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Aquí se investigan las mejores prácticas agrícolas para clima seco 

La plataforma de investigación Pabellón de Arteaga está ubicada en el Campo Experimental Pabellón del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Allí se desarrollan estudios que brindan soporte científico a MasAgro, metodología impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la cual actualmente contribuye a la estrategia nacional Cultivos para México del Gobierno Federal.

¿Qué estudios específicos se hacen en esta plataforma y cómo contribuyen a la agricultura del país? Para responder a esto es neceario ilustrar el contexto de la plataforma: esta se ubica en la región semiárida del Norte-Centro de México, de clima seco templado, con suelos degradados y baja disponibilidad de agua que limitan la producción. Dadas estas condiciones, la plataforma es representativa de amplias extensiones de suelo agrícola en el país. Además, se trata de una zona productora de leche, donde los forrajes son la fuente más barata de nutrimentos y proporcionan la fibra requerida para mantener la salud del ganado. 

En este contexto, en la plataforma se han evaluado diferentes sistemas de labranza durante siete años (labranza convencional que consiste en barbecho y rastra, labranza reducida con solo un paso de rastra y camas permanentes angostas en las que no se mueve el suelo), observándose que las camas permanentes que muchos beneficios aportan en otras zonas agroecológicas, encuentran aquí una limitación relacionada con una baja emergencia del cultivo que deriva, muy probablemente, de una compactación de la zona superficial del suelo y una alta emergencia de malezas (producto de años de prácticas inadecuadas y factores climáticos, entre otros).  

Así, en esta plataforma de investigación se trabaja para identificar las limitantes que se presentan en la implementación de camas permanentes, para subsanarlas y adecuar el sistema a las características de la región. También se trabaja para establecer la densidad idónea para el maíz forrajero en Aguacalientes y se evalúa el efecto del manejo de residuos y otras prácticas en el rendimiento de materia seca del cultivo de maíz para forraje y triticale asociado con ebo.

Otra de las investigaciones relevantes de la plataforma es la relacionada con la rotación de cultivos: en Aguascalientes, el 85% de la superficie cultivada en primavera-verano se destina solo a la producción de maíz (para grano y forraje), y más del 78% de la superficie agrícola en otoño-invierno se siembra con gramíneas para forraje (como triticale, cebada, avena y pastos) (SIAP, 2019). En este sentido, la rotación de cultivos ofrece una serie de beneficios para la salud y productividad del sistema y los cultivos.

Aunque existen pocas alternativas que compitan en rentabilidad con el maíz, se ha identificado que el girasol tiene un gran potencial. Este se caracteriza por presentar tolerancia al frío y a la falta de humedad en el suelo; su corto ciclo permite su siembra en zonas propensas a la escasez de lluvias como un cultivo alternativo al maíz. En la plataforma, el rendimiento de girasol varió de 6.2 toneladas por hectárea (t/ha) a 10.3 t/ha de materia seca, y de 55 a 68 t/ha de forraje verde (figura 1). Cabe mencionar que los materiales evaluados fueron desarrollados para producción de aceite, por lo que será necesario trabajar con variedades forrajeras que tienen un menor costo de semilla. 

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Figura 1. Rendimiento de materia seca y forraje verde de cuatro variedades de girasol en labranza mínima, ciclo primavera-verano 2017.

     

 

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La Agricultura Sustentable, una alternativa para disminuir el calentamiento global

Las recientes investigaciones científicas detallan cómo el cambio climático se agrava, incluso mucho más rápido y de forma global con respecto a lo que se pronosticaba. En ese sentido, es fundamental disminuir las  emisiones de gases de efecto invernadero —como el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el ozono— generadas por los procesos productivos de nuestra sociedad.

La actividad que más gases de efecto invernadero genera a nivel mundial es la sobreutilización de combustibles fósiles para la generación de energía. No obstante, otras actividades productivas también aportan este tipo de gases —incluidas la agricultura, la ganadería, la deforestación, el manejo de los residuos y otros procesos industriales—.

Con respecto a las consecuencias del cambio climático, se espera que se agudicen las temperaturas extremas, la escasez de agua y las inundaciones. Con relación a la agricultura y la ganadería se pronostica que algunas especies de plantas y animales reducirán drásticamente su número debido a las altas temperaturas y a las menores precipitaciones, lo que limitará la disponibilidad de fuentes alimentarias esenciales para el ser humano. 

El cambio climático está afectando seriamente a la agricultura a nivel mundial: al incrementarse la probabilidad de que disminuyan los rendimientos de los cultivos debido a las crecientes temperaturas y menores precipitaciones, se agudiza la inseguridad alimentaria. Otras de las consecuencias esperables son la disminución de la calidad de los cultivos, una mayor lixiviación —proceso por el cual los nutrientes y minerales son arrastrados por el agua— de nitrógeno y erosión del suelo, así como una menor disponibilidad de suelos y agua para la actividad agropecuaria.

La relación entre cambio climático y agricultura es compleja, pero se ha demostrado que las actividades agropecuarias sustentables pueden desempeñar un papel importante en la mitigación del efecto invernadero causante del cambio climático.

Actualmente, la agricultura comercial que se practica en el noroeste de México atraviesa por una gran problemática. Esto es producto de la interacción negativa de varios factores: el esquema intensivo de producción que se realiza de forma convencional implica prácticas inadecuadas como la quema de rastrojo, la nula incorporación de residuos de cosecha y abonos verdes, el excesivo número de pasos de maquinaria, además de la baja eficiencia en el uso del agua. Todo esto ha provocado el deterioro del ambiente y del suelo.   

Diversos estudios que se han realizado en diferentes tipos de suelo que se dedican a la actividad agrícola en la región Pacífico Norte indican que los factores antes mencionados favorecen la pérdida de calidad de los suelos de primera clase en 0.56% por año.

Ante esta situación, la Agricultura Sustentable se convierte en unas de las alternativas más viables para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a él. Algunas recomendaciones para transitar hacia este esquema sostenible son:

Cambio gradual del sistema de labranza convencional por mínima labranza

Con prácticas de Agricultura de Conservación se pueden reducir de dos a tres pasos de maquinaria, esto reduce significativamente el consumo de diesel (entre 10 y 12 litros por hectárea). Mediante un ejercicio teórico, pero posible y viable, si se trasladan estos números a la superficie destinada al cultivo de maíz en Sinaloa, se podrían dejar de utilizar arriba de cinco millones de litros de combustible solo en ese estado. 

Fertilización eficiente mediante análisis del suelo y uso de sensores ópticos 

Actualmente es común que productores apliquen hasta 400 kg de nitrógeno por hectárea, lo cual incrementa el riesgo de contaminación de mantos acuíferos, así como los costos de producción, ya que el fertilizante es de los insumos más caros en el proceso productivo (representa el 40% de los costos de producción). Los análisis de suelo y el uso de sensores ópticos como el SPAD o Greenseeker® permiten realizar fertilizaciones más eficientes.

Uso y manejo eficiente del agua de riego

El cultivo de maíz es de sensibilidad media al estrés por déficit de agua, por lo que no debe faltarle principalmente en el periodo que va desde la floración femenina hasta el grano masoso. Para optimizar el uso del agua es conveniente nivelar los terrenos porque así se mejora la uniformidad del riego y los ahorros de agua se incrementan sustancialmente. Estas son algunas técnicas parcelarias potencialmente aplicables al cultivo de maíz:

Riego en camas: Antes de realizar el primer riego de auxilio se recomienda hacer camas anchas, estas permiten un rápido mojado horizontal y tener un ahorro aproximado de entre 20 y 30% de agua.

Surcos alternos: Cuando la planta es pequeña sus requerimientos de agua son bajos, por lo que en el primer riego de auxilio se pueden hacer surcos alternos. En estudios realizados se ha observado que estos permiten reducir entre 20 y 30% la lámina de agua aplicada.

Riego con gasto reducido: Cuando el agua haya avanzado 75% del surco con la ayuda de dos sifones, se quita  uno para completar el riego con un solo sifón. Por ejemplo, si el surco tiene 1,000 m, se inicia el riego con dos sifones y cuando el agua avance 750 m se quita un sifón, dejando un solo sifón para terminar el riego.

Incorporación eficiente de los residuos de cosecha

Al terminar las labores de cosecha se recomienda incorporar al suelo los residuos triturados. La materia orgánica se degrada más rápidamente y aumenta la fertilidad del suelo, así como también disminuye la posibilidad de la erosión hídrica o eólica del suelo.

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Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas, un hito en el combate al cambio climático

Alrededor de 6 millones de personas en México están expuestas a sequías agrícolas y 14 millones a sequías pecuarias, 1 millón a disminución de sus rendimientos por precipitación y 5 millones por aumentos en la temperatura (Semarnat, 2013). Estas cifras muestran la importancia de diseñar medidas que ayuden a reducir la vulnerabilidad del sector agropecuario ante fenómenos como el cambio climático. 

Tomar decisiones en medio de un contexto con alta incertidumbre como es el clima no es sencillo; sin embargo, los pronósticos climáticos aplicados a la agricultura permiten diseñar medidas que ayudan a reducir el riesgo. Las Mesas Técnicas Agroclimáticas son un enfoque innovador que ha brindado resultados positivos en diversos países, pero que en México no se habían instalado sino hasta en fechas recientes. 

La Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas es pionera en este sentido. Fue instalada formalmente en enero de 2020 mediante la gestión del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —con sede en México— y el Centro Internacional de Agricultura Tropical en alianza con Bioversity International (CIAT-BIOVERSITY) —con sede en Colombia—. Se trata de un espacio de diálogo entre científicos, técnicos, representantes del sector público, privado y agricultores que analizan el clima local y generan recomendaciones (difundidas a través de un boletín) para disminuir los riesgos asociados a la variabilidad climática.

Las Mesas Técnicas Agroclimáticas forman parte de las estrategias del programa CCAFS (Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria, por sus siglas en inglés) —implementado por 15 centros de investigación internacional que conforman al CGIAR, incluyendo al CIMMYT y al CIAT- BIOVERSITY— para hacer frente a los retos derivados de la variabilidad climática, particularmente seguridad alimentaria, adaptación al cambio climático y mitigación del cambio climático. 

En Chiapas, es la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) la que coordina las acciones de la Mesa Técnica Agroclimática, la cual cuenta con el soporte científico del CIMMYT y el CIAT- BIOVERSITY y la participación de un amplio grupo de organizaciones de los sectores público, privado, académico y social. Todas estas organizaciones se reúnen periodicamente para integrar y analizar información agroclimática que permite generar y difundir boletines informativos (trimestrales) con recomendaciones a productores: Boletín Agroclimático Chiapas.

La Frailesca, De los Llanos, los Valles Zoque y la Meseta Comiteca, así como el maíz, el frijol, el cacahuate y el sorgo, son los territorios y los cultivos que se están trabajando actualmente en los ejercicios de la Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas, aunque también se trabaja para conformar equipos técnicos en otras regiones (Selva, Norte, etcétera).

Cabe mencionar que la metodología de la Mesa Técnica Agroclimática de Chiapas ha llamado la atención de otros estados e iniciativas, ya que permite sumar esfuerzos de distintos actores en un fin común. En Chiapas, por ejemplo, también participan activamente la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); la Comisión Nacional del Agua (Conagua); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA); Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND); la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach); la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) de Chiapas; la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, A.C. (Educampo); el Centro Académico Regional Chiapas de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro y FORINDESI.

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Elaboran boletín agroclimático para Chiapas

El pronóstico de lluvia para junio y julio indica que en la mayor parte de Chiapas se esperan lluvias por debajo del promedio; así lo señala el primer boletín agroclimático emitido por la Mesa Técnica Agroclimática (MTA) de Chiapas, un espacio de diálogo y análisis entre actores locales, nacionales e internacionales que busca comprender el posible comportamiento del clima a partir de información científica y el conocimiento empírico. Su finalidad es generar recomendaciones para que los diversos actores del sector agropecuario, particularmente los productores, dispongan de información oportuna y confiable para disminuir los riesgos asociados a la variabilidad climática.

En su más reciente reunión, celebrada el pasado 8 de mayo de forma virtual, se presentó la perspectiva climática del trimestre mayo-junio-julio para el estado de Chiapas. Con base en esta información, se discutieron impactos y recomendaciones para el sector agrícola, particularmente en el contexto del COVID-19.

Además de fechas de siembra y consideraciones generales (sobre manejo de plagas y enfermedades; canícula; asociación de cultivos; variedades de maíz, frijol y cacahuate; etc.), el boletín recopila recomendaciones puntuales para mitigar los efectos de la probable baja de lluvias en los próximos meses (entre las que destaca la cobertura de suelos).

Asimismo, se emiten algunas recomendaciones en el contexto del COVID-19: que los productores acudan a los bancos de semilla en caso de no disponer de material suficiente y buscar los mecanismos para que los productores, extensionistas y tomadores de decisión política puedan transferir la información actualizada de manera oportuna (como la de chats de WhatsApp, redes sociales, radios locales o llamadas telefónicas).

En la MTA participan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER); la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) de Chiapas; la Comisión Nacional del Agua (Conagua); el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA); Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND); la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach); la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach); y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cual —a través del programa de investigación Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS, por sus siglas en inglés), del CGIAR— también vincula al Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en alianza con Bioversity International.

  • Si alguna institución u organización quiere formar parte de la MTA, puede contactar a Jorge García, gerente del Hub Chiapas, del CIMMYT: j.o.garcia@cgiar.org