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Sorgo, una buena opción para forraje

Loreto, Zac.- Las condiciones climáticas en 2019 fueron bastante adversas para Zacatecas, registrándose apenas 214.7 milímetros de lluvia en el ciclo agrícola primavera-verano. En comparación con otros años, se registró un déficit de lluvia de 83% en el periodo en que se esperaba la mayor precipitación (Conagua, 2019).

Frente a esta situación que lamentablemente se volverá más recurrente debido a los efectos del cambio climático, los productores buscan alternativas para continuar con sus actividades. En la comunidad La Victoria, municipio de Loreto, Zacatecas, la producción de forraje es de particular interés para los agricultores, debido a la importancia económica de la ganadería en la entidad.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores en la entidad buscan soluciones a las situaciones más apremiantes para los productores, por lo que se estableció un módulo o parcela demostrativa (en el sitio denominado “el Cuije”), donde se evaluaron algunas opciones forrajeras para temporal, específicamente sorgo dulce (las variedades pampa karamelo y caña dulce) y maíz (la variedad B2402).

El sorgo es un cultivo que requiere menos agua que el maíz (pertenece a la familia de las gramíneas y se adapta bien a zonas áridas o semiáridas), por eso tiene potencial como una planta forrajera que se puede cultivar en la región del altiplano semiárido de Zacatecas. Además, su valor nutricional es igual o ligeramente superior al del maíz, y tiene una respuesta productiva superior (Osuna y Martínez, 2017).

Los resultados indican que —para las condiciones específicas del módulo— el sorgo tuvo un rendimiento 4.3 veces mayor que el maíz, y dentro del sorgo hubo diferencias notables entre las variedades: pampa karamelo fue 2.5 veces superior a caña dulce. También, el sorgo presentó mayor eficiencia que el maíz en el uso de agua de lluvia, por lo que se puede concluir que las condiciones climáticas en Valle de Loreto son apropiadas para su desarrollo y cultivo con fines forrajeros.

 

Fuentes:

  • Conagua. (2019). Sistema hidrometeorológico. Guadalupe, Zacatecas.
  • Osuna-Ceja, E. S. y Martínez-Gamiño, M. A. (2017). Rendimiento y calidad de forraje de maíz y sorgo de temporal a cuatro y seis hileras en Aguascalientes, México. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, 8(6), 1259-1272.
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En Veracruz se suman esfuerzos para apoyar a productores de bajos ingresos

De acuerdo con el Índice de Riesgo Climático Global 2020 de la organización Germanwatch, entre 1999 y 2018 murieron 495,000 personas como consecuencia directa de más de 12,000 fenómenos meteorológicos extremos. En el caso de Veracruz, los riesgos climáticos son potenciados debido a que su amplio litoral está expuesto a los ciclones tropicales, los cuales han aumentado su número e intensidad debido al cambio climático.

El reporte de riesgos indica también que las regiones más pobres son las más vulnerables a los riesgos climáticos, viendo amenazada incluso su seguridad alimentaria. En los ciclos agrícolas recientes, por ejemplo, los productores de Cotaxtla —donde 66.4% de la población está en situación de pobreza— han tenido pérdidas económicas considerables debido a la variabilidad climática (sequías más prolongadas y lluvias más intensas y fuera de ciclo).

Para mitigar los efectos del cambio climático en Cotaxtla, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la asociación civil Educampo sumaron esfuerzos, conocimientos y experiencias para apoyar a los productores de ese municipio. Y durante el último bimestre de 2019 el CIMMYT brindó una capacitación a productores que subsisten bajo condiciones de alta marginación y que participan con Educampo.

El objetivo central de la capacitación —impartida por un técnico certificado en Agricultura Sustentable— fue mostrar a los productores las herramientas necesarias para conocer los principales problemas que enfrentan en sus sistemas de producción, para así identificar las innovaciones agronómicas que pueden resolverlos o controlarlos.

Debido al cambio climático, es fundamental que los productores adopten prácticas agronómicas y variedades vegetales tolerantes al calor y el estrés hídrico (falta de agua). Por esto, entre las opciones brindadas por el CIMMYT destaca el cultivo de leguminosas —como canavalia, mucuna, crotalaria y soya, entre otras— para mejorar las condiciones del suelo y mitigar el aumento de la temperatura, que es uno de los principales efectos del cambio climático.

La suma de esfuerzos de organizaciones como el CIMMYT y Educampo, así como la disposición de los productores para adoptar innovaciones agronómicas que les permitan adaptarse a la variabilidad climática, brinda la posibilidad de que las comunidades reduzcan los riesgos inherentes del clima actual y futuro, asegurando la alimentación de sus familias, sus ingresos y sus recursos naturales.

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Monocultivo, pérdida de biodiversidad y cambio climático

En la región de Tierra Blanca, Veracruz, el monocultivo —sistema que dedica toda la extensión disponible al cultivo de una sola planta— es una práctica común. Este sistema tiene muchas consecuencias, entre ellas el aumento de la incidencia de plagas y malezas, lo que hace que los productores vean reducidas sus ganancias, pues tienen que utilizar una mayor cantidad de insumos para controlarlas.

Además del incremento en los costos de producción, los monocultivos hacen que los suelos y la biodiversidad se pierdan. Debido a que capturan mucho menos carbono que los bosques y los sistemas de producción con cultivos diversificados, los monocultivos favorecen el calentamiento global, reducen la materia orgánica y —consecuentemente— disminuyen la rentabilidad de las parcelas.

Ante este panorama, el programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueve alternativas para que los productores ya no recurran al monocultivo, incrementen su rentabilidad y —al mismo tiempo— mitiguen o se adapten a los efectos del cambio climático.

En el caso de Tierra Blanca se observan grandes extensiones de monocultivo de caña de azúcar y pastizales, y en años recientes se ha incrementado sustancialmente la superficie sembrada con limón. Sin embargo, la extensión de terreno que los productores poseen —ya sea ejidal o pequeña propiedad— les permite cultivar maíz tanto en el ciclo primavera-verano como en el otoño-invierno.

Además, la incorporación de maíz favorece la dinámica de las familias (en su mayoría dedican el traspatio o solar a la producción de aves y cerdos), pues complementa sus ingresos y su alimentación. En el plano agronómico, la diversificación y rotación de cultivos permite disminuir la incidencia de plagas y malezas, y —dependiendo de los cultivos introducidos— es posible mejorar la fertilidad y la disponibilidad de nutrientes en el suelo.

Para evitar afectaciones importantes en los casos en que el temporal es errático y las precipitaciones bajas —consecuencia del cambio climático—, el programa MasAgro promueve en la zona prácticas diversas, como el Manejo Agroecológico de Plagas, la rotación de cultivos, la introducción de leguminosas de cobertura y la siembra de cultivos asociados (todo bajo los principios de la Agricultura de Conservación).

Por: Integración y Desarrollo CESUR SC.

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Frijol para México, plan estratégico que ya comienza a construirse

Con la presencia y participación de Miguel García Winder, subsecretario de Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), se desarrolló el Taller de Escenarios 2030 – Frijol para México (FpMex). Allí representantes de organizaciones del sector privado, sector público, centros de investigación y academia, respondieron a la convocatoria hecha por la SADER, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) —en cuya sede se realizó el taller— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Frijol para México está inspirado en la experiencia de Maíz para México, plan estratégico que busca lograr la sustentabilidad, rentabilidad y resiliencia del sistema agroalimentario de este cereal, contribuyendo a la autosuficiencia en maíz, así como a la soberanía y la seguridad alimentaria. Un plan que ya cuenta con el respaldo del gobierno federal para ponerse en marcha y que también está siendo replicado en Sudamérica con Maíz para Colombia.

Estas experiencias tienen su fundamento metodológico en un conjunto de tres preguntas orientadoras (¿dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos? y ¿cómo lograr un futuro mejor?) y el acompañamiento de un panel de expertos, que en el caso de Frijol para México está conformado por Franklin Rodríguez, investigador del INIFAP; Steve Beebe, líder del Programa de Investigación de Frijol del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT); Kai Sonder, responsable de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT; Roberto Rendón, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); y Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultivo de Mercados Agrícolas (GCMA); quienes en su momento compartieron sus perspectivas en relación con los cuatro motores de cambio identificados de manera preliminar: adopción de semilla mejorada; cambio climático; extensionismo y redes de innovación; y vinculación de productores al mercado.

El Taller de Escenarios 2030 – Frijol para México comenzó con cinco oportunidades principales enunciadas por el Subsecretario García Winder:

  1. Mejorar la producción del frijol en relación con la mano de obra, el uso de tierra, utilización de fertilizantes y otros insumos, para aumentar la productividad y competitividad.
  2. Producir frijol teniendo en cuenta las necesidades del consumidor.
  3. Repensar la comercialización para acercar a productores y consumidores finales.
  4. Realizar una gestión integral de riesgos, considerando la construcción para un mercado.
  5. Asegurar una nueva institucionalidad para la cadena del frijol.

En su turno, José Fernando de la Torre, director general de INIFAP, reafirmó el compromiso institucional con las estrategias de la administración actual, entre las que se encuentran aumentar la producción de frijol. Durante su intervención, Bram Govaerts, Director Global de Desarrollo Estratégico y Representante Regional del CIMMYT para las Américas, destacó la importancia de construir Frijol para México como un esfuerzo de país para beneficio de todos, con miras a contar con un plan estratégico para la adopción de nuevas prácticas agrícolas que contribuyan al impulso de la productividad del cultivo del frijol, así como la resiliencia frente al cambio climático, abonando a la autosuficiencia alimentaria del país (con la reducción de importaciones) y a la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.

Por su parte, Arnulfo Soto, representante del Consejo Mexicano del Frijol (Come Frijol), reiteró el compromiso de este organismo con la construcción conjunta de una visión para 2030, en la que se tengan en cuenta recomendaciones como usar semilla mejorada, contar con esquemas de financiamiento, realizar estudios de mercado, fomentar el consumo del cultivo, y realizar un congreso de frijol y leguminosas.

Durante el primer semestre de 2020 se desarrollará un proceso de validación de los motores de cambio y acciones identificadas a corto, mediano y largo plazo, a partir de los resultados documentados en las mesas de trabajo del Taller con los actores representativos del sector de frijol en México.

 

El frijol y México

Por la superficie que ocupa, el frijol (Phaseolus spp.) es el tercer cultivo más relevante en el país –su producción corresponde al 1.9% del producto interno bruto (PIB) agrícola nacional– y la leguminosa más importante para consumo directo en el mundo.  Aunque México cubre 89% de su demanda nacional (SIAP, 2017), desde 2003 se observó una reducción acumulada en la superficie sembrada y de la producción de alrededor de 20%. En otras palabras, paulatinamente México ha reducido su producción y su consumo de frijol, por lo que es oportuno y necesario construir un nuevo modelo productivo de esta leguminosa, uno que además sea incluyente y sustentable.

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Oaxaca frente al cambio climático

“El clima ya no es como antes” es una frase popular que se vuelve cada vez más habitual y representa la percepción de la sociedad ante un fenómeno ineludible: el cambio climático (cambio en el clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, el cual altera la atmósfera mundial y se suma a la variabilidad natural del clima).

Las sequías prolongadas, las heladas, los huracanes y las lluvias intensas y fuera de ciclo afectan la productividad del campo y ponen en riesgo la seguridad alimentaria. De acuerdo con uno de los escenarios sobre cambio climático, hacia el año 2055, en América Latina la producción de maíz se habrá reducido 10%, generando una pérdida de 2 billones de dólares anuales.

El Índice de Riesgo Climático Global —de la organización alemana Germanwatch— ubica a México entre los países más afectados por eventos meteorológicos extremos. A nivel nacional, Oaxaca es la entidad más vulnerable al cambio climático debido a su ubicación geográfica y al grado de marginación socioeconómica que presenta.

Para crear conciencia y articular esfuerzos en el combate al cambio climático, el Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, junto con sus colaboradores en Oaxaca, organizó el primer Simposio Internacional Innovaciones Frente al Cambio Climático: Agricultura Sustentable y Autosuficiencia Alimentaria.

El simposio, realizado en el marco del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT—, fue posible gracias a la colaboración de Walmart Foundation; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) —institución con la que el CIMMYT mantiene una estrecha relación de investigación colaborativa y en cuyas instalaciones en Villa de Etla se desarrolló el simposio—; y la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (SEDAPA) de Oaxaca.

Durante la inauguración del evento, Sofía Castro Ríos, titular de la SEDAPA, manifestó que —en lo que va del año— en la entidad se han perdido 90,000 hectáreas cultivadas por la sequía y 20,000 más por el exceso de lluvias (consecuencia de una sola tormenta tropical).

También declaró que ha escuchado testimonios de productores que comentan que el ciclo productivo se ha alterado drásticamente, por lo cual reconoció los esfuerzos del CIMMYT y sus colaboradores para desarrollar capacidades y articular las labores de estudiantes, técnicos e investigadores en favor de los productores.

Durante su intervención, Abel Jaime Leal González, gerente del Hub Pacífico Sur, manifestó que “los resultados de las investigaciones permiten tomar mejores decisiones, pero de nada sirven plasmadas en libros o revistas”, por lo que exhortó a los asistentes a compartir los aprendizajes del simposio con todas las personas de su entorno inmediato.

El programa del evento estuvo integrado por mesas de trabajo, conferencias, módulos de exhibición y una exposición de carteles de los resultados de la investigación científica. Con estas actividades, más de 400 asistentes —entre productores, técnicos y alumnos de nivel medio superior y superior— conocieron el panorama sobre el cambio climático y cómo la Agricultura Sustentable puede mejorarlo.

Investigadores como Kai Sonder, jefe de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT, y Roberto Rendón, especialista en redes agroalimentarias del Centro de Investigaciones Económicas, Sociales y Tecnológicas de la Agroindustria y la Agricultura Mundial (CIESTAAM) de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), presentaron datos sobre cómo la innovación y la investigación colaborativa pueden contribuir a generar sistemas agroalimentarios productivos, sustentables y resilientes.

La Agricultura de Conservación —sistema de producción sustentable que permite aumentar los rendimientos, reducir la emisión de gases contaminantes y conservar suelos y agua— y los enfoques agroecológicos para el control de plagas fueron algunas de las prácticas sustentables promovidas en el simposio para producir más sin agotar los recursos naturales.

Las innovaciones presentadas son particularmente útiles en un contexto en el que se estima que la agricultura produce 24% de los gases de efecto invernadero que favorecen el calentamiento global (fenómeno ampliamente relacionado con el cambio climático) y que la erosión —por ejemplo— causa daños de alrededor de 44,000 millones de dólares.

El simposio contó con la participación de investigadores nacionales e internacionales de diversas instituciones académicas y de investigación, como el CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). También asistieron representantes de diversas organizaciones, como el Comité Sistema Producto Maíz y Fondo para la Paz, entre otras.

 

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Cultivos alternativos tolerantes a sequías

Productoras y productores de la región Valles Centrales de Oaxaca visitaron y recorrieron la parcela de don Francisco Chávez, productor que ha adoptado prácticas agrícolas sustentables, para verificar la tolerancia a la sequía de diversos cultivos. La actividad fue desarrollada por el Hub Pacífico Sur —del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— y colaboradores de la Asociación Agricultura Familiar y Agronegocios (AAFA) en el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT.

El recorrido por la parcela del señor Francisco formó parte de la actividad de difusión y capacitación ‘Cultivos alternativos tolerantes a la sequía’, la cual permitió a los productores de la región conocer las particularidades, el comportamiento y los beneficios de los cultivos de lenteja, canola, girasol, quinoa, veza, haba, cártamo, grass pea (Lathyrus sativus), amaranto, garbanzo rojo, linaza, garbanzo blanco y chícharo.

Además del uso alimenticio, los cultivos presentados tienen entre sus beneficios el mejoramiento de la textura del suelo, gracias a la incorporación de materia orgánica; el mantenimiento de la humedad, debido a la cobertura que se puede dar al suelo; la reducción de la compactación, por el tipo de raíz que presentan algunos cultivos; y —en general— el favorecimiento de la nutrición del suelo a través de la rotación de cultivos.

Cabe mencionar que durante el desarrollo de la actividad se contó con el apoyo de un grupo de ingenieros que actualmente se capacitan para ser técnicos certificados en Agricultura Sustentable (TC-AS) por parte del CIMMYT. Para el proyecto que desarrollan de forma conjunta Walmart Foundation y el CIMMYT, el acompañamiento técnico de calidad y con calidez es vital para que los agricultores aumenten su productividad, mejoren sus medios de vida y se integren de forma eficaz al mercado.

Como mencionó el señor Francisco Chávez, propietario de la parcela demostrativa, este tipo de actividades permite que los productores vean por sí mismos los beneficios de las diversas prácticas sustentables, en general, y de la diversificación de cultivos, en particular. En este caso, precisaron los organizadores, saber cuáles granos son tolerantes a la sequía es importante, pues debido al cambio climático se están observando cambios en el temporal (que antes se consideraba muy seguro).

Los cultivos alternativos tolerantes a la sequía, como los mostrados en esta actividad, tienen el beneficio adicional de que pueden ser utilizados como opciones viables para que las familias obtengan ingresos adicionales. De esta manera, además de adaptarse y mitigar los efectos de la variación climática, los productores pueden aprovechar para mejorar su economía y —a la vez— ayudar a desarrollar una Agricultura Sustentable que diversifica, nutre y vincula.

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Un jardín de cempasúchil florece en medio de la sequía

Este ha sido uno de los años con menos lluvias en el estado de Oaxaca. De acuerdo con el Monitor de Sequía en México —de la Comisión Nacional del Agua (Conagua)—, al 15 de mayo, 81% de los municipios de la entidad presentaban problemas de sequía; al 31 de agosto, esta prevalecía en 77% de ellos; y hasta hace algunos días (15 de octubre), la situación de sequía continuaba en más de la mitad de los municipios oaxaqueños.

Visto desde los pronósticos climatológicos, y sin alarmismos, este panorama es sólo el inicio de una situación más severa. De acuerdo con los escenarios del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), en los próximos 24 años Oaxaca presentará mayor aridez en todo su territorio (debido a una disminución significativa en la precipitación pluvial y un aumento de la temperatura) y la lluvia media anual se reducirá 6% en el futuro cercano (2015-2039).

Se pronostica que la temperatura incremente al menos 2 °C en la mayor parte del estado (Programa Estatal de Cambio Climático de Oaxaca 2016-2022). Los datos históricos confirman que hay un aumento gradual de las temperaturas media y máxima promedio, así como una ligera reducción en la temperatura mínima. Esto se podría percibir como veranos más calurosos e inviernos más fríos.

En medio de este panorama (desolador pero posible), la pregunta es ¿qué se puede hacer cuando más de 90% de la superficie cultivada en Oaxaca es de temporal y el destino de la producción es, mayoritariamente, el autoconsumo? Las dimensiones del problema requieren acciones inmediatas, pues tan sólo la falta de agua durante el ciclo productivo primavera-verano 2019 afectará la alimentación de amplios sectores de la población oaxaqueña, particularmente del 27.9% que se encuentra en situación de pobreza alimentaria (Coneval).

A pesar de los efectos del cambio climático, que avanzan silenciosa pero inevitablemente, Oaxaca se sigue consolidando como uno de los destinos turísticos más atractivos del país. Sólo por las celebraciones del Día de Muertos, la Secretaría de Turismo del estado prevé una derrama económica de 186 millones de pesos. ¿Podrían la cultura y el turismo ayudar a mitigar, de alguna manera, los efectos del clima cambiante?

Programas como MasAgro —que impulsan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— promueven prácticas sustentables para que los productores se adapten y sean resilientes ante los efectos del cambio climático (como el mantenimiento del rastrojo como cobertura del suelo, lo cual mejora su capacidad de cosechar agua de lluvia; la rotación de cultivos; y la introducción de especies con menor requerimiento hídrico, lo que adicionalmente permite romper ciclos de plagas y enfermedades), pero se necesita el apoyo de toda la sociedad para potenciar estos esfuerzos.

Por lo anterior, se extiende una cordial invitación para que en esta temporada visiten la parcela del señor Nicolás Ramos Daniel, ubicada en el municipio de Magdalena Apasco, Oaxaca. Allí podrán encontrar un auténtico jardín de cempasúchil que ha florecido en medio de un contexto de sequía (se han cultivado dos variedades: borla y girasol), por lo que representa —en muchos sentidos— la resiliencia del campo oaxaqueño ante el cambio climático y la disposición de los productores de esa entidad para innovar.

Con el apoyo de la sociedad, la riqueza biocultural puede ser aprovechada para fomentar modelos de negocio que permitan vincular a pequeños productores con el consumidor y, al mismo tiempo, incentivar a más productores a transitar hacia una agricultura más productiva, rentable y ambientalmente sustentable, de modo que sea posible construir escenarios positivos aun con pronósticos de menos lluvia, más calor y mayor población.

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Sanjaya Rajaram llama a técnicos a atender los retos de la agricultura de cara al 2050

Edo. de México.- Con más de 150 personas conectadas en línea, Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de la Alimentación 2014, realizó la conferencia en línea “Respuesta global requerida para lograr los objetivos de desarrollo sostenible y cambio climático”, en el marco del cierre de las actividades del acompañamiento técnico del proyecto PIMAF. En esta conferencia destacó la tasa global de fertilidad, el cambio climático, la tierra cultivable disponible en el mundo y el acceso de los pequeños productores a semillas mejoradas, como algunos de los retos que la agricultura debe enfrentar con miras al año 2050.

La conferencia en línea se llevó a cabo este 17 de marzo desde las instalaciones del CIMMYT en Texcoco, Estado de México, donde el doctor Sanjaya Rajaram, mexicano nacido en India, dedicó una hora y media a explicar los retos más importantes que hoy en día enfrenta la agricultura, e invitó a todos los actores (gobierno, instituciones y productores) a sumarse en un esfuerzo conjunto para mitigar los efectos del cambio climático y comprometerse al cuidado y sanación del suelo.

Sanjaya Rajaram afirmó que actualmente la tasa global de fertilidad (TGF) es de 2.5, muy alta para lograr alimentar a los 9 billones de personas que habitarán el mundo para el año 2050, según estima la Organización de las Naciones Unidas (ONU); y afirmó que, para poder alimentar al planeta, la producción mundial de cultivos debe aumentar a un ritmo de 1.6% por año, cuando actualmente presenta un incremento de 1% por año.

Asimismo, destacó que otro reto en la agricultura es mantener, preservar e incrementar la materia orgánica en el suelo, pues actualmente, debido a la deforestación y contaminación de éstos, el cambio climático ha generado sequías e inundaciones frecuentes, reducción del contenido de carbono en el suelo, así como una influencia negativa en la nutrición, los microbiomas y los micronutrientes de las plantas, razón por la que el cese de estas prácticas debe ser considerada una responsabilidad mundial, y ahondó en la secuestración del carbono como una alternativa para mitigar el cambio climático.

“El secuestro del carbono restaura el suelo degradado, aumenta la producción de biomasa, purifica las aguas superficiales y las subterráneas, y reduce la tasa de enriquecimiento de bióxido de carbono atmosférico”, explicó Sanjaya Rajaram. Así, el desafío más importante para la agricultura en el futuro es mantener el carbono en el suelo, los bosques y los océanos, en lugar de hacerlo en la atmósfera; ello aumentaría la capacidad de las actividades microbianas del suelo y posibilitaría un mejor uso de los micronutrientes.

Investigador enfocado en el estudio del trigo, el doctor Rajaram habló también de la función de las fincas familiares y su impacto en la disponibilidad de alimentos y la nutrición, y expresó que, si bien 2,500 millones de personas viven de la agricultura familiar, las inversiones públicas son insuficientes para llevar la tecnología (como maquinaria y semillas mejoradas) a los pequeños agricultores.

La investigación y el trabajo de campo del doctor Rajaram comenzaron en el CIMMYT en 1969, cuando trabajó con Norman E. Borlaug en los campos experimentales de El Batán, Toluca y Ciudad Obregón. Rajaram implementó una expansión importante del ingenioso enfoque de lanzamiento de Borlaug a escala mundial desde México, enfatizando una amplia adaptación de nuevas plantas a diferentes condiciones climáticas y de suelo, calidad de grano superior y aumentando la resistencia a las enfermedades y plagas que habían devastado los cultivos de los productores.

Después de 33 años en el CIMMYT, incluyendo siete como director del Programa Global de Trigo, Rajaram se unió al Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Áreas Áridas (ICARDA) como director de Gestión Integrada de Genes. Durante su distinguida carrera, dio lugar a la liberación de más de 480 variedades de trigo en 51 países, que se cultivan en más de 58 millones de hectáreas en todo el mundo.

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Mapa genético de la diversidad le permitirá al maíz adaptarse al cambio climático

Por: Comunicación corporativa del CIMMYT
7 de febrero de 2017.

Edo. de México.- Los científicos han descubierto algunos de los secretos de la evolución de los maíces criollos gracias a un estudio sin precedentes de la diversidad alélica que revela la base genética de la etapa de floración y cómo el maíz se adapta a los distintos ambientes, según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Genetics. Este descubrimiento abre nuevas posibilidades de explorar y utilizar la diversidad de los maíces criollos de nuevas maneras para ayudar a los mejoradores a adaptar los cultivos al cambio climático y a otros problemas que están surgiendo en la agricultura.

Durante miles de años, los agricultores han adaptado de manera ingeniosa las variedades criollas de maíz a sus condiciones locales. En este histórico estudio, se analizaron más de 4,000 maíces criollos del continente americano y se caracterizó su ADN utilizando lo más avanzado de la genómica.

Investigadores de la iniciativa MasAgro/Seeds of Discovery (SeeD) crearon una estrategia experimental única para estudiar y aprender más sobre los genes que influyen en la adaptación del maíz.

Cabe destacar que de los 40,000 genes que contiene el genoma del maíz, en el estudio se identificaron 100 genes que influyen en la adaptación del maíz a la latitud, altitud y al ciclo de cultivo y que, además, determinan el punto en que el maíz florece en el campo.

La época de floración ayuda a las plantas a adaptarse a diferentes ambientes y se define como el periodo entre la siembra y la emergencia de las flores. Es un mecanismo básico mediante el cual las plantas integran información del medio ambiente que les indica cuándo formar semillas en lugar de más hojas. Como la semilla forma la próxima generación, el tiempo de floración es una característica crucial en el ciclo de vida de las plantas.

En el próximo siglo, patrones climáticos cada vez más erráticos y los cambios ambientales que según pronósticos resultarán del cambio climático, significan que cultivos como el maíz tendrán que adaptarse a un ritmo sin precedentes para que la producción a escala mundial se mantenga estable.

“Este estudio nos enseña cómo evaluar rápidamente los recursos genéticos de especies sumamente variables como el maíz e identificar, en los maíces criollos, aquellos elementos del genoma del maíz que podrían ser útiles para los mejoradores y los agricultores”, dice Sarah Hearne, genetista molecular que coordina la investigación de maíz de MasAgro/SeeD, una iniciativa liderada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en colaboración con científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN) en México y la Universidad de Cornell en Estados Unidos.

“Este es el estudio más extenso, en cuanto a la diversidad, que se ha realizado sobre la floración del maíz”, enfatiza Martha Willcox, coordinadora del mejoramiento de maíz criollo del CIMMYT. “Logramos este resultado utilizando maíces criollos, cuya evaluación es extremadamente difícil y compleja”. Este revolucionario estudio fue patrocinado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) de México por conducto de la iniciativa Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro). El financiamiento adicional del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el Servicio de Investigación Agrícola, la Universidad de Cornell y la Fundación Nacional de Ciencia hicieron posible el desarrollo de grandes cantidades de análisis de datos.

“Los conocimientos que hemos adquirido de este trabajo nos han dado algo parecido a un manual que nos indica ‘cómo buscar y encontrar un tesoro’ dentro de la extensa diversidad genética que existe en el maíz. Este conocimiento puede acelerar y ampliar el trabajo que realizamos para generar variedades resilientes, basándonos en miles de años de selección natural y de selección de maíces criollos por parte de los agricultores”, añade Hearne.

Referencias

Romero-Navarro, J. A., Willcox, M., Burgueño, J., Romay, M., Swarts, K., Trachsel, S., Preciado, E., Terron, A., Vallejo Delgado, H., Vidal, V., Ortega, A., Espinoza Banda, A., Gómez Montiel, N. O., Ortiz-Monasterio, I., San Vicente, F., Guadarrama Espinoza, A., Atlin, G., Wenzl, P., Hearne, S.*, Buckler, E*. A study of allelic diversity underlying flowering time adaptation in maize landraces. Nature Genetics.http://www.nature.com/ng/journal/vaop/ncurrent/full/ng.3784.html

Para obtener más información, acceso de los medios al estudio y entrevistas, póngase en contacto con la unidad de comunicaciones del CIMMYT:

Julie Mollins
Correo electrónico: j.mollins@cgiar.org
Twitter: @jmollins
Skype: juliemollins
Cel.: +1-647-966-1208
Genevieve Renard
Correo electrónico: g.renard@cgiar.org
Twitter: @genevrenard
+52-595-952-1900 ext. 2019

CIMMYT es el organismo líder, a nivel mundial, en la investigación de maíz y trigo y de los sistemas donde éstos se producen. Sus actividades son financiadas con fondos públicos. Desde su sede cerca de la Ciudad de México, colabora con cientos de aliados en el mundo en desarrollo con el fin de incrementar de manera sustentable la productividad de los sistemas de producción de maíz y trigo, y así mejorar la seguridad alimentaria global y reducir la pobreza. El CIMMYT es miembro del Consorcio del CGIAR y coordina los Programas de Investigación Maíz y Trigo del CGIAR. Para sus actividades, el CIMMYT recibe fondos de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otras instituciones de los sectores público y privado.

Acerca de MasAgro/Seeds of Discovery: La iniciativa MasAgro/SeeD se ocupa de descubrir y utilizar la nueva diversidad genética que se conserva en los bancos de germpolasma para acelerar la generación de variedades de maíz y de trigo que satisfagan la demanda de alimentos de una creciente población ante un clima cambiante. Mediante la caracterización de la configuración genética de las colecciones de maíz y de trigo, SeeD obtuvo “huellas genéticas” que describen la diversidad de dos de los principales cultivos alimentarios de la humanidad. Para multiplicar los impactos de estos resultados, SeeD estableció una “plataforma de uso de recursos genéticos” para mejoradores e investigadores y puso a disposición del público datos y herramientas informáticas.

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México preside organismo internacional de producción sustentable de alimentos

El gobierno de México asumió, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la presidencia del Consejo de la Alianza Global de Investigación de Gases de Efecto Invernadero en la Agricultura, para el periodo 2016-2017.
Con información de Notimex.
13 de octubre de 2016.

Ciudad de México.- El gobierno de México asumió, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), la presidencia del Consejo de la Alianza Global de Investigación de Gases de Efecto Invernadero en la Agricultura (GRA, por sus siglas en inglés) para el periodo 2016–2017. El organismo internacional trabaja para aumentar la producción de alimentos sin generar afectaciones al medio ambiente, precisó la dependencia en un comunicado.

Al encabezar la sexta reunión del Consejo de la GRA, el coordinador general de Asuntos Internacionales, Raúl Urteaga Trani, subrayó que el objetivo de la Alianza es trabajar de forma conjunta entre las naciones para reducir el impacto del sector agropecuario en el medio ambiente. Agregó que las políticas en el campo mexicano privilegian el extensionismo y la educación, así como la perspectiva de género y el arraigo de nuestros jóvenes en el medio rural. Urteaga Triani expresó que «con la Alianza Global como plataforma, hemos compartido conocimientos y experiencias sobre investigaciones que analizan la disyuntiva entre la producción sustentable y la necesidad de mayor ingreso para los productores». Este tipo de cooperación internacional, abundó, permite identificar y poner en marcha proyectos prioritarios en materia de retención de carbono en los suelos, prácticas agronómicas sustentables y acciones integrales de adaptación y mitigación del cambio climático.

En México se cuentan diferentes proyectos de manejo sustentable de suelo y agua, de rehabilitación de agostaderos en zonas áridas, prácticas de labranza de conservación y de implementación de biodigestores para la captura y uso de gas metano, abundó el funcionario. Urteaga Trani indicó que un ejemplo de estos esfuerzos para mitigar los efectos del cambio climático en el sector primario es el Programa de Modernización Sustentable de la Agricultura Tradicional (MasAgro) que impulsa de manera conjunta con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Otro, dijo, es el Programa Nacional de Rehabilitación de Agostaderos (Pronara), que ejecuta la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza), el cual lleva un avance de más de 800 mil hectáreas de pastizales rehabilitados, de un total de 1.5 millones de hectáreas programadas para 2018.

El funcionario federal refirió que este tipo de proyectos de la Conaza han sido implementados con éxito por los gobiernos de Centroamérica, en el llamado corredor seco de esa región, como parte de las medidas de cooperación internacional que impulsa México en el contexto regional. Resaltó que «México mantiene una clara visión de que la producción agropecuaria, además de ser eficiente, sana e inocua debe contemplar el desarrollo comunitario y la viabilidad de los ecosistemas».