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Aumenta uso de tecnologías herméticas poscosecha en Oaxaca

Productor de San Pedro Ixcatlán almacena grano de café en bolsa plástica hermética. (Foto: Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja)
Productor de San Pedro Ixcatlán almacena grano de café en bolsa plástica hermética. (Foto: Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja)

Las pérdidas poscosecha en México se estiman en alrededor de 25 % en promedio, pero suelen ser mayores en regiones tropicales dónde la temperatura y la humedad favorecen la proliferación de insectos y hongos, dejando más propensos a los granos que se almacenan de manera incorrecta.

Las tecnologías herméticas poscosecha permiten contrarrestar las pérdidas durante el almacenamiento y son efectivas ya que mantienen la calidad de los granos. Una tecnología hermética la podemos definir como un contenedor que se sella para crear una atmósfera modificada en su interior, es decir que la ausencia de oxígeno permite controlar las plagas”, menciona Omar Francisco Sánchez Ríos, técnico certificado en agricultura sustentable quien colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas sustentables en Oaxaca, México. 

Las tecnologías herméticas poscosecha, particularmente el silo metálico hermético y la bolsa plástica hermética, son tecnologías que funcionan a través del principio de hermeticidad (ausencia de oxigeno). 

“Es importante que los productores conozcan el funcionamiento de este principio y, por eso, a través de diversos proyectos que impulsan el CIMMYT y sus colaboradores hemos brindado capacitación a productores de maíz de distintas comunidades. La intención es que los productores identifiquen qué recipientes cumplen con esta característica para evitar el uso de productos químicos y tener granos sanos, libres de plaguicidas”, comenta Katy Guadalupe Gutiérrez López, técnica certificada en agricultura sustentable quien brinda acompañamiento técnico a los agricultores del municipio oaxaqueño de San Pedro Pochutla. 

Como en Pochutla, técnicos de Productores Agrícolas y Pecuarios de la Mazateca Baja —organización que colabora con el CIMMYT en Oaxaca— promueven en San Pedro Ixcatlán y San José Tenango el uso de tecnologías herméticas poscosecha: “con estas tecnologías es posible conservar la semilla de un ciclo agrícola a otro minimizando el uso de plaguicidas. Así, los productores tienen la posibilidad de ofrecer sus productos con mayor valor por kilogramo, mejorando las condiciones de comercialización”. 

“En las regiones del Papaloapan y Cañada hemos trabajado con productores de maíz quienes, aparte de este cultivo, producen café y cacao, granos con los que también se han estado utilizando las bolsas plásticas herméticas con buenos resultados. Con estas tecnologías se ha reducido sustancialmente la pérdida de granos por plagas y enfermedades, así que es importante seguirlas promoviendo”, finalizan los especialistas. 

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El papel del secado de grano en el almacenamiento hermético poscosecha

Secado de maíz nativo en plataforma de investigación del CIMMYT en Chiapas, México. (Foto: Gerardo Torres)
Secado de maíz nativo en plataforma de investigación del CIMMYT en Chiapas, México. (Foto: Gerardo Torres)

Con frecuencia se habla de tecnologías herméticas para contrarrestar las pérdidas de granos, pero ¿qué son estas tecnologías herméticas poscosecha y qué papel juega el secado de grano en su funcionamiento?

Un ejemplo de tecnología hermética son los contenedores que se sellan para crear una atmósfera modificada en su interior, es decir, un ambiente sin oxígeno que ayudará por lo tanto a controlar las plagas que pudieran acompañar a los granos al momento de almacenarlos. Dentro de este tipo de tecnología están los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas. 

Las tecnologías herméticas poscosecha funcionan a través del principio de hermeticidad (ausencia de oxigeno), pero para que sean efectivas es importante secar los granos y bajar la humedad a un nivel adecuado para el almacenamiento (13 % por lo menos), ya que los granos con alto contenido de humedad son más vulnerables a plagas como los barrenadores. 

El secado es uno de los pasos más importantes en la poscosecha, ya que determina el contenido de humedad del grano para su almacenamiento. Un buen manejo del secado es importante para asegurar la conservación de los granos a corto y largo plazo. Secar los granos en la casa o en el lugar de almacenamiento, es una mejor opción que secarlos en el campo.

Se sugiere secar los granos y las semillas tan pronto que sea posible después de la cosecha para:

  • Permitir un mayor tiempo de almacenamiento del grano sin pérdidas significativas.
  • Conservar la calidad de la semilla y obtener un mayor porcentaje de germinación en los próximos ciclos.
  • Disminuir el contenido de humedad de los granos a un nivel por debajo del 13% (base húmeda) para evitar ataques de insectos y hongos.

Esta información se comparte en el marco del proyecto ‘Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche’, que promueven el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Walmart Foundation.

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La poscosecha y la pérdida de alimentos

“Coscomate”, estructura de almacenamiento empleada en comunidades mixes de Oaxaca, México. (Foto: Desarrollo Agropecuario Integral Camino Real)
“Coscomate”, estructura de almacenamiento empleada en comunidades mixes de Oaxaca, México. (Foto: Desarrollo Agropecuario Integral Camino Real)

Paradójicamente, en un mundo donde se pierde alrededor del 14 % de los alimentos producidos y se desperdicia el 17 % de esa producción total mundial, existen actualmente cerca de 811 millones de personas padeciendo hambre.

La pérdida y desperdicio de alimentos es un fenómeno complejo que implica el desaprovechamiento de todos los recursos —agua, tierra, energía, mano de obra y capital— utilizados para su producción. Esto hace urgente la difusión y adopción de medidas y prácticas que permitan reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos. 

La poscosecha es una actividad clave para este propósito, ya que un manejo deficiente en esta etapa pone en riesgo la producción y la calidad de la cosecha que durante meses el agricultor cuido en campo, invirtiendo tiempo y recursos.

Las pérdidas poscosecha en México se estiman en alrededor de 25 % en promedio, pero suelen ser mayores en regiones tropicales dónde la temperatura y la humedad favorecen la proliferación de insectos y hongos, dejando más propensos a los granos almacenados de manera incorrecta. 

Existe una gran diversidad en las prácticas y manejo poscosecha realizado por los productores, dependiendo de la tradición, el conocimiento de alternativas, condiciones ambientales y disponibilidad de tecnologías.

Los sistemas de almacenamiento en las comunidades son diversos y se adaptan de acuerdo con las condiciones socioeconómicas, culturales y geográficas. Entre los sistemas convencionales destaca el uso de costales de polipropileno, generalmente con aplicaciones de productos de síntesis química considerados como altamente tóxicos por la FAO, la Organización Mundial de la SALUD (OMS) o la Red de Acción en Plaguicidas (PAN, por sus siglas en inglés) —entre los que destaca el fosfuro de aluminio—.

Ante esta problemática, la iniciativa Cultivos para México —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, ha instalado plataformas de investigación y módulos o áreas de extensión donde se validan y difunden prácticas poscosecha para que los productores de pequeña escala puedan garantizar a sus familias la disponibilidad de grano limpio y saludable. 

En la localidad La Libertad —en San Juan Cotzocón, en Oaxaca, México—, por ejemplo, se instaló un ensayo para demostrar la efectividad de cuatro métodos de almacenamiento: botellas PET, tierra de diatomeas, cal estándar y ceniza de fogón.

Los resultados de esta evaluación, realizada junto con el productor Ramiro Ángel Valencia León, fueron claros: ante la falta de opciones como los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas, los recipientes PET pueden ser una excelente alternativa para conservar las característica originales —peso, color, olor, sanidad— del grano almacenado. 

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Paz, seguridad alimentaria y poscosecha

El técnico Omar Francisco Sánchez en un módulo poscosecha en el municipio de Pochutla, Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
El técnico Omar Francisco Sánchez en un módulo poscosecha en el municipio de Pochutla, Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)

“No habrá paz en el mundo con los estómagos vacíos”, dijo Norman Borlaug, Premio Nobel de la Paz en 1970 por sus trabajos en mejoramiento de trigo que permitieron salvar la vida de millones de personas que estaban en riesgo por el hambre. 

Hoy, en un mundo que aún no se recupera de los efectos de la pandemia y donde se desarrollan conflictos que afectan la producción y distribución de alimentos, hay cerca de 811 millones de personas padeciendo hambre, cifra que constituye un llamado a la acción local y global en favor de la paz y la seguridad alimentaria. 

Las pérdidas poscosecha son una seria limitación a la seguridad alimentaria. Las principales limitaciones en poscosecha incluyen prácticas inadecuadas o la falta de tecnologías apropiadas. Por esto, nuestro objetivo es contribuir a la reducción de las pérdidas poscosecha, especialmente para los productores de pequeña escala mediante el uso de tecnologías y prácticas sostenibles”, comenta Sylvanus Odjo, especialista en poscosecha del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Las pérdidas poscosecha, ocurridas principalmente durante el almacenamiento, disminuyen no solo la cantidad de grano, sino también su calidad, afectando la economía de las familias productoras —y a veces su salud— en países donde prevalece la agricultura para el autoconsumo. En México, por ejemplo, las pérdidas poscosecha se calculan en millones de pesos cada año —se estima que pueden ser de hasta 40 % en las regiones tropicales—, pero se trata de un problema global que requiere atención. 

“De acuerdo con estimaciones del Sistema Africano de Información de Pérdidas Poscosecha (APHLIS, por sus siglas en inglés), las pérdidas económicas en el sector del maíz en Benin en 2021 ascendieron a 93 millones de dólares estadounidenses. Las pérdidas ascienden a más de 60 millones de dólares en la cadena de valor del sorgo en Burkina Faso y, en Nigeria, estamos hablando de más de 200 millones de dólares de pérdidas poscosecha en la cadena de valor del mijo. Estas son cifras asombrosas que tienen un alto impacto en la seguridad alimentaria y con el cambio climático estas no harán más que aumentar”, refiere el especialista. 

México, a través de la investigación desarrollada por el CIMMYT y su colaboradores, tiene mucho que aportar a la seguridad alimentaria global. Recientemente, por ejemplo, investigadores de este centro de investigación científica evaluaron distintas tecnologías de almacenamiento en 109 localidades de 15 estados del país. Las tecnologías herméticas poscosecha arrojaron los mejores resultados y han generado interés en otras latitudes del planeta. 

“Hay equipos y máquinas que se pueden utilizar para minimizar las pérdidas. Para el arroz, por ejemplo, tenemos cosechadoras que reducen las pérdidas poscosecha. Para el maíz podemos hablar de desgranadoras, así como de tecnologías herméticas, como los silos metálicos herméticos o bolsas plásticas herméticas. Pero, por lo general, estas tecnologías tienen un costo y, a veces, los agricultores de pequeña escala no pueden pagarlas, por eso evaluamos y ofrecemos alternativas, como las botellas PET”. 

“El enfoque del CIMMYT es acercarse a los productores —y a los actores de las diversas cadenas de valor— y hacerles ver lo que están perdiendo cada año. Por lo general, cuando trabajamos con un productor tratamos de hacer pruebas con él con su grano comparando su práctica convencional con al menos una innovación. Al final, cuantificamos las pérdidas poscosecha y le mostramos lo que está perdiendo”, comenta el investigador del CIMMYT. 

“Más allá de las tecnologías, es necesario el desarrollo de capacidades y el apoyo técnico para que los productores realmente puedan beneficiarse. Esto se tiene que tomar en cuenta si se busca un cambio duradero”, concluye el especialista, enfatizando que es gracias a la articulación de esfuerzos con organismos locales, otros centros del CGIAR —como AfricaRice, CIAT o CIP— y organizaciones internacionales que se han podido escalar algunas de estas tecnologías y recomendaciones, pero que aún hace falta mucho por hacer en materia de poscosecha. 

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Botellas PET, una alternativa para guardar granos

Productores de San Andrés Tuxtla, en Veracruz, México, muestran su grano almacenado en botellas y garrafones PET. (Foto: Gente Sustentable)
Productores de San Andrés Tuxtla, en Veracruz, México, muestran su grano almacenado en botellas y garrafones PET. (Foto: Gente Sustentable)

El PET (siglas en inglés de tereftalato polietileno) es un tipo de plástico fuerte, flexible y totalmente reciclable. Por su resistencia, por ser una excelente barrera para la humedad y por ser adecuado para su uso en productos que deban estar en contacto con alimentos es usado comúnmente para fabricar botellas de agua y refrescos. 

Las botellas de PET pueden además ser aprovechadas en la agricultura familiar para el almacenamiento de granos con buenos resultados. Con frecuencia, muchas familias productoras no tienen la posibilidad de adquirir un silo metálico hermético —una de las mejores alternativas para el almacenamiento de granos—, o bien, siembran cantidades muy pequeñas, así que los envases de PET pueden ser una alternativa. 

Por ejemplo, en la región de los Tuxtlas, en el estado mexicano de Veracruz, el uso de botellas y garrafones PET ha sido el método de conservación de granos que más aceptación ha tenido como alternativa al almacenamiento en costales de polipropileno y uso de pastillas de fosfuro de aluminio —potencialmente riesgoso para la salud humana—, que es el modo convencional de almacenar las cosechas en la región. 

En la zona, la tendencia de elegir este método de almacenamiento por sobre otras tecnologías que han mostrado buenos resultados —como los silos metálicos herméticos, las bolsas plásticas herméticas y las bolsas plásticas estándar para ensilaje— se debe a que la mayoría de los productores siembran cantidades pequeñas de maíz para el autoconsumo. 

Para ellos es de mayor utilidad ir abriendo envases pequeños que suministren cantidades adecuadas para el consumo en el hogar, permitiendo que el resto del maíz se conserve por más tiempo y sin productos químicos gracias al principio de hermeticidad”, comenta el equipo técnico de Gente Sustentable, organización que colabora con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) para promover prácticas agrícolas sustentables en ese estado. 

En el marco del proyecto MasAgro-Cultivos para México —que impulsan la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT— se promueven estas y otras prácticas poscosecha para reducir la incidencia de plagas y hongos durante el almacenamiento. No obstante, son las propias comunidades las que al final optan por una u otra tecnología en función de su propio contexto y necesidades. 

“Otro factor que ha hecho que los productores elijan los envases PET es la presencia de aves de traspatio que merodean las zonas de almacenamiento, normalmente las salas o las cocinas de los hogares. Las aves picotean las bolsas y costales y los granos que caen atraen a los roedores. Con las botellas y garrafones PET no sucede esto”, mencionan los técnicos. 

Las tecnologías de almacenamiento tienen efectos sobre la viabilidad de las semillas y los atributos de calidad visibles, pero también sobre aquellas cualidades que no se ven y que influyen directamente en su calidad y propiedades nutricionales. De ahí la importancia de seguir promoviendo tecnologías de almacenamiento adecuadas para cada tipo de productor: “quienes sí tienen excedentes para venta están optando por las bolsas plásticas herméticas debido a su precio accesible y a que brindan buenos resultados para conservar maíz”, concluyen los técnicos. 

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Cosechando a tiempo 

Si bien el rendimiento del maíz (y en general de todos los cultivos) ya no se altera una vez que la planta alcanzó su madurez fisiológica, es necesario sacar la producción del campo oportunamente para mantenerla hasta su consumo o comercialización. No hacerlo significa un deterioro en la cantidad y calidad del grano. Por esta razón, la cosecha es muy importante.

La cosecha es el proceso que permite separar las mazorcas de la planta. Se recomienda que los granos se cosechen tan pronto como lleguen a su madurez fisiológica (cuando el grano llega a su máximo contenido de materia seca) y que se apliquen métodos de secado porque en ese momento los granos siguen estando demasiado húmedos (alrededor de 35% en el caso del maíz) y requieren alcanzar niveles seguros de humedad para ser almacenados.

Además, dejar los granos en el campo durante mucho tiempo los hace más vulnerables a las pérdidas por plagas, daños causados por aves u otros animales, lluvias inesperadas que favorecen el desarrollo de hongos, e incluso pérdidas por robo. 

Se debe tomar en cuenta que las plantas deben permanecer el mayor tiempo posible en el campo antes de cosecharlas (de tal modo que se produzca un secado natural del grano a través de una pérdida gradual y uniforme de humedad), pero considerando que la cosecha debe hacerse antes de que los granos se sequen demasiado y haya pérdidas por desgrane. Si cosechan demasiado tiempo después de la madurez fisiológica los granos estarán más secos, pero tendrán muchos daños causados por insectos, aves, hongos, roedores, etc. 

Por lo anterior, es importante identificar la madurez fisiológica de los granos. En el caso del maíz, se puede observar que ha llegado a su madurez fisiológica porque la planta se vuelve color paja (marrón claro) y las hojas que cubren la mazorca se secan. También se puede identificar este momento porque algunas de las mazorcas se caen y en la base de los granos (donde se conectan con el olote) se forma una capa negra.

El trigo llega a su madurez cuando la planta cambia su color verde por el blanquecino o amarillento, hay una pérdida completa del color verde de las glumas (hojitas que rodean las espiguillas) y el grano es duro, firme y no es posible partirlo transversalmente con la uña. En el caso del frijol, este llega a la madurez fisiológica cuando el color de la planta cambia de verde a amarillo; las vainas se vuelven amarillas, quebradizas y las hojas inferiores empiezan a caerse. 

Otras recomendaciones son cosechar en un momento soleado, colocar las mazorcas y las vainas de frijol sobre lonas limpias o directamente en costales (para evitar la absorción de humedad del suelo, la generación de manchas o el crecimiento de hongos) y doblar las plantas de maíz para evitar la entrada de agua en las mazorcas en caso de que la cosecha se retrase por la lluvia (aunque es muy importante no dejar las plantas en esta condición durante mucho tiempo y cosechar lo más pronto posible después de la lluvia).

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Métodos de secado

El secado es una operación muy costosa en energía y se puede necesitar una gran inversión de dinero para tener un sistema de secado, lo que la mayoría de los productores de pequeña escala no pueden pagar. Sin embargo, tomando los factores que influyen en el secado, hay métodos que requieren poca inversión y que se pueden usar para alcanzar un contenido de humedad en el grano segura para el almacenamiento.

El secado natural en campo es el método más usado por los pequeños productores. Este tipo de secado se realiza directamente en la planta. En algunos lugares se colocan las plantas en montones (mogotes). Aunque este método es muy simple y no necesita inversión, se sugiere monitorear (cada semana) los granos en campo y cosecharlos tan pronto sea posible si se nota una infestación importante para evitar pérdidas, por lo que se sugiere complementar el secado natural en el campo con los siguientes métodos:

  • Secado en patio (piso de secado). Se puede usar un piso de ladrillos, de concreto o de tierra muy compactada para secar más rápidamente los granos. Este método natural de secado se realiza con la acción del viento y del Sol y consiste en esparcir el producto sobre un piso, en capas generalmente de menos de 2-4 centímetros de espesor. Su manejo es muy simple y se pueden secar productos a granel, espigas o mazorcas. Se necesita mezclar los productos regularmente para que el secado sea uniforme. Las condiciones climáticas tienen un gran impacto en la efectividad de este método, pero puede ser una buena alternativa especialmente en lugares soleados. Además, al momento de las lluvias, se necesita cubrir la cosecha con una lona o recoger rápidamente para evitar que se moje.
  • Secado en lona de plástico. Una alternativa al secado en patio que funciona con el mismo principio es el uso de una lona grande de plástico, varias lonas pequeñas o bolsas de plástico que se pueden superponer para obtener una gran área cubierta. Este método tiene la ventaja de recoger rápidamente los granos en el caso de lluvia. Se recomienda usar una lona negra para obtener un secado más rápido.
  • Secado en caseta de madera. Se puede usar casetas de madera para secar apropiadamente los granos de maíz y otros cultivos. Las casetas son construcciones que se pueden realizar cerca de una vivienda, construido a favor del viento predominante y utilizando materiales de recuperación para promover el secado. Las casetas recomendadas para secar son largas y estrechas, con tablillas de madera, lados de malla de gallinero que permiten una ventilación libre y un techo que protege contra la lluvia. Las patas de la caseta se manejan mejor con campanas que mantienen alejados a los roedores.

Después del secado se necesita saber cuándo los granos están suficientemente secos para un almacenamiento. Con experiencia, se puede identificar con el sonido si el grano está seco para el almacenamiento. Sin embargo, hay métodos más objetivos y fácil de implementar que se puede usar sin duda para saber si los granos tienen una humedad adecuada para el almacenamiento: el método de la sal y el método del Sol. Aquí te compartimos un video sobre este método.

 

 

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El efecto de las tecnologías de almacenamiento en la calidad del grano

Independientemente de los métodos o tecnologías de almacenamiento de granos que usen, regularmente las familias productoras seleccionan cuidadosamente el grano que consumen, eligiendo aquel sin daño aparente, es decir, el mejor grano en función de aspectos visuales, descartando aquellos con daños visibles de insectos, hongos o roedores.

Se sabe que las tecnologías de almacenamiento tienen efectos sobre la viabilidad de las semillas o los atributos de calidad visibles, pero, más allá de estos, ¿podrían las tecnologías de almacenamiento tener efectos sobre aquellas cualidades que no se ven, pero que influyen directamente en su calidad y propiedades nutricionales?

Para responder a esta pregunta, durante dos años un grupo de científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) realizó experimentos de almacenamiento en seis sitios con distintas condiciones agroclimáticas, analizando muestras de grano que había sido almacenado ―sin daño aparente― con diferentes tecnologías de almacenamiento. 

Las tecnologías de almacenamiento comparadas fueron las que convencionalmente usan los productores —costal de polipropileno y costal de polipropileno con una pastilla de fosfuro de aluminio por cada 50 kg— y las siguientes innovaciones de almacenamiento: 

  • Tecnologías herméticas: silos metálicos herméticos, bolsa plástica hermética con sistema de amarre y bolsa hermética con sistema de cierre tipo zipper.
  • Polvos inertes: cal estándar y cal micronizada combinadas con costales de polipropileno.
  • Tecnologías herméticas alternativas: botellas y garrafones de plástico (PET) y bolsas de plástico para ensilaje.

Después de seis meses de almacenamiento se recogieron muestras, libres de plagas, provenientes de Texcoco, Estado de México; San Juan Cotzocón, San Pedro Pochutla y Santo Domingo Yanhuitlán, Oaxaca; Zacualtipán de Ángeles, Hidalgo; y Peto, Yucatán ―sitios que van de los 36 a los 2,282 metros sobre el nivel del mar (msnm) y de condiciones templadas a sabanas tropicales y tropicales húmedas―. 

Las muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Calidad de Maíz “Evangelina Villegas” del CIMMYT, en Texcoco, Estado de México, para determinar, entre otros aspectos, la composición del grano, algunos parámetros fisicoquímicos, densidad, color y germinación. En este sentido, se trata del primer estudio que recopila datos sobre la pérdida de calidad de grano y semilla de maíz en diferentes agroecosistemas mexicanos para prácticas de almacenamiento.

El doctor Sylvanus Odjo, investigador del CIMMYT, comenta que el estudio muestra cómo “las tecnologías de almacenamiento asociadas con la pérdida poscosecha —como el costal de polipropileno— también pueden reducir la calidad de los granos aparentemente intactos almacenados en las mismas condiciones, aumentando la acidez de las grasas y el índice de flotación y reduciendo la densidad del grano y la capacidad de germinación de las semillas”. 

El índice de flotación es un parámetro indirecto de la dureza del grano y se utiliza en México como indicador de la calidad de la nixtamalización. Así, las muestras con un alto índice de flotación tienden a tener rendimientos de tortilla más bajos. Por su parte, la acidez de las grasas refleja cambios bioquímicos durante el almacenamiento y su aumento indica hidrólisis de triglicéridos ―proceso asociado al enranciamiento de ciertos alimentos― como resultado de malas condiciones de almacenamiento. 

De acuerdo con el estudio, los costales de polipropileno con o sin insecticida o cal dieron como resultado una pérdida de hasta el 95% de la germinación de las semillas ―particularmente por debajo de los 500 msnm―, así como una reducción de la calidad del grano. Por el contrario, las tecnologías herméticas —incluidos las botellas de plástico recicladas— mantuvieron la calidad de la semilla y minimizaron las pérdidas de calidad del grano, independientemente de las condiciones de almacenamiento. 

Este estudio aporta evidencia adicional de la efectividad de las tecnologías de almacenamiento hermético para minimizar las pérdidas cuantitativas y cualitativas en los sistemas agrícolas de productores de pequeña escala. Te invitamos a leerlo completo en:

Odjo, S., Palacios, N., Burgueño, J., Corrado, M., Ortner, T., & Verhulst, N. (2022). Hermetic storage technologies preserve maize seed quality and minimize grain quality loss in smallholder farming systems in Mexico. Journal of Stored Products Research96, 101954.

https://doi.org/10.1016/j.jspr.2022.101954

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Conserva tu cosecha

Se estima que cada año se pierde una tercera parte de los alimentos que se producen en el mundo. Una de las estrategias para disminuir las pérdidas de alimentos es un manejo poscosecha adecuado.

Se entiende por poscosecha todos los pasos y operaciones que se realizan después de la producción primaria en campo hasta llegar a la comercialización o el procesamiento del producto. Incluye procesos como la cosecha, el secado, el desgrane, la criba, la limpieza, el almacenamiento y el transporte.

Las pérdidas poscosecha abarcan todos los productos que se pueden comer, pero que no fueron consumidos en toda la cadena de suministro de alimentos, a partir de la cosecha del cultivo hasta su comercialización, procesamiento o consumo. Reducir las pérdidas poscosecha permitiría aumentar la cantidad de alimento disponible para el consumo humano y mejorar la seguridad alimentaria mundial.

En México las pérdidas poscosecha de los granos básicos pueden ser de hasta 50% de la producción en las regiones tropicales. Desarrollar e implementar tecnologías y prácticas adecuadas para la conservación y el almacenamiento de granos es una de las maneras más seguras de reducirlas y contribuir al bienestar de los productores. En este sentido, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) junto con organizaciones de diversos sectores promueven la campaña #ConservaTuCosecha. 

Las prácticas y tecnologías que la campaña promueve tienen un sustento científico. Recientemente, por ejemplo, un grupo de investigadores del CIMMYT desarrolló evaluaciones en diferentes zonas agroecológicas de México en 109 diferentes localidades de 15 estados (Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán) —Puedes saber más sobre esta investigación en ¿Es posible reducir las pérdidas poscosecha en México?—.

La regla de oro de la conservación de los granos dice que un grano fresco, seco y limpio se conserva mejor durante su almacenamiento, que un grano caliente, húmedo o con alta cantidad de impurezas (Mena et al., 2013). Partiendo de esto, la iniciativa #ConservaTuCosecha busca que los productores: 

  • Manejen su cultivo en campo de manera sustentable para prevenir la infestación del grano con insectos y hongos.
  • Cosechen su grano en el momento apropiado y lo sequen adecuadamente con tecnología de bajo costo.
  • Desgranen de manera eficiente y con tecnología accesible, reduciendo el tiempo de trabajo.
  • Almacenen el grano en tecnologías de costo accesible que mantienen la cantidad y calidad de este y no tienen efectos adversos sobre su salud.
  • Tengan acceso a infraestructura de almacenamiento y vinculación con mercados formales de alta demanda a través de la asociatividad y la integración comercial.

Las tecnologías herméticas poscosecha —como los silos metálicos herméticos y las bolsas plásticas herméticas—, y los polvos inertes —minerales pulverizados de baja o nula toxicidad para los organismos benéficos y el ser humano, tales como la cal micronizada o la tierra de diatomeas—, son un ejemplo de las alternativas sustentables que se difunden a través de la campaña. Estas, además, son una opción ante los riesgos a la salud humana que representa el uso de tecnologías de almacenamiento convencionales como el costal de polipropileno o las pastillas de fosfuro de aluminio.

Te invitamos a conocer más sobre la campaña #ConservaTuCosecha a través de los canales de ACCIMMYT. 

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¿Cuál es la mejor opción de almacenamiento de grano para pequeños productores?

En la región Centro de Chiapas las pérdidas poscosecha pueden alcanzar 30% del volumen total de la producción. Las tecnologías empleadas actualmente, particularnete a nivel de los pequeños agricultores, facilitan el deterioro de los granos: se dejaron de utilizar las trojes para el almacenamiento de mazorcas y lo que se hace es desgranarlas y guardar los granos en costales de yute o polipropileno, a los cuales se les adiciona pastillas de fosfuro de aluminio o malathion deodorizado, un plaguicida que puede afectar el sistema nervioso. 

Para conocer la efectividad y la rentabilidad de distintas tecnologías de almacenamiento, en la plataforma de poscosecha Venustiano Carranza, en Chiapas, se almacenaron granos de maíz de siete formas distintas (siete tratamientos y tres repeticiones para cada uno): en costal de polipropileno con malathion deodorizado, en costal de polipropileno solo (la forma más habitual en la zona), en silo metálico hermético, en bolsa plástica hermética con ziper, en bolsa plástica hermética de amarre, en costal de polipropileno con cal micronizada y en tambo de plástico.

Luego de seis meses de almacenamiento se encontró que el mayor daño causado por insectos plaga (sobre todo gorgojos y barrenadores) correspondió al del costal de polipropileno (32% de daños por insectos), mientras que para el resto de tratamientos el daño fue menor al 1%, excepto para el caso del silo metálico hermético, donde no se presentó ningún daño por insectos (figura 1). 

Al comparar costos (figura 2), es decir las ganancias y las pérdidas después de seis meses de almacenamiento, el costal de polipropileno con plaguicida (que además  constituye un riesgo para la salud humana) resultó ser el menos rentable, mientras que el costal de polipropileno con cal micronizada y el silo metálico hermético fueron los tratamientos más rentables —si se considera que el costo de un silo metálico para una tonelada de grano es de $3,500, pero tiene una vida útil de 15 años, entonces el costo anual es de $233 pesos—.

Con base en los resultados obtenidos en esta plataforma se concluye que:

  • La cal micronizada para almacenar granos es una tecnología que conserva muy bien al grano de maíz, siendo la opción más barata y rentable en el caso particular de la plataforma. Además, no tiene efectos nocivos para la salud de las personas.
  • El silo metálico hermético puede resultar costoso en un principio por la inversión inicial, pero tiene una vida útil de 15 años que se amortiza el costo y además es una tecnología que que conserva las propiedades del grano.
  • La bolsa plástica hermética es otra tecnología que conserva muy bien las propiedades de los granos, pero a diferencia de las anteriores, esta es más difícil de conseguir en el mercado local.

Por supuesto, es necesario continuar con nuevas evaluaciones con otros materiales para seguir brindando opciones de fácil acceso para los agricultores. No obstante, los resultados aquí mostrados y otros de las varias plataformas poscosecha de Cultivos para México, muestran que sí es posible evitar el uso indiscriminado de producto químicos en la conservación del grano para consumo humano.