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Prácticas de conservación del suelo suman a la preservación de acuíferos

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los acuíferos sobreexplotados indican el uso no sustentable de las aguas subterráneas y representan un riesgo para el abasto humano y de las actividades agropecuarias e industriales de las regiones en donde se encuentran, pudiendo elevar los costos de extracción del líquido e incluso ocasionar hundimientos del terreno.

El acuífero de Calera, en Zacatecas, está considerado uno de los más sobreexplotados. Reportes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) muestran que tan solo en 2021 de ese acuífero se extrajeron un poco más de 162 mil millones de litros de agua —162.47 hm3 (hectómetros cúbicos)—, pero solo se recargó 56% de esa cantidad —91.1 hm3—.

Para contribuir a la preservación y manejo sustentable del acuífero de Calera, recientemente se puso en marcha el proyecto Aguas Firmes, impulsado por el Grupo Modelo y la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), con la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas. 

En el caso de la iniciativa Aguas Firmes, la Agricultura Sustentable es fundamental para la preservación y manejo de los acuíferos. La razón es muy sencilla: sin suelos sanos el agua de lluvia difícilmente podría infiltrarse y alimentar a los acuíferos. Por esto, el CIMMYT promueve la adopción de prácticas sustentables basadas en Agricultura de Conservación: el ciclo pasado fueron 562 hectáreas en las que se implementaron prácticas sustentables, este ciclo ya son cerca de mil hectáreas y se espera alcanzar las cuatro mil en futuros ciclos. 

¿Qué prácticas y tecnologías son las que se están promoviendo de forma específica? Alberto Cabello —gerente del Hub INGP del CIMMYT— y Julio César González —técnico de Aguas Firmes—, comentan que entre los productores que recién se acercan a la Agricultura Sustentable se están fomentando inicialmente acciones de acondicionamiento del predio y fertilidad integral, con recomendaciones basadas en diagnósticos de suelo. 

Dentro del proyecto incluimos la posibilidad de apoyar agricultores, al menos 120, con el costo del análisis de suelo para hacer un programa de nutrición enfocado a una meta de rendimiento porque muchos fertilizan sin tener una base del por qué toman la decisión de usar determinada cantidad de fertilizante”, señala Alberto Cabello. 

“El elevado costo de los fertilizantes ha sensibilizado al agricultor en la importancia de basar su aplicación en una base técnica. A partir de ahí se han implementado otras prácticas como el manejo agroecológico de plagas —enfoque que ha tenido un efecto positivo en las hortalizas donde ya se presentaban fuertes problemas fitosanitarios que orillaban a los productores a buscar nuevas parcelas constantemente—”, comenta Julio César. 

“También se han promovido mejores arreglos topológicos —la disposición de las plantas en el terreno—. El ciclo pasado se movilizaron unas sembradoras del CIMMYT hacia la zona. Aquí es común que se siembre al voleo —arrojando la semilla a puñados por el aire—, lo que demanda mucha semilla y agua, a diferencia de la siembra en hileras con la cual algunos productores han reducido a la mitad las horas de riego. Eso se refleja además en el pago de la luz —necesaria para la extracción del agua—”, comenta Alberto Cabello.

“El proyecto incluye todo un sistema de nivelación láser para optimizar el riego y el drenaje del terreno. Inicialmente el CIMMYT trasladó dos niveladoras láser. Estas permitieron mostrar a los agricultores cómo funciona la tecnología y, gracias al proyecto, ya fue posible incorporar una niveladora láser adicional”, agrega el gerente del Hub INGP del CIMMYT.

Algunos productores que han decidido explorar más allá han hecho siembra directa —sobre los residuos de cosecha del ciclo anterior—, observando amplios beneficios: “no aplicaban tanta agua y todavía se mantenía húmedo el suelo cuando sembraron sobre rastrojo de cebada”, comenta Alberto Cabello, quien agrega que el proyecto contempla un “programa de manejo de rastrojos, el cual busca construir la fertilidad del suelo además de una nutrición exacta del cultivo para buscar así rendimientos superiores”. 

En esta zona de Zacatecas donde la precipitación pluvial es baja, este tipo de prácticas permite aprovechar al máximo la poca agua disponible. Así, combinando Agricultura de Conservación, tecnificación del riego (riego por goteo) y otras prácticas como las descritas, entonces el ahorro de agua y el aprovechamiento de los recursos es mucho mayor. 

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La importancia de los acuíferos y su gestión sustentable

Los acuíferos son formaciones subterráneas naturales que absorben y almacenan el agua de lluvia. De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), alrededor del 70% del agua que se utiliza en las ciudades y el agua de riego que se usa en un poco más de la tercera parte de la superficie agrícola del país proviene de acuíferos. 

Aguas Firmes es uno de los proyectos más relevantes que actualmente se desarrollan en México para la preservación y manejo del agua de los acuíferos. Es impulsado por Grupo Modelo, la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sustentable (GIZ), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y diversas organizaciones públicas y privadas que están uniendo esfuerzos para mejorar la sustentabilidad hídrica de los acuíferos de Calera en Zacatecas y Apan en Hidalgo.

Los de Calera y Apan son dos de los acuíferos más sobreexplotados en el país (de los 653 existentes, se considera que 105 están sobreexplotados). Así que mejorar la sustentabilidad del agua proveniente de estos acuíferos no es una tarea menor. De hecho, es una tarea colosal y por ello el proyecto Aguas Firmes contempla entre sus pilares la Agricultura Sustentable. 

La agricultura es importante para la recarga de acuíferos no solo porque gran parte de las extracciones de estas reservas de agua es para riego agrícola, sino por el tema del suelo: los acuíferos se alimentan con el agua de lluvia, pero esta no pasa directamente a los acuíferos, lo hace a partir del suelo que permite su infiltración. Lamentablemente, años de prácticas inadecuadas han hecho que gran parte de los suelos agrícolas del país disminuyan drásticamente su capacidad de infiltrar agua.  

La promoción de la Agricultura Sustentable es clave entonces para optimizar el consumo de agua y para mejorar la capacidad de infiltración de los suelos. En el caso de Calera, Zacatecas, los retos son grandes porque las prácticas convencionales que prevalecen no solo afectan la salud del suelo, sino que muchas veces disminuyen la rentabilidad de los cultivos. 

En Calera una parte considerable de la superficie agrícola se siembra con hortalizas. El manejo que prevalece, en general, es uno donde “subsolean, barbechan o voltean y luego rastrean, pasan destorrenadores varias veces y prácticamente mullen el suelo, lo pulverizan completamente al pasar rotavatores (máquinas que pulverizan el suelo), así forman camas mullidas y sin terrones prácticamente. Después todavía pasan una máquina marcadora. Esto además es mucha mano de obra. En cultivos como el ajo o el chile son entre 100 y 120 jornales por hectárea por ciclo”, comenta Julio César González, colaborador del CIMMYT para el proyecto. 

En contraste con este exceso de movimientos que destruye la estructura del suelo (y que en el caso de las hortalizas ha contribuido a que crezcan los problemas de sanidad vegetal), Aguas Firmes promueve la mínima labranza (uno de los componentes básicos de la Agricultura de Conservación) para recuperar dicha estructura, pero esto también contribuye a mejorar la rentabilidad.

Los productores locales traen unos costos de producción promedio de unos $26,000 por hectárea de maíz, con rendimiento promedio de entre ocho y nueve toneladas. Esto con labranza convencional. El año pasado, con la Agricultura de Conservación que estamos fomentando, tuvimos un costo de producción de $17,000 y un rendimiento de nueve toneladas; es decir, una rentabilidad mayor que de forma convencional. Por esto y por optimizar el consumo de agua es que migrar hacia Agricultura de Conservación es lo que nos llevaría por mucho a cumplir los objetivos del proyecto”, señala Julio César. 

Migrar hacia sistemas de producción agrícola más eficientes está permitiendo avanzar en el largo camino para la gestión sustentable de acuíferos. Una de las ventajas que ofrece el proyecto es que las soluciones que propone no son recetas universales, sino una gama amplia de prácticas sustentables que se pueden adaptar a las más diversas condiciones. 

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Agriba Sustentable en El Bajío

El incremento de los costos de los insumos agrícolas en los recientes periodos ha conducido a muchos agricultores a buscar alternativas que hagan más eficiente sus prácticas agrícolas y les permitan lograr una alta productividad, pero también cada vez son más los productores que buscan lograr una producción sustentable.

La Agricultura de Conservación es un sistema de producción sustentable —donde al menos el 30% del rastrojo de la cosecha anterior queda disperso en forma de cobertura sobre la superficie del suelo para que en el siguiente ciclo la siembra se realice sobre el rastrojo— que favorece las propiedades biológicas del suelo y contribuye a que aumente la tolerancia de los cultivos a la incidencia de plagas y enfermedades.

El proyecto Agriba Sustentable es una alianza estratégica entre PepsiCo México, Grupo Trimex y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) que nace con el propósito de impactar positivamente y de manera directa a los productores de trigo del Bajío mexicano, particularmente en los estados de Guanajuato y Michoacán.

La adopción de prácticas y tecnologías sustentables propuestas por el CIMMYT —con la Agricultura de Conservación como pilar— permite que los productores disminuyan de manera considerable la erosión sus suelos, al tiempo que favorecen la biodiversidad y la fertilidad de este. Esto es importante porque la regeneración del suelo es el componente principal y el punto de partida que detona un efecto en cadena cuyo resultado final se traduce en mayor rendimiento de grano, pero con menor costo de producción en comparación con las prácticas agrícolas convencionales. 

Los productores que ya trabajan bajo este sistema de producción enfatizan que, si bien para ellos uno de los aspectos más importante es el ahorro en costos de producción, las prácticas realizadas a través de la capacitación y el acompañamiento técnico que reciben a través del proyecto les están permitiendo lograr un mayor rendimiento y una mayor rentabilidad, pero también les está mostrando que a través de estas innovaciones ellos están contribuyendo con cuidado del medioambiente, por ejemplo, al reducir el uso de maquinaria y combustible agrícola.

El proyecto Agriba Sustentable va más allá de realizar solo un laboreo mínimo del suelo. Contempla un gran número de prácticas y tecnologías que se pueden adecuar al sistema particular de cada parcela y cada productor. El uso de microorganismos benéficos como modo de acción y prevención efectiva contra organismos fitopatógenos es un ejemplo. 

En beneficio a los productores de El Bajío, Agriba Sustentable busca escalar de manera progresiva a más territorio y productores para que adopten las tecnologías propuestas para sus parcelas y así encaminar a los productores hacia una más alta rentabilidad sin perder de vista la sustentabilidad y el cuidado del suelo agrícola.

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La Agricultura Sustentable, una prioridad para Sinaloa

El pasado 5 de noviembre la sede global del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), en Texcoco, Estado de México, recibió la visita del diputado Serapio Vargas Ramírez, Presidente de la Comisión de Asuntos Agropecuarios del Congreso de Sinaloa, y del ingeniero Jesús Vega Acuña, asesor y político sinaloense con una amplia experiencia en asuntos agropecuarios. 

El objetivo de la visita fue conocer las diversas prácticas y acciones que desarrolla el CIMMYT, susceptibles de impulsarse o replicarse en Sinaloa a fin de acelerar la transición de ese estado hacia una Agricultura Sustentable, partiendo además de una visión de suma de esfuerzos para potenciar el trabajo que ambas partes desarrollan ya en la entidad. 

De acuerdo con el diputado Serapio Vargas, en Sinaloa hay interés para desarrollar políticas públicas que impulsen el desarrollo de los productores, en particular de los pequeños productores de las zonas de temporal. Por otro lado, también hay interés, manifestó el diputado, de impulsar la producción sustentable de maíz amarillo y de hacer simbiosis con instituciones como el CIMMYT para crear y consolidar una productora estatal de semillas. 

El CIMMYT, a través de la iniciativa MasAgro-Cultivos para México, ha impulsado el desarrollo de una red de semilleros y de nuevas variedades de semillas de alto rendimiento y con capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático, las cuales comercializan más de 70 pequeñas y medianas empresas semilleras que participan en la iniciativa que se desarrolla junto con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS) y otras organizaciones.

En Sinaloa se cuenta ya un laboratorio de genética que podría contribuir al propósito de formar una semillera estatal que ofrezca y garantice semillas con el mismo nivel de competencia y productividad que las ofertadas por las grandes semilleras, comentó el diputado Vargas, quien se reunió con científicos del Banco de Germoplasma que alberga el CIMMYT, donde más del 80% de la colección que se tiene resguardada corresponde a maíz nativo. De Sinaloa, en particular, la colección es de alrededor de 300 accesiones —lotes de semillas que se recogieron en un lugar determinado y en un momento específico—, siendo muchas de estas de razas puras.

Por su parte, la maestra Tania Casaya, gerente del Hub Valles Altos del CIMMYT, comentó que a través de la red de semilleros de MasAgro-Cultivos para México se impulsan también mejores prácticas agrícolas pues los buenos resultados no se obtienen solamente de semillas mejoradas, sino también de prácticas adecuadas y sustentables, comentó, añadiendo que el CIMMYT está en la mejor disposición de colaborar en el desarrollo de acciones que favorezcan a los productores mexicanos y de contar con alianzas y colaboraciones de todos los sectores para mantener la investigación, impulsar el recambio varietal de semillas y otros temas pendientes para consolidar una industria semillera nacional. 

Finalmente, el diputado Serapio Vargas y el ingeniero Jesús Vega coincidieron en la importancia de promover mejores prácticas agrícolas que permitan a la vez conservar los recursos naturales y mitigar los efectos del cambio climático. En ese sentido, manifestaron su interés por continuar y mantener la vinculación con el CIMMYT a fin de impulsar la Agricultura Sustentable en Sinaloa. 

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El importante papel de la agroindustria en la seguridad alimentaria

De acuerdo con el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, divulgado por las Naciones Unidas, la crisis económica derivada en gran parte de la pandemia por COVID-19 detonó uno de los mayores aumentos del hambre en el mundo en décadas, haciendo que el número de personas subalimentadas en 2020 ascendiera a 811 millones, esto es, cerca de la décima parte de la población mundial.

“En nuestra región y el resto del mundo vemos cada vez más personas en estado de vulnerabilidad con algún tipo de carencia alimentaria, y, con la llegada de la pandemia, esta situación se magnificó. (…) Desde nuestra trinchera, nuestras armas más poderosas para aportar a reducir la inseguridad alimentaria en los distintos países donde operamos son la estrategia de responsabilidad social global llamada Mejores Días y nuestras alianzas clave”, refiere Nicolás Amaya, presidente de Kellogg Latinoamérica en un artículo recientemente publicado por Forbes. 

En el artículo, Nicolás Anaya enfatiza en el papel decisivo de la agroindustria en la lucha contra el hambre y destaca el proyecto de Apoyo al Abastecimiento Responsable que impulsa Kellogg en conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con el cual se impulsa a que los agricultores produzcan de forma sostenible maíces amarillos. 

Apoyo al Abastecimiento Responsable se desarrolla en diversos puntos del norte del país y de El Bajío. Actualmente está beneficiando a unos 400 agricultores quienes están implementando prácticas de Agricultura Sustentable en más de 6,000 hectáreas de tierra. Esos productores han logrado, a partir de las prácticas sustentables, tener una rentabilidad del 36% y se espera, en una segunda etapa del proyecto, impactar en mil familias de productores y cubrir más de 20 mil hectáreas donde se producirán más de 190 toneladas de maíz amarillo de forma sustentable. 

Además, al cultivar grano de alta calidad se está logrando producir más con menos agua. También se está haciendo un uso idóneo de los productos para tratamiento de semillas y control de plagas y malezas, y se ha logrado disminuir en un 23% la emisión de CO2 a la atmósfera. 

Con esta y otras iniciativas, Kellogg busca contribuir significativamente a los esfuerzos para lograr la seguridad y la autosuficiencia alimentaria de México y otros países donde tiene presencia. Te invitamos a leer el artículo completo en: https://www.forbes.com.mx/ad-kellogg-el-gigante-que-contribuye-a-la-seguridad-alimentaria/

Con información de Forbes Content.

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MasAgro Guanajuato en la Expo Agroalimentaria 2021

Irapuato, Gto.- Con más de 800 expositores nacionales e internacionales y una afluencia promedio de 120 mil visitantes en cada edición, la Expo Agroalimentaria Guanajuato —realizada este año del 9 al 12 de noviembre— es uno de los foros más importantes del sector a nivel nacional e internacional. En su edición 2021, este espacio también fue la sede del Foro Global Agroalimentario 2021, organizado por el Consejo Nacional Agropecuario (CNA). 

“Estos dos grandes eventos significan mayores oportunidades para concretar negocios y sobre todo para conocer lo último en tecnología y conocimientos que están cambiando la forma en que en el mundo se producen, comercializan y distribuyen los frutos de nuestra tierra. Son dos eventos plenos de innovación, desarrollo y conocimientos”, comentó Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador de Guanajuato, agregando que “en tres décadas, Guanajuato ha pasado de ser una economía agrícola a una potencia agroindustrial y eso ha sido posible también por las 26 ediciones de la Expo Agroalimentaria. En esta evolución mucho le debemos a la visión del futuro y a la alimentación del conocimiento de esta exposición”.

Acompañando al gobernador del estado, durante el acto inaugural estuvieron presentes Juan Cortina Gallardo, Presidente de CNA; Paulo Bañuelos Rosales, titular de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) de Guanajuato; así como representantes de diversas organizaciones nacionales e internacionales participantes, entre ellas el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), institución de investigación que brinda soporte científico a MasAgro Guanajuato, programa de la SDAyR a través del cual el gobierno del estado promueve una agricultura de alta productividad con sustentabilidad. 

Con respecto a la sustentabilidad como uno de los ejes de la Expo Agroalimentaria, el doctor Víctor Villalobos Arámbula, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, enfatizó mediante un mensaje vía remota que “la única opción disponible para alimentar a la población en el futuro es incrementar la productividad y la eficiencia del sistema agroalimentario. Nos enfrentamos al reto de que de que las prácticas usadas en la producción de alimentos tienen un impacto negativo considerable en los recursos naturales. Ante estos retos es necesaria una transformación del sistema porque de un total de 3,510,361 unidades de producción que practican la agricultura a cielo abierto en México, menos de 20% practican Agricultura de Conservación, que es una tecnología de alto impacto potencial en la sustentabilidad de la agricultura”. 

El titular de la SDAyR, Paulo Bañuelos Rosales, visitó el stand y parcela demostrativa de MasAgro Guanajuato, donde se estuvieron promoviendo prácticas de Agricultura de Conservación y otras innovaciones sustentables asociadas, como el Manejo Agroecológico de Plagas que es una alternativa para la producción saludable de alimentos; los cultivos de servicio para el mejoramiento natural del suelo; prácticas de fertilidad integral para hacer un uso adecuado de los insumos; el diseño e instalación de riego por goteo; la estrategia Cosechando Agua para aprovechar dicho recurso en temporal y desde la siembra hasta la cosecha; y la estrategia Reto Rastrojo, que promueve el aprovechamiento de los residuos agrícolas para evitar quemas agrícolas, reducir costos de producción y mejorar el sistema de producción en general. 

Parcela demostrativa de MasAgro Guanajuato

La Agricultura de Conservación es un sistema sustentable que permite obtener altos rendimientos: “estamos hablando de 18 toneladas de maíz por hectárea con un ahorro en costos de aproximadamente 30%. También estamos exhibiendo variedades de frijol y nuevas variedades de trigo que estamos trabajando con el INIFAP Campus Bajío. Son variedades de trigo harinero aptas para El Bajío y para la industria. Así mismo, estamos exhibiendo maquinaria especializada para Agricultura de Conservación que se ha hecho gracias a la colaboración de MasAgro Guanajuato con empresas como Sembradoras del Bajío y Sembradoras Dobladenses”, comentó Amador Aguillón, de MasAgro Guanajuato. 

Hasta el stand y parcela demostrativa de MasAgro Guanajuato acudieron productores, estudiantes de agronomía y carreras afines, así como técnicos, empresarios y funcionarios provenientes de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Michoacán y otros estados. El alcalde de La Piedad, Michoacán, Samuel Hidalgo Gallardo, por ejemplo, asistió con un grupo de productores para fomentar la innovación en su municipio mediante las tecnologías promovidas por el programa de la SDAyR con asesoría científica del CIMMYT, MasAgro Guanajuato.

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Científicos unen la teoría y la práctica para aumentar la resistencia climática del trigo

La última década ha sido considerada la más cálida de la historia y se prevé que las temperaturas mundiales aumenten hasta 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales en 2050, por lo que los cultivos alimentarios básicos del mundo están cada vez más amenazados.

Un nuevo estudio publicado este mes en la revista Journal of Experimental Botany describe cómo los investigadores del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y sus colaboradores están impulsando la resiliencia climática del trigo mediante potentes herramientas de teledetección, genómica y análisis de macrodatos. Los científicos están combinando múltiples enfoques para explorar la diversidad sin explotar los recursos genéticos del trigo y ayudar a seleccionar mejores progenitores y progenie en el mejoramiento genético.

El estudio, redactado por un equipo de 25 científicos del CIMMYT, la Universidad Agrícola de Henan, la Universidad de Adelaida y la Iniciativa del Trigo, también describe cómo se puede aprovechar esta investigación a nivel mundial para acelerar la resiliencia climática de los cultivos básicos.

«Una de las ventajas de comprender el estrés abiótico a nivel de la fisiología vegetal es que muchas de las mismas herramientas y métodos pueden aplicarse a una serie de cultivos que se enfrentan a problemas similares», dijo el autor principal y fisiólogo de trigo del CIMMYT, Matthew Reynolds.

El estrés abiótico, como las temperaturas extremas y la sequía, puede tener efectos devastadores en el crecimiento y el rendimiento de las plantas, lo que supone un enorme riesgo para la seguridad alimentaria.

Aprovechamiento de la investigación en una red mundial de mejoramiento de trigo para la resiliencia climática: brechas en la investigación, objetivos interactivos y resultados.
Aprovechamiento de la investigación en una red mundial de mejoramiento de trigo para la resiliencia climática: brechas en la investigación, objetivos interactivos y resultados.

Cómo abordar las brechas de la investigación

Los autores identificaron nueve brechas de investigación clave en los esfuerzos para impulsar la resiliencia climática en el trigo, incluyendo la limitada diversidad genética para la resistencia climática, la necesidad de estrategias más inteligentes para apilar rasgos y abordar el cuello de botella entre la investigación vegetal básica y su aplicación en el mejoramiento.

Basándose en una combinación de los últimos avances de la investigación y de métodos de mejoramiento genético de eficacia probada, los científicos están desarrollando estrategias para subsanar estas deficiencias. Éstas incluyen:

  • Utilizar el análisis de macrodatos para comprender mejor los perfiles de estrés en los entornos objetivo y diseñar líneas de trigo con rasgos adecuados de adaptación al calor y la sequía.
  • Exploración de los recursos genéticos del trigo para el descubrimiento de nuevos rasgos y genes y su uso en el mejoramiento genético.
  • Acelerar las ganancias genéticas mediante técnicas de selección que combinen la fenómica con la genómica.
  • La búsqueda de nuevas ideas y tecnologías procedentes del mundo académico y su comprobación en situaciones reales de mejoramiento genético.

Estas estrategias se probarán a fondo en el Hub de HeDWIC en condiciones de cultivo realistas y posteriormente se difundirán a otros programas de cultivo de trigo de todo el mundo que se enfrentan a retos similares.

Un factor que influye bastante en el éxito y la aceleración de las tecnologías de resistencia climatica, según Reynolds, es la brecha existente entre la investigación de descubrimientos teóricos y la mejora de los cultivos en el campo.

«Muchas grandes ideas sobre cómo mejorar la resiliencia climática de los cultivos se acumulan en la literatura, pero a menudo permanecen ‘en las oficinas’ porque el espacio de investigación entre la teoría y la práctica se encuentra, entre el radar del mundo académico y el de los fitomejoradores», explicó Reynolds.

La investigación traslacional —esfuerzos por convertir los conocimientos básicos de la investigación vegetal en aplicaciones prácticas para el mejoramiento de los cultivos— representa un vínculo necesario entre el mundo de los descubrimientos fundamentales y los campos de los agricultores, y pretende salvar esta brecha.

Pasos principales de la investigación para traducir tecnologías prometedoras en ganancias genéticas (resumen gráfico, adaptado de Reynolds y Langridge, 2016). Reproducido bajo licencia CC BY-NC-ND.
Pasos principales de la investigación para traducir tecnologías prometedoras en ganancias genéticas (resumen gráfico, adaptado de Reynolds y Langridge, 2016). Reproducido bajo licencia CC BY-NC-ND.

Los impactos de esta investigación, llevada a cabo en el marco de HeDWIC —un proyecto dirigido por el CIMMYT en colaboración con expertos de todo el mundo— se validarán a escala mundial a través de la Red Internacional de Mejoramiento del Trigo (IWIN, en inglés), con el potencial de llegar al menos a la mitad de la superficie mundial de cultivo de trigo.

Los resultados beneficiarán a los mejoradores e investigadores pero, sobre todo, a los agricultores y consumidores de todo el mundo que dependen del trigo para su sustento y su dieta. El trigo representa alrededor del 20% de todas las calorías y proteínas humanas, lo que lo convierte en un pilar de la seguridad alimentaria. Para unos 1.500 millones de personas de escasos recursos, el trigo es su principal alimento básico diario.

Con la previsión de que la población mundial aumente hasta casi diez mil millones en 2050, se prevé que la demanda de alimentos aumente con ella. Esto es especialmente cierto en el caso del trigo, ya que es un cultivo versátil tanto en términos de dónde puede crecer como de sus muchos usos culinarios e industriales. Sin embargo, los actuales aumentos de rendimiento del trigo no satisfarán la demanda de 2050 a menos que se tomen medidas serias. La investigación traslacional y la mejora genética estratégica son elementos cruciales para garantizar que la investigación se traduzca en rendimientos más altos y estables que permitan afrontar estos retos.

Lea el estudio completo:
Aprovechamiento de la investigación traslacional en trigo para la resiliencia climática

Foto de portada: Campos de trigo en las estaciones experimentales del CIMMYT cerca de Ciudad Obregón, Sonora, México. (Foto: M. Ellis/CIMMYT)

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Reconocen la innovación agrícola sustentable en Guanajuato

Celaya, Gto.- Este 19 de octubre se realizó la primera entrega de Reconocimientos a la Innovación para una Agricultura Sustentable, otorgados en el marco de ocho años de operación del programa MasAgro Guanajuato —de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR) y el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT)—, el cual articula los esfuerzos de más de 110 instituciones y organizaciones de los sectores público, privado, social y académico presentes en el estado.

La ceremonia, desarrollada en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Roque, contó con la participación del maestro Manuel de Jesús Quiroz Sicairos, director de esa casa de estudios; el doctor Jelle Van Loon, representante del CIMMYT para América Latina; el ingeniero Erick Ortiz Hernández, gerente del Hub Bajío del CIMMYT; el ingeniero Rito Vargas Varela, subsecretario para el Desarrollo y la Competitividad Agroalimentaria, en representación de Paulo Bañuelos Rosales, titular de la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural (SDAyR); así como el ingeniero Rafael Castillo Bermúdez, encargado de la Representación de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en Guanajuato, y autoridades municipales de Celaya, Valle de Santiago, Tarimoro, Salvatierra y Ocampo.

En palabras del ingeniero Erick Ortiz, “estos ocho años de trabajo conjunto entre el CIMMYT y el gobierno del estado han permitido que MasAgro Guanajuato impacte positivamente en más de 150 mil hectáreas de las 450 mil que se siembran de granos básicos en Guanajuato. En esta superficie ya se implementa alguna de las innovaciones que promovemos de manera conjunta y esto se traduce en mejores rendimientos e ingresos, pero también en un mejor cuidado de los recursos”. 

Por su parte, el ingeniero Rito Vargas comentó que a través de los esfuerzos conjuntos de MasAgro Guanajuato “muchos productores han visto los resultados de hacer una Agricultura Sustentable. Se han logrado incrementar los rendimientos, se ha logrado incrementar la productividad, pero cuidando los suelos, el agua, el entorno”. Dirigiéndose a los productores que han optado por las prácticas sustentables, enfatizó que “son sus testimonios los que motivan a otros productores, y por eso les pido a nombre de la SDAyR que sigamos sumando esfuerzos y sigamos invitando a más productores a que se sumen a estos modelos de Agricultura Sustentable”.

“Para mí es un honor el recibir este reconocimiento por haber adoptado la Agricultura de Conservación, sistema que en lo personal practico desde hace seis años cuando inicié mi participación en MasAgro Guanajuato. Este sistema nos aporta beneficios sociales y económicos porque me han mejorado la eficiencia en la producción, ahorro de tiempo, reducción de costos y mayor producción con menos insumos; también beneficios agronómicos porque se ha mejorado la productividad del suelo, aumentando la materia orgánica y la conservación del agua; beneficios ambientales como reducir la erosión, aumento de la biodiversidad y la retención de carbono. Por ello invito a más productores a que se informen, a que acudan a los eventos de MasAgro Guanajuato”, expresó el productor Roberto Alanís, uno de los productores reconocidos. 

Cabe mencionar que en esta primera edición se otorgaron reconocimientos en las categorías de productores, organizaciones de productores, técnicos y colaboradores, cuyo compromiso y resultados son el testimonio de cómo el menú tecnológico del programa ha permitido que en el más reciente ciclo productivo, por ejemplo, se produjera en promedio 7% más que con prácticas convencionales. Esto se tradujo en un incremento en la utilidad cercano al 14%, es decir, un poco más de dos mil pesos de ingresos adicionales por hectárea para los productores.

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Sus suelos se estaban acabando, ahora son un ejemplo de productividad y sustentabilidad

El productor Clemente Mora (derecha) y el técnico Eduardo Gaspar Medellín (izquierda). (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)
El productor Clemente Mora (derecha) y el técnico Eduardo Gaspar Medellín (izquierda). (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)

“Mirábamos que los suelos se nos estaban acabando. Cada año era más gasto porque cada ciclo era «échenle esto, y échenle esto otro», pero el problema era que no teníamos suelos, qué nos ganábamos con echarle cosa y media si no había suelos”, son palabras del señor Clemente Mora para ilustrar el proceso de deterioro de sus tierras debido a años de labranza convencional con continuo movimiento del suelo y considerables cantidades de agroquímicos. 

El señor Clemente Mora y su hijo, Arturo, son productores de maíz de San José, municipio de Ixtlahuacán del Río, Jalisco. Ellos participan en el proyecto Abastecimiento Responsable, competitivo y sustentable de ingredientes de calidad que impulsa Grupo Bimbo con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT). A través de este proyecto se fomentan prácticas sustentables para regenerar los suelos y conservarlos, dándole valor a la producción sustentable a fin de mejorar las condiciones de vida de los productores.  

El señor Clemente tiene más de 22 años de experiencia como productor y lleva alrededor de 10 años de cultivar haciendo mínima labranza: “A esto llegamos por los costos de producción. Se nos incrementó el diésel y con el ganado y el tipo de labranza se nos acabaron los suelos. Yo aprendí de mi hijo Arturo. Fue por insistencia de él que empezamos con prácticas de conservación. Antes el rastrojo era basura, nos estorbaba, pero ahora ya estamos muy metidos en esto”, comenta el productor. 

“Actualmente estamos trabajando rotación de chía y maíz. La chía se siembra directo, sin disquear ni nada. Y con el maíz estamos usando una desmenuzadora para picar el rastrojo y que quede sobre la superficie, eso ayuda a que cuando llueve el agua no se nos vaya. El otro día aquí nos llovió dos pulgadas, una buena cantidad, y teníamos la sensación de que ahora sí iba a salir agua de la parcela, así que vinimos a ver y ni una gota, ni una gota salió, el suelo retuvo toda el agua. Y son suelos que tienen tres, cuatro años que no se mueven. En cambio, con los vecinos que sí prepararon la tierra, que sí la movieron, ahí está el agua saliendo. El año pasado, de hecho, aunque fue muy malo en lluvias, nosotros tuvimos rendimientos de 12 toneladas por hectárea”. 

Además de conservar suelos y agua, las prácticas sustentables que implementan los productores que participan en el proyecto con Grupo Bimbo y el CIMMYT están orientadas a optimizar todo el sistema de producción: “En cero labranza es donde hemos tenido nuestros mejores rendimientos. La idea de este año es llegar a las 100 toneladas en esta parcela de 7 hectáreas. Estamos comparándola con un retazo de parcela donde sí se mueve el suelo, pero creo que no va a llegar porque los rendimientos con cero labranza andan de igual a un poco más que donde sí se mueve el suelo”, comenta el señor Clemente.  

Otra de las ventajas de producir sustentablemente es que los costos de producción se reducen: “Ahorita estábamos haciendo la cuenta de que un vecino hace tres pasos de rastra de $800 a $900 por paso, más dos paso de subsoleo que sale de $1,000 a $1,200. Hicimos la cuenta de que eran aproximadamente como $5,000 por hectárea. Es una maquila no cara, no barata, sino promedio, pero con esta Agricultura de Conservación que hacemos nada de eso es necesario”, cuenta don Clemente. 

Parcela del productor Clemente Mora. (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)
Parcela del productor Clemente Mora. (Foto: Eduardo Gaspar Medellín)

Convencido de los beneficios de la producción sustentable, el señor Clemente inició su propia biofábrica de microorganismos con los que complementa su sistema de producción. Su intención, comenta, es apostar por una producción de mayor calidad y con menor impacto ambiental que sirva como ejemplo para otros productores: “Aquí hay productores que siguen cultivando igual que antes, es gente que tiene ganado y dice «yo cómo voy a perder mi rastrojo si tengo mi ganado» y ni siquiera se arriman a ver qué estamos haciendo, pero hay otros que sí preguntan, así ojalá cada vez haya más personas interesadas en este tipo de agricultura”, comenta. 

Don Clemente y su hijo Arturo siguen abiertos a nuevos aprendizajes y, de la mano del continuo acompañamiento técnico que les ofrece el proyecto, siguen optimizando su sistema de producción. Actualmente tienen una población total de 85,500 plantas por hectárea en promedio. El 87% tiene de esas plantas tiene dos mazorcas (efecto de cuateo), lo que es muy bueno y difícil de conseguir. Estos resultados son muy positivos porque los convierte en un referente para otros productores de la zona y, además, se rompe la idea generalizada de que la Agricultura Sustentable no es productiva. 

Con respecto a la comercialización, el productor comenta que antes de participar en el proyecto de Grupo Bimbo y el CIMMYT, “la producción se la entregábamos a una acopiadora, luego a un granjero de por acá que pagaba más o menos, luego se disparó el precio, pero que ya se lo dimos así porque no tenemos donde guardarlo. La “coyoteada” ha sido un gran problema porque en lugar de que te den precio justo tratan de pagarte lo menos. Y este maíz va de muy buena calidad porque las tierras están muy limpias, pero pues eso las acopiadoras no lo ven, incluso si llega un viaje muy malo dicen «échalo ahí con lo que sí está muy bueno porque así todo pasa por bueno». Por eso estamos entusiasmados con este proyecto”. 

Al darle valor a la producción sustentable y al fomentar una cadena de valor más justa, proyectos como este no solo benefician a agricultores como el señor Clemente y su hijo, sino también a toda la sociedad ya que esta puede disponer de productos que, desde su origen, han sido cultivados sustentablemente y con los mayores estándares de calidad. Estos son los beneficios de impulsar una agricultura orientada a la conservación y regeneración de los recursos naturales.

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Una agricultura basada en valores

Culiacán, Sin.-Cambiamos de mentalidad, sentimos la satisfacción de ser menos contaminantes, no desaparecimos como agricultores; al contrario, nos fortalecimos, estamos más adaptados a las nuevas necesidades y los problemas se van superando con el acompañamiento técnico. Entonces el proyecto se trata de valores: yo ya no me atrevería a usar un pesticida o un producto contaminante que afecte a los seres humanos o al ambiente, buscaría otra alternativa, entonces ya es un cambio de valores”, comenta Leopoldo Alejandro Gutiérrez Arroyo al referirse al proyecto Apoyo al Abastecimiento Responsable en México.

Leopoldo Gutiérrez es un productor de Culiacán, Sinaloa. Cuenta con más de 35 años de experiencia en la agricultura y comenta que fueron las condiciones climáticas que dificultaban cada vez más el cultivo del trigo lo que lo hicieron optar por el maíz: “la mayor parte del valle se convirtió de trigo a maíz por ese fenómeno. La agricultura genera incertidumbre porque no depende solo de nosotros, también dependemos del clima, dependemos de la naturaleza. Así que el hecho de verse acompañado en cuestión de la asistencia técnica hace que uno tome mejores decisiones y no estar tan angustiados”, menciona en referencia al acompañamiento técnico que le brinda el proyecto.

Apoyo al Abastecimiento Responsable en México es un proyecto de la compañía Kellogg que cuenta con el soporte científico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y la participación de diversos actores clave de la cadena de valor: “A través de Grupo SACSA nos incorporamos al proyecto de Kellogg. En su momento nos interesó que se trata de una agricultura por contrato con una empresa seria; además nos ofrecieron asistencia técnica para mejorar la producción, pero posteriormente nos dimos cuenta de que pudimos migrar a una agricultura más sustentable, más armoniosa con el medioambiente. Ahora que ya estoy dentro de esto me doy cuenta”, comenta Leopoldo.

“La forma convencional en que hacíamos la preparación del terreno implicaba mover mucho la tierra y ahora vemos que eso no es necesario. Usábamos pesticidas que no son… digamos bondadosos con el ambiente; el manejo lo hacíamos de acuerdo con la experiencia de cada quien, y ahora pues ya migramos hacia una agricultura con más metodología, más ambientalista. Definitivamente esto es cuestión de valores. Cada vez tendemos a ser más cuidadosos con el ambiente y resulta que es más rentable porque utilizamos menos químicos”, manifiesta el productor.

Para el señor Leopoldo las prácticas sustentables también se reflejan en su economía: “nos ahorramos en maquinaria, combustibles, nos ahorramos en agroquímicos, nos ahorramos en fertilizantes. Si le pongo un porcentaje pues debe estar entre el 20 y el 25% de ahorros. Entonces ahora producimos con mayor calidad y lo hacemos con un menor costo porque hacemos labranza mínima, nuestra maquinaria se desgasta menos; además nos enseñan a hacer un manejo más integrado de las plagas e incluso optimizamos el uso de los fertilizantes. Hemos participado en talleres para aprender a usar nuevos equipos especiales para esta labranza, también hemos recibido, sin ningún costo, cursos de fertilización, cursos de comercialización y también de manejo de plagas”.

Finalmente, el señor Leopoldo comenta que el proyecto ha impulsado una relación de confianza con la empresa, “una relación con valores, más humana y con un contrato confiable en que hemos aprendido a obtener producto de calidad de acuerdo con lo que necesita la empresa; recibimos asistencia técnica y la hemos aprendido a utilizar para satisfacer las nuevas necesidades de alimentos de la humanidad.  Estos son valores, es un cambio: la importancia que tiene el medioambiente, la importancia que tiene una buena alimentación con buenos productos”.