Categorías
Noticias

Ajusta tu tractor y reduce la compactación

El productor Rodolfo Aguilar junto con maquinaria especializada para agricultura de conservación, en Guanajuato, México. (Foto: Amador Aguillón/Hub Bajío-CIMMYT)
El productor Rodolfo Aguilar junto con maquinaria especializada para agricultura de conservación, en Guanajuato, México. (Foto: Amador Aguillón/Hub Bajío-CIMMYT)

La compactación en el suelo es la disminución del espacio poroso —en especial de los poros más grandes o macroporos— que se traduce en menor aireación, baja retención de agua y nutrientes y mayor resistencia al desarrollo de las raíces.

Las prácticas convencionales de preparación del suelo que aún se realizan en distintas partes de México producen compactación y afectan la densidad aparente del suelo —medida que refleja el contenido total de su porosidad—. De acuerdo con el nivel del suelo donde se presente, se puede distinguir entre compactación superficial (de 0 a 10 centímetros) y compactación profunda (mayor a 10 y hasta 40 centímetros).

En la superficie del suelo, la compactación está en función de la carga aplicada, de la presión ejercida por el rodado del tractor, del grado de humedad y de la intensidad de tránsito recibida. En este sentido, las llantas del tractor, que son el vínculo entre el vehículo y el suelo, tienen el objetivo de brindar una superficie de contacto que no exceda la capacidad portante del suelo —máxima presión que se puede ejercer sobre un terreno o estructura sin peligro alguno— y, a su vez, lograr una tracción que garantice el arrastre de los implementos en el suelo.

Considerando que un tractor es un bien de alto valor y que para el agricultor de pequeña o mediana escala resulta inviable tener un vehículo con características específicas para cada actividad agrícola, ¿es posible reducir de manera práctica los efectos no deseados del tránsito de la maquinaria? Existen diferentes opciones de adaptación y, con mínimos ajustes, es posible optimizar la calidad de trabajo de la maquinaria, favoreciendo una menor compactación del suelo.

La forma en que se distribuye una fuerza sobre una superficie es lo que se conoce como presión. Al caminar sobre arena muy suelta o nieve, por ejemplo, es común quedar con los pies enterrados, pero al usar patines de esquiar esto no sucede ya que se que aumenta la superficie de contacto y la fuerza o peso se distribuye mejor, disminuyendo la presión. 

La presión tiene una fórmula matemática, siendo esta igual a la fuerza ejercida por un cuerpo sobre un área específica (P=F/A). Así, la fuerza que el tractor ejerce sobre el suelo está relacionada con su peso y la superficie o área de contacto de las llantas con el suelo.

La presión de inflado de las llantas o neumáticos del tractor es clave para optimizar la superficie de contacto tractor-suelo. Un “tip” sencillo que los agricultores pueden seguir para verificar que la presión de inflado sea la correcta es asegurarse que solo tres “aspas” de cada una de las llantas de tracción estén en contacto con el suelo. 

Otro factor determinante en la variación de la presión ejercida por el tractor sobre el suelo y que es de fácil configuración por parte del agricultor, es el peso del equipo, específicamente del “lastre” o contrapesos adicionados al tractor. Es importante comprender que no todas las labores agrícolas requieren alta fuerza de tracción, así que es posible retirar contrapesos adicionales, de manera que el patinaje no sea excesivo (mayor a un 15% aproximadamente).

Otro aspecto a considerar al momento de realizar las labores agrícolas mecanizadas es el ancho del neumático o llanta del tractor, pues este parámetro representa un área mayor o menor de contacto con el suelo que puede maximizar o minimizar el efecto de la presión que ejerce el peso propio del tractor.

El agricultor, entonces, tiene tres parámetros principales a configurar en su tractor: 1) la presión de inflado de las llantas, 2) la colocación o retiro de contrapesos traseros y delanteros, y 3) el ancho del rodado de tracción; esto, por su puesto, dependerá de las condiciones de humedad del suelo, de la potencia motriz requerida por el implemento acoplado, del cultivo establecido y del arreglo topológico de la parcela. 

Categorías
Noticias

¿Cómo afecta la compactación del suelo a la agricultura?

Se estima que cerca de 64% de los suelos de México están degradados (FAO, 2015). La degradación física —que es la pérdida en la calidad de la estructura del suelo que afecta la germinación y el desarrollo de las raíces de las plantas— predomina en cerca de 10.8 millones de hectáreas (aproximadamente 6% de la superficie nacional). En esta superficie, la compactación es el tipo específico de degradación predominante (alrededor de 70%) (Semarnat, 2015).

La compactación facilita las pérdidas de producción, ya que reduce la oxigenación del suelo; la infiltración de agua; la actividad microbiana y de lombrices; y el crecimiento de las raíces, lo cual deriva —con frecuencia— en un menor tamaño de la planta y un aumento en su marchitez y delgadez.

Los suelos compactados son un problema que afecta tanto a los productores como a las comunidades, pues además incide negativamente en la dinámica socioeconómica local, como ha ocurrido con algunos productores de cebada en San Luis Potosí.

Recientemente, el ingeniero Luis Adrián Olmos, analista de agronegocios del Grupo Modelo en aquella entidad, invitó a técnicos de MasAgro —programa de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— a visitar la parcela del señor Mateo Conde, uno de los productores con los que colabora, para establecer un módulo agronómico de cebada, cuya productividad se ha visto afectada debido a la compactación del suelo.

Con el fin de ofrecer soluciones adecuadas a esta problemática, el equipo de MasAgro realizó un análisis de suelo para conocer la dureza específica y así definir cuáles son las prácticas más pertinentes para preparar la parcela. Para esto, se hicieron pruebas con el penetrómetro (instrumento que mide la dureza del suelo) y se observó que en la parcela había marcadas diferencias de dureza, ocasionadas por el paso de camiones que van por agua al pozo.

Después de analizar los datos obtenidos, se confirmó que el suelo de la parcela del señor Mateo es poco favorable para el crecimiento de las plantas cultivadas, por lo que en lo sucesivo se trabajará para determinar cuáles son las prácticas más adecuadas para mejorar su calidad y estructura.