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Reconocimiento internacional al CIMMYT: Doctorado Honoris Causa para Bram Govaerts en India

Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: BISA)
Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: Richa Puri / BISA)

En una ceremonia solemne celebrada en la Universidad de Agricultura y Tecnología Chandra Shekhar Azad (CSA) en Kanpur, India, el doctor Bram Govaerts, Director General del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), recibió el título honorífico de Doctorado Honoris Causa. Este galardón no solo reconoce la destacada trayectoria de Govaerts, sino que resalta el trabajo innovador y colaborativo del CIMMYT en pro de la seguridad alimentaria global, un esfuerzo conjunto que impacta a millones de agricultores y comunidades en todo el mundo.

Al recibir el reconocimiento, Govaerts dedicó el premio a todos aquellos que conforman el CIMMYT, subrayando que “este honor es un testimonio del trabajo incansable de mis colegas y colaboradores en el CIMMYT, quienes, a través de la ciencia y la innovación, están contribuyendo a la seguridad alimentaria y nutricional de regiones clave como India y el sur de Asia”. En sus palabras, este Doctorado Honoris Causa es un reflejo del compromiso global del CIMMYT y de México en la lucha por enfrentar los desafíos climáticos y agrícolas que ponen en riesgo la producción de alimentos.

El reconocimiento también pone en relieve la profunda relación entre México e India en el ámbito agrícola, una colaboración que ha sido clave para salvar millones de vidas. Este vínculo se remonta a la Revolución Verde, liderada por el doctor Norman Borlaug, quien introdujo variedades de trigo desarrolladas en México que permitieron a India duplicar su producción agrícola y combatir una hambruna devastadora en los años sesenta.

Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: BISA)
Ceremonia de entrega de doctorado Honorio Causa al doctor Bram Govaerts de CIMMYT. (Foto: Richa Puri / BISA)

Hoy en día, el CIMMYT sigue siendo un aliado fundamental de India en el desarrollo de variedades de maíz y trigo resistentes a las condiciones climáticas extremas y en la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. El Instituto Borlaug para Asia Meridional (BISA), creado en 2011 como resultado de una colaboración entre el CIMMYT y el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR), es una clara muestra de los avances logrados gracias a esta cooperación internacional. BISA ha contribuido significativamente al fortalecimiento de los sistemas agroalimentarios en India, impactando positivamente en la vida de millones de agricultores y promoviendo la rehabilitación ambiental en la región.

Además de los lazos comerciales, la colaboración científica entre México e India ha sido un pilar en la mejora de los sistemas agrícolas de ambos países. India, el segundo país más poblado del mundo, enfrenta grandes desafíos en la producción de alimentos, muchos de los cuales se asemejan a los problemas que enfrenta México, como la degradación de suelos y los efectos del cambio climático. Gracias a la colaboración del CIMMYT con instituciones indias, se han logrado avances cruciales para mitigar estos desafíos y avanzar hacia una agricultura más resiliente y sostenible.

El Doctorado Honoris Causa otorgado a Bram Govaerts no solo celebra su liderazgo, sino que también reconoce el impacto del CIMMYT y sus colaboradores en la mejora de la vida de millones de personas a nivel global. Es un honor que, en palabras del propio Govaerts, “refleja la fuerza de la colaboración científica internacional y el poder de la ciencia para transformar el mundo”.

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Inseguridad alimentaria y migración en Centroamérica

Cosecha de papas en Chiapas, México. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)
Cosecha de papas en Chiapas, México. (Foto: Hub Chiapas-CIMMYT)

Entre el año 1990 y el 2020 la cantidad de migrantes centroamericanos aumentó 137 %; esto es, pasó de 6,8 millones a casi 16,2 millones. Si bien las causas de este fenómeno son múltiples y establecen una relación compleja, hay un aspecto que merece particular atención por incidir directamente en la seguridad alimentaria de la región: la agricultura.

La migración sugiere una respuesta a la falta de oportunidades en el campo y ha conducido a una escasez de mano de obra en el sector, aumentado los costos de producción. De acuerdo con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), los rendimientos de maíz podrían caer un 12,6% en El Salvador, un 4% en Guatemala, un 16,2% en Honduras, un 7,4% en México y un 17,7% en Nicaragua para el año 2055 si no se implementan las medidas de adaptación y mitigación a las nuevas condiciones climáticas. 

En un artículo publicado recientemente, el doctor Bram Govaerts, científico que ocupa la dirección general del CIMMYT —centro de investigación científica internacional sin fines de lucro, cuya sede está en México—, expone cómo la crisis climática está impactando en el fenómeno migratorio en la región. 

“El mundo no está en camino de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C a finales del siglo XXI. Estas son malas noticias especialmente para los sistemas agrícolas a pequeña escala que dependen de las lluvias estacionales y son más vulnerables a los efectos combinados de un mundo más caliente y seco”, señala Govaerts. 

Los investigadores del CIMMYT estiman que, sin adaptación, cada aumento de grado en las temperaturas medias globales reducirá, en promedio, los rendimientos de maíz en un 7,4 % y los rendimientos de trigo en un 6 %.  Esta disminución causada por el cambio climático, señalan, ya está impactando Guatemala, Honduras y El Salvador, donde aproximadamente 5,8 millones de personas sufren de inseguridad alimentaria aguda.

Como resultado de la inseguridad alimentaria, señala el doctor Govaerts, los flujos migratorios de la región han aumentado drásticamente después del pico de la pandemia y han originado una crisis alimentaria. Ante esta crisis, señala Govaerts, “el CIMMYT está listo para implementar las Iniciativas Integradas de Sistemas Agroalimentarios en América Central y el Caribe aprovechando su red de investigación”. 

“La metodología se perfeccionó en México con la implementación del exitoso proyecto de 10 años MasAgro, que amplió las prácticas agrícolas sostenibles basadas en la intensificación y las nuevas variedades de cultivos de alto rendimiento y resistentes al clima en más de 1 millón de hectáreas en todo el país, beneficiando a más de 300 mil agricultores”, menciona. 

Finalmente, el director general del CIMMYT enfatiza que al abordar la inseguridad alimentaria y el fenómeno migratorio es importante considerar que es necesario invertir en programas nacionales de mejoramiento que desarrollen nuevas variedades de cultivos de alto rendimiento, resistentes al clima; mejorar las prácticas de manejo del suelo y la eficiencia del uso de fertilizantes; ampliar los servicios de extensión y asesoramiento sobre las prácticas de gestión agrícola, entre otras medidas que pueden ser consultadas en el artículo Cómo abordar la inseguridad alimentaria que impulsa la migración forzada. 

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Establecen CNA y CIMMYT acuerdo por el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria

Ciudad de México.- El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) celebraron un convenio marco de colaboración para impulsar la producción sostenible, el abasto y la rentabilidad de los sistemas agroalimentarios en México. 

El objetivo de ambos organismos es sentar las bases para lograr una mayor coordinación sectorial a través de actividades o proyectos, desarrollo de capacidades y transferencia de tecnologías que contribuyan a incrementar la productividad, rentabilidad y sostenibilidad de los productores en las diferentes regiones del país. 

“Con la firma de este acuerdo, el CNA cumple con uno de sus principales objetivos al facilitar los procesos de innovación, generación y transferencia de mejores prácticas y tecnologías para hacer que las actividades productivas en las cadenas agroalimentarias y agroindustriales sean más eficientes, pero, sobre todo, sostenibles”, señaló Juan Cortina Gallardo, Presidente del CNA. 

El representante del organismo sectorial consideró una gran ventaja que México sea la sede global del centro de investigación agrícola sin fines de lucro que ha desarrollado más de la mitad de las variedades de maíz y la mayoría de las variedades de trigo que se siembran en todo el mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo, además de las prácticas y tecnologías que hacen más sostenibles los sistemas de producción de ambos granos. 

“CIMMYT cuenta con su sede orgullosamente en México. La intención es fortalecer la capacidad de respuesta de CIMMYT, este importante centro de innovación, investigación y desarrollo y de México ante cualquier situación adversa en materia agroalimentaria”, agregó Cortina Gallardo. 

“Desde hace más de 50 años, México ha sido la cuna de la innovación agrícola para combatir el hambre y alimentar al mundo”, subrayó Bram Govarts, Chief Operating Officer y Director Global de Desarrollo Estratégico del CIMMYT. “Ahora es necesario redoblar esfuerzos y colaborar estrechamente con los productores, asociaciones, empresarios e industriales representados en el CNA para dar una respuesta transformacional a la crisis actual para que la agricultura sea, una vez más, el motor de la recuperación y del desarrollo sostenible de México y de México para el mundo. ¡Juntos podemos lograr una evolución verde!”, agregó el representante del organismo internacional. 

La Secretaria de Economía, Tatiana Clouthier Carrillo, fungió como testigo de honor en la celebración del acuerdo a través del cual ambas instituciones se comprometieron a emprender proyectos de colaboración específicos para incrementar los rendimientos y disminuir los costos de producción del maíz y del trigo, además de conservar los recursos naturales y proteger los ecosistemas de México.

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Acuerdan CONCAMIN y CIMMYT colaborar para el desarrollo agrícola sostenible y la seguridad alimentaria

Ciudad de México.- La Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron hoy un Convenio Marco de Colaboración para incentivar la participación de diversos sectores industriales en el desarrollo de los productores de granos básicos del país. 

“El objetivo de este acuerdo es establecer un marco de colaboración formal entre industriales, investigadores y productores para diseñar, desarrollar y ejecutar proyectos o iniciativas que fortalezcan la contribución de la industria al desarrollo sostenible de los productores de maíz y de trigo, así como a fortalecer la seguridad alimentaria de todos los mexicanos”, señaló Francisco Cervantes Díaz, Presidente de CONCAMIN. 

Las compañías del sector agroalimentario son clave para el desarrollo sostenible e integración de las cadenas de valor del maíz y el trigo, pues desempeñan una función tractora fundamental al abastecerse de las materias primas que produce el sector agropecuario nacional que, posteriormente, transforman en alimentos y bienes de consumo para toda la población. 

“En CIMMYT trabajamos del lado del productor para codesarrollar y validar las prácticas y tecnologías agrícolas sostenibles que impulsan la producción de granos básicos nutritivos y de alta calidad de procesamiento que pueden satisfacer la demanda de la industria mexicana”, explicó Bram Govaerts, Chief Operating Officer y Director General Adjunto de Investigación y de Desarrollo Estratégico de CIMMYT. 

El trabajo de investigación aplicada al desarrollo de sistemas de cereales y granos básicos más productivos, rentables y sostenibles ha facilitado la inclusión de productores de granos básicos del país en programas de abastecimiento local responsable en los que participan compañías agroalimentarias líderes en México y el mundo. 

“CIMMYT cuenta desde hace más de 60 años con su sede orgullosamente en México. Desde CONCAMIN, hemos hecho lo necesario para mantener este importante centro de innovación, investigación y desarrollo en el país. Este compromiso se fortalece el día de hoy a través de este convenio, ya que nos permitirá fortalecer la capacidad de respuesta de CIMMYT y México ante la crisis económica global que se avecina”, comentó Cervantes Díaz. 

El Convenio Marco de Colaboración entre CONCAMIN y CIMMYT busca multiplicar la participación de los pequeños y medianos productores en las cadenas de valor y desarrollar alianzas público – privadas para que más sectores industriales participen en el sector agropecuario. 

“Existen oportunidades de colaboración en proveeduría de servicios digitales o tecnologías de la información y la comunicación para hacer un uso más eficiente de recursos naturales e insumos productivos, así como en el desarrollo de infraestructura para incrementar la participación y competitividad de los pequeños y medianos productores en el mercado nacional”, observó Cervantes Díaz. 

En lo inmediato, el principal objetivo del convenio celebrado es facilitar la producción y abasto de alimentos en México para mitigar los efectos de la pandemia por COVID-19 y fortalecer la seguridad alimentaria de los mexicanos. 

“Con estas acciones, sentamos las bases para que la industria participe activamente en una recuperación verde que revigorice al campo mexicano y fortalezca su contribución al desarrollo económico y a la seguridad alimentaria de todos los mexicanos”, concluyó Govaerts. 

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América Latina podrá liderar la investigación de sistemas agroalimentarios

Con la agricultura mundial estancada y amenazada por el cambio climático, el papel de América Latina para abordar estos desafíos a través de la innovación y la colaboración es crucial. Esta fue la principal conclusión de la mesa redonda desarrollada en el marco del Premio Mundial de la Alimentación 2020, donde representantes de cuatro centros de investigación del CGIAR dialogaron sobre las oportunidades para aumentar la inversión en América Latina y desarrollar así innovaciones que permitan mejorar la agricultura y la agrobiodiversidad global.

Durante la mesa de diálogo —moderada por Natasha Santos, de Bayer Crop Sciences—, Jesús Quintana —director gerente para las Américas de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT)— habló sobre el trabajo de su organización para promover el desarrollo sostenible en la Amazonía: “Con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) estamos buscando modelos de negocios que fortalezcan las innovaciones locales y los negocios sociales para conservar la biodiversidad, incluidos los sistemas agroalimentarios”.

Por su parte, Bram Govaerts —director global de Desarrollo Estratégico y representante para las Américas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, señaló que el Programa Mundial de Alimentos recibirá el Nobel de la Paz 50 años después de que al doctor Norman E. Borlaug —cuyo trabajo sirvió de inspiración para el CGIAR— se le otorgara el mismo premio por su trabajo en los ámbitos de la alimentación y la agricultura. El hecho, dijo Govaerts, sirve como aviso de que aún queda mucho trabajo en la lucha contra el hambre y la inseguridad nutricional en todo el mundo.

Posteriormente, Ginya Truitt Nakata —directora regional para América Latina y el Caribe del Centro Internacional de la Papa (CIP)— mencionó que la misión continua de erradicar el hambre y promover el desarrollo frente al cambio climático puede abordarse de manera única en la región andina, donde a través de una iniciativa del CIP se pueden emplear las montañas como un laboratorio viviente para la co-investigación (con redes de pequeños agricultores) de los desafíos agrícolas.

Rubén G. Echeverría —investigador del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI)—, señaló que el IFPRI está impulsando la incubación de proyectos para ampliar las innovaciones y lograr un mayor impacto y de más alcance en los agricultores: “este trabajo requiere asociaciones con los sectores público y privado para ayudar a transformar nuestro conocimiento en impacto para los sistemas alimentarios”.

Entre los temas abordados destaca la necesidad de la inclusión en la investigación, las asociaciones con diversos sectores y la recopilación de datos: «necesitamos datos multipropósito y usar el monitoreo en tiempo real para garantizar un mejor retorno de la inversión. Necesitamos saber dónde progresamos y dónde cometimos errores», señaló Bram Govaerts —quien previamente describió el trabajo del CIMMYT con AgroTutor, una aplicación móvil que ofrece recomendaciones adaptadas a las necesidades de los agricultores a partir del monitoreo de miles de parcelas en todo México—. En el mismo sentido, Jesús Quintana comentó que «el monitoreo cuidadoso de los proyectos debe ser el centro del trabajo colaborativo y debe permitir que el impacto se mida con precisión».

La agricultura en América Latina, como en otras regiones del mundo, también debe luchar contra la “fuga de cerebros”, particularmente contra la pérdida de jóvenes talentosos hacia otros sectores del mercado laboral. De acuerdo con Truitt Nakata, “hablamos de desarrollo participativo con agricultores: mujeres, hombres y jóvenes”. Al respecto, Rubén G. Echeverría mencionó que “cuando hablamos de juventud necesitamos más que participación. Se trata de atraer a los jóvenes a las oportunidades agrícolas a través de las tecnologías de la información y las finanzas”.

Finalmente, Marco Ferroni —presidente de la Junta de Administración del CGIAR— dijo que “América Latina es la región exportadora de alimentos más grande del mundo y un importante productor de servicios ecosistémicos que dan forma a los patrones climáticos y al clima globalpor lo quelos sistemas alimentarios latinoamericanos necesitan y merecen atención e inversión”.

Por: Biodiversity/CIAT, CIMMYT, CIP, IFPRI.

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Hacia la transformación agrícola de África

África.- Del 8 al 11 de septiembre de 2020 tuvo lugar el Foro Africano de la Revolución Verde (AGRF, por sus siglas en inglés) y allí estuvo presente el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). Este evento de carácter continental llegó a sus 10 años de realización en el marco de la crisis global sanitaria por COVID-19. Coyuntura que es también una oportunidad para el llamado a la acción hecho en esta cumbre virtual: construir sistemas alimentarios que sean equitativos, sostenibles, resilientes y capaces de enfrentar los desafíos globales de la desnutrición, la pobreza y el cambio climático, además de responder a los retos emergentes e imprevistos, como los que plantea una pandemia. En síntesis, transformar los sistemas alimentarios en beneficio de todos.

Es así como Bram Govaerts, director global de Desarrollo Estratégico del CIMMYT, participó en el panel sobre escalamiento y transformación de los sistemas alimentarios en la era PLUS-COVID-19, donde representantes de los sectores público y privado intercambiaron los aprendizajes que hasta ahora les ha dejado a ellos y a sus organizaciones la actual contingencia, al igual que las oportunidades que han identificado en este tiempo de incertidumbre para hacer real la transformación de los sistemas agroalimentarios.

En los 90 minutos de discusión y con más de un centenar de personas conectadas en línea desde América Latina, China, África, Estados Unidos y Trinidad y Tobago, entre otras latitudes, hubo consenso entre los panelistas —representantes de actores globales como la Fundación Syngenta para la Agricultura Sustentable, GIZ, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y continentales como el Banco Africano para el Desarrollo (AfDB, por sus siglas en inglés)— en que este es el mejor momento para unir fuerzas, solucionar las barreras que impiden el buen funcionamiento de las cadenas de valor e invertir en la agricultura como un motor pilar de bienestar y desarrollo.

Un panel hecho de preguntas inquietantes

¿Cómo el COVID-19 está impactando tus planes y los de la organización que representas en diferentes países? ¿Cómo está afectando tus planes con la innovación? Dos de las preguntas que orientaron la discusión y construyeron afinidades sobre la relevancia de generar soluciones glocales, donde actores mundiales neutrales como los centros del CGIAR son bienvenidos por su carácter articulador en la generación de alianzas transversales, transformadoras e integradoras, que reconocen las diferencias que hay en los sistemas agroalimentarios de un país a otro, pero comparten la decisión por un futuro sustentable con seguridad alimentaria y nutrición al alcance de todos.

“Cuando hablamos de alianzas para cogenerar soluciones es clave dejar a un lado la discusión entre si es mejor trabajar con el sector privado o con el sector público, para enfocarse en la experiencia y experticia que una diversidad de socios puede aportar para generar soluciones duraderas y sustentables”, indicó Govaerts reconociendo el difícil momento por el que están pasando los sistemas agroalimentarios en el planeta y “esta oportunidad imperdible que tenemos como sociedad de invertir recursos, talentos y determinación en darle forma al futuro con sistemas agroalimentarios integrados que benefician a todos los actores de la cadena”, puntualizó.

Los panelistas coincidieron también en que, de cara a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de 2021, las buenas noticias comienzan con el reconocimiento de que el escalamiento es más que un enfoque, más que el último paso de la realización de un proyecto y, por lo tanto, requiere de mucho más respaldo y trazabilidad, es decir de inversiones a largo plazo que le den piso y apoyo.

Y ¿qué hay del consumidor urbano nutricionalmente vulnerable?

El 60% de los alimentos en África se consume en áreas urbanas, donde la obesidad y el acceso a comida ultra procesada son parte del desafío nutricional a nivel continental. Entonces, ¿cómo hacer accesibles dietas más nutritivas a las comunidades urbanas vulnerables? Esta fue una de las preguntas orientadoras del panel en el que participó Natalia Palacios, científica especialista en calidad nutricional de maíz y responsable del Laboratorio de Calidad de Maíz del CIMMYT, intercambiando perspectivas con representantes de entidades como la Fundación Rockefeller, HarvestPlus, EAT y USAID; al igual que con otras organizaciones como Chefs’ Manifesto que promueve la recuperación del hábito de cocinar los alimentos en casa y aboga por la importancia de una alimentación saludable y nutritiva en los primeros mil días de vida.

En su intervención, Natalia resaltó la importancia de hacer de la producción de alimentos una actividad que responda a las necesidades y preferencias del consumidor, teniendo en cuenta también factores como lograr que en la preparación se pierda el menor número posible de nutrientes. Esto sin olvidar que la agricultura debe ser una actividad atractiva para el productor en términos de generación de ingresos y calidad de vida, lo cual contribuiría también a disminuir el flujo hacia las zonas urbanas. Todo esto manteniendo la agricultura dentro de los límites planetarios sustentables.

Una silla en la mesa ministerial

¿Cómo pueden los países implementar políticas continentales y fortalecer sus sistemas agroalimentarios? Una de las preguntas clave abordadas en la Mesa Redonda Ministerial de Alto Nivel en la que participó Bram Govaerts en representación de Martin Kropff, director general del CIMMYT, partiendo del concepto de que detrás de cada grano de maíz o de trigo hay un sistema agroalimentario.

Allí reiteró el compromiso del CIMMYT con la visión de África sobre temas clave que van de ‘Sur a Sur’ como son los mismos sistemas agroalimentarios, la adaptación y mitigación del cambio climático, la nutrición y la generación de empleo para mujeres y jóvenes. Teniendo también muy presente otro objetivo crucial: lograr la autosuficiencia alimentaria en la era PLUS-COVID-19, mediante la puesta en marcha de iniciativas de sistemas agroalimentarios integrados. Un tema en el que poco a poco se viene avanzando con Maíz para Kenya y Trigo para Etiopía.

Participar en esta Mesa Redonda Ministerial fue también el escenario para promover temas que gozan de claras oportunidades de escalamiento a nivel continental. Es el caso del maíz con provitamina A, del maíz de alta calidad proteica (QPM, por sus siglas en inglés) y de las variedades biofortificadas. Tres formas comprobadas para alimentar mejor a la población vulnerable. Este es el momento propicio para expandir la experiencia de Etiopía y llevar sus beneficios a toda África.

La nixtamalización es también una oportunidad para fortalecer a los pequeños agricultores en el llamado mundo en desarrollo a ambos lados del océano Atlántico, pues —por ejemplo— cerca del 90% de los hogares keniatas cultivan maíz. Allí el uso masivo de esta técnica milenaria será crucial para reducir las pérdidas poscosecha, aumentar los ingresos —en particular para los pequeños agricultores— y bajar la incidencia de las micotoxinas y aflatoxinas en el maíz, tipos de hongos que se espera aumenten como resultado del cambio climático, un fenómeno para el que resulta estratégico invertir en el escalamiento de proyectos como el de Maíz Tolerante al Estrés para África (STMA, por sus siglas en inglés) que para 2020 prevé llegar a 5.4 millones de hogares con variedades de semillas de maíz mejoradas que cubran —en el mejor de los casos— 2.2 millones de hectáreas en el este (Etiopía, Kenia, Tanzania, Uganda), el sur (Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Zambia, Zimbabue) y occidente (Benín, Ghana, Malí, Nigeria) de África. Estos esfuerzos se han realizado en estrecha colaboración con empresas semilleras locales y organizaciones nacionales de investigación agrícola en los 13 países mencionados.

Partiendo de cómo el COVID-19 ha mostrado cuán intrincadamente conectado está el mundo de hoy, cuando se habla de prevención y contención, la necrosis letal del maíz es un claro ejemplo del compromiso del CIMMYT con África, debido a la relevancia dada a la capacitación de los sistemas nacionales para que puedan prevenir, detectar e intervenir de manera proactiva y rápida. Esto ha dado como resultado que desde 2014 no ha habido ningún otro país fuera de África oriental que haya informado de un brote de esta enfermedad. En el futuro podría haber enfermedades virales o fúngicas más graves que surgirían por varias razones, incluidos los cambios climáticos, el comercio internacional, el movimiento de personas, las corrientes de aire y tantas otras más. La clave está en seguir uniendo fuerzas y recursos en materia de prevención y diagnóstico oportuno.

Por último, pero no menos importante, la promoción de la mecanización inteligente puesta al servicio de los agricultores de Ruanda sería una oportunidad para combinar maquinaria y equipos adecuados y asequibles para los pequeños agricultores con las lecciones aprendidas del proyecto en Mecanización Agrícola y Agricultura de Conservación para la Intensificación Sustentable (FACASI, por sus siglas en inglés) en Etiopía y Zimbabue, donde gracias a su incidencia se apoyaron los esquemas de arrendamiento y uso compartido de equipos; también se capacitó a personas para operar y mantener maquinaria, al tiempo que se alentó a individuos y grupos a convertirse en proveedores de servicios. Estos esfuerzos a menudo se enfocaron en dar nuevas oportunidades de negocio para jóvenes y mujeres.

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Alianza fortalece la agricultura de Guerrero desde la educación superior

Ciudad de México.- El Colegio Superior Agropecuario del Estado de Guerrero (CSAEGRO) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron un convenio por medio del cual se fortalecerá la colaboración entre ambas instituciones —mediante los proyectos que ambas operan en la entidad— para desarrollar en conjunto investigación colaborativa en plataformas, trabajar con materiales que tienen potencial para el estado de Guerrero —aprovechando la capacidad del CIMMYT— y fortalecer las capacidades de los estudiantes del CSAEGRO, institución esencial para la agricultura de la entidad.

El acto se realizó el 28 de agosto en las instalaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en la Ciudad de México y estuvo presidido por el doctor Miguel García Winder, subsecretario de Agricultura; el doctor Bram Govaerts, director global de Desarrollo Estratégico y Representante Regional del CIMMYT para las Américas; el doctor Régulo Jiménez Guillen, director general del CSAEGRO; y el ingeniero Eliud Pérez Medel, gerente del Hub Pacífico Centro del CIMMYT.

Durante su intervención, el doctor García Winder señaló que para la Secretaría de Agricultura es importante “fortalecer a las instituciones nacionales y reconocer a las instituciones internacionales, por lo que este convenio contribuirá a la educación, a la ciencia y a la innovación de México a través de alianzas estratégicas”. Del mismo modo, durante la firma del convenio instó a ambas instituciones a articular capacidades para que las innovaciones agrícolas lleguen directamente a los productores.

El ingeniero Eliud Pérez realizó un recuento de los años de vinculación previa entre el CSAEGRO y el CIMMYT. Comentó que el convenio permitirá “transmitir conocimientos a los estudiantes, formar mejores profesionistas que trabajen hombro a hombro con los productores y garantizar un relevo generacional más preparado, con formación científica y conocimientos de prácticas sustentables que les permitan enfrentar los problemas derivados del cambio climático y de fenómenos nuevos como la pandemia actual”.

Por su parte, el doctor Bram Govaerts destacó la encomienda del Secretario de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula, para que ambas instituciones —el CSAEGRO y el CIMMYT— contribuyan a la atención de Guerrero, lo cual es de interés para la sociedad mexicana y el Gobierno de México: “con este convenio se trabajará por cinco años para unir capacidades y fortalezas y contribuir a la autosuficiencia alimentaria de México desde Guerrero. La colaboración se enmarcará en Maíz para México para que el grano extra que se produzca pueda ser comprado y así generar un ingreso para los productores”.

El doctor Govaerts señaló que el fortalecimiento de esta alianza también forma parte de una respuesta planificada para hacer frente a los efectos económicos de la pandemia por COVID-19 desde la agricultura: “hemos identificado distintos escenarios y cómo llegar al escenario óptimo, a una economía más sustentable. Partiremos desde Guerrero y desde esta colaboración. Necesitamos escuchar la crisis que enfrentamos hoy y formular una respuesta igualmente transformacional, como lo hizo Norman E. Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT— para atender una crisis humanitaria y por cuya respuesta —que salvó más de mil millones de vidas— fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz hace 50 años”.

Finalmente, el doctor Régulo Jiménez comentó que el CSAEGRO proporciona servicios educativos en la rama agropecuaria en los niveles superior y medio superior, y atiende a jóvenes de comunidades provenientes de alta y muy alta marginación, por lo que “el convenio apoyará directamente a estos jóvenes y a los productores de estas comunidades”. También mencionó que entre las actividades específicas que contempla el convenio están el desarrollo de trabajos de tesis y la realización de estadías y prácticas profesionales en instalaciones del CIMMYT, lo cual les permitirá contar con la asesoría de científicos y de la red de aliados de este centro de investigación reconocido internacionalmente.

 

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Chiapas firma convenio de Agricultura Sustentable para acelerar su reactivación económica

La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP) del estado de Chiapas y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) firmaron un convenio de colaboración por medio del cual en los próximos cuatro años las productoras y los productores de ese estado aprenderán e implementarán prácticas sustentables para incrementar su productividad y conservar sus recursos naturales.

El acto formal (a través de una sesión virtual) estuvo presidido por la maestra Zaynia Andrea Gil Vázquez ―titular de la SAGyP de Chiapas― y el doctor Bram Govaerts ―director global del Programa de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del CIMMYT―, quienes estuvieron acompañados por los siguientes funcionarios de la SAGyP: Laura Guillén, jefa de la Unidad de Planeación; Gabriela Orantes, directora de Reconversión Productiva Agrosustentable; y Carlos Eulalio Morales, director de Agricultura Protegida, Vinculación e Innovación Tecnológica. En representación del CIMMYT, también estuvieron presentes Jorge Octavio García, gerente del Hub Chiapas; Daniela Vega, enlace del Programa de Desarrollo Estratégico; y José Guadalupe Flores, coordinador de Escalamiento.

Gracias al programa MasAgro, en Chiapas actualmente existen cinco plataformas de investigación (este año se instalará la sexta) y 57 módulos demostrativos, con lo que se ha logrado que 19,000 áreas de impacto en 28 municipios ―ubicadas en 13 de las 15 regiones del estado― adopten prácticas sustentables. Para las familias productoras que trabajan el sistema milpa, esto ha representado pasar de 900 a 1,500 kilogramos de maíz por hectárea al año (que es un incremento en el rendimiento de alrededor de 70%). Con respecto a las zonas comerciales, con las prácticas sustentables que se promueven se ha pasado de 3.5 a 5.5 toneladas por hectárea al año.

En el marco de la colaboración previa entre la SAGyP y el CIMMYT ―junto con otras organizaciones con las que se ha hecho sinergia―, destaca la campaña Chiapas No Quema, con la que se logró reducir 38% la cantidad de incendios en su primer año de operación en seis municipios chiapanecos. Asimismo, con la Mesa Técnica Agroclimática ―instalada en noviembre de 2019 con la participación de más de 15 instituciones académicas y de investigación, despachos, grupos de productores y otros actores estratégicos― se ha generado información útil para que las mujeres y los hombres dedicados al campo tomen decisiones oportunas con respecto a los fenómenos climatológicos, particularmente los derivados del cambio climático.

Durante su intervención, el doctor Bram Govaerts destacó el apoyo del Gobierno del estado de Chiapas para promover la Agricultura Sustentable: “gracias a la SAGyP hemos podido acelerar el impacto y Chiapas comienza a ser un estado líder en la generación de políticas públicas orientadas a la creación de sistemas agroalimentarios sustentables, no solo en maíz y trigo, sino también en otros cultivos. Esto es muy importante porque, ante la situación actual, es posible que venga una segunda pandemia: la del hambre. Afortunadamente, la vacuna para esta pandemia está en el campo, y será a través de sinergias como esta que se podrá superar”.

Al hacer uso de la palabra, la maestra Zaina Andrea Gil Vázquez subrayó que “lo que piden los productores es asistencia técnica que les permita aprender a producir mejor: aprender a utilizar las bondades de la tierra, como el rastrojo. En los foros en los que nos presentamos, promovemos una frase del CIMMYT que indica que «el rastrojo vale» y que «la agricultura sigue», porque eso es lo que ha pasado en esta pandemia, de manera que todos los esfuerzos científicos, tecnológicos y de innovación deben articularse. MasAgro es un programa esencial en este sentido, y en esta ocasión estaremos trabajando en un tema que no se había tratado antes: las cuencas”.

Finalmente, la titular de la SAGyP de Chiapas manifestó que incluso sin convenio se ha trabajado de una forma muy eficaz e importante con el CIMMYT, por lo que esta alianza potenciará el esfuerzo de ambas instituciones y permitirá beneficiar directamente a aquellos que mueven el campo chiapaneco.

 

 

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Secretarios de agricultura revisan acciones basadas en la ciencia para el bien del campo 

Los titulares de las secretarías del ramo agropecuario de los estados se reunieron en las instalaciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para desarrollar los trabajos correspondientes a la XLV Asamblea Nacional de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), presidida por Carlos Muñiz Rodríguez.

De acuerdo con Octavio Jurado Juárez, director ejecutivo de la AMSDA —organización que coordina las relaciones entre los responsables de las políticas agropecuarias de los Gobiernos estatales y opera como un órgano de consulta del Gobierno federal—, esta asamblea fue fundamental para buscar soluciones a los diversos problemas que la agricultura del país enfrenta en un contexto global en el que el cambio climático y la seguridad alimentaria son temas preponderantes.

Durante la asamblea se abordaron temas relacionados con el papel de México en los mercados globales, el fortalecimiento del mercado interno, la suma de esfuerzos para apoyar a los productores (particularmente los pequeños), el establecimiento de líneas de acción para hacer frente a los fenómenos climáticos extremos, el fomento de la Agricultura Sustentable, la sanidad, los seguros agropecuarios, los esquemas de financiamiento y los proyectos de reconversión productiva, entre otros.

Con respecto a las nuevas condiciones que la variabilidad climática le impone a la agricultura, la dirección ejecutiva de la AMSDA dijo que la alianza con el CIMMYT permitirá “encausar aquellos trabajos de investigación para incorporarnos a este nuevo entorno de cambio climático, en el que uno de los grandes desafíos es cómo vamos a adaptar las semillas a las nuevas condiciones”.

Para la AMSDA, la política y la investigación tienen hoy un desafío común: garantizar la productividad y la rentabilidad de forma sustentable y en un entorno de oportunidades y amenazas globales en diversos temas, como el sanitario y el comercial. En este sentido, reconocieron la participación de los agregados agrícolas de las embajadas de Estados Unidos y Canadá y los representantes de la Banca de Desarrollo y del sector privado y social, con los que se busca establecer acuerdos que beneficien a los consumidores y los productores más vulnerables.

Durante su intervención, el doctor Bram Govaerts —director global de Desarrollo Estratégico y representante regional para las Américas del CIMMYT— hizo hincapié en la responsabilidad del sector agrícola con el medioambiente y en el potencial y los amplios beneficios de generar sistemas agroalimentarios sustentables: paz social; bienestar en las comunidades; e impactos positivos en salud, turismo y seguridad.

El doctor Govaerts destacó el papel de diversos estados en el impulso de iniciativas que favorecen una Agricultura Sustentable (tal es el caso de Guanajuato con MasAgro Guanajuato o Estado de México con el fomento del triticale —cultivo con tolerancia a la sequía—) y reiteró la disposición del CIMMYT para apoyar a las entidades federativas que estén interesadas en desarrollar acciones en favor de sistemas agroalimentarios sustentables.

Durante la asamblea, la AMSDA y el CIMMYT firmaron un convenio de colaboración para fortalecer la adopción de prácticas agrícolas sustentables en México. Asimismo, estas dos organizaciones y Nueva Visión para el Desarrollo Agroalimentario de México (Vida) firmaron una carta de intención en apoyo a la implementación de Maíz para México, el plan elaborado colaborativamente entre el Gobierno de México y diversos actores e instituciones para lograr la seguridad alimentaria en maíz y preservar la diversidad biocultural de los sistemas productivos vinculados a este cultivo.

Andrés de la Garza, director de Vida, manifestó que con esta vinculación se busca fomentar esquemas de abastecimiento responsable que den certidumbre a los productores y que impulsen mejores prácticas productivas y de compra en todas las entidades federativas.

En la clausura de la asamblea se contó con la presencia del doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, quien invitó a los secretarios de Desarrollo Agropecuario de los estados a conocer y aprovechar los bienes públicos que ―como el Banco de Germoplasma que resguarda el CIMMYT— constituyen valiosos recursos de México y la humanidad. Asimismo, les manifestó que en el CIMMYT “tienen un respaldo de la más alta calidad científica y técnica para acompañar las respectivas políticas públicas en los estados”.

Luego de sesionar, recorrer las instalaciones del CIMMYT —incluyendo el Banco de Germoplasma, donde se resguardan 28,000 diferentes maíces y 150,000 diferentes trigos—, degustar platillos elaborados con maíces nativos cultivados sustentablemente y establecer puntos de acuerdo, los secretarios estatales concluyeron la XLV Asamblea Nacional de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario (AMSDA), en la que también participaron Eraclio Rodríguez Gómez, presidente de la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria de la Cámara de Diputados; Miguel García Winder, subsecretario de Agricultura; y Bosco de la Vega, presidente del Consejo Nacional Agropecuario.

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Frijol para México, plan estratégico que ya comienza a construirse

Con la presencia y participación de Miguel García Winder, subsecretario de Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), se desarrolló el Taller de Escenarios 2030 – Frijol para México (FpMex). Allí representantes de organizaciones del sector privado, sector público, centros de investigación y academia, respondieron a la convocatoria hecha por la SADER, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) —en cuya sede se realizó el taller— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Frijol para México está inspirado en la experiencia de Maíz para México, plan estratégico que busca lograr la sustentabilidad, rentabilidad y resiliencia del sistema agroalimentario de este cereal, contribuyendo a la autosuficiencia en maíz, así como a la soberanía y la seguridad alimentaria. Un plan que ya cuenta con el respaldo del gobierno federal para ponerse en marcha y que también está siendo replicado en Sudamérica con Maíz para Colombia.

Estas experiencias tienen su fundamento metodológico en un conjunto de tres preguntas orientadoras (¿dónde estamos?, ¿hacia dónde vamos? y ¿cómo lograr un futuro mejor?) y el acompañamiento de un panel de expertos, que en el caso de Frijol para México está conformado por Franklin Rodríguez, investigador del INIFAP; Steve Beebe, líder del Programa de Investigación de Frijol del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT); Kai Sonder, responsable de la Unidad de Sistemas de Información Geográfica del CIMMYT; Roberto Rendón, investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); y Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultivo de Mercados Agrícolas (GCMA); quienes en su momento compartieron sus perspectivas en relación con los cuatro motores de cambio identificados de manera preliminar: adopción de semilla mejorada; cambio climático; extensionismo y redes de innovación; y vinculación de productores al mercado.

El Taller de Escenarios 2030 – Frijol para México comenzó con cinco oportunidades principales enunciadas por el Subsecretario García Winder:

  1. Mejorar la producción del frijol en relación con la mano de obra, el uso de tierra, utilización de fertilizantes y otros insumos, para aumentar la productividad y competitividad.
  2. Producir frijol teniendo en cuenta las necesidades del consumidor.
  3. Repensar la comercialización para acercar a productores y consumidores finales.
  4. Realizar una gestión integral de riesgos, considerando la construcción para un mercado.
  5. Asegurar una nueva institucionalidad para la cadena del frijol.

En su turno, José Fernando de la Torre, director general de INIFAP, reafirmó el compromiso institucional con las estrategias de la administración actual, entre las que se encuentran aumentar la producción de frijol. Durante su intervención, Bram Govaerts, Director Global de Desarrollo Estratégico y Representante Regional del CIMMYT para las Américas, destacó la importancia de construir Frijol para México como un esfuerzo de país para beneficio de todos, con miras a contar con un plan estratégico para la adopción de nuevas prácticas agrícolas que contribuyan al impulso de la productividad del cultivo del frijol, así como la resiliencia frente al cambio climático, abonando a la autosuficiencia alimentaria del país (con la reducción de importaciones) y a la adopción de prácticas agrícolas sostenibles.

Por su parte, Arnulfo Soto, representante del Consejo Mexicano del Frijol (Come Frijol), reiteró el compromiso de este organismo con la construcción conjunta de una visión para 2030, en la que se tengan en cuenta recomendaciones como usar semilla mejorada, contar con esquemas de financiamiento, realizar estudios de mercado, fomentar el consumo del cultivo, y realizar un congreso de frijol y leguminosas.

Durante el primer semestre de 2020 se desarrollará un proceso de validación de los motores de cambio y acciones identificadas a corto, mediano y largo plazo, a partir de los resultados documentados en las mesas de trabajo del Taller con los actores representativos del sector de frijol en México.

 

El frijol y México

Por la superficie que ocupa, el frijol (Phaseolus spp.) es el tercer cultivo más relevante en el país –su producción corresponde al 1.9% del producto interno bruto (PIB) agrícola nacional– y la leguminosa más importante para consumo directo en el mundo.  Aunque México cubre 89% de su demanda nacional (SIAP, 2017), desde 2003 se observó una reducción acumulada en la superficie sembrada y de la producción de alrededor de 20%. En otras palabras, paulatinamente México ha reducido su producción y su consumo de frijol, por lo que es oportuno y necesario construir un nuevo modelo productivo de esta leguminosa, uno que además sea incluyente y sustentable.