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Chicharrita del maíz: un reto creciente para la producción sustentable en Latinoamérica

Práctica de instalaciones de trampas para D. maidis en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Práctica de instalaciones de trampas para D. maidis en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En años recientes, la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) ha incrementado su presencia en diversas regiones de Latinoamérica, afectando la productividad del maíz y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de comunidades rurales. En Colombia, esta plaga ha tenido un impacto considerable en los ciclos recientes del cultivo, especialmente en regiones como el Valle del Cauca, Tolima y Córdoba.

La chicharrita del maíz es un insecto que representa una amenaza creciente. Aunque es un problema recurrente en las regiones tropicales y subtropicales productoras de maíz, su presencia se ha incrementado debido a la variabilidad climática. D. maidis, se ha identificado como el principal vector de dos bacterias (Spiroplasma kunkelii y Candidatus Phytoplasma asteris) y del virus del Rayado Fino del Maíz (MRFV), que en conjunto se conoce como el complejo del achaparramiento del maíz, enfermedad que se caracteriza por deformaciones en las plantas, reducción del rendimiento y enanismo severo, entre otros síntomas.

El aumento de esta plaga no es un fenómeno aislado. De acuerdo con la unidad de Sistemas de Información Geográfica (GIS) del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cambio climático exacerbará la incidencia de Dalbulus maidis, afectando aún más la producción de maíz en los trópicos. El incremento de temperaturas y cambios en los regímenes de lluvia pueden favorecer la expansión del insecto, lo que subraya la urgencia de transitar hacia esquemas de agricultura sustentable.

Comportamiento de la chicharrita del maíz ante diversos escenarios de cambio climático. (Imagen: unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT a partir de Santana et al. 2019)
Comportamiento de la chicharrita del maíz ante diversos escenarios de cambio climático. (Imagen: unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT a partir de Santana et al. 2019)

Para hacer frente a esta amenaza, el CIMMYT, la Alianza Bioversity – CIAT, Fenalce y Agrosavia impulsan el proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible con el objetivo de fortalecer las capacidades de productores y técnicos en estrategias de manejo de la plaga. A finales de 2024, especialistas de estas instituciones iniciaron una serie de capacitaciones a agricultores, técnicos y miembros de diversas organizaciones en prácticas clave para el control de Dalbulus maidis, destacando la importancia del monitoreo temprano para detectar la presencia del insecto en las primeras etapas del cultivo y aplicar estrategias adecuadas de manejo integrado.

Capacitación en D. maidis con agricultores,  técnicos e iniciativa privada. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Capacitación en D. maidis con agricultores,  técnicos e iniciativa privada. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En este contexto, la diversificación de cultivos emerge como una estrategia pertienente para reducir la presión de plagas y enfermedades en los sistemas agrícolas colombianos. La investigación y validación de prácticas sustentables, promovida por el CIMMYT y sus socios estratégicos, es fundamental para fortalecer la resiliencia del sector agroalimentario en Latinoamérica y el mundo.

El proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible, coordinado por la Alianza Bioversity – CIAT, cuenta con la participación de 18 socios estratégicos, entre ellos Agrosavia, CIMMYT y Fenalce, quienes trabajan en el sistema productivo de maíz con un enfoque de innovación y sustentabilidad. A través de la generación y adopción de tecnologías agrícolas sustentables, este esfuerzo busca transformar el sector agroalimentario colombiano y fortalecer las redes de colaboración entre productores, investigadores y otros actores clave.

El compromiso del CIMMYT con la agricultura resiliente y la seguridad alimentaria es global. Las estrategias desarrolladas en Colombia forman parte de un esfuerzo mayor para combatir los efectos del cambio climático en la producción de alimentos y garantizar la sustentabilidad del maíz en México, Latinoamérica y el mundo.

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El cempasúchil más allá de las ofrendas

Parcela con cultivos diversificados en la que destaca el cultivo de cempasúchil, en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Parcela con cultivos diversificados en la que destaca el cultivo de cempasúchil, en Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Aunque en México está estrechamente relacionada con su uso ritual el Día de Muertos, la flor de cempasúchil (Tagetes erecta y Tagetes patula) tiene usos muy variados y es una planta de gran interés a nivel internacional. De hecho, en India, China y Perú se concentra la producción mundial de cempasúchil, básicamente para la extracción de sus pigmentos —sus flores son ricas en carotenoides que proveen el característico color anaranjado vibrante—, siendo utilizada para dotar de color a la yema de huevo, pastas y otros productos.

Esta llamativa y comestible flor mexicana, destaca también por su uso para elaborar saborizantes y aromatizantes, tiene diversas aplicaciones médicas —además de su uso en medicina tradicional— e industriales y es apreciada como flor de ornato en Estados Unidos, Europa e India, donde se le cultiva extensamente para decorar festivales religiosos y eventos festivos, especialmente en la festividad hindú de Diwali.

Otro importante uso del cempasúchil es en la agricultura, donde su cultivo constituye una opción viable para contextos donde hay poca disponibilidad de agua debido a que su requerimiento hídrico es menor que otros cultivos. También es un abono verde notable. Es decir, que su cultivo ayuda a mejorar las condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo; brinda refugio a insectos benéficos; ayuda a controlar malezas y protege al suelo de la erosión, ya que funciona como cubierta vegetal.

El cempasúchil es una planta anual que crece mejor en climas cálidos y soleados, requiriendo suelos bien drenados y tolerando condiciones de sequía moderada, de manera que su introducción, y la de otras especies de plantas cultivables con menor requerimiento hídrico, tiene la intención de que los productores se adapten y sean resilientes ante los efectos del cambio climático.

El cempasúchil brinda beneficios más allá de lo agronómico: la venta de flores para la temporada de Día de Muertos puede representar un ingreso adicional para las familias productoras, así como una forma de hacer más rentables sus parcelas gracias a la diversificación de cultivos; también se fortalecen las tradiciones e incluso se promueve el turismo porque las parcelas de cempasúchil se convierten en auténticos jardines de color naranja que florecen en un contexto de clima cambiante.

Adicionalmente, por sus propiedades insecticidas, larvicidas y nematicidas —los nematodos son un tipo de gusanos redondos o cilíndricos que en su mayoría se alimentan de la materia orgánica en descomposición, pero algunos basan su modo de vida en el parasitismo—, la planta es  considerada una alternativa potencial en el manejo de plagas y enfermedades, ya sea a través de la asociación de cultivos —se ha documentado que en rotación con maíz en tierras templadas con antecedentes de gallina ciega, reduce notablemente las poblaciones de ese insecto— o mediante el uso de bioplaguicidas y repelentes hechos a partir de esta emblemática planta.

Con respecto a sus propiedades para el control de plagas, la parte con más propiedades es la raíz. La planta se puede utilizar de diferentes maneras: abonos orgánicos para control de nematodos, extractos acuosos y polvos de diferentes partes de la planta —raíces, tallos, hojas, inflorescencias o toda la planta— para repeler o matar insectos tanto en cultivos en pie como en granos almacenados (si quieres conocer más sobre este enfoque, te recomendamos descargar la edición especial de Manejo Agroecológico de Plagas de la Revista EnlACe, en él encontrarás dos métodos simplificados para elaborar extracto de cempasúchil).