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Cómo los cultivos diversificados contribuyen al empoderamiento de las mujeres

Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien participa en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien participa en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

De acuerdo con el Instituto Tata-Cornell de Agricultura y Nutrición (TCI, por sus siglas en inglés), casi el 90% de las 570 millones de unidades de producción agrícola alrededor del mundo tienen un tamaño menor a dos hectáreas. Esto contribuye a que los pequeños productores tengan serias desventajas para acceder a mercados, créditos, insumos y tecnología.

Una de las alternativas para superar estas desventajas son las organizaciones de productores agrícolas. Cuando estas organizaciones son incluyentes y funcionales, ofrecen diversos beneficios a los pequeños productores, entre ellos: la vinculación con mercados formales, el aprovechamiento de programas de apoyo públicos, el acceso a servicios a un costo reducido, la implementación de nuevos cultivos y el aumento de los niveles de profesionalización de sus integrantes.

Para aumentar la eficiencia de las organizaciones de productores agrícolas, Walmart Foundation promueve en distintos países iniciativas de acceso a mercados para pequeños productores. En México, junto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), impulsa el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’.

El Sur y Sureste de México conforman un espacio donde la diversidad cultural y la complejidad socioorganizativa demandan acciones diferenciadas y pertinentes para cada entorno: mientras que en algunos lugares hay fuertes vínculos comunitarios, en otros el tejido social se ha erosionado. ¿Cómo impulsar la asociatividad en estos entornos? Aún más, ¿pueden estas acciones abordar la inequidad de género para apoyar tanto a hombres como mujeres en un contexto donde, históricamente, las mujeres han tenido bajos niveles de afiliación y liderazgo dentro de las organizaciones de productores agrícolas?

La falta de tenencia de la tierra, las limitaciones de tiempo debido a las responsabilidades familiares y otras normas culturales dificultan la participación de las mujeres en las organizaciones de productores agrícolas. Además, la falta de mujeres líderes da como resultado un menor acceso a la información para las mujeres en general y una menor capacidad para influir en las decisiones que afectan sus medios de vida, señala el estudio Sembrando el avance de las mujeres en la agricultura en pequeña escala: conocimientos de la cartera de acceso a los mercados de Walmart Foundation.

El estudio indica que las barreras para acceder a financiamiento son significativamente más altas para las mujeres y también refiere que un equipo multidisciplinario del CIMMYT —el cual ofreció asesoría sobre inclusión financiera a 1,425 agricultores en el Sur-Sureste de México entre 2018 y 2020— encontró que solo seis créditos de 331 préstamos otorgados a participantes de capacitación se ofrecieron a mujeres agricultoras, solo tres mujeres pudieron contratar un seguro agrario y 29 abrieron una cuenta de ahorro después de 30 meses de trabajo de campo, frente a 110 y 171 hombres, respectivamente.

A la par del impulso a la asociatividad, el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT ha trabajado en la diversificación de cultivos como una estrategia para para facilitar el acceso a mercados (si la producción no satisface las necesidades de autoconsumo o se centra en un solo cultivo, dificilmente habrá excendentes o variedad para comercializar), para promover el empoderamiento de las mujeres y mejorar las condiciones del suelo agrícola.

Derivado de los patrones socioculturales y la normatividad que prevalece, la participación de las mujeres en los temas relacionados con las finanzas sigue teniendo barreras: “Las agricultoras se han interesado más en las opciones de almacenamiento poscosecha que en las estrategias de inclusión financiera porque rara vez tienen una garantía para otorgar un préstamo, aunque es menos probable que incumplan”, señala el equipo técnico del CIMMYT que impulsa el proyecto.

La falta de titularidad de las tierras también ha limitado que las mujeres escalen la diversificación de cultivos que podría aumentar la sostenibilidad de las parcelas y ayudar a acceder a los mercados. A pesar de los obstáculos —particularmente de la falta de garantía derivada de los sesgos estructurales que impiden a las mujeres poseer activos o que les exigen que paguen tasas de interés significativamente más altas cuando optan por microfinanciamientos—, los resultados del proyecto indican que la diversificación de cultivos es clave para propiciar cambios positivos.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres son las encargadas de preparar hasta el 90% de las comidas en los hogares de todo el mundo; sin embargo, en tiempos difíciles, las mujeres y las niñas son las primeras en comer menos. Por esta razón ha sido tan importante para Walmart Foundation y el CIMMYT identificar los cultivos alternativos (que además se adapten a las nuevas condiciones climáticas) más pertinentes para contribuir a garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición de las familias.

En este sentido, en el marco del proyecto destacan diversos estudios hechos con chícharo gandul, caupí, cacahuate, girasol y frijol mungo, los cuales han tenido buena adaptación y aceptación en la región por constituir alternativas para diversas situaciones, tanto propias del suelo —como la erosión o el control de malezas—, como referentes a la nutrición de las familias, la rentabilidad de las parcelas o la mitigación y adaptación al cambio climático.

Ensayos recientes en Campeche —en los municipios de Calkiní, Calakmul, Champotón y Campeche—, por ejemplo, muestran que el chícharo gandul, de ciclo corto y de ciclo largo, tiene una gran adaptación y potencial productivo tanto como cultivo único como en estrategias de asociación e intercalado. Además, este cultivo tiene un efecto notable en la supresión de malezas durante las etapas de secado de maíz y es una opción valiosa y productiva en suelos afectados por los escurrimientos causados por tormentas tropicales.

Para difundir los cultivos alternativos validados —que además representan un valioso menú de opciones para establecer y consolidar los sistemas agrícolas como la milpa intercalada con árboles frutales (MIAF)— se instalan vitrinas agronómicas con productores y se comparten con ellos semillas de las variedades sobresalientes en los ensayos de validación. También se coordinan esfuerzos con otros programas que han iniciado operación en la zona —como Sembrando Vida—.

Así, ampliando la agrobiodiversidad se amplian también las opciones para solventar las distintas necesidades, intereses y gustos: una variedad de caupí (blanco), por ejemplo, ha sido de particular interés por su sabor. También está el caso del girasol —promovido por mejorar la calidad del suelo, ser tolerante a sequías y ser buena opción de forraje—, el cual ha sido aprovechado por muchos productores, particularmente mujeres, para comercializar como flor de ornato.

La diversidad de cultivos contribuye entonces a aumentar la tasa de participación de las mujeres en la agricultura y, al mismo tiempo, permite aprovechar sinergias que no serían posibles en los sistemas de monocultivo que prevalecen, tal es el caso de la intensificación sustentable de la ganadería de pequeña escala —ovinos y caprinos—, donde una adecuada gestión de este tipo de sistemas permite disponer de un menú de forrajes más amplio —con mezclas de forrajes de gramíneas, oleaginosas y leguminosas como cultivos de relevo— y aprovechar al mismo tiempo el estiércol del ganado para fertilizar el suelo.

Por supuesto, el aprovechamiento de las sinergias entre el suelo y la agrobiodiversidad —y las posibilidades que ofrecen para que los pequeños productores accedan a mercados— serviría de muy poco sin un enfoque de inclusión social. En este sentido, refiere el informe de Walmart Foundation, el modelo de innovación del CIMMYT es prometedor al proporcionar un acceso más equitativo al soporte técnico, tanto en el aspecto agronómico como comercial, para que hombres y mujeres puedan adquirir el conocimiento y las herramientas para aplicar buenas prácticas agrícolas.

“Aquí vemos que las matas de chícharo ya están floreando. A mí me gustaría que otras personas también vean estos cultivos y los siembren para que tengamos una mejor producción. Yo en este pueblo de Paraíso Nuevo le he dicho a muchas mujeres; hemos hecho reuniones con las mujeres porque nosotros hemos ido a capacitación a otros lados para impulsar a que las mujeres también participen, a que no nada más se queden en la casa, a que los maridos tomen conciencia y las mujeres salgan al campo a sembrar y a cosechar lo que se siembra”, comenta Miriam del Carmen Piña, productora de Candelaria, Campeche, quien participa en el proyecto con Walmart Foundation y el CIMMYT.

Aquí en este pueblo también trabajamos con borregos. Muchas mujeres ya me han imitado, porque yo les he dicho compren dos tres borreguitos y ya cuando vean tienen 10, 15, 30 borregos y si no hay de donde agarrar dinero, vendemos un borreguito y ya tenemos para pasar la semana. Ahorita ya hay algunas mujeres que se han puesto las pilas y ya tienen sus animales y ya también tienen su pedazo de tierra donde hacen sus cultivos; siembran girasoles, maíz, frijol, chícharo…”, continua la señora Miriam, quien ejemplifica cómo la diversificación de cultivos puede aumentar las tasas de participación y empoderamiento agrícola de las mujeres.

Si bien son necesarios nuevos enfoques para fomentar el acceso de las mujeres a la financiación, el proyecto de Walmart Foundation y el CIMMYT muestra que la diversificación de cultivos contribuye significativamente a avanzar hacia esa meta, aumentando la inclusión de la mujer en los sistemas agrícolas, brindando beneficios ecológicos, y proporcionando cultivos que representan alimentos altamente nutritivos para las personas y/o la ganadería.

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“Sangre maya” renueva la producción de frijol en Chiapas

Cultivo de frijol en inicio de la floración, se observa la planta sana y el cultivo libre de malezas, como resultado del manejo agronómico implementado por el productor cooperante. (Foto: María Isabel González, Rodolfo Vilchis)
Cultivo de frijol en inicio de la floración, se observa la planta sana y el cultivo libre de malezas, como resultado del manejo agronómico implementado por el productor cooperante. (Foto: María Isabel González, Rodolfo Vilchis)

Mi nombre es Guillermo Morales Mandujano de la localidad La Esperanza, en La Trinitaria, Chiapas (México) y quiero compartir mi experiencia en el uso de la variedad de frijol Sangre Maya a la cual tuve acceso a través de un proyecto con Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —´Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche—.

En el año 2021 la ingeniera María Isabel González Grajales, colaboradora del CIMMYT, nos invitó al proyecto. Nos reunimos 35 personas interesadas y nos explicó los beneficios de la producción sustentable con la puesta en práctica de diversas técnicas, entre ellas la diversificación de cultivos y también temas de asociatividad. Gracias a esto hemos aprendido a trabajar unidos, conscientes de lo importante que es conservar el suelo y el medioambiente, actividades que nos benefician como grupo y como comunidad.

El año pasado la ingeniera María Isabel nos habló de la producción de semillas mejoradas de maíz y frijol, siendo el frijol el que causó mayor interés porque en la región conocemos el cultivo, es parte de nuestra vida diaria. En específico nos hablaron de la variedad Sangre Maya —que generó el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) con el propósito de reproducirlo y conservarlo— con el que podríamos mejorar la productividad. 

Para acceder a este material hicimos acuerdo de producción: nos facilitaron la semilla con el compromiso de reintegrar dos kilogramos por cada kilogramo de semilla que nos proporcionaran. Esto, con el fin de seguir apoyando a otros productores de la localidad que también solicitan semilla a los colaboradores del CIMMYT. Así, nos proporcionaron 10 kg de semilla mejorada de frijol Sangre Maya—mediante un convenio de colaboración con ECOPOL S.C.— y nos apoyaron con un paquete de nutrición orgánica para un cuarto de hectárea.

El frijol se desarrolló muy bien: la siembra la realizamos el 11 de junio de 2022. Observamos que creció en forma de mata hasta alcanzar los 50 cm de alto. Durante todo el desarrollo el cultivo estuvo muy sano y vigoroso, con una buena y abundante floración y buena carga de vainas. Cosechamos en septiembre con un excelente rendimiento, teniendo una producción total en grano de 280 kg en un cuarto de hectárea.

Es de mencionar que esta variedad da un grano grande, de buen peso, y gustó mucho a los comercializadores locales y de Guatemala, pagando el saco de frijol de 80 kilos a $2 400, que es muy buen precio para nosotros, y nuestro trabajo se paga. También guardamos semilla en botellas PET y botellones de agua, para nuestra siguiente siembra de temporal en el ciclo de primavera-verano 2023.

Espero seguir participando en el proyecto y seguir aprendiendo sobre otros cultivos para diversificar nuestra producción en beneficio de nuestras familias y comunidades, además de las tecnologías que podemos implementar para hacer más eficientes las actividades en el campo, cuidando el suelo y el agua. Por último, quiero agradecer a las instituciones que hacen posible el proyecto y a la ingeniera Isabel por la invitación, ya que gracias a que este proyecto nos ah facilitado la vinculación con instituciones de financiamiento, el acceso a mercados y, sobre todo, a poder trabajar con un enfoque de asociatividad.

Este testimonio forma parte de la Campaña de sensibilización sobre inocuidad alimentaria y micotoxinas, que se desarrolla en el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, desarrollado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

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Parcelas más diversas, comunidades más resilientes

Productor de maguey espadín en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)
Productor de maguey espadín en Oaxaca, México. (Foto: Francisco Alarcón/CIMMYT)

“Soy productor de maguey espadín y actualmente estamos implementando la siembra de garbanzo entre las líneas de maguey, así estamos aprovechando todo el espacio de la parcela”, comenta Claudio Salas Vázquez, productor de San Pedro Guegorexe, localidad del municipio de Ocotlán de Morelos, en Oaxaca, México. 

Aunque pareciera algo simple, esta innovación les permite a familias productoras, como la de Claudio, mejorar su nutrición y sus ingresos: “Aquí tenemos maguey ya de tres años, de dos años y un año, porque el maguey lleva sus años, pero la ventaja es que el terreno sigue produciendo, los espacios que quedan se siguen aprovechando. Este garbanzo ya pronto lo estaremos sacando y eso nos deja un reembolso económico mientras el maguey sigue creciendo”, comenta Claudio. 

Antes del maguey Claudio trabajaba la milpa, pero, como él dice, “actualmente la siembra de temporal no es tan segura como otros años. Anteriormente era segura la cosecha, pero ahora nos está perjudicando mucho mucha la falta de agua. Este año, por ejemplo, no llovió. Y muchos vecinos que sembraron maíz de la forma que siempre lo han hecho, pues se fueron a la quiebra”. 

Así, buscando alternativas para que su parcela siguiera produciendo aún ante el embate del cambio climático, Claudio decidió dedicarse de lleno al cultivo del maguey en 2019. Lamentablemente, las cosas no empezaron del todo bien. 

“Estoy trabajando con este grupo de productores desde hace un año. El señor Claudio tenía magueyes muy enfermos, con problemas para la producción de hojas y penca. Parte del problema es que los productores aquí siembran maguey porque lo aprendieron de sus papás, sus abuelos, pero no le dan un manejo como se le tiene que dar ahora por la evolución de plagas y enfermedades y también por el mercado que ahora exige piñas con características muy específicas”, apunta Yashim Reyes Castañón, quien le brinda acompañamiento técnico al señor Claudio. 

Yashim forma parte del equipo técnico que impulsa el proyecto ´Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche´, de Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

“Este proyecto busca hacer que los productores y sus comunidades sean más resilientes ante los cambios sociales, económicos y ambientales que se van presentado. Los apoyamos para que diversifiquen sus cultivos, para que se asocien, para que tengan más opciones de nutrición para ellos y sus familias, y cuidando los recursos naturales para que tengan algo que heredarle a las futuras generaciones y no les entreguen tierras erosionadas, sino suelos productivos”, menciona Yashim.

Así, para Claudio y su familia el cultivo de maguey intercalado con garbanzo ha sido una innovación favorable porque el garbanzo “controla la maleza y apoya al maguey en su crecimiento, le deja nutrientes al terreno. Ya son dos años que yo le estoy metiendo garbanzo y un poco de frijol delgado y sí me ha dejado un poco más de ganancia. Ahora que el garbanzo ya tenga la semilla, que esté verde, en la familia tomamos la determinación de tostarlo en el comal y venderlo, y es así como le sacamos un poquito más de ganancia”. 

“En la zona normalmente ven al garbanzo como un cultivo que no necesita nada porque crece con la humedad residual y se va manteniendo con rocío, pero si aumentamos el rendimiento aumentamos sus ingresos y por eso, a partir de los diagnósticos que hicimos, vimos que era viable aprovechar más el terreno y darle un manejo diferente al cultivo para incrementar el rendimiento”, puntualiza Yashim. 

Para Claudio lo más importante es que su tierra sigue siendo productiva porque “sí hay muchos compañeros que optan por irse a Estados Unidos o buscar otros trabajos porque piensan que el campo ya no es opción”, comenta el productor, resaltando uno de los aspectos más relevantes del proyecto que, en voz de Yashim, es que “todas estas opciones para hacer más productivas las parcelas ayudan a una mayor resiliencia y, como en el caso de esta localidad, pueden ayudar a disminuir los índices de migración”.

Además de la diversificación de cultivos, el proyecto promueve soluciones poscosecha, capacitación en materia de asociatividad y fomento al liderazgo comunitario. La idea central es que las comunidades se apropien del conocimiento y lo usen a su favor: “Yo me he dado cuenta de que, con el apoyo de la ciencia a través de este proyecto, hemos encontrado soluciones. Hemos tenido éxito. Sí hay dificultades, pero con el apoyo de los especialistas yo en lo personal he encontrado un poco de alivio a mis preocupaciones”, finaliza Claudio. 

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Construir confianza, desde las parcelas y hasta las comunidades

Productor de Chiapas trabajando milpa intercalada con árboles frutales. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)
Productor de Chiapas trabajando milpa intercalada con árboles frutales. (Foto: Fernando Morales / CIMMYT)

Para las comunidades rurales la agricultura y el desarrollo van de la mano. Si las personas no encuentran en la agricultura un medio de vida adecuado el mismo tejido social corre el riesgo de fracturarse. 

“Una de las actividades del proyecto con Walmart Foundation es fortalecer comunidades rurales y es a través de los líderes comunitarios que estamos trazando las actividades de capacitación, procesos de seguimiento técnico y establecimiento de parcelas demostrativas; y con ellos también se hace todo el proceso de gestión de asociatividad”, comenta Jorge García, gerente del Hub Chiapas del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ es el proyecto al que se refiere Jorge, opera desde 2017 promoviendo la diversificación de cultivos y la asociatividad como punto de partida del desarrollo rural y, a cinco años de haber iniciado, el proyecto ahora centra sus esfuerzos para consolidar liderazgos comunitarios que permitan potenciar los beneficios de la iniciativa.

“En muchas comunidades ya hay avances notables en el tema agronómico, por lo que ahora estamos poniendo el foco de atención en temas como asociatividad, acceso a financiamiento, compras consolidadas de insumos y procesos de comercialización”, puntualiza el gerente del Hub Chiapas del CIMMYT. 

“Quienes ya han hecho ejercicios de compras consolidadas pueden tener ahorros muy importantes. Tenemos el caso de un grupo de productores que el año pasado ahorró cien mil pesos en la compra de fertilizante de manera conjunta, eso ya es un recurso considerable. Lo que hacemos entonces es vincular a los productores que van iniciando con estos que ya van más avanzados, llevarlos a que los visiten y platiquen y poco a poco llevarlos en el proceso. Así es como construimos confianza”. 

Buscando fortalecer a estas personas en sus habilidades tanto técnicas, como asociativas y para la toma de decisiones, el Hub Chiapas del CIMMYT realizó, durante dos semanas, encuentros con estos productores líderes —las jornadas se desarrollaron Villaflores, Chiapa de Corzo, Comitán, Larráinzar, Zintalapa y otros lugares estratégicos de Chiapas— a fin de promover el intercambio de experiencias y “construir de manera conjunta un codiseño de los planes de trabajo que se van a hacer en cada comunidad”, enfatiza el gerente del Hub. 

“Con ellos tuvimos una reunión, hicimos un taller, platicamos con ellos sobre el objetivo del proyecto en esta etapa, lo que se quiere lograr y la importancia de su participación porque a través de ellos se hacen todas las actividades y lo que se buscó en las jornadas es que de manera conjunta decidieran qué es lo más prioritario para sus comunidades en términos de las actividades a desarrollar”, señala Jorge. 

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Agricultura familiar, retos y avances

Cerca del 80 % de los alimentos del mundo son producidos por familias agricultoras. La agricultura familiar, en este sentido, brinda grandes oportunidades para la seguridad alimentaria global al ser un potencial motor para preservar alimentos tradicionales, salvaguardar la diversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales, crear oportunidades económicas para las comunidades y fomentar sistemas alimentarios diversificados; sin embargo, las familias agricultoras enfrentan muchas dificultades, entre ellas el acceso a los mercados y el cambio climático. 

Dada la relevancia del tema, y en el marco de tres años del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028), la revista EnlACe del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) dedica su edición número 61 a la agricultura familiar y a los distintos proyectos que impulsa este centro de investigación científica y diversos colaboradores para apoyar a los agricultores familiares.

En el marco de la temática abordada, esta edición de EnlACe incluye contenidos sobre el proyecto CLCA —impulsado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) e implementado por el CIMMYT y diversos colaboradores en la Mixteca Alta de Oaxaca, México y en el Altiplano Sur de Bolivia— para integrar la agricultura y ganadería zonas áridas y semiáridas; también se aborda el tema de la asociatividad con productores de pequeña escala, fomentada en el marco de un proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT. 

La revista presenta también algunos resultados de las plataformas de Teopoxco y Tamazulápam en Oaxaca, donde investigadores del CIMMYT y la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas han estudiado la integración de agricultura de conservación y Milpa Intercalada con Árboles Frutales, sistemas que brindan amplios beneficios para las familias agricultoras de zonas de laderas. 

Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60.
Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

Entre otros contenidos, se destaca la actualización de los procedimientos del CIMMYT para la distribución de semillas, información sobre proyectos para el mejoramiento de variedades y distribución de semillas en África, implementación de hubs o nodos de innovación en Guatemala, entre otros contenidos están ya disponibles de forma gratuita en EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

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Inician jornadas con líderes comunitarios

Jornadas con líderes comunitarios en Oaxaca, México. (Foto: Rausel Ovando/CIMMYT)
Jornadas con líderes comunitarios en Oaxaca, México. (Foto: Rausel Ovando/CIMMYT)

Desde el año 2017, la diversificación de cultivos y la asociatividad para facilitar el acceso a mercados han sido los motores de un proyecto en beneficio de las comunidades dedicadas a la agricultura de pequeña escala en el sur y sureste de México. A cinco años de haber iniciado, el proyecto ahora centra sus esfuerzos para hacer de esos motores la base del empoderamiento de las comunidades. 

Se trata de ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, en el marco de su tercera fase, busca impulsar el desarrollo de líderes comunitarios, particularmente mujeres. 

“El día de ayer trabajamos con alrededor de 21 líderes comunitarios, cada uno representa una comunidad rural. Son productores de San Mateo del Mar, Salina Cruz, Santo Domingo Tehuantepec y otros municipios de la región que se conoce como el Itsmo seco, que tiene zonas planas y temporal errático. El día de hoy se trabajó con aproximadamente 40 líderes del Bajo Mixe, donde hay zonas planas y lomeríos. El día de mañana vamos a otra comunidad donde se espera que haya entre 25 y 30 líderes de zonas de laderas, con pequeñas superficies de cultivo y alta presencia de comunidades indígenas”, comenta José Rausel Ovando, coordinador técnico del Hub Pacífico Sur del CIMMYT.

Estas jornadas con líderes comunitarios que comenzaron esta semana se extenderán hasta haber recorrido todas las regiones donde el proyecto ha tenido alcance, prácticamente en todo el estado y con productores que, ahora y en buena medida debido a esta iniciativa, producen una gran diversidad de cultivos: ajonjolí, jamaica, limón, diversas leguminosas y maíces nativos, entre muchos otros. 

En estas jornadas los líderes comunitarios “comparten sus experiencias y resultados tanto en el aspecto agronómico como en los temas de asociatividad, mercado, también cómo les ha ido con los productos que han vendido, si se han asociado para hacer compras consolidadas o ventas consolidadas. Igualmente, los colaboradores que nos ayudan a implementar el proyecto comparten sus experiencias y, al final, los líderes comunitarios validan o adecúan los planes de trabajo que en conjunto se han desarrollado para sus comunidades en esta nueva fase del proyecto”, señala José Rausel. 

“Las comunidades, representadas por estos líderes comunitarios, tienen intereses diversos, algunas más en temas de comercialización y precios justos, algunas más quieren seguir con la diversificación porque quieren continuar probando nuevos cultivos, o bien, algunas otras comunidades buscan resolver situaciones específicas de cultivos que ya producen”, comenta el especialista del CIMMYT, enfatizando en que también se abordan con ellos las particularidades de los componentes del proyecto: producción sustentable y liderazgo, acceso o inclusión financiera, mercados y modelos de negocios, y una novedosa propuesta sobre centros de semillas. 

Sobre cómo se eligieron a estos líderes comunitarios y cuál es su papel en el proyecto, José Rausel señala que “han sido los propios grupos de productores los que han elegido a sus representantes, por una parte, porque son conocidos en sus comunidades y participan activamente en las actividades tradicionales propias de cada localidad, pero también porque ya tienen experiencia con los trabajos que hemos venido realizando con el proyecto en las fases pasadas”. 

Estos líderes son personas que se han involucrado notablemente, comparten el conocimiento que adquieren en las actividades de capacitación, e incluso nos han dado semilla de la que han producido para compartir con otros agricultores. Además, tienen otras características importantes para representar a sus comunidades:  saber leer y escribir, tienen facilidad de palabra para comunicarse con sus demás compañeros y, en general, el interés y compromiso con el desarrollo de sus comunidades”, finaliza José Rausel. 

 

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Inclusión financiera para productores de pequeña escala

Texcoco, Edo. Méx.- En el sector rural existen muchas limitaciones crediticias. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera de 2017, menos del 10% de las unidades de producción en el país recibió financiamiento. Sobre el seguro agrícola, la encuesta establece que solo el 5.8% de las unidades de producción rural recibieron algún tipo de seguro agropecuario.

Debido a estas circunstancias, Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han desarrollado una estrategia de inclusión financiera que busca atender las necesidades de financiamiento de productores en Oaxaca, Campeche y Chiapas, estados donde prevalecen diversas circunstancias que limitan a los productores en esta materia, tal es el caso de las superficies de cultivo fraccionadas —un productor, por ejemplo, puede tener una hectárea para su trabajo agrícola, pero dividida en cinco o hasta más parcelas—. 

A través del proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, Walmart Foundation y el CIMMYT facilitan a los productores el acceso a financiamiento inclusivo a través de un modelo de asistencia técnico crediticio —en conjunto con intermediarios financieros como FIRA, Financiera Nacional de Desarrollo, e intermediarios financieros rurales privados, etcétera—. El objetivo es que los productores cuenten con recursos para financiar sus actividades agrícolas, eleven su productividad y reduzcan costos de producción.

De acuerdo con Christian Bustos Rojas, consultor en Inclusión Financiera en el CIMMYT, dentro de la estrategia se fomentan los seguros agrícolas, se mitigan riesgos climatológicos y financieros en beneficio de los productores y se busca fomentar la cultura del ahorro en estos productores, además de la obtención de un financiamiento (crédito para el desarrollo de sus actividades): “desarrollamos capacidades administrativas, gerenciales y de educación financiera para ir madurando estos grupos de productores para que puedan llegar a un tema de financiamiento o crédito. La inclusión financiera, la asociatividad y el acceso a mercados son tres componentes fundamentales para el proyecto”. 

Además del tema financiero, el proyecto contempla un continuo acompañamiento técnico para la adopción de prácticas sustentables —particularmente la diversificación de cultivos— que están impactando positivamente en el mantenimiento a largo plazo de los recursos productivos y en la mitigación y adaptación frente a los efectos climáticos. Este esquema permite minimizar riesgos productivos y apoyar a los productores en la generación de un retorno positivo de inversión.

La estrategia está dando resultados: para varios productores la asociatividad ha sido una forma de reducir costos (Se asocian para comprar más barato: https://idp.cimmyt.org/se-asocian-para-comprar-mas-barato/), para otros una oportunidad de fortalecer el tejido social de sus comunidades (Asociatividad en el medio rural, más que solo compras consolidadas: https://idp.cimmyt.org/asociatividad-en-el-medio-rural-mas-que-solo-compras-consolidadas/), e incluso una manera de rescatar prácticas organizativas tradicionales como el tequio (Rescatan prácticas organizativas para aumentar la rentabilidad agrícola: https://idp.cimmyt.org/rescatan-practicas-organizativas-para-aumentar-la-rentabilidad-agricola/). 

A través de la capacitación y el acompañamiento directo por parte de consultores se busca que los productores tengan una escala productiva, económica y organizativa que les permita acceder al crédito. Para el proyecto, este elemento es clave ya que permite la integración de un grupo de productores que, eventualmente, podrán apoyarse, tener mayor capacidad productiva y organizativa para que puedan en conjunto solicitar un crédito para desarrollar o expandir sus actividades. 

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Asociatividad en el medio rural, más que solo compras consolidadas

Mediante el proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ —impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— durante 2020 se han impartido diversos talleres para fomentar la asociatividad entre productores de diversas regiones de Oaxaca.

El propósito de estos talleres no solo ha sido facilitar el acceso de los pequeños productores a los mercados (mediante su asociación en grupos formales o informales, pero debidamente organizados), sino también preservar y fortalecer sus formas de organización tradicionales (como el tequio o la mano vuelta), su cultura y su tejido social. Además, en muchos casos estos talleres son el complemento de otros esfuerzos en el marco del proyecto, como es el fomento de la diversificación de cultivos. 

En la localidad Cienéga de Zimatlán, en la región de los Valles Centrales de Oaxaca, por ejemplo, se establecieron parcelas con asociación de cultivos alternativos (canola, grass pea, avena y alfalfa) para darle opciones de forrajes a los productores de la localidad. Es importante mencionar que además del buen rendimiento de forraje que se ha obtenido, se ha documentado la presencia de gran número de insectos benéficos, particularmente polinizadores. 

En esa misma localidad, un par de meses después, se impartió el curso “Promoción de la asociatividad y acceso al financiamiento”, junto con la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND). El curso permitió revisar experiencias pasadas de asociatividad y mejorar diversos aspectos, incluyendo temas como la confianza entre los productores.  

Acciones similares para impulsar la diversificación de cultivos y el acceso a mercados para darle salida comercial a los excedentes se realizaron en San Matías Chilazoa, localidad del municipio Ejutla de Crespo, Oaxaca. Allí, se organizó incluso una sesión plenaria para revisar el caso de la organización local UCIRI, logrando acuerdos internos de gran importancia para los productores y fomentando los valores tradicionales de la comunidad. 

Diversificar cultivos en una parcela no solo tiene propósitos agronómicos (mejorar el suelo) o socioeconómicos (facilitar el acceso a mercados), sino también permite consolidar la organización entre productores y, sobre todo, fortalecer el tejido social de las comunidades. Esto es un ejemplo de una #AgriculturaParaLaPaz. 

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Nunca es tarde para asociarse

Magdalena Peñasco, Oax.- Ñuu te’e sa’a jiyo es una agrupación de agricultores mixtecos que ha tomado un nuevo impulso gracias a la asesoría que reciben por parte de la Sociedad de Producción Rural Ñuu Kuiñi Pueblo de Tigre, como parte del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

El grupo de productores está integrado por 10 socios que radican en el municipio de Magdalena Peñasco, Oaxaca. Se trata de productores de edad avanzada que han acumulado mucha experiencia trabajando el campo y que han decidido reestructurar su organización (están en el proceso de llevarla a la formalidad) para obtener mayores beneficios. 

Gracias a su disposición para innovar, este grupo de productores ya ha logrado hacer compras consolidas para obtener mejores precios en insumos agrícolas. Actualmente, con el apoyo que han recibido en los talleres de asociatividad en los que han participado en el marco del proyecto, los integrantes del grupo trabajan en conjunto en la diversificación de sus cultivos (introduciendo cultivos alternativos) pues han identificado al menos una oportunidad de negocio que quieren aprovechar.

Este grupo de productores ha aprendido que, mediante prácticas sustentables, la agricultura en pequeñas extensiones sí permite obtener buenos rendimientos y puede ser rentable; que la comunicación dentro del grupo es fundamental para hacer más eficiente el trabajo; y que con sus logros actuales están en buen momento para integrar a nuevos productores al grupo; asimismo, que también es momento de lograr transformar sus productos para tener mayores oportunidades de comercialización. 

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Financiamiento para pequeños productores

Oaxaca de Juárez, Oax.- El término ‘financiamiento’, desde la perspectiva de muchos productores, está asociado a la aportación de dinero o al otorgamiento de un crédito a una persona, empresa u organización para que realice un proyecto, por lo que también está directamente relacionado con el pago de una tasa de interés. Sin embargo, existen diferentes tipos de financiamiento y mecanismos que pueden ayudar a los pequeños productores para que concreten un proyecto rural.

A través del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’ —impulsado por Walmart Foundation y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— el CIMMYT y sus colaboradores en Oaxaca han trabado con productores de las localidades de San Jacinto Chilateca, San Martín Tilcajete y Zimatlán de Álvarez para asesorarlos en la gestión de financiamientos.

El objetivo del acompañamiento es fortalecer la producción de granos básicos mediante el desarrollo de capacidades orientado a los productores. Uno de los primeros pasos, por ejemplo, fue contratar un seguro agrícola que ayudara a minimizar los riesgos en la producción. Aunque este proceso se ha ralentizado debido a la pandemia por COVID-19, sí ha contribuido a la educación financiera de los productores.

Derivado de esos aprendizajes, desde 2019 varios productores empezaron a evaluar su participación en compras consolidadas mediante la asociación con otros productores de sus localidades (esquema que previamente se plantea con las casas comerciales locales). Al realizar compras en mayor volumen las casas comerciales ofrecen a los productores asociados la ventaja de obtener un descuento en los precios, lo que se traduce en un ahorro directo para el productor.

El señor Bernardino Mendoza (de San Jacinto Chilateca, municipio de Ocotlán de Morelos, Oaxaca) —por ejemplo— ahorró $300 con el solo hecho de comparar precios de un solo insumo en tres distintas casas distribuidoras. Sumados, estos pequeños ahorros (plasmados en un calendario de ahorro anual) ascienden a montos significativos que pueden ser utilizados en el siguiente ciclo productivo para insumos diversos.

El impulso de la asociatividad permite reforzar los principios y valores de los grupos de productores, tales como el compromiso de trabajo y el deseo de tener una mejor situación económica dentro del medio rural. Aunque muchas actividades de esta iniciativa han quedado en pausa debido a la contingencia sanitaria, los productores han manifestado interés y entusiasmo por continuar asociándose y obtener los beneficios de unir esfuerzos.

Para el CIMMYT y sus colaboradores en Oaxaca #LaAgriculturaSigue y la asociatividad —que permite concretar una integración productiva, mayor rentabilidad y mayores ingresos para los productores— es una de las acciones con las que las comunidades pueden hacer frente a estos tiempos de incertidumbre.