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El uso de los principios de la gestión ecológica de nutrientes para preservar la salud del suelo

En una nueva publicación de Frontiers, científicos del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) esbozan cómo lograr un enfoque de base ecológica para la gestión sostenible de la fertilidad del suelo, en particular para los pequeños agricultores.

¿Qué es la gestión ecológica de nutrientes?

En todo el mundo, las comunidades de pequeños agricultores sólo disponen de recursos limitados para mejorar su seguridad financiera y alimentaria, y la degradación del suelo es habitual. La gestión ecológica de nutrientes (GNE, por sus siglas en inglés), un enfoque agroecológico de la gestión de los ciclos biogeoquímicos que regulan los servicios ecosistémicos y la fertilidad del suelo puede prevenir la degradación y preservar la salud del suelo.

Cinco principios guían las estrategias de la gestión ecológica de nutrientes:

  • Crear materia orgánica en el suelo y otras reservas de nutrientes.
  • Minimizar el tamaño de las reservas de nitrógeno (N) y fósforo (P) más vulnerables a las pérdidas.
  • Maximizar la capacidad de los agroecosistemas para utilizar N y P solubles e inorgánicos.
  • Utilizar la biodiversidad funcional para maximizar la presencia de plantas en crecimiento, fijar biológicamente el nitrógeno y acceder al fósforo poco soluble.
  • Construir agroecosistemas y balances de masas a escala de campo para rastrear los flujos netos de nutrientes a lo largo de múltiples estaciones de crecimiento.
En la sede del ICRISAT en Patencheru, India, M.L. Jat y Sieg Snapp delante de variedades de gandul (Cajanus cajan), una leguminosa semiperenne que fija el nitrógeno y solubiliza el fósforo para una mayor eficiencia de los nutrientes al tiempo que mejora la salud del suelo. (Foto: Alison Laing/CSIRO)

El uso de policultivos diseñados funcionalmente, rotaciones diversificadas, periodos de barbecho reducidos, mayor dependencia de las leguminosas, producción integrada de cultivos y ganado, y el uso de una variedad de enmiendas del suelo ejemplifican cómo funciona la gestión ecológica de nutrientes en la práctica. Un principio clave es apuntalar la resiliencia de los agroecosistemas mediante el fomento de la acumulación de materia orgánica en el suelo y la restauración de la función del suelo.

Se utilizan aumentos estratégicos de la diversidad espacial y temporal de las especies vegetales que satisfacen las necesidades de los agricultores. A menudo se trata de arbustos y vides perennes o semiperennes que proporcionan alimentos, combustible y forraje, al tiempo que restauran la fertilidad del suelo. Los sistemas de gestión ecológica de nutrientes a largo plazo pueden aumentar el rendimiento, la estabilidad del rendimiento, la rentabilidad y la seguridad alimentaria, atendiendo así a una serie de necesidades de los pequeños agricultores.

Lea el estudio aquí.

Foto de portada: Un cultivo intercalado de maíz y frijol que ejemplifica el enfoque de gestión ecológica de nutrientes, tomado en Hub de Chiapas del CIMMYT, un experimento de campo a largo plazo. (Foto: Sieg Snapp/CIMMYT)

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Los jóvenes que están cambiando el campo en México y América Latina

Córdoba, Colombia.- Adaptación al cambio climático, identificación de agentes patógenos, modelos de negocio incluyentes y desarrollo de nuevos mercados para la comercialización de maíces nativos son algunos de los temas de los proyectos ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina, otorgados por el Sistema CGIAR para promover la participación de mujeres y hombres jóvenes en los sistemas agroalimentarios basados en el maíz.

Los premios reconocen las contribuciones de jóvenes menores de 35 años que están innovando los sistemas agroalimentarios de maíz, ya sea a través de la investigación, la implementación o desarrollo de sistemas sustentables o el escalamiento de estrategias pertinentes a su contexto biocultural. En su tercera edición, los premios se entregaron por primera vez en América Latina (en el marco de la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas, celebrados en Montería, Colombia), pues previamente se realizaron en África (Zambia) y en Asia (India).

En la categoría Agricultor, el ganador fue Eduardo Cruz Rojo (ingeniero en Logística, de 26 años, originario de Hidalgo, México), quien ha implementado y difundido la Agricultura de Conservación y la metodología de trabajo del programa MasAgro —de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)— como vía para ayudar a los productores a alcanzar mejores rendimientos (Eduardo ha logrado que los productores con quienes trabaja dejen de hacer quemas agrícolas, mejoren la calidad de sus suelos, disminuyan 20% el costo de producción y alcancen un rendimiento promedio de 14 toneladas por hectárea).

En la categoría Investigador, los ganadores fueron: Yésica Daniela Chazarreta (estudiante doctoral en Genética, de Argentina), por su estudio sobre genotipos para grano o silaje; Lucio Reinoso (maestro en Ciencias Agrarias, de Argentina), quien investiga la adaptación del maíz en el norte de la Patagonia —y desarrolló una sembradora ad hoc para esa región—; Omar Garcilazo Rahme (estudiante de posgrado en Manejo Sostenible de Agroecosistemas, de México), por su investigación sobre la producción de huitlacoche (U. maydis); y Viviana López Ramírez (estudiante doctoral en Ciencias Biológicas, de Colombia), por su evaluación de bacteriosis en un germoplasma diverso de maíz en el sur de Córdoba, Argentina.

Y en el caso de la categoría Agentes de Cambio, los ganadores fueron: Carlos Barragán García (ingeniero en Agroecología, de México), quien a través de MasAgro trabaja para que los pequeños productores de Oaxaca se adapten al cambio climático —en el caso de esta entidad, se pronostica que habrá una reducción de 8% en las lluvias y un incremento de 2 oC en la temperatura—; y José Esteban Sotelo Mariche (ingeniero agrónomo, de México), quien ha fomentado la producción, el acopio y la comercialización de maíz nativo en ese mismo estado.

Durante la exposición de su proyecto, Carlos Barragán comentó que los productores con los que trabaja cultivan mayoritariamente maíz criollo, por lo cual el elemento cultural ha sido clave para generar estrategias que permitan hacer resilientes los sistemas productivos de la región. Tomando como referencia estudios del CIMMYT, por ejemplo, han logrado obtener tortillas hechas con maíces nativos —ricas en antioxidantes y fibra—, cuya demanda ha crecido notablemente. También, gracias a la diversificación de cultivos, han logrado incrementar la participación de la mujer y darle un papel más decisivo.

Por su parte, José Sotelo contó con la experiencia de la Integradora Agroempresarial del Río Verde (compuesta por 80 productoras y productores indígenas y afromexicanos), la cual —gracias al trabajo conjunto con organizaciones como la SADER, el CIMMYT, la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), universidades locales y la Walmart Foundation— ha tenido diversos logros, entre ellos, incursionar exitosamente en el mercado gourmet de Estados Unidos con productos hechos con maíces nativos de las variedades olotillo y tuxpeño (con Agricultura de Conservación y tecnologías transferidas por el CIMMYT y sus colaboradores, esta cooperativa actualmente tiene siembras de 100 hectáreas por ciclo y ventas mayores a las 1,000 toneladas).

Durante su intervención, todos los ganadores de los Premios de Innovación Juvenil en Maíz 2019 – América Latina, así como los ponentes que participaron antes y después de ellos en la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz y el IV Congreso de Semillas, dejaron ver cómo ―aunque las motivaciones pueden ser diversas― el común denominador que los reunió fue la esperanza de los jóvenes participantes (que ven en el campo un motor de desarrollo y ya no más una fuente de desigualdades y pobreza) y la apuesta por la ciencia como agente de cambio. En este sentido, los asistentes hicieron un reconocimiento al doctor Luis Narro, científico consultor del CIMMYT en Colombia, por su trabajo en maíz en Latinoamérica.

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Cómo las comunidades de la Península de Yucatán están decidiendo el futuro de sus milpas

Las milpas resguardan un alto número de variedades de maíz y otros cultivos. En la Península de Yucatán la mayoría de los productores practican la milpa asociada –con diversas variedades de maíz, frijol, ibes, calabaza y hasta otros siete cultivos más–, y esta puede ser de tipo tradicional, continua o mecanizada. Sin embargo, independientemente del tipo de milpa que trabajen, los productores actualmente tienen bajos rendimientos y altas pérdidas, además de una continua preocupación por los fenómenos asociados al cambio climático, como las sequías prolongadas, las lluvias fuera de ciclo o los daños por plagas que antes no se presentaban.

Este panorama fue formulado por los propios productores de la región gracias a un proceso participativo que, desde un inicio, involucró a las comunidades para definir los puntos críticos de los diferentes sistemas milpa y las características de lo que ellos consideran debe tener una milpa sustentable. Precisamente, este proceso se enmarca en el proyecto Milpa Sustentable en la Península de Yucatán (MSPY), impulsado por la Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM), Fomento Social Banamex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con la colaboración de importantes actores estratégicos, como el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA) y el Laboratorio de Agroecología del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con los que recientemente se realizaron reuniones con productores de la Península de Yucatán.

GIRA es una organización sin fines de lucro que promueve procesos de autogestión, autoregulación y planificación participativa en temas socioambientales a nivel local y regional. Junto con el equipo del Programa de Socioeconomía del CIMMYT, conformó el grupo que se ha reunido varias veces con productores de los municipios de Yaxcabá (Yucatán), Peto (Yucatán), José María Morelos (Quintana Roo) y Calakmul (Campeche) para discutir, cuantificar y recientemente presentar los resultados del trabajo sobre indicadores de sustentabilidad del sistema milpa, los cuales se evaluaron en sus distintos tipos y abordan diferentes atributos de la sustentabilidad, como la productividad, estabilidad, resiliencia, adaptabilidad, equidad y autogestión.

Milpa Sustentable en la Península de Yucatán tiene un enfoque de inclusión social y equidad de género, conservación y gestión optimizada de los recursos naturales, mitigación de los efectos del cambio climático y adaptación a este, producción de alimentos inocuos y de calidad y vinculación de productores con mercados. Por esto, en la definición de los indicadores de sustentabilidad se empleó el Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales Incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS), una metodología desarrollada por GIRA, la UNAM, ECOSUR y otras instituciones académicas.

Así, con el acompañamiento del equipo de GIRA y el CIMMYT, los 54 productores participantes definieron 19 indicadores de sustentabilidad de la milpa, como el rendimiento de cultivos, la inclusión familiar, la materia orgánica del suelo, el manejo eficiente del agua, la conservación de los recursos forestales, la inclusión comunitaria y la complementación de herramientas para el pronóstico climático (te puede interesar Diálogos entre ciencia y cultura a favor de una milpa sustentable). De esta manera, son las propias comunidades de la Península de Yucatán las que están decidiendo el futuro de sus milpas.

En términos generales, las milpas tradicionales y continuas muestran bajos rendimientos y altas pérdidas por plagas, lo cual se refleja en una baja disponibilidad alimentaria. Sin embargo, resaltan positivamente la alta diversidad de productos obtenidos de la milpa, el bajo uso de agroquímicos, la alta rentabilidad de la apicultura y el cultivo de cítricos, la alta diversidad de fuentes e ingreso y la alta inclusión social. En el caso de las milpas tradicionales, destaca el hecho de que los periodos de rotación en el bosque son largos, derivando en un alto nivel de conservación.

Los indicadores de sustentabilidad también permiten evaluar las innovaciones que son relevantes para los diferentes sistemas milpa. En ese sentido, se logró identificar que innovaciones como el arreglo topológico (densidad de siembra) y la no quema se van a sostener en el tiempo, pues han sido ampliamente adoptadas por los productores, de manera que, muy probablemente, las seguirán realizando cuando el proyecto concluya. Sin embargo, se necesita trabajar para que otras innovaciones propuestas sean no solo sostenibles, sino relevantes para los desafíos de la milpa.

Finalmente, los indicadores permiten identificar recomendaciones para mejorar la sustentabilidad de la milpa, tanto mediante prácticas agroecológicas en las parcelas como a través de políticas públicas favorables a estos sistemas. Para el CIMMYT y las organizaciones con las que colabora, es importante que los productores tomen las mejores decisiones en favor de sus sistemas productivos. Este es, precisamente, uno de los objetivos de Milpa Sustentable en la Península de Yucatán y de los procesos participativos que se impulsan junto con los aliados de este proyecto.

Por: Carolina Camacho Villa, CIMMYT; Carlos González Esquivel, Laboratorio de Agroecología IIES-UNAM; y Cecilia Briones Guzmán, GIRA AC.

 

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El Manejo Agroecológico de Plagas en Guanajuato, una estrategia interinstitucional

  • El Hub Bajío Guanajuato, del CIMMYT, en colaboración con instituciones académicas y otros actores clave, desarrolla una propuesta para el manejo sustentable de plagas.
  • La red técnica de MasAgro Guanajuato trabajará con los productores para implementar el Manejo Agroecológico de Plagas, una práctica sustentable con soporte científico que permite mantener el equilibrio biológico y reducir los costos de producción.

Por: Paul García Meza, equipo MasAgro Guanajuato.

Junio de 2019.


Guanajuato.- En el marco del programa MasAgro Guanajuato, de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Hub Bajío Guanajuato —en colaboración con diversas instituciones— desarrolla una propuesta de Manejo Agroecológico de Plagas para Guanajuato, a fin de generar soluciones sustentables a los diversos problemas de plagas que se presentan en la entidad.

Entre las plagas que afectan a los productores de Guanajuato están la conchuela del frijol (Epilachna varivestis) en los municipios de Ocampo y San Felipe; la catarina verde (Diabrotica sp.) en Huanímaro, Abasolo, Irapuato y Valle de Santiago; el barrenador de la caña (Diatraea sp.) en Pénjamo; la mosca de los estigmas (Euxesta stigmatias) en Acámbaro; la gallina ciega (Phyllophaga sp.) en Salvatierra; y la secadera (Fusarium sp.) en toda la zona triguera y cebadera del estado.

La propuesta para el manejo de estas plagas está sustentada en estrategias agroecológicas cuyos principios son la reducción del uso de agentes químicos, la restauración del equilibrio biológico y —en general— la creación de ecosistemas agrícolas resilientes, es decir, capaces de seguir produciendo después de haber sido afectados por prácticas agrícolas no sustentables, fenómenos atmosféricos o —en este caso— plagas.

En este esfuerzo conjunto participan las siguientes instituciones: el Hub Bajío-Guanajuato, del CIMMYT; el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), a través del doctor Fernando Bahena; el laboratorio de Agroecología de la Escuela Nacional de Estudios Superiores de la UNAM, Unidad Morelia, con el doctor John Larsen; la SDAyR, a través del doctor Fernando Tamayo, director de Sanidad Vegetal; y el CESAVEG, con el ingeniero Carlos Ramos.

Los retos son grandes, ya que van desde conocer el ciclo de vida y el comportamiento de algunos insectos hasta la evaluación de productos comerciales —tanto químicos como biológicos— que se ofrecen en los mercados.

En esta estrategia interinstitucional los investigadores aportan el soporte científico para el diseño de las estrategias, la red técnica de MasAgro Guanajuato aplica la metodología para la obtención de resultados y los productores ayudan a difundir el mensaje de que el manejo sustentable de las plagas es posible.

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El Proyecto Buena Milpa Guatemala y sus colaboradores capacitarán a técnicos para implementar prácticas agroecológicas

Los participantes fortalecerán sus capacidades en prácticas de agroecología para compartirlas con agricultores; la formación modular durará seis meses.

Por: Ana Christina Chaclán. Fotografía: Abilio López.

Guatemala.- El 20 y 21 de abril se realizaron las primeras sesiones del Curso Certificable en Agricultura Sustentable, que surgió como respuesta a la necesidad de capacitar y dar asistencia técnica al sector agropecuario del occidente de Guatemala.

El curso es una iniciativa del Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap); el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA); la Misión Técnica Alemana (GIZ); el Proyecto Buena Milpa, de USAID; la Asociación de Desarrollo Agrícola y Microempresarial (ADAM); el Departamento de Agricultura Orgánica (DAO); la Comisión Nacional de Agricultura Ecológica (CNAE); y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), quienes conformaron una alianza para desarrollar un curso, acreditado por el Intecap, en metodologías de extensión y la implementación de prácticas agroecológicas.

“Como parte de la estrategia de sostenibilidad del Proyecto Buena Milpa, se han venido trabajando varios procesos de capacitación en Agricultura de Conservación con agricultores y técnicos de diferentes instituciones, y se consolidó una alianza con otras instituciones y organizaciones para aportar a la institucionalización de los procesos de formación en las áreas de conservación de suelos, rotación de cultivos, labranza mínima y otros temas que hemos estado abordando”, explicó el ingeniero Luis Ramírez, coordinador del Proyecto Buena Milpa.

INICIOS

Los aliados empezaron este proceso en marzo de 2017, para desarrollar un producto de formación dirigido a técnicos y extensionistas y promover estrategias para el desarrollo rural mediante la implementación de prácticas agroecológicas. Carlos Sum, coordinador de Formación del Proyecto Buena Milpa, comentó que tenían un convenio con el Intecap para llenar un cupo de 25 técnicos que asistirían a los módulos cada viernes; sin embargo, se inscribieron 60 personas, por lo que se abrió otro espacio los sábados. El curso tiene una duración de 6 meses y se impartirá un día a la semana, de las 8 a las 17 horas.

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Familias campesinas se benefician con insumos y capacitaciones a través del Proyecto Buena Milpa

Desde Buena Milpa se impulsa la agroecología porque enseña a rescatar y conservar los medios de producción agrícola mediante la realización de abono tipo bocashi.

Por: Nadia Rivera y Abilio López.


Guatemala.- Un grupo de 52 familias de la Comunidad Agraria La Igualdad, municipio San Pablo, San Marcos, fue beneficiado con semillas de hortaliza, semillas mejoradas de frijol y dotación de materiales para realizar abonos tipo bocashi.

Rene Gaspar, representante de la Cooperativa La Igualdad, indica que en esta comunidad hay ausencia de asesoría técnica para los productores, por lo que han trabajado tanto los cultivos de café como los de maíz con excesivos fertilizantes e insumos químicos, lo que ha provocado contaminación, daño a la atmósfera y acidificación de suelos.

Desde Buena Milpa se impulsa la agroecología porque enseña a rescatar y conservar los medios de producción agrícola mediante la realización de abono tipo bocashi, que forma parte de la asesoría técnica sobre buenas prácticas agrícolas que se brindó a este grupo de productores, ya que este abono es rico en nutrientes para las plantas y el suelo.

El abono tipo bocashi aporta microorganismos que benefician los suelos transformando la materia orgánica que hay en ellos en nutrientes para la planta.

Manuel de León, productor beneficiario de Buena Milpa a través de la organización local Cooperativa La Igualdad, expresa su gratitud al proyecto por el beneficio recibido y menciona que “las aboneras nos ayudarán a mejorar la fertilidad de los suelos, ya que nuestra tierra se está degradando por la falta de conocimiento en el manejo adecuado de fertilizantes y otros productos químicos; con estas capacitaciones recibidas obtendremos mejores resultados en nuestros suelos y nuestra cosecha de maíz será mejor”.

A este grupo de productores se le entregó semillas de hortalizas (zanahoria, nabo, acelga, remolacha, cilantro y rábano) con el objetivo de que realicen su propio huerto familiar y obtengan verduras y hojas verdes para favorecer la nutrición de sus familias.

La entrega de estos insumos responde al seguimiento de la elaboración de aboneras, con el propósito de promover la producción agroecológica que contribuya a mantener un equilibrio en los ecosistemas. Buena Milpa promueve la permacultura en los cultivos, principalmente en el maíz, y en este caso se realizaron parcelas con especies de hortalizas en donde se realizan prácticas agrícolas que benefician la ecología de los microorganismos del suelo, ya que se realizó una prefertilización e incorporación con abono tipo bocashi (broza, maleza, granillo, gallinaza, levadura, tierra negra, carbón molido y cal agrícola) que le brindará los nutrientes necesarios al cultivo en la etapa de crecimiento.

Las hortalizas se sembraron en cada tablón de la siguiente manera: una hilera de semillas de hoja seguida de una hilera de semillas de raíz, para aprovechar el espacio. Luego de sembrar, las semillas se cubrieron para que la lluvia no lavará los tablones y pudieran germinar. Con la incorporación de materia orgánica se espera lograr una hortaliza de calidad.

La germinación de semillas y el crecimiento de hortalizas en huerto familiar ayudarán a las familias de la comunidad agraria a mejorar la rentabilidad y cambiar la dieta, aportando mejores nutrientes.

Los productores de esta comunidad se han caracterizado por ser emprendedores e innovadores, ya que ellos mismos han implementado tecnologías agroecológicas con el apoyo de organizaciones como Buena Milpa que les proporcionan asesoría técnica, que es de mucha importancia para ellos.

 

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Propagación de esquejes con Tithonia divesifolia como barreras naturales

El sector agropecuario actual de México ha transformado la naturaleza para obtener principalmente alimentos. Las prácticas agrícolas inadecuadas, como la agricultura intensiva, sobrellevan otros problemas, por ejemplo, la erosión de los suelos, el agotamiento de los nutrientes, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación, la compactación, el detrimento de materia orgánica y la drástica transformación del paisaje. Esta agricultura se ha basado exclusivamente en criterios económicos con graves consecuencias ambientales y del entorno natural.

Una solución a estos problemas son algunas prácticas agrícolas que promueven el equilibrio del ambiente, tal como la Agricultura de Conservación y la agroecología. Uno de los principios de esta ciencia es la biodiversidad funcional, la cual sostiene que todas las especies de plantas, animales y microorganismos que existen interactúan en un ecosistema cumpliendo funciones que permiten el equilibrio.

Como una práctica para aumentar la biodiversidad de nuestros cultivos se realiza la propagación de plantas como el botón de oro (Tithonia divesifolia), uno de sus nombres comunes, la cual sirve como una barrera natural alrededor de nuestras áreas de cultivo, al fortalecer la existencia de organismos benéficos como parasitoides y depredadores que se alimentan de insectos plaga, y atraen (Apis mellifera) abejas polinizadoras y protegen a nuestro cultivo de algún fuerte viento.

Así, una forma rápida y sencilla de ayudar al aumento de la biodiversidad en nuestras áreas de producción es la propagación de plantas por medio de esquejes.

Figura 1. Propagación de Tithonia divesifolia por medio de esquejes

Instrucciones para una correcta propagación por medio de esquejes.

1. Recolección del material vegetal que se desea propagar.

2. Preparación del acodo en las áreas que se desea propagar raíz. Se recomienda que el sustrato esté siempre a capacidad de campo y que no se exponga directamente al sol ni al viento.

3. Supervisar el crecimiento de las raíces, procurando encontrar raíces blancas.

4. Después de un mes y medio es posible trasplantarlos al área donde se establecerán.

Por: Cesar E. García Mora, Helios Escobedo Cruz, Carlos de la Torre Martínez, Celeste Alvarado Alonso, Emma Castolo Calderón. Red_InnovAC, S. C.

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Manejo agroecológico de plagas: estrategia de trabajo del Hub Bajío

Se gradúan en el tema técnicos de Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Querétaro.

9 y 10 de noviembre de 2015.

Con información de Silvia Hernández, gerente del Hub Bajío.


Texcoco, Estado de México.- El trabajo en red y coordinado entre el INIFAP Michoacán y el Hub Bajío del CIMMYT está teniendo impactos importantes en el uso de tecnologías y prácticas agroecológicas para el control de plagas de granos en El Bajío. El curso Manejo Agroecológico de Plagas para una Agricultura de Conservación, llevado a cabo en cinco sesiones durante 2015, llegó a su fin el 9 y 10 de noviembre en las instalaciones del CIMMYT, con la presentación de tres ponencias magistrales: “Interacciones planta-fitófago-entomófago, el papel de la biodiversificación funcional y sus implicaciones en la regulación natural de las plagas”, por la doctora Ek de Val de Gortari, de la UNAM; “Control biológico por conservación. Estrategias conservacionistas para el manejo de plagas”, por el doctor Hipólito Cortez Madrigal, del IPN; y “Familias y especies de entomófagos (parasitoides y depredadores) para su uso en control biológico de plagas”, por el doctor Fernando Bahena Juárez, del INIFAP, quien además fungió como coordinador científico del curso-taller de 170 horas entre teoría y práctica. Para clausurar el evento se contó con la presencia del Dr. Luis Fernando Flores Lui, Director General del INIFAP, y del Dr. Bram Govaerts, Líder para América Latina de Intensificación Sustentable.

La Agricultura de Conservación (AC) se sustenta en los principios de agroecología y hace un uso racional de los recursos naturales (agua, suelo y biodiversidad), insumos y mano de obra. Esta práctica conlleva realizar un manejo diferente de los aspectos fitosanitarios de la producción, especialmente del manejo de plagas, ya que actualmente su combate está asociado a un alto uso de agroquímicos que tienen efectos indeseables en lo ambiental, bioecológico y en la salud pública, además de incrementar los costos de producción en forma significativa (Bahena, F., Velazquez, J., 2012).

El contenido académico y los temas abordados en el curso evidenciaron que el manejo agroecológico de plagas (MAP) es una vía adecuada para la intensificación sustentable de los sistemas de producción. Esta estrategia es parte de un manejo diferente de los cultivos, tiene una visión integradora y holística con todo el agrosistema y no busca exterminar insectos, sino equilibrar sus poblaciones para que éstas no causen daños económicos a los cultivos. El MAP se sustenta en una reestructuración de la biodiversidad funcional que reactive el control biológico, el cual se complementa con otras prácticas sustentables como la rotación de cultivos, el manejo de arvenses, las plantas trampas, el uso de semioquímicos, los extractos de plantas y los insecticidas biológicos (Bahena, 2009).

El curso-taller de MAP del Hub Bajío innovó en sus mecanismos de impacto, ya que 18 técnicos seleccionados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, San Luis Potosí, Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala y Chiapas se comprometieron a reproducir el conocimiento adquirido en sus regiones, con lo cual se generaron 52 cursos de MAP con una participación de 1,267 personas capacitadas entre productores, técnicos y estudiantes. Se establecieron 34 módulos y áreas de extensión de MAP y se generaron dos ponencias en el 8º Congreso Nacional de Agricultura Sustentable 2015. Así mismo, en Hidalgo se constituyó la Red de Innovación en Agroecosistemas Productivos Sostenibles en Hidalgo, a cargo del ingeniero Jaime Ortega. Otro de los impactos en el hub Bajío es el control del gusano cogollero con feromonas sexuales, el cual se está llevando a cabo en más de mil predios.

De este modo, los trabajos de este curso y la estrategia de MAP del Hub Bajío han logrado generar una amplia apropiación por parte de los productores rurales de El Bajío del enfoque agroecológico del manejo de plagas para avanzar en el desarrollo de las políticas públicas en esta materia. Cabe mencionar que en la clausura del evento, se contó con una exposición de fotografías y de carteles para dar a conocer los trabajos que los participantes llevaron a cabo durante el curso.

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TNC lleva a cabo en Veracruz un curso sobre agroecología y cultivo biointensivo

En un principio Las Cañadas iba encaminada a consolidarse como una empresa verde (ecológica) convencional.

25 de septiembre de 2015.


Huatusco, Veracruz.- A través de The Nature Conservancy (TNC), Mariana Vélez, coordinadora de alianzas en la península de Yucatán , organizó un viaje con diferentes miembros de la Comunidad Practica de Agricultura Sustentable (CPAS), para realizar un intercambio técnológico con productores y personas que trabajan para el Centro de Agroecologia y Permacultura las Cañadas en Huastusco, con la finalidad de tomar un curso en agroecológia y cultivo biointensivo, que proporcione a los participantes las habilidades y conocimientos que les permitan diseñar y manejar agro-ecosistemas sostenibles.

La actividad inició con una breve descripción de cómo es que se formalizó la cooperativa, con la participación del director del centro, Ricardo Romero. “En un principio Las Cañadas iba encaminada a consolidarse como una empresa verde (ecológica) convencional, sin embargo el proceso de aprendizaje en el que vivimos y el tremendo caos social y ecológico que se está dando en muchas partes del mundo, nos ha permitido comprender que más allá de lograr un proyecto que simplemente cumpla con el llamado “desarrollo sostenible”, estamos buscando una “vida sostenible”, es decir, no solo tratamos de sustituir insumos y prácticas convencionales por otras “alternativas”, sino que intentamos re-diseñar nuestros sistemas, necesidades, alimentación, la educación de los niños, la relación con las comunidades”.

Se continuó con un recorrido por los huertos, viveros y el bosque comestible que se encuentran en el centro, donde se hizo énfasis en el manejo de la fertilidad del suelo en general y en el cultivo biointensivo en lo particular. Hubo tiempo de explicar otros tipo de sistemas, que maneja la cooperativa como el bosque comestible, las gallinas, la milpa y los sistemas agroforestales.

Se mencionó la importancia de la ruta de la fertilidad del suelo, el cual consta de tres procedimientos:

  1. Análisis de suelos
  2. Proceso de enmiendas (se realiza mediante el resultado del análisis de suelos)
  3. Reciclaje de nutrientes: (se le conoce como fertilización de mantenimiento para mejorar el suelo)

Más adelante se realizó la explicación detallada de los principios del método biointensivo que son:

  1. Doble excavación
  2. Composta
  3. Siembra cercana
  4. Asociación de cultivos
  5. Cultivo de carbono
  6. Cultivo de calorías
  7. Uso de semillas de polinización abierta
  8. La integridad del método.

Se llevó a cabo una práctica en campo con la elaboración de camas para producir alimentos, y se explicó a detalle como iniciar con este tipo de actividad y sobre todo la necesidad de llevar a cabo la doble excavación en los huertos, que tiene como último fin producir más alimentos en menos espacio, de una manera orgánica y sustentable en un huerto biointensivo.

Se realizaron también abonos orgánicos, para incorporar al suelo, como fuente de nutriente tanto para el suelo como para la planta. Este punto fue importante porque enseño a los asistentes, que no es necesario depender de los productos químicos, ya que ellos pueden elaborar su propio fertilizante de manera orgánica.

El curso también aportó a los asistentes una visión general de lo que es la agroecología y sus principios a través de una «experiencia práctica», como los fundamentos teóricos y prácticos del método de cultivo biointensivo.

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Establecen en Hidalgo la red de innovación para manejo agroecológico de plagas y malezas

Bajo el lema de Mahatma Gandhi: “Debemos ser la expresión del cambio que queremos ver en el mundo”, el pasado 20 de mayo la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del estado de Hidalgo (Sedagroh), a través de la Dirección de Innovación y Desarrollo Agroalimentario, en conjunto con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) conformaron la Red de Innovación en Agroecología Sustentable con el objetivo de conjuntar un grupo interdisciplinario e interinstitucional que genere soluciones a los problemas que causan las plagas, enfermedades, malezas y la contaminación por agroquímicos.

El evento que se desarrolló en las instalaciones de la Sedagroh reunió a 11 investigadores de cinco diferentes universidades y tecnológicos regionales del estado, entre los que se encuentran la UPP, UPFIM, ITSOEH, ITESHU e ITESA, así como los responsables de las cuatro plataformas experimentales con las que cuenta el programa MasAgro.

En la reunión se vertieron interesantes reflexiones y puntos de vista en torno a la necesidad de invertir en investigación aplicada al manejo agroecológico integrado de plagas, malezas y enfermedades de forma más sustentable, ya que en las últimas fechas ha incrementado de manera excesiva el uso de agroquímicos. Esto ha causado que el índice de personas intoxicadas por el mal manejo de estos productos haya aumentado, como también la contaminación que causa al ambiente.

Dentro de los temas prioritarios, los investigadores hablaron de la necesidad de impulsar la producción de cultivos, el control biológico y la transformación de la materia prima como ejes principales para desarrollar los proyectos de investigación, para más adelante poder ofrecer una ventana tecnológica a los productores del estado. Cabe mencionar que esta red formará parte del Instituto de Innovación Agroalimentaria (Iiagro), unidad a cargo de la Sedagroh, el cual será el instituto articulador entre las diferentes dependencias de gobierno federal, estatal y municipal, además de fungir como el gestor de los recursos para que la red pueda operar sin contratiempos.

Se planteó que el manejo agroecológico pueda combinar la investigación científica con la experimentación in situ en las comunidades locales, centrando la atención en tecnologías que promuevan el conocimiento y sean de bajo costo y fácil adaptación para pequeños y medianos productores, con la finalidad de mejorar la equidad social, la sostenibilidad y la productividad agrícola a largo plazo.