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El Niño, la sequía y el rastrojo

Productor del Bajío muestra cómo el rastrojo ha mejorado la estructura del suelo en sus parcelas. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Productor del Bajío muestra cómo el rastrojo ha mejorado la estructura del suelo en sus parcelas. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

El pasado 4 de julio la Organización Meteorológica Mundial anunciaba que “las condiciones de El Niño se han desarrollado en el Pacífico tropical por primera vez en siete años, preparando el escenario para un probable aumento de las temperaturas globales y patrones climáticos perturbadores”, declarando así el inicio de este evento que requiere de una acción temprana para salvar vidas y medios de subsistencia.

La anterior aparición de El Niño, ocurrida en 2015 y 2016, afectó a más de 60 millones de personas en cerca de 23 países, por lo que la FAO ha reiterado que es urgente que los países, particularmente de América Latina y el Caribe, adapten sus sistemas de producción agrícola a un escenario donde se exacerbarán las sequías y el riesgo de inseguridad alimentaria.

La Oscilación del Sur de El Niño (ENSO, por sus siglas en inglés), o simplemente El Niño, es un fenómeno natural de ciclo irregular (sucede cada tres o siete años) producido por la interacción entre el océano (en este caso el Pacífico de la zona ecuatorial) y la atmósfera del planeta.

El fenómeno transita de un periodo cálido (El Niño, llamado así porque inicialmente se le asoció a un fenómeno de menores dimensiones que ocurre en diciembre en Perú, donde fue relacionado con el nacimiento del Niño Jesús de la tradición católica) a uno frío (llamado La Niña, para referir el efecto opuesto), teniendo fases intermedias en este tránsito de calentamiento a enfriamiento.

El fenómeno se manifiesta de formas diferentes en el planeta debido a las condiciones climáticas propias de cada región y según la época del año en que aparezca. En México, por ejemplo, si aparece en primavera suele provocar más lluvias en la parte oeste y norte del país; en verano propicia sequía en la Península de Yucatán; en otoño genera condiciones húmedas para el noroeste y Yucatán, y condiciones secas en la parte del Golfo; sin embargo, si ocurre hacia diciembre aumenta la probabilidad de sequía para el norte del país, el Bajío, y algunas zonas del Golfo.

Actualmente, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional de México, “se espera que El Niño continúe en el hemisferio norte durante el invierno, la probabilidad es mayor al 95% de que se mantenga de diciembre de 2023 a febrero de 2024, con pronósticos de que de noviembre a enero se desarrollará un evento de El Niño fuerte”.

“La sequía que estamos viviendo ahora en gran parte de Centroamérica y en el centro y sur de México es debido al fenómeno de El Niño; en contraste, más hacia el norte, hay predicciones de que vamos a tener lluvias muy fuertes. En Estados Unidos ya ha habido inundaciones, esto muestra la diferencia del efecto del fenómeno que hacia el sur se manifiesta con sequía y en el norte puede haber exceso agua. La predicción, además, es que estos extremos pueden ser cada vez más comunes en los años que vienen debido al cambio climático”, menciona Nele Verhulst, líder de investigación en sistemas de cultivos para América Latina del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Frente a un conjunto de parcelas experimentales en el Batán, en Texcoco, Estado de México, la doctora Verhulst señala dos de ellas que contrastan notablemente. Mientras en una el cultivo de maíz se ha desarrollado favorablemente, en la otra las plantas lucen raquíticas: “Aquí tenemos una comparación muy clara entre la labranza convencional que incluye rastra y remoción del rastrojo ya por más de 30 años en un monocultivo de maíz, y la agricultura de conservación, donde vemos cero labranza y estamos dejando todo el rastrojo de dos cultivos, porque corresponde a una rotación de maíz y trigo”, puntualiza Verhulst.

“Con la sequía que hemos vivido en los últimos dos meses tenemos muy claras estas diferencias que podemos apreciar entre estos dos tratamientos. En junio solo cayó una tercera parte de la precipitación normal, entonces esto lo vemos muy claramente reflejado, que la práctica convencional de esta zona ha propiciado un suelo degradado que no tiene buena estructura y no permite una buena infiltración de agua, aún cuando llueve y, claro, con la poca precipitación que tuvimos notamos que el desarrollo del cultivo está muy afectado, quedándose en estado vegetativo con plantas muy pequeñas las cuales es muy poco probable que alcancen a producir alguna mazorca”.

Por otro lado, con la “agricultura de conservación estamos infiltrando mucho más el agua de lluvia y esto es porque tenemos esta capa de rastrojo que está protegiendo el suelo. Además de mejorar la estructura del suelo, se favorece la formación de agregados que son importantes para que el agua pueda infiltrarse. Es por eso que vemos un desarrollo vegetativo casi normal y ahorita ya están saliendo las espigas del maíz y va a entrar a floración para empezar a producir mazorcas”, menciona Verhulst.

“Esto significa que los productores que están haciendo labranza convencional en esta zona, este año van a tener un resultado similar a lo que estamos viendo aquí en el ensayo, entonces habrá muy poca producción debido a las prácticas convencionales que están utilizando y a la sequía propiciada por El Niño, mientras que los productores que están haciendo agricultura de conservación sí van a tener una producción, quizá un poco menor que en otros años cuando llueve bien, pero sí van a poder lograr producir”.

Ante un panorama donde “existe un grave riesgo de que estas condiciones climáticas extremas empujen a millones de personas a la pobreza y a la inseguridad alimentaria aguda en las partes más vulnerables del mundo”, el CIMMYT y sus colaboradores están haciendo un esfuerzo sistematizado para aprender y difundir experiencias, prácticas y tecnologías que, como la agricultura de conservación, ofrecen soluciones probadas para que los agricultores hagan frente a los desafíos impuestos por El Niño en particular, y el cambio climático en general.

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Realizan primer taller de Uso Eficiente de Fertilizantes

CIMMYT, Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), Munsa, Granera del Noroeste, entre otros llevaron a cabo el curso ‘Uso Eficiente de Fertilizantes’ en beneficio de la agricultura en el sur de Sonora, donde el sector privado y agrícola unieron esfuerzos para enriquecer el conocimiento de técnicos y productores en este tema.

Lee la historia completa aquí.

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Huracanes, semillas y agricultura sustentable

Procesos para envío de semillas en el Banco de Germoplasma del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Procesos para envío de semillas en el Banco de Germoplasma del CIMMYT. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

En 1998 el huracán Mitch originó una crisis social, económica y ambiental tan grave que constituyó el punto de inflexión que situó a Honduras como un país como un preponderantemente expulsor de migrantes; en 2002, el paso del huracán Isidoro por la Península de Yucatán fue devastador y la pérdida de las cosechas para disponer de alimentos en lo inmediato y la pérdida de las semillas para sembrar en el futuro pusieron en riesgo la seguridad alimentaria de la población; también en 2005 el huracán Stan provocó en Guatemala la muerte de 1  500 personas y una crisis alimentaria debido a la pérdida e insuficiencia de semilla para sembrar, incluyendo muchas variedades nativas.  

Como estos, existen numerosos ejemplos de la vulnerabilidad de los sistemas ante el clima. Uno más reciente es el de agosto de 2021, cuando el huracán Grace tocó tierras mexicanas dos veces: primero atravesó la Península de Yucatán como huracán de categoría 1 y después tocó tierra en la costa del Golfo de México como huracán de categoría 3, convirtiéndose en uno de los ciclones tropicales más fuertes registrados, afectando seriamente a la agricultura de regiones, como el Totonacapan, en el norte de Veracruz, donde el fenómeno meteorológico llegó en plena temporada de floración del maíz, el cual se acamó —cuando las plantas se “recuestan” o se “tienden” hacia el suelo— en un 90%, sin esperanza de lograr una cosecha decente del grano.  

La ciencia actual permite pronosticar el número de tormentas que podrían convertirse en huracanes —los cuales tienen una función reguladora para el clima global, pero su magnitud se ha exacerbado debido a los efectos del cambio climático favorecido a su vez por la acción humana—, incluso pronosticar la velocidad aproximada de los vientos y su intensidad; sin embargo, estos eventos se consideran solamente probables ya que aún no es posible decir si determinada tormenta impactará algún lugar específico en una fecha determinada. En este sentido, los huracanes siguen siendo un recordatorio de la urgencia de transitar hacia sistemas de producción y consumo más sostenibles y resilientes 

El huracán Isidoro, por ejemplo, se convirtió en el catalizador para que comunidades mayas se organizaran e implementaran medidas para asegurar la resiliencia de sus cultivos y la disponibilidad de alimentos ante este tipo de fenómenos naturales. Se aceleró así un movimiento comunitario para proteger la diversidad genética del maíz nativo a través del cual se organizaron las primeras ferias de intercambio de semillas y bancos de semillas comunitarios.  

Por su parte, “el huracán Grace no solo impactó la economía de los agricultores, también su estado de ánimo ya que, al ver perdida su inversión, sintieron desesperanza y decepción. Muchos de ellos manifestaban que no esperaban algo tan fuerte y, sin embargo, el impacto fue de tal magnitud que afectó la mayoría de los cultivos de temporal y anuales, como los cítricos que son una importante fuente de ingreso en la zona”, relatan técnicos de Citricultores Tihuatecos Asociados, uno de los colaboradores del CIMMYT en Veracruz.  

“La investigación agronómica en esa región también se vio afectada, ya que los módulos agronómicos y la plataforma de investigación también fueron siniestrados por el huracán. Dadas esas circunstancias se realizó un ajuste al protocolo de investigación, buscando alternativas de cultivos para cubrir los meses restantes y llegar a la siembra del ciclo siguiente”, puntualizan los técnicos, enfatizando en que la implementación de cultivos alternativos como soya forrajera, algunas variedades de frijol y girasol constituyeron soluciones viables para adaptarse a las nuevas circunstancias.  

Si bien la conservación de semillas en bancos de germoplasma es importante ante desastres climáticos —gracias al Banco de Germoplasma que custodia el CIMMYT en Texcoco, Estado de México, fue posible repatriar variedades de maíz perdidas en Guatemala a causa del huracán Stan—, también lo es la consolidación de sistemas agroalimentarios resilientes mediante prácticas sustentables que permiten, como la diversificación de cultivos, reducir los riesgos de inseguridad alimentaria ante la variabilidad e incertidumbre climática.  

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Con drones impulsan la agricultura sustentable en Iguala

Evento demostrativo con drones en Iguala. (Foto: Isaac Ayala)
Evento demostrativo con drones en Iguala. (Foto: Isaac Ayala)

Iguala de la Independencia es uno de los 81 municipios del estado mexicano de Guerrero, en el habitan cerca de 160 mil personas, lo que lo convierte en el tercer municipio más poblado del estado. En este sentido, la construcción de sistemas agroalimentarios productivos, sustentables y resilientes es una prioridad, particularmente si se considera que Guerrero es uno de las entidades más vulnerables al cambio climático.

En Iguala, la variabilidad climática ha favorecido que se incremente la incidencia de plagas como el gusano cogollero. También persisten problemas de malezas y enfermedades debido, entre otros aspectos, a la prevalencia de prácticas agrícolas inadecuadas —como los monocultivos, las quemas agrícolas y la labranza excesiva—.

Para ofrecer soluciones viables y sustentables para que los productores del municipio hagan un mejor manejo de plagas, malezas y enfermedades, el gobierno de Iguala, junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), impulsan prácticas y tecnologías innovadoras como la instalación de dispensadores de feromonas de confusión sexual y la aplicación de productos de bajo impacto ambiental por medio de drones. Esto, en el marco del convenio de colaboración que recientemente firmaron ambas organizaciones.

En las localidades de Metlapa, Santa Teresa, El Naranjo, Tuxpan y Zacacoyuca, por ejemplo, se han realizado eventos demostrativos de aplicación con drones. Con esta tecnología, además de aplicar productos amigables con el medioambiente para el manejo de plagas y malezas, se ha hecho fertilización foliar y se han corregido deficiencias de microelementos —minerales que las plantas necesitan en pequeñas cantidades, pero que son esenciales para su desarrollo— como zinc, hierro y magnesio.

“Se trata de un dron adquirido por el Gobierno de Iguala. Las aplicaciones son gratuitas, lo único que ponen los productores son sus insumos. Para la elección de la fuente correcta y la determinación de la dosis adecuada, cuentan con el apoyo técnico de especialistas del CIMMYT gracias a este convenio. Así, los productores solicitan el dron a través de los técnicos, quienes llevan la programación y verifican el uso eficiente del equipo, así como la aplicación correcta de los insumos”, puntualiza el equipo técnico del CIMMYT.

El uso de drones, además de formar parte de una estrategia de manejo integral de plagas, malezas y enfermedades, es pertinente ante un contexto socioeconómico regional donde procesos de migración y urbanización han derivado en una baja disponibilidad de mano de obra en la toda la zona. Con estas acciones, que se desarrollan en el marco de la Estrategia 2030 del CIMMYT y los programas de apoyo al campo del Ayuntamiento de Iguala, se impulsa la consolidación de sistemas agroalimentarios sustentables en aquellos lugares donde el cambio climático impone desafíos que solo pueden ser abordados en conjunto.

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El CIMMYT en la Cumbre AIM for Climate

Sieg Snapp, Tek Sapkota y socios fotografiados durante AIM for Climate (Foto: CIMMYT)

A medida que se aceleran las amenazas del cambio climático, se requieren nuevas tecnologías, productos y enfoques para que los pequeños agricultores mitiguen y se adapten a las amenazas actuales y futuras. Dirigirse a los pequeños agricultores beneficiará no solo a los agricultores sino a todo el sistema agroalimentario a través de un mejor conocimiento relevante a nivel local que aprovecha los sensores portátiles y los avisos sobre las opciones de gestión, el estado del suelo, el clima y la información del mercado.

La Misión de Innovación Agrícola para el Clima (AIM for Climate / AIM4C, en inglés) busca abordar el cambio climático y el hambre global uniendo a los participantes para aumentar significativamente la inversión y otro tipo de apoyo para la agricultura climáticamente inteligente y la innovación de sistemas alimentarios durante cinco años (2021-2025).

El Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), como socio de AIM for Climate, organizó una sesión de trabajo titulada «Gestión inteligente de fertilizantes para pequeños agricultores para abordar la seguridad alimentaria, el cambio climático y los límites planetarios» durante la Cumbre AIM for Climate en Washington. DC, del 8 al 10 de mayo de 2023.

Los fertilizantes son esenciales para aumentar el rendimiento de los cultivos y garantizar la seguridad alimentaria; sin embargo, el uso de fertilizantes para alimentos y forrajes está gravemente sesgado a nivel mundial, lo que lleva a una fertilización excesiva en algunas regiones y a una fertilización insuficiente en otras.

Los agricultores de los países de bajos ingresos son muy vulnerables a la escasez de fertilizantes y al aumento de los precios, que tienen consecuencias directas en los precios de los alimentos y el hambre. Mejorar la eficiencia de los fertilizantes y las fuentes orgánicas e inorgánicas integradas es importante a nivel mundial, ya que la pérdida de nutrientes en el medio ambiente debido al uso inadecuado de insumos genera emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación.

Sprint de innovación

Debido a que los pequeños agricultores son los principales administradores de la tierra y el agua, el Sprint de innovación AIM4C liderado por el CIMMYT está diseñado para implementar y ampliar una gama de nutrientes resistentes al clima, estrategias de gestión en 12 países, y llegar a decenas de millones de pequeños agricultores en estrecha colaboración con casi 100 organizaciones asociadas público-privadas.

Sieg Snapp pidió más inversiones en síntesis de datos (Foto: CIMMYT)

Las estrategias incluyen innovaciones en la extensión donde las herramientas digitales permiten asesoramiento público y privado centrado en el agricultor para aumentar la adopción de prácticas de gestión de nutrientes adaptadas localmente. Conectar a los agricultores con los inversores y los mercados proporciona apoyo financiero para mejorar la gestión de nutrientes.

Al adaptar las prácticas validadas de gestión de la fertilidad a sus condiciones específicas y el uso integrado de leguminosas y estiércol, los pequeños agricultores optimizarán la productividad, mejorarán la resiliencia climática y mitigarán las emisiones de gases de efecto invernadero. La investigación de otras organizaciones ha determinado que una mejor gestión de los fertilizantes puede aumentar el rendimiento global de los cultivos en un 30 % y, al mismo tiempo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Lugar exacto, momento exacto

“Necesitamos enfoques de gestión de fertilizantes adaptados localmente que funcionen para los pequeños agricultores. Al adaptar las prácticas validadas de manejo de la fertilidad a sus condiciones específicas, los pequeños agricultores optimizarán la productividad, mejorarán la resiliencia climática y mitigarán las emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo Sieg Snapp, Directora del Programa de Sistemas Agroalimentarios del CIMMYT. Ella expresó: “Lo que se necesita ahora es una gran inversión en la síntesis de datos. A través de este Sprint, estamos explorando opciones para permitir llevar sensores a escala, para llegar a decenas de millones de agricultores con información de suelos hiperlocales”.

La desigualdad es el núcleo del problema en el manejo de fertilizantes: algunas regiones aplican más de la cantidad requerida, mientras que en otras regiones la aplicación de fertilizantes es insuficiente para las necesidades de las plantas, lo que conduce a bajos rendimientos y degradación del suelo.

Tek Sapkota hablando sobre el manejo de fertilizantes (Foto: CIMMYT)

“La eficiencia de los fertilizantes se puede mejorar mediante la aplicación de la cantidad correcta de fertilizante utilizando la fuente correcta empleando los métodos correctos de aplicación en el momento adecuado de la demanda de la planta”, dijo Tek Sapkota, científico principal del CIMMYT.

La sesión incluyó presentaciones de la Fundación para la Investigación en Alimentos y Agricultura (FFAR, por sus siglas en inglés), la Fundación de las Naciones Unidas, el Consejo de Investigación Agrícola de Pakistán (PARC, por sus siglas en inglés), el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI, por sus siglas en inglés), el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) y la Alianza de CIAT-Bioversity. Destaca las prácticas sostenibles y climáticamente inteligentes en Pakistán, la genética vegetal novedosa para mejorar el ciclo del nitrógeno y la gestión del agua y los nutrientes del suelo en Zambezi para abordar los desafíos de la seguridad alimentaria y el cambio climático.

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Reportajes

Las asociaciones científicas globales promueven vías climáticamente inteligentes para abordar la seguridad alimentaria y la crisis climática

A través de décadas de asociaciones globales, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) está redefiniendo y difundiendo un conjunto de innovaciones climáticamente inteligentes que conservan los recursos para sistemas de cultivo basados en maíz y trigo, que incluyen sistemas de cultivo más precisos y eficientes. el uso eficiente del agua y los fertilizantes, así como la agricultura de conservación, que combina labranza reducida o cero, el uso de residuos de cultivos o mantillos como cobertura del suelo y cultivos intercalados y rotaciones más diversos.

“La labranza cero y la gestión de residuos para cereales, es decir, sembrar la semilla directamente en suelos sin arar y residuos de la cosecha de arroz anterior, se ha adoptado en un área importante en la transacción de Indo-Gangetic Plain, con impactos positivos en el rendimiento de los cultivos, rentabilidad y eficiencia en el uso de los recursos”, dijo Tek Sapkota, científico principal en sistemas agrícolas/cambio climático, CIMMYT.

Parcela continua de maíz en El Batán, México (Foto: CIMMYT)

El artículo «Agricultura de conservación para la intensificación sostenible en el sur de Asia«, publicado en la revista científica Nature Sustainability, informó que, en comparación con la práctica convencional, la agricultura de conservación dio como resultado en general un rendimiento de grano un 4.6% mayor, una mejora del 14.6% en la eficiencia del uso del agua, y un 25.6% mayor retorno económico neto. El rendimiento económico neto fue un 40.5% mayor para la agricultura de conservación total pero, dados los beneficios de la adopción parcial de las prácticas, no parece justificado adherirse rígidamente a un enfoque de “todo o nada” para difundir la agricultura de conservación en el sur de Asia.

La agricultura de conservación también ofrece varios servicios ecosistémicos. En los datos del estudio, el potencial de calentamiento global se redujo hasta en un 33.5% en los sistemas de arroz y trigo, valores que son consistentes con otras investigaciones. Además, las prácticas basadas en la agricultura de conservación brindan una alternativa económicamente viable a la quema de residuos de arroz, una grave amenaza para la salud pública en el noroeste de la India debido a los aproximadamente 23 millones de toneladas de residuos que se queman cada año en la región.

“Ha sido posible una adopción más generalizada de la labranza cero en la India gracias al desarrollo de implementos tirados por tractores de próxima generación que permiten la siembra directa en residuos pesados, así como modelos comerciales mediante los cuales los propietarios de implementos contratan a los agricultores vecinos para sembrar sus cultivos y proporcionar otros servicios”, dijo Sapkota. “Los gobiernos nacionales del sur de Asia están promoviendo activamente la agricultura de conservación para abordar la quema de residuos y otros problemas de sostenibilidad agrícola”.

Vista aérea de parcelas de cultivo de maíz y trigo (Foto: CIMMYT)

Adaptando la agricultura de conservación al cultivo de maíz en México

Los esfuerzos para adaptar la agricultura de conservación y promover su adopción por parte de los agricultores que operan en México sistemas de cultivo muy diversos, en su mayoría basados en maíz de secano, han tenido resultados mixtos. Un estudio reciente evaluó la salud del suelo en 20 ensayos que comenzaron entre 1991 y 2016 en agroecologías que van desde sistemas tradicionales plantados a mano hasta sistemas de riego intensivo, contrastando los efectos de la agricultura de conservación con los de las prácticas convencionales locales, que comúnmente implican labranza, eliminación de residuos y riego continuo.

Como se informó en el artículo de 2021 «Efectos de la agricultura de conservación en la salud fisicoquímica del suelo en 20 ensayos basados en maíz en diferentes regiones agroecológicas de México«, publicado en la revista científica Land Degradation and Development, la agricultura de conservación aumentó los rendimientos de maíz en la mayoría de los sitios por 0.85 toneladas por hectárea, en promedio. La materia orgánica y los nitratos eran más altos en la capa superior del suelo bajo agricultura de conservación y la estabilidad de los agregados del suelo era mayor, lo que significa que el suelo movía el aire y el agua de manera más efectiva hacia las raíces de las plantas. Para otros parámetros de salud del suelo, como el contenido de nutrientes, el pH o la compactación, la mayoría de los valores fueron determinados más por el tipo de suelo local que por el manejo del cultivo.

Parcela de maíz en El Batán, México (Foto: CIMMYT)

“Given the significant variation across agro-ecologies, local adaptive trials are important to assess the effects of conservation agriculture on soil health and fit it to local conditions,” said Simon Fonteyne, a CIMMYT cropping systems agronomist and first author of the paper.

“Dada la variación significativa entre las agroecologías, los ensayos adaptativos locales son importantes para evaluar los efectos de la agricultura de conservación en la salud del suelo y adaptarla a las condiciones locales”, dijo Simon Fonteyne, agrónomo de sistemas de cultivo del CIMMYT y primer autor del artículo.

Control de emisiones

Varios estudios recientes han evaluado los costos y el potencial de varias tecnologías de intensificación sostenible para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en India, Bangladesh y México. Sus hallazgos pueden ayudar a informar las políticas nacionales sobre seguridad alimentaria, desarrollo económico y medio ambiente, incluidas las relacionadas con el Acuerdo de París.

En el estudio de 2019 «Oportunidades rentables para la mitigación del cambio climático en la agricultura india«, publicado en la revista Science of the Total Environment, el CIMMYT y sus socios encontraron que las emisiones totales estimadas de la agricultura india fueron de 481 toneladas de CO2 equivalente (MtCO2e) en 2012 , con los cultivos contribuyendo con más del 40% y la ganadería con casi el 60%. Bajo un escenario de negocios como de costumbre, las emisiones de gases de efecto invernadero agrícolas en India serían de 515 MtCO2e para 2030. Estas emisiones anuales podrían reducirse en 85.5 MtCO2e mediante la adopción de prácticas de mitigación y alrededor del 80% de esa reducción podría lograrse mediante medidas que realmente ahorrarían dinero y, en muchos casos, podrían implementarse con la tecnología actual. El uso eficiente de fertilizantes, labranza cero y la gestión del agua de arroz podría generar más del 50% del potencial técnico de reducción.

“La realización de este potencial de mitigación dependerá en gran medida del grado de adopción por parte de los agricultores”, dijo Sapkota, autor principal del estudio. “La adopción a gran escala de opciones aparentemente beneficiosas para todos no está ocurriendo, por lo que el gobierno de la India deberá aplicar incentivos y medidas políticas adecuadas, en consonancia con sus objetivos de seguridad alimentaria y reducción de emisiones.

Un estudio similar en Bangladesh, informado en el documento de 2021 «Cuantificación de oportunidades para la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero utilizando grandes datos de pequeños agricultores y ganaderos en todo Bangladesh«, publicado en la revista Science of the Total Environment, encontró emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura en Bangladesh de 76,8 MtCO2e para 2014–15. Las emisiones anuales para 2030 bajo un enfoque de negocios como de costumbre se aproximarían a 86.9 MtCO2e y, para 2050, alrededor de 100 MtCO2e. La adopción de opciones realistas y climáticamente inteligentes de manejo de cultivos y ganado para reducir las emisiones ofrece oportunidades de mitigación de 9.51 MtCO2e por año para 2030 y 14.21 MtCO2e para 2050. Hasta el 75% de este potencial se puede lograr a través de opciones de ahorro de costos que beneficien a los pequeños agricultores. Como es el caso de la India, la realización de este potencial depende en gran medida del grado en que las políticas y medidas de apoyo puedan alentar la adopción por parte de los agricultores.

La Fundación Walmart y el CIMMYT promueven la diversificación de cultivos en Oaxaca, Chiapas y Campeche, México. (Foto: CIMMYT)

Una evaluación rápida similar de los costos para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero de los cultivos, la ganadería y la silvicultura en México encontró un potencial nacional de mitigación de 87.9 MtCO2eq por año, en su totalidad 72.3 MtCO2eq de la ganadería. Como se informó en el documento de 2022, «Cuantificación del potencial de mitigación económicamente factible de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra en México«, publicado en la revista científica Carbon Management, implementar el potencial de mitigación en las tierras de cultivo mexicanas podría generar beneficios netos, en comparación con la ganadería y la silvicultura. opciones, que implican costes netos. En el documento de 2021 “Reducción del uso de agua en la producción de cebada y maíz a través de la agricultura de conservación y el riego por goteo”, se midió una reducción de las emisiones causada por un menor uso de combustible en la agricultura de conservación de 192 kg CO2 ha−1 en los campos de los agricultores, así como un aumento en el carbono del suelo y una reducción en el uso del agua.

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Agricultura familiar, retos y avances

Cerca del 80 % de los alimentos del mundo son producidos por familias agricultoras. La agricultura familiar, en este sentido, brinda grandes oportunidades para la seguridad alimentaria global al ser un potencial motor para preservar alimentos tradicionales, salvaguardar la diversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales, crear oportunidades económicas para las comunidades y fomentar sistemas alimentarios diversificados; sin embargo, las familias agricultoras enfrentan muchas dificultades, entre ellas el acceso a los mercados y el cambio climático. 

Dada la relevancia del tema, y en el marco de tres años del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028), la revista EnlACe del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) dedica su edición número 61 a la agricultura familiar y a los distintos proyectos que impulsa este centro de investigación científica y diversos colaboradores para apoyar a los agricultores familiares.

En el marco de la temática abordada, esta edición de EnlACe incluye contenidos sobre el proyecto CLCA —impulsado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) e implementado por el CIMMYT y diversos colaboradores en la Mixteca Alta de Oaxaca, México y en el Altiplano Sur de Bolivia— para integrar la agricultura y ganadería zonas áridas y semiáridas; también se aborda el tema de la asociatividad con productores de pequeña escala, fomentada en el marco de un proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT. 

La revista presenta también algunos resultados de las plataformas de Teopoxco y Tamazulápam en Oaxaca, donde investigadores del CIMMYT y la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas han estudiado la integración de agricultura de conservación y Milpa Intercalada con Árboles Frutales, sistemas que brindan amplios beneficios para las familias agricultoras de zonas de laderas. 

Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60.
Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

Entre otros contenidos, se destaca la actualización de los procedimientos del CIMMYT para la distribución de semillas, información sobre proyectos para el mejoramiento de variedades y distribución de semillas en África, implementación de hubs o nodos de innovación en Guatemala, entre otros contenidos están ya disponibles de forma gratuita en EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

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Después de la inundación

Las fuertes lluvias del verano han provocado graves inundaciones en Pakistán, que han afectado a más de 800.000 hectáreas de terreno. Las zonas rurales de las provincias costeras del sur han sido las más afectadas y el nivel de las aguas sigue siendo alto en todo el sistema del río Indo. Esto agrava las desigualdades existentes en los medios de subsistencia y representa importantes impactos humanitarios y agrícolas.

Debido a los daños causados por las inundaciones, los economistas estiman que las pérdidas directas de las cosechas ascienden a unos 2.300 millones de dólares. Los informes indican que más de 32 millones de personas han sido desplazadas por las inundaciones y las necesidades humanitarias urgentes incluyen el acceso a los alimentos, el agua, el refugio y la salud pública.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) alienta firmemente a que se aumenten las inversiones para garantizar que nuestros sistemas agrícolas puedan adaptarse a los impactos del cambio climático y mitigarlos. En el contexto actual, el desarrollo y la distribución de semillas de trigo mejoradas debe considerarse un pilar central de la respuesta a las inundaciones para asegurar los medios de vida dependientes del trigo.

Ninguna gota, ya sea geopolítica o climática, inclinará la balanza de nuestro sistema alimentario mundial. Pero debemos ser cada vez más conscientes de los efectos agravantes y amplificadores de cada crisis y desarrollar estrategias hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles.

Lea el estudio completo aquí.

Foto de portada: Zonas actuales de cultivo y tierras de cultivo afectadas por las inundaciones en Pakistán. Esto pone de manifiesto el importante impacto de las aguas de las inundaciones, especialmente en las tierras de cultivo del sur del país. Los límites indicados en este mapa no implican una aprobación o aceptación oficial.

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El potencial de la agricultura de conservación para aumentar el rendimiento y hacer frente al cambio climático

Multitud de investigaciones sobre los beneficios de la agricultura de conservación en el sur de Asia se han centrado predominantemente en entornos favorables en los que los agricultores tienen un acceso fiable a la energía de apoyo al riego y a los insumos.

En esta nueva publicación, científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) exploran el rendimiento de la agricultura de conservación en entornos costeros subdesarrollados del sur de Bangladesh durante un período de tres años consecutivos, incluso en condiciones de secano y/o con aplicación limitada de riego.

Los agricultores calibran sus máquinas en las comunidades que participan en los experimentos. (Foto: Ranik Martin/CIMMYT)

Respondiendo a la laguna de investigación identificada, esta investigación pone a prueba la hipótesis de que las prácticas de labranza alternante estacional que alternan entre la labranza en franjas en la temporada de invierno para el maíz y la labranza convencional antes del arroz pueden reducir el uso de energía, aumentar la productividad energética y reducir las emisiones a escala de rendimiento, al tiempo que aumentan o mantienen el rendimiento y los beneficios, incluso en estas condiciones difíciles.

Trabajando con 35 agricultores que gestionaron experimentos en entornos de riego parcial y de secano en el sur de la costa de Bangladesh, los investigadores se asociaron con las comunidades agrícolas para comparar todo el conjunto de prácticas.

La investigación descubrió que, en estos entornos costeros, las prácticas tienen el potencial de aumentar el rendimiento de los cereales y la productividad energética, al tiempo que reducen las emisiones a escala de rendimiento, lo que permite a los agricultores, incluso en entornos costeros difíciles, producir más al tiempo que reducen el uso de energía y mitigan las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, teniendo en cuenta la aversión de los agricultores a la eliminación del laboreo en el arroz, la investigación sugiere que las adaptaciones en las prácticas de agricultura de conservación y el laboreo estacional antes del arroz pueden ser un ajuste más práctico para los sistemas de arroz-maíz gestionados por los pequeños agricultores reacios a eliminar el laboreo para el arroz en la costa de Bangladesh.

Esta investigación tiene implicaciones para que los futuros esfuerzos de investigación y desarrollo tengan en cuenta las preferencias de los agricultores o las compensaciones resultantes de un cambio significativo en la gestión de la agricultura de conservación en sistemas que, por lo demás, se labran completamente. También es vital integrar los esfuerzos de desarrollo que se centran no sólo en la gestión agronómica, sino también en la creación de cadenas de valor de apoyo para mejorar la disponibilidad y asequibilidad de los insumos y la maquinaria agrícola necesarios para establecer con éxito los cultivos con dichas prácticas.

Lea el estudio completo aquí.

Foto de portada: Agricultura de conservación a largo plazo en Rajshahi, Bangladesh. (Foto: CIMMYT/Sam Storr)

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El trigo contra el calor

Hojas de trigo que muestran síntomas de estrés por calor. (Foto: CIMMYT)
Hojas de trigo que muestran síntomas de estrés por calor. (Foto: CIMMYT)

En todo el sur de Asia, incluidas las principales regiones productoras de trigo de la India y Pakistán, las temperaturas extremas están amenazando la producción de trigo. Se han registrado olas de calor en toda la región, con un récord del siglo en cuanto a la aparición temprana de calor extremo. Las temperaturas medias mensuales de marzo y abril de 2022 en toda la India superaron las registradas en los últimos 100 años.

Ampliamente reconocida como una de las principales canastas de pan del mundo, la región de las llanuras indogangéticas produce más de 100 millones de toneladas de trigo al año, procedentes de 30 millones de hectáreas en Bangladesh, India, Nepal y Pakistán, que sirven principalmente para satisfacer la gran demanda interna.

La ventana óptima para la siembra de trigo es la primera mitad de noviembre. La llegada tardía del monzón de verano de 2021 retrasó la siembra del arroz y su posterior cosecha en otoño. Esto tuvo un efecto en cadena, retrasando la siembra de trigo en una o dos semanas y aumentando el riesgo de estrés térmico de finales de la temporada en marzo y abril. En marzo de 2022 se registraron temperaturas récord de más de 40⁰C en los Punjabs de India y Pakistán, así como en el estado de Haryana, lo que provocó que el trigo madurara unas dos semanas antes de lo habitual.

Cambios y efectos durante la temporada

Antes de la aparición del calor extremo, el clima de la temporada actual en la India era favorable, lo que llevó al Gobierno de la India a predecir una cosecha de trigo récord de 111 millones de toneladas. El estrés térmico de marzo fue inesperado y parece haber tenido un efecto significativo en la cosecha de trigo, adelantando la cosecha y probablemente reduciendo los rendimientos.

Desviación del índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) durante el periodo del 22 de marzo al 7 de abril con respecto a la media de los cinco años anteriores. El NDVI es una medida de la superficie foliar y del verdor de la vegetación. Las zonas amarillas en los Punjabs de India y Pakistán, así como en el estado de Haryana, indican que el trigo maduró antes de lo normal debido a las elevadas temperaturas. Las temperaturas máximas alcanzaron los 40⁰C el 15 de marzo y se mantuvieron en ese nivel o por encima de él durante todo el periodo de recolección del trigo. (Mapa: Urs Schulthess/CIMMYT).
Desviación del índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) durante el periodo del 22 de marzo al 7 de abril con respecto a la media de los cinco años anteriores. El NDVI es una medida de la superficie foliar y del verdor de la vegetación. Las zonas amarillas en los Punjabs de India y Pakistán, así como en el estado de Haryana, indican que el trigo maduró antes de lo normal debido a las elevadas temperaturas. Las temperaturas máximas alcanzaron los 40⁰C el 15 de marzo y se mantuvieron en ese nivel o por encima de él durante todo el periodo de recolección del trigo. (Mapa: Urs Schulthess/CIMMYT).

En las llanuras del noroeste, la principal canasta de trigo de la India es probable que la superficie de trigo sembrada tardíamente haya sido la más afectada, aunque muchas variedades presentan tolerancia al calor. Los datos de los experimentos del CIMMYT en las granjas muestran una pérdida de rendimiento de entre el 15 y el 20% en esa región. Los estados de Haryana y Punjab contribuyen juntos a casi el 30% de la producción total de trigo de la India y, en particular, aportan más del 60% de las existencias de reserva del gobierno. En las llanuras del noreste, en los estados de Bihar y Uttar Pradesh, alrededor del 40% de la cosecha de trigo se sembró de forma normal o incluso temprana, escapando a los daños del calor, mientras que el resto del trigo sembrado de forma tardía probablemente se verá afectado a un nivel variable, ya que la mayor parte de la cosecha en esta zona madura durante la tercera y cuarta semana de marzo.

El Gobierno de la India ha revisado las estimaciones de producción de trigo, con una reducción del 5.7%, hasta los 105 millones de toneladas, debido a la llegada temprana del verano.

La India ha registrado rendimientos récord en los últimos 5 años, lo que le ha ayudado a cumplir su objetivo de crear una reserva de 40 millones de toneladas de trigo tras la cosecha de 2021. Esta temporada de cosecha se inició con una reserva de 19 millones de toneladas, y el país está en buena posición para afrontar la pérdida de rendimiento de este año.

En Pakistán, utilizando sistemas de seguimiento de cultivos por satélite, la agencia espacial nacional SPARCO estimó una reducción de la producción de trigo cercana al 10%: 26 millones de toneladas, frente al objetivo de producción de 29 millones de toneladas, para la temporada 2021-22.

Impacto en la salud rural y agrícola

Además de un impacto negativo directo en la productividad agrícola, es probable que las temperaturas extremas en el sur de Asia tengan implicaciones negativas para la salud de la gran mano de obra rural que participa en la producción de trigo. Cada vez hay más pruebas que documentan el deterioro del estado de salud de la mano de obra agrícola en las zonas de temperaturas extremas frecuentes. Esto también se suma a los importantes problemas de salud humana y medioambiental relacionados con la quema de residuos.

Recomendamos que se lleve a cabo urgentemente una investigación sistemática para caracterizar y comprender los impactos de las elevadas temperaturas en la salud de los trabajadores del campo que participan en la producción de trigo. Esto es necesario para desarrollar una estrategia holística para adaptar nuestros sistemas de cultivo globales al cambio climático.

Ampliación de los riesgos de suministro de trigo

Junto con los efectos en el suministro y el precio del trigo del actual conflicto en Ucrania y las restricciones comerciales a los productos rusos, estos efectos adicionales en el suministro mundial de trigo son muy preocupantes.

La India se había comprometido a aumentar las exportaciones de trigo para reforzar el suministro mundial, pero esto parece ahora incierto dada la necesidad de salvaguardar el suministro interno. Durante la pandemia de COVID-19, el gobierno indio apoyó la seguridad alimentaria nacional proporcionando raciones gratuitas —principalmente de trigo y arroz— a 800 millones de personas durante varios meses. Este tipo de apoyo se basa en la disponibilidad de grandes reservas de reserva que parecen estables, pero que pueden reducirse si la producción de grano y los niveles de adquisición subsiguientes son inferiores a los deseados.

Ya se observan indicios de una reducción de las adquisiciones por parte de los gobiernos, ya que los precios de mercado son más altos de lo habitual. Sin embargo, aunque la Corporación de Alimentos de la India ha adquirido un 27% menos de grano de trigo en los primeros 20 días de la temporada de compras de trigo en comparación con el mismo periodo del año pasado, el Gobierno de la India confía en asegurarse unas reservas de reserva de trigo suficientes.

Al igual que con la pandemia del COVID-19 y la guerra en Ucrania, es probable que los efectos más marcados tanto del cambio climático como de la escasez de cultivos básicos afecten más a las comunidades más pobres y vulnerables.

Una reacción en cadena de impactos climáticos

Los impactos reales de la reducción de la producción de trigo debido a las temperaturas extremas en el sur de Asia demuestran la realidad de la emergencia climática a la que se enfrentan el trigo y la producción agrícola. También hay que tener en cuenta los impactos directos sobre la salud de las comunidades agrícolas, ya que nuestra mano de obra agrícola se ve empujada a nuevos límites físicos.

Las anomalías, que probablemente se conviertan en la nueva normalidad, pueden desencadenar una reacción en cadena, como se ha visto aquí: la llegada tardía del monzón de verano provocó retrasos en la siembra del arroz y en la posterior cosecha de trigo. El retraso de la cosecha de trigo se vio afectado por la ola de calor sin precedentes de mediados a finales de marzo en una fase relativamente temprana, lo que causó aún más daños.

Preparación para los puntos de inflexión de la producción de trigo

Es necesario actuar con urgencia para desarrollar estrategias aplicadas de mitigación y adaptación, así como para planificar la transición y los puntos de inflexión cuando los cultivos básicos clave, como el trigo, ya no puedan cultivarse en las regiones de producción tradicionales.

Es necesario un proceso de diseño estratégico, apoyado por modelos de cultivos y climáticos, para desarrollar y probar paquetes de soluciones aplicadas para los cambios climáticos del futuro próximo. Los datos obtenidos en las explotaciones agrícolas del noroeste de la India indican que las soluciones combinadas (siembra directa sin labranza con retención de los residuos de los cultivos en la superficie, junto con la siembra temprana de variedades de trigo adaptadas con tolerancia al calor juvenil) pueden ayudar a amortiguar el estrés térmico terminal y limitar las pérdidas de rendimiento.

Por último, pero no por ello menos importante, la selección de trigo para la tolerancia a las altas temperaturas seguirá siendo crucial para asegurar la producción. La planificación estratégica debe abarcar también los elementos sociales, de mercado y políticos asociados que sustentan el suministro equitativo de alimentos y la estabilidad.

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