poema otomí: “somos granos de maíz de una misma mazorca; somos una sola raíz de un mismo camino”.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

Por: Juan Manuel Rojas Cruz, Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro.

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¿Cómo ayuda la rotación de cultivos cuando las lluvias son escasas?

En Querétaro y otras entidades de la región del Bajío las lluvias han sido escasas (de menos de 70 mm de precipitación en lo que va del ciclo). La sequía ha provocado pérdidas cuantiosas en las zonas agrícolas de temporal, y los pronósticos son desfavorables. Por esta razón, el Hub Bajío —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— presentó a productoras y productores de la región alternativas sustentables que les permitan hacer frente a esta situación. La rotación de cultivos —uno de los principios de la Agricultura de Conservación— fue la práctica que se abordó con mayor amplitud, pues es de particular utilidad en contextos de poca disponibilidad de agua.

Para mostrar de manera tangible los beneficios de la rotación de cultivos, se visitó el área de extensión (parcelas de productores que han implementado innovaciones sustentables de la Agricultura de Conservación) denominada El Puente, en la localidad de Santa Rosa Xajay (donde la sequía ha afectado 95% de la superficie cultivable). El área de extensión pertenece al señor Erick Sanjuanero Nieves, uno de los 30 productores de la zona que —a través del despacho Sustentabilidad Agropecuaria de Querétaro y el Hub Bajío— han adoptado la Agricultura de Conservación como sistema de producción con resultados favorables, por lo cual cooperan con el CIMMYT y sus colaboradores para promover prácticas sustentables.

Entre los beneficios de la rotación de cultivos están la reducción de labores, el mejoramiento y la ampliación de la porosidad del suelo, el aumento en la infiltración de agua de lluvia y el crecimiento adecuado de las raíces de cada cultivo. También se rompe el ciclo de las plagas, malezas y enfermedades y, ya que los requerimientos nutricionales de cada cultivo cambian, se favorece un mejor balance en el suelo. Además, cuando se rota con leguminosas, se agrega el beneficio de la captura del nitrógeno del aire en el suelo, mejorando la fertilidad del sistema.

Entre los cultivos que son una buena opción para la zona y el temporal escaso están el girasol (el cual puede ser utilizado para la alimentación del ganado), el garbanzo (que puede ser consumido por personas y animales; además, se tiene el historial de que tres productores lo sembraron el año pasado), la avena forrajera, el sorgo forrajero y el frijol ayocote.

Para los productores que están interesados en conocer qué cultivos se pueden establecer como opción para la alimentación del ganado, los ingenieros Miguel Ángel Uribe y Humberto Hernández comentaron que la cebada capuchona es una opción para forraje en temporal. Para ayudar a mitigar la falta de forraje para el ganado cuando hay pérdida total del cultivo de maíz, se recomendó que si se presentan lluvias, se siembre garbanzo, avena, grass pea, ajonjolí, sorgo forrajero o frijol ayocote. Adicionalmente, estos cultivos permiten mantener una cubierta vegetal en el suelo, y así tener sistemas más sustentables.

La rotación de cultivos, en combinación con otras prácticas sustentables, permite además mejorar los rendimientos. En la zona, por ejemplo, el rendimiento convencional es de 300 kg/ha en el caso del maíz y 600 kg/ha en el del frijol; con innovaciones sustentables —como el Manejo Agroecológico de Plagas, la fertilización adecuada, las curvas a nivel y la introducción de variedades adecuadas—, el rendimiento se ha incrementado a 1.8 t/ha en maíz y 1.2 t/ha en frijol.

Después de ver de forma directa los beneficios de estas innovaciones, los productores participantes se interesaron en implementar —para el próximo ciclo— algunos cultivos forrajeros (como avena y sorgo forrajero) y sembrar en las terrazas algo de frijol ayocote y cebada capuchona. Además, se acordó con el grupo de productores que se conseguirán algunas semillas de pastos que puedan ser opción para esta zona con lluvias muy escasas.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

Te invitamos a ver un mini documental sobre esta situación. Da click al video.

 

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Cal agrícola, una alternativa para mejorar los suelos ácidos

Los suelos de la región oriente del estado de Michoacán se caracterizan por presentar niveles de pH que oscilan entre 4.7 y 5.7, por lo cual son considerados suelos ácidos. Esta característica es generada principalmente por la baja cantidad de calcio disponible en el suelo, las precipitaciones, las labranzas excesivas y la toxicidad de aluminio (Al3+). Sus efectos se manifiestan en las raíces, debido a que el desarrollo radicular se restringe, impidiendo la absorción y el traslado de calcio y fósforo a la parte aérea.

Igual que el uso desmedido de fertilizantes (como sulfato de amonio), el nivel de acidificación de los suelos ha incrementado en los últimos años a consecuencia de varios factores: pérdida de la capa arable por erosión, monocultivo, mal uso de fertilizantes nitrogenados y manejo inadecuado de prácticas productivas, entre otros.

La mayoría de los suelos ácidos están muy degradados y son pobres en nutrimentos, especialmente calcio, magnesio y fósforo. Su caracterización es importante, ya que entre ellos hay variaciones (de textura; grado de acidez; y contenido de calcio, magnesio y aluminio) que imposibilitan generalizar prácticas agronómicas para mejorar su potencialidad (Acevedo, 2010).

La acidez del suelo en la producción de maíz ocasiona la disminución en la cantidad y calidad de las raíces (altura de planta y tamaño de mazorca) y en los rendimientos (en la región son, en promedio, de 4 t/ha). Por eso, es de vital importancia implementar medidas de corrección para mejorar los suelos con esta característica mediante la incorporación de carbonato de calcio (CaCO3).

Existen diferencias en la capacidad neutralizante de los materiales que se pueden usar para encalar suelos. El valor del material de encalado depende de la cantidad de ácido que neutraliza. Esta propiedad depende de la composición molecular y pureza del material en cuestión, considerando diferentes aspectos para una mejor efectividad (Espinosa, 1999).

Entre los criterios que considerar, se encuentran el poder relativo de neutralización total (PRNT), el cual es utilizado para valorar en forma conjunta la pureza química (el PRNT indica qué porcentaje de la cal es capaz de reaccionar en un lapso de tres meses) y el tamaño de partícula (la fineza de las partículas de la cal determina su velocidad de reacción, ya que conforme se reduce su tamaño, aumenta el área superficial de contacto) (Osorno, 2011).

Si bien el objetivo particular de la aplicación de esta tecnología en el suelo —con base en un análisis de este— es mejorar su calidad química, biológica y física para hacer más eficiente el uso de fertilizantes químicos, también se busca disminuir los daños causados por patógenos y mejorar los rendimientos de producción.

Durante el ciclo productivo primavera-verano 2018, en la plataforma Epitacio Huerta, en Michoacán, se implementó el uso de mejoradores de suelo, con base en un análisis previo. De acuerdo con los análisis realizados en la región, se presentan niveles de pH que van de 4.3 a 5.7.

Con la finalidad de obtener un mejor resultado, se analizaron diferentes tipos de carbonato de calcio (CaCO3) del mercado. El de mejor calidad presentó un PRNT de 80 a 97% y un tamaño de partícula de malla de 325/0.05 mm. Este fue el material que se utilizó en la plataforma (ver cuadro 1).

 

PROCEDENCIA DEL CALCIO (CaCO3) TAMAÑO DE LA MALLA PRNT (%)
Hidalgo 100 58.83
Querétaro 325 36.73
Cadereyta, Querétaro 325 80
Cadereyta, Querétaro 325 97.4

*PRNT (poder relativo de neutralización total).

Cuadro 1. Resultados obtenidos mediante el análisis de muestras de carbonato de calcio procedentes de Hidalgo y Querétaro.

 

La incorporación de carbonato de calcio se realizó en mayo de 2018, utilizando una tonelada de cal agrícola en la superficie total, excepto en el área de validación. Durante las primeras etapas vegetativas del cultivo de maíz se observó un mejor desarrollo, en comparación con el área donde no se incorporó ningún tipo de mejorador. Posteriormente, durante los meses de junio y julio de 2018 se presentaron periodos prolongados de lluvia, y se observó una mayor resistencia de las plantas al exceso de agua.

Para los productores, esta tecnología fue aceptable para establecerla en sus predios. Con la vinculación a programas locales, se adquirieron más 250 toneladas de cal agrícola en compras en común, donde participaron más de 100 productores de la región. La implementación de este tipo de alternativas permitió que los productores adoptaran, aplicaran y difundieran el uso de la cal agrícola, con lo cual se espera mejorar la calidad de los suelos y —por ende— la producción en la región.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío –del CIMMYT– y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!

 

Fuentes

Acevedo, O., Valera, M. A. y Prieto, F. (2010). Propiedades físicas, químicas y mineralógicas de suelos forestales en Acaxochitlán, Hidalgo, México. Universidad y ciencia, 26(2), 137-150.

Espinosa, J. (1999). Acidez y encalado de suelos. Informaciones Agronómicas, 20, 6-14.

Osorno, H. (2011). Determinación de los requerimientos de cal. Suelos Ecuat, 41(1), 29-35.

 

Por: Alejandra Zazueta y Marcelo Martínez, SPIIGA.

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La rotación de cultivos, clave para lograr parcelas más rentables

En el municipio de la Barca, Jalisco, el predominio del monocultivo en la superficie agrícola de temporal es notorio. De acuerdo con estadísticas recientes, de un total de 154,758 hectáreas sembradas durante 2018, 90% de la superficie correspondió a maíz; 8.8%, a sorgo; y sólo 1.2%, a cultivos alternativos como garbanzo, frijol, tomate verde y cebolla (SIAP, 2019). El problema del monocultivo es que a largo plazo propicia la pérdida de biodiversidad y de fertilidad del suelo; una mayor susceptibilidad de los cultivos a plagas, enfermedades y malezas; y —como consecuencia— un consumo mayor de agroquímicos, con efectos negativos en la salud y el ambiente.

Por lo anterior, en la plataforma de investigación Ocotlán —en la que colaboran Xochicentli y el Hub Bajío, del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se realizan estudios sobre rotación de cultivos. La importancia de estos estudios radica en que la diversificación de las especies cultivadas aporta múltiples beneficios a los productores: mejora el balance de nutrientes, la materia orgánica en los suelos y el aprovechamiento del agua; tiene un efecto regulador sobre las poblaciones de plagas, malezas y enfermedades; y, además, diversifica los ingresos y brinda mayores oportunidades para acceder a mercados.

Durante el ciclo otoño-invierno 2018-19 se realizó rotación de avena con maíz (el maíz fue el cultivo precedente). Con el uso de biofertilizantes se obtuvieron rendimientos de entre 25.3 y 31.6 t/ha de avena en verde. Estos resultados estuvieron por encima de los reportados para el municipio de la Barca por el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) en 2018.

La inclusión de la avena en la rotación fue por su aptitud forrajera y porque permite tener una cosecha adelantada con respecto al trigo. Además de su aprovechamiento para la alimentación animal, la avena aporta a la calidad del suelo, pues sus raíces penetran las capas más profundas, dejando una estructura porosa que permite que el agua se infiltre en el suelo y quede disponible para cultivos futuros. Este es un ejemplo de los diversos beneficios de rotar cultivos.

Debido a que las leguminosas y las oleaginosas —de las cuales se obtiene aceite— son buenas opciones para la rotación de cultivos, actualmente en la plataforma de Ocotlán se evalúa el cultivo de girasol para rotaciones en condiciones de temporal, pues ofrece ventajas como un ciclo de cultivo corto, una buena respuesta a condiciones de lluvias limitadas y una mayor tolerancia a la sequía (en comparación con los cultivos básicos).

Otros de los beneficios del girasol es que su semilla tiene un alto contenido de aceite (entre 35 y 45%) y posee una calidad nutricional alta, por lo que es muy apreciada por la industria aceitera. Con la pasta sobrante de la extracción pueden elaborarse concentrados para la alimentación animal y las cabezas sin semillas son una fuente rica en proteínas y pueden usarse molidas para aves o ganado. Y en verde se puede ensilar para forraje. A pesar de esto, la producción nacional sigue siendo pequeña.

Rotar cultivos ofrece varios beneficios. Además de los expuestos, ayuda a regular plagas y malezas; beneficia la fertilidad del suelo; y —en la parte económica— minimiza los riesgos de mercado, ya que al tener diferentes cultivos los productores no están limitados por el precio de un solo producto.

Esta nota es parte de la campaña #CultivosSustentablesBajío, la cual promueve una agricultura diferente, social y ambientalmente responsable. La campaña contempla diversos eventos demostrativos y recorridos en campo para mostrar las prácticas e innovaciones sustentables que promueven el Hub Bajío —del CIMMYT— y sus colaboradores en los estados de Michoacán, Jalisco y Querétaro. ¡Súmate!