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¿Es posible evitar que las variaciones en los riegos limiten el rendimiento de cebada?

Acompañamiento técnico en el marco de Cultivando un México Mejor. (Foto: CIMMYT)
Acompañamiento técnico en el marco de Cultivando un México Mejor. (Foto: CIMMYT)

Existen productores en el Bajío que aun con un buen manejo agronómico se preguntan por qué no tienen buenos rendimientos. “Es importante recordar que ahora con la distribución de agua de las presas o el sistema de turnos en los pozos, los tiempos de riego cambian cada ciclo agrícola. Incluso comparando entre parcelas cercanas que usan el mismo pozo, la entrega de agua de riego varía”, señala el equipo técnico de Cultivando un México Mejor, en Guanajuato.

Las variaciones en la distribución del agua “limitan el establecimiento del 100% de los cultivos en fechas óptimas y eso contribuye a que el rendimiento sea diverso cada ciclo agrícola”, puntualizan los técnicos del proyecto en mención que es impulsado por HEINEKEN México y CIMMYT, el cual fue diseñado para garantizar la gestión sostenible del agua en el cultivo de cebada.

“Esta circunstancia es inevitable debido a la disponibilidad de agua para el riego de nacencia de los cultivos establecidos en el Bajío. Además, los riegos también varían de acuerdo con su demanda y con las características físicas del suelo en cada parcela, así como con las condiciones de clima presentes cada día durante la etapa de desarrollo y reproducción de la cebada”.

A lo anterior, “se agrega que las horas frío que recibe una cebada emergida en las primeras semanas de diciembre, en promedio, rinden más que las que se establecen en las últimas semanas”, señala el equipo técnico.

“En un cultivo establecido en suelos que pierden rápidamente la humedad disponible para la planta, los riegos deben ser más frecuentes”, mencionan los técnicos, puntualizando que, aunque el escenario es complicado, existen opciones para lograr buenos rendimientos: “una planta que entra en estrés hídrico pierde la posibilidad de rendimiento mientras espera el siguiente riego, pero es aquí donde el uso de los rastrojos como cobertura marca la diferencia en beneficio de los buenos rendimientos”.

En este sentido, “es conveniente que el agricultor considere la evapotranspiración —cuando parte del agua pasa a la atmósfera por evaporación directa del agua del suelo y por transpiración de las plantas— cada día para definir el siguiente riego. De no ser así, también debe buscar alternativas para minimizar el efecto en la planta, tales como el uso de aminoácidos o enmiendas de materia orgánica; sin embargo, dejando la suficiente cantidad de rastrojo como cobertura en el 100% de la superficie cultivable impedirá significativamente la pérdida de agua del suelo”.

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Reducir el consumo de agua sin afectar la productividad sí es posible

Medición de la presión en cintilla de riego del sistema de riego por goteo y aforo de emisores. Ciclo otoño-invierno 22-23, plataforma de investigación Irapuato I. (Foto: Daniel Sandoval)
Medición de la presión en cintilla de riego del sistema de riego por goteo y aforo de emisores. Ciclo otoño-invierno 22-23, plataforma de investigación Irapuato I. (Foto: Daniel Sandoval)

En México la situación del agua es crítica, particularmente para la agricultura en donde se estima que un poco más del 70 % de las aguas extraídas se ocupan para el riego, pero donde factores como la ineficiencia en este proceso hacen que las pérdidas del líquido sean notables y preocupantes.

Para identificar las prácticas más pertinentes que permitan optimizar el riego en el cultivo de trigo, en la plataforma de investigación Irapuato I —donde colaboran el Distrito de Riego 011 y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— recientemente se evaluaron dos sistemas de riego —riego por goteo y riego superficial— en combinación con dos sistemas de labranza —un sistema híbrido (que combina remoción de rastrojos y labranza en el ciclo otoño-invierno y cobertura con rastrojos sin labranza en el ciclo primavera-verano) y un sistema de agricultura de conservación donde se establecen camas anchas permanentes (las cuales minimizan el movimiento del suelo y mejoran su estructura)—.

“El riego superficial se realizó de forma convencional durante todo el ciclo, aplicando un riego de nacencia y tres riegos de auxilio. Para el manejo de riego por goteo se evaluaron metodologías para conocer el comportamiento del agua dentro del sistema y poder realizar mejoras con el fin de incrementar la eficiencia de aplicación. Para calcular el requerimiento de agua al momento de regar, por ejemplo, se usaron herramientas digitales y también se midieron los metros cúbicos requeridos dentro del sistema híbrido y camas permanentes”, señala el equipo técnico de la plataforma.

Para monitorear adecuadamente las variables consideradas en el experimento, los investigadores se apoyaron de la estación agroclimática que la Fundación Produce Guanajuato ha dispuesto en la zona. Así, con investigación colaborativa, se logró observar que “el volumen de agua aplicado al cultivo de trigo durante el ciclo otoño invierno 2022-2023 fue menor usando riego por goteo y el sistema de camas permanentes anchas”, puntualizan los investigadores.

Los resultados anteriores suman evidencia de con prácticas sustentables sí es posible reducir el consumo de agua sin perder la productividad. El uso de riego por goteo y camas anchas permanentes, por ejemplo, permitió en este caso “ahorrar 12.6 % de agua en comparación con el uso de riego superficial. Esto, más la implementación de láminas de riego adecuadas, monitorear las condiciones del clima y considerar las etapas fenológicas del cultivo son actividades de suma importancia para generar riegos con eficiencias de más de 90 %”, concluye el equipo técnico de la plataforma.

La red de plataformas de investigación del CIMMYT y sus colaboradores es una de las redes de investigación agrícola más relevantes a nivel mundial. Es impulsada por proyectos como AgriLAC Resiliente, Agriba Sustentable, Excellence in Agronomy, y otros igualmente importantes.

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Con agricultura sustentable buscan mejorar la calidad de los suelos de Calera

Optimización del riego a través del proyecto Aguas Firmes. (Foto: Julio César González / Agrocime)
Optimización del riego a través del proyecto Aguas Firmes. (Foto: Julio César González / Agrocime)

Los resultados de cerca de un centenar de análisis de suelo realizados en parcelas cercanas al acuífero de Calera, en Zacatecas, México, indican que el 90 % de los suelos agrícolas de ese perímetro son alcalinos o muy alcalinos, lo que podría hacer que los micronutrientes y otros elementos que son importantes para el desarrollo de los cultivos —como es el caso del fósforo— tuvieran baja disponibilidad.

Los suelos alcalinos son comunes en regiones áridas y semiáridas. Se trata de suelos arcillosos que, en términos generales, tienen una estructura pobre, suelen ser poco fértiles y difíciles para la agricultura porque tienen un drenaje deficiente que hace que el agua de lluvia o de riego quede retenida en la superficie —generando además una baja movilidad de los escasos nutrientes disponibles—, lo cual termina traduciéndose, frecuentemente, en una reducción del crecimiento de la planta.

De acuerdo con investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que, en el marco del proyecto Aguas Firmes están trabajando en el mapeo de la fertilidad de los suelos de los municipios que integran el perímetro del acuífero de Calera, el hecho de que la mayor parte de los suelos de ese espacio sean alcalinos plantea considerables retos para la agricultura local, pero también una gran oportunidad para la adopción de sistemas como la agricultura de conservación.

“Las prácticas de agricultura de conservación —basada en mínima labranza, cobertura del suelo y diversificación de cultivos— van a ayudar a que el agua se infiltre, porque aquí llueve poco y, cuando llueve, el agua se va; ese es el problema, que el agua no se infiltra porque la estructura del suelo ya está muy deteriorada y por eso es importante incrementar la materia orgánica que es, de alguna forma, el pegamento para que los granos de suelo se unan y hagan que el suelo tenga una estructura adecuada”, comenta Jesús Pérez Gómez, coordinador técnico del Hub Intermedio del CIMMYT.

“Nosotros trabajamos con productores de riego por goteo con agua de pozo extraída del acuífero porque la prioridad es mejorar la sustentabilidad hídrica de ese cuerpo de agua. Esto implica transformar muchas cosas. Aquí los productores riegan conforme a un rol, no hay una planeación del riego ni se consideran los requerimientos del cultivo y, como muchas veces se comparte el pozo, el productor riega porque le toca regar, ya que si no lo hace  tendría que esperar nuevamente su turno, entonces normalmente se está regando cuando todavía no se tendría que regar y se aplica mucha agua, más de lo requerido”, señala Jesús.

Con el 90 % de los suelos en el perímetro del acuífero de Calera con un pH arriba de 7.3,  el 61 % con uno de 8 a 9.1 —por lo que se consideran suelos alcalinos o muy alcalinos— y el 74 % con niveles de materia orgánica bajos y moderadamente bajos, promover prácticas de agricultura de conservación y para la optimización del riego es una prioridad.

“Esperamos contar con equipos para monitorear la humedad y temperatura a diferentes profundidades y, con esos datos, hacer recomendaciones de riego más puntuales para el productor. Por el momento lo que hemos desarrollado es un plan de riego que se hace de acuerdo con los datos climáticos de la zona y los requerimientos del cultivo”, puntualiza el coordinador técnico del Hub Intermedio del CIMMYT, institución de investigación científica que promueve la agricultura sustentable como uno de los pilares de Aguas Firmes.

Aguas Firmes es un proyecto impulsado por Grupo Modelo en alianza con la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el CIMMYT y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es

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La investigación agrícola en Guasave

Siembra en la plataforma CIMMYT-AARSP con la sembradora Monosem con disco cortador y machetes profundos. (Foto: Fernando Urías Preciado, AARSP)
Siembra en la plataforma CIMMYT-AARSP con la sembradora Monosem con disco cortador y machetes profundos. (Foto: Fernando Urías Preciado, AARSP)

Conocido como el corazón agrícola de México por su alta productividad, Guasave es el municipio con la mayor superficie de siembra bajo riego a nivel nacional. No obstante, debido a la prevalencia de prácticas agrícolas inadecuadas, los suelos en la región presentan bajos porcentajes de materia orgánica. Además, el alto uso de insumos —como herbicidas, insecticidas, fertilizantes y semillas mejoradas de alto rendimiento— impacta en la rentabilidad de los sistemas productivos. 

Para buscar soluciones al alto impacto ambiental y la baja rentabilidad de la agricultura en la región, la Asociación de Agricultores del Río Sinaloa Poniente (AARSP) —que concentra aproximadamente a 1 200 productores de la zona como socios— y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) colaboran en la plataforma de investigación de Guasave, establecida en 2011 para evaluar sistemas de producción alternativos a fin de identificar aquellos que ofrezcan un menor impacto ambiental y también mayor rentabilidad. 

Así, en la plataforma se han comparado métodos de labranza —sistema convencional y agricultura de conservación mediante camas permanentes—, se ha evaluado la fertilización nitrogenada con base en la recomendación del sensor GreenSeeker® y se han validado diversos híbridos de maíz blanco y amarillo de compañías nacionales y transnacionales.

Con respecto a los métodos de labranza, en la plataforma se ha documentado que, como alternativa al sistema convencional que prevalece en la región —en el que se realiza barbecho y de tres a cinco pasos de rastra como preparación del suelo, propiciando la pérdida de materia orgánica—, la siembra en camas permanentes podría eliminar casi toda la labranza y sus efectos negativos. Además, en el periodo comprendido entre 2011 y 2021, en promedio el rendimiento fue ligeramente mayor en camas permanentes —13,6 toneladas por hectárea con labranza convencional y 14,1 toneladas por hectárea con camas permanentes—.

Además del rendimiento ligeramente mayor, las camas permanentes reducen los costos de producción: en la plataforma, al evitar los pasos de maquinaria, la siembra en camas permanentes es, en promedio, cuatro mil pesos (4 000 MXN) por hectárea menos costosa que la siembra en camas con labranza convencional. Debido al rendimiento similar o mayor —a largo plazo— y la reducción en costos de labranza, la siembra de maíz en camas permanentes es una opción más rentable para el productor y, al mismo tiempo, más amigable con el medioambiente.

En la plataforma también se ha observado que, con respecto a la forma convencional, las camas permanentes con rastrojo sobre la superficie requieren de hasta 15 días más para dar “punto de siembra”, por lo que si se originara alguna situación que alargue el tiempo entre riegos en el cultivo establecido, el sistema convencional presentaría un mayor estrés hídrico con respecto a las camas permanentes que, en cambio, podrían beneficiar al cultivo en casos donde hay un retraso en la disponibilidad del agua para el riego. 

Aunque en la plataforma no se ha cuantificado este efecto, ya que se suele tener un suministro de agua asegurado, es probable que en los campos de los productores este efecto sea visible o más pronunciado. Además, el rastrojo sobre la superficie del suelo tiene el beneficio adicional de reducir la incidencia de malezas durante el verano, que es la época de descanso. 

La mejora del suelo que se observa sembrando en camas permanentes es un efecto que se nota a largo plazo ya que, en general, la degradación del suelo por la labranza y pérdida de materia orgánica, al igual que la mejora del suelo bajo camas permanentes, son procesos lentos que tardan algunos años en acumular diferencias suficientemente grandes para ser notables, de ahí la importancia de plataformas como la Guasave que permiten desarrollar ensayos de largo plazo para generar recomendaciones puntuales a los productores. 

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Pobres en materia orgánica el 74 % de los suelos del perímetro del acuífero de Calera

Iván Ortiz-Monasterio durante la presentación de avances del mapeo de fertilidad para los suelos del perímetro del Acuífero de Calera, en Zacatecas, México. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)
Iván Ortiz-Monasterio durante la presentación de avances del mapeo de fertilidad para los suelos del perímetro del Acuífero de Calera, en Zacatecas, México. (Foto: Hub Intermedio-CIMMYT)

La poca disponibilidad de agua en el acuífero de Calera, en el estado de Zacatecas, México, ha propiciado que varios agricultores de la zona tecnifiquen el riego mediante sistemas que, en algunos casos, presentan baja eficiencia debido, entre otros aspectos, a que generalmente son instalados de forma empírica. 

Ante esta situación, mediante el proyecto Aguas Firmes se está impulsando una tecnificación con un diseño encaminado a un uso más eficiente del sistema, complementándose con el monitoreo continuo en campo y la asesoría para la implementación de prácticas y tecnologías de agricultura sustentable. 

Aguas Firmes es un proyecto del Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), implementado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones. Su objetivo fundamental es mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo y por ello promueve la agricultura sustentable como uno de sus pilares.

En este sentido, el acompañamiento técnico que promueve Aguas Firmes es brindado por especialistas que aportan recomendaciones para identificar los rezagos en las prácticas agronómicas acostumbradas, permitiendo que los productores obtengan nuevos conocimientos para optimizar sus propios sistemas de producción con sistemas sustentables como la agricultura de conservación.

Como parte del soporte científico al acompañamiento técnico de Aguas Firmes, recientemente Iván Ortiz-Monasterio, científico principal del CIMMYT, compartió con productores y técnicos que participan en el proyecto diversas estrategias y recomendaciones en torno a la fertilidad del suelo. 

El especialista del CIMMYT explicó la importancia de los factores físicos, químicos y biológicos que determinan la fertilidad de los suelos, así como las estrategias disponibles para el manejo de suelos ácidos y alcalinos. La propuesta de manejo de la fertilización expuesta por el científico resaltó la importancia de la fuente, dosis, momento y lugar de aplicación correctos, tomando en cuenta herramientas como el análisis de suelo y el uso de sensores ópticos para optimizar la fertilización nitrogenada. 

Durante su participación, Ortiz-Monasterio también presentó el avance del mapeo de la fertilidad de los suelos de los municipios que integran el perímetro del acuífero de Calera. Dicho mapeo se está conformando con los resultados de casi un centenar de análisis de suelos realizados en lo que va del año dentro del perímetro en mención.

La relevancia de este mapeo de la fertilidad de los suelos de la zona radica en que posibilitará hacer recomendaciones nutrimentales por regiones aún sin contar con los resultados de los análisis de suelo de cada parcela particular. Además, este mapeo permitirá tener una visión general de aspectos particulares de los suelos, como el caso de la materia orgánica. 

De hecho, mediante los avances presentados, se ha podido documentar que los suelos de la zona tienen limitaciones de micronutrientes como hierro, zinc y boro, por lo que deberán ser aplicados de acuerdo con el requerimiento y meta de rendimiento de cada cultivo. 

El análisis también revela que 74 % de los suelos de la zona presentan valores moderadamente bajos y muy bajos de materia orgánica —solo un 10% presenta valores muy altos a moderadamente altos y un 16% valores medios—, lo cual quiere decir que la agricultura de conservación se perfila como un sistema que permitirá subir los niveles de materia orgánica en la zona. 

¿Quieres saber más de Aguas Firmes? Aguas Firmes es una cooperación de desarrollo que forma parte del programa develoPPP entre la cervecera líder AB InBev a través de Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ) GmbH, quien lo implementa por encargo del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ). Visita el sitio web para más información: https://www.aguasfirmesgrupomodelo.com/es

 

Mapa de materia orgánica de acuerdo con resultados de análisis de suelo del año 2022 en los municipios del Acuífero de Calera, Zacatecas.
Mapa de materia orgánica de acuerdo con resultados de análisis de suelo del año 2022 en los municipios del Acuífero de Calera, Zacatecas.
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El potencial del maíz amarillo en el Valle de Culiacán

Trituración de residuos de cosecha previo a siembra de materiales híbridos de maíz amarillo en camas permanentes, en el ciclo otoño-invierno 2017-18, en la plataforma de investigación Culiacán, en Sinaloa, México. (Foto: Jesús Ignacio Madueño/UAS)
Trituración de residuos de cosecha previo a siembra de materiales híbridos de maíz amarillo en camas permanentes, en el ciclo otoño-invierno 2017-18, en la plataforma de investigación Culiacán, en Sinaloa, México. (Foto: Jesús Ignacio Madueño/UAS)

Con una superficie aproximada de 500 mil hectáreas de maíz, Sinaloa es el principal productor de esta gramínea en México. La mayoría de esta superficie se siembra con maíz blanco, variedad que llega a ocupar hasta el 99 % del área sembrada con maíz, mientras que solo el 1 % se siembra con maíz amarillo. 

El maíz blanco se usa principalmente para el consumo humano, mientras que el maíz amarillo está destinado a la alimentación de animales o usos industriales. La preferencia de sembrar maíz blanco provoca que en algunos años los productores tengan problemas para asegurar la venta de su cosecha. En contraste, la industria local prefiere el maíz amarillo, principalmente para satisfacer sus necesidades de materia prima para la elaboración de alimento forrajero. 

La agricultura que se practica en la región donde se encuentra la plataforma de investigación Culiacán —donde colaboran la Universidad Autónoma de Sinaloa y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— es intensiva, con uso de semillas mejoradas, un alto consumo de insumos —lo que provoca altos costos de producción y afectaciones al medioambiente— y con sistema de riego, pero con un abastecimiento de las presas de riego inseguro.

Por lo anterior, es necesario buscar cultivos que usen menos agua. Si se pueden encontrar materiales amarillos con un buen rendimiento, entonces se tendría una opción para ciclos con menos disponibilidad de agua.

Así, en la plataforma de investigación se han establecido diferentes ensayos, entre ellos, la evaluación de híbridos de maíz amarillo con alto potencial de rendimiento —en camas permanentes y dejando el rastrojo en la superficie—, o el ensayo de la validación del sensor GreenSeeker® para el diagnóstico de una fertilización más eficiente y sustentable, principalmente con relación al uso de los fertilizantes nitrogenados.

Aunque aún es necesario seguir evaluando materiales por más tiempo para determinar los más rendidores, derivado de estos ensayos se ha observado que el rendimiento de los híbridos de maíz amarillo demuestra que sí existen materiales en el mercado capaces de competir con los híbridos de maíz blanco. Además, dado que los materiales de maíz amarillo de la región suelen ser hasta 25 días más precoces que los blancos, es posible disminuir un riego. 

Con respecto a los costos de producción, en la plataforma de investigación se lograron buenos rendimientos en camas permanentes, comparables a la media regional. La utilidad promedio de todos los materiales de maíz amarillo en camas permanentes fue de un poco más de 16 mil pesos (16 413 MXN) por hectárea. Además, el mayor rendimiento se logró en el tratamiento de más baja densidad de semilla (93 100 semillas por hectárea), mientras que el costo por este concepto fue el más bajo en este tratamiento. 

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¿Cuál es el futuro del trigo en México?

Cultivo de trigo en Texcoco, Estado de México. Foto: Fernando Morales/CIMMYT
Cultivo de trigo en Texcoco, Estado de México. Foto: Fernando Morales/CIMMYT

El trigo es uno de los cultivos más importantes para la seguridad alimentaria global. El aumento de su rendimiento en los últimos 60 años ha sido invaluable para este propósito, permitiendo que los precios de este grano básico se mantengan en niveles razonables. 

Fue en el Valle del Yaqui, en el estado mexicano de Sonora, donde se desarrollaron por primera vez tecnologías que permitieron que tanto en México como en otros países el rendimiento del trigo aumentara alrededor de 250% durante los 60 años comprendidos entre 1960 y 2019 (años de cosecha). Este aumento en el rendimiento se debe, en gran medida, a la propagación de las variedades y tecnologías desarrolladas por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en colaboración con el Gobierno de México. 

¿Hacia dónde se dirige el rendimiento del trigo en el Valle del Yaqui en los próximos 20 años, considerados actualmente como el período de mayor desafío para la seguridad alimentaria mundial? A partir de esta pregunta un grupo de investigadores del CIMMYT se dio a la tarea de revisar los múltiples factores que durante 60 años han influido en el comportamiento de los rendimientos del trigo en el Valle del Yaqui. Esto, con el fin de conocer las perspectivas y la sostenibilidad del cultivo en la región, pero también para tratar de entender un poco más el panorama mundial del trigo y visualizar cuáles serán los escenarios de la seguridad alimentaria global en las siguientes décadas.  

Los cambios tecnológicos, el clima, las variedades de trigo mejoradas y el mejoramiento mismo, así como las prácticas agronómicas, son algunos de los factores considerados en el análisis, en el que también es posible revisar el papel que ha tenido el uso de los fertilizantes, particularmente los nitrogenados que aumentaron constantemente y que han conducido, debido a su uso ineficiente, a las floraciones de algas en el Golfo de California, un serio problema ambiental derivado de prácticas agrícolas no sustentables. 

Con respecto a los beneficios referentes a costos, energía y sostenibilidad que brinda la siembra en camas permanentes (labranza cero) con retención de rastrojos —sistema conocido como agricultura de conservación, el documento menciona que estos han sido claramente demostrados por investigaciones previas; sin embargo, puntualiza que la adopción de esta práctica sigue siendo limitada.

Por otro lado, el estudio señala que la disponibilidad de agua es un importante problema de sostenibilidad en los sistemas de riego: “el agua para la agricultura será más escasa con el crecimiento de la población en el estado de Sonora. Existen opciones para gestionar mejor la escasa agua de riego; sin embargo, es posible que el trigo no pueda competir a largo plazo por el agua con cultivos como verduras y frutas”. 

Aunque la sostenibilidad se extiende más allá de los campos cultivados, en general es probable que el trigo siga siendo el cultivo principal durante otro período de 20 años en el Valle de Yaqui, pero el cierre de la brecha de rendimiento se está volviendo limitado. 

“Es probable que la sostenibilidad biofísica del sistema de cultivo de trigo del Valle del Yaqui mejore a través de una mejor gestión de los fertilizantes nitrogenados. Las mejoras también son posibles a través de una mayor diversidad de cultivos, la gestión integrada de las amenazas bióticas y la aceptación de la labranza cero, la retención de residuos y el tráfico controlado”, concluye el estudio. 

 


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