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Las camas anchas y el ahorro de agua en la agricultura

Querétaro, Qro.- Si se considera que la agricultura ocupa el 70% del agua que se extrae en el mundo y que este recurso con frecuencia se desperdicia durante la producción de alimentos, entonces el uso o la implementación de cualquier práctica o tecnología que permita un ahorro de agua es fundamental y necesita difundirse. 

El proyecto Cultivando un México Mejor, de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), privilegia el ahorro en el cultivo de cebada a través de prácticas de Agricultura Sustentable como una opción a prácticas inadecuadas que desperdician el agua disponible (como los riegos convencionales que prácticamente inundan las tierras de cultivo de forma innecesaria). 

Un sistema de ahorro importante de agua es la instalación del riego por goteo; sin embargo, no todos los productores pueden tener acceso a él y por eso se promueve el uso de camas permanentes anchas como una alternativa viable para optimizar el consumo de agua (aprovechando que los suelos de los productores de Querétaro que participan en el proyecto permiten que el agua se trasmine bien). 

Las camas anchas son surcos que forman largas hileras y que permiten distribuir de forma más homogénea el agua —los cultivos son plantados en la parte elevada—. Su uso tiene múltiples ventajas, entre ellas está que se puede controlar mejor el tráfico de la maquinaria a la hora de realizar alguna aplicación (además de esta manera las máquinas no dañan tanta planta como lo hacen cuando la cobertura es total) y, lo más importante en el contexto del cuidado del agua, es que las camas anchas permiten tener ahorros de agua considerables. 

Las camas anchas simulan un riego terciado, de manera que el agua trasmina a lo ancho de la cama y permite llegar a la capacidad de campo del suelo —contenido de agua que se retiene en un suelo después de ser saturado con agua— sin inundar la parcela y logrando en menor tiempo regar adecuadamente.

Otra ventaja es que se usa menos combustible para trazar las camas (ya que se utiliza menos al tractor), por lo que se disminuyen las emisiones de CO2 y los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.

Las camas anchas se logran al solo levantar los fondos del surco de los extremos. Es decir que, con la cultivadora y/o reformadora, solo se levanta la reja de en medio y se deja la de los extremos. Esto, consecuentemente, trazará la cama dependiendo del ancho de la trocha del tractor, lo cual puede ser de 1.5 a 1.6 metros de ancho.

Esta técnica de trazado de camas se promueve a través de recorridos de campo y, actualmente por la pandemia, a través de videos cortos y fotografías ilustrativas. Afortunadamente varios productores queretanos están adoptando el uso de camas anchas para el cultivo de maíz, contribuyendo así a la conservación del medio ambiente.

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Los beneficios del riego por goteo en tiempos se sequía

Querétaro.- Al igual que gran parte del país, en el Estado de Querétaro este año se presentó una fuerte sequía que agotó el agua de presas y bordos, así como los mantos freáticos —cuyo nivel disminuyó en proporciones drásticas—. Esta situación generó que la superficie sembrada se redujera considerablemente y motivó a que muchos productores buscaran alternativas para hacer un uso más eficiente de la poca agua disponible. 

El riego por goteo es una tecnología que permite un gran ahorro de agua. En muchas ocasiones, este sistema se considera parte de la infraestructura del cultivo de hortalizas; sin embargo, la necesidad de ahorrar agua ha propiciado que ahora se esté instalando en sistemas de granos básicos y granos finos, abriendo la posibilidad de elaborar mejores planeaciones de cultivo y estrategias de manejo que puedan brindar mayores rendimientos.

Dentro del proyecto Cultivando un México Mejor, impulsado por HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), se busca mejorar la eficiencia en el uso de agua a través de la Agricultura de Conservación y otras prácticas sustentables asociadas y que contribuyen al cuidado del agua, tan escasa actualmente.

Mediante la Agricultura de Conservación es posible disminuir la erosión del suelo, conservar la humedad y reducir la emisión de gases de efecto invernadero asociados al cambio climático. Este sistema de producción, sumado al riego por goteo, ha permitido que el cultivo de cebada sea más sustentable y viable, incluso en tiempos de sequía como los que se han presentado en ciclos recientes. 

Como parte del proyecto, en el ciclo otoño-invierno 2020-2021 se dio seguimiento a una parcela donde se tiene riego por goteo y camas anchas —arreglo del suelo que permite hacer un mejor uso del agua—. Al inicio, el dueño de la parcela se encontraba indeciso de si las innovaciones propuestas funcionarían adecuadamente o no, pero el hecho de saber que contaría con un acompañamiento técnico permanente le dio más confianza y ya ha tenido grandes aprendizajes sobre prácticas sustentables.  

De entre los beneficios que el productor ha visto con la adopción de prácticas sustentables es que ya no ha tenido que aplicar herbicidas para controlar malezas. Además, al suministrar solo la cantidad de agua que va necesitando la cebada, la presencia de enfermedades es poca o nula, caso contrario en donde se aplica riego rodado —el cual requiere una pendiente para distribuir el agua por efecto de la gravedad y tiene una eficacia baja en el uso del agua—, ya que la parcela se inunda y, si no tiene buen drenaje, se propicia una mayor incidencia de enfermedades.

Con la implementación de estas prácticas el rendimiento en esta parcela fue de 6.5 toneladas por hectárea —el cual está por arriba del promedio de la zona— y con grandes ahorros de agua que le permitirán al productor sembrar en el ciclo primavera-verano 2021, ya que, a diferencia de quienes aplicaron riego rodado, el aún cuenta con agua para aplicar riegos. 

Con ejemplos como este, el proyecto Cultivando un México Mejor busca que más productores adopten estas tecnologías, se beneficien ellos y se beneficie a la sociedad en general, ya que al ahorrar agua y disminuir labores no solo se impacta positivamente en el rendimiento y en la economía, si no que se contribuye a la conservación del medioambiente.

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Aprovechando cada gota

Irapuato, Gto.- En el mundo, la agricultura es la actividad que más consume agua, por lo que uno de los grandes retos es optimizar su uso; es decir, producir lo mismo con la misma o menos cantidad de agua. En México, donde la actividad agrícola ocupa alrededor del 76% del total del agua concesionada, se siembran alrededor de 22 millones de hectáreas, de estas, el 80% es de temporal y solo el 20% tiene infraestructura de riego —alrededor de 7.2 millones de hectáreas—.

En Guanajuato se encuentran las presas Solís, Allende y La Purísima —de la cuenca Lerma-Chapala— con una red de distribución enmarcada en 11 módulos de riego que conforman el Distrito de Riego 011 Alto Río Lerma, el cual tiene un área con infraestructura hidroagrícola de cerca de 117 mil hectáreas y más de 25 mil usuarios. Además, el estado cuenta con 15,297 pozos profundos, de donde se extraen al año alrededor de 3,824 millones de metros cúbicos (Mm3) de agua, pero solo se le recarga con 2,783 Mm3, lo que implica un déficit de 1,041 Mm3 anuales. 

El hecho de que se extraiga más agua de los pozos de la que se recarga, impacta en la agricultura y su rentabilidad a corto y mediano plazo. Por esto es necesario hacer un uso eficiente del agua, modificar los patrones de cultivo, sembrar variedades más precoces — con menores requerimientos de agua y mayor rendimiento—, además de implementar prácticas de conservación de suelo y retención de agua.

Para buscar soluciones a esta problemática, en la Plataforma de Investigación Irapuato I colaboran el Distrito de Riego 011; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP); el despacho Consultores y Asesores para la Sustentabilidad Agrícola (CyASA) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Recientemente se ha estado evaluando el riego por goteo en comparación con el riego rodado en dos sistemas de labranza (camas permanentes y un sistema híbrido que consiste en no mover el suelo en primavera-verano y moverlo en otoño-invierno) y dos formas de fertilización (fertilización enterrada contra fertirriego) para la rotación de maíz y trigo. 

Al momento se ha observado una ganancia en rendimiento a favor de la Agricultura de Conservación (camas permanentes), tanto en el riego por goteo como en el riego rodado. El tratamiento con mayor rendimiento de trigo ha sido el de camas permanentes con riego rodado, con una producción de 7.5 toneladas por hectárea (t/ha); seguido muy de cerca por el tratamiento de camas permanentes con riego por goteo que obtuvo 7.4 t/ha —esto significa que el sistema de riego por goteo con camas permanentes es el más rentable debido al considerable ahorro en preparación del suelo y consumo de agua—. El menor rendimiento se obtuvo en el sistema híbrido, con riego rodado y su producción fue de 6.9 t/ha (figura 1). 

Con respecto al comportamiento del agua cabe mencionar que el pozo del cual se abastece a las parcelas con los ensayos tiene un caudal de 36 litros por segundo (lps). Entonces, considerando la suma de las horas de trabajo tanto en el riego rodado como en el riego por goteo por los 36 lps se observa que en los tratamientos de riego rodado se han aplicado 6,350.4 m3 de agua, mientras que en el riego por goteo el consumo de agua ha sido de de 4,406.4 m3, es decir, hay un ahorro de agua de 1,944 m3 a favor del riego por goteo.

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Figura 1. Rendimiento de trigo bajo dos sistemas de labranza y dos tipos de riego en la plataforma Irapuato I, ciclo OI 2019-2020. Abreviaciones: M= maíz, T= trigo, CPA= camas permanentes anchas, H= Sistema hibrido (sin movimiento PV + movimiento en OI), I= Rastrojo incorporado al 100%, P= se deja el 50% del residuo, B= fertilización realizada enterrando el fertilizante, F: Fertirriego, RG= Riego por goteo y RS= Riego superficial.

 

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Un nuevo proyecto recargará acuíferos y reducirá el uso del agua en la agricultura en un 30 por ciento

Campos irrigados bajo prácticas de agricultura de conservación en la estación experimental del CIMMYT cerca de Ciudad Obregón, Sonora, México. (Foto: CIMMYT)
Campos irrigados bajo prácticas de agricultura de conservación en la estación experimental del CIMMYT cerca de Ciudad Obregón, Sonora, México. (Foto: CIMMYT)

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) anunció una nueva asociación público-privada de tres años con la agencia de desarrollo alemana GIZ y la compañía de bebidas Grupo Modelo (AB InBev) para recargar acuíferos y fomentar prácticas agrícolas de conservación de agua en estados clave de México.

La asociación, lanzada hoy, tiene como objetivo contribuir a un uso más sustentable del agua en la agricultura. El proyecto promoverá la agricultura sustentable y el financiamiento de sistemas de riego eficientes en los estados de Hidalgo y Zacatecas, donde opera Grupo Modelo. El objetivo del CIMMYT es facilitar la adopción de prácticas de intensificación sustentable en más de 4,000 hectáreas durante los próximos tres años, para reducir la huella hídrica de los agricultores participantes.

México corre un alto riesgo de enfrentar una crisis del agua en los próximos años, según el Instituto de Recursos Mundiales. El país necesita comenzar urgentemente a reducir el uso de los suministros de agua subterránea y superficial disponibles si quiere evitar la crisis que se avecina.

La agricultura representa casi el 76% del consumo anual de agua de México, según lo estimado por la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Los agricultores, por lo tanto, tienen un papel clave que desempeñar en un uso más sustentable de este valioso recurso natural.

«Necesitamos cuidar el ecosistema y mitigar el impacto de la agricultura en el medio ambiente para abordar el cambio climático mediante el logro de sistemas agroalimentarios más sustentables», dijo Bram Govaerts, director de operaciones, director adjunto de investigación y director del programa de Desarrollo Estratégico del CIMMYT.

El proyecto Aguas Firmes también busca recargar dos de los acuíferos más explotados de México, mediante la restauración de bosques y la construcción de infraestructura verde.

“Nuestra prioridad es el agua, que es la base de nuestro negocio pero, sobre todo, la sustancia de la vida”, dijo Cassiano De Stefano, presidente de Grupo Modelo, una de las empresas cerveceras líderes en México. “Decidimos predicar con el ejemplo invirtiendo considerablemente en la restauración de dos acuíferos que son esenciales para el desarrollo de Zacatecas e Hidalgo”.

La agencia de desarrollo alemana GIZ, uno de los principales financiadores del CIMMYT, también está invirtiendo en esta alianza.

“Estamos muy orgullosos de esta alianza para el desarrollo sustentable que aborda un problema sustancial en la región y fortalece nuestro trabajo en la conservación de la biodiversidad y el uso sustentable de los recursos naturales en México”, dijo Paulina Campos, directora de Biodiversidad de GIZ México.

El CIMMYT lleva a cabo actividades de investigación agrícola participativa con agricultores locales para desarrollar e implementar en colaboración prácticas y tecnologías agrícolas sustentables que ayuden a reducir el consumo de agua en la producción de granos hasta en un 30%.


 

OPORTUNIDADES DE ENTREVISTA:

Bram Govaerts, director de operaciones, director adjunto de investigación y director del programa de Desarrollo Estratégico del CIMMYT.

PARA OBTENER MÁS INFORMACIÓN O PARA PROGRAMAR ENTREVISTAS, CONTACTE A:

Ricardo Curiel, Oficial de Comunicaciones, CIMMYT. r.curiel@cgiar.org, +52 (55) 5804 2004 ext. 1144

ACERCA DEL CIMMYT:

El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo es el líder mundial en investigación de maíz, trigo y sistemas agrícolas asociados financiada con fondos públicos. Con sede cerca de la Ciudad de México, el CIMMYT trabaja con cientos de socios en todo el mundo en desarrollo para aumentar de manera sustentable la productividad de los sistemas de cultivo de maíz y trigo, mejorando así la seguridad alimentaria global y reduciendo la pobreza. El CIMMYT es miembro del Sistema CGIAR y dirige los Programas de Investigación de Maíz y Trigo del CGIAR y la Plataforma de Excelencia en Mejoramiento. El Centro cuenta con el apoyo de gobiernos nacionales, fundaciones, bancos de desarrollo y otros organismos públicos y privados. Para más información, visite staging.cimmyt.org/es.

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Recuperarán cuenca hidrológica con Agricultura Sustentable

Santo Domingo, Villa Juárez, S.L.P.- La agricultura, el equilibrio ecológico global y la supervivencia humana están estrechamente relacionados. Sin un manejo adecuado de los recursos disponibles, probablemente los 8,500 millones de habitantes de la Tierra que se estima habrá en menos de 10 años —hacia 2030 se prevé un aumento de cerca de mil millones de habitantes, lo que equivale a casi ocho veces la población actual de México— se enfrentarán a un planeta severamente degradado y con muchas limitaciones para producir alimentos suficientes y de calidad.  

Actualmente la agricultura utiliza cerca del 70% del agua dulce disponible a nivel global, por esto es urgente transitar a una Agricultura Sustentable que optimice el uso de los recursos naturales. Esta es una tarea compleja porque, en el nivel local, hay muchas prácticas inadecuadas que están fuertemente arraigadas entre los agricultores. Mostrarles las ventajas de prácticas sustentables, en un marco de respeto y fomento de sus capacidades, es esencial. 

En la zona donde corre el río Choy, en San Luis Potosí —por ejemplo—, es común observar agricultores cultivando con riego rodado —el cual requiere una pendiente para distribuir el agua por efecto de la gravedad y tiene una eficacia baja en el uso del agua—, quemando rastrojo y removiendo el suelo constantemente, ya que consideran que estas prácticas son necesarias para aprovechar mejor el riego. 

La suma de todas las prácticas inadecuadas — también se pastorea en las parcelas, lo cual favorece la compactación del suelo y dificulta la infiltración del agua— ha contribuido a que el agua, cada vez más escasa —se ha reportado incluso que tramos de caudales del río Choy han desaparecido— sea insuficiente para cubrir las necesidades de la agricultura, la ganadería y el uso humano en la zona. Lo anterior ha traído como consecuencia afectaciones al sector agropecuario y se pone en riesgo la propia disponibilidad de agua de las comunidades.

Ante esta situación, agricultores usuarios de las aguas del río Choy asistieron a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) con la finalidad de buscar posibles soluciones a la problemática. La Conagua, a su vez, se vinculó con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a fin de capacitar a técnicos y productores —en un inicio— en temas de conservación de suelo y agua.

A través de este esfuerzo conjunto, recientemente se desarrollaron talleres sobre Agricultura de Conservación, un sistema de producción sustentable que gracias a la cobertura del suelo con rastrojo —uno de sus componentes básicos— contribuye a hacer un uso más eficiente del agua. Derivado de esta vinculación se determinó además establecer módulos demostrativos de prácticas sustentables en cuatro ejidos del municipio de Villa Juárez. Además, a través de la Conagua serán apoyados para tecnificar el riego. 

Así, a través de la Agricultura Sustentable los productores están trabajando para mitigar los efectos acumulados de años de prácticas inadecuadas, para aumentar su productividad, usar de manera eficiente el agua, disminuir los problemas de salinidad y para apoyar en la recuperación de la cuenca hidrológica a través de un plan en el que se incluye: la reforestación en la zona, la promoción de la biodiversidad y la implementación de obras de conservación de agua y suelo. 

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Cambio climático hace que agricultores de SLP busquen nuevas formas de cultivar

Villa de Arista, SLP.- Los efectos del cambio climático ya son notorios en el estado de San Luis Potosí. En el municipio de Villa de Arista, por ejemplo, recientemente se han presentado periodos de sequía más severos y extensos. Estas nuevas circunstancias climáticas han motivado a varios productores de la zona a buscar y probar nuevas formas de cultivar. 

A través de la vinculación entre técnicos del programa “Servicios de extensionismo en el territorio de un Centro de Apoyo al Desarrollo Rural (Cader)” el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en Villa de Arista se han impartido cursos de capacitación a productores. Don Leno, productor de este municipio, comenta que se enteró que se estaban promoviendo prácticas de conservación de agua y suelo para facilitar la adaptación a las nuevas condiciones ambientales y decidió asistir. 

Fue durante un taller sobre Agricultura de Conservación dirigido a productores que don Leno propuso hacer una visita a su parcela ese mismo día. Aprovechando esa disposición, en el terreno del productor se realizó un diagnóstico de parcela, un plan agronómico y se estableció un módulo demostrativo. 

En el ciclo primavera-verano 2020, en el nuevo módulo demostrativo, se implementaron variedades adecuadas de maíz, se aplicaron agentes biológicos, se instalaron trampas con feromonas para el control del gusano cogollero y, debido al gusto del productor por los árboles frutales, se aprovecharon las terrazas ya existentes para sembrar frutales y nopal tunero. 

Después de un año se pudo observar cómo la siembra en el módulo establecido con don Leno presentó un mejor crecimiento y producción en comparación con las parcelas vecinas. Debido a estos resultados visibles, un grupo de productores se acercó al señor Leno para manifestarle su interés por participar con el CIMMYT, de manera que para este ciclo agrícola primavera-verano 2021 se buscará establecer más parcelas con prácticas sustentables que hagan más eficiente el uso de los recursos naturales, particularmente del agua. 

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Investigan cómo ahorrar agua con prácticas agrícolas sustentables

El agua es un recurso limitado y que en muchas zonas del país es escaso. Para hacer un uso sostenible de ella se debe trabajar en mejorar la eficiencia de su uso. Sobre todo, porque a nivel global la agricultura es responsable de alrededor del 70% de las extracciones de agua, generando una fuerte presión sobre el recurso. 

La cuenca Lerma-Chapala forma parte del Distrito de Riego 011 Alto Río Lerma, que se abastece principalmente de aguas superficiales y pozos profundos. 80% del agua que de ahí se extrae se destina a la agricultura, es decir, para regar aproximadamente 103 mil  hectáreas al año. Sin embargo, sus fuentes de agua se encuentran sobreexplotadas y con déficit hídrico (al año el nivel del agua subterránea desciende de dos a 10 metros), lo que incrementa el costo del riego, pues se requiere más energía en el bombeo del agua, mantenimiento y adecuaciones al pozo, así como mano de obra, ya que tiene se debe operar más tiempo.

Adicionalmente, al extraer agua de mayor profundidad se incrementa el contenido de ciertos elementos químicos, como el sodio, el flúor y el arsénico. El exceso de sodio provoca una reducción en los rendimientos de los cultivos y daños en el suelo, porque es tóxico para la mayoría de las plantas, dificulta la penetración de otros nutrientes, alcaliniza el suelo (lo cual destruye su estructura) y reduce la permeabilidad del agua, así que el suelo se inunda más fácil cuando llueve o se da un riego. De hecho, se estima que el 15% de las tierras agrícolas de Guanajuato ya tienen problemas de sodicidad.

Una de las alternativas para incrementar la eficiencia de aplicación del agua dentro de la parcela es con riego localizado (en su modalidad de riego por goteo). Si bien este sistema necesita mantenimiento, control de la instalación y una inversión inicial (para instalar el sistema en 10 hectáreas se requiere aproximadamente $1,263,250, mismos que se puede recuperar en el año 3 si se implementa Agricultura de Conservación, o en el año 5 si se mantiene una labranza convencional), a diferencia del riego superficial reduce la evaporación de agua del suelo, los escurrimientos y la percolación (pérdida de agua hacia las capas de la tierra), además se puede hacer una aplicación conjunta de fertilizante y riego (fertirrigación) y permite una mayor uniformidad en el agua suministrada. 

Para buscar alternativas sobre cómo incrementar el ahorro de agua, en la plataforma de investigación Irapuato III (ubicada en terrenos de la División de Ciencias de Vida, de la Universidad de Guanajuato) se ha investigado la eficiencia del uso del agua en el cultivo de cebada y maíz amarillo en dos sistemas de labranza (convencional y Agricultura de Conservación) y dos tipos de riego (superficial y goteo), observándose que la tecnificación del riego tiene un buen potencial para el ahorro de agua, pero también que mejorando el riego superficial se pueden obtener resultados similares y sin la inversión que representa la tecnificación (para esto se debe tomar en consideración el tiempo de avance del agua en los surcos para controlar la infiltración del agua a profundidades no deseadas, la distancia de los surcos y cuidar el tiempo de riego para evitar que el terreno quede inundado). 

En todos los casos, la Agricultura de Conservación ha permitido mejorar la eficiencia del agua (y tener ahorros de hasta $1,800 por hectárea), esto quiere decir que se requieren menos litros de agua para producir un kilogramo de grano y, en general, se requiere un menor volumen de agua para satisfacer las necesidades del cultivo: el ahorro que se tiene en promedio en cebada es de 1,577 metros cúbicos por hectárea (m3/ha) en riego superficial y de 870 m3/ha en riego por goteo, en comparación con la labranza convencional. Esto ocurre gracias a que el principal efecto de la Agricultura de Conservación en el sistema de riego es la mejora de la estructura del suelo y con esto se logra tener una mayor infiltración, una reducción del tiempo de regado y del gasto de agua para obtener una buena humedad en el terreno.

Con respecto al riego por goteo, este ayuda a controlar el volumen de agua que se aplica y a evitar el escurrimiento de agua en la parcela; en la plataforma, con en labranza convencional se ha tenido un ahorro de 1,302 m3/ha al compararse con el riego superficial y, con Agricultura de Conservación, el ahorro ha sido de 595 m3/ha. Si se compara el volumen de agua promedio empleado en labranza convencional y riego superficial con el empleado en Agricultura de Conservación y riego por goteo, se tiene un ahorro de 2,172 m3/ha.

Esta investigación de la plataforma Irapuato III forma parte de las acciones del proyecto Cultivando un México Mejor, de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el cual busca optimizar el uso de agua en el cultivo de cebada y, en general, contribuir a la valoración y gestión sostenible de este recurso esencial para los sistemas agroalimentarios y para la vida misma. 

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Figura 4. Volumen de agua aplicado en el cultivo de cebada de 2016 a 2018 en la plataforma de investigación Irapuato III. Abreviaturas: LC, RS= labranza convencional con riego superficial; LC, RG= labranza convencional con riego por goteo; AC, RS= agricultura de conservación con riego superficial y AC, RG= agricultura de conservación con riego por goteo.

 

Referencias

  • Alcón, F., Arcas, N., de Miguel, M. D., & Fernández-Zamudio, M. Á. (2009). Adopción de tecnologías ahorradoras de agua en la agricultura. In J. A. Gómez-Limón, J. Calatrava, A. Garriedo, F. J. Sáez, & Á. Xabadia (Eds.), La economía del agua de riego en España (pp. 127–146). Retrieved from http://dx.doi.org/10.1016/j.tws.2012.02.007
  • Mandujano Bueno, A. (2015). Diagnóstico regional y técnico. Plataformas Experimentales MasAgro Guanajuato. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
  • Ortega Sastriques, F., & Orellana Gallego, R. (2007). El riego con aguas de mala calidad en la agricultura urbana. Aspectos a considerar. I. Aguas salinas o alcalinas. Revista Ciencias Técnicas Agropecuarias, 16(3), 41–44.
  • Pérez Espejo, R., & Aguilar Ibarra, A. (Eds.). (2012). Agricultura y contaminación del agua. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Económicas.
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Cada gota cuenta

Hasta hace algunos años aún se consideraba, erróneamente, que el agua era un recurso inagotable. Hoy, la humanidad está experimentando una alarmante escasez de agua y, de hecho, en estos tiempos donde lavarse las manos es esencial para contener la propagación del COVID-19, hay casi 3 mil millones de personas en el mundo que no tienen cómo lavarse las manos debido, en gran medida, a la falta de acceso al agua. 

En el caso de México, se estima que solo 43% de la población tiene acceso a un servicio de agua potable gestionado de forma segura. También se calcula que cerca de la mitad de los cuerpos de agua no tiene una buena calidad de agua ambiental (ONU-Agua, 2021). Esto significa que han sido afectados por una combinación de influencias naturales y actividades humanas, como las aguas residuales o los escurrimientos de aguas contaminadas procedentes de la agricultura. 

Sí, la agricultura, a nivel global, contribuye significativamente a la afectación de la calidad del agua, de ahí la importancia de transitar urgentemente hacia una Agricultura Sustentable que minimice el uso de agentes potencialmente contaminantes y optimice el uso del agua. Esta transformación se vuelve apremiante si se condera que en México el 76% del agua disponible se utiliza en la agricultura y que año con año su disponibilidad se reduce debido a la expansión urbana y el cambio climático. 

“Es muy importante tocar el tema del agua. Yo aquí en el campo lo estoy viviendo, porque en el campo se desperdicia mucha agua y cada vez hay menos; usamos grandes cantidades para producir nuestros productos. Entonces, si hay un sistema que te ahorra agua, tiempo y dinero, pues bienvenido; eso es lo que necesitamos”, comenta Noé Gándara, productor de Guanajuato quien participa en el proyecto Cultivando un México Mejor, de HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Cultivando un México Mejor es un esfuerzo por garantizar la gestión sostenible del agua desde la agricultura, particularmente en el cultivo de cebada. Los resultados más recientes del proyecto (correspondientes al ciclo otoño-invierno 2019-2020) indican que gracias a la implementación de prácticas sustentables se ha notado un ahorro de más de un millón doscientos mil litros de agua (1,205 m³) en el volumen total aplicado por hectárea mediante riego. Esto representa un ahorro de un poco más de 20% en el consumo de agua en comparación con la agricultura convencional. 

“Hace poco se averió el pozo, provocando un estrés tremendo en las plantas por falta de agua. Al final de la temporada la cebada salió únicamente con dos riegos. Los rendimientos obviamente fueron bajos, pero a pesar de eso, con las prácticas implementadas se lograron cubrir los costos de inversión y se tuvo un pequeño margen de utilidad”, comenta el productor José Luis Ruiz, quien también participa en el proyecto en Querétaro. 

De hecho, los resultados del ciclo productivo más reciente señalan que las innovaciones promovidas por el proyecto han favorecido un incremento de los rendimientos en términos generales (de 0.61 toneladas por hectárea). Esto, sumado a ahorros en el consumo de combustible (gracias a la disminución de la labranza se usan hasta 42 litros menos de combustible en comparación con prácticas convencionales, lo que además deriva en menos emisiones de CO2 a la atmósfera) han permitido que los productores participantes eleven sus utilidades hasta $2,300 por hectárea.

Ante la necesidad de asegurar que el uso del agua en la agricultura sea más eficiente, productivo y respetuoso con el medioambiente, proyectos como Cultivando un México Mejor contribuyen a trazar el camino en ese rumbo: durante el ciclo 2019-2020 posibilitó que se brindara acompañamiento técnico a 74 productores y, con el apoyo de 18 organizaciones y empresas que colaboran dentro de la cadena de valor, se instalaron siete módulos demostrativos, 37 áreas de extensión y 140 áreas de impacto que suman un total de 184 parcelas desde donde la gestión del agua, suma a un cambio de paradigma sobre este líquido esencial. 

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Haciendo cuentas, es mejor innovar

El productor Félix Guevara Guerra en vive la localidad Estación Joaquín, en Irapuato, Guanajuato.  Desde que su papá falleció, Félix quedó al frente de las parcelas que le dan el sustento a su familia, así que, para él, la búsqueda de alternativas que le permitan reducir los altos costos de producción ha sido constante. 

Félix siembra alrededor de ocho hectáreas de cebada en el ciclo otoño-invierno y en primavera-verano siembra sorgo y maíz. Hasta hace dos años, cuando se incorporó al proyecto Cultivando un México Mejor, su sistema de producción era la labranza convencional, con la cual “se llevaba más gasto, sobre todo  en las labores primarias como el barbecho y la rastra, además del tiempo en que se desfasaba la siembra”, comenta. 

Cultivando un México Mejor es un proyecto que impulsan el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y HEINEKEN México para producir cebada de forma sustentable y optimizar el consumo de agua en este cultivo. Para lograrlo, el proyecto desarrolla capacidades en los productores y les brinda acompañamiento técnico para que implementen el sistema de Agricultura de Conservación y otras prácticas sustentables.

El potencial de aumentar la utilidad con la Agricultura de Conservación motivó a Félix Guevara a instalar un módulo de innovación en una de sus parcelas. En él, junto con el equipo técnico de Cultivando un México Mejor, Félix evalúa diferentes prácticas y sistemas de producción agrícola con el fin de mostrarle a sus vecinos productores las ventajas de cultivar sustentablemente —en el módulo encontraron que la Agricultura de Conservación aumentó la utilidad a $2,530 por hectárea, en comparación con una pérdida de casi $1,000 por hectárea con la labranza convencional—.

En el pasado ciclo otoño-invierno sembró cebada de la variedad Prunella y se desarrollaron ensayos para evaluar distintos arreglos topológicos (distribución de las plantas en la superficie sembrada), prácticas de fertilidad integral con base en análisis de suelo (con el uso de fertilizantes orgánico-minerales y foliares), Manejo Agroecológico de Plagas y Manejo Integrado de Enfermedades (como la inoculación de la semilla con hongos).

Con los ensayos,  Félix Guevara y el equipo técnico de Cultivando un México Mejor también estimaron la cantidad de agua necesaria para producir un kilo de grano de cebada. Con ahorros de 180 litros de agua por cada kilo de cebada producido, la Agricultura de Conservación fue el sistema que arrojó los mejores resultados (figura 1), hecho que motiva aún más a este productor para seguir implementando y promoviendo prácticas sustentables.

Figura 1
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Buscando la mejor cebada para lograr un uso sostenible del agua

Irapuato, Gto.- La sequía afecta el comportamiento de las plantas a nivel fisiológico (funciones), morfológico (forma), bioquímico (composición) y molecular (estructura), ocasionando una disminución en su crecimiento, capacidad de realizar la fotosíntesis y rendimiento. Además, puede acelerar la floración y la producción de semillas y —por los cambios que genera en las plantas— aumentar la incidencia de plagas y enfermedades.

¿Cómo ayudar a afrontar los efectos del cambio climático en diversos entornos productivos? ¿Y cómo lograr mejores rendimientos en diversos granos? En el caso concreto de la cebada, su demanda de agua y las condiciones del cultivo tienen desafíos complejos.

En comparación con otros cereales, las plantas de cebada presentan una alta tolerancia a la sequía. No obstante, debido a las variaciones climáticas que cada vez limitan más la disponibilidad de agua, es necesario identificar las variedades más tolerantes. La investigación y el desarrollo científico resultan esenciales en ese contexto.

La Universidad de Guanajuato, HEINEKEN México y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) —a través del proyecto Cultivando un México Mejor, que impulsan la empresa cervecera y el organismo internacional— evaluaron el comportamiento (en producción de biomasa y rendimiento del grano) de ocho variedades de cebada maltera (comerciales y otras potenciales) en situaciones de estrés hídrico (escenario en que la demanda de agua del cultivo es mayor que la cantidad disponible).

El estudio se realizó durante 2019 en cuatro parcelas de 2,000 m2 con sistema de riego por goteo. Las variedades de cebada —establecidas en camas anchas con seis hileras— fueron sometidas a cuatro niveles de estrés hídrico (diferentes cantidades de agua). Para medir el nivel de agua en el suelo de cada parcela, se instalaron 40 sensores de humedad de suelo.

Con esto se descubrió, entre otras cosas, que el suministro de agua 20% por debajo de lo que consume la cebada (de siembra a cosecha usa 381.7 milímetros en las condiciones climáticas del sitio del experimento) provoca una reducción en rendimiento de grano de hasta 50%, y que —en cambio— el 10% por encima genera mayor rendimiento.

De acuerdo con los investigadores, los resultados son prometedores para seguir trabajando en esta línea, ya que se observaron diferencias significativas entre variedades (algunas de ellas con la capacidad de adaptarse a condiciones de disponibilidad reducida de agua).

Para la actividad agroindustrial, la cebada es un cultivo de gran importancia, con fuerte valor agregado y gran desarrollo de mercado. Si se considera la situación de la escasez mundial de agua y el papel de la agricultura en esta, entonces buscar las variedades de cebada que permitan hacer un uso más sostenible del agua es fundamental.

El proyecto Cultivando un México Mejor busca conocer de manera más amplia cuánta agua necesita la cebada para tener un buen rendimiento o cómo este producto se ve condicionado por las variaciones climáticas. Asimismo, promueve una producción sostenible y un uso eficiente del agua. Conocer más sobre las posibilidades del cultivo ayuda a tener una mejor producción, un abasto responsable y una agricultura con sostenibilidad integral.