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Plataformas de investigación favorecen el desarrollo comunitario

Cosecha de frutos de durazno establecidos en sistema de milpa intercalada con árboles frutales, 24 de Junio de 2022. (Foto: Plataforma Larráinzar)
Cosecha de frutos de durazno establecidos en sistema de milpa intercalada con árboles frutales, 24 de Junio de 2022. (Foto: Plataforma Larráinzar)

Larráinzar es un municipio del estado mexicano de Chiapas cuyo paisaje y riqueza cultural lo hacen destacar. Geográficamente se ubica en la región de Los Altos. Allí, el clima es templado húmedo con abundantes lluvias en verano: la precipitación promedio, de hecho, es de 1 200 milímetros (mm) anuales —el promedio nacional en 2020 fue de 722 mm—.

En Larráinzar los principales cultivos son el maíz, el frijol y la calabaza bajo el régimen de temporal. Mayoritariamente, los sistemas productivos son para el autoconsumo y ya que una gran parte de las parcelas está en laderas, la erosión del suelo a causa de las  lluvias es un fenómeno frecuente, lo que se agrava por la prevalencia de prácticas agrícolas inadecuadas. 

Para generar alternativas sustentables al manejo convencional el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y productores locales instalaron en 2018 la plataforma de investigación Larráinzar, donde se evalúan los sistemas de agricultura de conservación y milpa intercalada con árboles frutales —sistema MIAF, donde los árboles actúan como barreras vivas para evitar el arrastre de suelo— a fin de identificar las mejores prácticas para incrementar la productividad e ingresos económicos de los agricultores de pequeñas unidades de producción de autoconsumo.

En el ciclo primavera-verano 2022, por ejemplo, se instalaron diversos ensayos para evaluar densidades de siembra, arreglo topológico, ajustes a la nutrición  de acuerdo a un análisis de suelo, la microrotación en franjas de doble hilera, entre otros aspectos. 

“En la plataforma estamos practicando con los componentes básicos de la agricultura de conservación: manejo de rastrojo como cobertura, el mínimo movimiento de suelo y la diversificación de cultivos incluyendo el sistema MIAF que en 2022 demostró un muy buen potencial y en lo que va de 2023 ya vamos empezando a cosechar, en este caso frutales, específicamente duraznos que casi nadie lo practica en la región”, comenta Mateo Pérez Santiz, encargado de la plataforma.

Esta plataforma es como una escuela para los productores de la zona. Nos permite extender las innovaciones y, a través de ellas, la plataforma ha generado impactos en cuanto a rendimientos y productividad de espacios pequeños. Aquí se ha demostrado que con las prácticas convencionales que hace el productor es mucho mas costoso cultivar que con agricultura de conservación, sistema que deja más rendimientos”, enfatiza Mateo.

La plataforma de Larráinzar cumple una función muy importante para los productores locales que poseen pequeñas superficies, pues para ellos resulta indispensable “saber cómo aprovechar esos espacios con la diversificación de cultivos, ya que los sistemas diversificados contribuyen a incrementar la productividad y la rentabilidad, además garantizan la seguridad alimentaria y el ingreso económico para los productores de autoconsumo”. 

Como ejemplo de los beneficios de las prácticas mencionadas y del papel social de la plataforma, Mateo refiere que en ese espacio también se hacen giras de intercambio de experiencias donde “invitamos a personas y diversas organizaciones. Recientemente un representante de una organización no gubernamental impulsó un proyecto, haciendo énfasis en el sistema MIAF en durazno y otros árboles frutales para crear un proyecto orientado a mujeres y maíz”.

Así, “se estableció un convenio que involucró también a una institución enfocada a la igualdad de género y a la Secretaría de Agricultura de Chiapas. Se logró la unión de cinco organizaciones y se les entrego a 500 mujeres jefas de familia árboles frutales para 1 200 metros cuadrados para cada familia como una etapa inicial.  Este ha sido uno de los logros recientes de la plataforma como espacio para divulgar y extender sistemas de producción sustentables y rentables”, finaliza Mateo.  

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, AgribaSustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Agricultura familiar, retos y avances

Cerca del 80 % de los alimentos del mundo son producidos por familias agricultoras. La agricultura familiar, en este sentido, brinda grandes oportunidades para la seguridad alimentaria global al ser un potencial motor para preservar alimentos tradicionales, salvaguardar la diversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales, crear oportunidades económicas para las comunidades y fomentar sistemas alimentarios diversificados; sin embargo, las familias agricultoras enfrentan muchas dificultades, entre ellas el acceso a los mercados y el cambio climático. 

Dada la relevancia del tema, y en el marco de tres años del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar (2019-2028), la revista EnlACe del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) dedica su edición número 61 a la agricultura familiar y a los distintos proyectos que impulsa este centro de investigación científica y diversos colaboradores para apoyar a los agricultores familiares.

En el marco de la temática abordada, esta edición de EnlACe incluye contenidos sobre el proyecto CLCA —impulsado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) e implementado por el CIMMYT y diversos colaboradores en la Mixteca Alta de Oaxaca, México y en el Altiplano Sur de Bolivia— para integrar la agricultura y ganadería zonas áridas y semiáridas; también se aborda el tema de la asociatividad con productores de pequeña escala, fomentada en el marco de un proyecto impulsado por Walmart Foundation y el CIMMYT. 

La revista presenta también algunos resultados de las plataformas de Teopoxco y Tamazulápam en Oaxaca, donde investigadores del CIMMYT y la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas han estudiado la integración de agricultura de conservación y Milpa Intercalada con Árboles Frutales, sistemas que brindan amplios beneficios para las familias agricultoras de zonas de laderas. 

Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 60.
Portada de EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

Entre otros contenidos, se destaca la actualización de los procedimientos del CIMMYT para la distribución de semillas, información sobre proyectos para el mejoramiento de variedades y distribución de semillas en África, implementación de hubs o nodos de innovación en Guatemala, entre otros contenidos están ya disponibles de forma gratuita en EnlACe: La revista de la Agricultura de Conservación No. 61.

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Fauna silvestre, reto para las familias agricultoras de la Sierra Mazateca

Cultivo de maíz en zona serrana de Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)
Cultivo de maíz en zona serrana de Oaxaca, México. (Foto: Fernando Morales/CIMMYT)

Los bosques mesófilos de montaña (o de neblina) son ecosistemas muy ricos en diversidad biológica. El de la Sierra Mazateca de Oaxaca, México, es el hogar de muchas especies, incluidos roedores, conejos, ardillas, armadillos, zorras, águilas, halcones, víboras, etcétera. 

Para algunas poblaciones, ciertas especies de fauna silvestre forman parte de la dieta, mientras que para otras, de acuerdo con la cosmovisión indígena, estos animales representan vidas que conviven con los humanos en el mismo territorio. 

Desde hace algunos años, sin embargo, la modificación del ecosistema ha provocado que para muchas familias agriculturas de la Sierra Mazateca esta convivencia genere dificultades, específicamente porque algunas zonas dedicadas a la agricultura se han convertido en el refugio de varias especies de animales que huyen a causa de los incendios forestales, el incremento del área agrícola y la caza indiscriminada.

Así, para estas familias la convivencia con la fauna silvestre representa un reto cada año. En los municipios de Santa María Teopoxco, San Pedro Ocopetatillo y San Jerónimo Tecoatl, por ejemplo, las aves, conejos y ardillas se han convertido en una amenaza para los cultivos tanto de maíz en los ciclos de primavera-verano, como de haba y chícharo en el ciclo otoño-invierno. 

En algunos casos el abandono de las actividades agrícolas —ya sea por migración o porque la actividad económica principal ahora son los servicios en lugar de la agricultura— ha provocado que crezca el bosque. Aunque esto es positivo en términos biológicos, para los agricultores cuyas parcelas quedan aisladas al ser rodeadas por el bosque, esto representa que muy probablemente no lograrán obtener cosechas pues sus cultivos servirán para alimentar a la fauna silvestre.

La fauna silvestre llega a consumir más de la mitad de la cosecha o, en su caso, más de la mitad de la plantación. Para enfrentar esta situación la población ha recurrido a la caza, a la colocación de trampas, al empleo de venenos sin control y, en algunos casos, al abandono de la siembra. Además, si se considera que la mayoría de estos productores siembra para el autoconsumo y muchas veces obtienen bajos rendimientos debido a la prevalencia de prácticas inadecuadas, entonces la situación se torna aún más difícil.

En el marco de la iniciativa Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) trabaja en la búsqueda de alternativas para que las familias productoras de la Sierra Mazateca obtengan mejores rendimientos de forma sustentable y no pierdan sus cosechas a causa de la fauna silvestre, pero procurando el menor impacto al ecosistema. 

Para incrementar los rendimientos la AMDSL ha trabajado desde hace algunos años con el sistema milpa intercalada con árboles frutales con buenos resultados. Con respecto al tema de la fauna silvestre, la organización continúa en la identificación de las mejores opciones. A la fecha, se  han colocado cintas de caset y discos reutilizados para que reflejen la luz solar y se ahuyente así a los animales. También, se ha colocado cal en las plantas de las orillas de las parcelas con la finalidad de que al probarlas los animales desistan en su intento por consumirlas.

Todos estos intentos han presentado resultados, sin embargo, aún son mínimos y por eso en las reuniones de la AMDSL con la comunidad se ha acordado que en el siguiente ciclo se probarán otras alternativas y se tratará de identificar a los enemigos naturales de la fauna que está afectando los cultivos. Por supuesto, se trata de un gran reto que implica poner la mirada no solo la parcela y las actividades socioeconómicas, sino también en el entendimiento de que las comunidades forman parte de un ecosistema. 

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Buscan mejorar la agricultura de las zonas tropicales húmedas de México

Sistema milpa intercalada con árboles frutales en la plataforma San Andrés Tuxtla, en Veracruz, México. (Foto: Consejo de Colonias Populares de Veracruz)
Sistema milpa intercalada con árboles frutales en la plataforma San Andrés Tuxtla, en Veracruz, México. (Foto: Consejo de Colonias Populares de Veracruz)

Las zonas tropicales húmedas y subhúmedas de México poseen un enorme potencial productivo y de mercado, particularmente en lo referente a biocombustibles y cultivos tropicales. No obstante, estas zonas —particularmente en el sureste del país— también concentran gran población en situación de pobreza, tienen comunidades con problemas de seguridad alimentaria, se registra sobreexplotación de acuíferos y vulnerabilidad ante fenómenos extremos derivados del cambio climático.

En materia agrícola, específicamente, las zonas del trópico húmedo mexicano enfrentan retos adicionales: una buena parte de su territorio tiene una geografía accidentada, de manera que la agricultura se realiza en áreas de ladera muy susceptibles a la erosión y de difícil acceso para la maquinaria agrícola. 

Para brindar opciones que permitan a los agricultores de autoconsumo de estas zonas mejorar sus sistemas de producción y lograr la seguridad alimentaria, a través de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— se han instalado diversas plataformas de investigación a fin de identificar las prácticas agrícolas más pertinentes. 

En la plataforma de San Andrés Tuxtla, en el estado de Veracruz, por ejemplo, se instaló una plataforma dedicada a evaluar el sistema milpa intercalada con árboles frutales, el cual fue diseñado para hacer un uso óptimo del suelo en tiempo y espacio en terrenos de ladera del trópico húmedo de México. 

El sistema milpa intercalada con árboles frutales es una práctica sustentada en los conocimientos de los pueblos originarios mexicanos, fue estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT.

En la plataforma, donde colaboran el Consejo de Colonias Populares de Veracruz y el CIMMYT, actualmente se investiga el tema de bajos rendimientos por sequía, los componentes tecnológicos de difícil adopción del sistema milpa intercalada con árboles frutales y, en un experimento de cinco años, se busca determinar la eficiencia relativa de la tierra para esta zona.

Como alternativa a la labranza convencional de la zona —la cual consiste en remover el suelo con un implemento local llamado “Champion”, jalado por un caballo— en la plataforma también se evalúan prácticas de agricultura de conservación, como cero labranza, conservación de residuos agrícolas en la superficie, y rotaciones de maíz y frijol de mata.

Adicionalmente se evalúa el uso de trampas con feromonas para el control del gusano cogollero —plaga que en la zona puede causar daños por arriba del 50% de la producción—y se imparten talleres a los productores. Entre las temáticas de estos están: poda de frutales, aplicación de fertilizantes y propagación de cítricos por acodo, que es una técnica que consiste en formar nuevos ejemplares a partir de una rama de una planta madre, pero sin separarla de esta. 

Los conocimientos que se van generando en esta plataforma de investigación han contribuido a que los productores locales optimicen sus recursos y tengan mejorías en la producción de sus frutales. De acuerdo con los productores que han participado en los talleres, se espera que en la próxima cosecha la calidad del fruto sea mejor, además de que con el taller de acodo aéreo podrán obtener material para reponer los árboles muertos.

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Milpa, frutales y asociatividad

El productor Aquilino García en su parcela en Santa Catarina Tecoatl, Oaxaca, México. (Foto: Nadia Altamirano)
El productor Aquilino García en su parcela en Santa Catarina Tecoatl, Oaxaca, México. (Foto: Nadia Altamirano)

Con pendientes en contra por encontrarse en laderas, productores como Aquilino García Reyes que intercalan la milpa con los árboles frutales, han demostrado que se puede elevar la producción si se opta por prácticas sustentables.

Alejandrina García Dávila es colaboradora del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) e implementa en la región de la Cañada el proyecto Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche, que impulsa Walmart Foundation.

Alejandrina reconoce a Aquilino como un productor que ha implementado con éxito el sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales, práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias de México (INIFAP) a partir del conocimiento tradicional y mejorada por productores innovadores mediante un proceso de integración de ciencia y conocimiento tradicional a través de la red de innovación que impulsa el CIMMYT. 

Su ejemplo ha ayudado a que otros productores se motiven a implementar este sistema porque les permite cosechar los granos básicos como maíz y fríjol, al mismo tiempo que frutales que les dan ingresos adicionales.

A los árboles de durazno, el ejote, calabaza, frijol y maíz que suele sembrar en su parcela que tiene en la ladera de un cerro, hace dos años Aquilino sumó el girasol porque ha implementado el sencillo método de curvas a nivel.

Esta práctica que implementa Aquilino y demás productores de Santa Catarina Tecóatl impide que el suelo se erosione y en vez de eso retenga agua, elevando la producción.

Los factores a favor aumentan porque dejó prácticas agrícolas que degradaban el suelo, como quemar el rastrojo que ahora utiliza como una cobertura vegetal que aporta nutrientes al suelo.

“La ingeniera (Alejandrina) nos ha apoyado, nos ha dicho cómo sembrar, nos orienta en lo qué hay que hacer, las podas y evitar la erosión de la tierra, no quemar el rastrojo que sirve como abono”, expresa Aquilino.

Sabe que por estar en laderas es preferible cosechar si la tierra cuenta con curvas a nivel porque su parcela está en una ladera con mucha inclinación.

El trabajo productivo de Aquilino se complementa con el vivero que tiene, donde comercializa árboles frutales como los que él siembra.

La colaboradora de CIMMYT se ha encargado de difundir los beneficios de utilizar el sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales, el cual estaría incompleto si no se impulsa la asociatividad.

“Al terminar de cosechar él puede vender sus productos a otras personas que los transforman y le dan el valor agregado”, un impulso para recuperar la idea de que el trabajo en el campo es redituable si se hace de manera agroecológica.

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Mejoran sus ingresos familiares con un enfoque medioambiental

Poner fin a la pobreza en todas sus formas es el primero de los 17 objetivos de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de la ONU. Este año, el tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza aborda el desafío de lograr la justicia social y medioambiental para todas las personas.

¿Cuál es la relación entre la pobreza y el medioambiente? La pobreza va más allá de la falta de ingresos, desencadena impactos sobre el ambiente. Las poblaciones empobrecidas son las que más dependen de los recursos de los que les proveen los ecosistemas, pero también son las más vulnerables ante los impactos negativos derivados de los problemas ambientales.

Las poblaciones vulnerables también tienen una gran capacidad para contribuir positivamente en las soluciones ambientales y para la superación de las condiciones económicas adversas. Por esta razón, la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) promueven prácticas agrícolas que permiten a productores de la Región Mixe, en el estado de Oaxaca, mejorar sus ingresos familiares con un enfoque medioambiental.

El centro de difusión de las prácticas sustentables es la plataforma de investigación localizada en el paraje Puente Ardilla, en el municipio de Tamazulápam del Espíritu Santo. En la zona donde se ubica la plataforma predomina el sistema de producción milpa-jornaleo-servicios, con rendimientos insuficientes incluso para el autoconsumo (de apenas 1.1 toneladas por hectárea). Adicionalmente, los terrenos en laderas que caracterizan a la zona presentan baja fertilidad y están erosionados por la lluvia.

En la plataforma de investigación se han implementado y evaluado diversas innovaciones, comparándolas siempre con la labranza convencional de la zona a fin de que las ventajas de innovar sean visibles para todos. También se han realizado estudios para generar técnicas adaptativas para el mejoramiento productivo de la milpa, reducir la erosión del suelo y mejorar la fertilidad en laderas.

Entre los estudios destaca uno realizado por un periodo de cinco años (iniciando en 2015) donde se estableció un módulo con Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) —sistema que integra saberes tradicionales, investigación de científicos del INIFAP y mejoras continuas de los técnicos y productores que han participado en el programa MasAgro, de la SADER y el CIMMYT—.

El módulo consiste en tres franjas contiguas. En la parte media de la primera franja se ubica una hilera de árboles de durazno sembrados siguiendo el contorno de la pendiente. En cada franja lateral a la de los árboles se sembraron tres surcos de maíz y frijol (paralelos a la hilera de los árboles frutales). De esta forma, el maíz y el frijol ocupan el 57% de la superficie y los árboles frutales el 43% restante.

En ese módulo con milpa y árboles frutales se evaluó tanto la labranza convencional de la región (con continuo movimiento del suelo y sin dejar rastrojo) como Agricultura de Conservación (cuyos componentes básicos son el mínimo movimiento del suelo, la diversificación de cultivos y la cobertura del suelo con rastrojos), así como diversos tratamientos de fertilización, descanso del suelo, etc.

Después de cinco años de observar el desarrollo de los cultivos en el módulo con MIAF la labranza convencional fue la que menor rendimiento tuvo, mientras que la Agricultura de Conservación aportó los mejores resultados (particularmente el tratamiento con la combinación milpa-leguminosa, cero labranza y remoción parcial de rastrojo), permitiendo que hubiera suficiente maíz para la alimentación de la familia más un excedente para venta.

Con respecto a los frutales, estos registraron ganancias positivas y utilidades. La suma de los ingresos por el cultivo del maíz y frijol, otros productos de la milpa más los frutales, permite comprobar que el sistema MIAF es de gran utilidad para los terrenos en ladera. Particularmente el frutal juega un papel muy importante en el aspecto económico, pero también en el cuidado del suelo, ya que actúan como barreras vivas disminuyendo la erosión hídrica.

Por: Columba Silva Avendaño, Zenaida López Martínez, Juan Pablo Torres Zambrano, AMDSL.

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Maíz, frutas y sustentabilidad: los vínculos entre MasAgro y Sembrando Vida

Las labores agrícolas en los terrenos con pendientes pronunciadas suelen complicarse debido a la inclinación y a que los suelos, normalmente superficiales, son muy susceptibles a la erosión y al desprendimiento de tierras. Chiapas tiene grandes extensiones con relieves de este tipo, y la población que vive en ellas con frecuencia tiene dificultades para lograr cosechas que cubran sus necesidades de alimentación.

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), junto con sus colaboradores, promueve diversas prácticas y sistemas orientados a elevar la productividad y conservar los suelos en terrenos de ladera. Uno de estos es la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), desarrollado por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y mejorado por productores que deciden innovar —mediante un proceso de integración de la ciencia y el conocimiento tradicional— a través de programas como MasAgro.

El programa MasAgro, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el CIMMYT, brinda soporte técnico y metodológico a diversas estrategias y proyectos en el país. En Chiapas su vinculación con el programa Sembrando Vida (del Gobierno federal) ha permitido desarrollar diversas acciones de capacitación, como el taller ‘El sistema MIAF: manejo agronómico y sustentabilidad’, que recientemente se impartió a técnicos, facilitadores y otros operadores de Sembrando Vida.

La sinergia entre ambos programas es producto de los objetivos que tienen en común, entre los cuales están conservar los suelos, producir sustentablemente y —sobre todo— cuidar el medioambiente. Durante los dos días del taller, se abordaron temas como las alternativas para el manejo de pequeñas unidades de producción en laderas; el sistema MIAF, su diversificación y las experiencias de su adopción en los municipios de Ocosingo y Rayón; el manejo del muro vivo en el sistema MIAF; la dinámica de la formación y las podas del árbol frutal; y los cultivos del sistema MIAF, entre otros.

El taller, realizado en la plataforma Larráinzar, da continuidad al diagnóstico de necesidades de capacitación con facilitadores de Sembrando Vida y se suma a otras capacitaciones impartidas en el marco de la vinculación con MasAgro. Próximamente, se impartirán nuevas capacitaciones en temas como Manejo Agroecológico de Plagas, fitomejoramiento participativo de maíces nativos, Agricultura de Conservación y soluciones herméticas poscosecha.

De acuerdo con los técnicos participantes, este taller les permitirá brindar un mejor acompañamiento a los productores de la región, emitir recomendaciones puntuales a los grupos que tienen a su cargo, alcanzar los objetivos del programa Sembrando Vida y —a través de la implementación de innovaciones agrícolas sustentables derivadas de la investigación científica— mitigar los efectos del cambio climático que tanto han afectado a los productores de Chiapas.

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Milpa y árboles frutales: una gran opción para terrenos de ladera

Cultivar en terrenos de ladera es un verdadero reto para la agricultura, ya que sus suelos superficiales son muy susceptibles a la erosión y el desprendimiento de tierras. Las pendientes dificultan el trabajo y el acceso de maquinaria a las parcelas, y las prácticas convencionales basadas en las quemas agrícolas no favorecen la conservación de los recursos naturales.

Al respecto, Columba Silva Avendaño, representante legal de la Agencia Mexicana para el Desarrollo Sustentable en Laderas (AMDSL), comentó que “la baja producción de maíz en las regiones de laderas en el estado de Oaxaca se agrava con las prácticas tradicionales de roza, tumba y quema, así como con el descanso por mucho tiempo de los terrenos. Los productores los ocupan por uno o dos años para establecer la milpa; luego los dejan descansar dos o tres años y vuelven a producir”.

Aunque “dejar descansar el monte” para que se regenere solo parece una buena idea inicialmente, trae como consecuencia la apertura de nuevas parcelas. Columba Silva explicó que “el sistema de Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF) está diseñado principalmente para laderas y es una alternativa que hace posible sedentarizar la milpa. Junto con la Agricultura de Conservación (AC) permite que el mismo terreno se pueda ocupar ciclo con ciclo, y esto evita la apertura de nuevas parcelas (que nuevos lugares sean quemados), pues el mismo lugar se hace eficiente con diversos cultivos”.

Elevar la productividad, sedentarizar la milpa, disminuir la erosión —ya que los árboles actúan como barrera viva que reduce los escurrimientos de suelo— y reducir la contaminación ambiental no son los únicos beneficios del sistema MIAF, pues también incrementa la variedad y la disponibilidad de alimentos para las familias e incide positivamente en su tejido y su economía. “Se fortalecen las interacciones de la familia y se generan ingresos adicionales a la producción de maíz. Obtienen alimento para sus familias, excedente para vender e ingresos por el frutal”, mencionó Columba Silva.

Maíz, frijol, calabaza, durazno, pera, manzana y aguacate son algunos de los alimentos que se siembran en el sistema MIAF. Y aunque fue pensado para lograr la seguridad alimentaria, en la práctica ha permitido afianzar vínculos tradicionales en las comunidades, además de “ayudar a mejorar el medioambiente y conservar el suelo y el agua, porque el productor ya no quema, ya no rotura el suelo frecuentemente; entonces, reduce los jornales y los costos de producción”, puntualizó la representante de la AMDSL.

Sobre la colaboración entre el CIMMYT y la organización que representa, Columba Silva mencionó que “esta vinculación nos ayuda a impulsar el sistema MIAF en las laderas con productores con poco espacio en sus terrenos. Nos está auxiliando a aumentar su producción. Juntos generamos estrategias para utilizar el rastrojo en el terreno, y así no quemamos y hacemos más eficientes los terrenos. En el mismo lugar donde ellos producen su maíz —la milpa— con el sistema MIAF y la AC estamos consiguiendo que vuelvan a sembrar año con año, ciclo con ciclo, sin quemar y utilizando su rastrojo”.

Si te interesó esta información sobre el sistema MIAF, no te pierdas el siguiente número de la revista EnlACe. En él encontrarás información detallada sobre los aspectos técnicos, las investigaciones que permitieron generar el sistema y las personas e instituciones que han aportado para su diseño e implementación en las regiones Mazateca, Cuicateca y Mixe, del estado de Oaxaca.

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60 aniversario del Colpos, trabajando juntos por la seguridad alimentaria en México

El CIMMYT celebra el 60 aniversario del Colegio de Posgraduados y su papel crucial en la formación de especialistas que benefician y contribuyen a fortalecer la seguridad alimentaria del país. 
Por: Hugo F. Castellano y Francisco Alarcón, Divulgación CIMMYT.

Texcoco, Edo. Méx.- Lograr la seguridad alimentaria y el bienestar de los productores en México demanda alianzas estratégicas entre instituciones que compartan el compromiso de servir a la sociedad con ciencia, tecnología e innovación. En una relación histórica, el Colegio de Postgraduados (Colpos) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han compartido objetivos, enfoques y metas para impulsar la investigación en torno a la sustentabilidad de los sistemas agroalimentarios, el desarrollo rural y otros temas que hoy siguen siendo prioritarios y que nos permiten hacer frente a los retos del entorno global.

El 60 aniversario del Colegio de Posgraduados es una oportunidad para reconocer el importante papel que ha desempeñado esta institución en la formación de agentes de cambio que atienden las necesidades de los entornos rurales y agrícolas. Desde 1967, el CIMMYT y el Colpos suman esfuerzos y conocimiento para transformar las realidades del campo mexicano. En 2002 se fortalecieron estos vínculos y convenios con la firma de acuerdos para la realización conjunta de proyectos de investigación y generación de capacidades, la difusión de información sobre temas agrícolas y de sustentabilidad y la promoción del intercambio de estudiantes y personal científico y académico para aprovechar la infraestructura del CIMMYT, como el Banco de Germoplasma, que resguarda un invaluable potencial genético que puede brindar soluciones a los retos de la agenda 2030.

En abril de 2016, en el campus Montecillo se reunieron autoridades de ambas instituciones para fortalecer dicha relación a través de una colaboración para elaborar tesis de maestría y doctorado entre los estudiantes del Colpos y científicos del CIMMYT y trabajos de laboratorio y campo en instalaciones de ambas instituciones, así como para crear alianzas estratégicas de investigación que beneficien y contribuyan al fortalecimiento de la seguridad alimentaria en México.

Por ello, y ante los retos que afrontan el campo mexicano y sus productores, celebramos y recordamos los esfuerzos que dieron origen a muchas de las estrategias de innovación agrícola que hoy favorecen el bienestar de los pequeños productores con acompañamiento técnico e información para favorecer la toma de mejores decisiones que deriven en la innovación. El primero de estos esfuerzos en común fue el proyecto Plan Puebla, desarrollado a fines de la década de 1960 en los municipios de San Martín Texmelucan, Cholula, Puebla y Amozoc en una superficie total de 116,000 hectáreas, con apoyo financiero y técnico del CIMMYT, en coordinación con el Colpos.

Años más tarde (1990) hubo un trabajo integrado de promoción de la labranza de conservación con estrategias y numerosos actores involucrados en la iniciativa (el Colpos; el CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias [INIFAP]; y el Instituto Tecnológico de la Chontalpa [Itech]). La colaboración dio nuevos frutos en ese mismo año, y el Colpos y el CIMMYT avanzaron con el Proyecto Manejo Sustentable de Laderas, el manejo del suelo y la labranza cero como alternativa válida y de innovación para el campo.

La actividad avanzó hacia otra estrategia de considerable impacto, el subproyecto del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), resultado de la colaboración de más de 30 años entre el Colpos y el INIFAP. Está basado en una tecnología para intensificar el paradigma de la agricultura convencional e incrementar significativamente el ingreso neto y el empleo familiar sin dejar de producir alimentos básicos y protegiendo el suelo contra la erosión sin eliminar su roturación, excepto en condiciones especiales, con interacción entre los cultivos componentes para lograr una mayor economía en el uso de los recursos naturales e incrementar la captura del carbono atmosférico.

A lo largo de esta rica historia de vinculación, hay testimonios que dan cuenta de su importancia y trascendencia. Joaquín Alfonso Macías Laylle, profesor e investigador del Colpos, tuvo en el CIMMYT su primera experiencia de trabajo en 1973 al finalizar sus estudios de Ingeniería Agronómica. Según su propio relato, Macías Laylle se incorporó al Proyecto Puebla, más tarde renombrado como Plan Puebla, desarrollado en conjunto entre el Colpos y el CIMMYT y orientado a trabajar sobre dos grandes temas: la escasez de alimentos y la necesidad de mejorar rendimientos. El gran logro de esta tarea fue llevar la investigación de los campos experimentales a las parcelas de los pequeños productores. Fue una iniciativa, una innovación y un logro que dio resultados positivos a los productores de escala más pequeña, mejorando sus condiciones de vida y de labor agrícola.

Otro testimonio es el de Enrique Becerril Román, secretario académico del Colpos, que enfatiza la importancia de la vinculación en el desarrollo rural y de los avances en la productividad. Y destaca la característica convergente de esta colaboración interinstitucional: ser una tarea que logre —según las palabras de Becerril Román— mejores resultados, con una mejora continua para los productores y para los sistemas agroalimentarios en México.

Ya es más de medio siglo de colaboración entre el CIMMYT y el Colpos, de enormes esfuerzos y testimonios que reflejan el éxito de unir empeños desde la investigación y la ciencia, que evoluciona constantemente, integrando innovaciones que permiten estar a la vanguardia en tecnología, ciencia, acompañamiento técnico, sistemas de datos para la innovación y estrategias que se configuran siempre con el objetivo central de impulsar el desarrollo de una agricultura diferente de México para el mundo, que sea capaz de brindar alternativas para contrarrestar los fenómenos sociales de la migración, la inseguridad y la desintegración social.

El CIMMYT celebra el aniversario de uno de sus grandes aliados en la tarea de lograr la autosuficiencia alimentaria y de abrir caminos para lograr mejores rendimientos, enfrentando retos como el cambio climático. Poder producir no sólo la cantidad, sino la calidad, y agregar valor nutricional son metas posibles cuando hay desarrollo del conocimiento práctico, académico y científico, y cuando existe la voluntad de integración y una visión conjunta.

Los grandes objetivos no se enfrentan de manera aislada. El ejemplo de cinco décadas de la vinculación Colpos-CIMMYT es la respuesta sólida y reconocible a los desafíos agroalimentarios del presente y de las décadas futuras.

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Con tecnología y acompañamiento, productores de bajos recursos diversifican cultivos e incrementan su producción en Guatemala

Gracias a la implementación de las parcelas modelo, los beneficiarios pudieron conocer cómo funcionan las tecnologías agrícolas, favoreciendo la diversificación de fincas y dietas.
Por: Ana Christina Chaclán, enlace de comunicación del Proyecto Buena Milpa Guatemala.
20 de enero de 2019.

Guatemala.- Por medio de la colaboración entre el Proyecto Buena Milpa Guatemala y la Asociación CDRO, se implementaron varias tecnologías agrícolas en parcelas de comunidades de Totonicapán, las cuales beneficiaron a familias agricultoras de bajos recursos.

Con estas tecnologías se busca que los productores puedan diversificar sus cultivos e incrementar su producción para disponer de alimentos y tener una dieta variada.

Olivia Ixchop Chun es una productora de 63 años que enviudó hace 38 y ahora vive con su nieto y una hija. Ella habita en la aldea Chinimabe, Momostenango, y ha sido beneficiada por esta colaboración desde 2016. “Lo que cosecho en el huerto y las minigranjas me ha servido para consumo familiar, así ya no dependo del mercado, y también vendo una parte para contar con un ingreso económico”, comparte Ixchop.

Algunos productores de comunidades de Totonicapán cuentan con parcelas ubicadas en pendientes pronunciadas, por lo que también se les dio acompañamiento para trabajar con terrazas.

“En esta ladera no podíamos sembrar, pero aprendimos sobre la conservación del suelo, hicimos aproximadamente ocho terrazas y ahora sembramos verduras que usamos para alimentarnos, y el excedente lo vendemos en mercados cercanos o con vecinos. De esa manera podemos comprar otras cosas”, cuenta Ricardo Chacaj, productor de Xecajá, Santa María Chiquimula.

Don Ricardo y su esposa, Julia Batz Álvarez, también recibieron un cosechador de agua de lluvia, que les permite regar sus siembras en el verano. Además, les entregaron aves de raza criolla y una abonera que les permite fertilizar su parcela.

Gracias a la implementación de las parcelas modelo, los vecinos de los beneficiarios pudieron conocer cómo funcionan las tecnologías agrícolas y replicarlas. Con esto se favorece la diversificación de las fincas y las dietas, lo que permite avanzar en la erradicación de la malnutrición que tanto afecta al área rural del occidente de Guatemala.

Tecnologías escaladas:

  • Cosechadores de agua de lluvia
  • Conservación de suelos
  • Minigranjas de aves criollas
  • Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF)
  • Sistemas agroforestales
  • Diversificación de cultivos (recuperando la siembra de frijol)
  • Parcelas de fitomejoramiento
  • Manejo poscosecha
  • Huertos de hortalizas y medicinales
  • Sistemas de miniriego