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Chicharrita del maíz: un reto creciente para la producción sustentable en Latinoamérica

Práctica de instalaciones de trampas para D. maidis en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Práctica de instalaciones de trampas para D. maidis en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En años recientes, la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) ha incrementado su presencia en diversas regiones de Latinoamérica, afectando la productividad del maíz y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de comunidades rurales. En Colombia, esta plaga ha tenido un impacto considerable en los ciclos recientes del cultivo, especialmente en regiones como el Valle del Cauca, Tolima y Córdoba.

La chicharrita del maíz es un insecto que representa una amenaza creciente. Aunque es un problema recurrente en las regiones tropicales y subtropicales productoras de maíz, su presencia se ha incrementado debido a la variabilidad climática. D. maidis, se ha identificado como el principal vector de dos bacterias (Spiroplasma kunkelii y Candidatus Phytoplasma asteris) y del virus del Rayado Fino del Maíz (MRFV), que en conjunto se conoce como el complejo del achaparramiento del maíz, enfermedad que se caracteriza por deformaciones en las plantas, reducción del rendimiento y enanismo severo, entre otros síntomas.

El aumento de esta plaga no es un fenómeno aislado. De acuerdo con la unidad de Sistemas de Información Geográfica (GIS) del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cambio climático exacerbará la incidencia de Dalbulus maidis, afectando aún más la producción de maíz en los trópicos. El incremento de temperaturas y cambios en los regímenes de lluvia pueden favorecer la expansión del insecto, lo que subraya la urgencia de transitar hacia esquemas de agricultura sustentable.

Comportamiento de la chicharrita del maíz ante diversos escenarios de cambio climático. (Imagen: unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT a partir de Santana et al. 2019)
Comportamiento de la chicharrita del maíz ante diversos escenarios de cambio climático. (Imagen: unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT a partir de Santana et al. 2019)

Para hacer frente a esta amenaza, el CIMMYT, la Alianza Bioversity – CIAT, Fenalce y Agrosavia impulsan el proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible con el objetivo de fortalecer las capacidades de productores y técnicos en estrategias de manejo de la plaga. A finales de 2024, especialistas de estas instituciones iniciaron una serie de capacitaciones a agricultores, técnicos y miembros de diversas organizaciones en prácticas clave para el control de Dalbulus maidis, destacando la importancia del monitoreo temprano para detectar la presencia del insecto en las primeras etapas del cultivo y aplicar estrategias adecuadas de manejo integrado.

Capacitación en D. maidis con agricultores,  técnicos e iniciativa privada. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)
Capacitación en D. maidis con agricultores,  técnicos e iniciativa privada. (Foto: Colombia Agroalimentaria Sostenible)

En este contexto, la diversificación de cultivos emerge como una estrategia pertienente para reducir la presión de plagas y enfermedades en los sistemas agrícolas colombianos. La investigación y validación de prácticas sustentables, promovida por el CIMMYT y sus socios estratégicos, es fundamental para fortalecer la resiliencia del sector agroalimentario en Latinoamérica y el mundo.

El proyecto Colombia Agroalimentaria Sostenible, coordinado por la Alianza Bioversity – CIAT, cuenta con la participación de 18 socios estratégicos, entre ellos Agrosavia, CIMMYT y Fenalce, quienes trabajan en el sistema productivo de maíz con un enfoque de innovación y sustentabilidad. A través de la generación y adopción de tecnologías agrícolas sustentables, este esfuerzo busca transformar el sector agroalimentario colombiano y fortalecer las redes de colaboración entre productores, investigadores y otros actores clave.

El compromiso del CIMMYT con la agricultura resiliente y la seguridad alimentaria es global. Las estrategias desarrolladas en Colombia forman parte de un esfuerzo mayor para combatir los efectos del cambio climático en la producción de alimentos y garantizar la sustentabilidad del maíz en México, Latinoamérica y el mundo.

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SEFADER y CIMMYT refuerzan su compromiso para fortalecer el sistema agroalimentario en Oaxaca

Autoridades de la SEFADER y el CIMMYT durante la reunión para delinear nuevas líneas de acción para el proyecto que ambas instituciones impulsan en Oaxaca. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
Autoridades de la SEFADER y el CIMMYT durante la reunión para delinear nuevas líneas de acción para el proyecto que ambas instituciones impulsan en Oaxaca. (Foto: SEFADER / CIMMYT)

La Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han reafirmado su alianza para consolidar la agricultura sustentable en Oaxaca. Este 5 de febrero, en la Ciudad de Oaxaca, Víctor López Leyva, titular de la SEFADER, y Jelle Van Loon, director asociado del Programa de Sistemas Agroalimentarios Sostenibles del CIMMYT, firmaron una carta de intención que da continuidad al proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario en el Estado de Oaxaca, sentando las bases para una segunda fase con nuevas líneas de acción.

Desde su inicio en 2023, este proyecto ha sido clave para la producción sostenible de maíz, contribuyendo a la seguridad alimentaria y al abastecimiento sustentable de granos en el estado. Además, ha servido como pilar para fortalecer los programas Autosuficiencia Alimentaria y Abasto Seguro de Maíz del gobierno estatal, mediante capacitación especializada y el desarrollo de una red de investigación aplicada.

Los resultados han sido significativos: más de 20 mil hectáreas y 10 mil personas beneficiadas en el marco del programa Autosuficiencia Alimentaria; más de 15 mil hectáreas y 10 mil personas impactadas a través de Abasto Seguro de Maíz; y cerca de 99 mil personas capacitadas en más de 4,500 eventos realizados en las ocho regiones del estado.

En este sentido, el secretario Víctor López Leyva destacó: «En seguimiento al convenio de colaboración con el CIMMYT, se impulsa la agricultura sustentable a través de la implementación de prácticas agroecológicas. Este esfuerzo se centra en la producción de maíz, buscando asegurar la alimentación y el abasto sustentable de granos en el Estado de Oaxaca. Trabajamos en metas multianuales y líneas estratégicas a largo plazo, con el firme objetivo de alcanzar la autosuficiencia del maíz«.

Reunión para la firma de la carta de intención que extiende el alcance del proyecto entre SEFADER y el CIMMYT. (Foto: SEFADER / CIMMYT)
Reunión para la firma de la carta de intención que extiende el alcance del proyecto entre SEFADER y el CIMMYT. (Foto: SEFADER / CIMMYT)

El impacto del proyecto va más allá de la producción de granos. Con la implementación de módulos, áreas de extensión y una red de seis plataformas de investigación en Valles Centrales, Mixteca, Costa, Sierra Mixe, Sierra Sur e Istmo, se han validado y adaptado tecnologías sustentables a cada región. Estas plataformas han promovido prácticas como el manejo agroecológico de plagas, biofertilizantes, fertilización fraccionada, agricultura de conservación y poscosecha, además de impulsar estrategias clave como la no quema, la conservación de suelos y agua, y el resguardo de la biodiversidad.

Además, la iniciativa sentará las bases para el desarrollo de agronegocios y el fortalecimiento de las cadenas de valor en Oaxaca, impulsando nuevas oportunidades económicas para los productores y mejorando su acceso a mercados más rentables. Esta visión se refuerza con la estrategia Formador de Formadores, que permitirá que técnicos especializados capacitados por el CIMMYT multipliquen el conocimiento entre extensionistas y agricultores, asegurando un acompañamiento técnico eficiente.

Técnica de SEFADER explicando las innovaciones sustentables implementadas a partir de la capacitación con CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Técnica de SEFADER explicando las innovaciones sustentables implementadas a partir de la capacitación con CIMMYT. (Foto: CIMMYT)

Jaime Leal, gerente del Hub Pacífico Sur del CIMMYT, señaló: «Se está considerando no solo continuar el proyecto, sino extender su marco de acción incorporando la plataforma digital e-Agrology, desarrollada por el CIMMYT, a más ámbitos del sistema agroalimentario de Oaxaca. La meta es hacer de esta herramienta un recurso versátil para generar información estratégica tanto agrícola como pecuaria y pesquera. Además, buscamos reducir el uso de agroquímicos y hacer más rentable la producción estatal».

Con este esfuerzo, SEFADER y CIMMYT consolidan su compromiso con la agricultura sustentable y los productores oaxaqueños, promoviendo modelos de producción que aseguren la rentabilidad sin comprometer los recursos naturales.

En el evento también estuvieron presentes Flavio Aragón Cuevas, subsecretario de Seguridad Alimentaria; Mario Robles González, subsecretario de Agronegocios; Carolina Cruz Moreno, jefa del departamento de Acuacultura; José Roberto Agustín Francisco, director de Fomento Agrícola; y Enrique Rojas Rojas, jefe de departamento de Salud Animal.

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CONVOCATORIA Curso Agricultura Sustentable en los Sistemas de Maíz y Cultivos Básicos de Quintana Roo. Grupo 2

Se convoca a mujeres y hombres, recién egresados, técnicos agrícolas, asesores de agricultores, extensionistas y/o profesionistas del área afín, del Estado de Quintana Roo, interesados en capacitarse a través del curso integral “Agricultura Sustentable en los Sistemas de Maíz y Cultivos Básicos de Quintana Roo” coordinado por CIMMYT.

Da clic aquí o en la imagen para descargar la convocatoria.

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Capacitación para producir mejor, sin comprometer la tierra

Elsa Mariela Rodríguez Arteaga, técnica de Sefader. (Foto: CIMMYT)
Elsa Mariela Rodríguez Arteaga, técnica de Sefader. (Foto: CIMMYT)

En Oaxaca, la colaboración entre la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el CIMMYT ha dado inicio a un innovador proyecto que, a través de la ciencia colaborativa y la capacitación a la medida, busca fortalecer la autosuficiencia alimentaria de los agricultores y brindarles herramientas para enfrentar los desafíos ambientales y económicos actuales.

Elsa Mariela Rodríguez Arteaga y Carlos Cervantes Solís son dos de las decenas de técnicos que llevan la voz de esta iniciativa a las comunidades rurales. Ellos están al frente de la implementación de un amplio menú de tecnologías sustentables, un conjunto de prácticas de vanguardia que promueven un manejo adecuado del suelo y el uso racional de insumos, adaptado a las condiciones específicas de cada parcela y cada productor.

«Lo que intentamos es que los productores incrementen su producción sin comprometer la tierra», explica Mariela, quien trabaja en las comunidades de San Jerónimo y San Pedro Taviche, atendiendo a más de un centenar de productores. «Hicimos un diagnóstico participativo con ellos para identificar sus problemáticas y fortalezas. Nos dimos cuenta de que muchos suelos estaban degradados y que los altos costos de producción también representaban una barrera. Por eso, una de las primeras acciones fue enseñarles a elaborar abonos orgánicos y bioinsumos, así como a aprovechar los rastrojos para mejorar las propiedades del suelo».

La estructura de esta capacitación tiene un enfoque cascada: técnicos formadores capacitan a Mariela y a otros técnicos, quienes luego llevan estos conocimientos a campo y, mediante parcelas demostrativas, los adaptan y replican en cada comunidad. Este modelo asegura que las prácticas enseñadas realmente funcionen en las condiciones locales. «Esto es importante porque así tenemos la certeza de que nos van a servir al 100% en la localidad«, añade Mariela. Esta capacitación constante permite a los técnicos realizar ajustes y ofrecer recomendaciones prácticas a los productores en cada etapa del cultivo.

Carlos Cervantes Solís, técnico de SEFADER. (Foto: CIMMYT)
Carlos Cervantes Solís, técnico de SEFADER. (Foto: CIMMYT)

Carlos Cervantes, asignado al municipio de Santiago Tlazoyaltepec, enfrenta también retos particulares. “Trabajo con cerca 163 productores de seis localidades, algunos en zonas muy remotas y en situación económica adversa. Muchos de ellos hablan una lengua originaria y a veces necesitamos un traductor», explica. Carlos resalta la importancia de la adaptación cultural y económica en el proceso de capacitación: “Yo en un principio les dije que no venía a enseñarles a sembrar maíz, sino a realizar prácticas que no generen gastos extra y les beneficien. El año pasado, por ejemplo, tuvimos problemas con el gusano cogollero, y este año el programa nos ayudó a implementar trampas con feromonas para controlar esta plaga, lo que minimiza el uso de agroquímicos”.

Este enfoque adaptativo ha permitido que las recomendaciones se ajusten no solo a las características del terreno, sino también a la realidad económica de los productores. “Algunos tienen gallinas, chivos, frutales o flores. Es necesario adecuar las tecnologías a cada agricultor”, comenta Carlos. Los módulos de innovación implementados en diversas regiones de Oaxaca permiten que los productores experimenten y comparen los resultados. Mariela subraya el valor de esta experiencia directa: «Siempre dejamos unos surcos como testigo para que ellos mismos vean la diferencia entre la práctica tradicional y la innovación. Verlo en el campo genera confianza».

La sostenibilidad es otro aspecto clave del proyecto. “Las tecnologías que implementamos están orientadas a recuperar suelos y reducir el uso de agroquímicos. Estamos preocupados por el ambiente y el futuro”, enfatiza Mariela, para quien esta colaboración entre SEFADER y CIMMYT no solo refuerza el conocimiento técnico de los extensionistas, sino que contribuye a la resiliencia de los agricultores. En palabras de Carlos: “Los productores están viendo que los cambios pueden mejorar su producción y reducir costos. Y lo más importante, es que lo están logrando con sus propios recursos y conocimientos, adaptando las tecnologías a su entorno”.

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Capacitar para asegurar el abasto de alimentos

Sandra Basurto Martínez, coordinadora del equipo técnico del programa Autosuficiencia Alimentaria de SEFADER, en la región de los Valles Centrales. (Foto: CIMMYT)
Sandra Basurto Martínez, coordinadora del equipo técnico del programa Autosuficiencia Alimentaria de SEFADER, en la región de los Valles Centrales. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

En el campo oaxaqueño se impulsa una transformación significativa gracias a una colaboración estratégica entre el gobierno del estado de Oaxaca —a través de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER)— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Ambas instituciones han unido fuerzas para implementar diversas acciones en favor de los productores oaxaqueños.

La participación del CIMMYT busca potenciar el impacto de los programas estatales dirigidos al campo, particularmente los de Autosuficiencia Alimentaria y Abasto Seguro de Maíz a través de la estrategia de formador de formadores y con la instalación de plataformas de investigación para validar las innovaciones agronómicas que después son llevadas a los agricultores para que ellos tomen decisiones informadas y adaptadas a las condiciones locales.

La estrategia formador de formadores responde a la necesidad de reforzar las capacidades técnicas de quienes trabajan directamente con productores de pequeña escala. Para muchos técnicos, el apoyo científico de instituciones como el CIMMYT permite que puedan ofrecer soluciones concretas y efectivas a los productores de la región.

Sandra Basurto Martínez, coordinadora del equipo técnico del programa Autosuficiencia Alimentaria de SEFADER, en la región de los Valles Centrales, destaca la relevancia de esta estrategia al indicar que «la participación de los centros de investigación es fundamental, porque ellos proporcionan toda la parte científica y tecnológica para la producción de maíz y frijol, que son la base del programa».

Además, Basurto subraya la importancia de una formación específica y precisa para enfrentar los desafíos actuales del campo. «Necesitan llegar ya con algo certero, algo bien trabajado con los productores, y no llegar a ensayar o probar, y ese es el propósito de capacitar a formadores, así como de las plataformas de investigación», enfatiza.

Los programas de la SEFADER se articulan con el despliegue de cientos de técnicos en el territorio, quienes abarcan un amplio espectro de poblaciones, incluyendo algunas en situación de alta y muy alta marginación. En este sentido, los técnicos desempeñan un papel fundamental en la distribución de insumos agrícolas, la implementación de biofábricas, el manejo de bancos comunitarios de semillas, y la instalación de huertos escolares.

De acuerdo con Basurto, estas acciones benefician no solo a los productores, sino también a grupos específicos como las mujeres rurales, a quienes se les capacita en el manejo de aves de doble propósito para mejorar la producción en sus hogares, y a los niños, quienes reciben educación sobre prácticas agrícolas en sus escuelas.

El esquema formativo impulsado por la SEFADER y el CIMMYT permite entonces que las tecnologías y conocimientos validados a través de la investigación conjunta se compartan de manera continua y accesible. En palabras de Basurto, la estructura de apoyo entre técnicos y formadores ha sido crucial, ya que el equipo de técnicos en campo es muy grande y las condiciones en el campo son muy variables, por lo que la vinculación con instituciones que están dispuestas a compartir su experiencia y experticia, como el CIMMYT, es esencial.

La sinergia entre SEFADER y CIMMYT no solo representa un avance en términos de capacidades técnicas, sino que también refuerza el compromiso con una agricultura sustentable, resiliente y capaz de mejorar las condiciones de vida de las comunidades oaxaqueñas. Con esta colaboración, el estado de Oaxaca apuesta por un futuro en el que la ciencia y el conocimiento compartido sean la base de un desarrollo agrícola inclusivo y sostenible.

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GRUMA y CIMMYT impulsan la agricultura sostenible con innovadora capacitación tecnológica

Foto grupal del TC-GRUMA 2024. (Foto: Jenifer Morales/CIMMYT)
Foto grupal de la segunda sesión del TC-GRUMA. (Foto: Jenifer Morales/CIMMYT)

Del 15 al 18 de octubre de 2024, GRUMA y CIMMYT realizaron la segunda sesión del Curso Técnico Certificado en Agricultura Sustentable, como parte del “Proyecto de Sustentabilidad GRUMA: Impulsando Sistemas Agroalimentarios Sostenibles en Esquemas de Producción Intensivos”. El evento tuvo lugar en la sede global de CIMMYT en Texcoco, Estado de México, y se centró en el uso de la plataforma e-Agrology, fertilidad de suelos, manejo integrado de malezas y comunicación para el desarrollo.

En la primera jornada, los técnicos conocieron las bases para el uso de la plataforma e-Agrology, una herramienta para la recolección y manejo de datos agronómicos en tiempo real. Guiados por el equipo de Monitoreo, Evaluación, Rendición de Cuentas y Aprendizaje (MEAL, por sus siglas en inglés) de CIMMYT, realizaron simulaciones prácticas para aprender a registrar y gestionar la información, que luego aplicarán en conjunto con los productores en el campo.

El 16 de octubre, el enfoque estuvo en la fertilidad integral del suelo, con la participación de Iván Ortiz, investigador agrónomo, y Jacobo Arellano, de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh). Los técnicos aprendieron a interpretar análisis de suelos, realizar muestreos y utilizar sensores como herramientas de diagnóstico. Asimismo, se discutió la relación entre la agricultura regenerativa y la captura de carbono, temas fundamentales para una producción agrícola más sostenible.

El tercer día se centró en el manejo integrado de malezas, donde los participantes se actualizaron sobre las prácticas eficientes para el uso de herbicidas y sobre los productos agropecuarios más recientes, bajo la dirección de Fernando Urzua, profesor e investigador de la UACh.

En la última jornada, Nuria Ochoa, coordinadora de capacitación del programa de Sistemas Agroalimentarios Sustentables (SAS) del CIMMYT, presentó el tema de comunicación para el desarrollo y la innovación. Además, los técnicos participaron en un taller de inteligencia artificial impartido por Rosa Elena Bautista, investigadora de la UACh. Durante el cierre de la sesión, se presentó la estrategia de tutoría que acompañará a los técnicos en su labor de campo, al brindarles herramientas prácticas para mejorar la transferencia de conocimientos y colaborar de forma efectiva con los productores.

Carlos Zamudio, supervisor agrícola en la Zona Noreste y participante del curso, destacó: “En esta segunda sesión he visto varias aplicaciones directas al campo que no habíamos aprovechado. La información y herramientas que nos proporcionan son clave para mejorar la productividad en el cultivo de maíz y para trabajar con agricultores que no tienen acceso a esta información”.

Por su parte, Alejandra Guadalupe Sánchez García, técnica de GRUMA, expresó su satisfacción con el sistema e-Agrology: “En GRUMA, teníamos otro sistema que no contaba con tantas facilidades. eAgrology permite registrar parcelas, diagnosticar y georreferenciar, mejorando significativamente nuestro trabajo. La experiencia ha sido positiva, especialmente en temas de fertilización y control de malezas, porque nos enseña a calcular fertilizantes de manera precisa y sostenible”.

Ambos testimonios reflejan el impacto positivo en la preparación de los técnicos de GRUMA para enfrentar los desafíos del campo y aplicar las tecnologías y conocimientos adquiridos para mejorar la sostenibilidad agrícola. Así, GRUMA y CIMMYT reafirman su compromiso con el desarrollo de sistemas agroalimentarios sostenibles y adaptados a las realidades locales de Sonora y Sinaloa, donde se espera mayor trabajo en campo y prácticas que aborden problemáticas reales como la compactación de suelos.

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El impacto de los módulos de innovación en la agricultura de Oaxaca

Imelda Hernández, integrante del equipo de SEFADER. (Foto: Divulgación CIMMYT)
Imelda Hernández, integrante del equipo de SEFADER. (Foto: Divulgación CIMMYT)

Los módulos de innovación instalados en el marco del proyecto Fortalecimiento del sistema agroalimentario enfocado en la producción de maíz para la seguridad alimentaria y el abasto sustentable de granos en el estado de Oaxaca —de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) y el CIMMYT— tienen como objetivo principal implementar prácticas agrícolas sustentables adaptadas a las condiciones específicas de cada región de Oaxaca.

Un ejemplo claro de esta intervención se encuentra en la costa oaxaqueña, donde las prácticas agrícolas convencionales han propiciado problemas de degradación de suelos y uso ineficiente de insumos. Este desafío se ha abordado a través de la instalación de módulos de innovación, los cuales están transformando la forma en que los agricultores gestionan sus parcelas.

Los módulos de innovación son parcelas establecidas en terrenos de pequeños productores, con el propósito de demostrar nuevas técnicas y tecnologías agrícolas mediante una comparación lado a lado, un manejo del productor (convencional) y otro con innovaciones propuestas por el técnico. Estas parcelas actúan como «aulas vivientes», donde tanto los productores como los técnicos pueden aprender de manera práctica y colaborativa. De acuerdo con Imelda Hernández Cortés, una de las coordinadoras en el programa de Autosuficiencia Alimentaria, de la SEFADER, en la costa de Oaxaca, estos módulos son clave para impulsar la adopción de prácticas más sustentables.

«El objetivo es que el técnico aplique las innovaciones en esa parcela, y de ahí los productores aprendan viendo y haciendo, y lo repliquen en sus propios espacios. Yo por ejemplo estoy a cargo de 17 técnicos y un técnico formador”, comenta Imelda, quien detalla que la estrategia de capacitación del proyecto sigue un modelo escalonado. Primero, los técnicos formadores son capacitados por especialistas de CIMMYT y otros centros de investigación en técnicas agrícolas de vanguardia, para luego transmitir ese conocimiento a los técnicos de campo que trabajan directamente con los productores.

Así, “cada técnico atiende a productores en dos o hasta tres municipios y con ellos establece los módulos de innovación donde se implementan tecnologías que van aprendiendo y que atienden los problemas locales. En esta zona, por ejemplo, tenemos productores en la parte alta de la costa, Santa Catarina Juquila, Tututepec, la parte alta de Pinotepa y otras localidades. Y bueno, en esta zona de la costa actualmente atendemos a cerca de 2 900 productores, pequeños productores cuyas parcelas van de media a una hectárea”, continúa Imelda, enfatizando en que los módulos de innovación ofrecen a estos productores la oportunidad de aprender sobre el uso adecuado de insumos como fertilizantes y el manejo del suelo, adaptando las prácticas a las características de cada terreno.

De manera convencional los agricultores de la costa de Oaxaca queman el rastrojo como método para preparar sus campos, una práctica puede ser dañina para la salud del suelo y el medioambiente. Sin embargo, bajo la guía de los técnicos del proyecto, esta práctica ha sido abandonada en muchos de los módulos establecidos.

«Aquí se da mucho la quema de los residuos de cosecha del año anterior y no hacen rotación de cultivos. Promovemos la no quema. Ya no se está permitiendo la quema en ninguno de los módulos, porque esos módulos los venimos trabajando desde el año pasado», explica Imelda.

El cambio de mentalidad ha sido uno de los mayores logros del programa, ya que los productores han comenzado a implementar nuevas técnicas que preservan los recursos naturales. Además, se ha trabajado en la correcta dosificación y aplicación de fertilizantes, que es otra de las prácticas implementadas en los módulos.

«Antes los productores aplicaban el fertilizante ‘botadito’ a cada planta. Ahora tratamos de que entierren el fertilizante y fraccionen la aplicación durante el ciclo productivo del maíz, para que sea más eficiente», comenta Imelda, para quien este ajuste en las técnicas de fertilización tiene un gran potencial en los rendimientos de los cultivos y en la reducción del uso excesivo de agroquímicos.

Así, los módulos de innovación en la costa de Oaxaca representan un ejemplo tangible de cómo la colaboración entre SEFADER y CIMMYT está ayudando a transformar la agricultura de la región. A través de la implementación de prácticas sostenibles y la capacitación constante, los agricultores de pequeña escala están mejorando la productividad de sus parcelas, mientras preservan los recursos naturales. Estos esfuerzos están sentando las bases para una agricultura más resiliente y autosuficiente, adaptada a las necesidades de los productores y al entorno único de cada región de Oaxaca.

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Capacitación adecuada para el desarrollo de las comunidades agrícolas

Capacitación para comunidades agrícolas en Puebla y Tlaxcala. (Foto: CIMMYT)
Capacitación para comunidades agrícolas en Puebla y Tlaxcala. (Foto: CIMMYT)

La colaboración conjunta entre Driscoll’s y el CIMMYT ha consolidado un modelo efectivo de capacitación y transferencia de conocimiento agrícola en comunidades de Puebla y Tlaxcala. A través de esta alianza, se ha facilitado el acceso a técnicas agrícolas sustentables, lo que ha brindado herramientas científicas y prácticas que permiten a los agricultores, trabajadores de Driscoll’s y a las comunidades vecinas mejorar sus procesos productivos y enfrentar los desafíos del cambio climático.

Desde su inicio en 2021, el proyecto ha atravesado dos fases clave, enfocadas inicialmente en los empleados de Driscoll’s y luego en la extensión del impacto hacia miembros de la comunidad, incluyendo instituciones educativas de nivel básico. En la primera fase, se realizó un diagnóstico para comprender las condiciones sociales y productivas de los empleados, seguido de eventos de capacitación tanto presenciales como a distancia. Esta etapa inicial permitió que 258 trabajadores comenzaran a adoptar prácticas agrícolas más sustentables.

Durante la segunda fase, el enfoque se amplió para incluir a miembros clave de la comunidad, lo que reconoció que la resiliencia agrícola se construye de manera colaborativa. Más de 213 personas participaron en diversos eventos de capacitación, donde adquirieron conocimientos esenciales sobre temas como la agricultura de conservación y el manejo agroecológico de plagas. Además, se establecieron módulos de asesoría técnica y se implementaron herramientas, como bitácoras, para el seguimiento de las tecnologías aplicadas.

Miembros de la comunidad participan en una sesión de formación impartida por CIMMYT. (Foto: CIMMYT)
Miembros de la comunidad participan en una sesión de formación impartida por CIMMYT. (Foto: CIMMYT)

Uno de los aspectos más destacados de este proyecto es la manera en que se ha socializado el conocimiento científico, lo que lo ha hecho de forma accesible para todos los actores clave de estas comunidades. Las capacitaciones no solo se han enfocado en aumentar la productividad, sino en fortalecer la seguridad alimentaria y el bienestar comunitario. Los resultados de este esfuerzo colectivo permitirán a los productores locales incrementar sus rendimientos, diversificar sus cultivos y gestionar mejor sus recursos naturales, lo cual se traduce en un impacto positivo a largo plazo.

“Debido a los resultados y aprendizajes de estas fases, se continuó con una nueva etapa para seguir desarrollando actividades de capacitación para actores clave de dos comunidades: San Andrés Payuca, en el municipio de Cuyoaco, en el estado de Puebla, y San José Xicoténcatl, en el municipio de Huamantla, en el estado de Tlaxcala”, señala el equipo técnico del proyecto.

Con una tercera fase en curso, proyectada para 2025 y centrada en la capacitación para mejorar en los procesos productivos, el proyecto reafirma el compromiso de ambas instituciones con el desarrollo rural de las comunidades participantes. En estos meses, se han continuado las actividades de capacitación orientadas a mejorar las capacidades locales en temas como el manejo postcosecha, la fertilidad integral de los suelos, el manejo de plagas, la implementación de tecnologías herméticas para el almacenamiento de granos y el mejoramiento participativo de maíces nativos.

Este proyecto es un claro ejemplo de cómo el conocimiento científico, cuando se comparte de manera efectiva y se adapta a las necesidades locales, puede transformar comunidades rurales, lo que contribuye no solo a mejorar sus condiciones productivas, sino a asegurar un futuro más resiliente y sustentable para sus habitantes.

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CONVOCATORIA Curso de Técnico Certificado en Agricultura Sustentable Adaptada al Clima 2024 – 2025, Honduras

Con la intención de cumplir con este objetivo, el CIMMYT y la ABC convocan a profesionales en Honduras, a participar en el proceso de formación denominado Técnico Certificado en Agricultura Sustentable Adaptada al Clima (TC-ASAC).

DA CLIC EN LA IMAGEN PARA DESCARGAR LA CONVOCATORIA

 

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Con capacitación, fortalecen la agricultura sustentable en Honduras

Especialista de CIMMYT en una de las sesiones de práctica con técnicos y productores en Honduras. (Foto: CIMMYT)
Especialista de CIMMYT en una de las sesiones de práctica con técnicos y productores en Honduras. (Foto: Óscar Amado Martínez / Alliance Bioversity-CIAT)

Este 9 de mayo se realizó la ceremonia de entrega de constancias del curso intensivo en Agricultura Sustentable en los sistemas de maíz, frijol y cultivos asociados, el cual fue impartido por especialistas de CIMMYT y Alliance Bioversity-CIAT (ABC) a técnicas y técnicos agrícolas de Honduras en el marco de la iniciativa regional AgriLAC Resiliente, desarrollado en conjunto por estos centros de investigación internacionales que forman parte del CGIAR.

En un contexto donde ya no es suficiente la adquisición de paquetes de información y conocimiento fragmentado, sino que se requiere que las personas sepan hacer uso de los saberes construidos para afrontar y resolver situaciones complejas, este curso destaca por su enfoque conceptual, reflexivo y, sobre todo, vivencial, ya que las prácticas de campo con agricultores y la implementación de sitios en los territorios de los Innova Hub Oriente y Occidente de Honduras fueron parte esencial del curso.

El objetivo principal de este curso ha sido proporcionar a las y los técnicos agrícolas de Honduras las herramientas y conocimientos necesarios para promover prácticas agrícolas sustentables y resilientes en los sistemas de maíz, frijol y cultivos asociados. Durante los cerca de ocho meses que duró el curso, los participantes han adquirido una amplia gama de aprendizajes significativos que los capacitó para abordar los desafíos agroecológicos de manera efectiva.

Fertilidad de suelos y la relación suelo-agua, variedades adecuadas, manejo de malezas y herbáceas en sistemas sustentables, manejo agroecológico de plagas y enfermedades, así como poscosecha de los cultivos de maíz y frijol, fueron algunos de los temas abordados en este curso, con una metodología que le permitió a las y los participantes tener una experiencia de aprendizaje integral y aplicable a sus contextos laborales.

Especialista en poscosecha de CIMMYT en sesión de capacitación. (Foto: CIMMYT)
Especialista en poscosecha de CIMMYT en sesión de capacitación. (Foto: Óscar Amado Martínez / Alliance Bioversity-CIAT)

Durante la ceremonia estuvieron presentes representantes de ABC y CIMMYT, quienes escucharon los testimonios de Raquel Ferrera y Mirian Torres, quienes destacaron por su buen desempeño en dicho curso. Ellas enfatizaron la apertura para que mujeres y jóvenes fueran parte de este curso y la relevancia de AgriLAC para impulsar el desarrollo del campo latinoamericano, con prácticas agronómicas que ayudan a los productores a salir de necesidades, o bien, a hacer mejor las cosas en terreno, mencionaron. . También destacaron el cambio positivo que están notando en la integración y participación de la mujer como técnicas agrícolas.

De acuerdo con los organizadores del curso, a través de este se buscó fortalecer las capacidades de análisis y reflexión para que las y los técnicos aborden los retos de la producción de maíz y frijol en su intervención con agricultores de la región; desarrollen habilidades para impulsar la adopción y adaptación de innovaciones agronómicas en sistemas de producción; y apliquen conocimientos para promover el modelo del InnovaHub en Honduras y fomentar la red de innovación en sus comunidades.

Los InnovaHubs de Honduras retoman una metodología para la gestión de la innovación agrícola desarrollada en México a partir de experiencias exitosas en la difusión e implementación de agricultura sustentable con la participación de todos los sectores. En este sentido, este curso representa un paso significativo hacia el fortalecimiento de la agricultura sustentable en Honduras y la promoción de prácticas con agricultores que aseguren la resiliencia y competitividad de sus sistemas agroalimentarios.