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México comprometido con la reducción de emisiones de CO2 en la agricultura

Entre 2014 y 2015 se redujeron más de 22 mil toneladas de emisiones.
SAGARPA confirma su voluntad de establecer en México un mecanismo para el monitoreo e impulso de acciones que reduzcan las emisiones de CO2 siguiendo el modelo Climate Hubs de USDA.
Por: Luz Paola López, Intensificación Sustentable para América Latina, con información de Víctor López y de la sala de prensa de la Sagarpa.
9 y 10 de junio de 2016.

Ciudad de México.- Con un trabajo interinstitucional que incluye especialistas, investigadores, operadores de políticas y representantes de instancias internacionales, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) impulsa acciones para mitigar los efectos del cambio climático en el sector agropecuario del país a través de la difusión de conocimiento científico e información tecnológica.

Una de las acciones para seguir avanzando en estos esfuerzos fue la organización del Seminario Binacional Red de Observatorios del Cambio Climático en la Agricultura, organizado por la dependencia federal y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), que se realizó con la finalidad de ofrecer a las organizaciones radicadas en México un taller técnico para conocer los aspectos funcionales, las metodologías y las características de la recolección de información en un centro de investigación sobre el clima (Climate Hub).

En el marco del seminario se informó que mediante el impulso a los biofertilizantes, la SAGARPA logró reducir entre 2014 y 2015, más de 22 mil toneladas de dióxido de carbono equivalente; además se dejaron de utilizar 69,589 toneladas de fertilizantes químicos y la producción incrementó 15%. Especialistas mencionaron que en los últimos siete años, sistemas de energía alternativa promovidos por esta dependencia, como biodigestores y celdas fotovoltaicas, entre otros, redujeron las emisiones de dióxido de carbono en 3.6 millones de toneladas, lo que representa sacar de circulación 1.5 millones de automóviles durante un año.

Además de las presentaciones de la SAGARPAy el USDA, durante el encuentro, representantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Colegio de Postgraduados (Colpos), la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), la Universidad Agraria Antonio Narro (UAAN), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), entre otros, presentaron avances de sus análisis y herramientas sobre la mitigación y adaptación al cambio climático.

Por parte del CIMMYT, Víctor López, líder de MasAgro Productor, dio una presentación sobre la agricultura climáticamente inteligente desde la perspectiva del desarrollo y difusión de tecnologías en México, operado a través de MasAgro, e hizo hincapié en el modelo de desarrollo de nodos de innovación, vinculación de actores y extensión de tecnologías que este programa representa y que tiene un impacto importante en términos de promover una agricultura más sustentable en el país y un aumento sostenido de la productividad. Varios participantes del seminario expresaron su interés por trasladar este mismo modelo exitoso a otros productos agrícolas.

El coordinador general de Asuntos Internacionales de la SAGARPA, Raúl Urteaga Trani, aseveró que el objetivo de este encuentro es fomentar una cooperación entre los países e instituciones académicas para llevar nuevas tecnologías al campo y aumentar la sustentabilidad del sector primario, según lo instruido por el titular de la dependencia, José Eduardo Calzada Rovirosa. Abundó que a partir de este seminario se iniciarán los esfuerzos para establecer al menos tres observatorios en el país: Zonas Áridas, Zonas Tropicales y Altiplano.

Estos observatorios serán en realidad centros para la integración de esfuerzos en el análisis y promoción de soluciones específicas para reducir las emisiones de CO2 y ayudar a los productores mexicanos a adaptarse al cambio climático. Se espera que con esta iniciativa, inspirada en el modelo del USDA, se le proporcione al público interesado información práctica y científica en temas como alertas tempranas de heladas, sequías, plagas y enfermedades y, en general, tecnologías climáticamente inteligentes disponibles.

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El desarrollo sostenible: una alternativa para mitigar el cambio climático

Mejorando nuestra calidad de vida y la de generaciones futuras.

Con información de Walter López, INIFAP Chiapas.

23 de febrero de 2016.


En el artículo de la semana pasada abordamos el tema de los efectos del cambio climático en la agricultura, entre los cuales mencionamos la sequía, fechas erráticas de siembra y mayor incidencia de plagas y enfermedades. En el caso específico de México, se tiene previsto un cambio en las zonas de productividad, al desaparecer áreas de agricultura de temporal que en la actualidad son marginalmente aptas. El 50% de la cubierta vegetal del país cambiará, siendo los más afectados los bosques templados de pino y encino. Por otro lado, la administración del agua será afectada por la escasez. Al final, las consecuencias tienen una repecursión en nuestras vidas.

¿Cómo atender este problema tan complejo? Desde luego que la solución implica cambios en nuestro estilo de vida, los cuales deben hacerse en función de un desarrollo sostenible, es decir, con el mejoramiento de la calidad de vida de los que vivimos ahora sin menoscabo de la calidad de vida de las generaciones futuras.

La estrategia para combatir el cambio climático tiene dos vertientes: la mitigación y la adaptación. La primera se refiere a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), lo cual se logra con el uso eficiente de la energía fósil, es decir, aquella que se obtiene de la quema de combustibles como gasolina o diésel.

Algunos consejos que podemos aplicar nosotros son: reducir el uso de vehículos que consuman combustibles fósiles o utilizar vehículos que den más kilómetros por litro; usar focos ahorradores (que den la misma luz, con menos watts) o la preparación de alimentos en estufas ahorradoras de leña en zonas rurales.

Otra forma de reducir la cantidad de GEI en la atmósfera es la captura de carbono: durante la fotosíntesis, las plantas transforman el CO2 en glucosa, evitando con ello que sea devuelto a la atmósfera. De ahí la importancia de evitar la tala inmoderada de árboles y reforestar cuando sea necesario.

Por su parte, la adaptación se refiere a las acciones realizadas para evitar, resistir o aprovechar la variabilidad, los cambios y los efectos del cambio climático. En este sentido, la actividad agrícola necesita ajustes en su forma de producir.

La Agricultura de Conservación es una opción sustentable, ya que promueve el uso del rastrojo sobre el terreno, la rotación de cultivos o sistemas agroforestales, el uso eficiente de insumos como tierra, agua, fertilizantes, entre otros, y prácticas de conservación de suelo y agua.

Para poder actuar necesitamos entender cómo funciona la naturaleza y realizar acciones que nos ayuden a tener una mejor calidad de vida para nosotros y las generaciones futuras. Recuerda que debemos dejar de ver el entorno local y pensar que nuestras acciones tienen repecursiones a escala global y hacia el futuro.

Sigue en redes sociales nuestra campaña, con el hashtag #ChiapasNoQuema.

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¿Por qué el cambio climático está afectando a la agricultura?

Pérdida de nutrientes, disminución de materia orgánica y erosión, entre los daños principales.

Con información de Iliana Iyañez, Intensificación Sustentable para América Latina.

16 de febrero de 2016.


¿Cómo ha afectado el cambio climático a tus cultivos? Hicimos esa pregunta en días pasados a través de MasAgro Móvil y redes sociales. Esta encuesta arrojó que 41% de los participantes respondió que el cambio climático ha originado sequía en tiempos de siembra. Otro 35% dijo que han notado mayor desarrollo de plagas y enfermedades, mientras que 19% ha visto retraso en el tiempo para sembrar.

(4% manifestó otros efectos, sin mencionar cuáles).

Una de las prácticas en campo que está favoreciendo el cambio climático es la quema de rastrojo, que ha ocasionada en el campo la pérdida de nutrientes, la disminución de materia orgánica y la actividad biológica, la erosión del suelo y el incremento de la maleza, plagas y enfermedades, efectos que repercuten directamente en el desarrollo de los cultivos, reduciendo su rendimiento y calidad. ¿Por qué se provocan estos daños?

El cambio climático es un proceso natural y complejo, resultado de una serie de procesos que se han acelerado por acción directa del hombre. Revisemos a detalle.

La atmósfera es la responsable de regular y mantener la temperatura de nuestro planeta. Está compuesta principalmente por gases, como nitrógeno y oxígeno, que permiten el paso de los rayos del sol hasta la superficie del planeta, donde se absorben y son usados para calentarlo. Pero no todos los rayos son absorbidos por la superficie terrestre, algunos se regresan al espacio atravesando la atmósfera. Muchas de nuestras actividades han generado gases contaminantes que se han acumulado e impiden su regreso. A este fenómeno se le conoce cómo efecto invernadero. La quema de madera o rastrojo contribuye a la emisión de estos gases.

Estos rayos son los encargados de calentar al planeta; no es difícil comprender que su acumulación genere que la temperatura de la Tierra aumente; es decir, que se sobrecaliente y se ocasione el calentamiento global, el cual provoca una serie de problemas, entre los cuales está el cambio climático.

El cambio climático es una modificación natural y acelerada en el clima global del planeta, la cual no debe pasar por alto, ya que origina situaciones que nos afectan tanto directa como indirectamente: sequías, inundaciones, huracanes, tsunamis, deshielo de los polos y más. Lo anterior afecta a la agricultura, ya que la reducción de la superficie cultivable por el aumento en el nivel del mar, la erosión del suelo por las frecuentes sequías y la aparición de enfermedades y plagas, por efecto de la humedad en el ambiente en los cultivos, son solo algunos ejemplos de por qué los expertos señalan al cambio climático como una amenaza para la seguridad alimentaria y el bienestar humano.

Además de los gases de efecto invernadero (GEI) que se producen con la quema de rastrojo y otros productos orgánicos, se emite a la atmósfera otro tipo de gases que resultan tóxicos para los seres vivos y partículas muy pequeñas que entran y se alojan en el organismo de las personas, causando daños a la salud. Éstos pueden ir desde una sencilla infección en las vías respiratorias hasta cardiopatías (enfermedades del corazón), accidentes cerebrovasculares, enfermedades de los pulmones, cáncer o insuficiencia respiratoria.

Si bien es cierto que las consecuencias del cambio climático se verán reflejadas a largo plazo, no debemos perder de vista que el riesgo existe. Por el contrario, ahora que las consecuencias apenas comienzan a notarse, es momento de actuar.

Sigue en redes sociales el hashtag #ChiapasNoQuema.

Para mayores informes te invitamos a visitar:

http://cambioclimaticoglobal.com

http://www.inecc.gob.mx

http://climate.nasa.gov/interactives/climate-time-machine

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La comunicación: desde el que produce al que consume

Comunicar es informar, es trasladar conocimiento, experiencia y habilidades para lograr lo mejor al cultivar una semilla.

Por: Hugo F. Castellano, periodista agropecuario.

Diciembre de 2015.


México.- En términos de productividad, el desafío no es menor. Hoy la agricultura tiene como uno de sus objetivos centrales, en cualquier latitud, optimizar recursos para generar un sistema integrado y eficiente. La pregunta que llega de inmediato es cómo lograr en la práctica esa sustentabilidad. En otras palabras, cómo lograr la oferta frente a una demanda creciente.

La población mundial no deja de crecer. La demanda global de alimentos continúa en ascenso. El gran desafío entonces está en los productores. Acercarles información, proveerlos de tecnologías, asistirlos en las buenas prácticas son prácticas necesarias frente a un escenario complejo y dominado por dos factores: una economía muy volátil y las incidencias del cambio climático.

Hoy quienes producen y trabajan la tierra requieren de nuevas herramientas. Hace miles de años fueron los arados, ahora son las nuevas tecnologías, pero también una comprensión amplia del proceso productivo y eficaz, con buenos rendimientos, con resultados mejores y con un nivel de previsión acorde con el nuevo milenio.

En el proceso productivo primario actual, la comunicación es una herramienta clave. Comunicar no es sólo decir, es informar, trasladar conocimiento, experiencia y habilidades para lograr lo mejor al cultivar una semilla, cuidando el suelo, el agua y todo el ecosistema. Comunicar en el agro hoy es acompañar al productor, pero también darle la posibilidad de acercarlo al otro extremo de la cadena agroalimentaria. El consumidor final es más exigente. Al mismo tiempo es un reto interesante lograr que el que consume comprenda completa y ampliamente lo que cuesta y significa cultivar la tierra y producir alimentos.

En las organizaciones dedicadas al sector agropecuario en general deberá estar también el desafío de involucrar a todos los eslabones de la cadena para hacer, comunicando de manera eficiente internamente y externamente, no sólo una agricultura sostenible. Comprender lo que significa comunicar una idea, un concepto, una acción, puede ser el inicio de una nueva forma más enriquecida y esclarecida de ver al campo y al consumidor.

La prosperidad de las nuevas y futuras generaciones dependerá de las nuevas capacidades para producir con calidad. Eso requiere de conocimiento, difusión e integración a través de muchos canales, para una diversidad de receptores o públicos. De esa manera seguramente entre todos podremos hacer una agricultura y un mundo realmente sustentables.

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Estudiantes de Guerrero se vinculan con MasAgro

Cutzamala de Pinzón, Guerrero.- Los estudiantes representan una gran oportunidad para reactivar la vocación productiva del campo guerrerense, lo cual se complementa con el apoyo de instituciones comprometidas con la seguridad alimentaria y con el medio ambiente, tales como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), pues en la transferencia de tecnología las instituciones educativas representan una muy buena opción como generadoras, validadoras y difusoras de los avances tecnológicos para aumentar la rentabilidad de la actividad agrícola.

En los últimos años el campo guerrerense ha sufrido las consecuencias de los efectos del cambio climático: un exceso de lluvias en el año 2013, lo que ocasionó una gran pérdida de superficie cultivable y en algunas regiones una considerable disminución de los rendimientos, y una ausencia de lluvias en 2015, que ocasionó la pérdida de una superficie considerable de cultivo, motivo por el cual fue necesario buscar alternativas para la difusión científica que permitan disminuir los efectos negativos de las contingencias climatológicas.

El Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA) 288, en Cutzamala de Pinzón, comparte esta visión, por lo que a través de su personal docente y directivos promueven la necesidad de establecer una colaboración participativa con el programa MasAgro, a través del proceso de capacitación teórico-práctico para alumnos que cursan el quinto semestre. El proceso implica llevar a cabo una serie de siete capacitaciones con una duración de tres horas cada una, con los temas de Agricultura de Conservación y fertilidad de suelo.

La colaboración con el CBTA 288 ha permitido conocer las inquietudes y aspiraciones que tienen los jóvenes hacia la actividad agrícola, además de aprovechar la disposición del plantel para establecer un módulo en el que se validen las distintas innovaciones tecnológicas con enfoque sustentable. A través de los talleres se permitirá a los estudiantes transmitirles a sus padres acciones que buscan mejorar el manejo agronómico que han realizando año tras año.

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USDA promueve una agricultura preparada para enfrentar el cambio climático

• USDA dio a conocer la función de los Centros en el contexto de los Estados Unidos y cómo contribuyen para enfrentar al cambio climático.

Con información de Luz Paola López Amezcua.

1 de septiembre de 2015.


Puerto Rico.- El cambio climático se ha convertido en tema principal en agendas de gobiernos e instituciones en el mundo, pues sus ya visibles efectos en la productividad agrícola han propiciado un auge de los esfuerzos hacia una agricultura sustentable climáticamente inteligente. Una de las propuestas para lograr este objetivo son los “Centros Climáticos”, modelo de trabajo propuesto por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para atender temas relacionados con la alimentación, agricultura, recursos naturales, desarrollo rural, nutrición, políticas públicas y gestión eficaz que contribuyan a trabajar en el marco de los cambios en el clima.

La presentación y reflexión acerca de los desafíos y oportunidades que podrían derivarse de adoptar un modelo de Centros Climáticos en México y Centroamérica se llevó a cabo en Puerto Rico, los días 18 y 19 de agosto, a través de un taller donde participaron distintos representantes de instituciones y gobiernos implicados en la promoción de la seguridad alimentaria en la región. Entre los participantes, se contó con la participación de: SAGARPA, CIMMYT, IICA, CATIE, Instituto de Meteorología e Hidrología del Caribe, oficiales de los Ministerios de Agricultura y Medio Ambiente de países centroamericanos y representantes de USDA en América Latina.

USDA dio a conocer la función de los Centros en el contexto de los Estados Unidos y cómo contribuyen para enfrentar al cambio climático. Un ejemplo de este esquema es el Centro Climático que operan en el Caribe, donde han desarrollado herramientas y plataformas que permiten la cooperación y colaboración en la región a través de investigación, comunicación y capacitación. Una parte fundamental de este taller fue el debate que se llevó a cabo con los participantes, en el cual se buscó analizar en cada país y región las herramientas disponibles para una agricultura inteligente y la identificación de colaboradores potenciales en cada país.

Víctor López Saavedra, en representación del CIMMYT, expuso la estrategia del centro para la intensificación sustentable de la producción de granos básicos, haciendo especial referencia al diseño y funcionamiento de los nodos de innovación tal y como operan en México en el contexto de MasAgro, pero también cómo éstos fueron adaptados a las necesidades identificadas en los proyectos alineados de Guatemala y Haití. Resultaron de especial interés para los participantes el enfoque integrado de agricultura de conservación y agricultura de precisión, así como la generación, validación y difusión de las tecnologías que acompañan y posibilitan la estrategia, tales como las herramientas de información para la toma de decisiones y la transferencia de tecnología o el trabajo realizado en materia de divulgación a actores clave.

La proyección de este taller tendrá como meta la integración de aprendizajes de experiencias pasadas y presentes para impulsar con USDA y sus socios en América Latina y el Caribe, una oportuna y efectiva investigación y extensión de prácticas y tecnologías para la agricultura que puedan significar una mitigación o adaptación al cambio climático.

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El cambio climático y la agricultura

“El CIMMYT ha abonado al cumplimiento de los compromisos de México 2020-2030”.

21 de abril de 2015.


La quema de rastrojos, al igual que prácticas como la roza-tumba y quema, son fuentes generadoras de gases de efecto invernadero (GEI), gases que contribuyen al cambio climático. Aun cuando probablemente no detectemos directamente sus efectos, este fenómeno ha causado grandes cambios en varias partes del mundo, como el incremento en temperaturas promedio y la aceleración del proceso de deshielo en zonas como Groenlandia, la Antártida y el Ártico, lo que ha traído sin lugar a dudas graves consecuencias para los agricultores del mundo.

Este 22 de abril se festeja el Día Mundial de la Madre Tierra, decretado por la ONU hace 45 años, y el programa de Agricultura de Conservación del CIMMYT se une a esta celebración para conocer los problemas derivados del cambio climático y las formas para afrontarlos.

Expertos comentan que el cambio climático aumentará el riesgo de la inseguridad alimentaria, especialmente para productores de subsistencia, ya que año con año tendremos más problemas y tendrán menor oportunidad de adaptarse a ellos. A pesar de los avances tecnológicos, productores de escala mediana y de gran producción también serán afectados, aun con soluciones como las variedades mejoradas o sistemas de riego, el clima sigue siendo un factor clave en la productividad agrícola, así como las propiedades del suelo y los ecosistemas naturales.

Respecto a la productividad y el rendimiento, se afectará la cantidad y calidad de los cultivos. En general, varios tipos de malezas y enfermedades incrementarán su presencia bajo temperaturas calurosas y climas húmedos.

Otros problemas que enfrentaremos es el cambio en el uso del suelo: aumentarán los períodos de sequías, inundaciones e incluso, el incremento del nivel del mar, lo que causará pérdidas en cuanto a las áreas que pueden ser cultivadas, provocando el abandono de los campos. Lo anterior también tendrá impactos en México, ya que áreas de temporal destinadas a la agricultura, desaparecerán por la escasez de agua. Además, los productores podrán apreciar un cambio marcado en cuanto a las fechas de siembra y cosecha. El incremento en temperatura y humedad dará las condiciones necesarias para incrementar las afectaciones de plagas durante el ciclo agrícola.

Los agricultores deberán de aprender nuevas técnicas y prácticas agrícolas para adaptarse a los nuevos retos que vamos a vivir. Las tecnologías MasAgro, como la Agricultura de Conservación, son herramientas sustentables para contrarrestar los efectos dañinos del cambio climático. Sin embargo, para reducir nuestra contribución a este fenómeno, todos debemos de sumarnos. En el campo, podemos contribuir a NO QUEMAR nuestros residuos y aprovechar todos los beneficios que nos ofrecen para mejorar el suelo y la producción.

#ChiapasNoQuema

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Buscan garantizar seguridad alimentaria a pesar del cambio climático

“El CIMMYT ha abonado al cumplimiento de los compromisos de México 2020-2030”

21 de abril de 2015.


Con la finalidad de difundir los resultados potenciales de la Alianza Global para una Agricultura Climáticamente Inteligente, tuvo lugar una sesión informativa en la Ciudad de México, organizada por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), a través de la Coordinación General de Asuntos Internacionales (CGAI).

En la sesión, representantes de instituciones del Gobierno Federal, de oficinas agrícolas de diversas embajadas, de agencias internacionales de cooperación, de instituciones de investigación y asociaciones de agricultores y de agronegocios hablaron acerca de las acciones y compromisos adquiridos, así como de las futuras acciones relacionadas con la agricultura, la seguridad alimentaria y el cambio climático.

Mark Manis, asesor de políticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), explicó que la Alianza Global para una Agricultura Climáticamente Inteligente nació el 23 de septiembre de 2014 en la Cumbre del Clima celebrada en Naciones Unidas con la finalidad de identificar, promover y desarrollar acciones para adoptar mejores prácticas agrícolas, sistemas de producción de alimentos y políticas sociales. Actualmente 20 países, incluido México, forman parte de esta alianza. Mencionó también que es de vital importancia compartir experiencias y desarrollar iniciativas y estrategias regionales que puedan derivar en acciones de cooperación regional.

Durante el mismo acto, Bram Govaerts, director adjunto del Programa Global de Agricultura de Conservación del CIMMYT, se refirió a la contribución de este organismo internacional para lograr una agricultura resiliente al cambio climático. Explicó además los proyectos del CIMMYT a nivel global en relación con el tema del cambio climático: la comprensión y evaluación de la respuesta del trigo al cambio climático para generar estrategias integrales de mejoramiento a través del modelaje; la consulta de expertos y diálogos multiactorales; la diseminación focalizada de variedades adaptadas de maíz con tolerancia al calor y la sequía y con características elegidas por los productores en zonas prioritarias por vulnerabilidad climática en en África oriental y meridional y la planicie del Indo-Ganges; y la mejora de las estimaciones de las emisiones de N2O de sistemas de cultivo de maíz y trigo.

También, señaló que el CIMMYT ha abonado al cumplimiento de los compromisos de México 2020-2030. El primero es la reducción del carbono negro 51% en 2030. El segundo compromiso se refiere a la la reducción de GEI 22% en 2030. El CIMMYT, dijo Bram Govaerts, ha contribuido a este objetivo con la difusión de prácticas de AC que generan una disminución en la quema de combustibles fósiles y biomasa (no quema residuos); con el uso de sensores para mejorar la eficiencia de la fertilización (N2O) a través del proyecto MasAgro, el más importante en cuanto a investigación e innovación agrícola en Mexico; con el proyecto CCAFS “Mejora de las estimaciones de las emisiones de N2O de sistemas de cultivo de maíz y trigo”, donde México aporta datos de gases de efecto invernadero (GEI); y con una investigación sobre N2O emitido a la atmósfera por uso de fertilizantes nitrogenados en la producción de maíz, con la que podrán diseñar tecnologías que ayuden a mitigar la emisión de GEI. gei

Govaerts invitó a generar una plataforma de inversión pública-privada para la investigación en sistemas de producción sustentable de maíz y trigo para Mexico, ya que el país tiene un gran potencial de ser líder en la materia a escala global.

Por otra parte, François Boucher y Leticia Deschamps, representantes del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), mencionaron la necesidad de articular esfuerzos y políticas para prevenir o mitigar los desastres causados por el cambio climático. Por ello, explicaron que actualmente desarrollan un Observatorio de Cambio Climático a escala nacional, cuyo objetivo es proporcionar información relevante y oportuna para poder diseñar políticas públicas y acciones en materia de cambio climático y seguridad alimentaria.

Durante su intervención, Lionel Grott, de la embajada de Francia, hizo referencia a la 21 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 21), que se celebrará este año en París y en la que se espera lograr un acuerdo global para que todas las partes puedan hacerle frente al cambio climático y evitar un aumento de 2 °C en el calentamiento del planeta.

También en la sesión, AG Kawamur comentó la experiencia del cambio climático y el impacto en la agricultura en California. José Luis Meza, director ejecutivo de Agronegocios de Scotiabank abordó el tema de los esquemas de financiamiento para la sustentabilidad.

Finalmente, los asistentes se comprometieron a entablar un diálogo permanente para trabajar de manera conjunta y compartir experiencias e inquietudes que les permitan abonar al tema de cambio climático y tomar acciones para garantizar la seguridad alimentaria en un futuro.

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La quema y sus efectos en el cambio climático y en la salud humana

La exposición a las partículas de la quema de la materia orgánica, como el rastrojo, están fuertemente asociados con enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, cáncer de pulmón y asma, y en general, daños en el sistema inmunológico

7 d abril de 2015.


En verdad es preocupante hablar de la quema de los residuos o rastrojos en este tiempo, ya que los gases liberados durante está práctica contribuyen en gran manera al fenómeno que conocemos como “efecto invernadero”, que se ha manifestado durante los últimos años con temporadas más largas de intenso calor, lluvias impredecibles y heladas atípicas, lo que ha causado efectos devastadores en la zonas productivas de nuestro país.

El calentamiento global, una de las consecuencias del efecto invernadero, que consiste en un incremento en las temperaturas a nivel global, se ha podido medir y, en promedio, la temperatura del planeta en el último siglo ha aumentado 0.7 °C y se proyecta que incrementará entre 1.1 y 6.4 °C en los próximos años.

Los cambios en la temperatura, el incremento en gases invernadero y de la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos han tenido impactos negativos en el rendimiento de los cultivos y en la producción de alimentos en general. Hay que tener en cuenta que estos cambios no solo afectan a la producción agrícola, sino que también se presentan impactos en la salud de los seres humanos.

La exposición a las partículas de la quema de la materia orgánica, como el rastrojo, están fuertemente asociados con enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, cáncer de pulmón y asma, y en general, daños en el sistema inmunológico de los seres humanos.

Por otro lado, ante el incremento de la temperatura, varios tipos de malezas y enfermedades incrementan su presencia en climas húmedos. Y aquí se presenta otro inconveniente, pues el uso de pesticidas y fungicidas para controlar estas malezas y enfermedades puede causar efectos negativos en la salud, como alteraciones neurológicas, reproductivas, endocrinas, inmunológicas e incluso efectos cancerígenos.

Vale la pena hacer esta reflexión hoy 7 de abril, Día Mundial de la Salud.

¡Cuidemos nuestro planeta y nuestra salud!

Seamos sustentables y no contribuyamos a generar gases de efecto invernadero. #ChiapasNoQuema

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Es México potencial referente en investigación agrícola

“Si en un futuro cercano no se hace nada en América Latina, el cambio climático actuará con daños irreparables, como alteraciones en los patrones hídricos, deshielo de los glaciares de la región (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Argentina), y los grandes reservorios de agua dulce empezarán a escasear»

24 de marzo de 2015.


“México, referente mundial de excelencia y sustentabilidad” fue la conferencia magistral que ofreció Bram Govaerts, director adjunto del Programa Global de Agricultura de Conservación, durante su participación en el segundo día de actividades del foro agrícola Expoceres 2015, donde detalló que México debe ser un referente en investigación agrícola, ya que tiene todo el potencial para ser punta de lanza a escala internacional para el mejoramiento de cereales como maíz y trigo.

Govaerts aseguró que es necesario generar una visión global para la aplicación de sistemas agrícolas sustentables que les permitan a los agricultores del mundo obtener rendimientos más altos, estables y con mayor impacto benéfico al medio ambiente.

También presentó la Estrategia de Intensificación Sustentable para América Latina, cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de los pobladores rurales por medio de la intensificación sustentable de los sistemas de cultivo de granos básicos. La estrategia, basada en los principios de investigación, desarrollo e innovación (I + D + I) genera su aplicación en campo con el uso de semillas con mayor potencial de rendimiento y adaptación, Agricultura de Conservación y agricultura de precisión.

El científico originario de Bélgica también participó junto a otros científicos mexicanos en el panel de discusión “Si cambia el clima, cambiemos nosotros”, donde argumentó que no estamos haciendo nada para revertir estos efectos, y que la respuesta no solo está en la conciencia, sino en la investigación. “Necesitamos generar conciencia, pero es también de suma importancia invertir en ciencia, innovación, desarrollo y en la aplicación de sistemas agrícolas sustentables”, comentó Govaerts.

Argumentó que el cambio climático se ha adelantado 20 años a las previsiones hechas. Es un riesgo que se debe atender, pues se presenta de manera extremosa, algo para lo que no estábamos preparados. Claro ejemplo del cambio climático son las precipitaciones que se han presentado en estos meses en la zona de los Valles Altos en México —que comprende estados como Hidalgo, México, Puebla, Distrito Federal y Tlaxcala—, ya que las lluvias no deberían iniciar sino hasta el mes de abril.

Comentó que si en un futuro cercano no se hace nada en América Latina, el cambio climático actuará con daños irreparables, como alteraciones en los patrones hídricos, deshielo de los glaciares de la región (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia y Argentina), y los grandes reservorios de agua dulce empezarán a escasear, además de la expansión de los desiertos en la región.

“Si los productores aplican la tecnología lograrán una reducción de entre 20 y 30 por ciento de los costos de producción, pero si continúan aplicando los métodos convencionales, dentro de 15 años saldrán de la jugada, sobre todo si se siguen teniendo crisis climáticas como la falta de agua, heladas o sequía”, finalizó.