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Una certificación para “Cultivar un México Mejor”

Representantes de HEINEKEN México y participantes del Curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable durante recorrido por el Banco de Germoplasma de CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Representantes de HEINEKEN México y participantes del Curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable durante recorrido por el Banco de Germoplasma de CIMMYT. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

En respuesta a la creciente crisis climática que afecta la producción agrícola nacional y global, HEINEKEN México y CIMMYT anunciaron este 21 de junio del 2024 el inicio del curso «Técnico Certificado en Agricultura Sustentable«, el cual busca formar agentes de cambio para implementar y difundir sistemas de producción sustentables y resilientes.

Jelle Van Loon, director asociado del programa de Sistemas Agroalimentarios Sustentables de CIMMYT, subrayó la importancia del curso, destacando que es esencial para mejorar la gestión agronómica y adoptar prácticas que permitan optimizar el uso de recursos como el agua, el suelo y las semillas mejoradas.

“Este curso no solo fortalecerá capacidades técnicas, sino que también permitirá construir una agricultura más resiliente y adaptada a las demandas futuras, donde ustedes podrán atender las necesidades y preocupaciones de los agricultores, pero también ayudarlos a conectar mejor con oportunidades de mercado y cómo pueden responder mejor a las exigencias del consumidor y los requerimientos de la agroindustria”, mencionó Van Loon, invitando a los futuros técnicos certificados a poner en el centro de sus esfuerzos a los agricultores.

“Para nosotros es emocionante este curso. Hemos tenido mucha experiencia impulsándolo en conjunto con el sector público, pero este es la primera vez que desarrollamos el curso con una empresa. Confiamos en que el curso será exitoso porque con HEINEKEN México ya impulsamos el proyecto Cultivando un México Mejor”, sostuvo el representante de CIMMYT, refiriéndose a la innovadora colaboración de ambas organizaciones que desde 2019 ha mostrado un compromiso notable en la reducción del consumo de agua y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles.

Bajo este proyecto, y con tecnologías sustentables que se incluyen en el plan de estudios del curso anunciado, en el Bajío mexicano se ha logrado un significativo ahorro de agua cercano a los cuatro millones de metros cúbicos desde 2019 y hasta 2023, destacando prácticas como la agricultura de conservación y el riego por goteo que han demostrado reducir hasta un 40% el uso de agua en comparación con métodos convencionales. Estos logros son especialmente significativos en el contexto actual, donde la disponibilidad de agua para la agricultura enfrenta desafíos críticos debido a sequías más frecuentes y variaciones climáticas impredecibles.

Por su parte, Inti Pérez Casillas, Directora de RSC & Sustentabilidad en Asuntos Corporativos, y Marijosse Galán, Líder de Medioambiente en Asuntos Corporativos de HEINEKEN México, enfatizaron el papel de los técnicos participantes en el marco de la estrategia de sustentabilidad de la empresa llamada Brindar Un Mundo Mejor – “Es una gran responsabilidad la que están tomando ustedes con esta certificación. Gracias por tomar este compromiso. El rol que ustedes tienen todos los días en el campo es fundamental para la compañía porque son los embajadores de nuestra estrategia de agricultura sustentable Cultivando Un México Mejor. Este tipo de iniciativas nos permite seguir impulsando su liderazgo para compartir el conocimiento con nuestros productores”.

Grupo de participantes en el Curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)
Grupo de participantes en el Curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable. (Foto: Jenifer Morales / CIMMYT)

El curso, que inició este junio de 2024 y concluirá en abril de 2025, se estructura en 15 bloques de estudio teórico y práctico. Entre los temas destacados se incluyen la agricultura de conservación, manejo integrado de malezas, el diseño multiescala de sistemas de producción, fertilidad, diagnóstico de parcela, maquinaria especializada para agricultura de conservación, entre otros.

Un aspecto destacado del curso es que los participantes serán evaluados a través de la implementación de una parcela de innovación donde aplicarán los conocimientos adquiridos bajo la supervisión directa de especialistas y trabajando muy de cerca con los productores. La evaluación también incluye la difusión de las tecnologías aprendidas en el curso a través de eventos de capacitación o demostrativos.

Este curso representa un paso significativo hacia la profesionalización de los técnicos agrícolas de HEINEKEN México en el Bajío y los Valles Altos como agentes de cambio, así como un compromiso de CIMMYT para equipar a los participantes con las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria, beneficiando tanto al medioambiente como a las comunidades agrícolas.

 

Sobre HEINEKEN México

Empresa socialmente responsable con más de 133 años en el mercado y en la preferencia de los mexicanos. Fundada en 1890, HEINEKEN México es la cervecera con más tradición en el país y parte del grupo cervecero más internacional al integrarse a HEINEKEN en mayo de 2010.  A través de la estrategia de sustentabilidad “Brindar un Mundo Mejor” y sus pilares: ambiental social y consumo inteligente, logra impactar positivamente tanto en el medio ambiente como en las comunidades donde operan. Con el programa “Comunidades de Agua para Brindar un Mundo Mejor” la cervecera brinda acceso al agua a diferentes comunidades del país con diferentes acciones.  La cervecera mexicana cuenta con 7 cervecerías y una maltera donde colaboran más de 18 mil personas comprometidas con la calidad para crear las mejores experiencias y brindar momentos de unión y alegría. Como una empresa multicategoríade bebidas, conforma el portafolio más amplio del mercado con marcas de cerveza, cerveza sin alcohol, ciders, y RTDs liderados por la cerveza Heineken®️,  y  las marcas: Heineken® Silver, Heineken® 0.0, Tecate®️, Tecate Light®️, Tecate 0.0, Dos Equis®️, Dos Equis® Ultra y Ámbar, Indio®️, Sol®️, Sol® Mezclas, Amstel ULTRA®️, Bohemia®️, Noche Buena®️, Carta Blanca®️, Superior®️, Lagunitas®️, Miller Lite®️, Miller High Life®, Coors Light®️, Strongbow Apple Ciders®️, Tempus®️, Jabalí®️, tiendas SIX, GLUP y BarEnCasa.

Sobre CIMMYT

El CIMMYT es una organización internacional pionera en el mundo, sin fines de lucro, dedicada  a resolver hoy los problemas del mañana. Se encarga de promover mejoras en la cantidad, calidad y fiabilidad de los sistemas de producción y de los cereales básicos como el maíz, trigo, triticale, sorgo, mijo y cultivos asociados mediante la ciencia agrícola aplicada, especialmente en  el sur global, a través de la creación de colaboraciones sólidas. Esta combinación mejora el desempeño de los medios de subsistencia y la resiliencia de millones de agricultores de escasos  recursos, y trabaja por un sistema agroalimentario más productivo, incluyente y resiliente dentro de los límites globales. El CIMMYT es uno de los principales centros de investigación del GCIAR, una asociación mundial de investigación para un futuro con seguridad alimentaria dedicada a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria y nutricional y mejorar los recursos naturales. Para más información, visite cimmyt.org

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Innovaciones para el presente y el futuro

Detalle de una planta de cebada. (Foto: CIMMYT)
Detalle de una planta de cebada. (Foto: CIMMYT)

En una parcela de San Cristóbal Valle de Santiago, en el estado de Guanajuato, encontramos a Joel, un agricultor dedicado y visionario cuya historia es un ejemplo de cómo la agricultura sostenible y la innovación tecnológica pueden transformar el campo y la sociedad.

Con 56 años de edad y más de tres décadas de experiencia cultivando la tierra que heredó de su padre, Joel ha sido testigo de los desafíos y oportunidades que enfrenta el sector agrícola, como el cambio climático, el aumento del precio de los insumos, entre otros.

La historia de Joel es también la historia de una comunidad que se une en torno a la búsqueda de prácticas agrícolas más eficientes y amigables con el medioambiente. Su parcela es el laboratorio donde experimenta con técnicas como la agricultura de conservación —sistema de producción sustentable que permite cuidar suelos y agua— y el riego por goteo, buscando reducir costos, aumentar la producción y proteger los recursos naturales.

«Desde que adoptamos la agricultura de conservación en el año 2020 hemos visto cambios espectaculares en nuestros rendimientos», comparte Joel. «Obtuvimos 7.5 toneladas por hectárea de cebada y 18.5 toneladas por hectárea de maíz, todo mientras reducimos nuestros costos en un 20%. Es un cambio que se traduce en mayor rentabilidad y en un impacto positivo para el medioambiente», comenta.

Uno de los principales impulsores de esta transformación ha sido el proyecto Cultivando un México Mejor, una iniciativa conjunta entre CIMMYT y HEINEKEN México que ofrece asesoría personalizada y capacitación en prácticas agroecológicas a productores como Joel. «Los técnicos de Cultivando un México Mejor nos han brindado herramientas y conocimientos que han sido clave en nuestra transición hacia la agricultura de conservación», destaca el agricultor.

La innovación no se detiene en la adopción de la agricultura de conservación. Joel también ha incursionado en el uso de métodos alternativos de control de plagas, como el empleo de bacterias y hongos benéficos. Además, en su parcela se están implementando tecnologías para optimizar la fertilización y otras innovaciones a fin de reducir la dependencia de pesticidas químicos y preservar los recursos naturales, comenta Joel.

La familia de Joel también ha sido parte fundamental de este proceso de cambio. «Mi esposa y mis hijos están contentos ya que la utilidad ha sido mayor en comparación con otros ciclos que se cultivaba de forma convencional”, menciona entusiasmado porque con esta nueva forma de cultivar también se han incrementado las posibilidades de asegurar los estudios universitarios de sus hijos, de quienes espera también aprendan a cuidar el medioambiente.

“Además, nuestros vecinos están interesados en unirse al proyecto”, afirma Joel con orgullo, añadiendo que ahora en su parcela se realizan recorridos de campo para mostrar a otros agricultores las innovaciones que ahí se han implementado. Durante estos recorridos, Joel comparte su experiencia y conocimientos con entusiasmo.

El mensaje que Joel desea transmitir a sus colegas agricultores es claro: no teman a las innovaciones. «Las tecnologías que nos ofrecen los técnicos de CIMMYT están validadas y han tenido éxito», enfatiza. «Al adoptar prácticas sostenibles, no solo aseguramos la rentabilidad de nuestras unidades de producción, sino que también contribuimos a conservar los recursos naturales para las generaciones futuras».

El camino hacia una agricultura resiliente y sostenible está marcado por la colaboración, la educación y la voluntad de adaptarse a los desafíos del presente y del futuro. Joel y otros productores como él son ejemplos vivos de cómo la innovación agrícola sostenible tiene el potencial de transformar no solo el campo, sino también las comunidades y el planeta.

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Pionero de la cebada sustentable

Parcela participante en el proyecto de Heineken México y el CIMMYT, en Guanajuato, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Parcela participante en el proyecto de Heineken México y el CIMMYT, en Guanajuato, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Desde que heredó el rancho de su familia, Carlos Humberto se dedica de lleno a la agricultura. Los desafíos a los que se ha tenido que enfrentar, sin embargo, son numerosos: se requiere aumentar la producción y llegar al mercado cuando el precio del producto es favorable; adicionalmente, comenta, la falta de agua para regar todo el terreno, el precio de los insumos que va en aumento y las dificultades para establecer contratos justos son limitantes para su actividad como agricultor.

Carlos Humberto nunca antes había practicado la agricultura sustentable, pero siempre le había llamado la atención ver cómo se desarrollan los cultivos entre las pajas y, sobre todo, tenía interés en hacer un mejor manejo de plagas y enfermedades. Así, cuando el equipo de Cultivando un México Mejor —iniciativa de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— le propuso integrarse al proyecto para aprender a cultivar cebada de forma sustentable, Carlos Humberto no lo dudo, porque, como comenta, actualmente producir de forma convencional es costoso y hay que buscar alternativas.

En esa zona de Guanajuato no se solía sembrar cebada, ni tampoco es común trabajar con agricultura de conservación —sistema sustentable que aprovecha los rastrojos o pajas como cobertura del suelo, minimiza la labranza y diversifica cultivos, lo cual permite conservar suelos y agua, entre otros beneficios—, así que en este sentido Carlos Humberto es un pionero que, a través de innovaciones sustentables, busca aumentar la rentabilidad de sus parcelas para permanecer en el giro agrícola por más tiempo, mejorar sus ingresos y que la industria maltera obtenga producto de calidad para los consumidores más exigentes, menciona.

Ahora, como productor de cebada maltera que participa en Cultivando un México Mejor, Carlos Humberto sabe que hay empresas que aprecian la inocuidad del producto, así que con el acompañamiento de los técnicos del proyecto está aprendiendo agricultura de conservación e implementando métodos alternativos de control de plagas, como el uso de control biológico con bacterias y hongos benéficos.

Carlos Humberto ha tenido siempre un interés particular en no depender completamente de los insumos agrícolas convencionales que además dañan la salud del ser humano y otros seres vivos. De hecho, derivado de una investigación del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) —en la que el productor tuvo participación, y en vinculación con el proyecto de HEINEKEN México y el CIMMYT— se estableció una parcela demostrativa en los terrenos del productor y, con el técnico de Cultivando un México Mejor, establecieron cebada a dos hilos, cultivada con agricultura de conservación.

“Su condicionante es el agua de riego y para ello hará el manejo con un sistema de aspersión para que con el agua que saca del pozo, cuyos niveles son bajos, se puedan regar cuatro hectáreas de cebada. La parcela está acondiciona para este sistema de riego y los datos generados serán de gran utilidad para otros agricultores, principalmente quienes cuenten con agua de pozo”, comenta Felipe Juárez, el técnico que le asesora en el marco de Cultivando un México Mejor.

“La parcela no está nivelada y es difícil ver charcos en la parcela en temporada de lluvias, así que se sugirió al agricultor que iniciando el ciclo primavera-verano se empareje el suelo y haga rayas profundas para que el agua no se quede dentro de la parcela y así implementar mejor la agricultura de conservación usando la paja en la superficie”, detalla Felipe.

Como la cebada ahora es un cultivo nuevo y rentable en la zona, Carlos Humberto está consultando con los agricultores vecinos para que también la cultiven y, en un futuro, puedan lograr un contrato bien establecido desde el inicio de la siembra. De hecho, planean organizarse y adquirir una sembradora para agricultura de conservación y así trabajar más fácilmente y de acuerdo con los requerimientos de la agroindustria.

Finalmente, ya que durante el ciclo primavera-verano regularmente no se establece ningún cultivo en esa zona, Carlos Humberto y el equipo técnico del proyecto están considerando desarrollar un plan de manejo para establecer dos cultivos al año y así tener mayores ingresos, pero, sobre todo, lograr cosechas saludables, sin afectar el suelo, aire o agua.

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Biodiversidad funcional, plagas y cebada

Ejemplar de Harmonia axyridis (izquierda) y crisopa (derecha). (Foto: Antonio Gallardo)
Ejemplar de Harmonia axyridis (izquierda) y crisopa (derecha). (Foto: Antonio Gallardo)

El pulgón es una de las principales plagas para el cultivo de trigo y cebada en el Bajío mexicano, ya que pueden provocar un desarrollo deficiente del cultivo y una reducción del rendimiento de entre el 30 y el 50 % si no son manejados adecuadamente.

Los pulgones son insectos que se alimentan de la savia del trigo y la cebada. Varían en color y existen diferentes especies, como el pulgón verde del follaje (Schizaphis graminum), el pulgón de la espiga (Sitobion avenae), el pulgón ruso (Diuraphis noxia), el pulgón amarillo del follaje (Metopolophium dirhodum) y el pulgón negro del follaje (Rhopalosiphum padi).

Cuando hay grandes poblaciones de ninfas y adultos de pulgones durante las etapas vegetativa y reproductiva de los cereales la plaga puede causar severos daños, como la inyección de toxinas y transmisión de virus —como el del enanismo amarillo de la cebada (BYDV, por sus siglas en inglés) que transmite el pulgón verde del follaje y el pulgón ruso—, estrés en las plantas y la falta de nutrimentos suficientes, inhibición del llenado del grano y reducción del rendimiento.

Cuando la población de pulgones es mayor a 60 por tallo durante la etapa de floración pueden ocurrir pérdidas significativas, ya que mientras se alimentan secretan una “mielecilla” sobre el follaje y las espigas, lo cual favorece un ambiente adecuado para el desarrollo del hongo conocido como fumagina que afecta la fotosíntesis y, en consecuencia, el crecimiento de las plantas. Además, al combinarse con el polvo y la paja aumenta el contenido de impurezas en el grano durante la cosecha.

Ya que los pulgones aumentan su población cuando hay altas temperaturas es necesario realizar el muestreo del cultivo a partir de la etapa de encañe y determinar qué tanta población existe tanto de pulgones como de insectos benéficos.

Los insectos benéficos son importantes para el manejo de los pulgones pues entre ellos existen enemigos naturales de la plaga —existen depredadores como ácaros, escarabajos, chinches, crisopas, moscas y avispas—. Por esta razón es conveniente evitar el uso de insecticidas de alto impacto ambiental y propiciar la implementación de sistemas sustentables, como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas, que ayudan a tener una biodiversidad funcional, es decir, una dinámica en donde los elementos presentes en las parcelas son manejados para obtener un beneficio o para un fin específico.

En muestreos realizados en parcelas de productores del Bajío que participan en Cultivando un México Mejor —proyecto de sustentabilidad agrícola de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y que son trabajadas con agricultura de conservación, por ejemplo, se encontraron ejemplares que indican que este sistema de producción sustentable genera condiciones favorables para la proliferación de fauna y microbiota benéfica.

En los muestreos se encontraron pulgones con signos de haber sido parasitados por avispas y crisopas; y también se encontró una presencia considerable de las popularmente conocidas catarinas o mariquitas —específicamente ejemplares de Hippodamia convergens, Cycloneda sp. y Harmonia axyridis—, que son conocidas por ser voraces depredadoras de varias especies de pulgones, especialmente en estado larvario.

Otros depredadores o insectos benéficos que han sido observados son escarabajos (Collops sp.), catarina rayada (Paranaemia vittigera), así como el león de los afidos o crisopa (Chrysoperla sp.), el cual también es muy voraz en estado larvario, alcanzando a devorar poblaciones de más de 200 presas y contribuyendo así a reducir la población de pulgones.

La diversidad funcional que propicia la agricultura de conservación contribuye a mantener al límite las poblaciones de insectos plaga para evitar aplicaciones de insecticidas. Además, este control biológico de plagas es posible sin la necesidad de hacer liberaciones, reduciendo así los costos de producción y mejorando el agroecosistema.