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Ebo, buena alternativa para rotaciones con maíz

El cultivo de ebo contribuye a una agricultura sustentable. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
El cultivo de ebo contribuye a una agricultura sustentable. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

La agricultura sustentable busca integrar prácticas que sean amigables con el medioambiente, rentables y beneficiosas para la comunidad. En este contexto, el ebo (Vicia sativa) es una opción para la diversificación de cultivos, una práctica sustentable que constituye uno de los componentes básicos de la agricultura de conservación.

El ebo, también conocido como veza, es una leguminosa originaria de Asia y Europa. Su adaptabilidad le ha permitido expandirse a diferentes regiones del mundo, convirtiéndose en un cultivo de interés global y en México hay amplias regiones con condiciones favorables para su cultivo.

El ebo es una leguminosa anual de ciclo intermedio, es tolerante a enfermedades, propicia la fijación de nitrógeno en el suelo, es una excelente opción para climas templados y fríos y, por sus propiedades, puede ser usado en mezclas para obtener forraje con alto contenido de proteína y de almidones similar a la alfalfa.

Además, se trata de una especie que brinda gran cobertura al suelo, por lo que se puede utilizar para su conservación y mejoramiento —la floración del ebo comienza a los 60 días después de la siembra; sin embargo, se puede cortar a los 80-100 días después de la siembra obteniendo buen rendimiento y forraje con calidad nutritiva para el ganado—.

Por sus cualidades, el ebo es considerado un cultivo de cobertura o de servicio. Estos son una alternativa económica y ecológicamente viable para la fertilización orgánica y las leguminosas, particularmente, destacan por su capacidad para fijar biológicamente el nitrógeno atmosférico.

El ebo se desarrolla mejor al intercalarse como cultivo de servicio con maíz en el sistema de agricultura de conservación. Así, establecer ebo en la etapa de hoja bandera del maíz permite aprovechar la humedad del suelo para su germinación, la entrada de luz en este momento promueve un desarrollo más rápido, además de que el periodo que permanece la leguminosa en campo es suficiente para llegar a la etapa de mayor fijación biológica de nitrógeno.

La siguiente, es una ficha agronómica del ebo desarrollada en el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, impulsado por Walmart Foundation y CIMMYT. La información fue generada a partir de ensayos y vitrinas 2018-2020 a través de la red de colaboradores.

Ebo. Ficha agronómica.
Ebo. Ficha agronómica.
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Diversificación de cultivos en el Bajío mexicano

Maíz y vice en sistema diversificado en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)
Maíz y vice en sistema diversificado en el Bajío mexicano. (Foto: Hub Bajío-CIMMYT)

Generalmente los sistemas intensivos de producción tienen como característica el uso de monocultivos en grandes extensiones y redes comerciales muy específicas, por lo que uno de los retos más importantes para estos sistemas es lograr la diversificación de cultivos, particularmente para lograr y conservar la salud de los suelos a la vez que mantener o incrementar la rentabilidad.  

En la plataforma de investigación de Pénjamo, el equipo técnico del Hub Bajío del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) aborda esta problemática desde 2019 y ha desarrollado estrategias de diversificación con base en cultivos de servicio. 

Un cultivo de servicio es aquel cuya función es dejar un beneficio para un cultivo principal, para un cultivo primario. También son conocidos como cultivos de cobertura porque brindan una cobertura vegetal al suelo.

“Actualmente estamos validando tres líneas de investigación: el uso de herramientas como los cultivos de servicio, la agricultura de conservación, y el uso de enmiendas orgánicas para el incremento de la productividad”, señala Paul García Meza, del Hub Bajío del CIMMYT. 

En un ensayo reciente, “se utilizaron seis especies de plantas (incluyendo vicia), para conocer la adaptabilidad al sistema de producción tanto en maíz como en trigo. Para el caso de maíz se estableció al voleo mientras que para trigo fue interlineado. Ambos cultivos principales se establecieron bajo dos sistemas: agricultura de conservación y agricultura convencional”, precisa Paul. 

“Uno de los principales beneficios que hemos generado en la plataforma de investigación de Pénjamo ha sido la identificación de factores agronómicos limitantes para el incremento de los  rendimientos, uno de estos está referido a la implementación de agricultura de conservación para trigo y maíz, por lo que nos hemos enfocado en que este sistema se implemente correctamente”. 

Por su parte, la estrategia de diversificación con base en el enfoque de cultivos de servicio para sistemas intensivos de producción es económica y agronómicamente viable, señala Paúl, quien detalla que la técnica de interlineado en cultivo trigo ofrece la posibilidad de incrementar el rendimiento en el maíz, mientras que la técnica de relevo en maíz ofrece la posibilidad de incrementar el rendimiento en trigo.  

Por lo anterior, enfatiza Paul, “las plataformas de investigación son importantes porque pueden ayudar a identificar las principales problemáticas que limitan el incremento de la productividad de los cultivos en la región. Aquí hemos identificado que el uso de agricultura de conservación, fertilidad integral y cultivos de servicio puede ser una herramienta para incrementar los rendimientos”. 

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.