Celaya, Gto.- El programa MasAgro Guanajuato —de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— impulsa la adopción de técnicas sustentables que permiten reducir costos de producción y aumentar los rendimientos; en el caso de maíz híbrido y sorgo, estos han sido de alrededor de 1 tonelada por hectárea.
Entre las prácticas que han permitido tener estos avances está la mínima labranza o mínimo movimiento del suelo. La maquinaria especializada en Agricultura Sustentable es muy útil en este proceso, por lo que la demanda de servicios profesionales de mecanización climáticamente inteligente y sustentable ha ido en aumento en los años recientes.
MasAgro Guanajuato impulsa el desarrollo local a través de colaboraciones estratégicas para el codiseño de maquinaria. También desarrolla una estrategia para impulsar a microempresas locales dedicadas a la prestación de servicios profesionales de mecanización. Los puntos de maquinaria son el resultado de esta articulación de esfuerzos; ahí los productores pueden disponer de la maquinaria adecuada para realizar Agricultura Sustentable y además pueden capacitarse.
A través de MasAgro Guanajuato se han establecido cinco puntos de maquinaria en el estado para dar certeza en la adopción de tecnologías innovadoras en las diferentes regiones. De acuerdo con un análisis de impactos directos en su operación, la tendencia en la demanda de servicios profesionales de mecanización ha sido exponencial durante los últimos cinco años (gráfica 1).
A pesar de las dificultades por la pandemia derivada del COVID-19, la buena recepción de la maquinaria para desarrollar Agricultura Sustentable ha sido tal que, de enero a marzo de este año —por ejemplo—, se atendieron 2,257 hectáreas mediante estos puntos de maquinaria, una cifra significativamente superior en comparación con el mismo trimestre de los dos años previos.
Producto de este impacto positivo, recientemente los ayuntamientos participantes en MasAgro Guanajuato están considerando incrementar la inversión en maquinaria especializada en el manejo de rastrojo. La meta es reducir 50% el consumo de combustible con el uso de maquinaria climáticamente inteligente, y para eso se busca incrementar, consolidar y ampliar la estrategia de los puntos de maquinaria. El municipio de Celaya, por ejemplo, busca impactar en 20,000 hectáreas con ocho puntos de maquinaria adicionales.
Gráfica 1. Registros de impacto directo de los cinco puntos de maquinaria en los últimos cinco años (aunque el año 2020 no ha concluido, el impacto ha sido mayor).
Trabajador de campo en la estación del CIMMYT El Batán, en el Estado de México, México. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
En paralelo al esfuerzo del mundo entero por desarrollar una vacuna para el COVID-19, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) redobla esfuerzos para evitar que las acciones de mitigación de la pandemia y la desaceleración económica asociada provoquen una crisis en el campo que aumente significativamente la inseguridad alimentaria y el hambre a nivel global, particularmente en México y otros países de América Latina y el Caribe.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la pandemia puede provocar una crisis alimentaria que revertiría 20 años de progreso sostenido en la lucha contra el hambre en América Latina y el Caribe.
Para el caso de México, el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2020” de la FAO advierte que la inseguridad alimentaria podría afectar a 19.5 millones de mexicanos en 2020, un incremento de 11 a 16%, como resultado de la crisis económica y productiva provocadas por la pandemia.
Durante su participación en el seminario en línea “Acción multilateral para impedir que la crisis sanitaria se convierta en crisis alimentaria” organizado por la FAO, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, señaló que para poder superar la pandemia y evitar una crisis alimentaria en América Latina y el Caribe se necesita el mayor nivel de cooperación internacional posible.
De acuerdo con el canciller Ebrard, el diálogo en este tipo de encuentros es “sumamente importante porque en América Latina y el Caribe es donde podemos tener, o tenemos ya, un riesgo muy alto de que, efectivamente, la crisis que estamos padeciendo pueda traducirse, en algunas regiones, en una crisis alimentaria”.
Al respecto, el director global de Desarrollo Estratégico y representante para las Américas del CIMMYT, Bram Govaerts, comentó que, desde hace casi 55 años, el organismo internacional de investigación sin fines de lucro con sede en Texcoco, Estado de México, mantiene y “lleva a la acción” ese diálogo multilateral para incrementar la productividad agrícola en forma sostenible y erradicar el hambre en México y la región.
“Trabajamos con más de 300 mil agricultores para cosechar al menos 2.5 millones de toneladas de maíz producido bajo prácticas agrícolas sostenibles que permiten aumentar el rendimiento promedio por hectárea en al menos 30% y el ingreso promedio de las familias productoras en 25%”, aseguró el representante del organismo internacional.
Govaerts explicó cómo el CIMMYT y México contribuyen a evitar el colapso de los sistemas productivos y de las cadenas de suministro y distribución de alimentos al sumarse a tres acciones clave recomendadas por los expertos internacionales: 1, mantener la oferta de alimentos; 2, multiplicar el apoyo para los más vulnerables; y, 3, invertir en sistemas alimentarios sostenibles y resilientes.
Acerca del CIMMYT
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sostenible la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación del CGIAR sobre Maíz y Trigo y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados.
Acerca de MasAgro
El proyecto MasAgro desarrolla capacidades y la habilidad de los productores mexicanos para adoptar el producto de la investigación de excelencia en materia de conservación, aprovechamiento y mejoramiento de maíz y trigo, agronomía, maquinaria agrícola, tecnologías de la información y la comunicación, opciones de almacenamiento poscosecha, entre otras áreas de interés para el desarrollo agrícola sostenible. El programa ha beneficiado a más de 300 mil agricultores (21% son mujeres) que producen maíz, trigo y cultivos asociados en más de 1 millón de hectáreas incluyendo parcelas de innovación en módulos, así como áreas de extensión e impacto en 10 regiones de México.
Contacto para prensa:
Ricardo Curiel, Gerente de Comunicación para México y América Latina, CIMMYT r.curiel@cgiar.org, +52 (55) 5804 7544
El mercado agrícola ha estado sufriendo desde que el gobierno de Nepal impuso un confinamiento desde el 23 de marzo de 2020 para limitar la propagación del COVID-19 en el país. Un mes después del confinamiento, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) realizó una encuesta de evaluación rápida para medir el alcance de las interrupciones causadas por el confinamiento en los hogares de las comunidades agrícolas y los agronegocios.
Como parte del proyecto Nepal Seed and Fertilizer (NSAF), los investigadores del CIMMYT encuestaron a más de 200 interesados clave por teléfono. Estos incluyeron a 103 propietarios de agrovet y 105 gerentes cooperativos que interactúan regularmente con las comunidades agrícolas y proporcionan insumos a los agricultores. Los encuestados atendieron a más de 300,000 hogares.
Los investigadores apuntaron a las comunidades productoras de maíz para la encuesta ya que el período de la encuesta coincidió con la temporada primaria de maíz.
El personal de la compañía de semillas cosecha maíz durante el confinamiento. (Foto: Darbin Joshi/CIMMYT)
Información clave de la encuesta
La encuesta mostró que el acceso a la semilla de maíz era un problema importante que experimentaban los agricultores, ya que la mayoría de los agrovets no estaban abiertos para los negocios y aquellos que estaban parcialmente abiertos —alrededor del 23%— no tenían mucho flujo de clientes debido a las restricciones de movilidad durante el confinamiento.
Se encontró que el almacenamiento de semillas híbridas era menor que las variedades de polinización abierta (OPV) en la mayoría de los dominios. Debido a las restricciones de movilidad durante toda la temporada de siembra de maíz, muchos agricultores deben haber plantado OPV o almacenado semillas.
El acceso a fertilizantes como urea, DAP y MOP fue otro problema importante para los agricultores, ya que más de la mitad de las cooperativas y agrovets informaron de la falta de existencias de fertilizantes en su área. Se informó que el almacenamiento de pesticidas recomendados para controlar las plagas, como el gusano cogollero, era limitado o estaba agotado en las cooperativas y agrovets.
La disponibilidad de mano de obra y el uso de maquinarias agrícolas no se consideraron un gran problema durante el confinamiento en los distritos encuestados.
Era evidente que la comida ha sido una prioridad para todos los gastos del hogar. Más de la mitad del total de hogares mencionó que enfrentarían escasez de alimentos si el confinamiento continúa más allá de un mes.
Durante la encuesta, alrededor del 36% de los hogares especificaron escasez de efectivo para comprar insumos agrícolas, dado que ya había pasado un mes desde que comenzó el confinamiento en el país. La mayoría de los encuestados informaron que los hogares agrícolas estaban gestionando sus necesidades de efectivo mediante préstamos de amigos y parientes, cooperativas locales o vendiendo activos domésticos como ganado y productos agrícolas.
La mayoría de los hogares dijeron que recibieron raciones de alimentos de unidades locales llamadas Palikas, mientras que un pequeño número de Palikas también proporcionó semillas subsidiadas y facilitó el transporte de productos agrícolas al mercado. Mientras tanto, el tipo de apoyo preferido por las comunidades agrícolas para ayudar a hacer frente a las interrupciones del COVID-19, que van desde raciones de alimentos, semillas gratuitas o subsidiadas, transporte de fertilizantes y productos agrícolas y provisión de crédito, varió entre los diferentes dominios.
La encuesta también evaluó el efecto del confinamiento en los agronegocios, como los agrovets que son los principales proveedores de semillas, y en algunas circunstancias venden fertilizantes a los agricultores en Nepal. A medida que el confinamiento imponía restricciones a la circulación, los agricultores no podían comprar insumos de agrovets incluso cuando los agrovets tenían algunas existencias disponibles en su área. Alrededor del 86% de los agrovets habló de la dificultad de obtener suministros de sus proveedores debido al bloqueo del transporte y la falta de disponibilidad del producto, lo que provocó una disminución del 50-90% en sus agronegocios.
El personal de la compañía de semillas cosecha maíz durante el confinamiento. (Foto: Darbin Joshi/CIMMYT)
Acciones inmediatas a considerar
Las principales conclusiones de esta encuesta son las siguientes:
Actualmente, el acceso a los alimentos es una prioridad y los hogares están gastando más dinero en alimentos. Sin embargo, a medida que el confinamiento termina, es probable que surja la necesidad de efectivo para comprar insumos y servicios agrícolas.
El acceso a semillas de maíz y fertilizantes fue un problema en muchas comunidades durante la temporada de maíz. Del mismo modo, la escasez de semillas de arroz, particularmente híbridos, puede ser un problema para los agricultores a menos que se hagan esfuerzos de inmediato.
Para ayudar a hacer frente a las interrupciones del COVID-19, un paquete de ayuda de talla única no sería efectivo para las comunidades agrícolas que viven en diferentes dominios. El apoyo principal debería ser facilitar el transporte y la distribución de semillas y fertilizantes, el acceso a los suministros de alimentos a través de los esquemas del gobierno local y la provisión de préstamos.
Los agrovets tienen una contribución importante como proveedores de servicios y fueron afectados por el confinamiento. Por lo tanto, facilitar las empresas agrovet para operar y transportar semillas, fertilizantes y pesticidas desde los proveedores a los puntos de negocios agrovet será esencial para restaurar las empresas y entregar insumos agrícolas a los agricultores.
Los resultados de la encuesta se presentaron y compartieron con el gobierno, el sector privado, las organizaciones asociadas al desarrollo y el personal del proyecto durante una reunión virtual. Este informe servirá como un recurso para el proyecto y varios actores clave para diseñar un desarrollo y planificación de la estrategia de respuesta y recuperación del COVID-19.
Desde el mes de marzo a la fecha, la pandemia de COVID-19 ha dificultado el contacto directo de productores agrícolas y asesores técnicos de las diversas estrategias vinculados a MasAgro. La jornada nacional de sana distancia ha limitado la realización de actividades propias de la vinculación, como las capacitaciones, los eventos demostrativos, las asesorías técnicas, las tutorías, etc. Sin embargo, en el campo mexicano #LaAgriculturaSigue y los agricultores continúan produciendo los alimentos que la sociedad requiere, de tal manera que es fundamental buscar alternativas de comunicación que permitan desarrollar las actividades de extensionismo con los protocolos sanitarios y con la efectividad que la agricultura necesita para generar resultados positivos.
Derivado de lo anterior, el Hub Intermedio Grano Pequeño —del CIMMYT— ha recurrido al uso de aplicaciones de mensajería y comunicación para dispositivos móviles (básicamente WhatsApp, que es la aplicación que la mayoría de los productores usa). Mediante esta tecnología, se ha retomado la comunicación con productores y técnicos e incluso se impartió el curso de capacitación Manejo Agroecológico de Plagas (MAP 2020) para productores de trigo y maíz de las regiones Centro, Desierto y Sureste del estado de Coahuila, en coordinación con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR) estatal.
Para este efecto, se formó un grupo de WhatsApp denominado Intercambio triguero, en el cual los productores y técnicos se dieron de alta. Además, mediante un calendario de trabajo, se enlistaron 12 temas relativos al curso Manejo Agroecológico de Plagas (MAP 2020); de acuerdo con ese calendario, se enviaron videos a los integrantes del grupo para su revisión y sus comentarios. Finalmente, los interesados mandaron sus consultas y dudas referentes al tema para ser atendidas por el formador MasAgro.
Cabe señalar que incluso el secretario de Desarrollo Rural del estado de Coahuila y el encargado de la SADER en la entidad formaron parte de este grupo. Ellos han manifestado su agradecimiento y reconocimiento al CIMMYT y a MasAgro por la pertinencia de sobreponerse a la pandemia y actualizar a productores y asesores técnicos. El compromiso es continuar buscando el contacto permanente por medio de esta aplicación, mientras la nueva realidad permite realizar estas actividades de forma presencial.
Aun siendo virtuales, estas actividades han facilitado la integración de técnicos y productores. Por ejemplo, en torno a esta actividad se formó el grupo Productores del Semidesierto Lagunero, quienes realizaron compras consolidadas de semillas e insumos para las siembras de temporal del ciclo primavera-verano 2020.
El pronóstico de lluvia para junio y julio indica que en la mayor parte de Chiapas se esperan lluvias por debajo del promedio; así lo señala el primer boletín agroclimático emitido por la Mesa Técnica Agroclimática (MTA) de Chiapas, un espacio de diálogo y análisis entre actores locales, nacionales e internacionales que busca comprender el posible comportamiento del clima a partir de información científica y el conocimiento empírico. Su finalidad es generar recomendaciones para que los diversos actores del sector agropecuario, particularmente los productores, dispongan de información oportuna y confiable para disminuir los riesgos asociados a la variabilidad climática.
En su más reciente reunión, celebrada el pasado 8 de mayo de forma virtual, se presentó la perspectiva climática del trimestre mayo-junio-julio para el estado de Chiapas. Con base en esta información, se discutieron impactos y recomendaciones para el sector agrícola, particularmente en el contexto del COVID-19.
Además de fechas de siembra y consideraciones generales (sobre manejo de plagas y enfermedades; canícula; asociación de cultivos; variedades de maíz, frijol y cacahuate; etc.), el boletín recopila recomendaciones puntuales para mitigar los efectos de la probable baja de lluvias en los próximos meses (entre las que destaca la cobertura de suelos).
Asimismo, se emiten algunas recomendaciones en el contexto del COVID-19: que los productores acudan a los bancos de semilla en caso de no disponer de material suficiente y buscar los mecanismos para que los productores, extensionistas y tomadores de decisión política puedan transferir la información actualizada de manera oportuna (como la de chats de WhatsApp, redes sociales, radios locales o llamadas telefónicas).
En la MTA participan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) de Chiapas; la Comisión Nacional del Agua (Conagua); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA); Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND); la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach); y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cual —a través del programa de investigación Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS, por sus siglas en inglés), del CGIAR— también vincula al Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en alianza con Bioversity International.
Si alguna institución u organización quiere formar parte de la MTA, puede contactar a Jorge García, gerente del Hub Chiapas, del CIMMYT: j.o.garcia@cgiar.org
Establishment of demo trial in Nyanga, Zimbabwe. (Photo: CIMMYT)
La pandemia del COVID-19 continúa transformando la forma en que opera el mundo, y los sistemas de producción agrícola no están exentos.
Incluso en países que han identificado al sector agrícola como esencial, las restricciones continuas en el transporte y la libertad de movimiento están causando interrupciones en toda la cadena de valor — con un impacto potencialmente devastador en los sistemas alimentarios ya frágiles en América Latina, África subsahariana y Asia del Sur.
Teniendo esto en cuenta, los agrónomos de sistemas y los especialistas en mecanización del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), discuten el impacto de las restricciones en el trabajo y la producción agrícola, y el papel que puede desempeñar la mecanización agrícola para abordar los nuevos desafíos.
¿Cuáles son las implicaciones de la escasez de mano de obra agrícola que están surgiendo en África y América Latina como resultado de las restricciones del COVID-19?
Una mujer muestra el uso de una mini cultivadora en Naivasha, Kenia. (Foto: Matt O’Leary/CIMMYT)
Frédéric Baudron: La pandemia ha demostrado que los sistemas de producción de alimentos en todo el mundo —incluso en países donde se cree que la agricultura está altamente mecanizada— dependen en gran medida de la mano de obra agrícola.
A menudo se presenta a África como un continente dominado por granjas que dependen principalmente del trabajo de los miembros de la familia. Por lo tanto, uno podría esperar que África se salvaría de las consecuencias de la falta de disponibilidad y/o la imposibilidad de pagar mano de obra. Sin embargo, un estudio reciente del CIMMYT muestra que los sistemas agrícolas en África dependen mucho más de la mano de obra contratada de lo que comúnmente se piensa, y que la dependencia casi total de la mano de obra familiar es un mito. Dependiendo del sistema agrícola, una pérdida completa de mano de obra pagada podría conducir a una disminución de la productividad de hasta un 20% en el este y del sur de África. La mano de obra pagada también puede ser reemplazada por el trabajo infantil.
Debido a que la mayor parte de la producción en el continente es de secano durante una sola temporada, la mayoría de los agricultores solo siembran y cosechan una vez al año, lo que hace que el momento de cada tarea sea fundamental. Un retraso en la siembra debido a la escasez de mano de obra —como ocurrirá pronto en Etiopía— podría conducir a rendimientos dramáticamente reducidos. Un retraso en la cosecha —como se experimenta actualmente en Zimbabue— significa que es probable que una gran parte de la cosecha se eche a perder en el campo.
Jelle Van Loon: La situación es similar para México y el corredor general de América Central, aunque el ciclo principal de producción apenas está comenzando. La preparación adecuada de la tierra y la siembra oportuna son fundamentales, no solo en términos de producción de alimentos y logro de rendimientos adecuados, sino también para garantizar que los agricultores tengan un ingreso estable al final del año. Esto es especialmente importante ahora, ya que las reservas financieras y de alimentos se están reduciendo a un ritmo más rápido debido a las restricciones del COVID-19 que afectan en gran medida la demanda en los mercados informales.
Un operador muestra el uso de una segadora en Bangladesh. (Foto: CIMMYT)
¿Observan una situación similar en Asia del Sur?
Timothy Krupnik: Dependiendo del país, hemos visto interrupciones abruptas en el movimiento de la mano de obra agrícolas —por ejemplo, en la India, donde millones de trabajadores migrantes no han podido viajar a casa durante el confinamiento— o una afluencia de personas de las zonas urbanas que huyeron a sus pueblos cuando comenzó el confinamiento.
En este último caso, uno podría esperar que esto aumente la disponibilidad de mano de obra para la agricultura, pero tendimos a observar lo contrario. La gente sigue muy asustada de salir de sus hogares, por lo que incluso en las zonas rurales que vieron una afluencia de personas, la disponibilidad de mano de obra no ha aumentado forzosamente. Cuando los trabajadores están dispuestos a trabajar, nuestro análisis inicial de la evidencia indica que los costos laborales diarios también han aumentado considerablemente debido a los riesgos de propagación de infecciones. En cualquier situación, los pequeños agricultores que necesitan contratar mano de obra para asegurar las actividades fundamentales de manejo de cultivos como la siembra o la cosecha están sufriendo. También están surgiendo informes sobre el aumento del trabajo infantil en la región, ya que las escuelas están cerradas y los agricultores con pocos recursos asignan a los miembros de la familia y a los niños a trabajar ya que no pueden permitirse contratar mano de obra.
M.L. Jat: Me gustaría citar el ejemplo específico de rotación intensiva de arroz y trigo en la India y en los corredores de la Revolución Verde en la llanura indogangética, que proporcionan la mayor parte de los cereales de la canasta nacional de alimentos. Un análisis ex ante sobre las consecuencias de la migración inversa de la fuerza laboral agrícola y el distanciamiento social debido al COVID-19 reveló que es probable un retraso de dos semanas en el trasplante de plántulas de arroz, lo que retrasará la cosecha de arroz y, en consecuencia, retrasará la siembra de trigo. Potencialmente, esto conducirá a pérdidas de producción de arroz y trigo del 10 al 25%, por un valor de hasta $ 1.5 mil millones.
Además, el poco tiempo que transcurre entre la cosecha de arroz y la siembra de trigo puede aumentar aún más la incidencia de la quema de residuos de arroz. Este es un problema grave que crea problemas de salud importantes y puede exacerbar la amenaza del COVID-19 al aumentar las tasas de infección y la gravedad de la enfermedad.
Krupnik: La situación ha aumentado el interés y la política de apoyar el uso de maquinaria a escala apropiada para operaciones como la cosecha. En Bangladesh, por ejemplo, hubo un riesgo reciente y muy grave de perder gran parte de la cosecha de arroz, ya que el monzón comenzó antes y las inundaciones repentinas han sido motivo de preocupación. Sin mano de obra para cosechar el cultivo, los proyectos liderados por el CIMMYT como la Iniciativa de Sistemas de Cereales para Asia del Sur – Actividad de Mecanización y Extensión (CSISA-MEA, en inglés) han desempeñado un papel clave para ayudar al movimiento de cosechadoras y segadoras de cultivos a áreas en riesgo de pérdidas de cosecha y ayuda a asegurar que la cosecha de arroz se haga a tiempo.
Un operador demuestra el uso de una sembradora Starwheel en Zimbabue. (Foto: Frederic Baudron/CIMMYT)
Parece que estas máquinas fueron fundamentales para evitar la pérdida de cultivos. ¿Esto significa que la mecanización tiene un papel clave que desempeñar para disminuir el impacto de esta escasez de mano de obra?
Krupnik: Durante la crisis del COVID-19, la maquinaria a escala apropiada se ha vuelto aún más importante para mitigar la escasez de mano de obra. Trabajamos para facilitar la disponibilidad de maquinaria a escala apropiada, no solo para que los agricultores puedan comprar y usar equipos, sino también alentando a aquellos que poseen maquinarias a convertirse en proveedores de servicios empresariales que ofrezcan preparación de la tierra, siembra, riego, cosecha y poscosecha eficientes y mecanizados a otros agricultores a un precio asequible por el servicio.
Esta es una situación beneficiosa para todos los agricultores que no pueden acceder o pagar los costes crecientes de la mano de obra. En la crisis del COVID-19, estos arreglos ayudan a responder a la escasez de mano de obra en lugares donde los agricultores de escasos recursos son los más necesitados, y también permiten a los agricultores realizar las labores fundamentales mientras mantienen y fomentan el distanciamiento social.
Baudron: En los últimos siete años, el CIMMYT y sus socios han perfeccionado las tecnologías y desarrollado modelos de entrega —basados en proveedores de servicios rurales respaldados por empresas del sector privado— para escalar el uso de máquinas pequeñas en el este y sur de África. Estos son rentables tanto para los agricultores como para los proveedores de servicios y reducen enormemente los requerimientos de mano de obra.
En Zimbabue, descubrimos que los requerimientos de mano de obra eran 15 veces menores al sembrar un campo de maíz con una sembradora directa impulsada por un tractor de dos ruedas, y 23 veces menor usando una tecnología similar para sembrar trigo en Ruanda, en comparación con el método convencional basado en mano de obra y fuerza tiro. Una tonelada de maíz que requiere del trabajo de 12 personas durante un día completo para descascarar manualmente, puede desgranarse en una hora utilizando un pequeño desgranador de doble mazorca que cuesta alrededor de 300 dólares.
Jat: Las decisiones políticas apresuradas de los gobiernos subnacionales y nacionales sobre la facilitación de operaciones más mecanizadas en las regiones de producción intensiva en mano de obra de arroz y trigo abordarán los problemas de disponibilidad de mano de obra y contribuirán a mejorar la productividad de la siguiente cosecha de trigo en rotación, así como a la sustentabilidad general del sistema. Nuestro análisis ex ante sobre las implicaciones de la escasez de mano de obra en la rotación de arroz y trigo en las llanuras indogangéticas debido al COVID-19 indica que la adopción de una mecanización agrícola a escala apropiada tiene el potencial de estabilizar la producción de alimentos, así como de reducir las pérdidas de ingresos y las oleadas de contaminación atmosférica en el noroeste de la India.
Cosechando maíz en México. (Foto: CIMMYT)
La situación en las regiones que cada uno de ustedes ha mencionado es única, pero ¿hay alguna tendencia global que hayan notado? Y si es así, ¿pueden otras regiones aprender de estas experiencias?
Krupnik: Una gran parte de lo que hacemos como instituto de investigación y capacitación es facilitar el intercambio de información entre continentes y países. Se pueden compartir diferentes tipos y diseños de maquinaria que se pueden usar en circunstancias similares, al igual que los modelos comerciales que respaldan a los proveedores de servicios.
Es importante destacar que parte del concepto de ‘mecanización a escala apropiada’ también es aprender cuándo y dónde la maquinaria tiene sentido — donde el trabajo no es escaso y las comunidades rurales dependen en gran medida de los ingresos de la mano de obra para mantener sus comunidades, algunas formas de mecanización pueden no ser apropiadas. Trabajamos para comprender estas dinámicas y apuntar a las maquinas correctas en el momento y lugares correctos.
Van Loon: Además de reducir la presión sobre la mano de obra disponible y aliviar el trabajo pesado, los equipos agrícolas modernos adaptados a las necesidades de los pequeños productores también pueden aumentar la competitividad, ya que permiten una mayor precisión y eficiencia.
En este sentido, la mecanización a escala apropiada puede estimular la transformación rural incentivando cadenas de valor cortas y eficientes al tiempo que garantiza un suministro estable de alimentos — aspectos que se han vuelto esenciales para navegar la crisis actual.
¿La pandemia actual ha presentado nuevas perspectivas en términos de cómo consideran el trabajo y la mecanización?
Baudron: A menudo observamos el rendimiento y el área plantada con cultivos básicos para evaluar la situación de seguridad alimentaria de un país durante un año en particular. Esta pandemia nos ha demostrado que debemos prestar más atención a la productividad laboral. En muchos países, los responsables políticos y los agentes de desarrollo temen que la mecanización desplazará a la mano de obra, pero la dependencia de la mano de obra para los cultivos básicos es una amenaza para la seguridad alimentaria, como vemos actualmente en África y Asia del Sur.
Si la producción de frutas, verduras, cultivos comerciales, etc. continuará dependiendo del trabajo manual, es esencial, en mi opinión, que las tareas fundamentales en la producción de alimentos básicos sean mecanizadas, particularmente la siembra y la cosecha. Esto garantizará la resistencia de los sistemas alimentarios nacionales en caso de una interrupción futura similar a la pandemia del COVID-19.
Foto de portada: Establecimiento de una prueba de demostración en Nyanga, Zimbabue. (Foto: CIMMYT)
La creación de herramientas climáticamente inteligentes a través de colaboraciones con actores locales es uno de los objetivos que promueven el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) a través del programa MasAgro Guanajuato, con el que se busca que los productores guanajuatenses adopten técnicas sustentables que favorezcan su sistema de producción.
Como parte de esta visión, MasAgro Guanajuato —en vinculación con Sembradoras Dobladenses, empresa guanajuatense que desde hace más de 30 años fabrica maquinaria agrícola— logró generar un prototipo de maquinaria multipropósito que será de gran beneficio para los agricultores de los principales sistemas de producción de Guanajuato. Se trata de un cincel-roturador que permite aprovechar mayores cantidades de agua, hacer más eficiente la siembra, reducir el movimiento de la tierra y preparar las camas de siembra.
La herramienta, que pronto saldrá al mercado, fue presentada y puesta en funcionamiento en la parcela de temporal del productor Luis León, en el municipio de Manuel Doblado. Debido a la contingencia sanitaria por COVID-19, y ante la imposibilidad de convocar a productores, esta presentación se hizo a través de una transmisión de Facebook Live, la cual incluyó participaciones de los especialistas del CIMMYT Manuel Ibáñez y Arturo Ortiz con temas de Agricultura Sustentable.
“Con esta innovación vamos a tener un subsoleo para la captación de agua, a acondicionar la línea de siembra y adicionalmente a ir reformando las camas con las alas que trae el equipo. Los componentes de esta herramienta son los cinceles con los que se puede penetrar hasta 30 centímetros de profundidad, las alas para reformar la cama, los hilos cortadores que van cortando todo el hilo de siembra —cortando el rastrojo para convertirlo en materia orgánica— y el chuzo que va a laborear alrededor de 10 centímetros donde va la siembra para facilitar la entrada de la sembradora”, explicó Álvaro Preciado Fuentes, representante de Sembradoras Dobladenses, quien estuvo presente durante el lanzamiento de este equipo.
Es importante mencionar que este implemento es ajustable y adaptable. La intención de MasAgro Guanajuato al promover este tipo de colaboraciones e innovaciones es que cada vez más las herramientas correctas estén al alcance de los productores para facilitar que estos se sumen a la creación de sistemas agroalimentarios sustentables.
Cuando ocurrió un brote de necrosis letal del maíz (MLN, en inglés) en Kenia en 2011, los científicos sabían que tenían que actuar rápido. Esta nueva enfermedad viral en el país, estaba diezmando los campos de maíz. En pocos años, la enfermedad se propagó rápidamente en el este de África, a través de insectos y semillas contaminadas. Si el virus se extendiera al sur o al oeste de África, sería un desastre para los pequeños agricultores de todo el continente que dependen del maíz como cultivo básico y para los ingresos y el sustento de sus familias.
El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus socios tomaron medidas de inmediato para imponer una estricta cuarentena de semillas y restringir el movimiento de semillas entre el este de África y otras regiones del continente. Además, trabajaron intensamente en el desarrollo y la difusión de cultivares de maíz mejorados con tolerancia o resistencia a la MLN, realizaron esfuerzos de vigilancia extensivos y sensibilizaron a los socios sobre la importancia de producir y comercializar semillas libres de MLN.
Debido a estos esfuerzos, en los últimos nueve años no se ha informado sobre brotes de MLN en el África subsahariana fuera del este de África.
Debido a una publicación reciente en Virus Research sobre cómo se contuvo la MLN, entrevistamos a B.M. Prasanna, Director del Programa Global de Maíz del CIMMYT y del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE), para discutir la historia de éxito de la MLN, la crisis global del COVID-19 y las similitudes en el desafío de abordar las enfermedades virales de plantas y humanos.
B.M. Prasanna, Director del Programa Global de Maíz del CIMMYT y del Programa de Investigación de Maíz del CGIAR (MAIZE). (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
¿Cuáles fueron algunas de las medidas extremas que el CIMMYT tuvo que tomar para detener la propagación de la MLN?
El primer paso que tuvimos que tomar en la lucha contra la MLN fue analizar rigurosamente la semilla para detectar cualquier posible contaminación que causara la enfermedad y restringir el movimiento de semillas desde el este hasta al sur de África.
El segundo paso más importante fue sensibilizar a los socios nacionales y al sector comercial de semillas sobre el peligro de contaminación de semillas con virus que causan la MLN, y cómo la contaminación de semillas puede conducir a la proliferación o propagación de la enfermedad.
El tercer paso fue construir una nueva instalación de cuarentena en Zimbabue, en colaboración con el Instituto Nacional de Cuarentena Vegetal. Cuando esa instalación de cuarentena estuvo en funcionamiento en 2017, reiniciamos la transferencia de material de investigación del centro de mejoramiento del CIMMYT en Kenia a las instalaciones del CIMMYT en Zimbabue. Solo cuando los materiales fueron certificados como libres de MLN tanto en Kenia como en Zimbabue, a través del análisis planta por planta utilizando kits de inmunodiagnóstico, la semilla se multiplicó y se distribuyó a los socios. Por lo tanto, el principio de contención y manejo efectivo es extremadamente importante, ya sea una enfermedad viral de la planta o una enfermedad viral humana.
Debemos señalar aquí que, en términos de escala e intensidad, así como los efectos e implicaciones globales, cualquier enfermedad de las plantas, incluida la MLN, no se puede comparar con una pandemia como la del COVID-19, que ha afectado todos los aspectos de nuestras vidas.
Parcelas híbridas resistentes a la necrosis letal del maíz (MLN) en las instalaciones de cuarentena y detección de Naivasha. (Foto: KIPENZ/CIMMYT)
¿Cómo cree que la pandemia del COVID-19 afectará nuestros sistemas alimentarios?
Estamos en una situación ciertamente desalentadora. La pandemia, sin duda, tendrá un efecto grave en la seguridad alimentaria.
Muchos países que no tienen suficientes reservas de alimentos o aquellos en los que los sistemas alimentarios son vulnerables a choques como este están sufriendo. La capacidad de las personas para obtener insumos para la agricultura, incluida la semilla, también se verá afectada, ya que los mercados se ven afectados. Esta es realmente una situación grave por la que todos deberíamos estar preocupados. El CGIAR tiene un papel importante que desempeñar, en términos como trabajar de cerca con socios nacionales y mitigar el impacto del COVID-19 en la agricultura.
Deberíamos estar particularmente preocupados por los agricultores, especialmente los pequeños agricultores, que son bastante vulnerables al desafío actual. Incluso sin el COVID-19, la agricultura en muchos países en desarrollo en todo el mundo ya ha estado en peligro. Los pequeños agricultores, al igual que los marginales no podían encontrar un mercado para sus productos y obtener ingresos suficientes para mantener a sus familias. Sus medios de vida son frágiles y vulnerables al cambio climático y a los precios volátiles del mercado. Desafortunadamente, la crisis actual del COVID-19 está agravando la crisis.
L.M. Suresh (al centro a la derecha), patólogo del maíz en el CIMMYT y jefe de la instalación de detección de MLN, facilita una capacitación sobre la MLN con socios nacionales. (Foto: CIMMYT)
¿Qué lecciones puede aprender la investigación agrícola de esta pandemia?
¿Qué nos enseñan estas pandemias o epidemias? Nos recuerdan que es necesario establecer sistemas para prevenir la proliferación de tales enfermedades, ya sean enfermedades de plantas o animales o enfermedades humanas. Ningún país puede considerarse completamente seguro, y tales enfermedades no discriminan entre un país desarrollado y un país en desarrollo, tampoco entre ricos y pobres.
La segunda lección más importante es la preparación para emergencias. Cada vez que aparecen enfermedades virales transfronterizas tan devastadoras, la clave es la rapidez con la que el país puede responder — conteniendo el área infectada y sin permitir que la enfermedad se propague, y posteriormente mitigando el daño de manera sistemática y rápida. Esta no es la primera vez que surge una enfermedad como la MLN. Podría haber enfermedades virales o fúngicas más graves que podrían surgir en el futuro debido a varias razones, incluidos el cambio climático, el comercio internacional, el movimiento de seres humanos, las corrientes de aire, etc. Hay múltiples formas en que las enfermedades pueden atravesar países y continentes. Por lo tanto, la clave es qué tan bien podemos capacitar a los sistemas nacionales para que puedan prevenir, detectar e intervenir de manera proactiva y rápida.
Otra gran lección para los sistemas agrícolas es que un problema que ocurre en algún otro continente no puede ser ignorado porque trabajas en un continente diferente. Lo que demuestra la pandemia del COVID-19 es que el mundo está mucho más conectado de lo que pensamos.
Miembros del equipo del CIMMYT buscan rastros de MCMV en las plantas de maíz durante una visita a las instalaciones de detección de MLN en Naivasha, Kenia. (Foto: Joshua Masinde/CIMMYT)
Para usted, ¿cuál es la conclusión principal sobre la historia de éxito de la necrosis letal del maíz (MLN)?
No diré que sigue siendo un éxito total. A través de alianzas y esfuerzos intensivos, pudimos evitar que la enfermedad devastara la producción de maíz en millones de campos de pequeños agricultores en el África subsahariana. Desde 2014, no ha habido ningún otro país en África —fuera del este de África— que haya informado sobre un brote de MLN. Eso, para mí, es un gran éxito.
El trabajo no ha terminado. El viaje tiene que continuar. Y debemos asegurarnos de que los países estén continuamente protegidos de enfermedades devastadoras como la MLN. La MLN todavía no se erradica en el este de África. Puede que ni siquiera sea posible erradicar por completo esta enfermedad, ya que los dos virus que la causan pueden sobrevivir no solo en el maíz sino en múltiples pastos. Sin embargo, podemos contener la enfermedad y limitar su impacto a través de esfuerzos continuos, como lo que hemos hecho durante los últimos 7 u 8 años. Sin embargo, si bajamos la guardia, hay una probabilidad muy alta de que la enfermedad pueda propagarse a otros países del África subsahariana, especialmente a los principales países productores de maíz en el sur de África o África occidental. Los esfuerzos deben continuar. Por lo tanto, no hay que bajar la guardia para proteger a los pequeños productores en África de enfermedades transfronterizas como la MLN.
No solo es el punto de origen del maíz –uno de los cultivos principales del CIMMYT– sino que también inspiró el establecimiento de su sede que ha servido como la matriz del instituto desde su creación en 1966.
La investigación de mejoramiento de cultivos del CIMMYT comienza con su banco de germoplasma, un notable catálogo vivo de diversidad genética que comprende más de 28,000 colecciones de semillas únicas de maíz y más de 150,000 de trigo. El banco de germoplasma se estableció en la sede del CIMMYT en 1986 y, hasta la fecha, es la colección de maíz y trigo más grande y diversa del mundo. De manera precisa, cada año, más de 1,500 envíos de semillas de maíz y trigo salen de México para llegar a 800 receptores en más de 100 países.
De una forma u otra, el maíz y el trigo del mundo tienen un vínculo con México: ya sea a través de pruebas de resistencia a plagas en las estaciones experimentales de Agua Fría o Tlaltizapán, o de ensayos de trigo resistentes al calor en los campos tórridos de Obregón. Los diversos ecosistemas del país que permitieron el mejoramiento alternado de Norman Borlaug en la década de 1940 siguen siendo fundamentales para el trabajo actual de los investigadores para desarrollar cultivos innovadores y sistemas agrícolas sustentables en todo el mundo.
Un trabajador de campo empacando mazorcas de maíz en la estación experimental de Agua Fría del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés/CIMMYT)
El CIMMYT ha estado trabajando mano a mano con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER) en MasAgro, un proyecto que promueve la producción sustentable de maíz y trigo en México.
En la siguiente conversación, Martin Kropff, Director General del CIMMYT, y Bram Govaerts, Representante del CIMMYT para las Américas y Director del Programa de Desarrollo Estratégico, exploran temas como la seguridad alimentaria y la agricultura de México, mientras que el COVID-19 interrumpe el statu quo de la nación.
¿La pandemia del COVID-19 ha expuesto vulnerabilidades en la seguridad alimentaria mexicana?
Kropff: Aunque México produce muchos alimentos –de hecho, actualmente ocupa el puesto 11 en la producción de alimentos a nivel mundial– todavía importa alimentos de otros países, particularmente alimentos básicos como el maíz, el trigo y el arroz de los EE. UU. La pandemia actual plantea una amenaza para el comercio abierto y México también podría verse afectado por las restricciones comerciales que imponen otros países para proteger a su gente y a los mercados internos de la escasez de alimentos.
Govaerts: Al mismo tiempo, la pandemia está reduciendo las actividades económicas en todas partes a niveles mínimos. Esto representa una amenaza para la producción de alimentos dado que los agricultores y trabajadores agrícolas en México, y la mayor parte del hemisferio norte, están a punto de comenzar la temporada de cultivo de primavera/verano. Los campos de México deben estar preparados para la siembra y los agricultores necesitan seguridad, ya que corren riesgos invirtiendo hoy para una cosecha que llegará dentro de varios meses.
¿Cómo está ayudando el CIMMYT a reducir estas vulnerabilidades?
Govaerts: El CIMMYT está trabajando con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México (SADER) y el sector privado y social para abordar estas amenazas.
Kropff: De hecho, vemos que México ya está respondiendo a un llamado a la acción dirigido a líderes mundiales respaldado por el CIMMYT, el cual se publicó en el sitio web de la Coalición para la Alimentación y Uso del Suelo (FOLU, en inglés). Este llamado a la acción insta a los países a implementar tres medidas clave para evitar una crisis alimentaria mundial que podría aumentar la cantidad de personas que padecen hambre crónica en millones: mantener el flujo de alimentos en todo el mundo; escalar el apoyo a los más vulnerables; e invertir en sistemas alimentarios sustentables y resilientes.
Recolección de semillas durante la cosecha en la estación experimental del CIMMYT ubicada en Ciudad Obregón, Sonora. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
¿Cuál es el papel de la colaboración del CIMMYT con los organismos del gobierno mexicano en este proceso?
Govaerts: En los campos hay potencial para responder y evitar que la crisis de salud de hoy se convierta en la crisis alimentaria de mañana. El CIMMYT está trabajando con la SADER y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para contribuir a un suministro estable de granos básicos cultivados de manera sustentable en México, ofreciendo asesoramiento técnico a los más de 300,000 agricultores que participan en MasAgro, el proyecto de colaboración bilateral del CIMMYT con México para la producción sustentable de maíz y trigo.
Actualmente, los técnicos y agentes de extensión de MasAgro están trabajando con pequeños agricultores en el centro y sur del país para preparar los suelos para la siembra, asesorándolos sobre densidades de siembra óptimas y el uso de variedades mejoradas de alto rendimiento, manejo agroecológico de plagas, fertilización, riego, entre otras actividades que son esenciales para comenzar el ciclo de producción de cultivos a tiempo.
México y el CIMMYT también están trabajando con el sector agroalimentario para desarrollar las capacidades de los agricultores para aumentar la producción de granos de manera sustentable y vender el excedente a las empresas agroalimentarias locales y multinacionales que operan en México. Esto forma parte de planes nacionales más amplios llamados Maíz para México y Trigo para México.
Kropff: Estos planes están bastante alineados con el llamado a los gobiernos para que trabajen con el sector filantrópico y privado con el objetivo de fortalecer y ampliar los programas de alimentos específicos al vincularlos con alimentos que promueven la salud y la producción sustentable. Actualmente, trabajamos con Nestlé, Kellogg, Grupo Bimbo y la Fundación Walmart, entre otros, para crear una demanda en el mercado por agricultura sustentable a favor de los pequeños agricultores. A esto lo llamamos abastecimiento sustentable.
¿Cómo podemos fortalecer a México como un país de actividades de diseño e investigación agrícola?
Kropff: El CIMMYT ha sido fundamental para la formulación de políticas públicas en México y se ha posicionado como uno de los socios más confiables del país en los últimos 10 años.
Govaerts: Exactamente, y los números hablan por sí mismos. Como resultado de la cooperación con más de 150 colaboradores del sector público, privado y social, MasAgro ha tenido un impacto positivo en la vida de más de 300 mil agricultores que han adoptado agricultura de conservación, semillas mejoradas y tecnologías agrícolas sustentables en más de 1 millón de hectáreas en todo México.
Kropff: Sería estupendo que México siguiera invirtiendo en proyectos de desarrollo integrado como MasAgro y ampliara las prácticas y tecnologías agrícolas sustentables con enfoques innovadores, como el abastecimiento local responsable, el cual mencioné anteriormente, mientras promueve la réplica y adaptación del modelo MasAgro en otros países.
La familia Rodríguez, agricultores de milpa, en Cristóbal Colón, Campeche. (Foto: Peter Lowe/CIMMYT)
¿Cómo podemos fortalecer el acceso de los agricultores a mejores cultivos y técnicas agrícolas?
Kropff: Es imprescindible que el CIMMYT mejore las oportunidades económicas de los agricultores. Esto no puede hacerse sin ingredientes esenciales como el acceso a los mercados, el desarrollo de capacidades, la tecnología y los insumos como semillas y fertilizantes. Y lo más importante, los mejores cultivos y las tecnologías agrícolas no valen nada sin la aceptación y la confianza de los sistemas nacionales de investigación agrícola.
Govaerts: Esto es el núcleo de lo que hacemos junto con los productores de maíz en México en MasAgro. El CIMMYT desarrolla híbridos de maíz con tecnologías convencionales no transgénicas y mejora las semillas de maíces nativos en proyectos de colaboración con agricultores. Posteriormente, esta semilla mejorada de maíz se prueba en colaboración con el sector local de semillas que, a su vez, comercializa los materiales mejor adaptados a las regiones de cultivo de México. Estas compañías de semillas son pequeñas y medianas empresas que generan desarrollo económico en el centro y sur del país.
Kropff: Del mismo modo, en un proyecto que comenzó en 2019 en África oriental y meridional, llegamos a los agricultores en Malawi, y pronto en Ruanda y Tanzania, con nuestras semillas mejoradas a través de pequeñas compañías de semillas que desempeñan el papel clave de ‘conectores’ en los complejos y complicados mercados que a menudo son ignorados por las grandes compañías de semillas. Después, los investigadores del CIMMYT realizan ensayos de variedades y realizan un seguimiento de las ganancias genéticas en los campos de los agricultores y comparten los hallazgos con la comunidad agrícola en general.
¿Qué cambios podemos esperar en la gestión de la cadena de suministro de alimentos de la nación después del COVID-19?
Kropff: Todas las crisis traen consigo desafíos y oportunidades. Creo que México podría aprovechar esta oportunidad para hacer que sus cadenas de suministro y valor sean más integradas, resilientes y flexibles.
Govaerts: México puede convertirse en el líder de la innovación que integra conocimiento tradicional y científico.
¿Qué papel quiere jugar el CIMMYT en el futuro?
Kropff: Veo que el CIMMYT trabaja aún más cerca de las comunidades agrícolas, pero especialmente a lo largo de toda la cadena de valor con ciencia y datos para mejorar la toma de decisiones.
Govaerts: El CIMMYT puede ser un catalizador de programas integrados. Queremos seguir descubriendo y ayudando a implementar nuevas soluciones para los pobres que padecen inseguridad alimentaria en el mundo y trabajar para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Sinaloa.- De acuerdo con las cifras emitidas por las autoridades sanitarias en México, siete de cada 10 muertes por COVID-19 en el país corresponden a personas que padecían diabetes, hipertensión u obesidad. Estos datos han puesto a la nutrición y a los hábitos alimenticios de los mexicanos en el centro de atención de medios y especialistas.
A medida que la pandemia y sus efectos secundarios evolucionan, el tema de la alimentación cobra cada vez más importancia, ya no solo en lo que respecta a la capacidad del sistema agroalimentario de garantizar el abasto de alimentos en los próximos meses, sino también en la ponderación de dietas más sanas y nutritivas.
Benjamín López, analista de agronegocios del Hub Pacífico Norte —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, explica que “es muy importante producir los alimentos para las mesas de los hogares, pero ya no solo debemos hablar de cantidad, sino también de calidad”.
Refiriéndose al proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, que impulsan la Compañía Kellogg y el CIMMYT en diversos puntos del país, comenta: “con proyectos como este, que fomentan la Agricultura Sustentable, los consumidores reciben productos más nutritivos, libres de agroquímicos de uso restringido y —además— con el valor agregado de que en su producción se usó solo la cantidad de agua necesaria y los suelos no fueron degradados.
Este proyecto de la Compañía Kellogg y el CIMMYT tiene la finalidad de cubrir los requerimientos de maíz amarillo de la empresa con producción local —hecho relevante en el contexto de la emergencia sanitaria actual, que ha subrayado la necesidad de que los países cuenten con diversas fuentes de abasto para contribuir a la seguridad alimentaria nacional—, haciendo énfasis en la calidad de la producción y el desarrollo de modelos de negocio redituables para todos.
Con respecto al valor nutricional, el maíz amarillo —además de contener las vitaminas y los minerales que todas las variedades de maíz aportan en general— contiene diversos carotenoides provitamínicos-A (como el beta-caroteno, antioxidante que reduce el riesgo de cáncer), los cuales aportan beneficios adicionales a la salud.
A medida que las sociedades se encaminan a una fase de recuperación, se hace énfasis en que los productores, la agroindustria y los consumidores fomenten la Agricultura Sustentable como una actividad fundamental para disponer de las dietas adecuadas que se requieren para minimizar los riesgos sanitarios, como los que hoy expone el COVID-19.