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Representantes del Gobierno de Noruega visitan parcela innovadora en Guatemala

Visita de Ministra y Embajadora de Noruega a módulo de innovación en Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Visita de Ministra y Embajadora de Noruega a módulo de innovación en Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

La visita de Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, y Ragnhild Imerslund, Embajadora de Noruega en México y Centroamérica, al módulo demostrativo de Lomas Abajo, en San Jacinto, Chiquimula, Guatemala —el cual forma parte de los InnovaHubs promovidos por CIMMYT y sus colaboradores en ese país a través de la iniciativa AgriLAC Resiliente— este 5 de junio.

La presencia de la ministra y la embajadora en mención resalta el apoyo del gobierno noruego a iniciativas que, como AgriLAC Resiliente del CGIAR, comparten una visión común del desarrollo regional latinoamericano dentro de un marco de cooperación triangular entre la Embajada de Noruega, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y CIMMYT.

Este marco de cooperación busca fortalecer  el modelo de gestión de la innovación conocido como InnovaHub porque promueve una interacción constante entre los agricultores y sus aliados locales, con quienes técnicos e investigadores trabajan hombro a hombro en las parcelas que forman parte de la infraestructura física, como los módulos visitados por las representantes del gobierno noruego y que constituyen espacios de co-aprendizje y validación de prácticas y tecnologías sustentables para la región.

El trabajo y acciones en Guatemala son parte de una metodología  de aceleración de la innovación agrícola construido a partir de experiencias exitosas de CIMMYT en México.  En este sentido, CIMMYT, con otros centros CGIAR en la región —la Alianza Bioversity-CIAT (ABC), el Centro Internacional de la Papa (CIP por sus siglas en inglés) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI por sus siglas en inglés)—, lideran AgriLAC Resiliente y, mediante la articulación con diversos socios regionales, han logrado afianzar la instalación y operación de dos InnovaHubs en Guatemala —uno en la región Oriente y otro en la región Occidente—, donde organizaciones como ADIPAZ y ASORECH colaboran estrechamente en la difusión de prácticas sustentables adecuadas a cada contexto agrícola y sociocultural.

Para el gobierno noruego, que buscar estrechar lazos con los gobiernos y sociedades de México y Centroamérica, el modelo de los InnovaHubs resulta ideal para conectar no solo con los gobiernos nacionales, sin los gobiernos locales y también con los productores y una amplia gama de actores estratégicos.

El gobierno de Noruega, que con CIMMYT ya impulsa el movimiento Agricultura para la Paz —que retoma el legado del doctor Norman Borlaug para promover sociedades pacíficas y resilientes mediante una agricultura sustentable e incluyente—, considera que la agricultura es un medio vital para impulsar la estabilidad social en las zonas rurales —ya que apoya la generación de ingresos y contribuye a generar estabilidad política—, de ahí su interés y apoyo a los esfuerzos de los InnovaHubs en la promoción de una agricultura innovadora y sustentable.

Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, en módulo de innovación de Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)
Anne Beathe, Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, en módulo de innovación de Guatemala. (Foto: Francisco Alarcón / CIMMYT)

Durante su visita a Guatemala, la Ministra Beathe, y la embajadora Imerslund, estuvieron acompañadas por el doctor Jelle Van Loon, director asociado del programa de Sistemas Agroalimentarios Sustentables de CIMMYT, el equipo operativo de AgrilLAC en Guatemala; Elder Cardona, Alcalde de San Jacinto; así como por representantes de ABC, ADIPAZ y ASORECH con quienes recorrieron instalaciones de los InnovaHubs y entablaron un nutrido diálogo con diversos productores que participan en AgriLAC Resiliente, particularmente con un grupo de agricultoras quienes compartieron sus experiencias sobre cómo los aprendizajes que han obtenido a través de la iniciativa se han reflejado en empoderamiento y mejores condiciones de vida.

Durante la visita también se explicó el contexto sobre Chiquimula, la región Chortí y el Corredor Seco, destacando los desafíos y limitaciones; las actividades realizadas con AgriLAC, incluidas las plataformas de investigación, los procesos de poscosecha y de capacitación; la investigación agronómica en curso, propuestas para las familias, programas de manejo agronómico y la diversificación de cultivos, Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTAs), entre otros temas.

Finalmente, se destacó que, con la cooperación triangular entre la Embajada de Noruega, AMEXCID y CIMMYT, se contemplan acciones para que CIMMYT capacité a asesores de campo de El Salvador, Guatemala y Honduras, con la finalidad de continuar con los esfuerzos de una Agricultura para la Paz en beneficio de los países de la región.

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2022, un recuento de logros y desafíos

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: homenaje a Sanjaya Rajaram / Participación del CIMMYT en Congreso organizado por el Gobierno de México / Evento en torno a Agricultura para la Paz / Talleres de AgriLAC en Guatemala y Honduras. (Fotos: CIMMYT)
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: homenaje a Sanjaya Rajaram / Participación del CIMMYT en Congreso organizado por el Gobierno de México / Evento en torno a Agricultura para la Paz / Talleres de AgriLAC en Guatemala y Honduras. (Fotos: CIMMYT)

Para la comunidad del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), y para todos aquellos involucrados en el ámbito de la seguridad alimentaria en general, 2022 ha sido un año muy dinámico en muchos sentidos.

El 17 de febrero el CIMMYT compartía con la comunidad internacional la triste noticia de la muerte del doctor Sanjaya Rajaram, científico mexicano que ganó el Premio Mundial de la Alimentación en 2014 por el impacto global de sus investigaciones que le brindaron a la humanidad más de 480 variedades mejoradas de trigo.

Solo unos días después, el 24 de febrero, la desconcertante noticia de un nuevo episodio bélico en la historia de la humanidad —esta vez entre Rusia y Ucrania— estremecía al mundo. Los investigadores del CIMMYT entonces advertían sobre el impacto de la guerra en la seguridad alimentaria de millones de personas. 

Rusia y Ucrania son grandes países productores y exportadores de trigo que, de acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación de Política Alimentaria (IFPRI), abastecen cerca de 34 % del trigo que se comercia a nivel internacional. Las disrupciones a la cadena de abasto global de trigo que esta guerra posiblemente provocará en los próximos meses tendrá graves consecuencias para las 2 mil 500 millones de personas en todo el mundo que dependen del trigo para su seguridad alimentaria”, anunciaba Bram Govaerts, director general del CIMMYT.

Aunque los escenarios de conflicto no son en ninguna medida deseables, este en particular hizo evidente la pertinencia de iniciativas como Agricultura para la Paz —impulsada por el Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Noruega, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el CIMMYT y diversos colaboradores—, surgida a raíz de la conmemoración del 50 Aniversario del Premio Nobel de la Paz otorgado en 1970 al doctor Norman Borlaug, uno de los fundadores del CIMMYT,  por su trabajos de mejoramiento de trigo que permitieron salvar a millones de personas de la hambruna alrededor del mundo.

En el marco de esta iniciativa, el 28 de abril los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, e investigadores del CIMMYT rindieron tributo a Sanjaya Rajaram en la estación experimental del CIMMYT en Toluca, Estado de México, que ahora lleva el nombre de este importante científico mexicano.

Allí, en Toluca, el titular de Agricultura aseguró que, así como en su momento Norman Borlaug y Sanjaya Rajaram trabajaron para combatir el hambre a nivel mundial, el papel del CIMMYT para construir una paz duradera basada en la seguridad alimentaria mundial se reflejaba en iniciativas como Cultivos para México, proyecto con más de una década en operación que cuenta con la colaboración de más de 100 aliados nacionales e internacionales y con impacto positivo en más de un millón de hectáreas y 300 mil productores.

En este sentido, de particular relevancia fue el anuncio que a inicios de diciembre hizo Bram Govaerts durante una de las reuniones del Consejo Directivo del CIMMYT: “Gracias al apoyo del Gobierno de los Estados Unidos, la metodología de Cultivos para México estará siendo difundida e implementada en Malawi, Tanzania y Zambia, en el sur de África; y también en Sudán. El objetivo de los proyectos que liderará el CIMMYT en ese continente es acelerar, de forma inclusiva, la innovación y fortalecer los sistemas de semillas para generar maíz tolerante a la sequía y leguminosas mejoradas”.

Finalmente, en un año donde la paz promovida desde las parcelas ha adquirido relevancia internacional, destacan las primeras acciones para la instalación formal de los primeros cuatro Innova Hubs —modelo de innovación agrícola que se ha desarrollado con iniciativas como Cultivos para México— en Guatemala y Honduras, a fin de transformar, mediante la iniciativa AgriLAC Resiliente, los sistemas agroalimentarios en América Latina y el Caribe, aumentando la resiliencia, los servicios ecosistémicos y la competitividad de estos sistemas de la región y, al mismo tiempo, contribuir en la mitigación de fenómenos como el cambio climático y la migración. 

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México ante los retos de la seguridad alimentaria mundial

Maíz de alto rendimiento producido con prácticas sustentables en San Pablo Huitzo, en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)
Maíz de alto rendimiento producido con prácticas sustentables en San Pablo Huitzo, en Oaxaca, México. (Foto: CIMMYT)

Hoy, en un mundo que aún no se recupera de los efectos de la pandemia y donde se desarrollan conflictos que afectan la producción y distribución de alimentos, hay cerca de 811 millones de personas padeciendo hambre, cifra que constituye un llamado a la acción local y global en favor de la paz y la seguridad alimentaria.

México tiene un papel central en la lucha contra el hambre en el planeta: es el lugar de origen del maíz, uno de los principales cultivos globales y, a través del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), resguarda más de 28 mil accesiones únicas de este cultivo, cuyo estudio ha permitido ofrecer al mundo el Atlas Molecular de Maíz, una plataforma de información que proporciona datos, herramientas y recursos que permiten a mejoradores de maíz, investigadores, técnicos extensionistas, entre otros, identificar la diversidad con un posible valor para sus necesidades específicas.

Además del maíz, el trigo de México es esencial para la seguridad alimentaria de millones del planeta. Recientemente, por ejemplo, un equipo de especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el CIMMYT, liderado por Julio Huerta, recibió el premio Gene Stewardship 2022 del Borlaug Global Rust Initiative por su aporte a la seguridad alimentaria mundial, a través del mejoramiento de la resistencia de variedades de trigo a la roya.

Bram Govaerts, director general del CIMMYT, señala que “factores como la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania han afectado la producción y disponibilidad de maíz en todo el mundo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de todos”. 

Además de los conflictos, Govaerts señala que el cambio climático sigue y seguirá siendo un tema prioritario para la seguridad alimentaria: “El aumento de la temperatura reduce los rendimientos globales de los principales cultivos. Sin una agricultura adaptada a estos cambios, cada grado que aumente la temperatura media global estaría reduciendo los rendimientos de trigo en un 6% y de maíz en un 7,4% en promedio”.

Estos retos, enfatiza el también investigador, “ponen en evidencia una vez más el liderazgo histórico de México y la oportunidad de hacerse presente y generar transformaciones de talla global desde las parcelas y hombro a hombro con los productores”. 

Para responder a estos retos, Govaerts comenta que México cuenta con la experiencia para desarrollar sistemas agroalimentarios sustentables —iniciativas como Cultivos para México,  Agricultura Para La Paz y AgriLAC Resiliente son un ejemplo de ello—, hecho que resalta la importancia de invertir en investigación científica: “el 70% de semillas de trigo y más del 50% de semillas de maíz sembradas en el mundo derivan de la investigación en mejoramiento que se realiza en México desde el CIMMYT y una amplía red de colaboradores”. 

A través del CIMMYT, México hace alrededor de 1 500 envíos de semillas anuales a diferentes países y varias de esas semillas son de variedades resistentes a sequía. “Nuestro llamado es a que la intervención humanitaria incluya semilla resistente a sequía para las zonas susceptibles a este fenómeno y así generar resiliencia global hacia el futuro”, enfatiza el directivo del CIMMYT. 

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Sistemas agroalimentarios productivos contribuyen a consolidar la paz social

Sistema de milpa intercalada con árboles frutales en terrenos de ladera. (Foto: CIMMYT)
Sistema de milpa intercalada con árboles frutales en terrenos de ladera. (Foto: CIMMYT)

Las perturbaciones y tensiones ambientales, demográficas, socioeconómicas, biológicas, e incluso sociopolíticas y jurídicas, afectan los sistemas agroalimentarios. Las perturbaciones —como la pandemia— tienen una repercusión inmediata. Las tensiones —como la migración forzada—, que son procesos más lentos, alteran gradualmente a los sistemas agroalimentarios y disminuyen su capacidad de afrontar los cambios, haciéndolos más vulnerables paulatinamente (Estado Mundial de la Alimentación, 2021). 

Cuando las personas del medio rural, particularmente los más jóvenes, no encuentran rentable dedicarse a la agricultura, entonces buscan otras opciones y la dinámica social se trastoca. Tensiones sociales como la migración, e incluso el conflicto o la violencia, se convierten en riesgos latentes y síntomas de sistemas agroalimentarios disfuncionales.

Considérese por ejemplo la región de Los Tuxtlas, en Veracruz —uno de los principales estados expulsores de migrantes hacia otras partes del país o del extranjero—, donde se han estimado pérdidas de suelo de hasta 199 toneladas por hectárea al año que han afectado la producción e ingresos de los pequeños agricultores de granos básicos, principalmente de maíz y frijol (SADER, 2020).

Mientras en los terrenos de ladera de la región, manejados de manera convencional —donde la quema de rastrojos es una práctica común—, se pierden alrededor de 35.5 kg de suelo por cada kilogramo de grano de maíz producido, con la tecnología de terrazas de muro vivo —que fue base para el diseño del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales, o MIAF, en laderas— solamente se pierden 0.40 kg de suelo. 

El sistema MIAF consiste en establecer hileras de árboles frutales en la milpa y consta de tres componentes: el primero son los árboles que se establecen en sentido perpendicular a la pendiente; posteriormente la instalación de los cultivos anuales en franjas y, finalmente, el maíz, sembrado en franjas cada dos surcos arriba y debajo de los árboles frutales.

El sistema MIAF también integra componentes tecnológicos de lo que se denomina terraza de muro vivo, tales como la roturación unidireccional del suelo —con tracción animal o mecánica al contorno de la ladera— para favorecer la formación paulatina de una terraza; y el filtro de escurrimientos que se adapta a este sistema, y que consiste en colocar un cordón o camellón con residuos de cosecha de maíz, frijol, o ramas eliminadas en la poda de frutales, en la parte alta de la hilera de frutales.

A pesar de sus amplios beneficios para controlar la erosión del suelo y apoyar la economía de las familias productoras, el sistema MIAF aún es considerado por muchos productores de la región como una tecnología compleja. Se ha observado, además, que demanda acompañamiento técnico constante —al menos los dos primeros años— para que el productor tenga una comprensión adecuada del funcionamiento del sistema. 

Para identificar los elementos que permitan hacer más fácilmente adoptable el sistema —y evaluar específicamente su capacidad para disminuir el escurrimiento superficial, controlar la erosión hídrica e incrementar la infiltración de agua— el Consejo de Colonias Populares de Veracruz, en colaboración con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) estableció una plataforma de investigación del sistema MIAF en el Ejido Ahuacapan, en San Andrés Tuxtla, Veracruz. 

La plataforma, instalada en el marco de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México —impulsada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT— fue establecida en la parcela de un productor que estableció el sistema MIAF desde 2017 y desde donde se busca atender los componentes de mayor dificultad para la adopción del sistema, como es la colocación del filtro de escurrimientos. 

Antes del establecimiento del MIAF y de la plataforma de investigación, en la parcela del productor se roturaba el suelo con rastra después de la quema de rastrojos; se sembraba yuca, maíz, frijol y jícama, aunque con bajos rendimientos; y, durante 10 años, antes de establecer el MIAF, se mantuvo el terreno con praderas de pasto, donde el tránsito de maquinaria, el efecto de la lluvia y el pisoteo de los animales compactaron el suelo.

Actualmente en la parcela, que ahora funciona como plataforma de investigación de MasAgro-Cultivos para México, se ha observado la capacidad del sistema MIAF para disminuir el escurrimiento superficial, controlar la erosión hídrica e incrementar la infiltración de agua, lo que ha redundado en un mayor rendimiento del cultivo de maíz.

Con las podas realizadas al limón que se introdujo y su acomodo dentro de la parcela se ha observado también un aumento de la calidad y, con respecto a la adopción del filtro de escurrimiento con rastrojo, este ha favorecido un incremento en la productividad del cultivo. 

Los estudios sobre MIAF en esta plataforma aún siguen su curso, pero a la fecha la experiencia ha sido considerada exitosa tanto para el productor, como para los investigadores y técnicos a quienes los datos generados les están ayudando a la adopción de componentes específicos del MIAF entre otros productores, sobre todo porque los avances de esta plataforma se están compartiendo con diversos productores de la región y técnicos de Sembrando Vida, quienes han expresado sorpresa por la productividad que se presenta en esta parcela.

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Inspirados por Rajaram, instituciones y centros de investigación fortalecen la seguridad alimentaria

De izquierda a derecha: Bram Govaerts, Víctor Villalobos y Marcelo Ebrard develan placa en honor a Sanjaya Rajaram. (Foto: CIMMYT)
De izquierda a derecha: Bram Govaerts, Víctor Villalobos y Marcelo Ebrard develan placa en honor a Sanjaya Rajaram. (Foto: CIMMYT)

La colaboración entre instituciones y organismos de investigación ha contribuido en los últimos años a mejorar la producción mundial de granos, en beneficio de miles de agricultores y de la seguridad alimentaria de los países, destacaron autoridades e investigadores durante la ceremonia de Reconocimiento Internacional Norman E. Borlaug y homenaje póstumo a Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de Alimentación 2014.

En el encuentro, celebrado en la Estación Experimental del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en Toluca, Estado de México, se informó que este sitio llevará el nombre de Rajaram para rendir tributo y honrar su memoria, como uno de los científicos que más ha contribuido a la seguridad alimentaria, convirtiéndose en enemigo del hambre en el mundo.

El investigador nacido en India y nacionalizado mexicano dejó un gran legado: el desarrollo del trigo que ha alimentado al mundo durante décadas  desde el centro de investigación agrícola sin fines de lucro más importante de México, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

De acuerdo con el director general de CIMMYT, Bram Govaerts, Rajaram fue la tercera persona del CIMMYT en recibir el Premio Mundial de Alimentación y, en su caso, el comité de selección lo escogió por haber desarrollado más de 480 variedades de trigo de alto rendimiento y capacidad de adaptación que se han sembrado en, aproximadamente, 58 millones de hectáreas alrededor del mundo.

“Por este impresionante logro, que parece fácil resumir en una sola frase, Raj se convirtió en un gigante del derecho a la alimentación y en uno de los más feroces enemigos del hambre en el mundo”, señaló Govaerts.

Premios a la cooperación internacional en seguridad alimentaria

El organismo internacional entregó reconocimientos a los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón, y de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, por su promoción de la seguridad alimentaria e inclusión social en México y América Latina.

El canciller mexicano agradeció el reconocimiento Norman E. Borlaug -que fue entregado por el director general del Centro, Bram Govaerts- y reafirmó su compromiso de “trabajar en el ámbito internacional como lo hemos hecho, pero ahora tendremos que trabajar más, con mayor intensidad”.

“Pensemos el gran pasado que tenemos en este centro y pongamos manos a la obra para resolver los siguientes problemas,” puntualizó durante el evento.

Expuso que se tiene por delante el peligro de que millones de personas padezcan hambre por primera vez desde la Revolución Verde, debido al cambio climático y el conflicto geopolítico en Europa del Este, por lo que es necesario que el Centro siga adelante y ampliar sus posibilidades y perspectivas tecnológicas.

En ese sentido, Ebrard Casaubón se refirió a la importancia del trabajo de Norman E. Borlaug, fundador del CIMMYT y Premio Nobel de la Paz 1970.

“Con su trabajo (…) hizo posible que sobrevivieran millones de personas, ¿qué número de personas? Difícil estimarlo, pero probablemente estemos hablando de la mayor aportación a la humanidad en el siglo XX (…) Y lo hizo sin afán de lucro, no fue su motivación; su motivación era ayudar a otros.”

“Sobre la relación entre México e India, el canciller refirió que son países que comparten retos comunes, principalmente el hambre y las contradicciones de la riqueza y la pobreza. Somos dos democracias muy grandes, tenemos multiétnicas, recuerden que México tiene 62 lenguas vivas, hoy; la India es un continente; somos de los países más avanzados y que más crecemos en manufactura, en nuevas tecnologías”, anotó.

Un legado duradero

El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, señaló que la contribución de Sanjaya Rajaram significó el desarrollo de 480 variedades de trigo de alto rendimiento y capacidad de adaptación, sembradas en 51 países, que han permitido a los productores de todo el mundo cosechar más de 200 millones de toneladas.

Precisó que las variedades derivadas de la investigación del CIMMYT y el Centro Internacional de Investigación Agrícola en las Zonas Áridas (ICARDA), ambos pertenecientes a la alianza global CGIAR, se siembran hoy día en más de 100 millones de hectáreas y generan beneficios económicos estimados en tres mil 800 millones de dólares anualmente.

A lo largo de esta administración, dijo, hemos diseñado, ejecutado y afinado, a través de la colaboración entre Agricultura y el CIMMYT, estrategias de desarrollo sostenible con un enfoque sistémico que facilita la participación de los productores en cadenas de valor más integradas y eficientes tanto en México como en otros países.

El titular de Agricultura subrayó que México, América Latina y el CIMMYT juegan un rol importante en la lucha por mejorar las condiciones de los agricultores de pequeña escala y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios.

Refirió que hoy en día, más de 300 mil agricultores cultivan maíz, trigo y cultivos asociados con tecnologías sustentables de MasAgro-Cultivos para México, en más de un millón de hectáreas en todo el territorio rural del país.

Aseguró que así como en su momento, Norman Borlaug y Sanjaya Rajaram trabajaron para combatir el hambre a nivel mundial, habrá que retomar el liderazgo del CIMMYT y de los científicos nacionales para trabajar juntos, dar prioridad a la agricultura y construir una paz duradera basada en la seguridad alimentaria mundial.

Villalobos Arámbula destacó que para el presidente Andrés Manuel López Obrador, el maíz es México y México es maíz, por lo que es de fundamental relevancia para el país que la sede del CIMMYT se mantenga en territorio nacional y sus prioridades de investigación y recursos continúen siendo administrados por el propio centro.

Se trata del centro de investigación de mayor envergadura en el mundo en su tipo y es el resultado de uno de los más exitosos y duraderos programas de colaboración internacional, puntualizó.

El embajador de India en México, Pankaj Sharma, destacó que su nación debe una gran parte de su Revolución Verde a la variedad de trigo “Sonora”, que se desarrolló en México, país que es considerado una de las cunas de la agricultura a nivel global, con una tierra arable del 15 por ciento del total de la tierra dedicada a la agricultura en el mundo.

Señaló la importancia del trigo, toda vez que el Banco Mundial ha proyectado que para poder satisfacer la demanda futura en 2050, con nueve mil 600 habitantes, la producción global del cereal se tendrá que incrementar 60 por ciento con respecto al volumen alcanzado en el año 2000.

Informe de resultados de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México

La curadora del banco de germoplasma de trigo y especialista en genotipado del CIMMYT, Carolina Sansaloni, resaltó que MasAgro-Cultivos para México es el principal proyecto de cooperación entre el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Agricultura y el organismo internacional, clasificado como una iniciativa insignia en la aplicación de tecnologías en la agricultura sostenible y una referencia para otras naciones.

Este proyecto lleva más de una década en operación, en 28 estados, con la colaboración de más de 100 aliados nacionales e internacionales, y de instancias del sector privado y público, en 12 regiones que ofrecen infraestructura de investigación y desarrollo de capacitación para prácticas agronómicas sostenibles, explicó.

Informó que los resultados de 40 plataformas, 500 módulos demostrativos y dos mil áreas de extensión tienen impacto en más de un millón de hectáreas y benefician a 300 mil productores de maíz, trigo y frijol, con el uso de variedades de alto rendimiento.

La agricultora de maíz en Amacuzac, en el estado mexicano de Morelos, Rosalinda Muñoz Tafolla, expuso que su iniciativa de producir alimentos sanos la llevó a participar en Cultivos para México, donde el acompañamiento y asesoramiento del CIMMYT le ha permitido obtener resultados de alto impacto productivo.

Detalló que con el sistema de agricultura de conservación aprendió a no quemar el rastrojo y mejorar las condiciones del suelo, sembró una nueva variedad de maíz, y fue apoyada para la comercialización de su cosecha, a buen precio.

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CIMMYT Academy y Tech Maíz, fortaleciendo capacidades en Iberoamérica

Con la participación de más de 60 investigadores y técnicos de toda Iberoamérica tuvo lugar el primer taller del plan de capacitación Tech Maíz 2022-2024, encaminado a fortalecer las capacidades en el uso de nuevas herramientas tecnológicas para la intensificación sostenible de los sistemas de producción de pequeños y medianos agricultores de maíz y otros cultivos asociados en Iberoamérica.

Un total de 291 preinscritos mostraron su interés en participar en este taller en línea denominado ¿Cómo participar con éxito en la plataforma CIMMYT Academy? el cual constituye el primer paso en el camino que implementará esta estrategia de capacitación integral que cuenta con sesiones a distancia —talleres, seminarios y cursos asincrónicos— que permitirán a los participantes especializarse en los conocimientos que sean de su interés para su formación profesional. 

Todo esto en el marco del entorno virtual Tech Maíz 2022-2024, donde los participantes se capacitarán de forma asincrónica y conocerán información relevante de Tech Maíz, proyecto que está fortaleciendo las capacidades de investigadores, técnicos y pequeños y medianos productores de toda América Latina; y que está conformado por diversas instituciones y países pertenecientes a la Red Latinoamericana del Maíz.

La Red Latinoamericana del Maíz tiene la doble misión de contribuir a la articulación de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación regional para la producción sustentable de maíz —a través de una plataforma web y la organización periódica de la Reunión Latinoamericana de Maíz—; así como promover propuestas articuladas de investigación, desarrollo e innovación para fondos competitivos regionales con base en las necesidades del sector, considerando el valor cultural, nutricional, alimentario y agroindustrial del maíz.

“Es gracias al apoyo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y de los institutos nacionales de investigación que es posible hacer realidad este proyecto y esta capacitación en un espacio de aprendizaje donde estamos ofreciendo un plan de contenidos que responde a un diagnóstico de necesidades hecho en equipo con investigadores y técnicos afiliados a la Red”, destaca José Luis Zambrano, coordinador de la Red Iberoamericana de CYTED Tech Maíz e investigador principal, responsable del Programa de Maíz de la Estación Experimental Santa Catalina del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) de Ecuador. 

Paciencia, la virtud que guía los primeros pasos en CIMMYT Academy

Tras poco más de dos años de pandemia y de que la virtualidad se convirtiera en buena medida en el ambiente donde han tenido lugar las interacciones humanas, resulta oportuno reconocer que cada plataforma tiene sus propias características y requisitos. De ahí la importancia de emprender con pie derecho y armados de paciencia el proceso interactivo y guiado por la unidad de capacitación del Centro, para familiarizarse con CIMMYT Academy. 

Una plataforma virtual dinámica donde el contenido no es fijo, pues este espacio se retroalimenta constantemente durante la operación del proyecto, desde su inicio en 2022, hasta el cierre en 2024. Por lo tanto, los participantes podrán ver módulos que se van sumando con información y recursos nuevos derivados de la operación del plan de capacitación.

Por espacio de tres horas, los participantes abrieron sus cuentas de ingreso, conocieron el panorama de la oferta de contenidos tanto de formación profesional como personal que integra esta plataforma, así como el temario que ha sido diseñado para Tech Maíz y en el que se combina la innovación de herramientas como e-Agrology con enfoques como la Agricultura Sustentable y el camino recorrido con que cada participante asume este proceso de aprendizaje, para contribuir a la sustentabilidad de la agricultura en Latinoamérica y del logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibñe, que son a su vez dos elementos donde se hace palpable el llamado a la acción que constituye Agricultura para la Paz. 

CIMMYT Academy es una plataforma en línea, liderada por el CIMMYT y recientemente renovada, donde investigadores, técnicos y especialistas pueden encontrar capacitaciones, talleres y módulos en línea para ampliar sus conocimientos, en cualquier etapa de su desarrollo profesional. 

Al final de estos dos años de capacitación, los participantes que la realicen de forma completa recibirán una certificación o constancia de participación. 

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El CIMMYT en Expoceres 2022

En la edición 2022 de Expoceres, realizada del 24 al 26 de marzo en Los Mochis, Sinaloa, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) compartió el mensaje de la relevancia de adoptar prácticas agrícolas sustentables ante un contexto donde la variabilidad climática y los eventos geopolíticos y económicos hacen que los productores enfrenten serios obstáculos para que su actividad siga siendo rentable. 

Expoceres, que cuenta con una trayectoria de 28 años, es una de las exposiciones agrícolas más grandes del país y una oportunidad de “compartir conocimiento e innovación y buscar en conjunto la eficiencia y eficacia de las cadenas productivas, además de optimizar el recurso agua y mejorar los suelos”, señaló el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, durante la inauguración. 

En este sentido, el CIMMYT, reconocido como socio de conocimiento del Grupo Ceres, participó con una parcela demostrativa y una serie de talleres y conferencias orientadas a la promoción de las prácticas sustentables más adecuadas e innovadoras para el campo de Sinaloa y las agroecologías del norte del país. 

Para Grupo Ceres —dirigido por Guillermo Elizondo Collard—, igual que para el CIMMYT, la transferencia de tecnología y conocimiento es clave para la profesionalización del productor agrícola y para tener un campo más rentable y sustentable ante un escenario global donde se enfrentan retos como la inseguridad alimentaria y el conflicto. 

En este sentido, destacó la participación de Julie Borlaug, presidenta de la Fundación Borlaug, quien enfatizó en la necesidad de promover una #AgriculturaParaLaPaz y seguir fortaleciendo al sector con ciencia aplicada como la que desarrolla el CIMMYT, procurando que los resultados de la investigación lleguen a los productores de forma simple y efectiva.

Para acercar a los productores el conocimiento científico generado por el CIMMYT y sus colaboradores, “se impartieron talleres de mecanización adecuada, Agricultura de Conservación, microbiología aplicada a cultivos de importancia, entre otros temas. También se instaló un lote demostrativo de trigo y maíz, con densidades de siembra y sembrados bajo Agricultura de Conservación con rotaciones de cultivo, en este caso con sesbania”, puntualizó Carolina Cortez, coordinadora técnica del Hub Pacífico Norte del CIMMYT. 

Entre los temas abordados por los especialistas del CIMMYT en Expoceres 2022, destaca el de las semillas certificadas, que son esenciales para garantizar cosechas de calidad. De hecho, este también es el tema de la más reciente colaboración editorial de este centro internacional en Noticeres (Ed.66 / marzo 2022). Te invitamos a leer el artículo completo dando clic aquí. 

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Agricultura para la Paz, un mecanismo de cooperación internacional surgido en México

Agricultura para la Paz puede convertirse en un importante mecanismo de cooperación y con ello lograr una verdadera transformación de los sistemas de producción y consumo de alimentos a nivel global”, afirmó Martha Delgado, Subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México mediante un mensaje emitido durante la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules (REC 2022). 

Agricultura para la Paz es una iniciativa del Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Noruega, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversos colaboradores, surgida a raíz de la conmemoración del 50 Aniversario del Premio Nobel de la Paz otorgado en 1970 al doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del CIMMYT— por su trabajos de mejoramiento de trigo con agricultores e investigadores mexicanos, hecho que permitió salvar a millones de personas de la hambruna alrededor del mundo.

Se trata de un llamado a la acción y al impacto para evitar nuevas crisis alimentarias, una propuesta para transformar la agricultura en un instrumento de paz y desarrollo en todo el mundo en un momento en el que los conflictos, el cambio climático y la pandemia han hecho que el número de personas en riesgo de inanición aumente a más de 45 millones y el desplazamiento forzado global haya superado los 82 millones de personas”, expresó el doctor Bram Govaerts, Director General del CIMMYT, en el mensaje que incluyó intervenciones de representantes de las diversas organizaciones que impulsan la iniciativa. 

“El momento de trabajar juntos y de dar prioridad a la agricultura para construir una paz duradera es ahora. Hemos diseñado, ejecutado y afinado, a través de la colaboración entre Agricultura y el CIMMYT, estrategias de desarrollo sostenible con un enfoque sistémico que facilita la participación de los productores en cadenas de valor más integradas y eficientes. El CIMMYT, su vez, ha comenzado a aplicar y adaptar estas experiencias mexicanas en proyectos de desarrollo en otros países de África, Asia y América Latina. México se siente muy orgulloso de contribuir al codesarrollo de esta plataforma de innovación”, comentó el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de Agricultura. 

Un ejemplo del impacto internacional de Agricultura para la Paz son las colaboraciones con la Embajada de México en Kenia ―que fomenta la nixtamalización para reducir de 30 a 60% los niveles de contaminación por aflatoxinas, un problema de consideración en aquel país―, la Embajada de México en Etiopía ―donde el 87% de sus trigos vienen de germoplasma del CIMMYT y donde ahora se aprecian los beneficios del Maíz de Alta Calidad Proteica, desarrollado en México― y diversos proyectos en Malawi, Etiopía y Mozambique, donde se ha incrementado hasta 20% el rendimiento del maíz y hasta 135% el ingreso de los productores gracias a estos rendimientos. 

Destaca también el impacto positivo de Agricultura para la Paz en la relación bilateral México-Estados Unidos, donde el 70% de todas las variedades de trigo proviene del CIMMYT ―considerándose uno de los esfuerzos bilaterales más exitosos entre ambos países―. Además, el modelo de cooperación que se ha construido desde México, estrechamente ligado a la iniciativa, constituye una propuesta viable y pertinente para combatir la migración forzada y los efectos del cambio climático en la región.

Los voceros de Agricultura para la Paz recalcaron que México cuenta con la experiencia y con la excelencia científica de instituciones como el CIMMYT para promover y encabezar en el mundo un movimiento que contribuya a lograr una paz duradera desde la agricultura. Exhortaron a los embajadores y cónsules a convertirse en voceros que pueden compartir y hacer llegar el mensaje de la iniciativa a tomadores de decisión para contribuir invirtiendo en ciencia, conocimiento y acciones colaborativas.

La iniciativa Agricultura para la Paz es valiosa por su mirada transversal, apoyada en las capacidades de todas las personas que pueden y deben actuar con urgencia: desde los pequeños agricultores, mujeres y hombres en el ámbito de la ciencia y la tecnología, hasta los gobiernos en el mundo. México es una voz indispensable en esta lucha. La Agricultura para la Paz cuenta con nosotros, cónsules, embajadoras y embajadores de México, para promover esta visión y generar las condiciones adecuadas para lograr su plena instrumentación y el logro de sus objetivos”, concluyó Ulises Canchola, Embajador de México en Noruega. 

Te invitamos a ver el mensaje completo que Agricultura para la Paz presentó durante la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules, 2022.

 

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Un año promoviendo la paz a través de la Agricultura Sustentable

Texcoco, Edo. Méx.- Hace un año el Gobierno de México y diversos organismos nacionales e internacionales conmemoraron el 50 aniversario de la entrega del Premio Nobel de la Paz al doctor Norman Borlaug —uno de los fundadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—. En ese marco y, bajo la iniciativa #AgriculturaParaLaPaz, hicieron un llamado para impulsar la resiliencia del campo mexicano como vía para consolidar la paz social.

Durante este tiempo, Agricultura para la Paz mostró su potencial para sumar esfuerzos y así convirtió la metáfora en acción: además del Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Embajada de México en Noruega, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el CIMMYT y sus diversos colaboradores en México, a la iniciativa se sumaron diversas universidades, la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) de Guanajuato, otros centros del CGIAR —consorcio de centros de investigación internacionales al cual pertenece el CIMMYT—, así como Provivi®, la startup de innovación agroecológica liderada por la ganadora del Premio Nobel de Química en 2018, Frances Arnold.

En el fortalecimiento de Agricultura para la Paz también destacó la formulación de la Iniciativa Regional Integradora, AgriLAC Resiliente, la cual busca incrementar la resiliencia, servicios ecosistémicos y competitividad de los sistemas agroalimentarios en América Latina, aprovechando y potenciando diversas iniciativas del CGIAR presentes en la región. 

Agricultura para la Paz no pudo surgir en mejor momento porque, ante un escenario de incertidumbre debido a los efectos de la pandemia por COVID-19, formó parte de la respuesta y la estrategia de reconstrucción en un año tan decisivo para la humanidad como 2021.

La iniciativa promovió un mejor uso de la ciencia y la tecnología ante eventuales crisis alimentarias, así como una relación mucho más colaborativa entre científicos y agricultores para difundir con más facilidad los frutos de la investigación científica, aspecto clave para disminuir varias de las brechas sociales que amenazan la paz, sobre todo en el ámbito rural.

Mediante la alianza estratégica con Provivi®, por ejemplo, se pusieron a disposición de técnicos y productores innovaciones científicas amigables con el medioambiente —como los dispensadores de liberación prolongada de feromonas de confusión sexual—, fomentando así que los esfuerzos de todas las organizaciones participantes se centraran en uno de los espacios con mayor potencial para consolidar la paz social: el campo.   

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La paz la cultivamos juntos

Cosecha de trigo en la estación experimental El Batán en la sede del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés)
Cosecha de trigo en la estación experimental El Batán en la sede del CIMMYT. (Foto: Alfonso Cortés)

La paz no es simplemente la ausencia de guerra. La paz es un proceso social complejo y un concepto construido históricamente. La paz tiene que ver con la superación, con reducir o evitar todo tipo de violencias: físicas, culturales o estructurales. También con la capacidad de las sociedades para transformar los contextos adversos, siempre que sea posible, en oportunidades de creación colectiva y de diálogo, de cambio e innovación, de adaptación e intercambio.

Lograr la paz, y mantenerla, es tan fundamental para la seguridad alimentaria, como la seguridad alimentaria lo es para una convivencia en paz. Donde hay conflicto los medios de vida se ven amenazados y la hambruna es una posibilidad siempre latente. También se han documentado situaciones a la inversa, donde la escasez de alimentos contribuye a crear ambientes hostiles y, eventualmente, conflictos.

Todas las sociedades tienen en su historia algún antecedente de conflicto. Algunas, lamentablemente, experimentan actualmente alguno. Esto reafirma la urgencia de transitar a una cultura de paz donde, además de aprender a vivir juntos y construir soluciones juntos, se aprenda a reconstruir el tejido social justo desde sus cimientos. Esto es, cultivar la paz.

Cultivar la paz no es simplemente una metáfora, implica girar los reflectores hacia uno de los espacios con mayor potencial para consolidar la paz social: el campo, el lugar donde el conflicto, la migración y el cambio climático erosionan los medios de vida de la población y, en consecuencia, su tejido social.

¿Cómo consolidar la paz desde la agricultura? La iniciativa #AgriculturaParaLaPaz es un ejemplo de que a través de la ciencia colaborativa y la suma de esfuerzos y voluntades entre los sectores público, privado, social y académico se pueden desarrollar proyectos y colaboraciones encaminados a este propósito.

La paz en movimiento

#AgriculturaParaLaPaz surge en el marco de la conmemoración del 50 aniversario del Premio Nobel de la Paz entregado al doctor Norman Borlaug — uno de los fundadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con sede en México — por salvar millones de vidas de la hambruna gracias a sus trabajos de mejoramiento en trigo. Se trata de una iniciativa impulsada por el Centro Nobel de la Paz, la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y el CIMMYT.

Recientemente nuevos actores se han sumado a esta iniciativa, que impulsa la agricultura sustentable como una de las vías para lograr sociedades pacíficas.

Destaca la formulación de la Iniciativa Regional Integradora, AgriLAC Resiliente, la cual busca incrementar la resiliencia, servicios ecosistémicos y competitividad de los sistemas agroalimentarios en la región de Latinoamérica y el Caribe, aprovechando y potenciando diversas iniciativas del CGIAR, el consorcio de centros internacionales de investigación al cual pertenece el CIMMYT.

También sobresale la alianza estratégica con la startup de innovación agroecológica Provivi, cuyas innovaciones científicas amigables con el medioambiente ya se están integrando a las diversas estrategias de manejo agroecológico de plagas que promueven el CIMMYT y sus colaboradores.

También se han unido a la iniciativa la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato y diversas universidades.

Todo esto suma a la construcción de una #AgriculturaParaLaPaz.